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viernes, 20 de agosto de 2021

CENSOS, COLOR DE LA PIEL Y ANALISIS SOCIAL

Autor: Esteban Morales Domínguez

UNEAC

Aunque mueve todavía a muchos prejuicios, incomprensiones y desafíos, no queda más remedio que atender al color de la piel. Sobre todo, en su consideración dentro de los Medios y las Estadísticas nacionales. 

La sociedad cubana, es una sociedad multirracial, o más bien, multicolor, mestiza y esa realidad tiene que ser registrada estadísticamente. No manejando el Censo como un asunto, simplemente numérico, sino demográfico cultural. 

Se trata de que el color es una herencia de la Esclavitud. Que no es posible soslayar, pues esta marca desde sus orígenes a la sociedad cubana actual. Cuando los españoles llegaron a Cuba, en 1492, lo hicieron con credenciales de blancos y así se quedaron. Los que vinieron por voluntad propia, lo hicieron buscando una fortuna, que no pocas veces encontraron. Pero España no es Blanca. Colonizada por los árabes, durante 800 años, se hace imposible considerarla como tal, aún y cuando el español no asume esa identidad. 

Entonces, los colonizadores de nuestro Archipiélago, no eran blancos. En ser blancos no consistía su poder, sino, el haber llegado con la cruz y con la espada. Llegaron a un territorio de indígenas, de baja cultura y solo los utilizaron para encontrar oro. Los explotaron de manera inmisericorde y su masa poblacional, no duro mucho tiempo, aunque todavía en Cuba, tenemos representantes de esa población originaria. También vinieron chinos, traídos por medio de un sistema de contratos, que los convertía en esclavos. Los llamados culíes, que desde entonces agregaron su belleza a la población de la Isla, integrando nuestra nacionalidad.  

Ésos tres grandes grupos, fueron los que formaron la población cubana. Después se sumaron antillanos, aunque no en la magnitud de los primeros, fundiéndose también con nuestra población. Aunque la Corona Española, puso reglas para el cuidado de la población indígena; de todos modos, la ambición de los colonizadores, junto al Régimen de las Encomiendas y la esclavitud, redujeron esa población a su mínima expresión. 

  En poco más de 100 años Los llamados Tainos, Siboneyes y guanahatabeyes, casi desaparecieron, pues no eran de una cultura avanzada, como si ocurría para el resto de América. Culturas, Aztecas, Mayas, Toltecas, etc, las que culturalmente, no tenían prácticamente, nada que envidiar a las culturas europeas de su tiempo. 

 Pero la población indígena existente en el Archipiélago cubano, carecía de esa fuerza, que da el pertenecer a una cultura superior. 

Junto con los españoles, vinieron los primeros negros, no de África sino directamente, de España. A esos negros se les llamaba “Ladinos”, eran esclavos en España, sabían hablar el idioma y tenían cierta cultura adquirida en el trabajo de servidumbre, para lo cual también llegaron a Cuba. Pero lo hicieron en número reducido. 

La inmensa mayoría de los negros que llegaron a Cuba, masivamente, lo hicieron después, como resultado del comercio de esclavos y de modo masivo, a partir de la Revolución Haitiana de 1791. Se asentaron en el Extremo Oriental de La Isla, teniendo un gran impacto cultural, pues venían acompañados de sus amos franceses. Asi llego a Cuba la contradanza francesa y la llamada Tumba Francesa. Todo lo cual, conocemos como antecedentes de nuestros bailes nacionales, el Danzón. 

  Por la región oriental entraron los grupos antillanos, para participar en la producción azucarera, de aquí la mezcla que caracteriza a esa región, que cubre hasta la actual provincia de Camagüey, donde encontramos muchos descendientes de franceses (haitianos), o de ingleses (jamaicanos) y otros grupos antillanos. Lo cual, hizo más complicada la situación de la discriminación racial en las regiones mencionadas. 

sin embargo, no dio lugar a la formación de minorías como en los Estados Unidos, sino que se fundieron con la población cubana, manteniendo sus apellidos ingleses y franceses. 

Entonces, los negros, fueron   traídos como esclavos a Cuba, para el trabajo de las construcciones primero y el trabajo de la producción azucarera después, dentro de un régimen colonial ya organizado. Decir negro en Cuba, era decir esclavo. Estos esclavos, prácticamente, desde el siglo XVI, podían comprar su libertad. 

