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domingo, 24 de septiembre de 2017

CUBA: CIENCIA Y RACIALIDAD 50 AÑOS DESPUES

Dr.C. Esteban Morales Domínguez.
UNEAC

A MODO DE INTRODUCCION.
Este ensayo tiene como objetivo fundamental mostrar, desde las ciencias sociales y humanísticas, que se ha hecho en Cuba respecto al abordaje del tema racial. El presente ensayo, está en deuda con la excelente recopilación hecha por el cro. Periodista de Granma, Pedro de la Hoz, en su obra “África en la Revolución Cubana: nuestra búsqueda de la más plena justicia”, preparado con el objetivo de ser distribuido en la Conferencia Internacional sobre Cultura y Desarrollo, celebrada en La Habana, en el 2005.1

Debemos, no obstante, fijar con claridad el objetivo fundamental que perseguimos con este ensayo, para evitar exigencias que no se correspondan con el mismo.
Pues de lo que se trata es de caracterizar sintéticamente la producción intelectual cubana sobre el tema racial en los últimos 50 años. Entendiendo como tal, no las producciones literarias, plásticas, cinematográficas, de escultura o danzarías, producidas por una parte importante de nuestra intelectualidad, dirigidas a rescatar el impacto de África en nuestra cultura nacional y en nuestra identidad, sino de aquellas producciones científicas, que desde las ciencias sociales abordan el tema racial, en la Cuba actual. En su connotación, relativa a los estereotipos raciales, los prejuicios raciales, la discriminación y el racismo. Tratándose de obras producidas en Cuba y por autores cubanos.
Con independencia de que podamos extender un poco el análisis, no obstante, el compromiso es solo el fijado en los párrafos precedentes.

Otras obras podrán ser mencionadas, sobre todo aquellas referidas al tema tal y como lo hemos connotado, incluso, aunque hayan sido producidas fuera de Cuba, ya sea por cubanos residentes fuera de la Isla; o por otros investigadores extranjeros.

Esa producción intelectual, para nuestro estudio, queda acotada en tiempo a lo producido entre 1959 y la actualidad; pudiendo ésta referirse al período anterior a 1959, aunque priorizaremos aquellas cuyo marco de análisis es la realidad cubana contemporánea. Que es precisamente el fenómeno menos abordado en nuestra producción intelectual sobre el tema.
Lo anterior nos permitirá valorar a profundidad el tratamiento del tema racial, más que como una cuestión puramente histórica, como un problema actual de la sociedad cubana, que es precisamente la necesidad más apremiante que se nos presenta para trabajar por su solución definitiva.2
Son varios los asuntos relativos a la historia del tema racial, insuficientemente abordados o que aun no son comprendidos a profundidad, aunque ello deberá irse solucionando, en la medida en que resulte necesario para entender a fondo sus manifestaciones y dinámicas contemporáneas.
Investigación Científica y Racialidad en la Academia Cubana.
Pensamos que, para adentrarnos en el análisis, debemos tomar en consideración algunos parámetros de partida, como los siguientes:

  1. ¿Cómo ha sido la producción intelectual interna sobre el tema racial en Cuba, y sus relaciones con la producción externa?
  2. ¿Qué producción no rebasa el tratamiento del tema como un asunto histórico? Realizándose un análisis de la esclavitud, que en ella se queda, o una valoración que no traspasa los límites antropológicos. Ni tampoco valora las consecuencias que este fenómeno ha tenido para la sociedad cubana actual.
c- ¿Qué producción intelectual se adentra en el tratamiento contemporáneo del tema? Sus tropiezos y limitaciones científicas e institucionales.
También deberemos tomar en consideración, que el tratamiento de la racialidad en Cuba., aun hoy tropieza con una serie de obstáculos, para abordarla científicamente, sobre todo en su contemporaneidad.
A nuestro entender algunos problemas principales son los siguientes:

  1. Insuficiente apoyo aun de las instituciones académicas dentro de la educación superior y de la estructura de investigación en general. Aun se encuentran obstáculos dentro de los centros de investigación y de las Universidades en general, para que se entienda que el tema debe ocupar su espacio en los planes de estudio y en la política de investigación.
  2. Insuficiencia de una base estadística elaborada, que permita cruzar variables, sociales, económicas y políticas. Con una larga tradición ya de no consideración de la variable” Color de la Piel” en nuestras estadísticas económicas y sociales.
  3. Cierta tendencia a tratar de facturar la realidad a los investigadores, así como a monopolizar el trabajo de las Ciencias Sociales, como si éstas sólo trabajasen para la política. Olvidando que las Ciencias Sociales trabajan también para la educación, la cultura, el pueblo y hasta para sí mismas.
  4. Ausencia casi total de tratamiento del tema racial a nivel de los medios: la prensa y la televisión, sobre todo. El tema no está en los medios y aun encuentra resistencia e ignorancia para su abordaje dentro de los mismos.

  1. Limitada cantidad de especialistas sobre el tema. Sobre todo, para introducirlo en la educación y en los programas de estudio en general.
  2. Ausente tratamiento del tema dentro del Sistema Nacional de Educación. Apenas se menciona y los factores que deben apoyar el tratamiento requerido por el mismo, en términos de personal, bibliografía y conocimientos, es totalmente insuficiente.
  3. Prejuicios sociales no superados con el tema racial. El que por lo general es asumido solo como algo que provoca división social.
  4. El tema racial, aun está ausente de la agenda de debate de las organizaciones políticas, de masas, sociales y culturales.
Todo ello contribuye a generar un ambiente social negativo, que hace aun del tema, prácticamente, un tabú. Relegándolo a un pequeño conjunto de espacios interesados. Aunque es justo reconocer, que desde bien entrada la década de los años 80 y primeros años de los noventa, se ha venido avanzando lentamente en su tratamiento.

LA PRODUCCION INTERNA SOBRE EL TEMA RACIAL.
La producción interna sobre el tema racial ha atravesado por múltiples vicisitudes.
Aunque no murió definitivamente, cuando a la altura de 19623, idealistamente, se le declaró como un asunto resuelto. Encontró refugio en la literatura, la danza, el teatro, la plástica, la escultura, la fotografia y el cine. Manifestaciones de la cultura, que, con sus lenguajes específicos, continuaron abordándolo. Observándosele en el contexto de una extraordinaria producción intelectual, dirigida al rescate de las raíces africanas de la cultura cubana y de la identidad cultural en general. Lo cual lleva siempre implicito un fuerte autoreconocimiento del cubano.

Las condiciones impuestas por el enfrentamiento político, durante un largo período, produjeron la priorización de los problemas relativos a la identidad nacional. Sin embargo, el tratamiento de los asuntos de la identidad cultural y del rescate de las raíces africanas, continuaron siendo objeto de atención por una parte importante de nuestra intelectualidad.

Hay que decir, que el tema racial, durante las primeras décadas del siglo XX, había tenido una gran presencia, sobre todo en la prensa. Con una participación importante de periodistas negros como, Rafael Serra, Serafín Portuondo Linares y otros.4

Mención especial requiere hacerse de “Ideales de una Raza “, proyecto concebido por Gustavo Urrutia, orientado a continuar la tradición de publicaciones cubanas, dirigidas por intelectuales negros y mestizos, en pro de hacer valer públicamente sus derechos civiles. Lo que se había iniciado en el siglo XIX, y que llegó a su máxima expresión con Juan Gualberto Gómez, en publicaciones como “La Fraternidad”, “la Igualdad “, “Minerva” y otras.

Los años desde 1910 a 1930, se caracterizaron por un debate importante en la prensa de la época. El que incluso trascendió hacia los momentos de la Constituyente de 1940, lo que fue muy bien aprovechado por los negros y mestizos para presionar por sus reivindicaciones civiles. Algo que despues de muchas promesas, finalmente se perdería en el saco de la burocracia parlamentaria.5
Después de haber luchado en tres guerras por la independencia y haber contribuido a la formación de la nación cubana y su cultura, la principal reivindicación de los negros en la Constitución del Cuarenta, era que se les incorporara a la nacionalidad cubana; haciendo constar que la república estaba formada por ciudadanos de todas las razas.6

Para entonces el insigne intelectual revolucionario Juan Marinello, declaraba:
Un Estado cubano que se pueda decir democrático sin rubor no puede seguir viviendo esta farsa grotesca de aparecer en nuestra representación como pueblo de blancos cuando no somos tal cosa”7

No obstante, los negros y mestizos arribaron a 1959 con cientos de sociedades en todo el país, organizados para encarar el racismo, incluso institucional y una ideología antirracista que los preparaba para las múltiples batallas que aun tenían que librar.

No generaban estas sociedades una producción académica intelectual importante sobre el tema racial, aunque si un batallar contínuo por las reivindicaciones sociales, que de un modo u otro encontraba su reflejo en muchos artículos en la prensa de la época.
Durante los años anteriores y posteriores a 1940, fueron importantes las producciones, entre otras, las de Juan René Betancourt y Alberto Arredondo.8 Los negros contaban con ideólogos que nutrían su accionar contra la discriminación.

