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sábado, 11 de julio de 2015

EL TÉRMINO AFRODESCENDIENTE: Un arma de combate contra la discriminación racial y la explotación capitalista.

Esteban Morales.
UNEAC.

Comienzo por decir,    que creo,  algunos relativizan inadecuadamente el término afrodescendiente.
No amigos, no es lo mismo ser “lusodecendiente”, que italodescendiente u otros, que afrodescendiente.
Afrodescendiente quiere decir que venimos de África;  aunque tal vez se trate de un eufemismo;  porque todos, en última instancia, vinimos de África.
Cuando decimos afrodescendiente, según entiendo,  hablamos de una población, que como casi ninguna otra, en enorme  magnitud, fue abrupta y criminalmente  trasplantada de su medio natural,  lo cual supone, además,  considerar los crímenes de la Trata y  la Esclavitud.
En este mundo en que hoy vivimos, hay que examinar con detenimiento las peculiaridades  de  los pueblos  que lo integran para hacer diferenciaciones que  nos resultan  muy necesarias.
Además, porque  pienso es la única forma de acercarse a la verdad y no obrar con defectos,  ni tampoco pecar por  injustos.
No considerar  el término afrodescendiente o  relativizarlo, es aceptar  la  situación  de los que, quieran o no, por conveniencia  o por maldad, no reconocen a este conglomerado de personas  lo que les corresponde, o les toco vivir y  aun sufrir.
Se hace necesario reconocer el impacto que la Trata y la Esclavitud tuvieron  sobre esa población, que por millones, fue abruptamente  trasplantada, obligándoles a trabajar como esclavos, rompiéndoles toda conexión con sus culturas de origen, sus familias, sus lenguas, creencias religiosas y  medio natural, robándoles la libertad con que tenían derecho a vivir. Lo que ha traído como consecuencia que sea África, entre otras cosas,  el continente más esquilmado, que perdió a gran parte  su población  joven  en los momentos en que más la necesitaba.
Aun hoy, casi cinco siglos después, particularmente en América y el Caribe, hay no menos de 150 millones de afrodescendientes, que están entre los que sufren como nadie,  la pobreza,  la explotación, el desempleo, el analfabetismo, la desatención medica, la discriminación racial,  el racismo,  y  que en todo ese lapso de tiempo mencionado, apenas  han  logrado  alcanzar la “modernidad”.
Al relativizar el término afrodescendiente, estamos aliviándoles  el camino  a los que debieran reconocer el crimen de la trata y de la esclavitud, no se  disculpen aun  por ello y se nieguen a  poner en práctica las reparaciones que tanto son  reclamadas.
Afrodescendiente, es más bien un término político, que tiende a reconocer a los que se sienten como tal y no solo a los que lo son. Que tiene como objetivo recuperar  como similares, a todos aquellos, que originalmente trasplantados desde África, o  sus descendientes,  andan hoy  por el mundo, como una diáspora,   a veces   recién emigrada, entre los que  se encuentran  los que más sufren la explotación y la discriminación.
Llegar de África, o de cualquier otro país del tercer mundo, a cualquier parte, no es lo mismo que venir de Japón o de Estados Unidos, aunque  en este último  caso, los afroamericanos, poseen  cierta ventaja  sobre los venidos de otros lugares. Sin embargo,  los propios afroamericanos, se llaman a sí  mismos como tales, reclamando la procedencia de sus ancestros  y en su momento, la patria que les quisieron  arrebatar, devolviéndolos a África.
No nos cansamos de repetir, que la raza no existe. Se trata de  un constructo social. Pero el color sí. Y los procedentes de África, en general,  llevan sobre si ese   estigma. Por lo que a donde quiera que emigran, lo hacen, casi siempre,  para quedar ubicados dentro de los  sectores sociales en mayor  desventaja. Van a  los peores barrios, a  los empleos peor  remunerados y  sufren   las mayores desatenciones en todos los aspectos de su  vida social.
