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viernes, 30 de julio de 2010

CUBA: CIENCIA Y RACIALIDAD 50 AÑOS DESPUES (III)

ALGO DE LA PRODUCCION EXTERNA SOBRE LA RACIALIDAD EN CUBA.

 Somos muy pocos en Cuba aun, los que nos adentramos en la contemporaneidad del tema racial. Mientras que una   buena  parte de la  producción  fuera de la Isla, sí aborda ampliamente  la actualidad  cubana, de manera directa o con un sentido de búsqueda  critica para abordar esa   actualidad.

  De modo que las investigaciones, ya publicadas,   más amplias,  que se  han hecho sobre la problemática racial dentro de  la sociedad cubana actual, tal y como  ha quedado definida en la introducción de este ensayo,  muy pocas  han sido realizadas   por académicos e intelectuales  cubanos,  que vivan en la Isla.

 Como antecedente temprano,  esta la producción de la  cubana residente en los Estados Unidos, Lourdes Casals,   Race relation in contemporary Cuba, Minority Rigths Group, report No. 7 , 1979, pp. 11-27. Mas tarde, Isabel castellanos y Jorge Castellanos, cubanos residentes en Miami, publicarían la obra en cuatro volúmenes, “Cultura afrocubana “, editorial Universal, USA, 1990-1994.

 Un  intelectual haitiano, residente en Cuba durante  muchos años, René Depestre,  publicaría, Lettre de Cuba, en la Revista Presence Africaine No. 5 pp. 42-105.

 Pero los resultados más recientes han sido los  de Carlos Moore: Fidel  Castro, los negros y África y “Pichón “;   de Jorge de La  Fuente,  su libro: Una nación para todos; de  Mark.Q. Sawyer,  su obra: Racial politics in post-revolutionary  Cuba. Y los libros, que abarcan otros períodos, como los de Rebecca Scott, Aline Helg, así como los trabajos de Ada Ferrer, Laurence Glasco y otros.[1]Algunos de corte histórico, pero todos enfocados hacia un apoyo o  interpretación de la realidad contemporánea del tema.

Tales producciones, por lo general, representan  aportes,  que nosotros en Cuba, si los  hemos producido, al menos,  no los hemos podido dar a conocer, dado  el sentido limitado y tan esporádico de nuestras publicaciones sobre el tema, en cuanto a la actualidad del mismo  se refiere. 

 Casi todos  son autores  con producciones  importantes sobre la realidad cubana actual, en cuyo estudio,  los que vivimos en Cuba, debiéramos alcanzar  cierta  supremacía, porque además,  [2]esos investigadores se nutren,  en medida muy  importante,  de las fuentes bibliográficas y documentales cubanas que se encuentran  en la Isla.

Teniendo  que reconocer, que son muchos mas los esfuerzos investigativos realizados por los académicos cubanos en  Cuba,   que los que han encontrado  el beneficio de su  plasmación   en las publicaciones.[3]

 

Lo  cual no es ninguna ventaja para la intelectualidad cubana actual, que puede  compartir,  como muchos lo hacen,  el tratamiento investigativo  de nuestras realidades con colegas de fuera, pero que no podrían nunca soslayar la necesidad de abordar nuestros  propios temas.

 

En realidad, debiéramos estar en condiciones de no tener que  ceder  a  nadie las investigaciones de temas que son nuestros y  que deberían  ser abordados  por nosotros mismos. No debiéramos permitir que nadie nos cuente nuestra propia historia, o nos explique nuestra realidad. Alguien dijo en una ocasión, que  “quien controla el pasado, domina en el presente “ ,y yo agregaría, “ nos puede diseñar el futuro a nuestras espaldas”.Por  lo que no deben existir zonas  de la  realidad cubana,  sobre  las  cuales   nuestra intelectualidad  no  esté en condiciones de aportar   un  discurso  científico  propio.