En 1959, ve la luz el libro de Sixto Gastón Agüero “Racismo y Mestizaje en Cuba”, tambien aparecen algunas producciones ya escritas por Juan René Betancourt y Alberto Arredondo, que analizaban el tema racial desde una perspectiva teórica y sociológica.9

En el propio año 1959, en el contexto de los planteamientos de Fidel Castro sobre la discriminación laboral, Ramón Cabrera Torres, publicaba “Hacia la Rehabilitación Económica del Cubano Negro”.

Pero toda esa producción intelectual orientada hacia el debate desapareció, en la misma medida en que la Dirección Revolucionaria asumía la defensa del tema. También desaparecían poco a poco, no sin resistencia a veces, las sociedades de “Color” y el tema dejaba de ser un asunto de la lucha política de los negros y mestizos por sus reivindicaciones sociales, para pasar a ser parte de la lucha general por la igualdad y la justicia social.

¿Por qué desaparecían, desde los primeros años de la Revolución, las asociaciones de los negros y mestizos y sin embargo otras, como las asociaciones de gallegos, asturianos, entre otras, no corrían la misma suerte y sobreviven hasta hoy algunas de ellas? ¿Operó entonces el mismo tipo de prejuicio que ha perseguido durante tantos años a las religiones de origen africano?

En medio de la reinstitucionalización, respecto a estas asociaciones, que caracterizaron a los primeros años de la Revolución, las únicas que no lograron sobrevivir, ni se revitalizaron después fueron las sociedades de negros y mestizos. Es que, a las mismas, comenzó a considerárseles como una lacra del pasado, que no tenía sentido mantenerlas, en medio de una situación en que todos los cubanos pasaban a ser considerados como iguales. Un indudable avance, comparado con la república, pero también una trampa, que no dejaba comprender la esencia de la desigualdad que la nación había heredado.

Todo parece indicar que la velocidad a que tenían lugar los acontecimientos del cambio revolucionario, confundió a mucha gente, que creyó que lacras de siglos, como la discriminación racial, podían desaparecer en cuestión de meses. Sin que fuera ni por asomo su intención, los discursos del Comandante Fidel Castro, atacando a la discriminación racial, contribuían a alimentar esa visión idealista de que todo había terminado, o al menos, de que pronto terminaría.

Los negros y mestizos, al parecer, ya dejaban de necesitar que nadie los defendiera, ni defenderse a si mismos, los defendía la propia institucionalidad revolucionaria. Por lo que se acogieron a esa nueva institucionalidad, que, al parecer, podría satisfacer hacia el futuro todas sus aspiraciones. Pero en realidad, desde la cual, finalmente ha resultado, que aún tienen que luchar mucho para ocupar el lugar que les corresponde dentro de la sociedad cubana actual.10 El proceso mencionado, despojó a los negros de sus armas de lucha, sin aun haber desmontado el mecanismo que los discrimina.

Por lo cual, no sería nada negativo ahora rescatar parte de esa institucionalidad, que pensamos aun nos hace falta, sobre todo, en lo relativo a la participación que la prensa tenía en el debate de los temas alrededor de las cuestiones de la raza durante la república.11
En ese contexto, el tema racial como tal, dejó de ser abordado. Tarea que comienza a replegarse y ceder su espacio a las labores de rescate de las raíces africanas, que comienzan con fuerza a hacer su aparición, alrededor de los que más tarde serían los fundadores del Instituto de Etnología y Folclore de la entonces naciente Academia de Ciencias de Cuba. 12

Personalidades como Argeliers León, su director fundador, Rogelio Martínez Furé, Alberto Pedro, Rafael López Valdés, y el entonces aun muy joven, Miguel Barnet.13
La labor de este grupo recuperaria trabajos de Rómulo Lachatañere, quien había sido un adelantado durante los años treinta.14

A lo largo de 1961, en doce números, algunos de ellos dobles, se publicó la Revista Actas del Folklore, que dio cabida, entre otros, a Isaac Barreal, Rogelio Martínez Furé Alberto Pedro y Rafael Valdés, entre otros.

Pero a la proclamación del tema racial como un asunto resuelto, a partir de 1962, le siguió un largo período de silencio, para retornar a la producción y publicación , en la segunda mitad de los años ochenta, aunque muy enmarcada estas producciones, por un retorno al tratamiento de los asuntos relativos a la esclavitud (José Luciano Franco, Julio Carreras, Carmen Barcia y Eduardo Torres y otros) sin adentrarse en las consecuencias del fenómeno esclavista para la sociedad cubana actual.

Tales obras acompañaban brillantemente la tarea de rescate del componente africano de la cultura cubana, apoyándola desde los estudios de las ciencias históricas, pero dejaban al margen el análisis de los problemas de la racialidad en la sociedad cubana actual, al no continuar con una proyección de las consecuencias de la esclavitud, que son todavía múltiples, complejas y visibles.

Al mismo tiempo, cientos de obras literarias, plásticas., danzarías, escultoricas teatrísticas y cinematográficas, reivindican la herencia africana, obra, que, recogida por Pedro de la Hoz, que no puede ser calificada menos que de extraordinaria. Pero esa obra no está enfocada a tratar el tema racial como tal. No se adentra, a veces, incluso en las causas más profundas que nos obligan aun hoy a defender el componente africano de la cultura cubana. Lamentablemente, de manera escasa y sólo intermitentemente, esta obra, brillantemente realizada y reflejada, articula con la problemática del racismo y la discriminación en la actualidad. Se trata de una obra que de por si nutre la lucha contra el racismo y la discriminación racial, pero lo hace de un modo, que a veces su propia comprensión no está al alcance de muchos.15

A pesar de existir obras emblemáticas de la cinematografía cubana, como “La Última Cena”, de Tomás Gutiérrez Alea, “El Rancheador”, “Maluala”, y otras, casi sólo en la película “La Decisión “, o “Playas del Pueblo” de 1960, se abordan de manera crítica la realidad de las barreras de clase y el racismo, dentro de la sociedad cubana contemporánea; o en la obra de Sara Gómez “Guanabacoa, crónica de mi familia”.

Mucho del resto de una larga producción, en que se tratan los problemas de la esclavitud, y de la sociedad colonial cubana, sin embargo, ello, con algunas excepciones, se hace con una cierta desconexión entre el tratamiento de los asuntos relativos a la herencia africana y el tratamiento de los estereotipos raciales, los prejuicios y el racismo, dentro de ellas, con esos mismos problemas presentes en la sociedad cubana de hoy.

ALGUNAS PRODUCIONES POSTERIORES A 1959.

Algunas producciones importantes vieron la luz durante primeros años, como las de Sixto Gastón Agüero, Racismo y Mestizaje en Cuba. Editorial Lid, La Habana 1959; José Luciano Franco “Biografía de Antonio Maceo”, “Afro américa “(1961), La Conspiración de Aponte (1963), Plácido (1964), La presencia negra en el nuevo mundo (1968), Esclavitud, Comercio y Trafico negrero (1972), Los palenques de los Negros Cimarrones (1973), La Diáspora Africana en el Nuevo Mundo (1975) Comercio Clandestino de Esclavos (1980) y Ensayos sobre el Caribe (1989).

A mediados de los años sesenta, saldría publicado el Primer Tomo de la obra de Manuel Moreno Fraginals,” El Ingenio”, que resultó un ineludible punto de referencia, desde entonces, para el tratamiento del tema de la esclavitud. La edición definitiva, saldría en tres volúmenes, que se completarían en 1978.

También la obra de Pedro Deschamp Chapeaux, que obtuvo el Premio UNEAC de Ensayo en 1970, con El Negro en la Economía Cubana del Siglo XIX; otras fueron, La protesta de los Negros Lucumies (1966), Los Batallones de Pardos y Morenos (1976) Una obra temprana de este historiador sería: “El Negro en el Periodismo Cubano del Siglo XIX” (1963).

Otro extraordinario investigador, Juan Pérez de La Riva, aportaría resultados singulares, tales como, Contribución a la Historia de la gente sin historia (1974), El Barracón y Otros Ensayos (1975) y ¿Cuántos africanos fueron traídos a Cuba (1976).
De este mismo autor es: Los recursos humanos en Cuba al comenzar el siglo: inmigración, economía y nacionalidad 1889-1906” publicada en el Anuario No. 1 de Estudios Cubanos, La Habana, Editorial Ciencias Sociales, 1975.
Mención especial merece la obra de nuestro Poeta nacional Nicolás Guillen, porque en especial, dentro de su Poesía, aunque también en múltiples ensayos y artículos, el tema racial aparece con particular fuerza.16
Sobre todo, la obra poética de Guillen caracteriza con precisión y maestría literaria los dilemas de la discriminación dentro de la república, rescatando, al mismo tiempo, los problemas de la transculturación, la nacionalidad, los conceptos relacionados de nación y mestizaje, todo lo cual aparece muy bien recogido en la obra de la poetisa Nancy Morejón. 17

Todas esta obras mencionadas más arriba, excepto la de Gastón Agüero, que tiene un carácter más bien teórico, tratando de caracterizar la situación racial a finales de los años cincuenta, el resto, constituyen materiales de gran valor historiográfico, en cuanto a la historia de la esclavitud y para caracterizar el racismo durante las etapas colonial y republicana, aunque no se adentran en la problemática racial como tal, sino mas bien en los elementos que después servirán para explorar en sus causas más profundas.