Aun en países como Cuba, que hizo una revolución y que tanto ha avanzado en la atención de su población, todavía el color se hace sentir como una variable de  diferenciación social  y discriminación.
Aun entre  los afrodescendientes de  Cuba  se encuentran los que ocupan  los estratos más desfavorecidos  dentro de   la sociedad  cubana.
Por tanto, rescatar el término afrodescendiente, es tener una herramienta, para   poner en el lugar que les corresponde,  a sectores poblacionales que sufren aun los lastres de la esclavitud y la trata. Y que son los que más padecen  también  la reproducción de estos lastres,   por las incapacidades sociales aun  no resueltas.
Como dijo un amigo, “a Durban entramos negros  y salimos afrodescendientes”. Creo así,  que alcanzamos un término generalizador, que nos permite apreciar la globalidad de la explotación,  para un grupo poblacional que no ha logrado aun superar los lastres del colonialismo y los intentos de su  continua reproducción.
No se oculta ningún prejuicio cuando se habla de afrodescendiente. Es que en este mundo no es suficiente decir que todos somos humanos. Ni que todos procedemos de África.
Tampoco que la raza no existe y que la discriminación racial es un crimen. Hay que generar los instrumentos teóricos y prácticos para luchar  contra todo ello.
Si es así, como relativizar el término afrodescendiente, si  incluso, aun en la propia Cuba, de una prolongada  y extraordinariamente generosa  política social,  se ponen de manifiesto  las desventajas que estos sufren.
Existe un movimiento afrodescendiente en nuestro hemisferio que en lugar de su relativización, lo cual  llevaría casi a su desaparición, lo que hay  que hacer es  solidarizarse con el mismo. Acompañandololo en sus  luchas por una vida mejor.
Cuando relativizamos el término  afrodescendiente  les estamos regalando a los racistas y  explotadores  la capacidad  de pasar desapercibidos, dándoles también la oportunidad de continuar apuntalando la explotación y la discriminación.
Existe además,  dentro de la problemática afrodescendiente, una corriente de derecha que trata de orientar a este movimiento hacia la cooperación, bajo  una concepción de trabajo que pretende aliar al movimiento  con una corriente de convivencia con gobiernos de derecha, como es el caso del PP en España, pretendiendo trasladárnosla  hacia America Latina y el Caribe,  buscando  nuclear   a los negros,     que operarían entonces dentro de una  política de la derecha,  para restarle agudeza a las demandas de los afrodescendientes. Un sector dirigente de ellos se está beneficiando de vender a sus congéneres a los intereses  de la derecha  española.
Cuba, por su parte, hace causa común con el movimiento afrodescendiente. Aportando  la muy valiosa  experiencia de que no es suficiente hacer una revolución para desterrar  al racismo y la discriminación racial. Mostrando, como resulta indispensable continuar atacando los prejuicios, estereotipos, la discriminación y el racismo, no solo como lastres de la sociedad anterior, sino también como fenómenos que la sociedad cubana, aun  en sus imperfecciones, es  capaz de reproducir.

Junio 4 del 2015.

jueves, 9 de julio de 2015

“La relación entre acercamiento político y penetración cultural no es lineal, se trata de un camino de doble vía”

Esteban Morales
UNEAC

El tema que nos ocupa preocupa a mucha gente, solo que,  creo, desde una perspectiva a veces un tanto equivocada. Como si simplemente pudiéramos hablar de la penetración norteamericana en Cuba.
He recorrido un largo camino de experiencias en este sentido (desde 1977) que me ha dicho que la relación entre acercamiento político y penetración cultural no es lineal, que se trata de un camino de doble vía, de un tomar y dar.