Como los españoles, llegaron hombres solos que de manera inmediata, comenzaron a mezclarse con las indias y las negras, iniciándose así el mestizaje de la Isla y fue un mestizaje complejo, pues estaba formado por personas libres o esclavas, mestizas o negras. No así los blancos españoles, que nunca sufrieron la condición de esclavitud. 

Los negros que fueron traídos al territorio de las Trece colonias de América del Norte, lo que después fueron los Estados Unidos de América, también traídos de África como esclavos no podían hablar sus lenguas, sino solo el inglés, no podían practicar sus religiones, ni sus culturas. No les estaba permitido por los colonizadores. En tal sentido el régimen esclavista procedente de Inglaterra, resultaba más duro, con una separación casi absoluta entre negros y blancos. Que es lo que ha terminado caracterizando a la sociedad estadounidense. 

A los negros traídos a Cuba, se les permitía hablar sus lenguas, adorar sus dioses y practicar sus culturas. 

Por razones históricas y culturales, los españoles eran más proclives a la convivencia con las prácticas culturales de los esclavos en Cuba y con los colores diferentes. A diferencia de América del Norte, en Cuba los españoles, convivían mejor con las diferencias en el color. A lo que contribuía también las diferencias que introducía en la esclavitud del negro, la existencia de una esclavitud doméstica y otra de plantación. 

En Cuba esto no tuvo lugar, pero en la colonización americana, venia un tipo de colonizador, que no teniendo dinero para correr con los gastos de su traslado a América, solicitaba un préstamo que le obligaba a trabajar, prácticamente como un esclavo o siervo. Una vez pagada la deuda del préstamo, recibía un pedazo de tierra, convirtiéndose en un granjero pobre. Salvo la existencia de algunos esclavos, que no vivían en el barracón y cultivaban un pequeño pedazo de tierra, para abastecer la casa del amo, en Cuba nunca hubo siervos como tal. 

En la plantación, el negro debía trabajar de sol a sol, bajo el látigo del Capataz o Mayoral; mientras que, en el trabajo doméstico, sus tareas se desplegaban en la casa del hacendado esclavista, imbricadas con las actividades del servicio a la familia. Allí podía ser cochero, cocinero, costurero, lavaba y planchaba, ponía la mesa, arreglaba la ropa del amo y le hacía un brebaje cuando este enfermaba, etc. Realizando labores, que prácticamente lo preparaban para hacerse de un oficio, por si algún día lograba obtener su libertad, comprada o manumitido. 

El contacto con la familia los instruía y dotaba de cierta cultura, que lo diferenciaban del esclavo de la plantación, a quien no le estaba permitido más que trabajar en el corte de la caña, o la producción de azúcar.  

El negro, donde quiera que estuviese, no dejaba de ser esclavo y el cepo, ante la desobediencia más mínima, estaba sobre él como Espada de Damocles.  El amo blanco no les permitía aquellas libertades, que pudiesen inculcarle alguna cultura de independencia, lo cual se vigilaba mucho. Pero en el trabajo doméstico, de hecho, las ventajas las tenían y no pocos las aprovechaban muy bien. 

Por ejemplo, la niña de la casa, le tomaba cariño al negrito simpático, dócil, y hasta podía enseñarlo a leer y escribir. En el contexto doméstico, el negro hábil, respetuoso, dócil, intimaba con el padre de la casa y llegaba a conocerle hasta ciertos secretos, como sus andadas con las negras, de las cuales no pocas veces, salían hijos “bastardos” dentro de la familia. 

El negro conocedor de las hierbas, preparaba un brebaje que le curaba un dolor al amo y dentro de esa intimidad, este prácticamente, comenzaba a verlo como parte de la familia. Le daba tareas, compartía ciertos secretos con su esclavo y así, a veces, este ya viejo, se ganaba la manumisión, o la carta de libertad. 

Dentro de la casa del amo, conviviendo como esclavo doméstico, el negro lograba ventajas, que no pocas veces aprovechaba y que lo hacían avanzar en la vida social, aun manteniendo su condición de esclavo.  

Es que la esclavitud doméstica, generaba cierta cultura y dentro de ella, un nivel de permisibilidad, de la cual el negro podía aprovecharse. Lo cual le permitía, irse introduciendo en la sociedad, aun con todas las desventajas de una sociedad esclavista. 

