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jueves, 26 de noviembre de 2020

ELECCIONES PRESIDENCIALES EN LOS ESTADOS UNIDOS Y POLÍTICA HACIA CUBA.

Autor: Esteban Morales Domínguez

UNEAC.

Desde el Triunfo de la Revolución Cubana, lo que haya ocurrido en las elecciones presidenciales norteamericanas, ha tenido un impacto en la política de los Estados Unidos hacia Cuba. No ha podido ser apreciado de otra manera.

Los cambios de presidencia en los Estados Unidos, siempre han sido esperados como momentos de cambios y ruptura de la política hacia Cuba.

Con Donald Trump, hemos vivido o estamos viviendo aun, uno de los momentos más desastrosos del comportamiento de la política de Estados Unidos hacia Cuba. Que ha retrotraído las relaciones con La isla, prácticamente, a los peores momentos de la confrontación entre ambos países. Por lo que, a diferencia de la anterior administración, de la de Trump, no hemos podido esperar nada bueno, ni un respiro.

Por tanto, es lógico, esperar que esta nueva administración traiga aparejado algún cambio en la política de Trump hacia Cuba. Sobre todo, al tratarse de un Presidente demócrata, que desplego la vicepresidencia del País, en unos momentos en que el presidente de turno, Barack Obama, realizo acciones considerables para cambiar la politica hacia Cuba. Al considerar que la politica seguida hasta esos momentos, era incompatible con los verdaderos interses de Estados Unidos con Cuba. Véngase a ver, cuáles son esos verdaderos intereses.

Entonces, aunque sea por herencia, o por haber participado de la politica del precedente mandatario demócrata, es lógico pensar que ahora Joe Biden, como nuevo presidente demócrata, continue la politica desplegada por Obama, o al menos haga cambios que puedan ser considerados como positivos, comparados con la politica extremo agresiva ejecutada por Donald Trump.

No obstante, considero, que, si en algo la politica del nuevo Presidente continuara la politica seguida por Obama, se pone de manifiesto cuando dijo, “… que Cuba no está cerca de la libertad y la democracia”. NO obstante haber señalado también, “… Que se necesita una nueva politica hacia Cuba, porqué el enfoque actual no está funcionando”. Y me pregunto, ¿funcionando para qué?

Es que en el discurso de Biden, hay todavía un gustico a Guerra Fria, que no es posible desterrar. Ya tendremos oportunidad de saber qué quiere decir toda esta retórica.

Luego para mí, la politica de Biden, seguirá la retórica de la politica de Obama, para continuar algunos derroteros que fueron típicos de la politica del presidente Obama.

Como creo que hizo este último, por dividir el bloqueo en dos: flexibilizándolo hacia la sociedad civil cubana, con ciertas medidas de beneficio hacia el pueblo; y al mismo tiempo, manteniendo las presiones del bloqueo hacia el gobierno, para obligarlo a hacer concesiones, que permitiesen controlar el proceso de cambios internos, que , desde esa época, ya vivía Cuba, orientándolos hacia los intereses, de hacer de Cuba una economía de mercado con una democracia liberal, que nos acercaría definitivamente a los intereses de Estados Unidos.

No ha existido aun una administración norteamericana que haya podido convivir con los interses de Cuba, por permitir a este devenir en una Sociedad Socialista. No se ha observado nunca ese nivel de permisibilidad en la politica de estados Unidos hacia Cuba. Y no creo que ahora con Biden vaya a tener lugar algo diferente. No es simple desconfianza, sino porque no pocas veces, al pájaro se le conoce por su defecada. Y Biden no ha sido

ningún angel.

Es que la confrontación entre Cuba y Estados Unidos, es más que una confrontación entre sistemas políticos diferentes. Púes esta comenzó cuando aún Cuba era una colonia de España y los Estados Unidos hizo todo lo posible por comprarla, pedir su autonomía, o convertirla en una neocolonia, consiguiéndolo al final de la Guerra de Independencia Cubano-Española hacia las postrimerías del siglo XIX.Habiendo cumplido entonces sus aspiraciones formuladas en la llamada “Politica de la fruta Madura”. La que pregonaba, que Cuándo Cuba cayera del árbol de España no iría a parar sino a las manos de Estados Unidos. Con el consiguiente corolario, de que “mientras ello no ocurriera, Cuba no podría ser de nadie más”. Luego la politica hacia Cuba, es un interés del Estado Norteamericano.

Todo ello sobre la base de una concepción geopolítica, en la que Cuba era el “resultado de la sedimentación de las arenas del Mississippi en el Golfo de Méjico”; es decir, era parte del territorio de los Estados Unidos. Por lo que resultaba legitimo cualquier cosa que se hiciese para mantenerla bajo el control de Estados Unidos.

Es que el logro fundamental que hemos obtenido con la derrota de Trump, aun no aceptada por este, ha sido que logramos alejar un poco el peligro. Pero no podemos ilusionarnos con que Biden va a transformar la naturaleza imperial de lo que Trump trato de hacer con su politica, hacia el mundo y hacia Cuba en particular.

No obstante, si Trump hubiese seguido, ello habría tenido unas consecuencias funestas.

Pero, es que, en definitiva, demócratas y republicanos, no son más que managers del imperio. No son más que los administradores contratados por la oligarquía.

Por lo cual, cuando Cuba se defiende de esa politica norteamericana, que quiere mantenerla bajo su control. No está luchando, simplemente, contra una politica, sino contra una cultura politica, dentro de la cual, Cuba aparece siempre como parte del territorio continental de los Estados Unidos; es decir, como un archipiélago que es parte del territorio etadounidense.

¿Querrá o podrá Biden, superar ese síndrome geopolítico y tratar a Cuba como una nación igual e independiente, que, por demás, quiere ser una nación de régimen político propio y soberano, diferente de Estados Unidos?

No lo creo. Con Biden se pondrán de manifiesto las mismas intenciones de Obama. Desplegar una Politica de “Cambio de Régimen”, más o menos paulatina, no caraterizable como la política de Trump; pero con los mismos objetivos de convertir a Cuba en una extensión del territorio continental de la Nación estadounidense.

Sin embargo, hasta dónde y cómo llegamos con Obama en su politica hacia Cuba, debe ser objeto de un fuerte estudio analítico por parte de nuestro país. Para valorar hasta donde no llegamos con Obama, al saber sus secretas intenciones; y hasta donde podríamos llegar con Biden, que no es simplemente un seguidor de Obama. Dado que su historia y comportamiento, nos dicen otra cosa.

Creo que con Biden, debiéramos, lo más rápido posible, explorar hasta dónde quiere llegar con Cuba. Es decir, ganar tiempo al proceso que siguió Obama. Lo cual creo debemos hacerlo, sobre la base de no repetir pasos que ya están dados y que debemos explorar si Biden está dispuesto a darlos. Lo cual nos permitiría aquilatar con cierta rapidez hasta donde este Presidente, que se nos presenta como continuador de Obama, quiere llegar con la politica hacia Cuba. Sobre todo, porque el caso de Cuba, siempre ha gozado de cierta especificidad en la politica de Estados Unidos.

Biden tiene 4 años para avanzar en las políticas, mientras que Obama estuvo más de 12 meses negociando con Cuba antes de comenzar a cambiar con sus medidas de acercamiento la politica hacia Cuba.

