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martes, 29 de septiembre de 2020

ESTADOS UNIDOS: LAS ENCRUCIJADAS DEL 3 DE NOVIEMBRE. Parte 1


 Autor.

Esteban Morales Domínguez

Parece que estamos abocados a un Proceso Electoral Presidencial estadounidense que no tendrá precedente en la historia del País.

Nunca los Estados Unidos se habían visto abocados a unas elecciones presidenciales que hayan provocado tantas dudas y preocupaciones. La democracia norteamericana que había funcionado durante muchos años, ahora parece estar en serio peligro, a la hora de mostrarse en el momento político cíclico más importante de la nación.

Algunos acontecimientos conforman el contexto en que tales elecciones se celebraran:

  1. Se trata de pasar balance a cuatro años de administración, en que existen muchas discrepancias respecto a la a la valoración de sus resultados.

  2. Las elecciones se celebrarán bajo el signo de una actitud del presidente Trump, de haberse negado en varias ocasiones a responder si será capaz de entregar la presidencia si la pierde.

  3. Se prepara por el Partido Republicano un complejo andamiaje para evitar el voto de todos aquellos grupos que se considere no beneficiarían a Trump. Ese andamiaje está compuesto de: 50,000 contratados para vigilar la “pureza” de las elecciones, una campaña contra el voto por correo considerándolo como algo fraudulento, se despliega de manera oculta la intención de no dejar llegar a las urnas, a hispanos, negros, demócratas declarados, jóvenes, amas de casa y todo personal que se considere su voto perjudicaría a Trump y se han organizado varios Task Force cuyo objetivo principal es controlar el voto, bajo el principio de que este solo debe beneficiar a Trump.

  4. Se preparan grupos contratados, procedentes de policías retirados, exmilitares, veteranos de las guerras, que agrupados en varias organizaciones sirvan de tropa de choque para evitar la votación demócrata.

  5. Trump despliega su campaña sobre la base de decir, que solo perdería si las elecciones fuesen fraudulentas. Lo cual afecta al proceso electoral con un grado de incertidumbre muy peligrosa.

El contexto electoral se haya marcado por la Crisis económica, las consecuencias de la Pandemia y las manifestaciones antirracistas. Todos fenómenos que afectan a la actual administración.

Para defenderse de las consecuencias de esos fenómenos Trump despliega varios discursos políticos:

-Se está al remontar las consecuencias de la crisis, de las cuales la más importante resulta ser el desempleo. Considerando que este se ha venido solucionando y que no alcanzara los altos niveles que hace poco presentó.

-La Pandemia es culpa de China, que fue quien la desato. Aunque China la tiene prácticamente controlada, mientras que Estados Unidos presenta más de 6 millones de contagiados y casi 200,000 fallecidos. Sin que se observe una política dirigida a solucionarla y más bien, una actitud descuidada ante la situación, que se mantiene desde el principio.

En medio de tal situación, Trump juega a la ruleta de la suerte querido manejar la vacuna como un asunto de política, prometiendo que llegaría antes de las elecciones, algo que todos los científicos le dicen que no es posible y hasta han firmado una declaración al respecto.

Como sabemos, las manifestaciones antirracistas son consecuencia de la criminalidad de la policía contra los negros, que Trump no ha sido capaz de controlar. Así como debido a la propia actitud racista por parte del Presidente, que nunca ha beneficiado a los negros ni a los que se manifiestan en contra de la discriminación, situándolos en el plano de iguales a los que exacerban el racismo. Trump jamás ha criticado a los que atacan a los negros, siempre impidiéndoles defenderse.

¿Que se ha puesto de manifestación en varias ocasiones?

Trump manipula el carácter de las manifestaciones, situándolas como resultado de la comunidad de Biden con las fuerzas de izquierda, socialistas, comunistas, que los demócratas no pueden controlar, mientras que el, con su intención de Ley y Orden, aparece como el defensor de la tranquilidad ciudadana. Poniéndose de manifiesto la clara estratagema de Trump de echarle la culpa a los demás de todos los problemas y el ponerse como el defensor.

Estamos convencidos de que, si las elecciones pudieran desenvolverse dentro de un marco de legalidad y democracia, los demócratas ganarían. Pero Trump, al parecer convencido de que no puede ganar, prepara el caos para aprovecharse de una situación, en la que la desorganización, las dudas sembradas sobre la legalidad de las elecciones, la propaganda negra y la movilización contra el voto, le permitirían al Partido Republicano gritar fraude en el momento oportuno. Reclamando que a Trump lo han despojado del triunfo, aunque no fuese cierto, para permitirle perpetuarse en la Casa Blanca, no importa con qué consecuencias.