Mientras, en los Estados Unidos, posterior a la Guerra Civil, la esclavitud fue abolida en el norte, pero había que seguir bregando con ella en el sur. Los negros escapaban al Norte, donde devenían en libres, pero no pocas veces, dejaban atrás familiares que se mantenían como esclavos en el Sur. En Cuba no, la esclavitud era un sistema homogéneo a nivel de toda la Isla, por lo que cuando comenzaron a aparecer las leyes que la atenuaban, cómo la llamada Ley de Vientres libres, hasta su abolición oficial en 1886, esto tuvo un efecto nacional.  

Claro, la esclavitud comenzó a desaparecer, a partir de un largo proceso en el que España la abolió, como primer paso, dándoles la libertad a los negros que habían peleado de ambos lados, durante la Primera Guerra de Independencia (1868/1878) hasta que   finalmente, fue abolida de manera general en 1886. 

No obstante en América, la esclavitud tomo color y con ella llego el racismo y la discriminación racial, que no nacieron con el capitalismo, pero que le pego muy bien, como instrumento de poder y explotación. 

Por ello la esclavitud desapareció, pero el racismo y la discriminación que ella engendro, por más de 400 años, quedaron imbricados dentro de la estructura de la sociedad cubana. Así desde mediados del siglo XIX, comenzó a surgir una sociedad, con una cultura racista, mestiza y de hegemonía blanca. Por lo que el racismo, la discriminación racial y el hegemonismo blanco, dentro de nuestra sociedad mestiza, aún no han podido ser eliminados, aunque si atenuados. 

La Revolución que triunfo en 1959, se encontró con una sociedad, en la cual, existe una estructuración bien definida. Los llamados blancos tienen el poder, lo tuvieron siempre; los mestizos están, más o menos, en una posición intermedia, algunos pocos tuvieron acceso al poder; los negros están, casi siempre, en el subsuelo de la sociedad. Lo cual es resultado de una distribución de la riqueza, que el colonialismo inauguro y el capitalismo dependiente cubano se encargó de solidificar. Es que en Cuba la pobreza, fue también masivamente blanca, pero la riqueza nunca fue negra y casi nunca mestiza.  

Después de que el Cro. Fidel casi desde el triunfo de la Revolución, lo comenzó tratando de manera sistemática; el racismo, la discriminación racial y la hegemonía racial blanca, no han desaparecido. 

La política social que la revolución inauguro desde 1959, ha tenido siempre un carácter profundamente humanista, pero desde el principio, se enfocó solo en la pobreza, no haciendo diferenciación entre los pobres, tratando como única una pobreza que nunca fue homogénea, según el color de la piel. 

  ¿Habría sido posible de manera tan temprana, considerar la pobreza tomando en consideración sus diferencias y niveles, según el color de la piel? 

Me parece que no. Creo que ello habría complicado sobremanera la lucha que se iniciaba entonces, contra el racismo y la discriminación racial. Púes creo que si la sociedad cubana no estaba preparada, como se puso de manifiesto, para asimilar el discurso de Fidel contra el racismo; mucho menos lo habría estado si además, se hubieran introducido las diferencias existentes en los niveles de la pobreza según el color de la piel. Creo que eso hubiera implicado, introducir cierto nivel de acción afirmativa, para lo cual blancos, mestizos y ni los propios negros, estaban preparados. 

Razón por la cual creo, la política social, en los discursos de Fidel, comenzó por reclamar empleo para los negros; mientras que todo lo demás: salud, educación, cultura, deportes y seguridad social; cayeron por su propio peso y de manera igualitaria para todos. Al producirse una distribución para todos por igual, a negros y mestizos les toco, lo que por lo general, nunca les había tocado. Porque los negros y en alguna medida los mestizos, nunca habían disfrutado de educación gratuita y de calidad y mucho menos los negros, de la salud. 

El deporte fue la contra y así, se comenzó a producir una distribución de la riqueza nacional, que la nación nunca había conocido. Y dentro de la cual a negros y mestizos, casi nunca les había tocado casi nada. Por ello aunque no se tuvo en cuenta el color de la piel, de todos modos negros y mestizos resultaron beneficiados, como nunca antes en la historia de Nación. Así a negros y mestizos no les resulto difícil entender, que la revolución era su revolución y que Fidel, se había preocupado y luchado por su bienestar. 

Tratándose lo anterior, de uno de los aspectos que en los últimos 40 años hemos logrado ir afinando. Sin llegar aun como tal, a la llamada Acción Afirmativa. Han venido apareciendo paulatinamente formas de esta última en Cuba, pero de manera casi indirecta y aun nos encontramos en ese perfeccionamiento del camino iniciado. Qué comienza a perfilarse, por medio de una preocupación y una ocupación de la dirección política de que no haya nadie desamparado.   

