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lunes, 4 de noviembre de 2019

DONAL TRUMP EN LA PERSPECTIVA DE UN JUICIO POLITICO (Segunda Parte).


Autor: Esteban Morales Domínguez
UNEAC
El proceso de una perspectiva de impeachment contra Donald Trump, lejos de diluirse, lo que parece es complicarse. Trump parece estar actuando como el famoso folclórico personaje de Chacumbele, “que el mismo se mató”.
¿De qué modo se le complica la situación al presidente?
En primer lugar, ya son más de uno los denunciantes contra la actuación de Trump en Ucrania. El que se filtrara por una conversación telefónica, que Trump había pedido a su homologo Vladimir Zelenski en julio pasado, que este último investigara al ex vicepresidente Biden, quien es ahora ni más ni menos, que su principal contrincante político en la cercana campaña presidencial del 2020.
Trump insiste denodadamente en varios asuntos que parecen formar parte de una estrategia para enfrentar el peligro de un juicio político.
-Continúa insistiendo en que el impeachmente lejos de perjudicarle le beneficiaria, en la perspectiva de ganar las próximas elecciones.
-Continúa mintiendo al decir que no presionó al presidente ucraniano. Pero días antes de la llamada Trump ordenó a sus asesores congelar el fondo de 400 millones en ayuda militar para Ucrania, lo que genero la especulación de que retenía el dinero para presionar por información sobre los Biden. Entonces, el Presidente ha negado la acusación, pero reconoció que bloqueó la entrega de fondos. ¿Con que objetivo lo hizo sino fue para presionar por sus intereses con Ucrania?
-Se aferra a la idea de que los republicanos que lo siguen continuaran a su lado, con independencia de lo que pueda ocurrir. Lo cual depende de cómo su popularidad se vaya afectando.
-Continua el doble juego de que aun y cuando se descubran sus trampas, tiene el derecho de actuar como lo hizo. Lo cual tiene que ver con su comportamiento enfermizo.
-Sigue tratando de frenar la posibilidad de verse obligado a entregar la documentación que puede perjudicarle. Aunque no ha podido evitar que la comisión de la cámara, dominada por los demócratas, continué entrevistando a los que van llamando a comparecer.
-Aparece con el argumento de que China también debiera investigar a los Biden. Repitiendo el mismo argumento que lo tiene en una crítica situación frente a la perspectiva del juicio político.
-Continúa insistiendo en conocer la identidad del primer informante. A lo cual no tiene derecho.
-No solo presionó en el caso de Ucrania, sino que hizo algo similar con Australia.
-Les declara la guerra a los que asisten a las comparecencias con la comisión de la Cámara, les lanza encima a sus partidarios dentro de la prensa.
- Continúan apareciendo evidencias sobre su interés de desprestigiar la investigación de Müller. Dando orientaciones para continuar su persecución.
- Utiliza a su equipo de gobierno para llevar adelante acciones que tiene serios visos de ilegalidad.


No obstante, tanto la Casa Blanca como los asesores informales de Trump, se encuentran divididos sobre cómo manejar la historia, según ocho personas que hablaron bajo la condición de anonimato. Debido a que no están autorizados para discutir conversaciones privadas de manera pública.
Pero a Trump le preocupa que aun y cuando el Senado, controlado por los republicanos, le absuelva, como es de esperar hasta ahora, de todos modos, el Juicio Político devenga en la primera línea de su obituario político.
Por su parte, Mitch Mc Connell, líder de la mayoría republicana del Senado, afirmo que no tendría opción más que permitir que se proceda con el juicio político de Trump en la cámara alta, si la cámara baja aprueba el impeachment. Poniendo así fin a las especulaciones de que McConnell buscaría la manera de evitar el juicio.
Mientras los demócratas intentan destituirlo, Trump y sus aliados más cercanos, creen que pueden presentar al Presidente como un mártir ante sus seguidores, lo que, según ellos, ofrecería la necesaria motivación para que sus simpatizantes acudan en masa a las urnas a votarlo.
Parece que la estrategia de reelección de Trump, depende de la participación de sus seguidores más acérrimos, qué no votan más de lo habitual, más que de convencer a los escépticos en el centro del espectro político.
Después del anuncio de la Pelosi, los partidarios de Trump desplegaron varios tuits atacando a los demócratas, incluido un video que concluía con un mensaje para los seguidores del Presidente que decía “Mientras el único objetivo de los demócratas es luchar contra Trump, el Presidente Trump lucha por usted”. La cual es una jugada de engaño propagandística.
Que Donald Trump quiere que lo sometan al juicio político es un argumento que viene sosteniéndose desde hace tiempo. Ben Domenech, editor del sitio The Federalist, ha dicho que “…el juicio político no sería un tropiezo para el Presidente, porque Trump está ansioso por dar la pelea”.
Pero reforzando el argumento, el Sr. Domenech dice” …si un presidente escapa indemne de una investigación por conspiración con un gobierno extranjero y justo el día después del testimonio de Robert Müller presiona por teléfono a un gobierno extranjero para que lo ayude en su campaña presidencial: ¿acaso parece preocuparle a ese presidente la posibilidad de ser sometido a un juicio político? Yo diría que no”.
En mi opinión personal, parece haber, como se dice, “gato encerrado”, detrás de esa insistencia en que a Trump le beneficiaría ser objeto del juicio político. No puede ser otra cosa, que a Trump se le va complicando bastante su posición frente al juicio político. No obstante, sigamos viendo los argumentos que se dan para considerar que a Trump le beneficiaria este proceso.
Según se argumenta, existen cuatro aspectos positivos que resultarían del mismo para la presidencia de Trump.
Primero.
Si los demócratas lo someten a juicio político harán algo impopular en lugar de algo popular.
Es que hasta ahora los sondeos muestran la impopularidad de un juicio político. Pero pueden esos sondeos modificarse con el desarrollo de las noticias qué lleguen de Ucrania o de otras evidencias que están apareciendo de la actuación de Trump.

Segundo.
Se dice que Trump se siente feliz de hacer públicos sus abusos de poder frente a la corrupción blanda de sus oponentes.
Pero Trump es el más corrupto, de manera mucho más ostensible.

Tercero.
El juicio político le daría a Trump una última oportunidad de consolidar su influencia sobre los posibles sucesores republicanos.

Cuarto.
Porque es el circo la parte de la política que Trump mas disfruta.

