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domingo, 27 de junio de 2021

DEMOCRACIA, TRANSPARENCIA E INTELECTUALIDAD REVOLUCIONARIA

 Esteban Morales Domínguez

UNEAC.

No todos los intelectuales revolucionarios de este país, podemos estar presentes en los órganos y demás comisiones que el gobierno revolucionario crea para analizar los problemas. Pero si todos tenemos el derecho a someter al análisis crítico, cuanta medida se adopte en cualquier sector de nuestra vida nacional.

Luego, el resto de la intelectualidad revolucionaria, que no ocupa escaño en el Comité Central del Partido, en la Asamblea Nacional del Poder Popular, en las direcciones del gobierno y el estado a todos los niveles del País, pueden actuar y comportarse con un sentido de complementariedad de esas fuerzas, pudiéndosele considerar como una extensión de los que ocupan tales posiciones.

La Revolución es de todos los revolucionarios, no solo del Partido, del Gobierno ni del estado; es de todo el que se sienta cubano, revolucionario y quiera hacer su modesto aporte para que el País avance. Unos tendrán la posibilidad de escribir, haciendo pública sus opiniones o enviándolas a las instancias que consideren oportuno. Otros desde sus organizaciones en la sociedad civil, podrán trasmitir sus valoraciones para que lleguen a las instancias que están obligadas a tomarlas en consideración.

Para ello, es necesaria la mayor democracia, a nivel de todas las organizaciones, comenzando por el Partido, hasta los dispositivos gubernamentales y todas las instituciones que forman el estado y gobierno de la nación. Junto a los indudables ajustes y cambios por los que debe atravesar nuestra Constitución hacia un futuro no lejano.

Lo contrario de una política como la que hemos esbozado, equivaldría a generar el quietismo, la espera por las orientaciones de arriba, el desinterés, el descomprometimiento y el elitismo de los dispositivos de dirección.

Se trata de que todos tengamos derecho a participar en el proceso de formulación y ejecución de las políticas y en su vigilancia y fiscalización, para que estas funcionen, se cumplan y sufran los ajustes que puedan resultar necesarios. Porque en realidad, dentro de una sociedad que pretenda ser moderna, no hay mejor política que aquella, que desde su propio proceso de formulación, ya se debe pensar en los ajustes que hacia el futuro pueda tener.

Para ello nuestra prensa nacional, deberá desempeñar un papel fundamental, garantizando la transparencia al informar sobre la marcha del país, excluyendo solo todo aquello que comprometa la discreción y el secreto respecto a las cuestiones de la seguridad nacional. Lamentablemente, nuestra prensa se comporta aún de modo un poco elitista, brindando muy pocas oportunidades a la crítica (honesta y revolucionaria), que no sale de sus propios aparatos.

Una prensa así, no garantiza la participación ciudadana, provoca el descontento, la desatención y la ausencia de compromiso con las tareas sociales que deberán ser desplegadas.

Solo de tal modo, se logra el compromiso con las medidas de todo tipo que el país adopta para llevar adelante las políticas de restructuración y perfeccionamiento del nuevo modelo económico. Se trata de un aspecto político insoslayable del proceso que deseamos llevar adelante.

El trabajo por construir un nuevo Modelo Económico, tiene que encontrar su reflejo en el Modelo Político-Ideológico que lo sustente y lo haga avanzar.

Escuchamos mucho hablar de un nuevo Modelo Económico, pero de ahí solo se pasa a arengar a las masas para que se incorporen a las tareas. El asunto no es de simples arengas a la disciplina, al incremento de la productividad, a trabajar más y mejor, pues todo ello concluye entonces en discursos políticos vacíos, si los aspectos políticos que deben acompañar al modelo, no toman cuerpo en un sistema político que les de coherencia. Esa coherencia solo se logra reaccionando con un modelo político, democrático, participativo, critico, que garantice la participación organizada de los trabajadores, en cualquier sector en que estos se encuentren; que les de la libertad de participar con sus iniciativas, sin que nadie los frene en el ejercicio del derecho que les corresponde, a criticar, sugerir y sentirse parte del proceso de construcción que se lleva adelante. Único modo en que se puede garantizar que los errores sean menos, los aciertos sean más y que el compromiso por un mejor futuro, sea compartido.

Si realmente confiamos en que la verdadera inteligencia, en que la fuerza real, para llevar adelante cualquier proceso, está en las masas, el gobierno de tales procesos, tiene que ser colectivo.

En particular, la intelectualidad revolucionaria, está llamada a desempeñar un papel fundamental. En el esclarecimiento, la conducción de las masas y en la corrección del rumbo. Todos los grandes conductores revolucionarios, como Marx, Engels, Lenin, Fidel, Ho chi Min, Mandela y otros, fueron intelectuales. Luego negar a la intelectualidad revolucionaria, es menospreciar el pensamiento que nutre a la revolución. Porque sin teoría revolucionaria no hay practica revolucionaria y la verdadera teoría revolucionaria sale de las masas organizadas y sus intelectuales, en cuya conducción, la intelectualidad revolucionaria, desempeña un papel ineludible.


La Habana, 2016.













EL RETO DE LA INTELECTUALIDAD.

Esteban Morales Domínguez

UNEAC.

En abril del 2010, escribí que la corrupción ya era entonces, el reto más difícil y peligroso que debíamos enfrentar. Un problema de seguridad nacional. Hoy deseamos alertar sobre la importancia que adopta la intelectualidad, en medio de las circunstancias que vive el país. Al tratarse de un asunto ideológico de primer orden.

Ya explicábamos en reciente artículo, que la ciencia es una forma de poder. Por lo que no debemos descuidar su dinámica y mucho menos tratarla con mecanismos antidemocráticos. (Ver: La enseñanza de las ciencias sociales y humnisticas en La Universidad de La Habana. Blog personal)

El papel de nuestros científicos en el trabajo contra la pandemia de la Covid.19, resulta un ejemplo brillante de cómo deben trabajar unidos ciencia y política gubernamental.

Cuba es el único país de este hemisferio que no tiene analfabetos, que cuenta con un nivel medio de escolaridad que es el más alto de la región, incluyendo Estados Unidos y Canadá. Como si fuera poco, casi más de un 10% de su población cuenta con título universitario y posee un “capital humano” con un grado de penetración en el campo de la actividad científica, envidiable para cualquier país.1

Es decir, Cuba, cuenta con un potencial extraordinario, si somos capaces de utilizarlo para impulsar las tareas que debemos desplegar para la aplicación del modelo económico, hacer crecer nuestra economía y lo que es más complejo aun, para hacer corresponder ese cambio con la dinámica social y el cambio de mentalidad que resulta ineludible.

Dentro de esa dinámica, las Ciencias Sociales y Humanísticas son las llamadas a desempeñar el papel fundamental, junto al trabajo cultural, por ser las que más próximas se encuentran a la política. Sin embargo, se están produciendo fenómenos que perjudican sobremanera, el papel de esas ciencias y del trabajo cultural dentro de la dinámica política del país.

Entre ellos:

Nuestra Prensa, al parecer, con una actitud de desconfianza y excluyente, por lo general, limita a nuestra intelectualidad para estar en los medios; desplazando sus producciones hacia planos alternativos. Digamos la intranet e internet, o hacia la Prensa extranjera, a la que solo tienen acceso apenas un 10% de nuestra población. Hablando sobre todo, en términos de la dinámica informativa diaria, que es la más compleja, pues participa en las coyunturas políticas en que el país día a día se debe desenvolver. Hemos podido observar las dificultades siguientes:

- La relación entre política y ciencias es muy débil aún.

