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jueves, 28 de enero de 2016

La prepotencia los mata y las malas ideas también




Esteban Morales Domínguez

UNEAC

Lamento que mis últimos artículos estén dándome  la razón. Con toda sinceridad lo digo,  porque tenía esperanzas y aún conservo algunas. Porque considero que el presidente Obama es un hombre suficientemente inteligente y con los hombres  así, casi  siempre es posible entenderse. 

¿Con que mensaje venia la secretaria de  Comercio?,  ya era posible suponerlo. Lo dijo, cuando al comentar las medidas del 18 de septiembre expresó  que “…las últimas regulaciones estaban diseñadas para apoyar al  sector privado emergente en Cuba y colocarnos más cerca de alcanzar los históricos objetivos de política del presidente Obama”.

Su histórico mesianismo y la  prepotencia los  lleva a pensar que los demás somos  tontos. Están tan acostumbrados a  manipular a los otros y que les salga bien, que llegan a veces a desplegar una diplomacia tonta. Por eso su mayor reto será continuar negociando con Cuba de manera equilibrada y en igualdad de condiciones. Con respeto de su soberanía e independencia ¿Lo lograrán?

Por eso el gobierno cubano ha vuelto a dejar claro que no habrá reciprocidad en las negociaciones con los Estados Unidos hasta que el  bloqueo no “vuele en pedazos”.

En medio de esta situación Cuba tiene el derecho a comprobar  si realmente el gobierno norteamericano y Obama en particular, va a cumplir las promesas que ha hecho. Porque fueron las administraciones norteamericanas las que impusieron a Cuba el bloqueo  y lo han mantenido hasta hoy, como ya dije, dividiéndolo en dos partes y   tal vez queriéndolo utilizar  como un instrumento de presión para que la Isla haga concesiones en las negociaciones.  Ya se está viendo lo que he dicho. De lo contrario, ¿qué es lo que están haciendo cuando se aparecen con medidas como las del 16 de  enero y ahora con las del 18 de septiembre? Pidiéndonos que las aceptemos y que estemos contentos, porque Obama está atacando al bloqueo? Cuando en realidad,  las medidas que hasta ahora ha tomado ni  siquiera  arañan al bloqueo. Observándose en ellas además, la clara intención de empoderar a aquellos sectores de la sociedad cubana, que ellos  piensan que son los que podrían acompañarles en el “cambio político interno” en  Cuba.

Más  claro ni el agua. Obama lo dijo desde el primer día, “…no podemos continúan usando las  mismas formas de hacer política y esperar que haya resultados diferentes”. ¿De qué se trata entonces?  De aquello  que vino a hacer la Sra. secretaria de Comercio, cambiar las formas de hacer política. “meter el dedo para ver si ya tenemos la carne blanda”.

No es poco lo que Cuba se está jugando en estas negociaciones. Se está jugando la soberanía y la independencia. Por  eso,  desde la directora de la Zona Especial de Desarrollo de Mariel, la directora general de Mercadotecnia del ministerio de Turismo, hasta el Presidente de la Cámara de Comercio, todos tienen el mismo discurso, corroborando las del Ministerio de Relaciones Exteriores.  Lo que se puede   sintetizar  en que  no habrá negociaciones ante las medidas emitidas,  hasta que no se levante el bloqueo.

Como si fuera poco, la secretaria de Comercio vino cuando aún está vigente la prohibición de promover las exportaciones norteamericanas hacia Cuba, por lo que los posibles progresos sobre comercio tampoco eran esperables.

El Sr. John Kavulich, quien está al frente del US-Cuba Trade and Economic Council, dijo que el viaje de la  secretaria a Cuba, fue prematuro y debió haber esperado a que el gobierno cubano respondiera a las regulaciones implementadas  por Obama recientemente. Creo que el Sr. Kavulich está equivocado;  Cuba sí respondió a las medidas del 18 de septiembre, pues salió un artículo bastante crítico  en el periódico Granma, solo un día después de emitidas las medidas, (“EE.UU. amplia algunas modificaciones  al bloqueo pero mantiene los principales obstáculos”, Granma 19 de septiembre del 2015, p. 3).

Si las consideraciones críticas que se hacen en ese artículo, no son  la posición del gobierno cubano, ¿de quiénes  son? Al Sr. Kavulich se le debe haber olvidado,  que el  periódico Granma es el órgano oficial del Partido Comunista de Cuba, que publica las opiniones oficiales del gobierno cubano, pero además, el Sr. Kavulich puede apelar a la WEB,  a los blog cubanos,  que no pocas veces se adelantan  a la prensa oficial,  porque no tienen que solicitar permiso para publicar nada, lo que le permitiría  sintonizar con bastante rapidez,  con lo que se está discutiendo en determinados  momentos.

Si el Sr, Kavulich quiere decirle a la Secretaria, que se adelantó,  es su asunto. Pero podía o no haberse adelantado y  yo auguro que iba a ocurrir lo mismo que ha ocurrido. Irse con las manos vacías.