Pero, en realidad, ninguno de tales argumentos justifica suficientemente el supuesto interés de Trump por ser sometido a juicio político. Sobre todo, porque ya ha pasado un mes desde que la Pelosi decidió iniciar las investigaciones para el mismo y la situación de Trump, lejos de mejorar se le ha venido complicando.
A pesar de que Trump ha negado fervientemente que el no presiono al Presidente ucraniano y este haber negado que había sido presionado; al publicarse la transcripción de la conversación entre ambos del 25 de julio último, esta muestra claramente que el presidente Trump pidió varias veces a Zelesnki que investigara al vice Joe Biden. Si a ello le agregamos que se ha demostrado que Trump freno la entrega de los fondos prometidos a Ucrania, esperando la conversación con el Presidente ucraniano, queda muy claro que si hubo presión. Ello fue precisamente lo que motivo que Nancy Pelosi abriera la investigación de juicio político, a lo cual no se había decidido. ¿Por qué lo hizo en ese momento, si no fue precisamente porque estaba ya convencida de que existían razones suficientes?
La Casa Blanca trato de justificar la situación diciendo que la trascripción no era textual y que está basada en notas y recuerdos de funcionarios del gobierno de Estados Unidos. Esto cayó de cabeza ante las declaraciones del primer, aún desconocido, informante que se reunió con la comisión de la Cámara.
Además, hoy el documento revelado muestra que Trump le dijo a su homologo que trabajara con el Fiscal General de los Estados Unidos, para investigar la conducta del precandidato presidencial demócrata y de acuerdo con lo publicado por el diario Washington Post, el presidente Trump incluso ofreció reunirse con el Presidente ucraniano.
“Me gustaría que el Fiscal los llamara y me gustaría que llegaran al fondo”, dijo Trump al Presidente de Ucrania.
En esa maniobra participó también Rudy Giuliani, quien se ha alzado como el principal portavoz de Trump en esta crisis, porque la Oficina de Comunicaciones de la Casa Blanca no ha podido estructurar una estrategia y actualmente tiene una relación inconsistente con el Presidente. De tal modo, que los muy estúpidos enviaron su estrategia a los demócratas.
La apoteosis de todo este desmadre se produjo, cuando la Casa Blanca envió a los demócratas un correo electrónico en el que delineaba su estrategia sobre como los republicanos debían contestar a preguntas sobre la polémica situación entre Trump y el presidente ucraniano Zelenski.
En el mencionado correo, titulado “Lo que necesitas saber”, la casa Blanca aconsejaba a los legisladores republicanos usar la palabra “mito “para describir la conversación entre los dos líderes y pedía culpar a los demócratas de “provocar frenesí mediático de falsas acusaciones”. Por si fuera poco, luego la Casa Blanca envió otro mensaje a los demócratas para pedirles que, por favor, le devolvieran su estrategia.
La falta de coherencia y el nerviosismo que esto indica en las acciones defensivas de los republicano, no tiene paralelo. Reafirmándose no solo una falta de estrategia, además, la ausencia de habilidad para llevarla adelante. Al parecer Trump no se percata que con su accionar en este caso, está haciendo lo mismo por lo que estaba acusado en la comisión Müller.
¿O cuál es la diferencia entre haberse vinculado a Rusia para aplastar a la Clinton y ahora coordinar con el Presidente ucraniano, para que le quite del camino a Joe Biden?
Puede ser esto muy peligroso para Trump, aunque con el agravante de que en lo ocurrido en el caso de Ucrania está muy simple y claro cuál ha sido su participación. Mientras que, en el caso de la colusión con Rusia, en medio de lo complejo y tumultuoso del problema, al parecer, si no fue cobardía de su parte, es verdad que Müller no pudo hallar suficientes evidencias como para condenarlo.
Pero ahora, a medida que avanzan las investigaciones se conocen nuevos detalles del incidente de la llamada y emergen nuevas informaciones que involucran a otros personajes del equipo del Presidente.
Trump también había pedido durante el contacto con Ucrania, que el Presidente ucraniano coordinase con su asesor Giuliani y el procurador William Bar. Por lo que entonces ambos son parte de la investigación del Impeachment. Revelándose además, que el secretario de estado Mike Pompeo participo en la llamada con el Presidente ucraniano.
Pero, como casi siempre ocurre en este tipo de asuntos, empiezan a brotar más revelaciones del tipo anunciado.
Trump también había presionado al ministro de Australia Scott Morrison, en una llamada telefónica, para que brindara asistencia al procurador general Barr, quien está realizando una indagación para descalificar la investigación encabezada por el Fiscal especial Robert Müller contra el Presidente y su equipo, según informo el New York Times, por lo que esta acción también es carga para el juicio político. Por si fuera poco, el Washington Post revelo que el procurador Barr ha sostenido reuniones privadas con oficiales de inteligencia de otros países, para dañar las conclusiones de la investigación de Müller sobre la interferencia rusa. Agregando, ¿otro error de seguridad nacional de Trump?
Una semana después de anunciarse el proceso formal de impeachment, múltiples nuevas encuestas registraron un incremento significativo entre quienes favorecen proceder contra Trumpn, lo que puede ser indicativo de que la marea se vira contra el Presidente. Una fuerte evidencia de las dificultades de Trump, es que el Senador demócrata Chris Murphy, que había sido reacio a respaldar la pesquisa, apuntó que “la sociedad del momento requiere que todos hablemos para preservar el compromiso de nuestra nación con el Estado de derecho”.
Varios legisladores demócratas, antes contrarios al inicio del proceso, comienzan a mostrarse más abiertos a ese paso tras los informes sobre la conversación telefónica que sostuvo el Presidente con su par de Ucrania. Un extraordinario impacto tuvo el discurso del legislador Afroamericano John Lewis, que hace medio siglo acompañó al reverendo Luther King cuando pronuncio su famoso discurso,” Yo tengo un sueño”, en la marcha a Washington en 1963.
Lewis decía, “No podemos retrasarnos. No debemos esperar. Ahora es el momento de actuar. Nunca encontraremos la verdad a menos que usemos el poder otorgado por la cámara de representantes. El futuro de nuestra democracia está en juego.”
A Lewis lo cubre un manto de autoridad que, si algún demócrata estaba indeciso, su discurso despejo cualquier duda.
Murphy por su parte, pidió a la cámara de mayoría demócrata, tomar medidas para garantizar que la mencionada queja se presente al Congreso en su totalidad, y realizar una indagación sobre el alcance de las demandas al Gobierno ucraniano.
Donald Trump como Nixon, tiene su equipo de secuaces. Los de Nixon, HR Hadelman secretario de la Casa Blanca y John Mitchell secretario de Justicia, terminaron en la cárcel. Mike Pompeo, Rudy Giuliani y Barr, puede que ya estén separando el turno, porque los tres tienen un grado de involucramiento en el incidente de Ucrania y otros, qué es difícil salven la cabeza. Su suerte está demasiado unida a la de Trump.