Habiéndose demostrado que la raza no existe, que es una invención social, pero que sin embargo el color si y que en nuestro país, después de 500 años[M1] de colonialismo, el color de la piel, continúa comportándose como una variable de diferenciación social. Contra la cual, nos hemos propuesto luchar. Lo que nos dice, porque desde principios de la República en Cuba, hubo sociedades negras y mestizas. Es cierto que las mismas actuaban dentro de un contexto racista y discriminatorio, que las hacia responder a él, pero que también, funcionaban como sociedades fraternales, que ayudaban a la membresía negra y mestiza a capacitarse, sobre la base de cursos gratuitos a sus jóvenes, actividades sociales y culturales, que en general, ayudaban a esta población a enfrentar los problemas de la desigualdad. A veces facilitaban conseguir empleo y en general, ayudaban a los negros y mestizos a tener una cierta presencia social reconocida. 

Sim embargo al Triunfo de la Revolución, estas sociedades comenzaron a desaparecer, como resultado de la consideración de que no eran necesarias, pues la revolución asumía la defensa de negros y mestizos y de que las mismas, podían contribuir más a la división racial dentro de la sociedad cubana. Paradójicamente, al mismo tiempo se mantuvieron las Sociedades Españolas, consideradas como blancas, que en Cuba se mantienen hasta hoy. Aún queda sin responder la pregunta: ¿Por qué las de los negros desparecieron y estas, casualmente de blancos, no? 

  Se trata de algo que ha traído polémica y malestar, aunque no solo entre negros y mestizos. Hoy, incluso se cuestiona, si las sociedades de negros y mestizos, no debieran reaparecer. Hoy el tema, tiende a entrar de nuevo en el debate. Sobre todo, porque el problema del racismo y la discriminación racial, aún no están totalmente superados. Pero los negros y mestizos, desde el principio, no hicieron ningún reclamo y todo quedo asi 

En Cuba, después de 60 años de una Revolución radical, de esencia profundamente humanista y de una lucha extraordinaria contra la pobreza, la injusticia y la desigualdad, hasta los mismos bordes del igualitarismo; todavía desde el punto de vista de la posición social, del acceso a determinados recursos y de ciertas ventajas en la vida social, no es lo mismo ser blanco, negro o mestizo. Lo cual responde a una disfuncionalidad estructural, que aun la sociedad cubana, arrastra y es capaz de reproducir. 

En particular el llamado Periodo especial, demostró que la crisis económica no había afectado por igual a todos los grupos raciales. Siendo negros y mestizos los que más lo sufrieron, lo que se hizo evidente.   

Nuestro Gobierno además, se percató de que las dificultades con el racismo, que afloraron con cierta fuerza durante el Periodo Especial, estaban indicando que se trataba de un problema que, habiéndolo considerado como resuelto, realmente no lo estaba; o al menos, no se estaba solucionando al ritmo que muchos habían imaginado, más bien el racismo se había ocultado en medio de las dificultades vividas durante esos años, de mediados de los ochenta y principios de los noventa.  

Había tenido hasta entonces, un largo periodo de silencio general sobre el tema, que Fidel rompió en varias ocasiones, tanto aentro como fuera de Cuba, pero sin lograr entonces, que el tema racial ocupara definitivamente el lugar que le corresponde en la lucha por una sociedad mejor en la Cuba actual. 

Pienso que en ello, tenemos que partir de la existencia de las desigualdades, para llegar a la igualdad real. Lamentablemente, la desigualdad es lo que nos encontramos a cada paso. La igualdad, es el proyecto social no alcanzado aún por la sociedad cubana como totalidad. 

No debemos asumir de forma mecánica, que todos los cubanos somos iguales, porque eso también fue esgrimido como un hipócrita slogan de la Cuba republicana. Todos los cubanos aun no somos iguales; lo somos ante la ley, pero no socialmente. Son dos fenómenos muy diferentes. Ha podido ser lograda la igualdad ante la ley pero alcanzar la igualdad social, es un proceso mucho más largo y complejo. Igualdad ante la ley, no es igualdad social. Solo, tal vez, un paso para llegar a esta última. 