Durante todo ese período de los años ochenta, trabajaba en la Biblioteca Nacional, Walterio Carbonell, revolucionario muy ligado a las luchas estudiantiles contra la dictadura. Pero Walterio investigaba el tema racial, en el contexto de una situación en que no se publicaba nada que enfocara los problemas relativos a la existencia de la discriminación racial en Cuba. Por lo que sólo en el 2005, vio la luz la segunda edición de su obra, “Como surgió la cultura cubana”, en la Colección Escribanía de la Biblioteca nacional José Martí. Obra de gran importancia para el debate que se está abriendo en estos años.18
PRODUCCION DE LOS AÑOS OCHENTA HASTA LA ACTUALIDAD.
Desde 1980, por su parte, hasta la fecha, varias aportes historiográficos son dignos de hacerse notar: Componentes africanos del etnos cubano de Rafael Lopes Valdés (1985); Esclavitud y sociedad :Notas y documentos para la historia de la esclavitud negra en Cuba de Eduardo Torres Cuevas y Eusebio Reyes (1986); Los que volvieron a África de Rodolfo Sarracino (1988); también la obra de Julio Carreras, Esclavitud, abolición y racismo (1989 ; Burguesía esclavista y abolición, de María del Carmen Barcia ( Premio Casa en el 2004, con la continuidad de este libro); Los cimarrones en Cuba (1988) y Los palenques en Oriente, de Gabino de La Rosa (1991),19 El negro en Cuba: 1902- 1958: apuntes para la historia de la lucha contra la discriminación racial en Cuba, de Tomás Fernández Robaina (1990)20 ; La esclavitud desde la esclavitud, de Gloria García ( 2003 ); Yoruba. Un acercamiento a las raíces (1993) y De la africanía en Cuba (2007), ambas de Heriberto Feraudy. Otra obra de Descham Chapeuax e seria Los Cimarrones Urbanos (1983)

También son dignos de mencionar: Componentes étnicos de la nación cubana, de Jesús Guanche (1996) y Etnicidad y racialidad en la Cuba actual (1998). Tras las huellas de las civilizaciones negras en América de Argeliers León (2001), Entre esclavos libres de la Cuba colonial, de Olga Portuondo Zúñiga (2003), La Masacre de los Independientes de Color, de Silvio Castro ( 2002), El arte para mí fue un reto, de Elvira Cervera (2004), La familia y las ciencias sociales, de Ana Vera (compilación),2003; La familia cubana, de María E. Benítez (2003), La conquista del espacio cubano de Juan Pérez de La Riva (2004); Espacios, silencios y los sentidos de la libertad, Cuba entre 1878 y 1912, de Fernando Martínez, Rebecca Scott y Orlando F. García (2002), El negro y su representación social , de Sandra Morales Fundora (2001), Radiografía del Ejercito Libertador, de Francisco Pérez Guzmán (2005).

A Pie de obra, de Tato Quiñones (1990); Nación y mestizaje en Guillén, de Nancy Morejón (1982); Los remanentes de las lenguas bantúes en Cuba, de Gema Valdés Acosta (2002. Transculturación y africanía, de Jesús Guanche (2002); Retorno a las Raíces, de Isaac Barreal (2001); Cazadores de esclavos, de Gabino La Rosa y Mirtha T, González (2004); Los Ganga en Cuba, de Alessandra Basso Ortiz (2005); Rodando el coco, de Lázara Menéndez (2005); Conspiraciones y Revueltas, de Gloria García (2003); Nacionalidad e historia, de Rafael Duharte Jiménez (1991); Esclavitud, familia y parroquia en Cuba, de Aisnara Perea Díaz y María de los Ángeles Meriño Fuentes (2006).De María del Carmen barcia, Capas Populares y Modernidad en Cuba (1878-1930).Mención especial merece la extraordinaria obra de Rogelio Martínez Fure sobre África, tanto literaria y poética como la etnográfica, que no cabría en el estrecho margen de este ensayo.

Finalmente mencionamos una obra de gran importancia referencial como lo es: Cuba y sus pueblos: censos y mapas de los siglos XVIII y XIX, de Carlos Venegas Fornias (2002), Desafíos de la problemática racial en Cuba, de Esteban Morales (2007) y La problemática racial en Cuba: algunos de sus desafíos (2011).En el 2011 también fueron, “La relaciones raciales en Cuba” de un colectivo de autores del Centro de Antropología, “Afrocubanas: historia, pensamiento y prácticas culturales” Selección de Daisy Rubiera Castillo e Inés María Martiatu Terry.
Cuba: personalidades en el debate racial, de Tomás Fernández Robaina (2008); De dónde son los cubanos (2006), de Graciela Chailloux (Redactora y Coordinadora principal). De Gisela Arandia ) ; las entrevistas realizadas durante los años 1990 al 2002 a, Pedro Serviat, Eliseo Altunaga, Ignacio Ramonet, Enrique Sosa, Carlos Rafael Rodríguez, Francisco Pissani, Eusebio Leal, Regina Duarte, Eduardo Subirats, Nizia Agüero, Pedro Deschamp Chapeaux ( inéditas ).21 Más recientemente ha visto la luz el libro de Gisela Arandia Población Afrodescendiente Cubana Actual (2012).En el 2013 sale publicado el Premio Extraordinario Casa de las Américas, Elogio de la Altea o las paradojas de la racialidad de Zuleica Romay Guerra.

Además de las obras anteriormente mencionadas, existen otras, que, aunque no tratan la temática racial como tal, al abordar el problema de las desigualdades sociales, aportan fuertemente al tratamiento de la temática. Entre ellas se encuentran la obra de Mayra Espina “Políticas de Atención a la Pobreza y la Desigualdad” (CIPS), “Efectos Sociales del reajuste económico: desigualdad y procesos de complejizarían de la sociedad cubana. De Luisa Iñiguez y Mariana Ravenet, Territorio y Espacio en las desigualdades sociales de la provincia ciudad de La Habana. De Osvaldo Martínez Investigación sobre desarrollo humano y equidad en Cuba 1999. De José L. Rodríguez y George Carriazo, La erradicación de la pobreza en Cuba. De Pablo Rodríguez ¿Pobreza, Marginalidad o exclusión? De Viviana Togores, Cuba: efectos sociales de la crisis y el ajuste económico de los 90. De María del Carmen Zabala, Familia y pobreza en Cuba. De Angela Ferriol Acercamiento al estudio de la Pobreza en Cuba, Ingresos y Desigualdad en la Sociedad Cubana, también, Reforma Económica y Población en Condiciones de Riesgo en ciudad de La Habana, para solo mencionar alguna de las más importantes.22

A partir de los años ochenta, aunque la mayor parte de la producción sobre el tema, sigue prestando una atención fundamental a los problemas de la esclavitud, la pobreza y la marginalidad, parte de las publicaciones logradas durante esos años, tienden a ser más cercanas a un tratamiento del tema racial, según traspasan el periodo de la crisis económica (1989-1994) para acercarse a los años 2000. O al menos aportan importantes elementos para el estudio de temática racial como tal.

Tomas Fernández Robaina, Jesús Guanche, Rafael López Valdés, Gisela Arandia, con sus entrevistas a personalidades ( estas últimas aun inéditas), Mayra espina con sus trabajos de pobreza y desigualdad; la investigación realizada por Ángela Ferriol y Lía Añe (Reforma económica y Población en condiciones de riesgo) más arriba mencionada; las investigaciones realizadas por el Centro de Antropología, a las que se suma, la obra compilada por María del Carmen Zabala, Pobreza, exclusión social y discriminación étnico-racial en América latina y el Caribe, resultan ser trabajos de gran valor para el tratamiento del tema racial en la contemporaneidad.23

Solicito disculpas si se nos quedan algunas contribuciones, pero haciendo honor a los que quizás no aparezcan en esta lista, hay que decir que es considerable, sobre todo la cantidad artículos y libros dedicados al estudio de la esclavitud, la pobreza, la desigualdad, la marginalidad y sus características en Cuba. Así como a la formación de nuestra nacionalidad o a temas que en general, se encuentran en el entorno de los estudios sobre la problemática racial en Cuba. Aunque, de todos modos, son aún muy pocas las obras que abordan los problemas del racismo y la discriminación racial desde la perspectiva de la supervivencia de estos problemas dentro de la sociedad cubana actual.