 Existen varios centros en los Estados Unidos, que  estudian Cuba y aunque el tema racial nunca había formado parte de sus prioridades, ahora proliferan muchos  grupos interesados en  esta temática. Sobre todo, considerando que  se trata de  un tema para el cual parece  haber  dinero.[4]

 Por su parte,  provenientes principalmente de  Miami,  se publican artículos, por personas prácticamente desconocidas,  más con objetivos políticos  y de la  supervivencia económica  de sus autores, que por aportar  al tema. Artículos hechos más  para tratar  de desacreditar a Cuba, que otra cosa;  de muy baja  factura científica e  intelectual y nada académicos. Por lo que se trata de una producción meramente  propagandística,  que no aporta absolutamente nada al tratamiento del tema racial,  desde ninguna perspectiva, ni para  Cuba ni  para   los Estados Unidos. Prueba de ello es, que ningún académico  de los que tratan el tema  racial seriamente, se refiere  a ellos.[5]

 Como si fuera poco, pero en correspondencia con lo antes expresado, se observa un desequilibrio importante,  casi abismal,  entre la divulgación de esa obra de rescate cultural, artístico  literario y cinematográfico, etc.  y  la aun  limitada atención que ha tenido la divulgación de los trabajos desde las ciencias sociales, referidos a la contemporaneidad del tema racial. Aunque ello ha respondido también a los prejuicios, ya muy lentamente,  en fase de superación, que provoca el tema racial visto desde la  contemporaneidad y al atraso sufrido por el tratamiento del tema, como resultado de su largo período de silencio,  marginación y represión. Resultado de lo cual, no podemos decir  todavía que tengamos un discurso científico  interno y  alternativo sobre el tema, que nos ilustre a nosotros mismos  y   nos preserve de las interpretaciones, mal  intencionadas o no, que puedan llegarnos del propio patio y   del exterior.

 

Algunas consideraciones finales.

 

Al hacer un balance  general  sobre el  tratamiento  del tema racial  durante los últimos cincuenta años,  es posible observar, que sólo recientemente comienza a ser abordado como algo especifico y como un asunto de la sociedad cubana actual, ya que anteriormente, apenas había sido tratado,  y quienes hoy  lo abordamos, aun corremos el riesgo de no ser  comprendidos y de ser acusados de divisionistas  y de racistas, o de ambas cosas a la vez,   por algunas personas, que  podemos hallar  en cualquier nivel  y lugar   de las estructuras  de la sociedad cubana actual.

 No obstante, en los últimos años,  se observa  que el debate sobre el tema racial se amplia, pudiendo apreciarse  también  una  modesta   divulgación del mismo.  

 Pero venimos de muy atrás  en la atención del tema; su  silenciamiento  por casi  cuarenta  años, su  insuficiente  estudio en la actualidad, la desconexión aun presente  entre el estudio del fenómeno  de la esclavitud y sus consecuencias para  la sociedad cubana contemporánea,  el prejuicio de tratarlo a veces  solo como un tema que induce a la división social,  así como la poca atención brindada a la variable  color de la piel ,  como una variable de diferenciación social  en la Cuba actual, han  producido un atraso en el abordaje del tema, tanto metodológico como teórico y político,   que sólo en los últimos  años comienza a ser superado, aunque  todavía  muy lentamente.[6]

 Sobre todo,  la ausencia de un debate académico  y político  articulado, la casi  ausente  conexión del tema con la prensa y la producción bibliográfica, han generado   un fenómeno de  disfuncionalidad  cultural,   que  resulta  vital  solucionar,  para  lograr  la dinámica ascendente  de la sociedad cubana actual,  hacia la búsqueda de una cultura  general e integral,  la más amplia justicia social y la verdadera democracia. La ciencia tiene que encontrar  modelos de análisis  y estamos muy lejos aun de haberlos  logrado en el tratamiento científico  del tema racial, proyectado hacia la contemporaneidad.

 Un elemento sustantivo e ineludible en el análisis de la problemática racial cubana, resulta ser  la necesidad del estudio a fondo de las peculiaridades de la colonización,   la esclavitud en Cuba  y sus consecuencias. Mucho se ha avanzado en este aspecto, pero aun lo articulamos poco con las características con que se presenta el fenómeno de la racialidad en la Cuba contemporánea.[7]Por lo  general tales estudios se quedan en el siglo XIX, o avanzan aun muy poco dentro del siglo XX.

 Después de  que Arango y Parreño primero y  José A. Saco después,   no  lograron   que se  excluyera  al negro  de la sociedad cubana , ni tampoco  pudieron   hacerlo desaparecer,  sometiendo a la población a un proceso de blanqueamiento, o devolviéndolos a África,  la dificultad mayor que se le presenta  al negro y al no blanco en general hoy,   es  la de cómo vivir dentro de una sociedad que ha generado durante siglos,  la  cultura y los mecanismos  de su exclusión.

Es que el componente racista que subyace en nuestra cultura, no responde sólo a mecanismos generados desde  la esclavitud, sino también a los producidos  por una mentalidad criolla blanca, racista, que siguió viendo en el negro un ser inferior aunque  éste dejase de ser esclavo. Mentalidad que se ha trasladado de generación en generación.