La historia comenzó a principios del siglo XIX, cuando los Estados Unidos formularon política  para la colonia Cuba de España, que en algún momento se liberaría. Poniendo en cautiverio desde entonces, anticipadamente, a la nación que emergería, mediante la llamada Política o Doctrina de la “Fruta Madura”. Estados Unidos formulaba así  las intenciones de apropiarse de  Cuba, cuando apenas ellos mismos, recién se comenzaban a inaugurar como nación, liberada de Inglaterra.
El acercamiento económico y  político de Estados Unidos a Cuba comenzó desde entonces, pero aun no contaban con las condiciones para cumplir su máximo objetivo, que era apoderarse de la Isla. No podían competir aun con la potencia que regía la Isla, España, ni con las que la ambicionaban, como Inglaterra. No podían moverse por el mar con la facilidad de otras potencias: no tenían marina.
Mientras ese objetivo no estuvo en condiciones de ser cumplido, los Estados Unidos aprovecharon su cercanía a la Isla y su creciente poderío económico y comercial, para hacer lo siguiente:
  1. Inundar la isla con el  comercio, las  inversiones  y vínculos de todo tipo.
  2. Desarrollar un trabajo cultural, que cubría todos los ámbitos de la cultura nacional norteamericana y que terminó por generar una cultura política en la que Cuba siempre aparecía como parte del territorio continental de los Estados Unidos.
  3. Ello a su vez contribuía a sembrar  en el pueblo cubano que emergía, una mentalidad de que era en los Estados Unidos donde debían buscar todo o casi todo.
  4. Ello contribuyó finalmente a crear una corriente de pensamiento al interior de los Estados Unidos de que se vería como algo natural su  intervención para frustrar los procesos independentistas  de la Isla e intervenir en la etapa final  de la  guerra  (1895-1898) para arrebatarle la Isla a España. No sin antes haber tratado de anexar a Cuba, de comprar la Isla a España en más de 6 ocasiones  o  pretender  para ella un régimen autonómico que les permitiera  preparar las condiciones para administrarla mejor.
  5. Estados Unidos  penetró finalmente en la Isla, forjando su nueva modernidad, que España no podía brindarle, atándola políticamente a los mecanismos de la Enmienda Platt, el Tratado de Relaciones Cuba-Estados Unidos  y los Tratados de Reciprocidad Comercial.  
Al mismo tiempo, la lucha contra España había logrado hacer cuajar la ideología del  independentismo, por lo que desde entonces, de manera reforzada,  independentismo y anexionismo pasaron a ser las dos corrientes políticas más importantes, que se mantienen en la Isla hasta hoy.
El prócer de nuestra independencia,  José Martí, había logrado forjar  una ideología, una cultura política y un pensamiento cultural, que dotaba a la Isla de la capacidad de continuar luchando por su independencia -y así ocurrió, en una   batalla  por la independencia  que la Isla no dejó de librar nunca.
A toda esta historia de más de 200 años Cuba se sobrepuso,  y en 1959 triunfaba una Revolución,  que en el segundo gran intento histórico,  lograba cumplir las aspiraciones de los que siempre habían confiado y luchado porque Cuba fuera una nación independiente en sí misma.
Con posterioridad a 1959, a pesar del grado de penetración económica, política  y cultural de Estados Unidos en la Isla,  así como de  los múltiples intentos de Estados Unidos por subvertir el proceso revolucionario, con el bloqueo más largo de la historia contra país alguno, las   múltiples   agresiones   y amenazas de la potencia imperial más poderosa de la historia, esta  ha logrado  sobrevivir como nación, avanzar y hallarse hoy   ante la realidad de un cambio de política de Estados Unidos , que ha sido impulsado por los factores siguientes:
  1. Aunque afectada por un largo proceso  de presiones de todo tipo, la Isla ha logrado oponer la resistencia necesaria para  obligar a que una administración inteligente (la de  Barack Obama) haya tenido que aceptar públicamente ante el mundo, que la política aplicada en los últimos 55 años contra Cuba ha sido un fracaso,   y  haya tenido que reconocer también, que han sido los Estados  Unidos, los que han resultado aislados con esa política.