En particular Pompeo, había atormentado a la exsecretaria de estado Hilary Clinton por el incidente de Benghazi. Ahora está tratando de evitar que el Congreso exija a la administración Trump rendir cuentas por retener información. Ha perfeccionado el arte de mantener contento al Presidente y sus objetivos políticos más altos significan también complacer a la base de Trump. No olvidar que Pompeo estuvo en la llamada telefónica entre Trump y el presidente de Ucrania.
Por su parte Rudolph Giuliami, el denominado héroe del 11 de septiembre, es supuestamente el abogado personal de Trump, pero sus incesantes “éxitos de noticia “por cable no son de ningún manual de corte. Rudy Giuliani hizo una cruzada abierta para que Ucrania investigue al hijo de Joe Biden y se reunió con un funcionario del Gobierno de Kiev en España. De modo que los críticos se han preguntado si sus trabajos independientes sobre Ucrania no han llevado a su presidente a un lugar peligroso.
Giuliani negó haber pedido a Ucrania que investigara a Biden. Antes de reconocer que lo hizo.
Lindsey Graham es ahora el compañero de Golf de Trump y su defensor más vigoroso. Antes fue discípulo del difunto senador John McCain, que despreciaba a Trump, por lo que en su defensa de Trump, tiene a quienes lo tildan de hipócrita. Graham sabe que su papel probablemente significa que se librara de un rival ferviente pro Trump, el próximo año en su estado de origen.
Por su parte, Mike Pence, el vicepresidente, ama a Trump. Este último lo envió a reunirse con el presidente ucraniano Vladimir Zelenski el 1 de septiembre. Pence dijo que discutieron la ayuda de Estados Unidos, pero no a Joe Biden, lo cual difiere de lo dicho por Trump y de lo finalmente aceptado por Pompeo. Pence como Pompeo, sueña con cosas superiores y codicia a los votantes de Trump, pero está en un lugar intrigante. Sí por alguna razón el Comandante en Jefe tiene que irse, él gran cargo pasaría a sus manos.
El momento actual del proceso de Juicio político está en la comparecencia de los testigos ante la Comisión de la Cámara. El asesor de Trump sobre Ucrania, Alexander Windman, el principal experto en Ucrania testifica en contra del. Dijo que hubo un “quid proquo” persistentemente negado por la Casa Blanca.
Alexander Windman (1975) nació en Ucrania. A la muerte de su madre, el padre, un judío ucraniano, lo llevo con sus hermanos a Nueva York en diciembre de 1979. En 1988 se graduó de la Universidad Estatal de Nueva York, más tarde recibió maestría en la Universidad de Harvard en Estudios de Rusia, Europa del Este y Asia Central.
Después se unió al Ejército de Estados Unidos, convirtiéndose en un oficial de carrera. Sirvió en Corea del Sur y en Alemania. Veterano de Irak, recibió la medalla Corazón Purpura. Lo ascendieron a mayor en el 2008 y en el 2015 a Teniente coronel. Como oficial especializado en Eurasia, sirvió en las embajadas de Estados Unidos en Kiev, Ucrania y Moscú. Al regresar a Washington DC, era un oficial de asuntos políticos-militares rusos que trabajaba para el presidente del Estado Mayor Conjunto. En julio del 2018 se le designo para trabajar en el Consejo de Seguridad nacional como experto en Ucrania. Asistió como invitado al acto inaugural del nuevo presidente de Ucrania Vladimyr Zelenski.
A pesar de su impresionante hoja de servicio, fue cuestionado por los republicanos partidarios de Trump, cuando fue citado a declarar ante la Cámara el 29 de octubre como parte de la investigación de juicio político contra el presidente Trump. De tal modo se convertía en el primer funcionario de la Casa Blanca en testificar sobre la ya famosa llamada telefónica del 25 de julio del 2019, entre Trump y Zelenki.
Según declara Windman, haber oído esa conversación en la Sala de situación de la Casa Blanca lo consideró tan perjudicial para los intereses estadounidenses, que se lo comunicó a un superior. Lo hizo dos veces-escribió en su declaración- por “sentido del deber”. Siendo el punto crítico de esta historia que su testimonio confirma, una vez más, la existencia de un “quid pro quo” negado por la Casa Blanca.
Al ser ucraniano de origen y haber declarado de modo que no beneficia a Trump, de manera inmediata parte de la prensa le cayó encima. Mientras que otros los defendieron, considerando los ataques como una verdadera vergüenza. Lo cual es cierto.
Kurt Volker, ya se había convertido en un personaje central en la investigación de la Cámara de Representantes. Testifico durante casi 10 horas. Volker se veía franco y abierto y respondió a todas las preguntas, según se señaló. Volker les dijo a los investigadores que le advirtió a Giuliani que no se apoyara en la información proveniente de Yuri Lutsenko, ex procurador general de Ucrania. Lutsenko presuntamente había estado en contacto con Giuliani, según se señaló.
Aunque los demócratas tiendan a desear un proceso rápido, la duración es una incógnita también. La propia Pelosi, que anunció un proceso expeditivo, admitió que llevara tiempo, pues la Casa Blanca se está resistiendo a proporcionar los documentos o testigos que reclame la Cámara de Representantes, demorando meses los tramites. Aunque acelerar el proceso de impeachment daría combustible a Trump para hablar de “cacería de brujas”.
Se lanzó desde la cámara un verdadero ultimátum: o la Casa Blanca envía toda la información requerida para aclarar el caso de Ucrania, o se emitirá una citación con toda la obligación de entregarlos. Si el presidente Donald Trump y el secretario de estado Mike Pompeo han obstruido u obstaculizan la investigación, esto se considerará una prueba de delito de obstrucción. Por lo que Shiff no oculta algo que es más que una sospecha: acaso la Casa Blanca y otros funcionarios de la administración actuaron para ocultar e incluso destruir datos e información, para evitar que el Congreso y la opinión pública se den cuenta.
“En realidad, han sido enviados muchos requerimientos, durante mucho tiempo, …” informo Cummings. “La lista de lo que el personal del Presidente debe producir es muy larga…” En primer lugar, todo lo relacionado con las dos llamadas telefónicas en abril y julio entre Trump y el presidente ucraniano.
Además, grabaciones, transcripciones, notas, más notas y más documentación. Pero también una lista completa de todos los miembros del personal presidencial y administrativo involucrados de varias maneras en las dos llamadas telefónicas entre ellos Pompeo, quien desde Roma admitió que estuvo presente en la llamada. Nuevamente se le pide a la casa Blanca que entregue todo el material relacionado con las llamadas telefónicas y con otros líderes extranjeros con los que Trump posiblemente haya abordado los mismos temas que con Zelenski.
Finalmente, los miembros del Congreso quieren saber todo sobre la decisión de retirar temporalmente los 391 millones de dólares de ayuda a Kiev antes de la notoria entrevista entre Trump y Zelenski.
Ya paso el informe sobre el impechament aprobado por la Camara al Senado.
¿Cómo podrá salir Trump de semejante encerrona?
Esto no ha terminado. Ha comenzado la etapa definitiva.