 Esto quiere decir, por ejemplo, que al  “negro blanqueado”   por el título comprado para

él  por su padre, se   le permitía vestir de frac, usar botines, camisa blanca de cuello, corbata, bombín y leontina. Pero,  si por esas  casualidades  de la vida, un día se quedaba desnudo, pasaba a ser un negro más, e incluso, mientras se arreglaba la confusión,  podía hasta  ser  llevado  al cepo. Es que en  toda América y en Cuba  en particular, la esclavitud tomó color, y  frente a esa realidad,  no hay mimetismo posible.[8]

Es que el racismo es un sistema, y como tal opera. Si sólo eliminamos una pieza, las demás se ajustan para cumplir la función de la pieza que falta.  Se trata de un mecanismo regenerable. Esto quiere decir, que para que el no blanco o el negro no sean  discriminados, hay que operar con todas las palancas del sistema.

Hay que operar con la conciencia de la identidad racial y con la educación. Es que la discriminación racial que se  ejerce, lleva implícito el mecanismo, de una conciencia arraigada en las elites dominantes, de que  puede ser utilizada como un instrumento de poder. Por lo  cual, los estereotipos raciales negativos pueden seguir alimentándose dentro de un contexto social de más altos niveles de educación y de cultura. Por lo cual  sólo con la educación no basta, porque podemos estar generando” racistas cultos”, que serian peores.

 Por eso en la república, que era más desarrollada, educacional y culturalmente,  que la colonia, los estereotipos raciales negativos,  los prejuicios raciales, la discriminación racial y el racismo, no cedieron espacio. Es que estos  últimos no provienen simplemente de la ignorancia, ni de la incultura, sino de un contexto social en el que la discriminación racial y todos sus atributos complementarios, son utilizados como instrumentos de dominación y control social, de elitismo y de explotación,  contra personas a las que siempre se les mantiene en un plano de desventaja económica, política, social y cultural. Porque detrás de todo ello   están siempre  también los intereses de clase.[9]

 Por eso la educación es clave para terminar con el racismo, pero no suficiente,  pues hace falta educar también en la dirección de dotar a todos de una conciencia  de que el problema racial existe. Es decir, hay que prodigar una  educación antirracista y  antidiscriminatoria.

Hemos avanzado, se va abriendo paso  lentamente  un debate, se trabaja fuertemente. Pero hasta que el problema no sea un asunto y una preocupación de toda la sociedad cubana y debatido por toda ella,  no lo vamos a resolver.[10] Porque el racismo en la Cuba actual,  no es un problema de colores, ni de grupos, sino de toda la sociedad cubana. Una disfuncionalidad de la sociedad cubana que tiene que ser combatida con todas las fuerzas para hacerla desaparecer. Lo cual puede ser una tarea en extremo  larga aun, pero lo mas importante es que enrumbemos por ese camino.

 Sin dudas, la existencia de una comisión,  organizada por las mas alta dirección  del Partido Comunista de Cuba , bajo la conducción  de la Biblioteca Nacional de Cuba,  llamada Grupo de Reflexión Sobre la Racialidad  en Cuba”,  conjuntamente con la Comisión de Racialidad, de la Unión Nacional de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC), harán posible avanzar por el camino de las soluciones.

 

 

 

 [1] Varios  trabajo de los autores mencionados aparecen en Historia Social No.22, Valencia, España, 1995. También en América Negra , Revista de la Pontificia Universdad  Javeriana, Colombia,. No. 15, diciembre  de  1998.En el caso de Rebecca Scott, se trata de su libro: La Emancipación de los esclavos  en Cuba. La transición al trabajo libre 1860-1899, y de Aline Helg: Lo que nos corresponde en la lucha de los negros y mulatos por la igualdad en Cuba 1866-1912.”Dentro de las obras mencionadas, se destacan por  su  sentido negativamente crítico los libros de Carlos Moore, plagados de generalizaciones a partir de sus experiencias personales, como lo es su  mas reciente obra Pichón,  con una fuerte tonalidad de racismo en sus aseveraciones y llenos de criticas contra el gobierno cubano.

, [2] Ejemplo típico lo constituye  la producción investigativa del Instituto de Antropología del CITMA, que una parte sustancial de ella  espera por ser publicada.

[3] No existe hoy en Cuba una presencia sobre el tema racial en la prensa, como si existio durante los años 20 y 30.