En su artículo, más adelante, el Sr. Kavulich dice:

“En septiembre, los departamentos de Tesoro y Comercio autorizaron que organizaciones religiosas y educativas, así como compañías de telecomunicaciones o de viajes, entre otras, pudieran abrir oficinas y cuentas bancarias en la isla. También eliminaron otras trabas para que ferries, cruceros y aerolíneas establezcan servicios regulares en Cuba”.

Más adelante se queja de que el Gobierno Cubano no ha reaccionado a tales medidas, que según el Sr. Kavulich no debilitaría sus posiciones y sería positivo para la economía de la Isla, pues una mayor presencia de compañías estadounidenses ayudaría también a establecer mayor credibilidad ante acreedores internacionales”.

Esas declaraciones del Sr. Kavulich son la expresión más clara de que no entiende  casi nada, de lo que está ocurriendo en las relaciones entre ambos países en estos momentos.

Respetamos la  apreciación personal del Sr. Kavulich  de  que las medidas no debilitarían las posiciones cubanas. Pero no creo tenga la razón en ello, pues ¿por qué el Gobierno Cubano tendría que aceptar tan limitadas medidas, unilaterales  que  solo  empoderan  a una parte de la población cubana? ¿Por qué el Gobierno cubano tendría que aceptarle a Obama que no ponga en práctica sus prerrogativas ejecutivas para aliviar  el bloqueo que Cuba continua sufriendo, si cuenta con la capacidad para hacerlo?

Además, Cuba hasta ahora, nunca ha disfrutado de la credibilidad que le daría  ante los acreedores internacionales la presencia de las compañías estadounidenses, ¿Por qué tendría que cambiar esa credibilidad ahora haciéndole la concesión a Obama de aceptar medidas que   le benefician de manera tan insuficiente?

Cuba no va a aceptar medidas de Estados Unidos que no vayan directamente dirigidas a erosionar el bloqueo. De eso es de lo que se trata. No aceptará medidas que solo ponen “curitas de mercuro cromo”,  que no sirven para aliviar en nada un bloqueo que ya dura más  de 55 años.  Obama tiene sobradas prerrogativas ejecutivas,  que le dan la posibilidad de aparecerse con algo más  serio que las  recientes medidas del 18 de septiembre.

Lo voy a decir de otra manera: Mientras Obama no tome medidas que realmente erosionen erosionando seriamente el bloque y lo haga por demás, de forma acelerada, Cuba no va a prestar atención,  ni reaccionar ante medidas tan limitadas, unilaterales, y dirigidas solo a aquellos sectores que Obama quiere empoderar y que supuestamente son los que les ayudarían en su plan de  subversión política. Y ese es el caso delas medidas de enero y del 18 de septiembre del 2015.

Obama, le da ”la vuelta a la noria” y no  ha sido  capaz siquiera de acabar de quitar la leoninas  normas que han regido el comercio sui generis  entre ambos países. ¿Puede Obama, tener buenas intenciones, cuando ni siquiera es capaz de eliminar la condición de que las mercancías que Cuba importe de Estados Unidos deben ser pagadas  al contado y antes de que los barcos que las transportan salgan de los puertos de ese país  y  que esos barcos no pueden ser cubanos  y adicionalmente, la Isla   no puede vender nada a los Estados Unidos?

No creo que el Sr. Kavulich, sea tan iluso,  como  para no poder explicarse por qué Cuba ha disminuido ese comercio  y  probablemente  lo continuará disminuyendo hasta hacerlo cero, virándose hacia otros mercados, que aunque no son tan cercanos, son más lógicos en sus comercio exterior.

Si como él declara,  Cuba está utilizando la  baja y tal vez  la eliminación de ese  comercio como un mecanismo de presión, no contra los empresarios  en realidad, sino, contra el gobierno norteamericano,  para que se exija al Congreso la eliminación del bloqueo, no el embargo (borre el eufemismo), está en su pleno derecho de hacerlo. ¿O es que no podemos ni  defendernos? Pues como dijo Igarza “…no es que no queramos comprarle a Estados Unidos, es que las medidas impuestas nos afectan demasiado”.

Por eso los funcionarios cubanos reaccionaron a la visita de la secretaria, señalando que “casi todas las medidas que se han flexibilizado se dirigen al sector privado”. En tal aspecto Cuba no está en desacuerdo e inclusive ha aceptado más vuelos chárter,  pero lo que no aceptará nunca,  es que tales operaciones omitan los canales establecidos en su economía, para hacerle concesiones a Estados Unidos.

Una funcionaria cubana señaló que  “en enero, la administración de Obama dictó regulaciones que autorizan determinadas exportaciones a los trabajadores por cuenta propia en Cuba. Sin embargo, cualquier exportación a la Isla solo puede ser procesada a través de empresas estatales, lo cual ha impedido en la práctica el impacto de esa medida”.

Estas circunstancias no serán modificadas en el futuro inmediato, según indicó la funcionaria, quien agregó que “en cuanto a las telecomunicaciones, ETECSA tiene exclusividad en ese sector y revertir esto, sería alterar lo que hoy tenemos aprobado para realizar concesiones a los Estados Unidos”.