Observándose claramente cierta intolerancia, ante todo aquello que se escribe, o se dice, con matices críticos, o que se sale de las “normas trazadas”. 2 De lo cual solo están entrando en proceso de ser consideradas, las opiniones que se vierten sobre nuestra economía, promovidas estas insistentemente por la Presidencia del País.

-Se dificulta fuertemente el acceso a la información sobre temas sensibles, provocando que nuestra intelectualidad revolucionaria, quede en desventaja dentro del debate que tiene lugar en los medios extranjeros, la prensa, internet y la academia fuera de Cuba.

-Se promueve la critica (Raúl Castro la ha promovido explícitamente) pero al mismo tiempo, se frena. Pareciendo como si hubiera dos políticas; la que promueve nuestro Primer Secretario del Partido Comunista de Cuba y la que una burocracia, asentada en el poder ,despliega, aun a contrapelo de la orientación política más general.3

- Se despliegan iniciativas, por parte de la sociedad civil, que han hecho surgir centros de debate sobre nuestra realidad, dígase: Espacio Laical, Revista Temas, Observatorio Critico, Dialogar Dialogar, UNEAC, etc. Pero no se observa que la dirección ideológica del país promueva una relación con estos centros de debate, ni que aproveche sus resultados. Los miembros de la prensa nacional, apenas participan en ellos y pareciera más bien que estos debates existen, a pesar de no ser del agrado de la Dirección Política. Por lo que parecen realizarse en medio de un cierto ambiente ambigúo, de tolerancia y clandestinaje.

Al mismo tiempo, algunas publicaciones, que no podrían ser algunas tildadas de contrarrevolucionarias, son “demonizadas”, aunque muy a pesar de ello, circulan y son leidas con interés por parte de sectores de nuestra población, y principalmente por la intelectualidad, sin que sean nunca inteligentemente respondidas.

-Nuestra televisión tampoco utiliza de manera suficiente el potencial de que dispone dentro de la intelectualidad nacional, para debatir y esclarecer los temas de mayor interés de la población. Sobre todo, si son internos. Muchos temas circulan boca a boca, dentro de la Isla, pero en la práctica se los regalamos a la prensa extranjera u otros medios, permitiéndole especular con ellos y manipular la información que rebota sobre la población. Asuntos tales como: la economía, la dinámica de la corrupción, el tema racial y otros, no encuentran espacio suficiente para su debate. Por lo que en medio de la extraordinaria lucha ideológica que se libra hoy, quedamos en desventaja, para que nuestra intelectualidad sea acompañada por la población. Solo en Facebook, e internet en general, se les puede encontrar, como temas que son tratados sistemáticamente y con amplitud. Pero, como sabemos, gran parte de nuestra población no cuenta con los medios necesarios para acceder a los mismos.

Es decir, las relaciones sistemáticas entre las Ciencias Sociales y Humanísticas, cultura, política e información, aun no funcionan, para hacer de ese mecanismo, lo que de hecho puede ser, un formidable instrumento de trabajo para hacer avanzar las tareas que el país debe desarrollar, en medio de la que está resultando su más difícil encrucijada de supervivencia. Por lo que hoy, aunque la tarea principal es construir el Nuevo Modelo Económico y hacer crecer la economía, nuestros retos son también ideológicos.

Por supuesto, para que el mecanismo de la relación entre política, ciencia e información, funcione adecuadamente, son necesarias ciertas condiciones que nosotros aun no alcanzamos en el grado requerido:

-Es necesario que la crítica abierta y responsable, como la ha proclamado nuestro Primer Secretario, deje de ser algo más que una orientación política o una consigna. Para pasar a convertirse en el modo de accionar político permanente.

-Es necesario que cada organización política y de masas, comenzando por el propio Partido, haga de esa orientación del Cro. Raúl Castro Ruz, un instrumento permanente de trabajo. Hay quien ha dicho que se pueden hacer críticas, pero no al partido. ¿Cómo entender esto? Si el partido es el máximo dirigente de la sociedad y el estado y su actuación se encuentra continuamente expuesta a la opinión de la población.

-La no delimitación, entre Partido, Estado y gobierno, ubica en un cierto callejón sin salida al ejercicio de la crítica. Encerrando a la política dentro de un mecanismo, que hace imposible su valoración crítica y las posibilidades de su rectificación.

-Es necesario que la población adquiera la confianza, de que la crítica, desde posiciones revolucionarias, oportuna y trasparente, puede ser efectiva y que no será demonizada, ni reprimida.

-Hay que rechazar el refugiarse en la mera individualidad y promover todo aquello que permita el ejercicio pleno de la responsabilidad social ante lo mal hecho. Lo cual significa, obrar con transparencia informativa, democracia dentro de las organizaciones, ausencia de impunidad y respeto de la opinión individual, aunque esta pueda ser equivocada. Pues estas últimas son menos dañinas, que las que el temor a expresarlas oculta.

-El cambio de mentalidad debe abarcar fuertemente también el trabajo cultural y a la intelectualidad. Esta última debe sentir, que cuenta con la confianza, la más alta valoración de su espíritu creador y del respeto a su libertad de opinión. De lo contrario, se establece una lucha, que concluye, apartando a la inmensa mayoría de los intelectuales del camino del socialismo y los que no se apartan, acaban perdiendo su capacidad para arrastrar a las masas.4

En todos los ex países socialistas de Europa del Este, el trabajo político con la cultura y la intelectualidad representaron un reto imposible de superar. Los lastres del estalinismo y una política de los partidos comunistas que resulto insuficiente para eliminarlo, dieron al traste con la posibilidad de que el socialismo sobreviviera. Por lo que, no fueron solo culpables del derrumbe, la ineficiencia económica, la improductividad y la corrupción. Sino también, la incapacidad de los partidos comunistas, para liderar a sus respectivas intelectualidades, lo que termino por producir el derrumbe espiritual de esas sociedades.



Junio 15 del 2020.



1 En otros artículos nos hemos referido a que estas ventajas, encierran para Cuba el reto de cómo mantenerlas. Fenómeno dentro del cual, la eficiencia y flexibilidad de la política migratoria, desempeñan un papel fundamental. Ver: Moncada-Lectores del Mundo, del Autor, “El suicidio de la Migración”.

2 Ver del Autor Ciencia y Política: un dúo complejo, Blog personal.

3 Cuento con una experiencia personal al respecto, que se encuentra muy bien reflejada en mi blog.

4 El intelectual, o es realmente revolucionario, oponiéndose a la intolerancia, la falta de democracia y al ordeno y mando, o termina siendo un oportunista despreciado por su propio gremio.


LA GUERRA CONTRA EL BLOQUEO

 Autor: Esteban Morales Domínguez

Ya hace casi 30 años que luchamos en Naciones Unidas Contra la política de bloqueo de Estados Unidos contra Cuba.


Este año se repite la historia desde 1992, Cuba vuelve a derrotar a los Estados Unidos, con su Resolución en contra del Bloqueo Economico, comercial y Financiero: 184 votos a favor, 2 en contra y 3 abstenciones. Sin dudas, ello representa un triunfo de la solidaridad y el apoyo moral a Cuba, muy grande por parte del mundo. Pero la resolución no tiene carácter vinculante, es solo
una victoria moral y simbólica. No representa que los Estados Unidos esté obligado legalmente a levantar el bloqueo, ni que tenga que pagar un solo centavo de los 147,000 millones, que representa el costo del bloqueo para Cuba.