Noviembre 1 del 2019.

jueves, 17 de octubre de 2019

DONALD TRUM: ¿EN LA PERSPECTIVA DE UN JUICIO POLITICO?

Esteban Morales Domínguez
UNEAC

Los vientos del Impeachment (juicio político) soplan una vez más, ahora por cuarta ocasión en la política interna norteamericana. Se trata del presidente Donald Trump, que parece haber colmado copa de la de la líder de la Cámara de Representantes Nancy Pelosi. Antes de Donald Trump, que ahora se asoma peligrosamente a ser enjuiciado, otros tres Presidentes han afrontado el proceso de juicio político.
Andrew Johnson (1865-1869).
Richard Nixon (1969-1974).
William Clinton (1993-2001).
Ninguno de los tres resultó destituido. Johnson y Clinton salieron absueltos y solo Nixon perdió la presidencia, renunciando antes de ser enjuiciado, por el conocido Escandalo Watergate.
Donald Trump se ha convertido así en el cuarto presidente en la historia de Estados Unidos, que afronta la amenaza de Juicio Político, después de que el líder de la mayoría de la Cámara de Representante Nancy Pelosi, anunciara que abrirán una investigación de impeachment contra él, por haber presionado a Ucrania. Con más de tres años en el poder, Trump podría tener que “rendir cuentas “tras conocerse que bloqueó fondos de asistencia a ucrania y que habría coaccionado a su Presidente Vladimir Zelenski en julio pasado, para que investigue a Joe Biden y su hijo por supuesta corrupción.
La transcripción de la conversación entre Trump y el Presidente Ucraniano, muestra que el primero pidió varias veces a Kiev que investigara a Biden, ex vicepresidente de Obama y ahora aspirante a la candidatura demócrata en las elecciones presidenciales del 2020. Esta transcripción aparece como muy manipulada con la intención de la Casa Blanca de ocultarla y variar los verdaderos términos en que tuvo lugar la entrevista. Según un miembro de la CIA que denuncio esta situación.
Para que prospere el primer paso del Juicio Político, se debe contar con 218 votos, la mayoría simple de la Cámara de Representantes, que está controlada por los demócratas. Aunque sería finalmente en el Senado, dominado por los conservadores, donde tendría lugar el juicio político en sí, que deberá tomar la decisión o no de destituir al Presidente con la aprobación de al menos dos tercios de sus integrantes, es decir 67 votos.
Se trata de una situación, en la que los demócratas, pueden lograr llegar al juicio político, pero que es muy difícil lo ganen. Depende mucho de cómo las cosas se le vayan complicando a Trump, en medio de sus intentos nada ortodoxos, de quitarse de encima el ser enjuiciado. En lo que hasta ahora el mandatario no parece exhibir mucha habilidad, amén de que van saliendo cosas de la actuación del Presidente, que pueden complicarle aún más el escenario político, incluso entre sus propios partidarios.
Trump ha adoptado dos actitudes básicas: minimizar los motivos de la investigación en su contra y tomar como un asunto a su favor, que los demócratas quieran llevarlo al impeachment. O sea, Trump ve este proceso último, como una ventaja en las próximas elecciones presidenciales del 2020, al haber realizado mucha propaganda alrededor de que se trata de un acoso y una persecución a la que los demócratas lo han venido sometiendo. Por lo que ha dicho que someterlo a juicio político sería positivo para su posible reelección, al presentarlo como una víctima de la persecución demócrata.
Los republicanos, por su parte, parece han aprendido a caminar sobre la cuerda floja política durante la turbulenta presidencia de Trump. No obstante puede que los republicanos estén a punto de poner a prueba su lealtad al presidente Trump. De hacerse continua la acumulación de evidencias incriminatorias de que Trump presiono al Presidente Ucraniano, para investigar a un posible rival o hasta ahora el rival más importante en las elecciones presidenciales próximas, algunos republicanos en busca de su reelección al congreso, podrían verse forzados a entrar en un doloroso encuadre político.
Es que darle las espaldas a Trump, implica correr el riesgo de poner en peligro su presidencia y enfurecer a sus leales partidarios. Dado que las encuestas más recientes muestran que Trump tiene el apoyo de 8 de cada 10 republicanos, por lo que cualquier legislador del Partido Republicano que lo abandonase podría tener que enfrentar un desafío en las elecciones primarias, que no sería nada fácil lograr sortear.
Pero si la evidencia contra Trump es suficientemente incriminatoria, apoyarlo podría poner en riesgo el apoyo de los votantes moderados para la elección general en noviembre del próximo año. Aunque la mayoría de los legisladores republicanos representan áreas seguras para el partido, aquellos de distritos y estados que no tienen tendencias políticas definidas, no podrían darse el lujo de irritar a los votantes.
Declaró el senador Mitch McDonnell “… muy pocas cosas animan a las bases de ambos partidos políticos, como una discusión sobre un juicio político”. El intento de un juicio político podría ayudar a los candidatos republicanos de estados con tendencias republicanas, pero los republicanos de estados predominantemente demócratas “deberán moverse con el cuidado de averiguar cómo vadear esas aguas”. Los republicanos han dicho que hay muchas preguntas sin responder sobre las acciones de Trump antes de que el juicio político se convierta en una amenaza verdadera para su presidencia.
La cantidad que no parece oponerse al juicio político va creciendo peligrosamente para Trump y los republicanos intentan encontrar un lugar donde aterrizar para mantener su credibilidad y lealtad a Trump; pero en algún momento tendrán que elegir. Hasta ahora en comentarios de la prensa, la mayoría de los republicanos no han mostrado señales de vacilar y dijeron que la publicación de la transcripción no les preocupaba. Dijeron además, que se trataba de la narrativa usada por los demócratas mientras Trump luchaba contra preguntas sobre la colusión con Rusia en el 2016. Lo cual para los republicanos, no hace sino confirmar que los demócratas están obsesionados con deshacerse de Trump y que el intento juicio político es parte de esa obsesión.
Sin embargo, el exlíder de la mayoría del Senado Trent Lott, un republicano veterano en intentos de juicio político contra Nixon y Clinton, dijo que el proceso puede ser peligroso para ambos partidos. Se refiere a que se debe recordar que los republicanos fueron castigados en las urnas, durante su infructuoso intento de destituir a Clinton en la década del noventa. Pero que los republicanos también deben tener cuidado, si llegan a la conclusión de que deben apoyar la destitución de Trump. Todo lo cual, no es más que expresión de la crisis en que se encuentra el sistema de partidos en los Estados Unidos.
Habrá que tomar en consideración los instintos básicos y la forma de actuar de Trump, para lograr comprensión de la forma caótica en que la Casa Blanca ha respondido al intento de impeachment. Sin dudas hasta ahora, no parece haber una estrategia colectiva coherente que esté dando respuesta al movimiento realizado por los demócratas. Todo parece desenvolverse en medio en medio del caos, la improvisación y errores que podrían lejos de ayudar a Trump a salir de la situación en que se encuentra, más bien acabar perjudicándolo.
La salida de la crisis política, la mayor de la presidencia actual, no es tal, caracterizándose por la falta de rumbo, situación ante la cual “Trump está siendo más Trump que nunca”. Eso es lo que puede ayudar a sacarlo del juego político. Algunos especialistas, como el Profesor de Política en American University Chris Edelson, considera que Trump no tiene ningún tipo de estrategia frente al juicio político.
Edelson considera que Trump “…es un mafioso, sé cree que es el jefe de la mafia, es un abusón y un autoritario y cuenta con que los republicanos lo apoyaran sin importar lo que pase”. Lo cual estaría por ver. Una prueba de ello, es la conversación telefónica entre Nancy Pelosi y Trump, filtrada a los medios de comunicación.
Trump le decía a Pelosi “… Oye, ¿tú crees que podríamos hacer algo con esa denuncia del informante? ¿Podríamos resolverlo de alguna forma? La respuesta de Pelosi fue tajante.” Si, podrías decirle a tu gente que obedezca la ley”.
Esa forma de resolverlo puede ser en el modo de actuar de Trump, hasta tratar de hacer la barbaridad de sobornar a la Pelosi. En realidad, aquí con Pelosi y más adelante en otras situaciones, Trump emplea a fondo siempre sus métodos y lenguaje mafioso. Eso es lo que podría matarlo políticamente.
El lenguaje de la distopia domina a Trump. Este dice que no lo hizo, pero luego afirma que, en caso de haberlo hecho, no habría pasado nada. Es el lenguaje del doble pensar. Entonces en la posibilidad o no del impeachment contra el presidente Trump, apenas nos encontramos en los comienzos de la confrontación. No hay nada seguro hasta ahora de ninguna de las partes.
Los demócratas enfrentan lo impopular que puede ser su decisión de juzgar a Trump, mientras que este último enfrenta la posibilidad de que el escenario se le complique al punto de perder el apoyo republicano con que cuenta hasta ahora. Todo esto transcurre en la complejidad electoral, por lo que no hay nada decidido hasta ahora en la compleja batalla por someter a Trump al impeachmente.
3 de octubre del 2019.