  Hoy, se observa que existe una conciencia bastante clara de que contra la desigualdad hay que continuar luchando, persiguiéndola hasta aquellos lugares en que la marginalidad aun agrede a miembros de nuestra sociedad y no solo a negros y mestizos. Por lo que el trabajo con los llamados proyectos Comunitarios gana fuerza inusitada. Pudiéndose observar al Partido y al gobierno, extraordinariamente ocupados, movilizando fuerzas humanas calificadas y recursos, que se ponen en función de la solución de múltiples problemas materiales, espirituales y sociales, que la sociedad cubana aún debe superar. 

Esta tarea de los Proyectos Comunitarios, se entrelazan fuertemente de la Resolución Gubernamental, que sirve de instrumento para la lucha contra el racismo y la discriminación racial. Ya Fidel se había percatado de todo ello y comenzó a realizar acciones. Orientando profundas investigaciones, en varios barrios desfavorecidos, sobre la situación de sectores, a veces marginados. Fue también entonces, cuando se realizó la experiencia de los llamados Trabajadores Sociales; la mayoría negros y mestizos, que trajo como resultado que muchos jóvenes, que ni estudiaban ni trabajaban, (se dice que eran 80,000 en La Habana) llegaran a las Universidades. Las que se habían “blanqueado”, durante el Periodo Especial. 

Entonces, a partir de finales de los años ochenta, retomamos nuevamente el tema. Que pienso, es el periodo en que nos encontramos ahora, a la altura del 2021. Con anterioridad, durante los años 20 y 30 sobre todo, el tema racial había tenido presencia en los medios escritos, especialmente en la prensa de la época. Personalidades como Juan Gualberto Gómez, Arredondo, Guillen, Deschamps, Chailloux, Ortiz, Portuondo y otros, habían producido textos importantes sobre el tema y logrado mantenerlo dentro del debate en la prensa de la época, incluso en el Diario de la Marina. Pero ese impulso no se mantuvo y al triunfo de la revolución, había casi desaparecido. 

  Ya desde los años 80, comenzaron a reaparecer muchas publicaciones de libros, artículos, ensayos, documentales e investigaciones en algunas universidades. Un cine que frecuentemente traía a colación el tema, la plástica, el teatro y la literatura también. Surgieron Grupos de Debate y Proyectos Comunitarios, que atienden hoy el tema racial y que lo han dotado de una creciente presencia dentro de la cultura y la vida nacional. En realidad, hacía años que el tema no tomaba un espacio tan importante en el debate nacional. 

Comenzaron entonces, las reuniones con el Cro. Miguel Díaz Canel, que atiende el tema, antes de ser presidente y lo continúa haciendo ahora, junto a la Comisión Aponte de la UNEAC, que sustituyó al Grupo, “Como agua para chocolate”, dirigido por Gisela Arandia, que fue la promotora inicial del debate racial en la UNEAC. Ya, con anterioridad, el tema racial había sido llevado al partido y posteriormente ubicado en la Biblioteca nacional, pero fue finalmente en la UNEAC, donde encontró su ubicación definitiva. Y ahora se desenvuelve, por medio del trabajo de la arriba mencionada Comisión Aponte. 

   Todo este movimiento, ha concluido con la aparición de una Resolución Gubernamental, arriba mencionada, donde se   proponen las pautas para la atención y tratamiento del tema racial a nivel nacional. Con la presencia también, de todos aquellos grupos interesados en el tema. Aspectos de participación, que aún requiere un desarrollo. No obstante considero, que aunque hemos avanzado, todavía estamos lejos de darle al tema racial, el impulso que requiere. Púes quedan muchas situaciones aún por resolver.  

Aunque nuestra sociedad, es culturalmente mestiza, la presencia del racismo, la discriminación racial y la de un cierto hegemonismo blanco, se hacen sentir todavía en: 

-Las desigualdades, que persisten dentro de la estructura racial poblacional, formada por blancos, negros y mestizos. No tratándose de un lastre, sino de un fenómeno de disfuncionalidad social, que aun la sociedad cubana, es capaz de reproducir. 

-Persisten también las diferencias en el acceso al empleo. Con privilegios para la población blanca, en aquellos más importantes y mejor remunerados: turismo, corporaciones, cargos estatales, etc. No así en los cargos políticos, en especial dentro del partido, el Poder Popular y las Organizaciones de Masas, donde la participación de negros y mestizos se está haciendo más presente. 

-Diferencias por el color, en el acceso a posibilidades de estudios superiores, Universidades, maestrías, doctorados, etc. 

-Racismo, prejuicios y discriminación, contra la población negra y mestiza, que tiende a no manifestarse de modo agresivo, pero que aún están presentes. 