Es decir, una administración como la de Biden, podría ahorrarse el tiempo que Obama invirtió en negociar con Cuba. Dado que, si quiere seguir el comportamiento de Obama, ya tendría ese camino adelantado, debido a lo que ya se ha negociado entre ambos.

Entonces, como un proceso de prueba, Biden podría retomar los aspectos siguientes:

  • Retomar el acuerdo el acuerdo diplomático de las embajadas. Que fue bastante rápido, una aspiración de Obama.

  • Cumplir con los 22 acuerdos firmados entre ambas administraciones.

  • Poner en marcha los Grupos de Trabajo de cooperación.

  • Restablecer los servicios consulares.

  • Adoptar medidas económicas minimas. Entre las que podrían estar eliminar las restricciones a las remesas.

  • Retomar las categorías de viaje y eliminar las restricciones existentes.

  • Terminar con aquellas restricciones financieras que afectan el turismo.

Biden, no parece tener compromisos con una actitud contraria a buscar algunos arreglos con Cuba. Y pienso que el compromiso con su Presidente, ayudándolo fuertemente en la campaña le agrega una cierta dosis de lealtad y de agradecimiento.

No obstante, como ya he manifestado en varias ocasiones, es en los Estados Unidos, donde la politica hacia Cuba debe cambiar, aunque no es nada despreciable, lo que Cuba puede hacer para que esa politica cambie. Creo que Cuba está obligada, entre otras cosas a lo siguiente:

-Claro que no es momento de hacer depender los pasos internos que Cuba debe dar, haciéndolos depender de la politica de Estados Unidos, con Biden o sin Biden.

-Cuba tiene sus planes de reforma, bien diseñados y en los que ya las marchas atrás o ralentizaciones, no son aceptables, sobre todo, hacia lo interno.

-Tampoco dar señales de una influencia de Estados Unidos en la politica a seguir por Cuba, echaría agua a la canasta de cualquier administración, aunque se tratara de un Biden con interés de controlar esos avances.

-Cuba debiera encaminar su politica a la mejora de las relaciones con Estados Unidos, aunque nunca haciendo depender ninguno de los cambios que está obligada hacer al comportamiento de ninguna administración norteamericana.

-Cuba debiera aprovechar una politica, como puede ser la de Biden para hacer avanzar las relaciones con su emigración en los Estados Unidos.

-Cuba debiera impulsar de nuevo los intercambios políticos y académicos dentro de la sociedad norteamericana.

-Una politica de Biden, dirigida a mejorar las relaciones migratorias con Cuba, mejora hasta la situación de la disidencia, que observo con Trump como tenía dificultades para los visados y sus viajes a los Estados Unidos.

-Cuba no debe aceptar el sentido de simetría en las relaciones con Estados Unidos, que le obligarían a hacer concesiones para lograr un pleno entendimiento con los Estados Unidos. Púes por esa vía se le exige a Cuba una agresiva reforma económica que acerca las dinámicas de la economía interna cubana a las de cualquier economía de mercado. Cuestionando siempre la existencia de una economía planificada en Cuba, que es la esencia de su régimen económico socialista.

-Solo en el contexto de defender sus reformas económicas como las de una economía planificada, enfocada a la satisfacción de las necesidades de su pueblo, es que Cuba puede mostrarla voluntad indispensable de avanzar en la normalización de las relaciones con Estados Unidos. Si se aparta de esos preceptos, Cuba mostraría una debilidad, que sería mortal frente la politica de estados Unidos. Pues, aun pensando en las mejores intenciones de una administración, Cuba siempre estaría presentando un flanco muy débil, que sería aprovechado por las fuerzas de derecha, que dentro de los Estados Unidos siempre están alertas, para hacer uso de cualquier debilidad de Cuba.

Entonces, si Biden se propone seguir con Cuba una politica igual o similar a la de Obama, que es lo de esperar, se tiene que preparar bien para aprovechar lo que sería una segunda oportunidad en las relaciones con los Estados Unidos. Qué Cuba necesita más que nunca, dado la situación en que se encuentra. En el contexto de una crisis económica mundial, en el contexto aun de una pandemia, que ha afectado seriamente su crecimiento económico, que ya era débil, viéndose además obligada a consumir reservas, que aún no ha podido reponer.

No debemos olvidar, que ningún presidente de Estados Unidos, había utilizado garrote y zanahoria con tanta brillantez como lo hizo Obama. Cuba no se dejó engañar, pero ello le costó también a sacrificar algunas oportunidades, que ahora debe reconsiderar, en el contexto de lo que podría ser una segunda oportunidad.

Hay que decir, que la histórica confrontación entre Cuba y Estados Unidos, no debe terminar en una guerra, sino en una reconciliación en la que ambos obtengan beneficios.

El mayor beneficio de Cuba, sería que esa confrontación terminara con independencia y soberanía.

Es que solo una administración que rompa con la regla de la hostilidad hacia Cuba, junto al interés de crear espacios económicos y políticos, para controlar a la Isla, es lo que permitiría que Cuba pudiese en realidad tener normales relaciones con Estados Unidos. Dé lo contrario, por parte de Cuba, siempre existirá el celo, a veces desmedido, por su soberanía e independencia, pero que siempre la ha salvado de todas las trampas que Estados Unidos le ha tendido.

Tenemos ahora, creo, la oportunidad de probar nuevamente, de probar nuestras trampas, autoinflingidas o no, las del enemigo fundamental, una administración norteamericana, que ya no se llama Barack Obama, sino Joe Biden, que pueden ser iguales o no con Cuba, que puede traer más o menos trampas, de las cuales tendremos que defendernos una vez más; o que nos puede generar la suficiente confianza, como para creer que con ella podemos avanzar hacia, al menos, una mejoría en las relaciones y quizás a una normalización.

De todos modos, las administraciones norteamericanas cambian cada año y puede que traigan nuevas sorpresas, Cuba, sin embargo, permanece siendo la misma, por lo que talvez en eso consista nuestra ventaja para sobrevivir.

Aparte, de que nunca debemos considerarnos el ombligo de la politica norteamericana, que tiene tantos interese en el mundo y que por tantas cosas pueden variar sus prioridades. Dejándonos a un lado, o prestándonos atención según su conveniencia. Por lo que se trata de una batalla más, en que aún no se puede ver el final de la guerra. Por lo que auguro, que viviremos mucho tiempo más, siempre teniendo que prepararnos para lo que viene.





















jueves, 15 de octubre de 2020

UNA CORRIENTE NEOLIBERAL DENTRO DEL TEMA RACIAL EN LOS ESTADOS UNIDOS


 Autor: Esteban Morales Dominguez.

UNEAC

 

Recientemente leí un artículo en Facebook, de Lion Santisteban y otros Autores, plagado de errores al tratar el problema racial en los Estados Unidos. Hay errores, aunque también intencionalidades.

Su error principal consiste en no considerar al racismo, como un fenómeno estructural dentro de la sociedad norteamericana.

Su tesis principal: que los negros debemos ser aconsejados a depender de nuestros esfuerzos y ello es más que suficiente para lograr el triunfo. El consejo no es malo, pero sí bastante perverso e ingenuo.

Mencionaban entonces un largo listado de artistas negros de la música y el cine, que habían ascendido por su esfuerzo, con independencia de su color de la piel. Cosa que es cierta, pero que nada tiene que ver con la existencia y el funcionamiento del racismo en los Estados Unidos.