[4] Los centros que de manera clásica han estudiado Cuba,  como El Programa Cuba de la Jhon Hopkin University, el Centro de Estudios Cubanos de la Universidad de La Florida, etc, nunca se interesaron por el tema racial.  Entonces este ha pasado a ser atendido por algunos grupos interesados en captar el dinero de la USIA y de la propaganda contra Cuba.

[5] Esos son los casos de  de algunos artículos aparecidos recientemente, haciendo oportunismo a partir de la elección de Barack Obama como presidente.

[6] Aun el tema pernocta en ambientes enclaustrados y entre personas, a veces muy pocas instituciones,  interesadas en el mismo. No existe un debate publico sobre el tema racial en la Cuba de hoy. Muchos además lo ignoran, o no desean escuchar nada al respecto,  o lo  atacan  cínicamente como algo que nos viene de fuera. Un intelectual nuestro, del cual me reservo el nombre, llego ha decir, que ese era un tema que lo habían traído de Estados Unidos, los negros que viajaban a ese país, para fastidiar con el internamente en Cuba.

[7] Uno de los peligros,  que  apenas hemos comenzado a superar, es el de que alguien desde fuera, apoyándose en nuestro poco vuelo aun en el tratamiento del tema racial en la contemporaneidad, trate de imponernos parámetros y principios teóricos y metodológicos para abordarlo.  Paradójicamente tal peligro no viene de nuestros enemigos, sino de una parte de la intelectualidad norteamericana que es  aliada de nuestra causa.

[8] Ver nuestro ensayo, Cuba: color de la piel, nación, identidad y cultura.¿ Un desafío contemporáneo?. Publicado en el Libro V del Concurso Internacional” Pensar a  Contracorriente “ o  en el Portal Cubarte.

[9] Para ampliar al respecto ver del Autor:  Cuba Socialista No. 46, pp. 43-45

[10] Una vision mas completa de como vemos los asuntos a soluconar, pueden verse del Autor, “Desafios de la Problematica racia en Cuba”.Revista Temas No. 56.

martes, 27 de julio de 2010

CUBA: CIENCIA Y RACIALIDAD 50 AÑOS DESPUES (II)

ALGUNAS PRODUCIONES POSTERIORES A 1959.

Algunas producciones importantes vieron la luz durante primeros años, como las de José Luciano Franco “Biografía de Antonio Maceo”, “ Afro América “( 1961), La Conspiración de Aponte ( 1963 ), Plácido ( 1964 ), La presencia negra en el nuevo mundo ( 1968 ), Esclavitud, Comercio y Trafico negrero ( 1972 ), Los palenques de los Negros Cimarrones ( 1973) , La Diáspora Africana en el Nuevo Mundo ( 1975 ) Comercio Clandestino de Esclavos ( 1980 ) y Ensayos sobre el Caribe ( 1989 ).

A mediados de los años sesenta, saldría publicado el Primer Tomo de la obra de Manuel Moreno Fraginals,” El Ingenio”, que resultó un ineludible punto de referencia, desde entonces, para el tratamiento del tema de la esclavitud. La edición definitiva, saldría en tres volúmenes, que se completarían en 1978.

También la obra de Pedro Deschamp Chapeaux, que obtuvo el Premio UNEAC de Ensayo en 1970, con El Negro en la Economía Cubana del Siglo XIX ; otras fueron, La protesta de los Negros Lucumíes ( 1966) , Los Batallones de Pardos y Morenos ( 1976 ) Los Cimarrones Urbanos ( 1983). Una obra temprana de este historiador sería: “El Negro en el Periodismo Cubano del Siglo XIX” (1963).

Otro extraordinario investigador, Juan Pérez de La Riva, aportaría resultados singulares, tales como, Contribución a la Historia de la gente sin historia (1974), El Barracón y Otros Ensayos (1975) y ¿Cuántos Africanos fueron traídos a Cuba ( 1976 ).
Está la obra de Julio Carreras, Esclavitud, abolición y racismo (1989). También de este mismo autor es: Los recursos humanos en Cuba al comenzar el siglo: inmigración, economía y nacionalidad 1889-1906” publicada en el Anuario No. 1 de Estudios Cubanos, La Habana, Editorial Ciencias Sociales, 1975. Mención especial amerita la obra de nuestro poeta nacional Nicolás Guillén, dentro de la poesía, pero también de múltiples ensayos y artículos periodísticos sobre el tema racial.