Comentario al margen amerita la obra de Elvira Cervera, por las extraordinarias vivencias que nos relata; así como las dedicadas a la familia, en las que lamentablemente las familias negras y mestizas aún están ausentes.
Me pregunto, ¿Se puede hablar de la familia cubana, sin tomar en consideración el color de la piel?24

Muchas de las obras no referidas como ligadas al tema racial en la contemporaneidad, salvo excepciones o aspectos muy puntuales, no abordan el tema racial en el sentido en que nos sería muy necesario. Lo rodean, topan con él a cada instante, pero no lo abordan de manera directa, explicita, sistemática y mucho menos contemporáneamente. Se trata de una producción de gran importancia, dado que la misma resulta un antecedente obligado y una herramienta de gran utilidad. Pero no pocas veces, resulta como producir sobre el tema racial, indirectamente y sin mencionarlo.

Además, se trata de obras logradas por los mismos especialistas cuya magnifica formación científica, nos podrían acompañar en el tratamiento investigativo directo contemporáneo de la temática racial. Pero no pocos prefieren soslayar el tema, antes que correr el riesgo que aun significaría abordarlo. Otros, no consideran que valga la pena hablar del tema racial.

No estaríamos cometiendo ningún error, si afirmamos que el contexto en que muchas de estas obras fueron concebidas, signado por la imposibilidad de poder hablar de un problema que oficialmente había sido considerado como resuelto, sin dudas limitó mucho el alcance de lo que se plasmaba como resultado de las investigaciones realizadas.
La cuestión era muy seria, el contexto social y político, producía un ambiente de verdadera represión, incluso política, para los que hablaran del racismo y la discriminación racial, como fenómenos presentes en la sociedad cubana contemporánea.25

Tanto en cuanto al tratamiento del tema como de los estudios colaterales que enriquecen su investigación, se destacan instituciones y personalidades como las siguientes:

En el Instituto de Antropología del CITMA; los investigadores Pablo Rodríguez, Rodrigo Espina, Ana Julia García (ésta última, ya fallecida), que junto a otros colaboradores, han generado una producción científica extensa, que aun espera para ser publicada en toda su magnitud. Por lo que resultan esfuerzos investigativos encomiables, pero sin oportunidad de ser suficientemente divulgados. Rodríguez y Espina, logran publicar, en revistas como Temas y Catauro, a modo de artículos, algunos de sus resultados investigativos más importantes acerca de la temática racial cubana.26 Investigaciones relativas al prejuicio racial, la discriminación laboral, la política de cuadros, y otras, forman parte del quehacer de este Instituto. 27Su propuesta arroja luz sobre las características del tema en la sociedad cubana actual, pero apenas están al alcance de otros investigadores o de la lectura de interesados. Personalmente, en mis dos libros sobre desafíos de la Problemática Racial en Cuba, he utilizado muchos de esos resultados.

En el Instituto de Historia de Cuba, no es posible dejar de mencionar a Ohilda Hevia Lanier con su obra, El Directorio Central de las Sociedades Negras en Cuba: 1886-1894, publicada por la Editorial Ciencias Sociales en 1996. Ohilda también tiene artículos publicados en la Revista de Ciencias Sociales y otras, siendo considerada como una especialista de estos temas. También Olga garcia, quien ha dedicado mucho tiempo a los estudios sobre la esclavitud, con una obra reciente publicada por Ciencias Sociales “La esclavitud desde la esclavitud”. Considerada también una especialista sobre el tema.

En la Universidad de La Habana, sobresale la doctora Lazara Menéndez, con su excelente investigación: “Rodando el Coco” (Premio de Investigación), también con otros artículos e investigaciones, destacándose con sus esfuerzos docentes, que se vinculan fuertemente, al marco de la Universidad, en particular, a la facultad de Artes y Letras. Como para poner claramente de manifiesto dentro de la propia Universidad la desconexión existente entre la formación científica y la formación humanística. Ya no sólo los economistas, ni los sociólogos ni siquiera los historiadores reciben estos conocimientos, que tanto les ayudarían a entender mejor la historia de Cuba, sino que la importancia que tendría desplegar estos estudios dentro de la vida universitaria, como parte de la formación cultural de los estudiantes, no se realiza.
En FLACSO (Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales) desarrolla su labor la profesora- investigadora María del Carmen Zabala, quien después de saltar múltiples obstáculos, defendió su doctorado con el tema: “Aproximación al estudio de la relación entre familia y pobreza, en 1999”. Siendo hasta esos momentos la única persona que había logrado doctorarse con un tema sobre la cuestión racial en la Universidad de La habana. 28 .

En el centro de Estudios Demográficos-CEDEM- de la Universidad de La Habana, sobresalen como especialistas del tema racial, los profesores Sonia Catasús, Carlos Albizu y Eduardo R. San Marful, con sus investigaciones sobre Dinámica demográfica de la población por el color de la piel; investigaciones sobre Mortalidad y fertilidad etc. Realizando un trabajo muy ligado a la ONE (Oficina Nacional de Estadísticas) para mejorar los instrumentos estadístico-demográficos. Logrando, además, introducir la problemática del color en los estudios demográficos, asunto tan poco considerado por nuestros estudios estadísticos. De modo que, las estadísticas socioeconómicas del país, se encuentran sesgadas a partir de no considerar el color de la piel, como lo que es, una importante variable de diferenciación social. Por lo cual, categorías como desempleo, ingresos, calificación laboral, etc. No están en condiciones de medir realmente el estado y nivel socioeconómico de la población. Lo que, pone en duda los resultados de cualquier investigación en la que haya que trabajar con la población del país.

Por último, en estas consideraciones sobre el contexto universitario en que se desenvuelve el tema racial. En la Facultad de Filosofía e Historia, no es posible dejar de mencionar la labor docente e investigativa de dos profesoras, las Dras. Digna Castañeda y María del Carmen Maseda.La primera con una extensa obra docente investigativa en el campo de los Estudios del Caribe y la segunda en los estudios sobre Africa.La labor de ambas profesoras ha servido de sostén al tema, durante más de 40 años. 29

Excepto los casos mencionados, ninguna otra de las Instituciones de las Ciencias Sociales y Humanísticas de la Universidad de La Habana le presta atención al tema racial Estando prácticamente ausente de contexto investigativos, como la sociología, la sicología, el derecho, los estudios socioeconómicos y otros.

El resto de las Universidades del País, se encuentran en peor situación al respecto. Existiendo, en general, dentro de la Educación Superior y sus instituciones docentes y de investigación múltiples prejuicios que no permiten otorgarle al tema el rango y la atención que debiera tener dentro de la investigación social universitaria en Cuba.
Junto a todo, es solo muy reciente que el tema de la racialidad aparece en los Proyectos de Investigación del CITMA, de manera individualizada y jerarquizada, independizándosele solo recientemente de los temas de género y desigualdades sociales. En tal situación, se explica porque el tema, salvo en escasos lugares de nuestro mundo académico, no ha tenido nunca la jerarquía que merece, dentro de una sociedad, que jamás habría podido soslayarlo y no atenderlo como lo ha hecho, por tan largo tiempo.

Las publicaciones s periódicas principales que se destacan por dedicar espacio al tema racial en Cuba son: Catauro, Temas, Caminos, Biblioteca Nacional, Santiago, Estudios del Caribe y el Semanario La Jiribilla. Esta última, junto al Portal Cubarte, muy activa en la divulgación del tema en los años recientes. Siendo en las publicaciones electrónicas donde más espacio han ocupado artículos sobre el tema racial. Existen revistas como Universidad de La Habana, Sociales, Casa de las Américas, Revolución y Cultura, y otras que apenas han publicado pocos artículos (ejemplo Universidad de La Habana, un articulo de este autor) y otras que nunca han abordado la temática racial. En el 2012, la revista Universidad de La Habana dedico su número 273 al tema.

El tema por lo general ha estado ausente de la prensa periódica y de las revistas periodísticas, como por ejemplo Bohemia, que casi nunca lo había tratado. El periódico Granma, que solo dedico espacio a rememorar los discursos del compañero Fidel en marzo de 1959, en que aborda el tema ampliamente.30
La Revista Alma Mater por su parte, recientemente publicó sobre el tema, el trabajo de un grupo de Estudiantes de la Facultad de Periodismo y realizo una entrevista.31
Junto a ello, la Revista Cuba Socialista, también inauguró el tema, en su nueva generación; con un artículo el periódico Trabajadores, lo abordo en una ocasión.32

La Revista Santiago y Estudios del Caribe, donde sobresale Joel James (ya fallecido) con sus excelentes ensayos históricos. Destacándose este centro por una consecuente labor investigativa y cultural, dirigida a fortalecer la presencia cubana en el Caribe y del Caribe en Cuba. Se destacan también, Olga Zúñiga, Rafael Duharte y Olga Portuondo, con importantes estudios históricos y aportes `principalmente en las investigaciones de la esclavitud y otros temas históricos. 33

Se agregan múltiples estudios culturales y literarios en el Centro de Estudios del Caribe de la Casa de las Américas, donde sobresalen la profesora Yolanda Wood y la Premio Nacional de Literatura, Nancy Morejón. Con una encomiable labor de promoción del tema desde la perspectiva cultural.