Creo que, sin dejar cada ano de presentar la resolución, hay que agregar a la estrategia de lucha, otras alternativas. Creo que la votación obtenida por casi 30 años, no es poca cosa,  quiere decir que los gobiernos de muchos países no comparten la política de Estados Unidos hacia Cuba y que como se demostró este ano, existe un fuerte movimiento de solidaridad a favor de Cuba y contra la política de bloqueo de Estados Unidos.


A esa solidaridad hay que darle una utilización política, encaminándola hacia otras actividades, que pudieran ser más efectivas para luchar contra el bloqueo.
Por eso, se me ocurre que para el próximo año debiéramos tratar de organizar las fuerzas de la solidaridad a favor de Cuba y contra el bloqueo, en hacer
cosas más concretas, no solo simbólicas. Una de esas ideas puede ser, en todos aquellos países donde existen fuerzas que luchan contra el bloqueo, declarar un boicot contra la banca trasnacional y su extensión, la banca nacional, que colabora con Estados Unidos, para ejecutar la política de bloqueo.


No es casual que Estados Unidos hable continuamente de Embargo y no de Bloqueo. Pretende ocultar la verdadera naturaleza de su política agresiva. El embargo tiene un carácter soberano, cualquier país puede embargar a otro, no tener relaciones ni siquiera comerciales con determinados países. Ello entra en las prerrogativas soberanas de cada país, razón por la cual, Estados Unidos y sus ideólogos defienden la idea del embargo. 


Pero el bloqueo es otra cosa. El bloqueo, es el derecho que se abroga Estados Unidos, de no comerciar con Cuba, no tener relaciones con nuestro país, pero al mismo tiempo, imponiendo su política, para que la ejecute un tercero. Lo que le da a esta política, un carácter transnacional. Es decir, mientras el embargo tiene un carácter directo, de ejercicio de la soberanía económica de un país sobre otro; el bloqueo tiene un carácter trasnacional, se aplica sobre un país, pero no solo de manera directa, sino también atraves de un tercero. Logrando una relación triangular, en la que un país, desde su vértice de poder económico, ataca a un segundo, también atraves de otros.


Claro que nadie que no tuviese el poder, que sobre las relaciones económicas a nivel internacional tienen países como Estados Unidos, incluido su influencia sobre la dinámica del ciclo mundial, no pudiera imponer a un tercer país, que trate a otro, con su propia política. Es que los Estados Unidos, después de la Segunda Guerra Mundial, fue ganando esa posibilidad, de imponer a otros sus políticas para tratar a un tercero, por su grado de expansión económica, la debilidad relativa del resto de las economías principales y el nivel de hegemonía imperial que adquirió, mediante el diseño de un sistema económico mundial, bajo su egida y control.


Como potencia hegemónica, se le ha estado permitido hasta ahora, imponer sus políticas. Ya va perdiendo esa capacidad, pero aun la conserva, sobre todo contra los países más pequeños y menos desarrollados. Sin embargo a partir de los años 80, se adentra en un periodo, en que no puede hacer muchas cosas que hasta mediados de los 70, no les resultaban nada difíciles de lograr. En particular, ya la política de bloqueo hacia Cuba, choca con muchas dificultades en su aplicación y debemos aprovechar esas circunstancias, para lograr una estrategia de lucha más efectiva contra esa política. La presencia de China y Rusia como potencias a nivel mundial hacen más factible la lucha contra el bloqueo, lo que se pone de manifiesto en la solidaridad internacional que hoy se despliega a favor de Cuba.


Por ello que no sería descabellado, declarar un boicot o contrabloqueo, dentro de aquellos países que, habiendo votado a favor de la resolución, pudieran también
desplegar otras actividades más agresivas. Ello creo, se pudiera hacer con un movimiento masivo de critica a la banca nacional y trasnacional en cada país. Junto a un movimiento de promover el traslado de cuentas bancarias, desde aquella banca que colabora con Estados Unidos para bloquear a Cuba, hacia aquella banca que colabora, o no agrede a Cuba.


Este tipo de acciones, contra la banca trasnacional, o que colabora con ella, para agredir a Cuba, daría un sentido concreto y más directo a la solidaridad hacia Cuba y contra el bloqueo. Al mismo tiempo, que serviría para alertar a la banca de los perjuicios que podría recibir, si continúa apoyando la política de bloqueo.
Puede que ello no comience como un movimiento masivo, pero el solo hecho de visualizar de que esa sería una forma de expresarse en la lucha contra el bloqueo y en la solidaridad con Cuba, ya le daría a la acción una presencia de alternativa para la lucha, que siempre que se pueda, debe ser utilizada.


Por supuesto, las propias fuerzas solidarias con Cuba deben investigar las mejores alternativas de lucha y la forma de aplicarlas, porque la solidaridad hacia Cuba deberá ajustarse a la situación de cada país, las fuerzas que tiene y el apoyo con que cuentan.

Junio 25 del 2021.

CENSOS, COLOR DE LA PIEL Y ANALISIS SOCIAL

Autor: Esteban Morales Domínguez

Aunque mueve todavía a muchos prejuicios, incomprensiones y desafíos, no queda más remedio que atender al color de la piel. Sobre todo, en su consideración dentro de las Estadísticas nacionales.

La sociedad cubana, es una sociedad multirracial, o más bien multicolor, mestiza. Y esa realidad tiene que ser registrada estadísticamente. No manejando el Censo como un asunto, simplemente estadístico, sino cultural.

Se trata de una herencia de la Esclavitud. Que no es posible soslayar, pues este marco desde sus orígenes a la sociedad cubana actual.

Cuando los españoles llegaron a Cuba, en 1492, lo hicieron como blancos, con tales credenciales y así se quedaron. Vinieron por voluntad propia, buscando una fortuna, que no pocas veces encontraron. Pero España no es Blanca. Colonizada por los árabes, durante 800 años, se hace imposible considerarla como tal.

Entonces, los colonizadores de nuestro Archipiélago, tampoco eran blancos. En ser blancos no consistía su poder, sino, el haber llegado con la cruz y con la espada.

Llegaron a un territorio de indígenas, de baja cultura y solo los usaron para encontrar oro. Los explotaron de manera inmisericorde y su masa poblacional, no duro mucho tiempo, aunque todavía en Cuba, tenemos representantes de esa población originaria.

También vinieron chinos, traídos, por medio de unos contratos, que los convertía en esclavos. Los llamados culíes. que desde entonces agregaron su belleza a la población de la Isla, integrando nuestra nacionalidad. Ésos tres grandes grupos, formaron la población cubana. Después se sumaron otros antillanos, aunque no en la magnitud de los primeros.  

Aunque la Corona Española, puso reglas para el cuidado de la población indígena; de todos modos, la ambicion de los colonizadores, junto al Régimen de las Encomiendas y la esclavitud, redujeron su población a la mínima expresión.

 En poco más de 100 años Los Tainos, Siboneyes Y guanahatebeyes, casi desaparecieron, pues no eran unas culturas avanzadas, como si ocurría para el resto de América. Culturas Azteca, Maya, Tolteca, etc. Las que sí, no tenían, prácticamente, nada que envidiar a las culturas europeas de su tiempo.

 Pero la población indígena existente en el Archipiélago cubano, carecía de esa fuerza, que da el pertenecer a una cultura superior.