  2. El  cambio  de  la correlación de fuerzas en el hemisferio generó una actitud de América  Latina y el Caribe hacia Cuba,  que comenzó a reclamar con fuerza el cambio de política de Estados Unidos hacia la Isla, lo cual tuvo su colofón en la reciente VII Cumbre de las Américas.
  3. Como resultado de la política de bloqueo, de aislar a Cuba del ámbito internacional  y las amenazas de invasión, el ambiente sobre  Cuba en los Estados Unidos comenzó a cambiar y la actitud  positiva  hacia Cuba en los Estados Unidos, es uno de los factores que explican  el cambio de la política agresiva de Estados Unidos hacia Cuba.
Este último factor, que explica también  el cambio de política,  es de suma importancia para adentrarnos en la nueva etapa que comienza a producirse  en las relaciones entre Cuba y Estados Unidos, que no deja de ser un nuevo  round  del conflicto entre ambos países.
Es que Estados Unidos, no solo no logró aislar a Cuba  del ámbito internacional, sino ni siquiera logró aislarla de la sociedad norteamericana. Con particular importancia, a partir del caso del niño Elián Gonzalez, la actitud hacia Cuba en los Estados Unidos comenzó a cambiar  y este cambio comenzó a manifestarse con particular  fuerza  en una actitud antibloqueo y antiaislamiento  de Cuba. Tal cosa solo es explicable  por la influencia creciente que Cuba ha comenzado a tener dentro de los Estados  Unidos.
Cuando  viajamos   a Estados Unidos en la primera delegación académica que entonces visitaba al país, en 1977,   no se hablaba nada sobre Cuba, toda la  información que sobre la Isla entraba  lo hacía por los canales de la derecha, la presencia objetiva sobre Cuba en los medios masivos  de Estados Unidos era nula y la imagen de Cuba y sus  líderes era entonces  totalmente negativa.
¿Qué fue lo que cambió esta imagen, como se observa hoy de forma evidente?  Existen un conjunto de factores que explican el cambio que hoy se verifica en una fuerte actitud antibloqueo en los Estados Unidos, que ha hecho aparecer fuertes opositores a la política agresiva hacia la Isla y que explican también el cambio de imagen  sobre Cuba, que se ha producido en  la política interna norteamericana. Estos factores  son los siguientes:
-Un sistemático y creciente  intercambio personal e institucional entre la sociedad norteamericana y  la sociedad cubana:
- Un intercambio científico- académico, que  ha contribuido sobremanera  a  una percepción más clara de la sociedad cubana, sus logros y dificultades.
- Sistemático intercambio de visitas entre los cubanos residentes en los Estados Unidos y los residentes en la Isla.
- Un creciente intercambio cultural, religioso, sindical, científico, entre Estados Unidos y la Isla.
- Incremento del turismo no permitido a los ciudadanos norteamericanos, que de todos modos viajan a Cuba por terceros países.
- Surgimiento y desarrollo de un intercambio informativo de los medios  sobre ambos países, que no depende de las tendencias apologéticas de nuestra prensa ni del interés de alguna  prensa norteamericana por atacar a Cuba. Obligándolas a ambas, en tendencia,  a presentar las cosas  de manera más objetiva.-
- Se va produciendo un incremento del intercambio informativo entre los ciudadanos de  ambos países, que no depende de los medios oficiales en ninguno de los dos lados.
- Un creciente interés de científicos y académicos individuales por venir a Cuba a estudiar temas sobre la Isla, junto a un creciente y sistemático intercambio estudiantil. - Un creciente interés  de políticos norteamericanos por visitar la Isla.
- El surgimiento  de un  interés de independizar a Cuba de la política del gobierno  federal, lo que ha traído la presencia de políticos regionales,  que en los Estados Unidos, desean hacer su propia política hacia Cuba.