Durante todo ese período, trabajaba en la Biblioteca Nacional, Walterio Carbonell, revolucionario muy ligado a las luchas estudiantiles contra la dictadura. Pero Walterio investigaba en el contexto de una situación en que no se publicaba nada que enfocara los problemas relativos a la existencia de la discriminación racial en Cuba. Por lo que sólo en el 2005, vio la luz la segunda edición de su obra, “Como surgió la cultura cubana”, en la Colección Escribanía de la Biblioteca nacional José Martí. Obra de gran importancia para el debate que se abre en estos años.

Todos los trabajos mencionados más arriba, son aportes fundamentales a la historiografía cubana, que de un modo u otro guardan una relación sustancial con la problemática racial cubana contemporánea. Sin embargo, como ya expresé con anterioridad, muy pocos de ellos, abordan el tema de la esclavitud, en su continuidad, como consecuencias visibles en la sociedad cubana actual, en los problemas del racismo presente.


PRODUCCION DE LOS AÑOS OCHENTA HASTA LA ACTUALIDAD.

Desde 1980, por su parte, hasta la fecha, varias aportes historiográficos son dignos de hacerse notar: Componentes africanos del etno cubano de Rafael L. López Valdés (1985); Esclavitud y sociedad :Notas y documentos para la historia de la esclavitud negra en Cuba, de Eduardo Torres Cuevas y Eusebio Reyes (1986); Los que volvieron a África de Rodolfo Sarracino (1988); Burguesía esclavista y abolición, de Maria del Carmen Barcia ( Premio Casa en el 2004, con la continuidad de este libro); Los cimarrones en Cuba (1988) y Los palenques en Oriente, de Gabino de La Rosa (1991), El negro en Cuba: 1902- 1958: apuntes para la historia de la lucha contra la discriminación racial en Cuba, de Tomás Fernández Robaina (1990) ; La esclavitud desde la esclavitud, de Gloria García ( 2003 ); Yoruba. Un acercamiento a las raíces (1993 ) y De la africanía en Cuba ( 2007),de Rigoberto Feraudy.

También son dignos de mencionar: Componentes étnicos de la nación cubana, de Jesús Guanche (1996) y Etnicidad y racialidad en la Cuba actual (1998), Tras las huellas de las civilizaciones negras en América de Argeliers León (2001), Entre esclavos libres de la Cuba colonial, de Olga Portuondo Zúñiga (2003), La Masacre de los Independientes de Color, de Silvio Castro ( 2002), El arte para mí fue un reto, de Elvira Cervera (2004), La familia y las ciencias sociales, de Ana Vera (compilación), (2003), La familia cubana, de Maria E. Benítez (2003), La conquista del espacio cubano de Juan Pérez de La Riva (2004); Espacios, silencios y los sentidos de la libertad, Cuba entre 1878 y 1912, de Fernando Martínez, Rebecca Scott y Orlando F. García (2002), El negro y su representación social , de Sandra Morales Fundora (2001), Radiografía del Ejercito Libertador, de Francisco Pérez Guzmán (2005).

A Pie de obra, de Tato Quiñones (1990); Nación y mestizaje en Guillén, de Nancy Morejón (1982); Los remanentes de las lenguas bantúes en Cuba, de Gema Valdés Acosta (2002); Transculturación y africanía, de Jesús Guanche (2002); Retorno a las Raíces, de Isaac Barreal (2001); Cazadores de esclavos, de Gabino La Rosa y Mirtha T, González (2004); Los Ganga en Cuba, de Alessandra Basso Ortiz (2005); Rodando el coco, de Lázara Menéndez (2005); Conspiraciones y Revueltas, de Gloria Garcia (2003); Nacionalidad e historia, de Rafael Duharte Jiménez (1991); Esclavitud, familia y parroquia en Cuba, de Aisnara Perea Diaz y Maria de los Ángeles Meriño Fuentes (2006).
Finalmente mencionamos una obra de gran importancia referencial como lo es: “Cuba y sus pueblos: censos y mapas de los siglos XVIII y XIX”, de Carlos Venegas Fornias (2002), “Desafíos de la problemática racial en Cuba”, de Esteban Morales (2007);
“Cuba: personalidades en el debate racial”, de Tomás Fernández Robaina (2008); “De dónde son los cubanos” (2006), de Graciela Chailloux ( Redactora y coordinadora principal)) ; las entrevistas realizadas durante los años 1990 a 2002 a, Pedro Serviat, Eliseo Altunaga, Ignacio Ramonet, Enrique Sosa, Carlos Rafael Rodríguez, Francisco Pissani, Eusebio Leal, Regina Duarte, Eduardo Subirats, Nizia Aguero, Pedro Deschamp Chapeaux, por Gisela Arandia( inéditas ).