El Centro de Estudios de la Cultura Cubana Juan Marinello, del cual hemos mencionado aquí algunos de sus trabajos y que despliega una encomiable labor de investigación y publicación sobre temas que enriquecen la cultura nacional, acerca de lo cual nos es muy grato mencionar, Catauro de seres míticos y legendarios en Cuba, de Manuel Rivero Glean y Gerardo Chávez Spinola (2005). Obra esta última de gran valor cultural y práctico. O, para agregar un ejemplo más, investigaciones como la de Carmen V. Montejo Arrechea (lamenta blemente fallecida): Sociedades negras en Cuba 1878-1960, excelente investigación de obligada consulta para quienes pretendan trabajar el tema. También debemos mencionar la obra del joven investigador Pedro Cubas, con su Estudios sobre Ideales de una Raza

No hemos pretendido recoger todas las obras publicadas por los autores mencionados, sino solo algunas de las más representativas y fundamentalmente bajo la forma de libros.

Dentro de las Fundaciones, se destaca la Fundación Fernando Ortiz, que está dedicada a los estudios antropológicos, culturales, sociológicos y etnológicos, resultando, como fundación, la que más cerca se desenvuelve del tratamiento de la temática racial en la sociedad cubana actual. Publicando continuamente en su excelente revista Catauro, estudios sobre la racialidad contemporánea y promoviendo libros y artículos que ayuden a comprenderla, tales como: Retorno a las raíces de Isaac Barreal, Capas populares y modernidad, de Carmen Barcia y otros. Fue la Fundación Ortíz, la promotora del primer libro que aborda la problemática racial cubana en la contemporaneidad, desde 1960, titulado:” Desafíos de la problemática racial en Cuba”, del autor de este ensayo.

Muy vinculada a la Casa de África, trabajó la excelente investigadora, ya fallecida, Leyda Oquendo, promoviendo actividades, un programa radial, publicando y participando en el trabajo de investigación sobre cimarronaje.34

El reconocido historiador Oscar Zanetti, en libro reciente dice “...el problema racial, y en particular, la condición social del negro a lo largo de la historia cubana es un tema al que no faltan cultivadores en estas décadas, pero se pone el acento en el lado antropológico del asunto, de lo cual resultan buenos ejemplos las obras de Enrique Sosa y Rafael López Valdés “.35Se podrían mencionar muchas más, pero para ejemplificar es suficiente.

Idea que comparto en su totalidad. Entre los que no abordan la contemporaneidad del tema racial, solo lo abordan con un acento antropológico, o se quedan en el siglo XIX, siendo aún muy poco lo que se ha producido que aborde el tema como un problema de la sociedad cubana de los días que corren.
ALGO DE LA PRODUCCION EXTERNA SOBRE LA RACIALIDAD EN CUBA.
Somos muy pocos en Cuba aun, los que nos adentramos en la contemporaneidad del tema racial. Mientras que una buena parte de la producción fuera de la Isla, sí aborda ampliamente la actualidad cubana, de manera directa o con un sentido de búsqueda critica para abordar esa actualidad.
De modo que las investigaciones, ya publicadas, más amplias, que se han hecho sobre la problemática racial dentro de la sociedad cubana actual, tal y como ha quedado definida en la introducción de este ensayo, muy pocas han sido realizadas por académicos e intelectuales cubanos, que vivan en la Isla. Lo cual es evidente y sería suficiente como para demostrar lo lejos que estamos los académicos cubanos de haber tratado el tema racial referido a la contemporaneidad cubana, como si lo han tratado otros académicos fuera de Cuba, particularmente en los Estados Unidos.

Mientras que, en Cuba, a lo largo de todo un periodo que abarca desde principios de los años sesenta, hasta comienzos de la segunda mitad de los ochenta, no se abordaba el tema, por considerarlo como un asunto resuelto, en los Estados Unidos, había ya una muy larga experiencia en su tratamiento. Además, en casi todas las universidades norteamericanas existen los estudios etnoraciales, con una extensa bibliografía publicada, y una prolífica experiencia científica, especialmente metodológica, en el abordaje de la temática mencionada.

De modo, que, al producirse el conocido proceso de acercamiento de muchos negros norteamericanos a Cuba, progresistas y de izquierda, lo primero que salto a la vista, fueron algunos problemas principales:

-En Cuba no se hablaba del tema racial, observándose cierto temor al abordarlo.

- Estos visitantes no se encontraban siquiera, que la población estudiantil, particularmente universitaria, estuviese clasificada por el color de la piel. Cómo se evidencio en una visita del Congresista Charles Rangel a la Universidad de la Habana.

-Los negros norteamericanos que visitaban Cuba, se percataban con facilidad de la poca representación de negros y mestizos en muchos de nuestros ámbitos sociales, económicos, culturales y políticos.

-No encontraban una producción científica y ni siquiera literaria, suficiente, que abordara el tema con amplitud y contemporaneidad.

-En múltiples conversaciones celebradas con ellos, discutían como era que Cuba se encontraba tan al margen del tratamiento del tema. Estas conversaciones, se celebraban a nivel académico, pero no pocas veces al más alto nivel político.

- Se percataban del racismo existente en Cuba, por supuesto y lo sobredimensionaban, a partir de sus apreciaciones, influidas por la realidad norteamericana.

- En cuanto comenzaron algunos contactos académicos sobre el tema, se observaron tres posiciones fundamentales, como contenido de esos contactos:
- los que realmente venían a estudiar con interés académico la realidad del tema racial en Cuba, lo cual se expresaba en la intención de comprender, ante todo, sus antecedentes históricos, diferenciándolos de sus peculiaridades en estados Unidos;
- los que trataban de imponer a ultranza un conjunto de principios metodológicos para el estudio del tema en Cuba, basándose en la experiencia norteamericana;
-y los peores, aquellos que trataban de convertir el estudio del tema en un instrumento político para la subversión interna36

En Cuba no estábamos preparados para lo que debíamos enfrentar y a pesar de lo que hemos avanzado, aun no lo estamos totalmente, por las razones siguientes:

-El tema racial no forma parte de la educación a ningún nivel del sistema. Aun hoy en la escuela cubana no se menciona el color, y lo que no entra a la escuela, no pasa a la cultura.

-Solo muy recientemente el tema racial ha entrado en nuestras proyecciones de investigación y política científica.

-El tema no tiene espacio en la educación superior. Por tanto, no existe mecanismo de retroalimentación, que nos pueda garantizar la relación indispensable que debe existir entre educación, ciencia, cultura y medios masivos. Que es lo que genera la conciencia racial, de la que aun carecemos en Cuba, para abordar el tema políticamente y lograr generalizar su tratamiento desde el punto de vista científico.

Entonces, no es difícil observar las desventajas aun existentes en nuestra producción intelectual sobre el tema.

Por tanto, no se trata solamente de que el tema no sea abordado en la educación superior, sino que el asunto es más complejo y debe ser visto en sistema. Pues con la educación no es suficiente.

Como antecedente temprano, de la producción externa sobre el tema, está la obra de la cubana residente en los Estados Unidos, Lourdes Casals (ya fallecida), Race relation in contemporary Cuba, Minority Rigths Group, report No. 7, 1979, pp. 11-27.
Cuando Lourdes Casals producía esta obra, aun en Cuba era arriesgarse a ser acusado de racista y de divisionista, escribir algo sobre la contemporaneidad del tema racial en Cuba. Por tanto, el libro de Lourdes Casals, apenas tuvo repercussion ni gozo de la atención interna que merecía dentro de la intelectualidad cubana.

Más tarde, Isabel castellanos y Jorge Castellanos, cubanos residentes en Miami, publicarían la obra en cuatro volúmenes, “Cultura afrocubana “, editorial Universal, USA, 1990-1994.Un intelectual haitiano, residente en Cuba durante muchos años, René Depestre, publicaría, Lettre de Cuba, en la Revista Presence Africaine No. 5 pp. 42-105.

Pero los resultados más recientes han sido los de Carlos Moore: Fidel Castro, los negros y África y “Pichón “; el de Jorge de La Fuente, con su libro: Una nación para todos; de Mark. Sawyer, su obra: Racial politics in post-revolutionary Cuba. Y los libros, que abarcan otros períodos, como los de Rebecca Scott, Aline Helg, así como los trabajos de Ada Ferrer, Laurence Glasco y otros.37Algunos de corte histórico, pero todos enfocados hacia un conocimiento e interpretación de la realidad contemporánea del tema racial en Cuba.