Todas están tendencias se verán reforzadas, en la misma medida  en que  el  Gobierno Norteamericano va eliminando paulatinamente las restricciones de entenderse con la Isla y  de viajar a Cuba y  que  producirán  una explosión cuando se elimine la prohibición de que los ciudadanos norteamericanos hagan turismo en Cuba y se elimine el bloqueo.
Sin dudas ello explica el cambio de percepción que se ha producido sobre Cuba en los Estados Unidos, pero también explica otras cosas. Que a mi entender son las siguientes:
  1. Un ascendente interés sobre Cuba en los Estados Unidos, que no es simplemente político.
  2. Un intercambio cultural progresivo que despierta intereses que no tienen nada que ver con las intenciones políticas de las  administraciones  norteamericanas en esta segunda etapa del conflicto.
  3. La sociedad cubana tiene cosas  que  en el orden cultural, personal,  de relaciones humanas, convivencia social y otras,  mueven el interés del ciudadano medio norteamericano, que halla en Cuba  la posibilidad de realizaciones personales que no encuentra en su país de origen.
Este rompimiento del aislamiento de Cuba respecto a la sociedad norteamericana va generando un “toma y daca”, que sobrepasa con mucho los límites de cualquier política   que cualquier administración norteamericana desee generar para subvertir el proceso revolucionario en Cuba. Porque no todos y realmente muy pocos,  vendrán a la Isla  bajo la “sombrilla”  del proyecto subversivo,   sino más bien a satisfacer sus propios intereses.
Creo que no  debemos ponernos paranoicos  pensando que estos intercambios personales, institucionales y hasta políticos y económicos tendrán todos los sentidos de subvertir a la sociedad cubana. No, la sociedad cubana cuenta con suficientes potencialidades, políticas, culturales, científicas, educacionales y de todo tipo, que ya está  más que probado,  mueven el interés del ciudadano norteamericano común.
Los hemos visto,  durante años, enamorarse del baile, la música, el cine, el teatro, la playa, las relaciones de convivencia que la Isla ofrece, la convivencia familiar, el ambiente de tranquilidad,  de paz y solidaridad ciudadana que se observan en Cuba. Deseando repetir sus viajes para encontrarse con los nuevos amigos  y volver a disfrutar de una sociedad pobre,  pero con muchos valores humanos y culturales.
Esa que es la verdadera batalla, cultural, Cuba ya la ganó en el primer round y  tiene posibilidades de continuar ganándola en el segundo.
Además, la propia influencia norteamericana, bajo la que hemos vivido tantos años, ha generado en Cuba un tipo de ciudadano, difícil de deslumbrar,   muy parecido al ciudadano común norteamericano. Es el cubano, en este hemisferio, el ciudadano que más se parece al norteamericano. En sus gustos al vestir, comer,  etc.
El intercambio entre ambas sociedades ya existe, no lo va a generar la nueva política, que solo lo que hará será facilitarlo, expandirlo, profundizarlo. Amén de tratar de utilizarlo para sus planes de “Cambio de Régimen “.
Tenemos sobre Estados Unidos la ventaja de ser una nación con una idiosincrasia, integrada, con costumbres casi únicas, con una mezcla que nos enriquece y nos hace proclives para  asimilar las ventajas de otras culturas conservando la propia.  Mientras que en los Estados Unidos hay minorías, aquí no las hay, poseemos una cultura de un grado de integración muy alto, con solo algunas peculiaridades regionales, que  no contradicen el  tronco de nuestra cultura,  sino que lo fortalecen, haciéndonos diversos peros al mismo tiempo iguales.