En contraposición a eso agregó, que “mientras,   empresas de otros países,  continúan haciendo negocios con ETECSA, sin temor a la competencia de compañías estadounidenses”.

Cuba continuará manejando esas alternativas de negociación  que impiden que Estados Unidos crea la Isla no tiene otras alternativas de comercio. Es Estados Unidos, quien sigue en la misma actitud y  pone trabas que evitan que los hombres de negocios estadounidenses se acerquen a Cuba. ¿Hasta cuándo tendrán estos que esperar, sacrificando sus intereses económicos, por los intereses políticos de Obama?

Pues Cuba no tiene nada que la obligue a la aceptación de medidas que no  vayan  en la dirección de sus intereses. Ha esperado más de cincuenta años para negociar sus relaciones con Estados Unidos, pero no  va a aceptar presiones, con tal de lograr buenas relaciones con el vecino del norte. No lo hizo, en las peores circunstancias,  ¿Por qué tendría que hacerlo ahora?

No van a lograr asustar a Cuba con argumentos tales como que los negocios no van a estar esperando; que Obama ha tomado mucho riesgo político; que las compañías se van a cansar de visitar a Cuba,  teniendo muchos otros mercados o  que a Obama le queda poco en el cargo.

Esos argumentos pueden servir  para presionar a Obama, no a Cuba. Es él  el que está  sufriendo las presiones del capital para venir a Cuba;  la competencia por el mercado cubano con los capitales de otros países y del capital  cubanoamericano que no quiere quedarse al margen de las  oportunidades en la Isla.

Por su parte, Ted Piccone, investigador principal de Brookings Institution y experimentado observador de las relaciones EEUU-Cuba, comparó las negociaciones entre ambos países a “una danza de elefantes”. Dice este Señor:

“Estados Unidos finalmente se está moviendo hacia la pista de baile, de un modo bastante ágil, para estimular el progreso hacia un aterrizaje suave en Cuba”, observó. El gobierno de Castro, por otra parte, actúa como el “bailador tímido, y se está moviendo muy lentamente para no poner en peligro su posición en casa, mientras también continúa cortejando a otros candidatos extranjeros”

El Sr. Piccone debiera estar de este lado del Estrecho de La Florida, para comprobar que Obama esa agilidad no es real, sino solo aparente, engañosa. No se está moviendo ni siquiera lenta y firmemente. Pues si en realidad quisiera moverse rápido adoptaría medidas más inteligentes, aceptables por parte de Cuba, y que erosionen el bloqueo.  Lo que se observa es que Obama adopta medidas muy limitadas, unilaterales y  llenas de una carga política que Cuba no puede aceptar.

Es verdad que Cuba se está moviendo tímidamente, pero ello responde al peligro que conllevan las medidas de Obama, que no ofrecen confianza y no se le ven los beneficios reales a corto plazo  para Cuba, vista como un todo, no como Obama quiere verla.

Hay una danza de elefantes, es cierto, pero también es cierto que se incrementa el impulso interno y externo  de cambiar la política hacia Cuba, aunque Obama no está actuando en correspondencia con ello. Que abra las inversiones estadounidenses, a ver qué pasa.  Que no continúe tratando de mover la “pacotilla de la pequeña y mediana propiedad privada” y que se decida finalmente   a poner a Cuba realmente ante el reto de recibir al capital estadounidense ¿Por qué no lo hace?

No lo hace porque  sabe que Cuba no le tiene miedo al capital estadounidense,   porque sabe que no creemos que todo el que venga de Estados Unidos, va a venir bajo la sobrilla de  su proyecto subversivo. Porque sabe que eso sería lo que en realidad  beneficiaría a la economía cubana. No lo hace porque Obama quiere entretenernos con medidas de medio corte, que son las que realmente contribuirían a llevar adelante su proyecto subversivo, mientras que por otra parte, impide que la economía cubana vaya adelante. 

Obama, como el elefante más pesado, pudiera imponerle un ritmo a las negociaciones que ahora no tienen, porque ha seleccionado mal las medidas. Si de verdad adoptara  medidas en las que se viera  el interés por erosionar el bloqueo, que tuvieran un efecto rápido y no unilaterales, sino mutuamente ventajosas, como decimos en Cuba, “otro gallo cantaría”. Y  lo que más  puede hacernos dudar de cuáles son  las verdaderas   intenciones del Presidente,  es que Obama cuenta con las prerrogativas necesarias, para hacer las cosas de otra manera y no lo hace.

Que su Santidad Francisco  me perdone, pero Obama parece venir con el mismo engaño de la “Resolución Conjunta”, “La Enmienda Platt”, “La Política de la Fruta Madura”. Y tal cosa a los cubanos, nos recuerda mucho la historia de finales del siglo XIX, en que perdimos la independencia,  después de haber luchado  por ella más de treinta años,  y tuvimos entonces que luchar sesenta años más para recuperarla en 1959. Ahora no estamos dispuestos a perder nuestra independencia, ni la soberanía, pésele a quien le pese y cuéstele a quien le cueste.

La Habana, Octubre 11 del 2015


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