El error esencial de sus formulaciones, más bien neoliberales, para endulzar a la sociedad norteamericana, consiste en olvidarse de que el racismo en los Estados Unidos es un fenómeno estructural. Es decir, forma parte y funciona como elemento integrante dentro del sistema de relaciones capitalistas de la sociedad norteamericana.

El ejemplo de los que logran cruzar las dificultades para alcanzar el éxito, dentro de esa sociedad, no niega la existencia del racismo ni de la discriminación racial; todo lo contrario, los reafirman. Por ley de los contrarios.

Por lo que situar y tomar como ejemplo a los que han llegado a triunfar, no es más que una forma de endulzamiento de la realidad, que es mucho más compleja y contradictoria de lo que los autores asumen.

El racismo no nació del capitalismo, vino de la mano de la sociedad colonial esclavista, aunque al capitalismo le brinda un servicio inestimable. Adueñándose de el para sostener su régimen de explotación. Al convertir el color de la piel, en una variable de diferenciación social, acción más sofisticada y difícil de superar que la esclavitud.

En la sociedad colonial el esclavo podía obtener su libertad; en el capitalismo no. Pues se encuentra sometido a una estructura social en la que su lugar esta predeterminado, liberándose de ella solo por excepción.

Los argumentos esgrimidos, resultan además la tergiversación de una larga historia, en la que el negro norteamericano comenzó siendo esclavo y pagó un alto precio por participar en la vida económica y más tarde en la política. Sobre todo, la mujer negra. Ello no hizo más que darle formas de participación social, pero sin liberarlo de las ataduras sociales que su condición de negro implica. Es decir, sin liberarlo de los prejuicios al color de la piel, la discriminación y el racismo.

El racismo es un fenómeno estructural de la sociedad norteamericana. Es parte integra de la institucionalidad de esa sociedad y solo con la terminación del capitalismo podrán crearse las condiciones para comenzar a eliminarlo de la vida social del país. Pues tampoco desaparece automáticamente, al desaparecer el capitalismo, dado que permanece en la cultura heredada.

Cuba con una revolución radical y más de 50 años de lucha por su eliminación, no ha logrado terminar con el racismo, ni la discriminación racial. Funcionando como un paradigma para la comprensión de que, con el fin del capitalismo, solo comienza el periodo histórico para crear las condiciones que posibiliten eliminar el racismo.

Cierto que el negro norteamericano nos aventaja en que posee por lo general una gran conciencia racial, pero no nos aventaja en como Cuba ha ido paulatinamente, creando las condiciones para eliminar el racismo. Ahora con una conciencia social más avanzada, en cuanto a la necesidad de su eliminación y una conciencia, en parte importante de su dirección política, de que la tarea de eliminar el racismo y la discriminación racial, se debe llevar adelante. Contándose ya con una Resolución Gubernamental, como instrumento para formular una estrategia de lucha contra el racismo y la discriminación racial.

Luego se equivocan los autores del artículo cuando aconsejan, púes no se trata de un asunto individual sino de toda la sociedad. No se trata de que la sociedad les permita o facilite a unos individuos llegar. No se trata de que algunos por su esfuerzo lleguen. Tampoco de que algunos pasen las barreras para ser tratados como iguales, sino de que todos puedan alcanzar la igualdad y la justicia.

Ni siquiera estadísticamente es válido el análisis de los autores.

En la sociedad norteamericana, los negros ocupan el penúltimo escalón en la pirámide demográfico-social. Por encima solo de los pueblos originarios y de los esquimales, que ocupan los últimos escalones. Por lo que, ni habiendo alcanzado el éxito, un negro en los estados Unidos, llega al nivel de consideración que esa sociedad solo reserva al blanco.

Los datos estadísticos muestran claramente las diferencias para los negros, en términos de desempleo, acceso a la salud, acceso a la justicia, etc.

No se trata de que un negro pueda o no económicamente y hasta socialmente, llegar a vivir como un blanco. No, es que la estructura social ha quedado diseñada para darle un lugar como negro.

Lo demás es una circunstancia o una casualidad de la vida. El negro no llega a conseguir nunca la posición del blanco dentro de la sociedad capitalista norteamericana y cuando lo logra, se trata de una circunstancia excepcional, que no hace más que confirmar la regla. La regla es que el negro este por debajo y los años más recientes la han confirmado.

Por eso el artículo de marras, no es más que un intento neoliberal, de quitarle, de limpiar al capitalismo de las lacras del racismo.

31 de mayo del 2020.















DONALD TRUMP Y LOS DESAFIOS DE SU REELECCIÓN


Autor: Esteban Morales Domínguez

UNEAC

El actual Presidente está enfrentando, creo que mal, los retos de su interés por reelegirse.

El primer reto que enfrenta, es haberse estancado en lo relativamente fácil que le resulto arrebatarle la presidencia a Hilary Clinton en noviembre del 2016. Continúa montado en ese “potro” y no encuentra como bajarse.

Su primer error es entonces de contexto. El escenario político que conformaron las administraciones de William Clinton, George Bush y Barak Obama, en el que Trump enfrento a la Hilary, era totalmente diferente, al que ahora tiene al enfrentarse a Biden.

Todos los que le precedieron formaban una oligarquía con tendencias globales, internacionalistas, ante lo cual Trump sintió la necesidad de rescatar el poder absoluto de Estados Unidos. De ahí su consigna de hacer de Estados Unidos nuevamente grande y poderoso, en lo cual sin dudas, se ha extralimitado. Solo no se ha disgustado con los que en nada pueden ayudarle, mientras que se ha peleado con casi todos, con los que después de la Segunda Guerra Mundial, ayudaron a Estados Unidos a construir su sistema global.

¿En que pueden Brasil, Bolivia, Chile, Perú, Honduras, etc, ayudar a Estados Unidos a rescatar su otrora poder? Sin embargo, ¿en que podrían Inglaterra, Francia, Alemania, Italia, incluso Rusia y China, ayudar a que Trump pudiese reparar, al menos algo, de lo destruido de su viejo status? El egocentrismo de Trump ha dejado solo a los Estados Unidos, que ya parece no tener amigos, sino solo socios y muchos enemigos.

Creo que una derecha oligárquica norteamericana, no estúpida, podría ser la primera que no querría que Trump repitiese su mandato presidencial. Porque ha aplicado reglas, que todas son errores garrafales en términos de su política exterior. Se ha peleado con aquellos que han seguido a la política de estados Unidos, como si fuese la suya propia.

Por ello a pesar de ser el proceso electoral presidencial un asunto casi absolutamente interno, Trump ha vuelto contra sí casi todos aquellos asuntos de política exterior, que pudieran tener un impacto negativo en el orden interno, hacia aquellas fuerzas políticas que debieran acompañarlo internamente, para que resulte reelegido. No es casual que unos Collin Powell, Condoliza Rice, George Bush y otros tantos se le hayan virado, diciendo que no votaran por el como presidente. Gente importante, no solo por su voto, sino por los que pueden arrastrar.

No recuerdo a un presidente con interés de reelegirse, que haya puesto en su contra a tanta gente que más bien debieran estarlo apoyando. Situación que muestra claramente, que Trump es el principal enemigo de sí mismo y que no importa que el presidente sea un oligarca financiero, que ante todo tiene que ser un político y Trump es, políticamente hablando, un estúpido. El presidente más estúpido de la Historia de Estados Unidos, aun y cuando resultase ser reelegido.