Junto con los españoles, vinieron los primeros negros. No de Africa de manera directa, sino de España. A esos negros se les llamaba “Ladinos”, eran esclavos en España, sabían hablar el idioma y tenían cierta cultura adquirida en el trabajo de servidumbre. Pero llegaron en número reducido.

La inmensa mayoría de los negros que llegaron a Cuba, masivamente, hicieron después, como resultado del comercio de esclavos.

Entonces, los negros en Cuba, comenzaron a ser traídos para el trabajo, dentro de un régimen colonial ya organizado. Decir negro en Cuba, era decir esclavo.

Como los españoles llegaron, hombres solos. De manera inmediata comenzaron a mesclares con las indias y las negras, iniciándose así el mestizaje.

A diferencia de los negros que fueron traídos al territorio de las Trece colonias de América del Norte, lo que después fue Estados Unidos de América, los llegados, también traídos de África como esclavos al territorio mencionado, estos no podían hablar sus lenguas, sino solo el inglés, no podían practicar sus religiones, ni sus culturas. No les estaba permitido por los colonizadores.

A los negros traídos a Cuba, también de Africa, si los españoles les permitían hablar sus lenguas, adorar a sus dioses y practicar sus culturas. Se trataba de que, por razones históricas y también culturales, los españoles eran más proclives a la convivencia con las prácticas culturales de los esclavos en Cuba.

A diferencia de America del Norte, en Cuba, los españoles, convivían mejor con las diferencias en el color. A lo que contribuían también las diferencias que introducía en la esclavitud del negro, la existencia de la esclavitud doméstica y la esclavitud de plantación.

En la plantación, el negro debía trabajar de sol a sol, bajo el látigo del Capataz o Mayoral; mientras que, en el trabajo doméstico, sus tareas se desplegaban en la casa del hacendado esclavista, imbricadas con las actividades del servicio a la familia. Allí podía ser cochero, cocinero, lavaba y planchaba, ponía la mesa, arreglaba la ropa del amo y le hacía un brebaje, cuando este  enfermaba, etc. Realizando labores, que, prácticamente lo preparaban para hacerse de un oficio, por si algún día lograba obtener su libertad.

El contacto con la familia los instruía y dotaba de cierta cultura, que lo diferenciaba del esclavo de la plantación.

Aunque no dejaba de ser esclavo, y el cepo, ante la desobediencia más mínima, estaba sobre él, como Espada de Damocles.  Pues el amo blanco, no les permitía aquellas libertades, que pudiesen inculcarle cierta cultura de independencia, lo cual se vigilaba mucho. Pero las ventajas, las tenía y no pocos la aprovechaban muy bien.

Por ejemplo, la niña de la casa, le tomaba cariño al negrito simpático, dócil, y hasta podía enseñarlo a leer y escribir. En el contexto doméstico, el negro hábil, respetuoso, dócil, intimaba con el padre de la casa y llegaba a conocerle ciertos secretos, como sus andadas con las negras, de las cuales, no pocas veces, salían hijos “bastardos” dentro de la familia.

El negro, conocedor de las hierbas, preparaba un brebaje que le curaba un dolor al amo. Y dentro de esa intimidad, el amo, prácticamente, comenzaba a verlo como parte de la familia. Le daba tareas, compartía ciertos secretos con su esclavo y así, a veces, ya viejo, este ganaba la manumisión, o carta de libertad.

Dentro de la casa del amo, conviviendo como esclavo doméstico, el negro lograba ventajas, que no pocas veces, aprovechaba muy bien y que lo hacían avanzar en la vida social, aun manteniéndose como esclavo.

Es que la esclavitud doméstica, generaba cierta cultura y dentro de ella, un nivel de permisibilidad, de la cual el negro podía aprovecharse. Lo cual le permitía, irse introduciendo en la sociedad, aun con todas las desventajas de una sociedad esclavista.

Mientras, en los Estados Unidos, posterior a la Guerra Civil, la esclavitud fue abolida en el norte, pero había que seguir bregando con ella, en el sur. Los negros escapaban al Norte, donde devenían en libres, pero no pocas veces, dejaban familiares que se mantenían como esclavos en el Sur.

En Cuba no, la esclavitud era un sistema similar a nivel de toda la Isla. Y cuando comenzaron a aparecer las leyes que la atenuaban, cómo la llamada Ley de Vientres libres, hasta su abolición oficial en 1886, esto tuvo un efecto nacional.

Claro, la esclavitud comenzó a desaparecer, a partir de un largo proceso, en que España la abolió, como primer paso, dándoles la libertad a los negros que habían peleado, de ambos lados, durante la Primera Guerra de Independencia (1868/1878) hasta que   finalmente, fue abolida de manera general.

No obstante, en América la esclavitud tomo color. Y con ella llego el racismo, que no nació con el capitalismo, pero que le pego muy bien, como instrumento de explotación.

Por ello, la esclavitud desapareció, pero el racismo que ella engendro, por más de 400 años, quedo imbricado dentro de la estructura de la sociedad cubana. Y así, desde mediados del siglo XIX, comenzó a surgir una sociedad, con una cultura racista, mestiza y de hegemonía blanca. Por lo que, el racismo, la discriminación racial y el hegemonismo blanco, dentro de nuestra sociedad mestiza, aún no han podido ser eliminados.

Entonces, La Revolución que triunfo en 1959, se encontró con una sociedad, en la cual, existe una estructuración bien clara. Los blancos tienen el poder, lo tuvieron siempre; los mestizos están, más o menos, en una posición intermedia, algunos pocos tuvieron acceso al poder; los negros están, casi siempre, en el subsuelo de la sociedad.

Es que, en Cuba, la pobreza pudo ser también, masivamente blanca, pero la riqueza nunca fue negra, y casi nunca mestiza., 

Después de que el Cro. Fidel, casi desde el triunfo de la Revolución, lo vino tratando de manera sistemática, el racismo, la discriminación racial y la hegemonía racial blanca, no han desaparecido.

La política social que la revolución inauguro desde 1959, ha tenido siempre un carácter profundamente humanista, pero, desde el principio, se enfocó solo en la pobreza, no haciendo diferenciación entre los pobres, tratando solo la pobreza, sin hacer diferenciación según el color de la piel.

Tratándose lo anterior, de uno de los aspectos, que, en los últimos 40 años, hemos logrado ir rectificando. Sin llegar aun, como tal, a la llamada Acción Afirmativa. Han venido apareciendo formas de Acción Afirmativa en Cuba, pero de manera indirecta.

Habiéndose demostrado que la raza no existe, que es una invención social. Sin embargo, el color si,  y en nuestro país, después de 500 años[M1]  de colonialismo, el color  continua actuando como una variable de diferenciación social.

En Cuba, después de 60 años de una Revolución radical, de esencia profundamente humanista y de una lucha extraordinaria contra la pobreza, la injusticia y la desigualdad, hasta los mismos bordes del igualitarismo; todavía, desde el punto de vista de la posición social, del acceso a determinados recursos y de ciertas ventajas en la vida social, no es lo mismo ser blanco, negro o mestizo.

 El llamado Periodo especial, demostró que la crisis económica no afecto por igual a todos los grupos raciales. Siendo negros y mestizos los que más lo sufrieron.  