lunes, 30 de septiembre de 2019

LA GUERRA CONTRA EL BLOQUEO NO PUEDE SER ETERNA

Esteban Morales Domínguez
UNEAC

Ya la guerra contra el bloqueo, en cierto modo, se la hemos ganado a Estados Unidos. En el orden político internacional, Cuba ha logrado un nivel de comprensión y solidaridad en su lucha contra el bloqueo, que cuenta con un apoyo casi total entre los miembros de Naciones Unidas. Ello se expresa claramente en la actitud asumida hasta por la Unión Europea, que se vuelve hacia tratar de ayudarnos económicamente.
Esa derrota política del bloqueo comenzó a ser una realidad, desde que Barack Obama ordeno abstenerse de votar la resolución cubana contra el bloqueo, en la Asamblea General de Naciones Unidas. Pero hace mucho tiempo ya que el foco de la política norteamericana hacia Cuba cambio, entrando en el período en que Estados Unidos dejo de mirar hacia la presencia internacional de Cuba, para prestar especial y mayor atención a la dinámica de la realidad interna cubana. Mirando en particular hacia el comportamiento de su economía.
Dejando de perseguirla preferentemente en el plano internacional, para concentrarse en su desestabilización interna.
Ello significa que el escenario que se le presenta a Cuba ahora, frente a la política norteamericana, es uno en el que debiera concentrarse en su realidad interna, particularmente económica, para evitar verse obligada a vivir continuamente en continuadas coyunturas difíciles. Es hora ya, de realizar los cambios económicos internos, que nos permitan darle estabilidad a las salidas de las coyunturas económicas difíciles que se nos presentan.
Ello significaría tomar las medidas de política económica necesarias, qué nos permitan superar las dificultades de las que Estados Unidos se está aprovechando para desestabilizarnos internamente. Nuestro Presidente ha hablado de 30 medidas a tomar en la economía interna cubana. Es aquí donde hay que concentrarse.
Se ha hecho evidente fundamentalmente con la administración de Donald Trump, que las medidas agresivas de Estados Unidos contra Cuba, se concentran denodadamente en aquellas acciones que tienen como objetivo, impedir a toda costa que Cuba pueda lograr el crecimiento económico y estabilizarlo. Ocupando así el lugar que le correspondería en la economía internacional.