El otro error imperdonable de Trump, ha sido su actitud ante la pandemia del Coronavirus. Hubiese podido transformarla políticamente, de haber obrado inteligentemente, incluso de no haberse enfermado, consultar con los científicos, no hablar tanta basura y ponerse a dar recetas locas. Convirtiendo la pandemia en un instrumento de su campaña política, un asunto que afecta tanto a la sociedad estadounidense, que acarrea tanta pena por los fallecidos, contagiados, etc, aprovechando incluso su propia enfermedad, para ganarse la simpatía de la gente. Pero no, su egocentrismo, autosuficiencia, sus inmoralidades y falta de ética, su ausente conmiseración hacia los demás, le han traído la consecuencia más negativa para su reelección.

La propia crisis económica, pudiera no haber tenido un impacto tan negativo para su reelección, si la Pandemia hubiese sido atacada con inteligencia, sentido multilateral, moviendo la colaboración internacional, la solidaridad ante un enemigo tan peligroso. Pero Trump tomo el camino equivocado, culpar a China, burlarse de la covid como un simple catarro, negando la ineludible coalición con la ciencia para atacar al virus y dividiendo a la sociedad norteamericana. Convirtiendo la actitud ante el virus en un asunto de política, separando a la gente entre cobardes frente a la pandemia y machistas cow boys, que reniegan de la protección, el aislamiento social, la utilización del nasobuco, como un símbolo de burlona cobardía.

Por ello dentro de una sociedad rica y poderosa, la más rica y poderosa, habrá cifras de 9 millones de infectados y casi 300,000 fallecidos, para el día de las elecciones del 3 de noviembre. No es casual que 34 editores de revistas científicas, de ellas 33 norteamericanas, lo estén acusando de ser el causante principal del desastre y que, por primera vez en la historia del País, adopten la posición política de llamar a no votar por Trump en las próximas elecciones.

La propia posición de Trump ante su contagio con la enfermedad, es de un infantilismo criminal. ¿Se necesitaría algo más, para demostrar que Trump es el principal responsable de tan horrendo crimen, contra el país en que nació y al que juro defender? Son millones los que están sufriendo por la irresponsabilidad del Presidente y ello tiene que expresarse de algún modo el día de las elecciones.

Lo siguiente él lo considera una estrategia exitosa, yo lo creo un craso error.

Trump se ha dedicado con saña, a desprestigiar el proceso en que supuestamente pudiese ser reelegido. Sembrando la duda, la desconfianza y el descrédito contra el sistema de votación, acusando de fraudulenta la votación anticipada y por correo, acusando a sus oponentes demócratas de que van a hacer trampas, llamando a la rebelión si el no resulta reelegido.

El partido republicano está creando bandas para obstruir la votación, organizando manifestaciones armadas, cómo la de Michigan contra la Gobernadora del estado, para secuestrarla y asaltar las sedes del gobierno. Organizaciones que persiguen oponerse de manera criminal, a todo lo que no sea que Trump resulte reelegido o contra todo lo que pueda beneficiar la elección de Biden.

Jamás unas elecciones presidenciales en los Estados Unidos se habían celebrado bajo tan siniestras circunstancias. Dé tanto peligro para el ejercicio del voto.

El partido republicano, encabezado por Trump, maneja el miedo del ciudadano común norteamericano, sabiendo que la seguridad personal es la piedra angular del comportamiento individual del estadounidense. A nada reacciona con tanto temor el estadounidense común, como ante cualquier cosa que pueda amenazar su seguridad personal y la de su familia, lo cual se está manifestando muy claramente en la cantidad de armas que se están vendiendo y comprando en estos meses. Por lo que según nos estemos acercando al día de las elecciones, que ya no pocos le llaman el “día Cero”, se ira adueñando de la sociedad un ambiente de histeria colectiva que podría traer consecuencias desastrosas.

Ese ambiente lo ha generado el partido republicano y en particular Donald Trump, que observa sin inmutarse como las elecciones podrían decidirse a “tiro limpio” o en el mejor de los casos, por una decisión siempre cuestionable de La Corte Suprema.

No es casual que Trump insista en sustituir a la juez fallecida antes de que se celebren las elecciones presidenciales. Quiere tener de reserva una solución a su favor, pues no hace falta mucho ejercicio para saber que el Tribunal Supremo, contaría con un Juez de derecha más, que en caso necesario dirimiría la pelea a favor de los republicanos de derecha.

Pero algo que agrava aún más la situación, es que Trump sabe que de no salir reelegido, tendrá que rendir cuentas ante el Tribunal del Estado de Nueva york, por sus trampas en las declaraciones de impuestos. Lo cual podría significarle un salto mortal, (como el de la mercancía), de la casa Blanca, a una cárcel federal. Qué bueno sería verlo así.

Como ya hemos estado explicando en otros artículos, Biden aventaja a Trump a nivel nacional. Esta ventaja se está comportando con dos dígitos, pero como sabemos esto no es suficiente, pues existe Colegio Electoral. Ese invento, que algún día tendrá que volar de la constitución norteamericana, para que las elecciones en los estados Unidos sean realmente democráticas. Púes podría pasarle a Biden como a la Hilary, que aventajo a Trump en el voto popular, pero no le alcanzaron los votos electorales.

Luego Biden para ganar la presidencia, debe alcanzar los famosos minimos 270 votos electorales que se la dan y bajo el escenario actual, ganar con una votación incuestionable, que sería la que podría taparle la boca a Trump.

Ya Biden va ganando estados, en los que Trump gano antes frente a la Hilary. Trump va perdiendo estados en los que antes gano y en el estado de La Florida, no se ve mal a Biden. Aunque tal y como se desenvuelven las cosas, Trump tendría que ganar el estado de La Florida, para ser reelegido; mientras que Biden no necesariamente tiene ganarlo. Porque tiene a su favor otros estados que lo equilibran.

De todos modos, Trump continua en su intención de convertir las elecciones presidenciales del 3 de noviembre, en conato de república bananera, púes piensa que ello le daría el triunfo.

Si queremos irnos adentrando en cómo se comporta el voto, aquí tenemos su comportamiento para los llamados Estados Pendulares:

-Wisconsin- Biden 51% Trump-44%( 20% declara haber votado).

-Pensilvania- Biden 51% Trump- 44%. (6% declara haber votado.

-Florida- Biden 49% Trump- 45% (7 % declara haber votado).

-Arizona- Biden 48% Trump- 46%( 3% declara haber votado).

-Michigan-Biden 51% Trump- 43%( 10% declara haber votado).

-Carolina del Norte- Biden 47% Trump- 47% (8% declara haber votado).

Según ABC News, Biden aventaja a Trump en la intención del voto popular por un 12%.

Entre los probables votantes, 54% respaldan a Biden y 42% respaldan a Trump.

Quienes indicaron estar seguros de concurrir a votar, respaldan a Biden el 54% y un 42% respaldan a Trump.

En lo referido a la estrategia contra el coronavirus, el 55% confían en Biden, mientras un 38% confían en Trump.

No es difícil observar, que de los llamados Estados Pendulares (6), en 5 Biden aventaja a Trump, con no despreciable cantidad de puntos y solo hay un empate al 47% en el estado de Carolina del Norte.

Trump, en el 2016, recibió 3,2 millones de votos populares menos que la Clinton, pero esta última perdió en el conteo de los votos electorales.

Actualizando a Biden, ha estado delante de Trump en el entorno de un 50%, llegando a tener una ventaja de 10.

Lo que representa a nivel nacional, que Biden cuenta con 52%, mientras Trump, solo con un 42%.