Además de las obras anteriores, existen otras, que aunque no tratando la temática racial como tal, al abordar el problema de las desigualdades sociales aportan fuertemente al tratamiento de la temática. Entre ellas se encuentran la obra de Mayra Espina “Politicas de Atención a la Pobreza y la Desigualdad” CIPS ); “Efectos Sociales del reajuste económico: desigualdad y procesos de complejización de la sociedad cubana”, de Luisa Iñiguez. De Mariana Ravenet; “Territorio y Espacio en las desigualdades sociales de la provincia ciudad de La Habana; de Osvaldo Martínez, “Investigación sobre desarrollo humano y equidad en Cuba 1999”; de José L. Rodríguez y George Carriazo, “La erradicación de la pobreza en Cuba”; de Pablo Rodríguez, “¿Pobreza, Marginalidad o exclusión?”; de Togores Viviana, “Cuba: efectos sociales de la crisis y el ajuste económico de los 90”; de Maria del Carmen Zabala, “ Familia y pobreza en Cuba”;de Angela Ferriol; “ Acercamiento al estudio de la Pobreza en Cuba, Ingresos y Desigualdad en la Sociedad Cubana” y “Reforma Económica y Población en Condiciones de Riesgo en Ciudad de La Habana”, para solo mencionar algunas.

Solicito disculpas si no menciono algunas contribuciones, pero haciendo honor a los que quizás no aparezcan en esta lista, hay que decir que es aplastante la cantidad de obras y libros dedicados al estudio de la esclavitud, la pobreza, la desigualdad, la marginalidad y sus características, así como a la formación de nuestra nacionalidad o a temas que en general, se encuentran en el entorno de los estudios sobre la racialidad en Cuba. Aunque de todos modos, son muy pocas aun las obras que abordan los problemas de la racialidad, desde la perspectiva de la supervivencia del racismo y la discriminación racial dentro de la Cuba actual.

Comentario al margen amerita la obra de Elvira Cervera, por las extraordinarias vivencias que nos relata; así como las dedicadas a la familia, en las que lamentablemente las familias negras y mestizas están ausentes. Me pregunto, ¿Se puede hablar de la familia cubana sin tomar en consideración el color de la piel?

Las obras aquí referidas, salvo excepciones o aspectos muy puntuales, no abordan como se requiere, el tema racial y solo aparece de manera indirecta e implícita, aunque se trata de una producción de gran importancia y resulta un antecedente obligado y una herramienta de gran utilidad.

Se trata además de obras logradas por los mismos especialistas cuya magnifica formación científica, nos podrían acompañar en el tratamiento investigativo directo contemporáneo de la racialidad. Pero no pocos prefieren soslayar el tema antes de correr el riesgo que aun significaría abordarlo. Otros, no consideran que valga la pena hablar del tema racial.

No estaríamos cometiendo ningún error, si afirmamos que el contexto en que muchas de estas obras fueron concebidas, signado por la imposibilidad de poder hablar de un problema que oficialmente había sido considerado como resuelto, sin dudas limitó mucho el alcance de lo que se plasmaba como resultado de las investigaciones realizadas.

La cuestión era muy seria, el contexto social y político, producía un ambiente de verdadera represión moral y política, para los que hablaran del racismo y la discriminación racial, como fenómenos presentes en la sociedad cubana contemporánea.

Tanto en cuanto al tratamiento del tema racial, como de los estudios colaterales que enriquecen su investigación , se destacan instituciones y personalidades como las siguientes:

En el Instituto de Antropología del CITMA; los investigadores Pablo Rodríguez, Rodrigo Espina, Ana Julia García (ésta última, ya fallecida), que junto a otros colaboradores, generan una producción científica extensa, que aun espera para ser publicada. Por lo que resultan esfuerzos investigativos encomiables, pero sin oportunidad de ser divulgados. Rodríguez y Espina, logran publicar, en revistas como Tema y Catauro, a modo de artículos, algunos de sus resultados investigativos más importantes acerca de la racialidad cubana. Investigaciones relativas al prejuicio racial, la discriminación laboral, la política de cuadros, y otras, forman parte del quehacer de este Instituto. Su propuestas arrojan luz sobre las características del tema en la sociedad cubana actual, pero apenas están al alcance de otros investigadores o de la lectura de interesados. Personalmente, en mi libro “Desafíos de la Problemática Racial en Cuba, he utilizado muchos de esos resultados.