Razones por las cuales, las elecciones apuntan a convertirse en un verdadero campo de batalla, con gente inconforme y armada, reclamando derechos con dinero suficiente, para realizar acciones “legales”, que convertirían el momento de declarar los resultados electorales en una explosión de furia que se podría tornar incontrolable.

Ello es totalmente posible, en medio de un escenario que el Partido Republicano, con Trump a la cabeza, ha preparado para garantizar ganar, bajo cualquier circunstancia de comportamiento de los votantes.

Mientras la campaña de Trump ha ido dirigida a dar respuestas manipuladas a todos los asuntos que no le benefician, desplegando un discurso plagado de mentiras, acusaciones falsas y manipulaciones estrafalarias, que solo pueden creer sus más fervientes partidarios.

La campaña demócrata aún no se desarrolla con la fuerza suficiente para desbaratar la campaña republicana. Biden ha desplegado algunas acusaciones contra Trump, pero hace falta hacerlo con más fuerza, más agresividad y el pleno convencimiento de que estas elecciones presidenciales hay que ganarlas en la calle, frente a frente a las mentiras de Trump, su falta de ética y decencia y el estrafalario intento de salir adelante con sus mentiras múltiplemente repetidas.

Es que la administración exhibe un conjunto de problemas, que no parecen beneficiarla para repetir el mandato.

-La pandemia ha decursado carente de atención y no puede ser revertida ni justificada. Trump carga con ella encima y no ha podido quitarse la acusación de que Estados Unidos no exhibiría la situación actual de contagiados y muertes, si Trump le hubiera prestado atención desde el principio. Esa es una verdad ineludible, que tendrá su fuerza a la hora en que mucha gente vote.

-La economía no está bien. El desempleó se mantiene alto y los segundos dineros que se darían para aliviar la situación de los parados, aún se espera.

-Los crímenes de la policía no tienen aún respuesta y las manifestaciones han superado su carácter solo racial, para contar con la participación de blancos, hispanos, negros, reclamando contra el racismo de la policía y contra otras arbitrariedades.

-En términos de la política exterior, aunque esta no es decisoria en las elecciones presidenciales, hay algunos asuntos que podrían tener un impacto interno. Como es el caso para ciertos sectores, de las contradicciones con los aliados, las relaciones con China, Irán y Rusia y otros asuntos, en que se muestra la actitud tan agresiva de Trump y su interés de imponer presiones de todo tipo.

En tales casos, Trump ha cometido los que pueden ser considerados algunos errores importantes como

-La desmedida guerra comercial con China. Qué está afectando a ciertos productores industriales y elevando los precios de algunas mercancías de consumo masivo en el país.

-El retiro de Estados Unidos del Acuerdo Nuclear con Irán.

-Las presiones sobre sus aliados europeos con las exigencias de las contribuciones a la OTAN.

-La insistencia de los ataques, hasta ahora fracasados contra Venezuela.

-La política de bloqueo, con presiones de todo tipo hacia Cuba.

-Su retirada de varios convenios económicos internacionales.

Trump pretende con su política exterior imponer el principio, de “hacer más grande a estados Unidos”, pero a costa de imponerse, incluso sobre sus aliados. Son muchos a los cuales esa política no les agrada y Estados Unidos ha sido lo que es, debido a que sus aliados le han acompañado en la política exterior, como si fueran las suyas propias. Por lo que las contradicciones con los aliados son vistas por no pocos, como un error estratégico que afecta la posición imperial norteamericana.

Su retirada del Convenio Nuclear con Irán ha traído como consecuencia el Tratado China –Irán, que elimina la capacidad de estados Unidos para imponerse. Generándose una capacidad disuasiva, que conlleva la presencia de una capacidad militar de Irán, ayudado por China, que Estados Unidos no podrá superar.

Además de que ningún aliado ha seguido a Estados Unidos en su retirada del convenio, ahora Trump se ve imposibilitado de llevar adelante sus intereses con Iran y trata de presionar sin ser miembro del Acuerdo.