Si actualizamos la situación de los estados Pendulares, valiéndonos de las cifras del Censo, de una fecha tan avanzada como el 12 de octubre, es decir, ya a 21 días del 3 de noviembre, nos percatamos de que Biden continúa teniendo ventaja sobre Trump. Por lo que no parece, en su caso, se vaya a repetir la historia de la Hilary.

Sondeos de Estados Pendulares.

-Arizona- Biden 48,2% Trump- 45,5%

-Carolina del Norte- Biden 48,3% Trump- 46,9%

-Florida- Biden 48,0% Trump- 44,3%

-Georgia- Biden 46,7% Trump- 47,1%

-Iowa- Biden 47,5% Trump- 46,3%

-Michigan- Biden 49,8% Trump- 43,1%

-Minnesota- Biden 50,4% Trump- 41,0%

-Nevada- Biden 50,3% Trump- 44,3%

-New Hampshire-Biden 52% Trump- 43,0%

-Ohio- Biden- 46,8% Trump- 46,2%

-Pennsylvania- Biden- 51% Trump- 43,9%

-Texas- Biden- 44,8% Trump- 49,2%

-Virginia- Biden 51,0% Trump- 40,3%

- Wisconsin- Biden 49,5% Trump- 44,0%

Se puede apreciar, que, de los 14 Estados computados, Trump aventaja a Biden solo en dos Estados (Georgia 47,1% para Trump, contra 46,7%para Biden y Texas- 49,2% para Trump, contra 44,8% para Biden). Siendo la ventaja solo significativa para Trump en el estado de Texas. Mientras que los estados en que Biden aventaja a Trump, las diferencias si son significativas a favor de Biden. Solo en el estado de Iowa, Biden no cuenta con una ventaja significativa de de 47,5% contra Trump- 46,3%.

Tal situación es más grave para Trump que antes, según el sondeo ahora computado, recogido por la Oficina del Censo.

Con tales sondeos, a solo 20 días de la selección de las elecciones presidenciales, Biden cuenta con una ventaja sobre Trump, que resulta prácticamente imposible de superar. Siendo esa la causa principal de la histeria de Donald Trump dentro del periodo final de la campaña.

Estos resultados, no hacen más que reforzar las desventajas que ya Trump arrastra, incluida la de la economía, que aunque no será decisiva en estas elecciones, si lo será en su movimiento coaligado con la Pandemia, sobre todo los cambios en las correlaciones del voto en los estados, el proceso de abandono de Trump, que se observa de no pocos que antes fueron sus partidarios, sus discursos qué no pueden ser más erráticos, inoculando el miedo en la ciudadanía, la ausencia de las ventajas que antes le fueron evidentes en La Florida, los estados que arrebato a Hilary y los errores de su política exterior, que no se ven compensados por las acusaciones a China, las que hace contra los demócratas con su discurso de qué estos son seguidos por socialistas, extremos izquierdistas y como causantes de la violencia en las manifestaciones antirracistas.

Trump, a 20 días de las elecciones, lejos de presentar síntomas de recuperación, parece estarse hundiendo de manera indetenible.

No obstante, deberán vigilarse los estados pendulares indecisos (10), que tiene los votos electorales siguientes:

1-Arizona-11

2-Colorado- 9

3-Florida- 29

4-Carolina del Norte- 15

5-New Hampshire- 4

6-Ohio- 18

7-Minnesota- 10

8-Pennsylvania- 20

9-Michigan- 16

10-Wisconsin- 10

Los que suman un total de: 142 votos electorales.

De esos estados pendulares indecisos, que son 10, Biden pierde hasta ahora, solo en Georgia (46,7% para Biden -contra 47,1para Trump) y en Ohio (46,8 contra 46) gana con una no significativa diferencia.

Biden pierde Texas, qué no es pendular indeciso, con una diferencia significativa. Por lo que en realidad, de los 10 pendulares indecisos, hasta ahora, pierde solo Georgia.

Razones por las cuales, algunas encuestas consideran que ya Biden tiene asegurados los 270 votos electorales y tal vez más. Continúo más convencido de que Trump no sobrevive a la reelección. Ojalá, porque ya de su persona no podrá salir nada bueno ni constructivo, va a hundir el país.

En estas elecciones se juega una dinámica de no retorno. Trump quiere salvar el imperio sin importarle a donde vaya la nación y la nación tiene que salvarse. No serán los demócratas ni Biden quienes la salven, pero representarían un cierto compás de espera que se necesita.

Trump además, se equivoca cuando cree que lo puede lograr solo y únicamente para Estados Unidos. El mundo donde él quiere imponer semejante cosa, solo existe en su cabeza. Bernie Sanders queda para el futuro, pero ya sembró las fuerzas que podrán solucionar el problema.

Con Trump las cosas han llegado a un extremo en que hay que plantearse la necesidad de salvar a la nación, frente a los intereses del imperio.

Creo que se va adueñando en la sociedad estadounidense, provocada por el propio Trump, una percepción de peligro inminente. Pues Trump ha sido tan fatal, como para generar en la gente una idea creciente de que estas elecciones podrían ser desastrosas y su egocentrismo desmedido, criminal, continúa alimentando la perspectiva del desastre.

Creo que mientras más avanzamos hacia el día de las elecciones, Trump se torna más peligroso, pero la gente también va reaccionando. Hacia el punto que sin dudas necesitamos, lograr que su derrota sea tan aplastante, qué no pueda reaccionar.



13 de Octubre del 2020.





miércoles, 14 de octubre de 2020

ESTADOS UNIDOS: LAS ENCRUCIJADAS DEL 3 DE NOVIEMBRE. Parte 2


Autor: Esteban Morales Domínguez.

UNEAC

Cuando comienzo la redacción de este artículo, restan solo 27 días para el 3 de noviembre.

La situación que tratamos de caracterizar en la primera parte de este artículo, lejos de mejorar, viene, de manera creciente, empeorando. No existe nada que haya mejorado para Trump, de ese escenario. Todo continua complicándose cada día más para Estados Unidos y para su presidente. Se ha llegado ya a niveles de deterioro, que ponen en peligro a la propia nación norteamericana.

Cuando Trump tomo la presidencia en el 2017, luchaba contra un establishment que compuesto por Bush(hijo), Los Clinton y Obama, tenían agotado su escenario político. Ahora, es Trump el que tiene agotado su escenario, tanto interno como externo.

Ha quebrado la alianza Otanista internacional, imperial, de la que estados Unidos disfruto desde el final de la Segunda Guerra Mundial y lo llevo a las máximas posiciones de control y poder del sistema.

  1. La economía norteamericana continua su crisis, en medio de una crisis económica mundial y Trump ha declarado dejar para después de las elecciones, el dinero que aliviaría un poco la situación de los desempleados y pequeños industriales.

    El PIB acumulado ha descendido hasta un 32,9% y el desempleo alcanza la   cifra de 14 millones. El salario real hoy, es más bajo que el de hace 40 años.

   La recesión económica ha provocado que más de 30 millones hayan solicitado beneficio de desempleo y existen 40 millones amenazados de ser expulsados de sus viviendas. Los precios de las mercancías de primera necesidad se incrementan.

   Las diferencias entre pobres y ricos se han disparado como nunca. En medio de una guerra comercial contra China, que con su inteligente política de expansión hacia el histórico traspatio de Estados Unidos, su acercamiento a Europa y sus proyectos económicos multinacionales y políticos (ejemplo, Acuerdo con Iran), más amenaza del dólar y la astronómica deuda financiera, tienen en Jaque a los Estados Unidos.