La cultura norteamericana no posee la fortaleza para enfrentar un sólido y creciente intercambio cultural con Cuba. Esa mezcla de africania e hispanidad, junto al interés del cubano por ser latinoamericano y caribeño,  los devora, los subsume  dentro de un ambiente de disfrute cultural que no  han conocido nunca;  que los envuelve y que al mismo tiempo, les  es muy difícil  comprender de donde proviene todo ello. La cultura norteamericana no existe,  es un fenómeno multicultural,  que no cuajó, que no se integró definitivamente  y que solo les permite al ciudadano  inclinarse hacia sus  orígenes, que pueden resultarle muy lejanos. Si tiran hacia la  minoría  de la cual proceden, pueden entendernos mejor, si son norteamericanos no sabrán donde están.
Estados Unidos, según las aspiraciones históricas, sería un gran ajiaco (meltim pot) en los que todos los que formaron la nación, venidos de muchos lugares,  terminarían por fundirse en uno solo. Pero eso no tuvo lugar  y terminaron no siendo nada. Él separatismo no los amenaza más, por ser una sociedad rica;  de lo contrario,  ya se hubieran desintegrado en varias naciones. Eso no ocurre hasta hoy, porque Estados Unidos es un gran y sustancioso pastel, alrededor del cual están todos, con el  cuchillo más  grande del que se hayan podido proveer,  tratando de arrancarle la mayor tajada posible. Individualismo con el cual no podrán nunca ganarnos ninguna batalla.
En estos razonamientos se apoyan objetivamente nuestras capacidades potenciales para asumir la segunda etapa del conflicto con Estados Unidos.
Pero no son suficientes. Algunos sectores de nuestra sociedad  deberán reaccionar para fortalecer aun más esas capacidades,  que solo son potenciales  y que por tanto debe ser puestas a punto.
  1. Nuestra prensa debe terminar de desempeñar el papel que le corresponde. Siendo  más objetiva, veraz y poniendo a disposición del pueblo toda la información necesaria.
  2. Nuestros instrumentos culturales deberán continuar trabajando  para fortalecer la identidad cultural de la nación cubana.
  3. Nuestra educación deberá desempeñar un papel  más activo en asumir científica y educacionalmente los temas  que afectan a nuestra sociedad: racismo, homofobia, machismo, desigualdades, etc.
  4. Nuestra educación debe prestar mayor atención a los estudios raciales,   sobre  África, Asia, Medio Oriente.
  5. Nuestro sistema migratorio debe continuar ganando las flexibilizaciones necesarias para atender las necesidades  y aspiraciones de los cubanos que permanecen fuera del país. Asimilando a todos aquellos que deseen retornar al país.
  6. Hay que librar una batalla tenaz contra el racismo y la discriminación racial que aun subyacen en nuestra sociedad.
  7. Nuestra sociedad debe estar alerta y atender los problemas de drogas, alcoholismo, corrupción  y delincuencia.
  8. Se debe continuar  mejorando   la presencia  de mujeres, negros y mestizos, en los cargos públicos y las estructuras de poder.
  9. Hay que mejorar el intercambio entre la intelectualidad y el sistema político, aprovechando mejor las capacidades de esta para mejorar el proceso critico, la prensa y los medios en general, la educación, la presencia internacional de Cuba, el intercambio cultural internacional, la asesoría a la actividad diplomática, etc. Observándose aun el rechazo a la crítica y a la capacidad que la intelectualidad tiene para ejercerla.
  10. La vida de nuestros cuadros políticos sobre todo y administrativos debe ser más de conocimiento público.   
El hecho de que dispongamos de un conjunto de capacidades sociales, culturales,  educacionales  y científicas, no quiere decir  que podamos descuidarnos   y no continuar fortaleciéndolas.
Un intercambio con la sociedad norteamericana  como el que ya comienza a tener lugar y con el mundo en general, exige de una sociedad más abierta, transparente, critica, expuesta  a la diaria constatación  de las  capacidades de quienes la dirigen, al escrutinio de las masas, a la diaria constatación de que los mecanismo democráticos funcionan.

Julio 7 del 2015.