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domingo, 28 de octubre de 2018

¿COMO SALIR DE DONDE ESTAMOS SIN LA AYUDA DE TODOS?

Esteban Morales Domínguez
UNEAC

Si queremos salir adelante, hay que poder contar con todo lo que tenemos, pues como se dijo: “…es con todos y para el bien de todos”.
Pero deberemos librarnos de nuestro dogmatismo en política económica, del sectarismo, de la simpatía a los que solo quieren hablar bien o limar asperezas. Deberemos criticar todo aquello que no está en el lenguaje de lo aceptable, no aceptar el pesimismo de algunos, la apatía de otros, la falta de confianza, la burla y el choteo; pues de todo eso hay en nuestro pequeño mundo archipiélago.
Hay que hacer que todos quepan dentro del mundo que deseamos construir, porque no podemos pasarnos la vida excluyendo. En ese proceso, negamos que quien puede no agradarnos también debe tener su espacio, la crítica debe tener su espacio respetado y promovido.
No puede azorarnos que haya gente diciendo que la propiedad privada es mejor, si brota a cada paso la ineficiencia de la propiedad estatal; que por demás, está en las garras de un mecanismo de planificación inmovilizador, de un estado que tiende a manejarla como propia, y una burocracia que la mayorea con absoluta discrecionalidad.
Por qué no darle espacio a la inversión nacional, moviéndonos hacia el aprovechamiento de la pequeña y mediana propiedad no estatal. ¿Comprometemos algo con ese paso? Nos ayudaría al aprovechamiento de los tantos recursos, que permanecen inmovilizados cuando la economía nacional los necesita para ampliar sus capacidades de satisfacción, de un conjunto de problemas que el estado no ha resuelto.
No, en lugar de eso hemos supuestamente “reorganizado” el trabajo por cuenta propia, pero generando una madeja burocrática que molesta y desestimula a cualquiera.
Ahora resulta, que para ejercer el trabajo por cuenta propia se puede contar con una sola licencia, idea que hasta hoy nadie la explica. ¿Qué lógica subyace tras la prohibición de poder al mismo tiempo vender café, dulces y otros productos comestibles y no poder vender libros? ¿O rentar un cuarto y al mismo tiempo ejercer de chofer, para traer a los huéspedes del aeropuerto? La respuesta o más bien la falta de ella, ofrece la imagen de un puro capricho burocrático.
Claro que detrás de todo no hay más que la concepción errónea, de que la gente no debe enriquecerse, parte del propio entramado que durante años, no permitió al cubano disfrutar de las capacidades hoteleras del turismo internacional o la tenencia de un celular.
¿Hasta cuándo continuarán las equivocaciones, para luego tener que rectificar? Dejaremos de hacer el ridículo cuando entendamos, que hay que escuchar y acatar la voz del pueblo. De un pueblo en el que sobran, quienes pueden sustituir a los que prefieren maldirigir de ese modo. Con la nueva dirección del país vamos por buen camino, porqué el nuevo Presidente los está sometiendo a todos a prueba. Sabe que no se pierde nada si hubiera que sustituir a alguien, porque nadie es imprescindible.
A pesar de ello, aún no hemos visto a un Ministro rindiendo cuentas en la televisión, ni respondiendo a las múltiples preguntas que ya les deben estar llegando, excepto a la Ministra de educación en la Mesa Redonda antes del comienzo del Curso.
Hace unos días en el Municipio Cerro, se dio una de las tantas reuniones con los cuentapropistas. Las críticas y las preguntas sin respuesta fueron tantas, que los asistentes la abandonaron, la reunión no concluyó, la terminaron los cuentapropistas. No es difícil observar que se trata de un asunto no concluido y respecto al cual hay muchas incomprensiones y descontentos.
Sobre los precios del mercado agropecuario ni que hablar, no bajan y al contrario suben. Ejemplo es la producción porcina que se dice ha crecido, pero contradictoriamente a lo que debiera ocurrir, sus precios no bajan, de diciembre del 2017 hasta hoy en La Habana, los precios han aumentado más del 10%. Los precios del resto de los productos tampoco se reducen, fue un verdadero show lo de las 15,000 manzanas, pero de lo que esperan en la mesa cada día los cubano, no se habló.
Espero que de esas visitas, que se están haciendo por el Presidente y otros Miembros del Gobierno, le dediquen alguna a las Tiendas Recaudadoras de Divisas; por ejemplo a la de Carlos III, (esta en la que Boris Fuentes pesó las bolsas de pollo), para que observen los precios. Una pequeña vasija plástica cuyo costo de producción no debe ser mayor de 1CUC, se vende al consumidor por casi 6 CUC o más. También podrán observar que fuera de la tienda, lo mismo le venden un aire acondicionado que un elefante blanco. La visita debe ser sorpresiva, para que agarren a todos movidos.