  1. La pandemia ha venido empeorando de manera creciente, con más de 8 millones de contagiados y más de 217, 000 fallecidos. De modo que el país resulta ser el más afectado en las Américas y a nivel mundial, sin que hasta el momento, exista ninguna estrategia seria para tratar con el problema.

    Son los afroestadounidenses, los hispanos y la población autóctona, los más afectados por la enfermedad. Observable en las proporciones de muertos por Covid entre las minorías:

-Blancos-1,0

-Afroestadounidenses-3,6

-Nativos- 3,4

-Latinos- 3,0

-asiáticos- 1,3

Son las minorías sociales las que más duramente sufren los indicadores económicos de la pobreza y están encajando la pandemia. El presupuesto militar tendría que ser recortado no menos de un 20% para poder pagar las mejorías sociales que estas minorías necesitarían.

El país tiene una deuda externa de 21 billones de dólares y sus reservas apenas llegan a los 450,000.

Trump, con ninguna intención de consulta, ostenta el Poder Ejecutivo en sus manos, por lo que es responsable de los éxitos y fracasos, sobre todo en la economía, la distribución del presupuesto federal en particular, el nivel de pobreza y la política exterior, en lo que nadie lo puede sustituir. Su actitud ante la pandemia no puede ser más errónea, anticientífica y desprestigiada.

Razones todas más que suficientes, para que Trump, acercándose el día de las elecciones, trate de manipular las cifras de la pandemia, la economía, seguir culpando a los demócratas por la violencia en las manifestaciones y a China de la pandemia. A pesar de que esta última muestra un control de la situación sanitaria, que Estados Unidos está muy lejos de alcanzar.

  1. La pandemia, además, ha atacado la estructura gubernamental, con un importante nivel de contagiados por la covid-19. Que nadie tiene dudas es de la entera responsabilidad del Presidente.

  2. Tanto el Presidente, como Melania Trump, han dado positivos al coronavirus. Situación que es enfrentada por el Mandatario de modo tal, que le ha acarreado muchas críticas, tanto entre sus partidarios, como por parte de los demócratas. Creándose una gran incertidumbre sobre el verdadero estado de salud del Presidente y el peligro que ello representa para muchos de sus allegados o de los que trabajan en su equipo. Lo cual se aprecia como un empeoramiento de la situación, que no parece tener fin. Cada día el desastre es mayor. Ahora hay declaraciones de que ya no contagia, pero nadie publica el resultado de sus pruebas.

  3. El Presidente insiste en su actitud de restar importancia a la enfermedad y continua con sus mentiras alrededor de la vacuna, insistiendo en que está cercana; como algo milagroso que pudiese venir a limpiar su imagen y la dificultad de salud en que ahora se encuentra.

  4. Las manifestaciones antirracistas continúan, los abusos y los crímenes por parte de la policía también. El movimiento Black Live Matter se mantiene, representando un factor de movilización al que se incorporan personas de todos los colores que encuentran en el mismo un modo de lucha contra los abusos policiales, así como distinguirse de otros intentos de movilización preconizados por la derecha, las bandas y grupos que los republicanos seguidores de Trump están armando para influir, primero en el ambiente electoral y después, en el resultado de las elecciones.

  5. Trump continúa movilizando su campaña hacia la duda sobre el voto por correo, su insistencia en que los demócratas quieren arrebatarle el triunfo y que, de no ganar, ello solo sería resultado del fraude que están organizando los demócratas; lo cual lo mantiene en una posición, que crecientemente es considerada como de sumo peligro, incluso, por no pocos de sus partidarios. De lo cual fue una señal muy clara la votación reciente en el congreso.

Por reciente resolución, votada a favor por unanimidad, se plantea que el tránsito de poder, no debe tener problemas con independencia del resultado en las elecciones.

De modo, que es posible decir, que su estrategia de crear el caos, muestra un nivel sostenido de descomposición, que ahora se vira contra el presidente. Pensó que, el caos, la desconfianza y el peligro, lo pondría en el camino de ganar la reelección, cuando en realidad está haciendo que muchos lo abandonen, ante el peligro que tal ambiente representa para la seguridad personal del ciudadano medio. De ello es expresión el voto adelantado y el voto por correo, qué como se sabe beneficiaria más a los demócratas. Pues serán cada día menos los que están dispuestos a votar presencialmente, con peligro para su persona y familia.

  1. Días antes del primer Debate Presidencial, salió a la luz, por un artículo del New York Times, los manejos alrededor de las declaraciones de impuestos del Presidente, lo que parece haber colmado la copa de las dificultades que enfrenta. Finalmente, un juez federal le ha obligado a presentar la declaración.

La situación, en medio de la cual se encuentra Trump ahora, al no haber triunfado abiertamente en el debate presidencial, sentirse limitado en su estilo de campaña producto de la enfermedad, e intuir que las encuestas no están abiertamente a su favor, lo alteran, e incluso le hacen, al parecer, sentirse perdido.

Cada día que pasa, después de declararse enfermo, está más desequilibrado, lo cual no hace, sino reafirmarlo en su desesperada estrategia de campaña, preparándose para gritar fraude contra los demócratas, cuando lo considere oportuno.

Con posterioridad al asesinato de George Floyd, Biden comenzó a superar a Trump, incluido Ley y Orden, en una diferencia entre 48 y 47 %. Que no es alta, pero si un importante indicador, tomando en consideración, que se trata de una consigna levantada por el propio Presidente.

A partir de entonces, Biden, según los sondeos “New York Time-Siena Collage”, tiene el margen más amplio a nivel nacional, para el caso particular de los estados siguientes:

-Minnesota -9% (50-41).

-Wisconsin- 5%( 48-43).

-Nevada 4%( 46-42).

- New Hamspshire-3% (45-42).

El 54.4% desaprueba la gestión de Trump. En la intención nacional del voto, Biden aventaja a Trump en el 6.,5%. Votarían por Biden 49.5% y 43.0% lo harían por Trump. A pesar de las ya históricas ventajas, por parte de los republicanos en La Florida; sin embargo, Biden aventaja a Trump con un 48.6%, mientras Trump cuenta con un 47% o sea 1.6% menos. Diferencia que se continúa incrementando a favor de Biden.

En la actualidad, el voto cubanoamericano en La Florida, no es monolítico ni se vota en bloque como antes, existiendo, más bien, cierta tendencia hacia posiciones más liberales y contra el conservadurismo, republicano, principalmente por parte de los jóvenes.

Antes de la pandemia, fundamentalmente por los indicadores económicos, que parecían tener un comportamiento aceptable, había una tendencia a favorecer a Trump. Pero después de la covid, esta tendencia parece haber cambiado, como resultado de la crisis económica agravada por la propia pandemia. Es que ahora hay más de 8 millones de contagiados, casi 217,000 fallecidos y las cifras en la Florida llegan a los 15,000 fallecidos.

En La Florida resulta muy difícil cuantificar el creciente apoyo a Biden, que parece estarse produciendo, dado que el nivel de intimidación es demasiado alto, aunque al mismo tiempo, parece que la politica hacia Cuba, lejos de favorecer a Trump, como era de esperar, parece estar afectándolo en algo.