Nuestro Gobierno, además, se percató, de que las dificultades con el racismo, que afloraron con cierta fuerza, durante el Periodo Especial, indicaban, que se trataba de un problema que, habiéndolo considerado como resuelto, realmente no lo estaba, o al menos no se estaba solucionando, al ritmo que habíamos imaginado, sino que más bien, se había ocultado, en medio de las dificultades vividas en esos años, de mediados de los ochenta y principios de los noventa.

 

Había existido, hasta entonces, un largo periodo de silencio general sobre el tema, que Fidel rompió en varias ocasiones, pero sin lograr entonces, que el tema racial, ocupara definitivamente el lugar que le corresponde en la lucha por una sociedad mejor.

Pienso que, en ello, tenemos que partir de la existencia de las desigualdades, para llegar de manera real a la igualda. Lamentablemente, la desigualdad es lo que nos encontramos todos los días. La igualdad es el proyecto social no alcanzado aún.

Por tanto, no debemos asumir de forma mecánica, que todos los cubanos somos iguales, porque eso también fue esgrimido como un slogan hipócrita de la Cuba republicana.

Todos los cubanos, aun no somos iguales. Somos iguales ante la ley, pero no socialmente. Son dos cosas muy diferentes. Puede ser alcanzada la igualdad ante la ley. Pero alcanzar la igualdad social, es otro proceso, mucho más complejo. Igualdad ante la ley, no es igualdad social. Sino, solo un paso, para llegar a esta última.

 Ya Fidel se había percatado de ello y comenzó a realizar acciones. Orientando profundas investigaciones en varios barrios desfavorecidos, sobre la situación de sectores, a veces marginados. Fue también, entonces, cuando se realizó la experiencia de los llamados Trabajadores Sociales;  la mayoría negros y mestizos, que trajo como resultado, que muchos jóvenes, que ni estudiaban ni trabajaban, (se dice que unos 80,000 en La Habana) llegaran a las Universidades. Que se habían “blanqueado” durante el Periodo Especial.

Entonces, a partir de finales de los años ochenta, retomamos nuevamente el tema. Que es el periodo en que nos encontramos ahora.

Con anterioridad, durante los años 20 y 30, sobre todo, el tema racial había tenido presencia en los medios escritos, especialmente, en la prensa de la época. Personalidades como Juan Gualberto Gómez, Arredondo, Guillen, Deschamps, Chailloux, Ortiz, Portuondo, Morua, y Otros.

Habían producido textos importantes sobre el tema. Y habían logrado mantenerlo en la prensa.

 Desde los años 80,  comenzaron a  aparecer  muchas publicaciones de libros, artículos, ensayos e investigaciones en algunas universidades, etc. También Grupos de Debate y Proyectos Comunitarios, que atienden el tema racial y que han dotado al tema de una creciente presencia dentro de la vida nacional.

Comenzaron, entonces, las reuniones con el Cro. Miguel Díaz Canel, que atiende el tema antes de ser presidente y lo continúa haciendo ahora, con la Comisión Aponte de la UNEAC, que sustituyó al Grupo, “Como agua para chocolate”, dirigido por Gisela Arandia. Que fue la promotora inicial del debate racial en la UNEAC.

  Todo este movimiento, ha concluido, con la aparición de una Resolución Gubernamental, donde se   proponen las pautas para la atención del tema racial a nivel nacional. Así como con la presencia de todos aquellos grupos interesados en el tema.

Sin embargo, considero, que  aunque hemos avanzado, todavía estamos lejos de darle al tema racial,  el impulso que requiere. Púes quedan muchas situaciones por resolver. Tarea al frente de la cual, continua nuestro Presidente y ahora Primer Secretario del PCC, ya mencionado.

Aunque nuestra sociedad, es culturalmente mestiza, la presencia de un hegemonismo blanco, se hace sentir aun, en los asuntos siguientes:

-Las desigualdades persisten dentro de la estructura racial poblacional, entre blancos, negros y mestizos.

 -Persisten las diferencias en el acceso al empleo. Con privilegios para la población blanca, en los empleos más importantes: Turismo, corporaciones, cargos estatales, etc. No así en los cargos políticos, en especial dentro del partido, el Poder Popular y las Organizaciones de Masas, donde la existencia de negros y mestizos se hace más presente.

-Diferencias en el acceso a posibilidades de estudios superiores, Universidades, maestrías, doctorados, etc.

-Racismo, prejuicios y discriminación, contra la población negra, que no se manifiesta de modo agresivo, pero están presentes.

-Marcada insuficiencia de matrimonios interraciales.

-Discriminación en los medios masivos, principalmente en la Televisión, en la que dominan las caras blancas y solo recientemente han comenzado a aparecer caras negras y mestizas. Ante un reclamo especifico, reciente, del Cro. Raul Castro.

-Nuestra prensa escrita, apenas refleja los problemas del tema racial. No existiendo ningún tratamiento sistemático al respecto. Ni promoción de escritores que traten el tema. Casi nunca en nuestra prensa hay un artículo que aborde el tema racial.

-Nuestras Organizaciones Políticas y de Masas no debaten el tema racial. No promueven su discusión, ni lo consideran en sus agendas de trabajo.

-Discriminación en el ballet clásico.

-Chistes y expresiones racistas, pululan en nuestras actividades en los cabarets.

-Solo recientemente, la Enseñanza de la Historia ha comenzado a reflejar el lugar de negros y mestizos en formación de nuestra historia patria. Y se preparan profesores para abordarlo.

- Hasta hace poco, la bibliografía utilizada, salvo honrosas excepciones, muy conocidas, no reflejaba el papel de la población negra y mestiza en la construcción de nuestra nación. Ahora se realiza un fuerte trabajo bibliográfico dirigido a solucionar esta situación.

-No existe una Historia Social del Negro ni de la mujer negra. Producida en Cuba.

-Aun tratar el tema racial, a cualquier nivel y en cualquier espacio social, puede generar cierto descontento, prejuicios y malestar.

-Solo recientemente nuestra asamblea nacional, ha comenzado a presentar una estructura, que refleja casi fielmente, la composición racial de la sociedad cubana.

-Para los que tratan el tema, sus debates, no son divulgados, quedando siempre en los marcos de grupos y personas interesadas.

-En la escuela cubana no se menciona el color, dejando a la espontaneidad personal el comportamiento frente al mismo.

-En nuestras Universidades apenas se estudia el tema racial. Ni aparece recogido en el currículo de asignaturas.

-Nuestras investigaciones académicas, apenas lo reflejan de manera suficiente y está prácticamente ausente del trabajo científico estudiantil.

-Solo recientemente, comienza a observarse, que se hace un esfuerzo por atender a la composición racial de grupos de trabajo, actividades, o situaciones, en que el negro y el mestizo deben quedar representados. Esto se observa especialmente en la televisión.

-En realidad, nuestras estadísticas, sociales, económicas y políticas, son incoloras. Lanzando al cesto de la basura siglos de la historia nacional.

 

Consideramos, que mientras el tema racial no sea tratado con sistematicidad y coherencia, a nivel integral, no podremos aspirar a que socialmente, el país avance.

Es que nuestra cultura heredada es racista; es decir, la práctica del racismo, es instintiva, respondiendo a mecanismos heredados, que pueden funcionar de manera inconsciente. Por tanto, hasta que el tema no entre en la educación, sea fuertemente debatido socialmente y forme parte del trabajo sistemático de los medios, no podemos aspirar a  que pase a la cultura, ni se avance en el mismo, desterrándolo de las formas del comportamiento habitual en nuestro país.