“La estrategia de Estados Unidos, con la administración de Trump, está enfocada a consolidar la confrontación y la hostilidad, tanto en el plano declarativo como en la ejecución de medidas de agresión económica contra nuestro país” (ver Informe de Cuba contra el bloqueo, julio 2019, p.5).
“… el informe de Cuba evidencia en el 2019, como el bloqueo económico, comercial y financiero impuesto contra Cuba, continúa representando un freno para el desarrollo de todas las potencialidades de la economía cubana, para la implementación del Plan Nacional de Desarrollo Económico y Social del país, así como para la consecución de la Agenda 2030 y sus Objetivos de Desarrollo Sostenible” (Ob, Informe…p. 5).
Hoy existe un cierto consenso dentro de la mayoría de nuestros economistas, acerca de cuáles son las medidas de política económica que debemos adoptar. Entre ellas, algunas como las siguientes:
1-Hay que darles el peso que deben tener dentro del modelo económico a las diferentes formas de propiedad que deben actuar dentro de una economía que pretende ser socialista: la gran propiedad estatal, la pequeña y mediana empresa privada y la propiedad cooperativa, agropecuaria y no agropecuaria.
2- No es posible que creamos que La ley de Cooperativas que hemos lanzado recientemente nos vaya a solucionar el papel que debe jugar dentro de la economía cubana este tipo de propiedad. Su nivel de sujeción a la propiedad estatal es aún demasiado alto y su impase en la definitiva ejecución nos está haciendo daño y retrasando el impulso que debiéramos darle a la cooperativa dentro del modelo económico.
3-El proceso inversionista debe tomar un carácter más amplio. Viéndolo no solo en términos de las inversiones extranjeras. Sino desde la perspectiva del papel que debe desempeñar el ahorro interno, incluido las remesas, convirtiéndose en inversiones nacionales privadas. Mientras más demoremos una medida como esta, mayores serán las pérdidas de capacidad para hacerlo y el dinero acumulado internamente continuara escapando hacia otros mercados. Mercados que bien pudiéramos tratar nosotros de construirlo en Cuba.
4- Se hace necesario flexibilizar el monopolio del comercio exterior, permitiendo mayores posibilidades a la exportación e importación privada y estatal. Dando prerrogativas a la pequeña y mediana empresa para actuar de modo más independiente en la actividad del comercio exterior.
5-Hay que desplegar una estrategia dirigida evitar que la mano de obra calificada escape por la vía de la emigración. Como crecientemente lo está haciendo, permitiéndole a esta última emplearse en la actividad privada. Abriendo empresas medianas, pequeñas y vinculándolas al capital extranjero. Al mismo tiempo, que flexibilizamos las leyes migratorias, para que en cualquier momento esa fuerza calificada pueda regresar, o trabajar dentro y fuera del país cada vez que le resulte necesario.
6- Hay que terminar de seleccionar alguna de las variantes estudiadas para resolver la dualidad monetaria y las tasas de cambio. Siendo cierto que se necesita mucho dinero para hacerlo, pero también que mientras más nos demoremos, los daños sobre la economía serán mayores. 
 
Es que desde el año 2016, nuestro crecimiento económico se ha ralentizado de manera notable. El PIB, entre el 2010 y el 2015 creció al 2,7%; mientras que del 2016 al 2018 lo hizo al 1,5%, esperándose que en el 2019 lo haga solo al 1%. Ha dicho CEPAL que solo será de un 0,5%.
“Algunos factores, parecen cargar con la responsabilidad de ese débil crecimiento. Entre ellos:
- La afectación producida en la economía cubana por el colapso económico venezolano.
-El aumento de las sanciones económicas por parte de Estados Unidos. Quien ha puesto en funcionamiento el título III de la Ley Helms Burton.
-La ruptura económica con Brasil.
-La caída de los precios de algunos productos básicos de exportación.
-El año 2019 entro con una mayor escasez de bienes.
-Escasez crónica de divisas.
-Escasez de combustibles (diésel en particular) lo que afecta seriamente al comercio de mercancías y el transporte público.
-Dificultades para la financiación a los mercados internacionales del país.” (Ver Ricardo Torres, A dónde vamos “).
- “La proporción de personas en edad laboral con un empleo formal se ha reducido sistemáticamente desde el 2011, pasando de un 76% al 64%( Ver: Ricardo Torres, septiembre 11 ,2019; “A dónde vamos”).
-“Hay múltiples factores explicativos, pero uno muy importante es la inversión. Aunque los volúmenes de inversión han crecido, sé mantienen muy deprimidos” (Ob. Ricardo Torres, “A dónde vamos”).


Aunque se ataca ahora la escasez de combustible, adoptándola como un fenómeno coyuntural, esta última se desenvuelve en el contexto del resto de las dificultades mencionadas, que, al mismo tiempo, atacan nuestra economía, así como de las presiones que Estados Unidos continúa ejerciendo para que el combustible no llegue. Por lo que lo de coyuntural, resulta un tanto relativo y aún no está claro, en que nos apoyaremos para terminar con esta eventualidad.
Obligándonos a complementar de manera urgente, con el otro conjunto de medidas anunciadas, que nos permitan tratar de alcanzar la estabilidad económica hacia el crecimiento del PIB.
Todo ello representa, que, aunque hemos adoptado la escasez de combustible como algo coyuntural y las condiciones actuales de la economía no son las que se presentaban en el llamado Periodo Especial, al tener una economía más sólida, organizada y más diversificada desde el punto de vista comercial, el peligro existe. Se necesitan de modo urgente, las medidas ya más arriba planteadas. No debiendo confiarnos en que la coyuntura actual no podría devenir en una profundización de nuestras dificultades. Es decir, profundizar la crisis económica.
La ayuda que ahora nos está llegando de Rusia, China, Unión Europea, etc; debiera caer en un contexto más favorable para utilizarla y que no se nos diluya en los marcos de una planificación excesivamente centralizada, además, dentro de un contexto en que el escenario económico interno no se dinamiza con medidas que permitan salir de los atolladeros en que una política económica carente de cambios, nos está impidiendo dinamizar nuestras fuerzas productivas.
Creo que si no adoptamos las medidas necesarias, lo que hemos asumido como un problema coyuntural, se nos puede convertir en una profundización de la crisis económica que estamos atravesando y ello le ofrecería el contexto más favorable a la actual política de Estados Unidos, para cumplir sus aspiraciones de desestabilizarnos.
Septiembre 24 del 2019.

jueves, 5 de septiembre de 2019

CUBA: EL LUGAR DEL COLOR

Esteban Morales Domínguez
UNEAC


El tema de la llamada racialidad, posiblemente sea el más “desconocido” y difícil de nuestra realidad social actual.

Existen personas que no desean escuchar nada sobre el mismo. Las reacciones ante el tema racial aún son impredecibles, cubriendo una amplia gama de actitudes, que van desde la negación y el cinismo, hasta su no   aceptación más despreocupada.