En el Instituto de Historia de Cuba, no es posible dejar de mencionar a Ohilda Hevia Lanier con su obra: El Directorio Central de las Sociedades Negras en Cuba: 1886-1894, publicada por la Editorial Ciencias Sociales en 1996. Ohilda también tiene artículos publicados en la Revista de Ciencias Sociales y otras, siendo considerada como una especialista de estos temas. También Olga García, quien ha dedicado mucho tiempo a los estudios sobre la esclavitud, con una obra reciente publicada por Ciencias Sociales “La esclavitud desde la esclavitud”.Considerada también una especialista sobre estos tema.

En la Universidad de La Habana, sobresale la doctora Lazara Menéndez, con su excelente investigación: “Rodando el Coco” (Premio de Investigación ), otros artículos e investigaciones, destacándose con sus esfuerzos docentes, que casi se circunscriben, dentro de la Universidad, a la facultad de Artes y Letras. Como para poner claramente de manifiesto la desconexión existente entre la formación científica y la formación humanística. Ya no sólo los economistas, ni los sociólogos, ni siquiera los historiadores reciben estos conocimientos que tanto les ayudarían a entender mejor la historia de Cuba. No es posible dejar de mencionar sus monografías sobre Cultura Cubana, en los originalmente denominados Cuadernos H.

En FLACSO (Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales) desarrolla su labor la profesora- investigadora Maria del Carmen Zabala, quien después de saltar múltiples obstáculos, defendió su doctorado con el terma: “Aproximación al estudio de la relación entre familia y pobreza, en 1999”. Siendo hasta ahora, la única persona que ha logrado doctorarse con un tema de racialidad en la Universidad de La habana. .

A su vez, dentro de la inmensa mayoría de las instituciones de La Universidad de La Habana, como en el resto de los Centros de la Educación Superior, el tema racial está ausente de los currículos y de los planes de estudio, y apenas ocupa espacio dentro de la actividad científico investigativa.

En el centro de Estudios Demográficos-CEDEM- de la Universidad de La Habana, sobresalen como especialistas del tema racial, los profesores Sonia Catasús, Carlos Albizu y Eduardo R. San Marful, con sus investigaciones sobre Dinámica demográfica de la población por el color de la piel; investigaciones sobre Mortalidad y fertilidad etc. Realizando un trabajo muy ligado a la ONE (Oficina Nacional de Estadísticas) para mejorar los instrumentos estadístico-demográficos.
Por ultimo, en estas consideraciones sobre el ámbito universitario en que se desenvuelve el tema racial, en la Facultad de Filosofía e Historia, no es posible dejar de mencionar la labor docente e investigativa de dos profesoras, las Dras. Digna Castañeda y Maria del Carmen Maseda. La primera con una extensa obra docente investigativa en el campo de los Estudios del Caribe y la segunda en los estudios sobre África. La labor de ambas profesoras ha servido de sostén al tema, durante mas de 40 años

Ninguna otra de las Instituciones de las Ciencias Sociales y Humanísticas de la Universidad de La Habana le presta atención al tema racial. El resto de las universidades del país, se encuentran en peor situación al respecto. Existiendo, en general, dentro de la Educación Superior y sus instituciones docentes y de investigación en todo el país, múltiples prejuicios que no permiten otorgarle al tema el rango y atencion que debiera tener dentro de la investigación social universitaria en Cuba. Junto a todo ello, es solo muy reciente que el tema de la racialidad aparece en los Proyectos de Investigación del CITMA, de manera individual y jerarquizada, independizándosele de los temas de género y desigualdades sociales. En tal situación, se explica porque el tema, salvo en algunos escasos lugares de nuestro mundo académico, no ha tenido nunca la jerarquía que merece, dentro de una sociedad que jamás habría podido soslayarlo y no atenderlo como lo ha hecho, por tan largo tiempo.

Las publicaciones periódicas principales que se destacan por dedicar espacio al tema racial en Cuba son: Catauro, Temas, Caminos, Biblioteca Nacional, Santiago, Estudios del Caribe y el Semanario La Jiribilla. Esta última, junto al Portal Cubarte, muy activa en la divulgación del tema en los años recientes. Siendo en las publicaciones electrónicas donde mas espacio han ocupado artículos sobre el tema. Existen revistas como Universidad de La Habana, Ciencias Sociales, Casa de las Américas y otras que apenas han publicado un articulo (ejemplo Universidad de La habana, de este autor) y otras que nunca lo han abordado.
El tema por lo general ha estado ausente de la prensa periódica y de las revistas periodísticas, como por ejemplo Bohemia, que casi nunca lo ha tratado. El periódico Granma, que solo dedico espacio a rememorar los discursos del compañero Fidel en marzo de 1959, en que aborda el tema ampliamente.