 Es que la ausencia de atención, casi generalizada, durante mucho tiempo, del tema racial, tiene consecuencias muy negativas, para su conocimiento, comprensión y consideración a nivel social, como algo que perjudica a la nación cubana. Tratándose de un problema, muy serio a superar, si queremos que nuestra sociedad y su cultura avancen de manera integral, garantizando el éxito del proyecto social de la revolución.

 

Junio 26 del 2021.

miércoles, 9 de junio de 2021

CUBA EN LASA: SIN BIDEN.

Autor:
Esteban Morales Domínguez
UNEAC
Es cierto que el Presidente Biden tiene muchos problemas que atender. Y Cuba no está entre sus prioridades más importantes. Ni siquiera creo que, que, para ellos, sea una prioridad.
No obstante, muchos cubanos, de ambos lados del Estrecho de La Florida, continúan padeciendo, como si Trump estuviese todavía en la presidencia. Lo cual es una paradoja insufrible. Tal vez más, para quien dijo, desde la campaña presidencial, que seguiría la política de Obama con Cuba. De buena recordación para la mayoría de los cubanos de ambos lados el estrecho de La Florida.
No se trata de una exigencia política, Sr, presidente, sino de un asunto humanitario. Madres, hijos, padres, hermanos, sufren de ambos lados, porque no pueden recibir o enviar remesas, visitar a sus seres queridos, hacerles llegar, o recibir medicinas, alimentos, etc. Pues, hasta ahora, todos continúan siendo víctimas, como si Trump, de nuevo, continuara controlándoles la vida.
Las cuestiones políticas, por ser más complejas, pudieran esperar un poco más. Pero ¿Ud. no cree que en los asuntos humanitarios debiera apurarse un poco?
No pienso que sea tan complejo, volver a echar andar lo de los visados, los vuelos, las visitas mutuas, los intercambios académicos, las remesas, permitir el turismo, dar ciertas facilidades económicas.
Yo sé que es un poquito más complejo quitarnos de encima, la infame medida de Trump, de declararnos en “la lista de países que protegen el terrorismo”. Una infamia, porque es Cuba la que ha sufrido el terrorismo venido de allá. Del país que Ud. Preside. No obstante, Ud. debiera tomar en consideración, que tanto dentro, como fuera de Estados Unidos, se trató de una acción, en extremo impopular. Junto a las 240 medidas agresivas, que ya Trump había adoptado contra Cuba. Sea consciente, de que esa última medida, Trump, la tomaba, para hacerle las cosas más difíciles a Usted. Lo cual se propuso, él muy cobarde, cuando ya se vio perdido.
En realidad, no observo, que sea un gran problema, que al mismo tiempo que Ud. atiende sus prioridades, eche a andar las medidas que prometió con relación a Cuba. Para lo cual todo está dicho y más que negociado, no habría, para comenzar, que inventar nada nuevo. Todo está contenido en su promesa de retornar a la politica de Obama. Qué gano una popularidad interna bastante considerable. Además, disponiendo Ud. de dos personas nombradas y ya aceptadas, que han manejado de manera muy eficiente, los asuntos de Cuba.
¿A qué le teme Ud.  Sr. Presidente? A menos que nos salga con el discurso de que, “a donde dije digo, digo diego”. No haga sufrir más a los cubanos de ambos lados, acabe de apurar, aunque sea un poco, el cumplimiento de sus promesas de campaña.
Aunque también conocemos la historia, de que una cosa se dice durante la campaña y otra cuando ya se está en la presidencia. Aunque no creo sinceramente que ese sea su caso. Pues, me parece Ud. un político poco más experimentado y serio.
Me permito recordarle que Ud. tiene la tarea también de enterrar los funestos años de Trump. Y para eso, es importante que logre mostrar que puede Ud. hacerlo todo mejor. Ninguna de las tareas que tiene, chocan con variar la politica hacia Cuba. Estoy seguro que muchos, tanto dentro, como fuera de los Estados Unidos, lo apoyarían. Más de 80 congresistas lo seguirían, muchos grupos sociales interesados: académicos, intelectuales, religiosos, afronorteamericanos, ciudadanos simples y otros tantos. Se trata de algo en lo que también puede ganar espacio a las intenciones de Trump, de recuperar el congreso en el 2022 y ganar la presidencia en el 2024.Locura de la cual se cree capaz. A pesar de haber sido, el Presidente más desastroso de la historia americana, hasta ahora.
Cuba, como nación, ya goza de mucha popularidad en los Estados Unidos. Y en el mundo también. Sobre todo, dentro de esa parte buena, que ve en su política de bloqueo, un crimen de lesa humanidad, contra Cuba.
Muestre consecuencia también en la politica hacia Cuba y estoy seguro, que eso le hará ganar en credibilidad, para el resto de las tareas que debe cumplir. Porque Cuba ha devenido, casi, un “caso prueba” del humanismo de su política.
El pueblo norteamericano es un pueblo noble, trabajador, amante de su país; que cuando la realidad le permite apartarse de la mentira, está en condiciones, mayoritariamente, de aliarse a las causas más nobles. Mire hacia Vietnam, la lucha por los derechos civiles, la batalla contra el racismo, los deseos de acercarse a otros pueblos, etc.
Trump trato de envenenar al pueblo de Estados Unidos, mientras que Usted tiene la tarea y la capacidad para hacerlos, de devolverlo al camino de la verdad, la unidad, la nobleza, el amor a la nación, salir del engaño. Y eso solo puede conseguirlo, siendo consecuente con la solución de los problemas que se ha propuesto resolver: la pandemia, la crisis económica, la unidad, la migración, el racismo y la discriminación, las relaciones con sus aliados, también, la tantas veces fallida, política de bloqueo contra Cuba.
Cuba es un vecino cercano, que no odia al pueblo norteamericano. Porque a pesar de todo lo que las políticas de Estados Unidos le han hecho sufrir, nunca Cuba albergo odio alguno hacia el pueblo de los Estados Unidos.
Han pasado 100 días de su mandato presidencial y Ud. no ha hecho nada, por mejorar la política hacia Cuba. Todo lo contrario. Incluso, mantiene las 242 medidas de bloqueo, puestas en práctica por Trump, que ya Ud. ha hecho suyas. Además, su primera proyección respecto a Cuba, ha sido volver acusarnos de violar la democracia y los derechos humanos. Lo cual Ud. refuerza, manteniendo a Cuba en la “lista de países que promueven el terrorismo”, cuando Ud. sabe, que han sido los Estados Unidos, quienes aplican medidas terroristas de Estado contra Cuba; nos han invadido, han apoyado otras medidas paramilitares agresivas contra Cuba y nos agreden continuamente.
Ahora, bajo su mandato, Agencias norteamericanas, continúan dando dinero para la subversión en Cuba y como si fuera poco, desde su territorio, personas enemigas, pagan en Cuba, actividades subversivas contra nuestro pueblo. Y, además, esta al cometer la tontería, de tal vez, no darles las visas a los miembros de nuestro equipo de Base Ball, para que vaya a competir por su clasificación olímpica.
Como si fuera poco. ahora han inventado una “Medalla por la Victoria de Playa Giron”. ¿A quienes se las van a otorgar? A los que, en su mayoría, vinieron como cocineros y terminaron cambiados por compota.
Entonces, Sr. Presidente, parece, no debemos esperar, que Ud. cumpla con sus promesas de campaña, pues ya está siguiendo, casi, la misma política agresiva de Trump contra Cuba.
Respecto a Cuba, usted está haciendo lo mismo que Trump. ¿No le parece absurdo eso, Sr. Presidente?
Además, nos resulta muy peligroso, ver, que ya pasaron los primeros 100 días de su mandato y no ha dicho nada sobre la política hacia Cuba; pero toma acciones contra ella. Acusándonos de violar los derechos humanos, dejando pasar las 242 medidas que Trump adopto contra Cuba y manteniéndonos en la lista de países que promueven el terrorismo.
¿Qué nos está ocultando Ud? Sr. Presidente?
¿Con que nos quiere engañar y sorprender Sr. Presidente?
¿A que está jugando Ud. Sr. Presidente?
Disculpe la desconfianza, pero, nos parece Ud. más dispuesto a seguir la misma política fracasada contra Cuba, ya por más de 60 años, que a cumplir sus promesas de campaña.
Por si acaso, le decimos, que no se ilusione, ni sobredimensione, las dificultades por las que Cuba está atravesando ahora. Que nuestro pueblo y gobierno, muy unidos, están trabajando fuerte para vencerlas. Y creo las estamos venciendo. Al mismo tiempo, la solidaridad, que estamos recibiendo, en parte del propio pueblo norteamericano y del mundo, es muy sólida.
Aunque, en Cuba, siempre nos hemos jugado todo, confiando, en primer lugar, en nuestras fortalezas internas. Aunque agradecemos a los amigos. Sabemos que somos nosotros, los cubanos de acá, los primeros que debemos ayudarnos, para que la cooperación que nos llega de afuera, sea fructífera.
Por favor, tome consejos Sr. Presidente, para que no le ocurra lo mismo que le ha pasado ya a otros presidentes, en los últimos más de 60 años.
Si decidiese sentarse a conversar. Estoy seguro, Cuba estaría dispuesta. Siempre que lo haga con todo el respeto por nuestra soberanía e independencia.
Mayo 26 del 2021.