Al racismo, históricamente en Cuba, siempre se le había enfocado más con el temor de crear la división social, que con la determinación de resolverlo. Por lo cual, negros, mestizos y muchas personas, poseedoras de una conciencia sobre el tema, han tenido que esperar   demasiado tiempo por un debate. Lo cual devino en la más flagrante contradicción y disfuncionalidad, dentro de una sociedad, extraordinariamente humanista, en la que se ha luchado por la justicia social y la igualdad, hasta los mismos bordes del igualitarismo

Existen todavía opiniones diversas, que incluso llegan hasta   negar que el tema racial este vigente en nuestro país. Sin dudas, hay en ello aun mucha ignorancia, un falso criterio de cómo eso afecta la unidad nacional; aunque no ha faltado   tampoco la intencionalidad de evitar que el tema se discuta. Lo cual se ha expresado, durante largo tiempo,  en la acusación de “racista”, que   ha tenido, casi siempre que soportar, quien haya pretendido  traer    la cuestión racial  a la superficie.[1]

Lamentablemente, después de haber devenido, durante muchos años de silencio, en un “tabú”, tenemos hoy en nuestro país un atraso considerable en el tratamiento del tema racial, tanto en el orden intelectual, cultural y científico, como político. Incluso, una parte de nuestros intelectuales ni siquiera lo menciona en sus enfoques actuales sobre   la realidad social y cultural de la nación cubana. Lo cual refleja, sin lugar a dudas, dentro de nuestra intelectualidad, la existencia de concepciones diferentes, acerca de en qué momento histórico del proceso de desarrollo de la nación cubana nos encontramos.

Creemos, ello es resultado, de que hay que acabar de aceptar, que a todos   los que hoy somos cubanos, no les toco el mismo lugar dentro del proceso y espacios   de formación de la nación, resultando imprescindible tener en cuenta esas diferencias, aportadas por los distintos puntos de partida históricos, para lograr asumir una actitud más realista ante la existencia de los grupos raciales, las desigualdades sociales y   la cuestión “racial” en la Cuba de hoy. A la que unos llegaron como colonizadores(blancos) mientras que a otros los trajeron por la fuerza como esclavos.

El discurso público es aun discreto, incompleto y no pocas veces irreproducido. Las acciones que se realizan para trabajar sobre las realidades que alimentan las desigualdades aun existentes, continúan teniendo un sentido global, aun, cuando estén enfocadas también hacia los sectores más vulnerables. Sin embargo, la variable  “raza o color de la piel”, aun dentro de una práctica existente de  “Acción Afirmativa “,  sigue sin aparecer abiertamente,  como un asunto  de consideración, dentro de la  política social, o al menos, no se le menciona abiertamente como algo que se toma  en consideración.[2]

Nuestra sociedad cubana es, sin lugar a dudas, una sociedad “multirracial”, más bien “multicolor”, pero resta mucho aun para que esa multicoloridad, que no es un simple problema de matices, pues encierra un largo y complejo trasfondo histórico, domine en todos los ámbitos de nuestra vida social. No tratándose tampoco de un asunto de representatividad numérica, de blancos, negros y mestizos en las diferentes posiciones, sino de terminar por asumirnos como lo que somos y lograr compartirlo en igualdad de condiciones. Dentro de lo cual, la cuestión de la distribución del poder aparece con mucha fuerza. Porque no todos los grupos raciales están en condiciones de imponerse por igual, para lograr los tan necesarios equilibrios de una sociedad verdaderamente multirracial (multicolor).

Decía ese gran sabio y tercer descubridor de Cuba, Don Fernando Ortiz, que Cuba es un “Ajiaco”. Idea que compartimos plenamente, solo que modestamente agregaría que “el ajiaco aún se está cocinando”.

Tenemos aún personas que no se sienten metidas dentro de la Olla, y que incluso quisieran salirse, o lograr disminuir la intensidad de la llama. Por otro lado, dentro de la Olla, tenemos algunas carnes y viandas, que son más de las que hubiéramos imaginado, antes de la crisis económica de los años noventa, que aún no se han ablandado. Entonces, parafraseando a Isaac Barreal, “…al ajiaco no debemos solo calibrarlo por el resultado esperado, sino también por el proceso de la cocedura”. Realidad que no todos estamos de acuerdo en asumir, pero que es de  una importancia vital para el proceso de consolidación de la unidad de la nación,   así como   también,   para  sus alianzas políticas, con el resto de los pueblos colonizados( indígenas y afro descendientes ) del mundo y en particular  con los de nuestro continente.[3]

Ante esa encrucijada nos encontramos todavía los cubanos de hoy. Aunque muchos no la entiendan o no la acepten.

O tomamos acciones concretas, en todos los órdenes,  para que el “ajiaco” termine su cocción,  o perderemos la única  oportunidad histórica, de  terminar  de  construir la sociedad  en la  que de verdad deseamos  vivir   la inmensa mayoría de los cubanos .De no hacerlo, ello,   al mismo tiempo, afectaría  nuestra alianza con los 150 millones de  afro descendientes y la población indígena, que  en nuestro continente,  ven a  Cuba, no solo  como un paradigma de emancipación política sino  también social .Pues no es posible compartir con tales grupos  las ideas de que “un mundo mejor es posible” y continuar  soslayando los “desafíos del color” internamente.[4]

Cultura y Educación, son en nuestra opinión las opciones de defensa los ejércitos principales de esa batalla. Porque ya está más que demostrado, que, aunque el racismo se haya   cómodamente instalado dentro del capitalismo, acabar con este régimen social, no es suficiente para terminar con la discriminación racial y, sobre todo, con los prejuicios y estereotipos que la alimentan. Por   lo cual, parafraseando a Gramsci, hay que acabar con la simple “cultura popular” y el inocuo “sentido común” de las cosas; hay que librar   la batalla por la formación de la verdadera cultura revolucionaria. Pues la ideología burguesa es tan fuerte, que ha sido capaz de hacernos   creer a muchos, que todas esas lacras del racismo y la discriminación, son la “cosa” más natural de la vida.

Tengo un amigo que me dijo un día: “¿para qué tú quieres que los negros estén más en la televisión?, si ya tienen un canal para ustedes solos: el deportivo”. Reproduciendo así, aunque no lo quisiera, el cinismo con que aún no pocos cubanos abordan el tema. Por lo que solo un debate abierto, desde la cultura y la ciencia, puede acabar con esa suerte de hipocresía, heredada de la hispanidad, que nada tiene que ver con la cultura de una sociedad verdaderamente integrada y revolucionaria que deseamos construir.