Se van acumulando un conjunto de problemas, que afectan seriamente el estado de ánimos de los ciudadanos. Entre ellos ha estado el asunto de la venta de materiales de construcción, dónde creo que se ha actuado con fuerza, pero a pesar de ello el Presidente recibió hace días una queja del rastro de Batabano. Claro, estoy seguro de que si los implicados ya no están presos, es porque lograron desviar el Ferry hacia Yucatán.
El asunto de los servicios se presenta en el documental “Detrás del Mostrador”, del realizador Eric Corvalan, donde se pueden observar de manera muy clara las contradicciones entre lo que dice el pueblo y las explicaciones de las tres empleadas administrativas, justificándolo todo con argumentos muy poco creíbles. Nítida expresión de que es la sociedad civil la que debe defenderse a si misma, pues generalmente la burocracia solo se justifica, la llamada “Defensa del Consumidor” no es más que un bello cartel en la pared y la gente incrédula de que valga la pena reclamar por algo.
Claro que el asunto es bien difícil de solucionar. Hay un mecanismo básico, que no está funcionando como debiera. Es bien difícil que alguien que reciba hoy un salario estatal, se sienta estimulado a trabajar bien, por que el mismo más que satisfacer sus necesidades des estimula. “Corrupción de baja monta”, desinterés, emigración etc. Hay que reconocer que muchos trabajan por conciencia, pero mientras la situación económica demora en resolverse, aun la más fuerte conciencia se resquebraja.
Existen sectores de buenos salarios; los hay en ciertas industrias, la agricultura, las cooperativas agropecuarias, el turismo, las corporaciones. Pero fuera de estos los salarios son muy bajos. Situación que sufre principalmente el sector estatal, que se ve más afectado por el bajo crecimiento del PIB y la productividad. Hasta que esa situación no logre ser equilibrada, la economía no podrá avanzar. Porque una masa obrera, incluso a veces calificada, nada despreciable, se desliza hacia la pobreza o la emigración.
Entonces, hay que tratar de que el modelo se acepte la inversión privada nacional, aprovechando la riqueza generada por otros sectores, dándole facilidades a la pequeña y mediana empresa; incrementando aún más la inversión extranjera, utilizando el empleo transnacional, con la fuerza calificada que emigra o aprovechándola en actividades que la liguen a la empresa privada, bajo la forma de consultorías de abogados, economistas, constructores, etc. Dé lo contrario estos últimos emigran, echando por tierra el esfuerzo que le ha costado al país prepararlos, cuando pudieran trabajar como empresa privada y para el estado también.
¿Qué nos impide que haya servicios profesionales privados de abogados, arquitectos, ingenieros, artistas, diseñadores, especialistas en computación, técnicos de diferentes tipos, etc? Que permiten emplear a una fuerza calificada, que de lo contrario emigraría.
Para suministrar a esas actividades, los materiales necesarios para su trabajo. ¿Por qué no podemos flexibilizar la importación?
¿Por qué un campesino no puede importar un tractor o algunos implementos para su actividad productiva? Y tiene que esperar porque el estado se lo suministre.
¿Por qué la experiencia que tenemos con la miel, el ron, el carbón, por medio de empresas privadas nacionalmente reconocidas, no la extendemos a otras actividades productivas privadas?
Hay actividades productivas, qué pueden satisfacer el mercado interno: frutos enlatados, hortalizas, carnes, pescado, que pueden ser producciones privadas y al mismo tiempo exportables.
Hay que darle espacio al sector privado, con capital nacional, que ofertaría al mercado interno y que al mismo tiempo podría generar fondos exportables, permitiéndoles a esos productores la importación de tecnología para incrementar su productividad.
Da pena ver la cantidad de frutos que se pierden, por no contar con capacidades de procesamiento más tecnificado: guayaba, mango, tomate, ajíes, toronja, aguacate, etc. Asombra saber como Cuba fue uno de los más grandes exportadores de aguacate, el aguacate mejicano da rizas al lado de los nuestros, que son enormes a veces.
Empresas de capital nacional, pudieran ser exportadoras de productos artesanales; incluidos tejidos, sombreros, zapatos, adornos de diferentes tipos.
Pero para aprovechar todas estas capacidades, debemos mover el ahorro nacional, convirtiéndolo en inversión.
Creo que, o nos movemos hacia adelante con la economía, haciendo uso de todas nuestras capacidades nacionales, o ya estamos en tiempo de descuento. El país no puede continuar ¿creciendo? al ritmo en que lo venimos haciendo en los últimos más de 5 años.


20 de octubre del 2018.




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