NO EXISTE SOCIEDAD SOCIALISTA SIN ECONOMIA SOCIALISTA


 Autor.

Esteban Morales Domínguez

La sociedad Socialista, requiere de una economía y esta es una economía de transición. Ello significa, en primer lugar, que, dentro de ella, todas las formas de propiedad deben funcionar de manera coherente, sistemática y respetándose mutuamente. Quiere decir, la propiedad estatal (que aún no es socialista), la propiedad privada, la Cooperativa y la inversión extranjera. Deben funcionar al unísono. Tales planteamientos, los he reiterado, casi hasta el cansancio.

El estado, como principal representante de la Propiedad Estatal, debe garantizar el funcionamiento de todas las demás formas, que es lo que, en última instancia, permite, que la Empresa Estatal, pueda llegar a ser la forma dominante, aunque ya, como propiedad social sobre los medios fundamentales de producción. La que lleva implícito un conjunto de características propias de la sociedad socialista. Qué tocan en primer lugar, al funcionamiento de la propiedad estatal. La que debe gozar de prerrogativas que le permitan funcionar como tal, a modo de irse acercando a la propiedad social. Entre ellas, funcionar económicamente, con la producción, en Empresas, que son controladas por los obreros, distribuyen ganancias resultado de su actividad y eligen a sus propios directores y empresarios.

No obstante, el funcionamiento de la Empresa Estatal entre nosotros, es aun deficiente, por las razones siguientes:

-Está excesivamente controlada, por una planificación, que aún es demasiado burocrática y centralizadora. Impidiéndole bastante, correlacionarse con las otras formas de propiedad, especialmente con la privada y la inversión extranjera.

-Por medio del Sistema de Acopio, el Estado, presiona de manera excesiva sobre la producción agropecuaria, con bajos precios, un acopio excesivo de los productos y no pocas veces, no paga, o demora de manera excesiva los pagos al productor. Lo cual trae el desestimulo correspondiente.

-La propiedad privada, bajo la forma del trabajo por Cuenta Propia, la pequeña y mediana propiedad agropecuaria y las cooperativas, no se ven estimuladas por los precios que el Estado paga a estas últimas. Exigiéndoles altas cuotas de aporte a la actividad social del estado.

-Existe un desequilibrio importante, entre lo que el Estado toma, de lo recogido por Acopio, para satisfacer las necesidades de la Salud, La educación, El Deporte, La Cultura y otras actividades, subvencionadas por el Estado, y lo que deja como excedente de la producción agropecuaria, para ser comercializado, de manera libre, por parte de los productores. Lo que genera insuficiencias de oferta, altos precios, inflación, colas y mercado negro.

-El comercio de alimentos y de otros productos de primera necesidad, cargan sobre sus hombros, un peso muy grande, como resultado de que el Estado no tiene una relación de mercado con la producción agropecuaria, ni industrial y toma altas cuotas de productos, para satisfacer necesidades sociales. Generándose por esta via, insuficiencias de oferta, inflación, mercado negro y corrupción. Situación que se ve agravada por la Pandemia, dado los recursos que esta consume, para satisfacer las necesidades de la población que debe ser atendida, sin costo personal alguno. De aquí las insuficiencias de oferta que al país está sufriendo, de medicinas, alimentos y otros recursos. Que son absorbidos por el Sistema de Salud.

-Se han malogrado, a veces, una buena cantidad de productos agrícolas, que debieron ir al consumo de la población y que se pierden, como resultado de que Acopio no recoge productos, porque no les resultan costeables, o porque demora sus recogidas, con las consiguientes pérdidas y las insuficiencias de oferta que ello genera.

-Contribuyen al alivio de la situación, antes mencionada, los resultados financieros de las contrataciones de la salud, la educación, el deporte, la fuerza laboral contratada en el exterior, la aun limitada exportación y otras actividades que generan recursos para el presupuesto del Estado.

No obstante, si nuestro Estado, pudiera ser menos “parasitario”, estimulara mejor a los productores agropecuarios, pagara mejores precios y lo hiciera más en tiempo, la afectación sería menor y los desequilibrios entre oferta y demanda, en el proceso de satisfacción de las necesidades a la población, también podrían ser menores. Habría más oferta, los precios podrían ser más asequibles, se aliviarían las colas y habría menos mercado negro y corrupción.

-Las deformaciones y desequilibrios entre oferta y demanda también se producen, porque el Estado, no extiende la relación mercantil hacia sí mismo, acumula deudas con la producción agropecuaria, pagando tarde o no pagando, cuando debe. No exigiendo más al Sistema de Acopio, que muchos se preguntan porque no ha sido eliminado. O porque, todos, incluyendo el propio Estado, no actúan como comprador de la producción en el mercado.

-Es que, si aceptamos la existencia de las relaciones mercantiles, el Estado, como consumidor, también debiera regirse por ellas. Pero nuestro Estado no está habituado, a que, si toma una parte del producto social, también debiera pagar por él. Siendo esta, aquella parte de las gratuidades, que aún nos afectan, aunque estén justificadas, por una política social extraordinariamente humanitaria.

Como decir, que el estado paga por La Educación, La salud, La Seguridad Social. Cuando en realidad, el estado no paga nada, porque no produce nada; quien lo paga todo es el pueblo. Que es quien produce los bienes materiales con su trabajo. Es ahí donde, se hace indispensable utilizar todas las potencialidades para poner en funcionamiento las fuerzas productivas disponibles.