Tales producciones, por lo general, representan aportes, que nosotros en Cuba, si los hemos producido, al menos, no los hemos podido dar a conocer, dado el sentido limitado y tan esporádico de nuestras publicaciones sobre el tema, en cuanto a la actualidad del mismo se refiere. Solo hacia la segunda mitad de los años ochenta, es que comienza una producción importante, aunque todavía, como ya hemos visto, mas referido al siglo XIX y principios del XX, solo, hacia comienzos de los 2000, refiriéndose a la realidad contemporánea del tema.

Casi todos son autores con producciones importantes sobre la realidad cubana actual, en cuyo estudio, los que vivimos en Cuba, debiéramos alcanzar cierta supremacía, porque además, 38esos investigadores se nutren, en medida muy importante, de las fuentes bibliográficas y documentales cubanas que se encuentran en la Isla.
Teniendo que reconocer, que son muchos más los esfuerzos investigativos realizados por los académicos cubanos en Cuba, que los que han encontrado el beneficio de su plasmación en las publicaciones.39
La obra de todos los autores externos mencionados, lo primero que hacen es reconocer la existencia de la discriminación y el racismo en Cuba. Yo diría, lo más importante, además de ser algo que en Cuba demoramos mucho en reconocer y que habíamos negado, sobre todo el discurso oficial, durante un largo periodo. Por lo que es posible encontrarse con análisis objetivos y mesurados, valiosos documentalmente, como los que realiza en su libro Alejandro de la Fuente; pero también análisis críticos, racistas del peor corte, como los que realiza Carlos Moore en su libro Fidel Castro, los Negros y África.

Ambos análisis pudieran ser reconocidos casi como los dos extremos, de lo que se ha publicado fuera Cuba, referido a la contemporaneidad del tema racial en la Isla.
El análisis que realiza Carlos Moore en su obra Pichón, aunque es autobiográfico, y no es necesario dudar que esa haya sido su experiencia personal, pretende dentro de ello, extraer situaciones que no son generalizables, mucho menos para un periodo como los momentos actuales, en que ya la situación de los antillanos en Cuba, es mas de asimilación que de discriminación. Lo que ocurre con la producción de Carlos Moore se explica, dado las fuentes de donde ha extraído sus financiamientos (CIA, USAID ), sus conexiones con Holden Roberto (mercenario africano del FNLA ) y sus tareas dirigidas a manejar el tema racial en Cuba como instrumento de la política de subversión del proceso revolucionario en la Isla.40
El resto de las obras, como las de Ada Ferrer, Aline Helg y Rebecca Scott, para señalar tres ejemplos importantes, resultan ser verdaderos aportes historiográficos, de gran valor para el estudio de la esclavitud y de los problemas relativos a la república, e incluso la contemporaneidad del tema. Tratándose de investigaciones, que provienen de un proceso de producción intelectual, que se comenzó a hacer mucho antes de que en Cuba comenzáramos el abordaje del tema racial, desde la contemporaneidad.
Tratándose del libro de Mark Q. Sawyer, “Racial Politics in Post-revolutionary Cuba”, en la isla, nosotros nunca hemos abordado los asuntos relativos a la política racial, pudiéndose encontrar un análisis crítico referido a la no utilización de la variable color de la piel.41

Todo ello, es indicativo de nuestra desventaja actual, dentro de la cual, podemos, como muchos lo hacen, compartir el tratamiento investigativo de nuestras realidades con colegas de afuera, pero lo que no podríamos nunca seria soslayar la necesidad de abordar nuestros propios problemas sobre la cuestión racial en particular.

En realidad, debiéramos tratar de estar en condiciones de no tener que ceder a nadie los abordajes investigativos de temas que son nuestros y que deberían ser abordados por nosotros. No debiéramos permitir que nadie nos cuente nuestra propia historia, o nos explique nuestra realidad. Pues alguien dijo en una ocasión, que “quien controla el pasado, domina en el presente “, y yo además agregaría, “nos puede diseñar el futuro a nuestras espaldas”. Por lo que no deben existir zonas de la realidad cubana, sobre las cuales nuestra intelectualidad no esté en condiciones de aportar un discurso científico propio. Y particularmente, en lo que al tema racial se refiere, en la contemporaneidad, estamos muy atrasados.

Existen varios centros, en los Estados Unidos, en que Cuba, y el tema racial nunca ha sido parte de sus prioridades; sin embargo, ahora proliferan muchos grupos interesados en esta temática. Sobre todo, estimulados, porque se trata de un tema para el cual parece haber dinero.42

Por su parte, provenientes principalmente de Miami, se están publicando artículos, por personas prácticamente desconocidas, más con objetivos políticos y de supervivencia económica de sus autores, que por aportar al tema. Artículos hechos más para tratar de desacreditar a Cuba, que otra cosa; de muy baja calidad científica y nada académicos. Por lo que se trata de una producción meramente propagandística, que no aporta absolutamente nada al tratamiento del tema racial, desde ninguna perspectiva, ni para Cuba ni para los Estados Unidos. Prueba de ello es, que ningún académico de los que tratan el tema racial seriamente, se refiere nunca a esa producción.43

Como si no fuera suficiente ya nuestra desventaja, ampliando lo antes expresado, se observa un desequilibrio importante, casi abismal, entre la divulgación de esa obra de rescate cultural, artístico literario y cinematográfico, etc. Y la aún terriblemente limitada atención que ha tenido la divulgación de los trabajos desde las ciencias sociales, referidos a la contemporaneidad del tema racial. Aunque ello ha respondido también a los prejuicios, ya muy lentamente, en fase de superación, que provoca el tema racial visto desde la contemporaneidad. Y al atraso sufrido por el tratamiento del tema, como resultado de su largo período de silencio, marginación y represión. A lo que se agrega también, la poca producción. Resultado de lo cual, no podemos decir todavía que tengamos un discurso científico interno, alternativo sobre el tema, que nos ilustre a nosotros mismos y sobre todo, que nos preserve de las interpretaciones, mal intencionadas o no, que puedan llegarnos del propio patio y del exterior.

ALGUNAS CONSIDERACIONES FINALES.

Al hacer un balance general sobre, el tratamiento del tema racial durante los últimos cincuenta años, en términos de su contemporaneidad, es posible observar, que sólo recientemente comienza a ser abordado como algo especifico y como un asunto de la sociedad cubana actual, ya que anteriormente, apenas había sido tratado, y quienes hoy lo abordamos, aun corremos el riesgo de no ser comprendidos.
No obstante, en los últimos años, se observa que la producción y el debate sobre el tema racial se amplia, pudiendo apreciarse también una modesta divulgación del mismo.
Pero venimos de muy atrás en la atención del tema; su silenciamiento por más de cuarenta años, su insuficiciente estudio desde la actualidad, la desconexión aun presente entre el estudio del fenómeno de la esclavitud y sus consecuencias para la sociedad cubana contemporánea, el prejuicio de tratarlo a veces solo como un tema que induce a la división social, así como la poca atención brindada a la variable color de la piel , como una variable de diferenciación social en la Cuba actual, han producido un atraso en el abordaje del tema, tanto metodológico como teórico y político, que sólo en los últimos años comienza a ser superado, aunque todavía muy lentamente.44

Sobre todo, la ausencia de un debate académico y político articulado, la casi ausente conexión del tema con la prensa y la producción bibliográfica, han generado un fenómeno de disfuncionalidad cultural, que resulta vital solucionar, para lograr la dinámica ascendente del tema en la sociedad cubana actual, de modo que contribuya a la búsqueda de una cultura general e integral, la más amplia justicia social y la verdadera democracia. La ciencia tiene que encontrar modelos de análisis y estamos muy lejos aún de haberlos logrado en el tratamiento científico del tema racial, proyectado hacia la contemporaneidad.

Un elemento sustantivo e ineludible en el análisis de la problemática racial cubana, resulta ser la necesidad del estudio a fondo de las peculiaridades de la colonización, la esclavitud en Cuba y sus consecuencias. Mucho se ha avanzado en este aspecto, pero aun lo articulamos poco con las características con que se presenta el fenómeno de la racialidad en la Cuba contemporánea.45Por lo general tales estudios se quedan en el siglo XIX, o avanzaron aun muy poco dentro del siglo XX y ahora en el XXI.

Después de que Arango y Parreño primero José A. Saco, no lograron que se excluyera al negro de la sociedad cubana, ni tampoco pudieron hacerlo desaparecer, y sometiendo a la población a un proceso de blanqueamiento, o devolviéndolos a África. La dificultad mayor que se le presenta al negro y al no blanco en general hoy, es la de cómo lograr vivir mejor dentro de una sociedad que ha generado durante siglos, la cultura y los mecanismos de su exclusión.