Contamos con una amplísima producción  cinematográfica, literaria, danzaría, musical,  histórica, cultural integrada, que en general,  reivindica la presencia africana  en  la formación y desarrollo de nuestra cultura nacional,  pero no mucho    de  esa encomiable labor, enfrenta  directamente  nuestra  realidad actual, donde están presentes  aun los  estereotipos negativos sobre los no-blancos, los prejuicios, la discriminación racial y el  racismo.[5]

Las tres  investigaciones más amplias, de los últimos 40 años,   sobre el tema racial en Cuba, no han sido producidas en el país, o por intelectuales  que vivan en la Isla.[6]Nacionalmente, aún poco se ha publicado, que  aborde  el tema como algo contemporáneo  a resolver.

Tenemos una   historia escrita, en la que negros y mestizos aún están insuficientemente representados, dentro del proceso de formación de la nación y su cultura. Lo cual afecta todavía seriamente nuestra identidad nacional.

Hay que acabar de introducir los Estudios etno raciales a todos los niveles. Estos tienen que estar presentes constante y sistemáticamente en nuestra educación y en nuestros medios, sobre todo en la televisión.

Hay que educar para ser cubanos, no para ser blancos, como a veces resulta.  Asumiendo los retos, aunque también las ganancias, de introducir el color en la formación de nuestra niñez y de nuestros jóvenes.

Nuestra Educación no podría ser calificada de racista, porque todos los cubanos acceden a ella por igual, aunque sus limitaciones quedan. Sin embargo, no todas las raíces formativas de nuestra nacionalidad y de nuestra cultura, comparten por igual los planes y programas de estudio.  Por lo que no excluimos a negros y mestizos de nuestra educación, pero estos últimos, en la práctica diaria, no se sientan en las aulas a recibir una enseñanza, que por igual los asuma, como parte de una sociedad que es objetivamente uní étnica y multirracial. Pues, lo que no entra a la educación, no pasa a la cultura, y si nuestra educación es tan débil o a veces ha sido casi nula en el tratamiento de las cuestiones relativas al “color”, el problema del racismo y la discriminación que ello trae aparejado, no se podrán solucionar nunca.

Los asuntos   relativos a la formación de una identidad “multirracial” o “multicolor” tienen que acabar de tomar su lugar dentro de la educación cubana. Pues se trata de un problema que nos afecta a todos, al   afectar   la identidad de la nación vista como totalidad. Mientras ello no sea así, no estaremos realmente educando para ser cubanos de manera integral.

No obstante, en los últimos 20 años hemos avanzado mucho. Trabajamos duramente para introducir en nuestros currículos académicos nuevos contenidos y una nueva forma de enseñar la historia nacional; comenzamos a explicar la problemática del color en la escuela; África, Asia y Medio Oriente comienzan a tomar su lugar, con mucha fuerza, no solo en lo cultural, sino también en lo social y en la educacional.

Han aparecido con fuerza los Proyectos Comunitarios, los grupos de estudio, las publicaciones, un debate que toma fuerza en las instituciones, tanto culturales como educacionales y científicas. Aunque más lentamente, en el trabajo científico de las universidades y la ciencia en general.

La Comisión Aponte, de la Unión de Escritores y Artista de Cuba(UNEAC) se comienza a hacer sentir, en sus fuertes vínculos nacionales con el Gobierno y el estado nacional. De modo que avanza el reconocimiento de la necesidad de constituir una institucionalidad, que permita reconocer el tema racial como un asunto que debe ser atendido a nivel nacional, con una Resolución Gubernamental, que lo reconoce como un tema a tomar en consideración a nivel nacional. Tanto desde el punto de vista educacional, como cultural, político y gubernamental.

Hoy la presencia del negro y el mestizo toman cuerpo, tanto en la estructura política y gubernamental del país, como   a nivel social.

La Asamblea Nacional, ha adoptado una estructura con una gran representación de negros, mestizos y mujeres a nivel nacional.

Raúl Castro, en la Asamblea nacional, debatió fuertemente sobre el tema de la presencia negra, mestiza y femenina en nuestro parlamento. Lográndose en el mismo una composición racial como nunca antes había existido.

A nivel de la estructura política, tanto nacional como provincial y a todos los niveles del gobierno, se observa fuertemente la presencia negra y mestiza como nunca antes en el país. (Ver: Discurso de Raúl Castro. Abril 19 del 2018).

Donde habla ampliamente de la problemática racial.

Entonces se ha avanzado considerablemente y existe la plena voluntad política de continuarlo haciendo.

Hemos iniciado un periodo en el que la determinación es avanzar fuertemente hacia una consolidación del proyecto social de la revolución cubana, erradicando un problema que lo amenaza. Porque prejuicios raciales, discriminación y racismo, son totalmente incompatibles con el proyecto socialista cubano.

La Habana, Junio 30 del 2019



[1] Ya en marzo de 1959, cuando Fidel castro planteo la cuestión de la discriminación racial, como una lacra necesaria de darle solución, Hubo quienes no o apoyaron, por haberlo considerado, por tantos años, como un asunto ya resuelto y no es extraño que hoy esas mismas actitudes continúen existiendo. (Nota del Autor).
[2] Sin dudas, todas las medidas recientemente adoptadas, en el 2005, relativas al incremento de las pensiones, el salario mínimo y la distribución de productos de primera necesidad de forma subsidiada, profundizan en una política social, que siempre ha tenido un contenido profundamente humanista. La que, sin dudas, beneficia a negros y mestizos, como los grupos raciales, proporcionalmente mas presentes entre los pobres. (Nota del Autor).
[3] Isaac Barreal “Retorno a las Raíces”, Fuente Viva, La Habana, Cuba, pp. 154-155.
[4] No es posible oponernos internacionalmente al racismo y la discriminación, sin combatirlo, abierta y profundamente, dentro de nuestra realidad social actual. Sin abrir un debate publico, que termine con el cinismo y la hipocresía con   que muchos cubanos, lamentablemente, de todos los grupos raciales, aun abordan, ignoran o niegan la existencia del problema. (Nota del Autor).
[5] Ver: Pedro e la Hoz, “África en la Revolución Cubana: nuestra búsqueda de la mas plena justicia. Editorial Letras Cubanas, La habana, 2005.
[6] Se trata de los libros de Aline helg, Jorge de La Fuente Y Carlos Moore. (Nota del Autor).