-Aquí se trata de que el Estado, aparece como bienhechor del pueblo, lo cual no está mal, pero debe hacerlo con una economía que pueda sostener todas sus erogaciones, como resultado de la política social. Lo cual nos obliga a poner en funcionamiento todas las fuerzas productivas, que nos permitan romper el desequilibrio existente, entre una política social, extraordinariamente costosa y una economía que no satisface sus necesidades.

La sociedad cubana, tiene una política social, que no logra satisfacer con la economía que tiene. De aquí, en parte, provienen sus limitadas capacidades para la exportación, el continuo y creciente endeudamiento externo, las excesivas importaciones de alimentos y de otras producciones, los problemas de repatriación de utilidades por parte de las empresas extranjeras, las dificultades de materias primas para algunas producciones, etc.

Ahora mismo, con el Ordenamiento Monetario, se nos presenta el problema de que la población quisiera comprar dólares, con pesos cubanos, lo cual es permitido, pero no lo puede hacer, por no existir los dólares disponibles en la banca cubana.

Además, resulta un verdadero contrasentido, mantener un país, que “no deja a nadie desamparado”, pero lo hace a costa de una economía que no crece, porque no funciona, acorde con las reglas que serían necesarias aplicar para hacer crecer nuestro PIB. El que además de buenos salarios, debe aportar los recursos para cubrir todos los gastos que están a cargo del Estado, aunque ellos fuesen para beneficiar también a toda la sociedad. Pues de lo que se trata es de cumplir con las reglas económicas, que permitan al estado distribuir en beneficio de la sociedad, bienes por lo que no se exige pago alguno. Esas reglas son las de una Economía de Transición, en la que aun, resulta imposible prescindir de la existencia de la propiedad privada y la empresa capitalista. Es una ilusión pensar, que es posible prescindir de la propiedad capitalista, para construir el socialismo.

El salto hacia el socialismo solo se puede producir, a través de una Transición Económica, en la que la propiedad privada y su utilización, es condición de que de que lleguemos a una Economía Socialista. Y esta última, es aún una Económica de Transición. Por lo que Cuba hoy, está más atrás de la que debiera ser una Economía de Transición. Por haberse negado continuamente a aplicar, las reglas económicas, que corresponden a una Economía Socialista.

Algo más que demostrado por Marx, cuando en el Tomo Tercero de El Capital, señalo, que el valor de la Mercancía: C más V más P, se distribuye de tal modo, que de él salen, la reposicion del capital consumido, el salario de los obreros y la Plusvalía, en este caso el plusvalor, que en una economía socialista, va dirigido a satisfacer las necesidades sociales y la acumulación. Donde, mientras más altamente se reproduzca Vmas P, como efecto del crecimiento de la productividad del trabajo; mas hay para distribuir como salario, satisfacer los gastos sociales y realizar nuevas inversiones. Reglas que siguen siendo válidas también en una economía socialista.

Un asunto que el estado debe movilizar, además, son los créditos al sector agropecuario. Se han adoptado varias medidas al respecto, pero aún falta que entren en funcionamiento efectivo. Siendo el banco a nivel del Municipio, quien debe establecer las relaciones con los productores. (Ver: artículo de Benavides, Crédito, Banca y Agricultura. Sumamente ilustrativo.)

Otro asunto sobre el cual, muchos nos preguntamos, es, ¿cuándo vamos a movilizar los recursos monetarios, existentes en manos privadas?, convirtiéndolos en inversión. Las cuentas en el banco, se dirigen a los mercados extranjeros, a comprar piezas de repuestos de carro en Rusia, ropas y zapatos en Panamá, alimentos en Haití, etc. Lo cual quiere decir, que con esos recursos se podría generar un mercado privado interno. El Estado tiene los locales, la capacidad para cobrar impuestos, dar créditos, inducir empleo. Ello podría generar un mercado interno organizado, que en la práctica ya existe, solo necesitaría ser reconocido y a la inversión que hacen sus promotores, darles las facilidades, para que esas mercancías entrasen por la via legal, no como simples bultos de aduana; sino, permitiéndoles importar, pagando el impuesto como comerciantes.

Sera tal vez no nos percatamos, de que las relaciones mercantiles son autopropulsadas y si no las oficializamos, ellas de todos modos entran, sin dar su verdadera cara y sin cumplir con las reglas.

Tampoco está permitido que trabaje la fuerza laboral calificada. Me he preguntado muchas veces, ¿qué daño pudiera hacerle al país, darle posibilidades de empleo, a una fuerza laboral calificada, que lo que hace, a veces, es emigrar? Después que nos costó tanto crearla.

¿Qué daño nos puede hacer, establecer Oficinas de Contadores, Abogados, Arquitectos, Ingenieros, Diseñadores, etc.? ¿Es que preferimos acaso, que esa fuerza laboral emigre? Parece un absurdo, inducido, por una idea de lo que debe ser Cuba, que no tiene sostén. Mucha de esa gente, emigra, o se queda en Cuba frustrada, molesta, o descalificándose; aspirando a un empleo y un salario, que no encuentra en Cuba. Ya dije incluso, una vez, que esa podría ser gente, que, aunque emigrase, tal vez, podría volver a Cuba a trabajar en algún momento, traer calificación y ayudar al país. ¿No sería mejor que el país creara las condiciones para tratar de absolverla? ¿Estamos dispuestos a perder el capital que nos costó? Regalándosela a otros, que ya bastante se están nutriendo de nuestra fuerza calificada.

Me pregunto, ¿que justifica una medida como esa? ¿En que Cuba estamos pensando?

Nos encontramos de nuevo en una Etapa de Rediseño de Medidas. Pero lo que necesitamos, es que tales medidas diseñadas, una vez más, es que entren en funcionamiento.

El bloqueo continúa presionando sobre nosotros. Ya el presidente Biden cumplió sus primeros 100 días de gobierno y no ha hecho nada por cambiar la política hacia Cuba. Pareciendo estar dispuesto a esperar, para ver si Cuba, logra o no, superar la situación crítica por la que está atravesando.

Nuestra transición entonces, sigue considerando, ahora, una etapa en que, de nuevo, tenemos que avanzar bajo las presiones de la política norteamericana. Lo que ha sido siempre una particularidad distintiva de la lucha cubana por la construcción del socialismo. Por lo que todo lo que Cuba ha conseguido hasta hoy, lo ha logrado bajo condiciones políticas apremiantes y muy difíciles.

Hoy nuestro país, asediado por la crisis económica y la Pandemia, está de nuevo, viviendo un ciclo de continuidad, bajo una administración norteamericana, que nos vuelve a presionar, por cuanto las 242 medidas de bloqueo, aplicadas por la administración Trump, han pasado a manos de Biden, como instrumentos de presión también, incumpliendo entonces, sus promesas de campaña. La administración Biden, no ha movido nada respecto a lo que declaro en la campaña, de que sería una nueva política hacia Cuba y las medidas tomadas contra nosotros, permanecen intactas.

Sin dudas, nuestra situación política interna, con grupos, tratando de moverla hacia la desestabilización, aunque no lo estén logrando. Y están siendo derrotados. De todos modos, la derecha anticubana y la propia administración de Biden, la sobredimensionan, viéndola como una oportunidad para cumplir sus propósitos destabilizadores.

A cuba, entonces, no le queda más remedio, que, en el corto plazo, trabajar fuertemente, por superar la situación interna, también matizada por una contrarrevolución, que Biden apoya, poniéndola sobre el cojín, del reciente Informe sobre Derechos Humanos del Departamento de Estado.

Mayo 4 del 2021.