Es que el componente racista que subyace en nuestra cultura, no responde sólo a mecanismos generados desde la esclavitud, sino también a los producidos por una mentalidad criolla blanca, racista, que siguió viendo en el negro un ser inferior, aunque éste dejase de ser esclavo. Mentalidad que se ha trasladado de generación en generación y que aun sobrevive en no pocos de nosotros.

Es que en toda América y en Cuba en particular, la esclavitud tomó color, y frente a esa realidad, no hay mimetismo posible.46
Es que el racismo es un sistema, y como tal opera. Si sólo eliminamos una pieza, las demás se ajustan para cumplir la función de la pieza que falta. Se trata de un mecanismo regenerable. Esto quiere decir, que para que el no blanco o el negro no sean discriminados, hay que operar con todas las palancas del sistema al mismo tiempo.

Hay que operar con la conciencia de la identidad racial y con la educación. Es que la discriminación racial que se ejerce, lleva implícito el mecanismo, de una conciencia arraigada en las elites dominantes, de que el racismo puede ser utilizado como un instrumento de poder. Por lo cual, los estereotipos raciales negativos pueden seguir alimentándose dentro de un contexto social de más altos niveles de educación y de cultura. Por lo cual, sólo con la educación no basta, porque podemos estar generando” racistas cultos”, que serian peores.

Por eso en la república, que era más desarrollada, educacional y culturalmente, que la colonia, los estereotipos raciales los prejuicios raciales, la discriminación racial y el racismo, no cedieron espacio. Es que estos últimos no provienen simplemente de la ignorancia, ni de la incultura, sino de un contexto social en el que la discriminación racial y todos sus atributos complementarios, son utilizados como instrumentos de dominación y control social, de elitismo y de explotación, contra aquellas personas a las que siempre se les mantiene en un plano de desventaja económica, política, social y cultural. Porque detrás de todo ello están siempre también los intereses de clase.47

Por eso la educación es clave para terminar con el racismo, pero no suficiente, pues hace falta educar también en la dirección de dotar a todos de una conciencia de que el problema racial existe. Es decir, hay que prodigar una educación antirracista y antidiscriminatoria.

Hemos avanzado, se va abriendo paso lentamente un debate, se trabaja fuertemente. Pero hasta que el problema no sea un asunto y una preocupación de toda la sociedad cubana y debatido por toda ella, no lo vamos a resolver.48 Porque el racismo en la Cuba actual, no es un simple problema de colores, ni de grupos, sino de toda la sociedad cubana. Una disfuncionalidad de la sociedad cubana que tiene que ser combatida con todas las fuerzas para extirparla del cuerpo social. Lo cual puede ser una tarea en extremo larga aun, pero lo más importante es que enrumbemos por ese camino.

Sin dudas, la existencia de una comisión, organizada por las más alta dirección, bajo la conducción de la Biblioteca Nacional de Cuba, llamada “Grupo de Reflexión Sobre la Racialidad en Cuba”, y la Comisión de lucha contra el racismo y la discriminación racial de la UNEAC, donde se están abordando seria y extensamente los problemas de la racialidad en la Cuba de hoy, junto a otras Instituciones que las apoyan , harán posible avanzar por el camino de las soluciones.

Septiembre 14 del 2017.



1 Se trata de una recopilación ciclópea, donde prácticamente, no queda fuera nada importante, que nos impida tener una visión, bastante completa, acerca de casi todo lo que nuestro país ha hecho en los marcos del rescate de las raíces africanas de la cultura cubana y de la identidad cultural.
Cuando hablamos de racialidad, nos estamos refiriendo a toda una problemática que incluye a los ingredientes humanos que conforman a la población cubana; es decir: blancos, negros, mestizos y chinos que forman la base fundamental de la nacionalidad cubana, así como a otros grupos, antillanos, europeos etc. que también formaron parte de nuestra población. En este ensayo, nos referimos solo a los negros, blancos y mestizos. A eso se limita el concepto de racialidad aquí utilizado.