La actitud de Estados Unidos frente al Convenio sobre el gas entre Alemania y Rusia, ha desmejorado las relaciones de Alemania con Estados Unidos. La Merkel no está dispuesta a sacrificar las ventajas del convenio, a pesar de las criticas norteamericanas.

Luego, los que pueden ser considerados como errores de la política exterior de Trump, también pueden tener un impacto negativo en su reelección. Porque parte de la Oligarquía Norteamericana, incluido algunos republicanos no comparten los criterios de Trump en su política exterior. Por lo cual es larga la lista de republicanos, que han dicho que no votaran por Trump.

De tal modo pueden expresarse en la votación asuntos de política exterior, que en otras circunstancias, podrían no ser decisivos para empujar el voto en contra de los republicanos.

Las elecciones van a resultar un proceso muy complicado y puede que hasta sangriento, a la hora en que se vaya acercando el día de la votación, en el proceso de espera de los resultados y sobre todo, en el momento mismo en que los resultados sean conocidos. La violencia puede desatarse, sin que podamos conocer a priori, hasta donde podría llegar.

El ambiente en que se está desplegando el proceso electoral, generado por la actitud de Trump y los republicanos, no augura nada bueno.



Trump, en su afán desmedido, por mantenerse en la presidencia, e incluso realizar el intento de prologarse más allá de dos mandatos, todo declarado de manera adelantada lo cual más bien parece una amenaza, ha logrado crear un ambiente de peligro inaudito.

La pandemia, como catalizador del ambiente social, está generando, junto a la crisis económica y las manifestaciones antirracistas, una situación dentro de la cual nada tendrá una solución pacífica. Porque cada problema, interno y externo, mencionado está generando su propia forma de violencia. Situación que se agudiza para Estados Unidos, tanto interna como externamente.

-El crecimiento continuo de los contagiados y fallecidos por la Covid-19, sin que haya parecido una estrategia para tratar el problema, ha generado un ambiente de caos en la salud, que afecta a millones de personas. Lo cual genera inconformidad y violencia.

-Con la crisis económica, el desempleo no mejora y se están produciendo incrementos de precios de los productos de primera necesidad. Lo cual afecta sobremanera, especialmente a los desempleados. Sin que la ayuda anunciada llegue aun a manos de los necesitados. Lo cual puede generar también su propia forma de violencia.

-La violencia de las manifestaciones se ha complejizado debido a que la policía ataca a los manifestantes y ya se han producido varias muertes. Se está produciendo una gran confusión. Marchan los partidarios de la Black Live Matter, pero junto a ellos también sé infiltran en las manifestaciones bandas de Trumpistas y algunos locos armados, que atacan a los pacíficos manifestantes. Pareciendo ser esta la forma que Trump ha encontrado de acabar con las manifestaciones. La policía atacando a los negros, e incluso matándolos y Trumpistas armados que atacan a los manifestantes. Junto a una propaganda desplegada contra los demócratas, a los cuales se les presenta como aliados de los manifestantes, integrados por una izquierda radical, socialistas, delincuentes, a los cuales hay que oponer Ley y Orden, según la consigna de Trump.

-Los problemas externos mencionados, como focos de la política exterior de Trump, tienden a generar una violencia alguno de ellos, que resulta la más peligrosa, pues toca a la confrontación militar de lleno.

Trump mantiene varios focos de guerra. En nuestro hemisferio insiste en eliminar la presidencia de Maduro y habiendo fracasado en la estrategia con Guaidó, insiste en seguir una variante militar acompañado principalmente por Colombia. Con todo el peligro que ello implicaría para los aliados de Venezuela, entre ellos Cuba, así como las condiciones que ello generaría para el resto del continente.

-Trump mantiene un foco permanente de guerra en Siria, invadiéndola y robándole el petróleo.

-Irak y Afganistán no han cesado y aun las tropas norteamericanas no se retiran porque se mueven hacia Siria.

-Los conflictos en Yemen, Lybia, la frontera con Turquía, son focos permanentes de confrontación en los que estados Unidos sigue implicado.

-En Europa, Bielorrusia y Rusia deben estar alertas por la continua amenaza de la OTAN.

Ello hace que se mantenga continuos focos de confrontación, que hacen de la política exterior de Trump Una continua amenaza de desatarse una confrontación militar que puede devenir en nuclear.

A pesar de todos los intentos republicanos por desprestigiar la campaña de Biden, este le lleva ventajas a Trump en las encuestas, asunto que dejaremos para una segunda parte de este artículo.



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