-Marcada presencia de una insuficiencia de matrimonios interraciales. Con una tendencia marcada a la mescla racial entre los jóvenes cual es indicativo de que los jóvenes se van desprendiendo de los prejuicios. 

-Discriminación en los medios masivos, principalmente en la Televisión, en la que han dominado las caras blancas, pues solo recientemente, han comenzado a aparecer caras negras y mestizas. Ante un reclamo especifico, reciente, del Cro.General de Ejército, Raúl Castro en la Asamblea Nacional. 

-Nuestra prensa escrita, apenas refleja los problemas del tema racial. No existiendo ningún tratamiento sistemático al respecto. Ni promoción de escritores que traten el tema. Casi nunca en nuestra prensa hay un artículo que aborde el tema. 

-Nuestras Organizaciones Políticas y de Masas no debaten el tema racial. No promueven su discusión, ni lo consideran en sus agendas de trabajo. 

-Discriminación en el ballet clásico. 

-Chistes y expresiones racistas, abundan, en las actividades de los cabarets. 

-Solo recientemente, la Enseñanza de la Historia ha comenzado a reflejar el lugar de negros y mestizos en la formación de nuestra historia patria y se están preparando profesores para abordarlo. 

- Hasta hace muy poco la bibliografía utilizada, salvo honrosas excepciones muy conocidas, no reflejaba el papel de la población negra y mestiza en la construcción de nuestra nación. Ahora se realiza un fuerte trabajo bibliográfico arduo por los Ministerios de Educación, dirigido a solucionar esta insuficiencia de vital consideración para la enseñanza de la historia. 

-No existe una Historia Social del Negro ni de la mujer negra, producida en Cuba. 

-Aun tratar el tema racial, a cualquier nivel y en cualquier espacio social, puede generar cierto descontento, prejuicios y malestar. 

-Solo recientemente nuestra asamblea nacional, ha comenzado a presentar una estructura, que refleja casi fielmente, la composición racial de la sociedad cubana. 

-Para los que tratan el tema de manera sistemática, sus debates, no son divulgados, quedando siempre en los marcos de grupos y personas interesadas. 

-En la escuela cubana no se menciona el color, dejando a la espontaneidad personal el comportamiento frente al problema 

-En nuestras Universidades apenas se estudia el tema racial. Ni aparece recogido en los currículos de enseñanza. 

-Nuestras investigaciones académicas, apenas se refieren el tema racial de manera suficiente y el mismo está, prácticamente ausente, del trabajo científico estudiantil. 

-Solo recientemente, comienza a observarse, que se hace un esfuerzo por atender a la composición racial de grupos de trabajo, actividades, o situaciones, en que el negro y el mestizo deben quedar representados. Esto se observa con especial énfasis en la televisión. 

-En realidad, nuestras estadísticas, sociales, económicas y políticas, son incoloras. Lanzando al cesto de la basura siglos de la historia nacional. Soslayando apreciar donde están los problemas. 

-Nuestras Estadísticas Económicas, no permiten cruzar color, con variables de empleos, viviendas, salarios, ingresos, etc. Lo que impide investigar a fondo, cómo avanza el nivel de vida de los diferentes grupos raciales. Especialmente de aquellos antes desfavorecidos. 

Consideramos, que mientras el tema racial no sea tratado con sistematicidad y coherencia, a nivel integral y este fehacientemente recogido en nuestras estadísticas y en nuestros medios, no podremos aspirar a que socialmente, el país avance en el tema. Nuestra cultura heredada es racista; es decir, la práctica del racismo, es cultural, instintiva, respondiendo, principalmente, aunque no solo, a mecanismos heredados, que funcionan, no pocas veces, de manera inconsciente. 

Por tanto, hasta que el tema no entre en la educación, sea fuertemente debatido socialmente, forme parte del trabajo sistemático de los medios y sea considerado estadísticamente, no podemos aspirar a que pase a la cultura, ni se avance en el mismo, desterrándolo de las formas del comportamiento habitual de los ciudadanos en nuestro país. 

Es que la ausencia de atención, casi generalizada, durante mucho tiempo, del tema racial, tiene consecuencias muy negativas, para su conocimiento, comprensión y consideración a nivel social, como algo que perjudica a la nación cubana. Tratándose de un problema, muy serio a superar, si queremos que nuestra sociedad y su cultura avancen de manera integral, garantizando el éxito del proyecto social de la revolución. 

 

Junio 30 del 2021. 

 


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