La cuantía del voto electoral o compromisario, para los Estados pendulares o indecisos, se nos presenta del modo siguiente:

-Arizona- 11

-Colorado-

-Florida-29

-North Carolina-15

-New hamshire-4

-Ohio-18

-Minnesota-10

-Pennsylvania-20

-Michigan-16

-Wisconsin-10.

Cualquiera de entre cuatro de ellos, pueden ser decisivo en un final reñido.

El triunfo demócrata dependerá entonces, de seguir su línea de moderación y denunciando fuertemente las posiciones de Trump.

Además de contar con un sustancial voto de las minorías, en particular de los afroestadounidenses, los afrolatinos, las fuerzas de izquierda y progresistas, jóvenes en particular y los estados de Arizona, Colorado, Michigan, Pennsylvania, Wisconsin y Minnesota.

Todo parece indicar que los demócratas mantendrán la Cámara, no así el Senado, por lo cual entonces les será muy difícil gobernar. Pero los republicanos están muy preocupados, porque las votaciones para mantener el senado parecen estársele complicando. Por lo que no sería una total sorpresa que perdiesen el senado también.



Las complicaciones del voto cubanoamericano.

La nación norteamericana cuenta con 331 millones de habitantes. Cerca de 60 millones son de origen hispano o latino. De ellos, 2,300,000 son de origen cubano. De los cuales 1,200,000 (70%) viven en el estado de La Florida.

Registrados para votar hay 268 millones, de los cuales 32 millones son de origen hispano o latino.

Dentro de ese grupo minoritario más de 1 millón son cubanoamericanos. De ellos, alrededor de 650,000 están registrados en el estado de La Florida.

El voto cubanoamericano representa el 6% del electorado de la Florida y menos del 1% del voto total del País.

Pero el voto cubanoamericano ha sufrido variaciones en los últimos 20 años.

En el 2000, George Bush obtuvo el 75% del voto mencionado y en el 2004 logro el 78%, con una política de abierta de confrontación hacia Cuba. Sin embargo, perdió frente a Obama en el 2008, que logro el 64% del voto cubanoamericano. Lo cual indicaba un considerable cambio en el electorado de origen cubano. Hilary Clinton, aunque perdió frente a Trump en el 2016, alcanzo el 46% del voto cubanoamericano.

Consideramos que varios son los factores que explican el cambio del voto cubanoamericano, presentando una cierta tendencia hacia los candidatos más liberales.

Dos hechos saltan a la vista: en el 2012, el temor de muchos a que la política hacia Cuba regresara a sus fundamentos más hostiles. También, el rechazo ideológico de las nuevas generaciones al extremo conservadurismo de los republicanos, qué este año se ha agravado, sobre todo respecto a Cuba.

El tema de las relaciones con Cuba ha constituido una necesidad existencial de los nuevos inmigrantes, que los coloca a muchos en franca oposición con las propuestas republicanas, encaminadas a limitar los contactos con Cuba, lo que contradice al tipo de emigrante que ha salido de Cuba hacia los Estados Unidos, en los últimos 20 años.

Aunque esa contradicción, no resulta tan clara en el caso de los jóvenes nacidos o criados en los Estados Unidos, cuyo vínculo con su patria de origen tiene un valor más difuso, e incluso muchas veces ni se materializa en la práctica.

También ello se ve matizado, muchas veces, por en qué oleada migratoria hayan llegado a la sociedad norteamericana.Digamos, los de Mariel en los 80, son votantes registrados que, por lo general, respaldan las políticas hostiles hacia Cuba.

Los de 1995, cuando se firmaron los acuerdos migratorios, en su mayoría son votantes registrados que abogan por un acercamiento a su país natal. Al igual que los descendientes de la comunidad cubana de segunda y tercera generación.

A este último segmento se suman los inmigrantes que se asentaron a partir del 2013, en que fueron favorecidos por la actualización de la política migratoria cubana, dirigida a lograr que los movimientos migratorios sean de forma legal, ordenada y segura. Así como desplegadas para fortalecer la relación con la emigración.

Por primera vez parte de ese grupo, ya registrados, votaran como ciudadanos estadounidenses en el 2020 y muchos apoyan la existencia de relaciones diplomáticas y comerciales entre ambos países y la expansión de los viajes a Cuba. Dado que en ellos las razones económicas para emigrar, que comenzaron a presentarse con fuerza a partir de finales de los 80, tiene un peso muy importante, casi que determinante.

A partir del acercamiento de Obama a Cuba y sobre todo las relaciones diplomáticas en el 2015, muchos viajaron a Cuba. Comportándose del modo siguiente:

- 2015- 292,000

- 2016-330,000

-2917- 432,000

-2018-2019- 500,000

Todo a pesar de los obstáculos que Trump comenzó a imponer, desde que asumió la presidencia.

Un estudio anual de la Universidad Internacional de La Florida, del 2018, titulado “Como los cubanoamericanos en Miami miran las Políticas de Estados Unidos hacia Cuba”, formado por 1001 residentes, consultados telefónicamente, revelo lo siguiente: que la posición de un candidato con respecto a Cuba ya no es una prioridad para el elector cubanoamericano en Miami, sino que este se preocupa por los mismos problemas que los que no son de origen cubano y los otros latinos en Estados Unidos.” (Ver: Guillermo Grenier1 and Hugh Gladwin,2018, FIU, Cuba Poll How Cuban American in Miami view US). (1).

La tendencia anterior ya se venía observando, influida por la composición social de la oleada migratoria y las razones para emigrar, por lo cual Cuba fue dejando, paulatinamente, de ser un tema para hacer campaña política en Miami. De modo que, a la hora de decidir su voto, los cubanoamericanos indican una tendencia fuerte a preocuparse más por temas locales o nacionales que afectan directamente su entorno de vida.

En orden descendente para el elector cubanoamericano los aspectos de mayor relevancia para conformar su intención de voto serian entonces: economía, trabajo, salud, control de armas, inmigración, impuestos, votar por su partido (sin importar prioridades), terrorismo, política internacional, otras prioridades y por último la posición del candidato respecto a Cuba”.

Es decir, que Cuba ha venido dejando de ser el tema prioritario a la hora de decidir el voto.

En tal ocasión, la mayoría de los encuestados favoreció el aumento de las relaciones con la Isla. Algo que viene caracterizando a las oleadas migratorias principalmente a partir de finales de los ochenta.



La importancia electoral de la comunidad afroestadounidense.

Esta comunidad formada por afroestadounidenses, afrolatinos y afrocaribeños, ha incrementado su importancia electoral, a partir, sobre todo, de las manifestaciones antirracistas provocadas por el asesinato de George Floyd en Minnesota.

Biden puede sacar gran provecho de la atención que brinde a este sector de la población estadounidense, cuya tendencia ha sido inclinarse hacia el partido demócrata.

Esa inclinación, en particular de la comunidad protestante estadounidense hacia el partido demócrata está asociada a la lucha contra la desigualdad racial, como señalan algunos expertos.

Debido a la larga historia de lidiar con la opresión racial, los evangélicos afroestadounidenses han tendido a hacer de las cuestiones de justicia social una parte importante de su fe cristiana.

Lo anteriormente expresado, marca la importante diferencia con los Evangélicos blancos, que priorizan la lucha contra el aborto y tienen posturas más conservadoras en temas raciales, los que según encuestas recientes, más del 80% darían su voto a Trump.

La iglesia ya mencionada, visitada por Biden en junio, señala la división racial socio económica como un tema primordial para su movimiento.

