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jueves, 28 de enero de 2016

Deciamos que la prepotencia los mata y las malas ideas también (II parte)

ESTEBAN MORALES

UNEAC

La votación del día 27 de octubre del 2015, justifica el título de este artículo. El triunfo de Cuba en Naciones Unidas,  con la resolución sobre el bloqueo,  sirvió para evidenciar aún más   la inmensa derrota sufrida por  Estados Unidos. Ellos  se la  buscaron. Su extraordinaria prepotencia,  los hace totalmente  predecibles.

Barack Obama, que había dado el paso más importante  en la política hacia Cuba durante los últimos más de 50 años,  está  erosionando el legado que ello representaría  para su presidencia. Se está agotando, como se le agotó el Premio Nobel, que se lo otorgaron solo por sus discursos y  que posteriormente no justificó.

Las opciones para tratar de explicar, cómo es que Obama, después de proclamarse como enemigo del bloqueo, vuelve a votar en su favor, no son muchas. Solo un somero recorrido desde el 17 de diciembre nos permitiría entender  cuál es realmente el juego de Obama.

Como hemos dicho en otras ocasiones,  ya desde su último discurso de campaña en el 2008, había expresado  que conversaría con Cuba, pero que no levantaría el bloqueo. Hasta ahora, ha sido consecuente.

Efectivamente, el 20 de enero del 2015, en el Informe sobre el estado de la Unión, conminó al Congreso a discutir el levantamiento del bloqueo, mientras, que al mismo tiempo, estaba  adoptando medidas muy limitadas, como las del 16 de enero de ese año, que apenas arañaban al bloqueo.

Casi al mismo tiempo aprobaba las multas más catastróficas contra la banca internacional, que no tienen precedentes en la historia del bloqueo. Lo cual, en realidad,  no es nada contradictorio con lo que ha expresado respecto a su política hacia Cuba, cuando dijo: “… no es posible hacer las cosas de la misma forma y esperar resultados diferentes “, o cuando  ha expresado claramente, que sus cambios son tácticos y no estratégicos.


El 18 de septiembre, Obama dicta otro grupo de medidas, que tampoco erosionan el bloqueo, sin utilizar a fondo sus prerrogativas ejecutivas, las que debieran estar dirigidas a producir un alivio del  bloqueo,   mientras espera que el congreso lo levante.

¿Qué pretende Obama con ese  accionar?  ¿Por qué ese comportamiento tan contradictorio, que no hace sino erosionar el legado que significa haber adoptado la medida más importante en la política hacia Cuba, que haya tomado presidente norteamericano  alguno en los más de cincuenta años de confrontación entre ambos países? ¿Por qué Obama continúa dejando el bloqueo intacto si ha expresado que su interés es que se levante?

Para mí al menos, está claro.  Obama está jugándole   al  corto y mediano plazo. Quiere,  como bien lo ha dicho,  empoderar a ese sector de la sociedad civil cubana, que considera, debe acompañarlo en el cambio de política hacia Cuba. Continúa jugando a la subversión y al “cambio de régimen” en Cuba, aunque haya declarado lo contrario. Y allá el tonto que le crea otra cosa.

Hay unos cuantos  crédulos, que continúan diciendo  lo mismo que dijo el embajador representante de Estados Unidos en Naciones Unidas recientemente, en que afirmó,  que ante un Obama ha sido  tan  bueno, colaborativo y decente con Cuba, la Isla se aparece con la misma resolución en Naciones Unidas  y espera equivocadamente, que otras cosas ocurran. Acusándola además, de haberse equivocado  al adoptar semejante actitud. Velada amenaza que  no le quita el sueño a  casi nadie en Cuba, porque el Sr.  Doodar hay que decir, que  nos amenazó.

La embajadora de Nicaragua le respondió acertadamente cuando dijo que “…Cuba no se ha equivocado al presentar su resolución, el mundo entero la acompaña”. Y estas últimas  son palabras mayores.

La derrota de Obama en Naciones Unidas no tiene precedentes. Es tan fuerte que tiene ya  y continuará teniendo consecuencias desastrosas para la política exterior  de Estados Unidos,   sobre todo en el hemisferio. Si Obama hace eso con Cuba, ¿Qué pueden esperar los demás, que aguardan por un mejor trato político por parte de Estados Unidos.

Es evidente, que aunque Obama conminó al Congreso norteamericano a levantar el bloqueo, no cuenta con la valentía suficiente para enfrentársele y ha preferido asumir el descrédito internacional, histórico ya,  antes que enfrentarse al órgano legislativo norteamericano.

Lo cual, sin dudas,  afecta seriamente la confianza de Estados Unidos a nivel internacional. Obama no debe olvidar como se vio  incrementada  su popularidad cuando dio el paso del 17 de diciembre con Cuba, por lo cual debiera ser un poco más consecuente.

¿Dónde nos  quedan  entonces las  esperanzas  de que en  verdad Obama se enfrente al congreso  para levantar el bloqueo a Cuba? Hasta hora podíamos tener alguna confianza de que eso ocurriera o al menos utilizaría sus prerrogativas ejecutivas para aliviarnos de  sus presiones, pero con los más recientes pasos  dados, con las medidas del 18 de septiembre y  su actitud ante la resolución de Cuba en Naciones Unidas,  las esperanzas casi “ se han ido a pique “.

El representante de Estados Unidos ante Naciones Unidas,  dijo que se podían esperar hacia finales de años, medidas que beneficiarían a ambos países. Veamos qué es lo que quiso decir  con eso, pues la confianza se está agotando.

¿Cómo interpretar que ya el Ministro cubano dijo  que el bloqueo “…está  en plena y completa aplicación”. Y si  Raúl Castro, a su vez ya  le había dicho,   que no habrá normalización de relaciones con bloqueo. ¿Hasta  cuándo piensa  Obama que Cuba va  a esperar para continuar confiando en la seriedad de la  negociación con Estados Unidos? Obama debe saber que no estamos para perder el tiempo. Y esto no es una amenaza, sino una advertencia.

Como ya dijimos en otro artículo, no es que creamos que todo puede ocurrir de la noche a la mañana,  pero si debe ser  lo suficientemente rápido, estable y concreto, como  para que  Cuba  logre imaginar que de verdad está ocurriendo. Sobre todo si sabemos que Obama cuenta con los instrumentos  suficientes para que  las cosas cambien.

Además, existen otras fuerzas, que parece Obama no está tomando  muy  en consideración y son   aquellas que continúan presionando  y realizando acciones para que se levante el bloqueo, se abra el turismo norteamericano y puedan venir los capitales norteamericanos y cubanoamericanos.

Obama seguro sabe que no es Cuba la que tiene sobre sí esas presiones. La Isla continúa buscando alternativas para la superación de sus dificultades económicas y no  está esperando por Estados Unidos, porque de sabe que de ese país, nunca ha podido esperar nada. Se continúan,  firmando  convenios con Rusia, negociando  con los Emiratos, negociando  con China y  ampliando  las  relaciones con Europa y otros países.

La Habana, Octubre del 2015


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