2 No despreciamos la historiografía, al contrario, la consideramos vital a la hora que caracterizar los fenómenos contemporáneos, pero no es nuestro interés hacer historia.
3 La II Declaración de la Habana proclamo el tema como resuelto. Coincidentemente, en 1962, José Felipe Carneado publica el articulo “La Discriminación Racial en Cuba no Volverá”, Revista Cuba Socialista, 25, enero de 1962, pp. 54-67. Todas las condiciones se coaligaban para que el tema desapareciera de la palestra.
4 Serafín Portuondo Linares, es el mismo que escribió “Los Independientes de Color “. Editorla Caminos, La Habana, 2002.Esa presencia de muchos periodistas girando en torno al tema racial, está muy bien recogido en el libro de Aline Helg, “Lo que Nos Corresponde, La Lucha de los Negros y Mulatos por la Igualdad en Cuba 1886-1912”, Editorial Imagen Contemporánea, La Habana, 2000.
5 Durante la constituyente se habían promovido medidas para mejorar tambien la situación laboral de los negros. Pero finalmente todo quedo en mera letra.
6 Para ampliar ver: Tomas Fernández Robaina, “Cuba: personalidades en el debate racial”, Editorial Ciencias Sociales, La Habana, 2007, pp. 129-130.
7 Tomado de Tomas Fernández Robaina, ob. P. 129.
8 Durante el periodo previo a 1959, resulta importante mencionar la obra de este intelectual, que se concretó en parte en producciones como: Doctrina Negra; la única teoría certera contra la discriminación racial en Cuba; Mi opinión y mi raza; El negro ciudadano del futuro; Prejuicio: ensayo polémico. Alberto Arredondo, “El negro en Cuba”, Editorial Alfa, La Habana, 1939.Una de las últimas producciones de Betancourt sería “Castro and The Cuban Negro. La Crisis.”, mayo 1961. En 1953, vería la luz el libro “Los independientes de color” de Serafin Portuondo Linares.
9 Sixto Gastón Agüero “Racismo y Mestizaje en Cuba “, Editorial Lid, La Habana, 1959. Un antecedente de esta obra lo fue el libro de David Grillo “El Problema del Negro Cubano” de 1953.Juan René Betancourt, “El Negro ciudadano del Futuro”, Cárdenas y Compañía, La Habana, 1960.
10 Esa tendencia a que sea la institucionalidad y el gobierno los que luchen por el pueblo, ha traído cierta quietud y acomodamiento, ante la realidad de que son los dolientes directos, los primeros que deben organizarse para luchar por sus reivindicaciones. Por lo que, con esa actitud, se está olvidando que la Revolución, en primer lugar, somos nosotros mismos.
11 Vivimos un periodo del debate racial en que resulta muy necesario que se participe desde la prensa.
12 Ya esta lucha había tenido a un gladiador incansable, Don Fernando Ortiz, que para entonces todavía continuaba su obra.
13 Miguel Barnet, años después, sería el autor de una obra emblemática de la cultura cubana, “Cimarrón”, que posiblemente sea la obra cubana más veces editada en el mundo y en casi todas las lenguas.
14 Para ampliar Ver: Pedro de la Hoz, “África en la Revolución Cubana”, Editorial Letras Cubanas, 2005, La Habana, p.41. Lachatañere tiene un excelente artículo en Actas del Folklore titulado “Nota sobre la Formación de la Población Afrocubana “, Fundación Fernando Ortíz, 2005.p. 107
15 El trabajo realizado por Pedro de la Hoz, en realidad no tiene antecedentes y está bastante completo.
16 Ejemplo de ello son, para mencionar solo algunos, Nación y Mestizaje, en casa de las Américas, No. 6, mayo agosto de 1966 y Racismo y Revolución en Granma, 18 de diciembre de 1966.
17 Ver: Nancy Morejon.Nacion y Mestizaje, Ediciones Unión, UNEAC, La habana, edición del 2005.
18 A Walterio Carbonell, con la intención de publicar sus investigaciones, le tocó vivir la fatídica época, en que hablar de un problema como presente, que se le había dado como resuelto, se hacía imposible. Como antecedente de su libro, Walterio había publicado en 1961, Critica. Cómo surgió la Cultura Nacional, La Habana, Editorial Yaka, 1961.
19 En 1986, nos sorprende con su obra, Pedro Serviat” El problema negro en Cuba y su solución definitiva”, que resultó ser un verdadero despliegue de optimismo.
20 Tomás Fernández Robaina se destaca, además, por un extenso trabajo bibliográfico en la Biblioteca Nacional, los cuales han resultado de gran apoyo en el estudio del tema racial en Cuba, el más importante de ellos, su “Bibliografía de temas afrocubanos”, Editado por la Biblioteca Nacional, La Habana, 1985.
21 Estas entrevistas realizadas por Gisela Arandia, son de un valor extraordinario, para tener muy interesantes opiniones sobre el tema, de un grupo de personalidades de la cultura, de las cuales incluso algunas ya han fallecido, dejándonos un apreciable legado. (Nota del Autor)
22 Muchos trabajos, libros e investigaciones realizados, de los cuales hemos mencionado solo algunos, aunque no tratan de manera directa el tema racial, son de consulta obligada para tratar el tema. Se destacan en esta labor, el INIE, La Oficina Nacional de Estadísticas, el Centro de Antropología, El CIPS y el CEDEM, este último de la Universidad de La habana.
23 Ver: María del Carmen Zabala Arguelles, Pobreza. Exclusión social y discriminación étnico-racial en América Latina y el Caribe, Ediciones CLACSO, editorial Siglo de Hombres, Bogotá, 2008.
24 En nuestra producción intelectual del campo de las ciencias sociales, existe la tendencia a trabajar con la población como si esta fuera homogénea. Sólo se atiende al género, edades y otros atributos, o variables que no toman para nada en consideración que nuestra población está integrada por blancos, mestizos y negros; no siendo ello un simple problema de más o menos melanina en la piel, o de simples matices y rasgos hereditarios, sino de siglos de historia, que subyacen tras el color de la piel de las personas; por lo que cuando no tomamos en consideración el color, nuestras conclusiones quedan sesgadas y echamos por la borda, siglos de historia. De qué nación podemos estar hablando, al no considerar el color de la piel, si por nación debemos entender, en primer lugar, el pueblo que la compone. Ver del autor, Cuba: Estadísticas y color. La Jiribilla, febrero del 2009.
25 Para ampliar sobre esto, ver: de Esteban Morales: Desafíos de la problemática racial en Cuba, Fundación Fernando Ortíz, ENPES, La Habana, noviembre del 2007.Donde es posible observar lo útil que fueron a su autor estas investigaciones y otras como las del INIES, el CIPS, etc.
26 Ver artículos de estos autores en Revista Temas No. 45 y Catauro. Muy vinculada a la producción de estos autores, no es posible dejar de mencionar a Daniela Hernández con su ensayo: Raza y prejuicio racial en Santa Clara: un reporte de investigación, publicado en la revista América Negra, No.15 de diciembre de 1998, pp. 75-86.
27 Por cierto, como producto de una situación recientemente ya superada, en Cuba durante mucho tiempo los científicos sociales producían investigaciones que se quedaba engavetadas, como si fuera privilegio sólo de algunos conocer nuestra propia realidad. Resultado de ello, existen cientos de investigaciones, que nunca han sido publicadas. Por lo que casi ante cualquier nueva investigación, lo primero que hay que hacer es sacar de las gavetas aquellas que ya se realizaron. Porque durante muchos años el interés era solo nutrir a la política, como si las ciencias sociales y humanísticas solo trabajaran para ella. Resultando este fenómeno especialmente crítico para el caso del tema racial.
Como parte de ese equipo del Centro de Antropología, también laboró, Juan A. Alvarado, con dos resultados publicados: Relaciones raciales en Cuba: notas de investigación, Revista Temas No.7, pp.34-43 y Estereotipos y prejuicios raciales en tres barrios habaneros, Revista América Negra, diciembre 15 de 1988, pp. 89-115.
28 Zabala también ha publicado en: Pobreza y exclusión social y Discriminación étnico-racial en América Latina y el Caribe, Editores Siglo del Hombre, FLACSO, 2008.
29 Al mencionar esta labor en el campo de los Estudios Africanos sería un error imperdonable, dejar de considerar la obra del eminente profesor ya lamentablemente fallecido, Armando Entralgo. Fundador de los Estudios sobre Africa en la Universidad de La Habana, formador de generaciones de profesores que se han dedicado a estos temas. De no ser por el profesor Entralgo, Los estudios africanos y sobre Medio Oriente, prácticamente estarían ausentes de nuestros planes de estudio. (Nota del Autor).
30 Solo en diciembre del 2009, el periódico Trabajadores, por primera vez publico una entrevista el 14 de diciembre de ese año y recientemente en junio del 2010, la Revista Bohemia publico una Mesa Redonda sobre el tema: Ver.: Revista Bohemia, No. 12, junio 4 del 2010. pp.29-36.
31 Ver: Revista Alma Mater, No. 468, octubre del 2008, p. 3 y p. 9.
32 Ver del autor de este ensayo en: Revista Universidad de La Habana No. 263-264 y la Revista Cuba Socialista. 46.El autor ha publicado 12 artículos además del libro, con los cuales está preparando un segundo libro sobre el tema. Acompañado por Miguel Limia, Samuel Fure y Carlos Albizu.
33 Duharte, en particular, lograría articular sus estudios de la esclavitud con el tema racial, cuando escribió: El fantasma de la esclavitud: prejuicios raciales en Cuba y América Latina”, Bonn Rugenstein, 1997.
34 Destacamos sus publicaciones: Reflexiones para un discurso de género sobre la historia de la esclavitud Femenina en América y José Martí. Apuntes sobre el antirracismo militante”, ambos publicados en La Jiribilla.
35 Ver: Oscar Santi, Isla en: La Historia. La historiografía de Cuba en el siglo XX, Ediciones Unión, La Habana, 2005. pp. 57-58.
36 Ya hoy existe el denominado Grupo CIR .
37 Varios de los autores mencionados aparecen en Historia Social No.22, Valencia, España, 1995. También en América Negra, Revista de la Pontificia Universidad Javeriana, de Colombia, No. 15, diciembre de 1998.En el caso de Rebecca Scott, se trata de su libro: La Emancipacion de los esclavos en Cuba. La transición al trabajo libre 1860-1899, y de Aline Helg: Lo que nos corresponde en la lucha de los negros y mulatos por la igualdad en Cuba 1866-1912. Dentro de las obras mencionadas, se destacan por su sentido negativamente crítico los libros de Carlos Moore, plagados de generalizaciones a partir de sus experiencias personales, como lo es su más reciente obra Pichón, con una fuerte tonalidad de racismo en sus aseveraciones y llenos de críticas contra el gobierno cubano.
38, Ejemplo típico lo constituye la producción investigativa del Instituto de Antropología del CITMA, que una parte sustancial de ella espera por ser publicada.
39 No existe hoy en Cuba una presencia sobre el tema racial en la prensa, como si existió durante los años 20 y 30. No es difícil recordar, que múltiples investigaciones realizadas sobre el tema por el Centro de Antropología, referidas a la contemporaneidad del tema, quedaron engavetadas.
40 Para ampliar sobre este asunto ver: Boletín Desde la Ceiba, “Estamos con Cuba”, Declaración de los activistas, intelectuales y artistas afro norteamericanos en solidaridad permanente con la revolución cubana, ¿Quién es Carlos Moore? La habana, marzo 14 del 2011.
41 Asunto solo mencionado con amplitud en la obra de Esteban Morales. Aunque no un análisis como tal de la política racial, sino más bien de las fallas cometidas al aplicar la política social, sin tomar en consideración el color de la piel.
42 Los centros que de manera clásica han estudiado Cuba, como El Programa Cuba de la John Hopkins University, el Centro de Estudios Cubanos de la Universidad de La Florida, etc., nunca se interesaron por el tema racial. Entonces este ha pasado a ser atendido por algunos grupos interesados en captar el dinero de la USIA y de la propaganda contra Cuba.
43 Esos son los casos de algunos artículos aparecidos recientemente, haciendo oportunismo a partir de la elección de Barak Obama como presidente.
En particular Carlos Moore ha nucleado a un conjunto de personas, que lanzaron contra Cuba, en diciembre del 2009, un documento agresivo y racista, que cimentaba sus planteamientos sobre la misma base en que se apoya la crítica contrarrevolucionaria contra Cuba.
44 Aun el tema pernocta en ambientes enclaustrados y entre personas, a veces muy pocas instituciones, interesadas en el mismo. No existe un debate público sobre el tema racial en la Cuba de hoy. Muchos además lo ignoran, o no desean escuchar nada al respecto, o lo atacan cínicamente como algo que nos viene de fuera. Un intelectual nuestro, del cual me reservo el nombre, llego a decir, que ese era un tema que lo habían traído de Estados Unidos, los negros que viajaban a ese país, para fastidiar con el internamente en Cuba.
45 Uno de los peligros, que apenas hemos comenzado a superar, es el de que alguien desde fuera, apoyándose en nuestro poco vuelo aun en el tratamiento del tema racial en la contemporaneidad, trate de imponernos parámetros y principios teóricos y metodológicos para abordarlo. Paradójicamente tal peligro no viene de nuestros enemigos, sino incluso de una parte de la intelectualidad norteamericana que es aliada o simpatizante de nuestra causa.
46 Ver nuestro ensayo, Cuba: color de la piel, nacion, identidad y cultura. ¿Un desafío contemporáneo? Publicado en el Libro V del Concurso Internacional” Pensar a Contracorriente “o en el Portal Cubarte.
47 Para ampliar al respecto ver del Autor: Cuba Socialista No. 46, pp. 43-45

48 Una visión más completa de como vemos los asuntos a solucionar, pueden verse del Autor, “Desafíos de la Problemática racial en Cuba”. Revista Temas No. 56.

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