Su pastor Silvester Beaman, cita algunas inquietudes como las disparidades en salud pública, la reforma policial, la educación pública, la creación de empleos con salarios dignos y beneficios de salud, la reincidencia carcelaria y candidatos que busquen unir a la nación.

También existen sus matices y excepciones en el apoyo de los religiosos afroestadounidenses.

Digamos, Harry Jackson, pastor pentecostal de una iglesia mayoritariamente negra en Maryland, integra un grupo de asesores evangelicos conservadores de la casa Blanca, que recientemente dentro de un encuentro evangélico, sugirió a los asistentes buscar apoyo de personas de color para el Presidente Trump, diciendo que “Trump no era un racista sino un solucionador de problemas”.

La tasa de los votantes negros disminuyo por primera vez en 20 años y las encuestas muestran que Trump tiene dificultades para reunir más del 8% de los votos afroestadounidenses que recogió en el 2016.

La iglesia afroestadounidense podría incentivar el voto de sus fieles y ha sido históricamente reconocida como una institución autentica, relativamente libre de la influencia blanca. Siendo muy escuchada, cuando llama a salir para el ejercicio del voto.

De manera especial, las marchas antirracistas, posteriores al asesinato de George Floyd, son vistas por muchos jóvenes activistas como más atractivas que la propia iglesia; al aportar a nivel de base, no solo temas de raza, sino también de clase y género. Sostienen muchos, que la iglesia negra debe subirse a ese tren, tal vez sin el liderazgo de los años 60, pero desempeñando un papel que puede ser destacado.

Se considera a la iglesia como una institución independiente de partidos políticos, pero admitiendo que por la tradición del voto afrodescendiente, la iglesia hará esfuerzos para movilizar al electorado en beneficio del partido demócrata. Partiendo de examinar candidatos que estén preocupados por los problemas importantes para la comunidad negra.

Una situación que podría tener un impacto importante a favor de los demócratas, es lo referente a los convictos. Es decir, personas que por haber estado en prisión deben pagar sus deudas para tener el derecho a ejercer el voto. Entre ellos, por razones de sobra conocidas, hay muchos afroestadounidenses y latinos, con una marcada tendencia a votar demócrata.

Más de 44,000 contribuyentes donaron a la causa de los convictos. Que de poder pagar sus deudas, podrían votar y ello beneficiaria a los demócratas.

Es muy importante para Trump ganar los 29 votos electorales de La Florida, para ser elegido presidente. Pero si Biden los pierde, aún podría ganar la presidencia.

Además de los problemas que ya Trump confronta, la economía en recesión, la pandemia, las manifestaciones antirracistas y los errores que viene cometiendo en la política exterior, tampoco puede, luego de su enfermedad, llevar adelante la campaña de mitines abarrotados, ruidosos, agresivos, cargados de la dinámica trumpista.

Adicionando ahora, la resolución congresional, que lo limita en el desarrollo de una campaña basificada en la desconfianza del voto por correo, la declaración abierta de que las elecciones estarían asentadas en el fraude demócrata, la pandemia que mejor no ha podido dañarlo, sus mensajes y discursos cargados de agresividad, su actitud dirigida a sembrar el descrédito del proceso electoral presidencial y sus errores en política exterior.

Como si fuera poco, encuestas de la Universidad de Quinnipiac, muestran que Biden tiene una ventaja sobre Trump de 11 puntos porcentuales en Florida, 13 puntos en Pensilvania y 5 en Iowa. Dos encuestas de New York del Siena College, encontraron que Biden lidera por 6 puntos en Nevada, 1 punto en Ohio y 5 puntos en Wisconsin, según la Universidad de Marquette.

La ventaja de Biden en el promedio de encuestas nacionales de Real Clear Politics es ahora de 9,4 puntos, su mayor ventaja desde junio. Biden ha tomado una ventaja de 14 puntos entre los votantes latinos en La Florida.

Ello significa que Biden está ampliando su ventaja contra Trump en una serie de estados cruciales, según la última ronda de encuestas.

A todo ello se suma, que las principales publicaciones científicas publican por primera vez en siglos de historias editoriales pidiendo el voto contra el presidente Trump.

La última revista en unirse ha sido la New England Jornal of Medicine, decana en sus 208 años de existencia y que siempre se había mantenido al margen de la política. Ahora publica un editorial firmado por 34 editores, de los cuales 33 son norteamericanos, en que acusan a Trump de haber convertido la crisis del coronavirus en tragedia.

Lo anterior significa, que lo más representativo en publicaciones de la ciencia médica a nivel mundial, ha dado su evaluación negativa a Trump en el comportamiento frente a la pandemia.

Posicionándose editorialmente, o por medio de declaraciones emitidas, lo más representativo de la ciencia a nivel mundial ha calificado de manera muy negativa la actitud de Trump ante la pandemia, el cambio climático, el Acuerdo de Irán, el de Paris sobre cambio Climático.

Con tales evaluaciones o valoraciones, por parte de las publicaciones científicas más importantes del mundo, la gestión de Trump, su comportamiento ante la epidemia más desastrosa de los últimos 100 años, echan por tierra toda duda o toda posibilidad de manipulación, como para calificar a Trump el enemigo No.1 de la Ciencia.

¿Que más necesita acumular Trump para demostrarse que no va a resultar reelegido como presidente?

Si algún mérito tiene Trump, es haber adivinado que su reelección está en peligro mortal. Razones por las cuales afirma una y otra vez, que solo un fraude de los demócratas podría arrebatársela, amén de desprestigiar el mismo proceso en que resultaría reelegido.

Los hechos analizados me han convencido de que Trump no resultara reelegido presidente de los estados Unidos, pues pondría en peligro al mundo y a la propia nación estadounidense.

Considero que la estrategia de Trump, para convertir el Proceso Electoral Presidencial en un verdadero caos y servirse de ello, para a cualquier costo, arrebatar la presidencia a los demócratas, ha fracasado. Cada día que pasa agota sus posibilidades y solo le queda encajar la derrota más desastrosa que haya tenido una presidencia norteamericana en su historia. Considero que se va abriendo paso la conciencia ciudadana de que solo con una derrota contundente a favor de los demócratas, Trump abandonaría la idea loca de poner en peligro a la nación, con tal de mantener su posición presidencial.

Pienso, que, si ello no ocurriera, el mundo y los Estados Unidos, estarían al borde del desastre. Ya Trump, contendiendo con Hilary Clinton, perdió la masividad del voto, pero aun así, gano la presidencia por acumular los votos necesarios del Colegio Electoral.

Ese engendro de la democracia estadounidense, que debe desaparecer.

Esa masa que voto por la Hilary, Trump la ha hecho crecer, aunque ahora esta se reparte a favor de los demócratas, dándoles el triunfo según las reglas del Colegio Electoral. Lo cual es resultado del extremo peligroso egocentrismo del propio Trump. Al haber violado todas las reglas del comportamiento político, haber amenazado al extremo la tranquilidad ciudadana, declarado su intención de devenir en emperador; haber engañado, robado, irrespetado, auto señalandose como el ser más peligroso que haya podido ostentar la presidencia de la nación más rica y poderosa del mundo.

Cuando en semejante momento y lugar, una semipersona como Trump, utiliza su poder poniendo en peligro a toda la sociedad, esta misma tiene que eliminarlo, enviándolo al hueco más profundo y oscuro, del cual no pueda salir más nunca. Ni su propia familia lo va a recordar.



Octubre 11 del 2020.







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