La Revista Alma Mater por su parte, recientemente publicó sobre el tema, el trabajo de un grupo de Estudiantes de la Facultad de Periodismo y realizo una entrevista.
.Junto a ello, la Revista Cuba Socialista, también inauguró el tema, en su nueva generación, con un articulo.

La Revista Santiago y Estudios del Caribe, donde sobresale Joel James (ya fallecido) con sus excelentes ensayos históricos. Destacándose este centro por una consecuente labor investigativa y cultural, dirigida a fortalecer la presencia cubana en el Caribe y del Caribe en Cuba. Se destacan también, Olga Zúñiga, Rafael Duharte y Olga Portuondo, con importantes aportes `principalmente al estudio de la esclavitud.

Se agregan múltiples estudios culturales y literarios en el Centro de Estudios del Caribe de la Casa de las Américas, donde sobresalen la profesora Yolanda Wood y la Premio Nacional de Literatura, Nancy Morejón. Con una encomiable labor y de promoción del tema desde la perspectiva cultural

El Centro de Estudios de la Cultura Cubana Juan Marinello, del cual hemos mencionado aquí algunos de sus trabajos y que despliega una encomiable labor de investigación y publicación sobre temas que enriquecen la cultura nacional, acerca de lo cual nos es muy grato mencionar, Catauro de seres míticos y legendarios en Cuba, de Manuel Rivero Glean y Gerardo Chávez Spinola (2005). Obra esta última de gran valor cultural y práctico, para agregar un ejemplo más, investigaciones como la de Carmen V. Montejo Arrechea( lamentablemente fallecida ): Sociedades negras en Cuba 1878-1960, excelente investigación de obligada consulta para quienes pretendan trabajar el tema. También debemos mencionar la obra del joven investigador Pedro Cubas, con su Estudios sobre Ideales de una Raza

No hemos pretendido recoger todas las obras publicadas por los autores mencionados, sino solo algunas de las más representativas y fundamentalmente bajo la forma de libros.

Dentro de las Fundaciones, se destaca la Fundación Fernando Ortiz, que está dedicada a los estudios antropológicos, culturales, sociológicos y etnológicos, resultando, como fundación, la que más cerca se desenvuelve del tratamiento de la temática racial en la sociedad cubana actual. Publicando continuamente en su excelente revista Catauro, estudios sobre la racialidad contemporánea y promoviendo libros y artículos que ayuden a comprenderla, tales como: Retorno a las raíces de Isaac Barreal, Capas populares y modernidad, de Carmen Barcia y otros. Fue la Fundación Ortíz, la promotora del primer libro que aborda la problemática racial cubana en la contemporaneidad, desde 1960, titulado:” Desafíos de la problemática racial en Cuba”, del autor de este ensayo.

Muy vinculada a la Casa de África, trabajó la excelente investigadora, ya fallecida, Leyda Oquendo, promoviendo actividades, publicando y participando en el trabajo de investigación sobre cimarronaje.

El reconocido historiador Oscar Zanetti, en su libro reciente dice “...el problema racial , y en particular, la condición social del negro a lo largo de la historia cubana es un tema al que no faltan cultivadores en estas décadas, pero se pone el acento en el lado antropológico del asunto, de lo cual resultan buenos ejemplos las obras de Enrique Sosa y Rafael López Valdés “. Se podrían mencionar muchas más, pero para ejemplificar es suficiente.

Idea que comparto en su totalidad. Entre los que no abordan la contemporaneidad del tema racial, solo lo abordan con un acento antropológico, o se quedan en el siglo XIX, es muy poco lo que se ha producido aun que aborde el tema como un problema de la sociedad cubana de los días que corren.


(1)Ejemplo de ello son, para mencionar solo algunos, Nación y Mestizaje, en casa de las Américas, No. 6, mayo agosto de 1966 y Racismo y Revolución en Granma, 18 de diciembre de 1966.
(2)A Walterio Carbonell, con la intención de publicar sus investigaciones, le tocó vivir la fatídica época, en que hablar de un problema como presente, que se le había dado como resuelto, se hacia imposible. Como antecedente de su libro, Walterio había publicado en 1961, Critica. Cómo surgió la Cultura Nacional, La Habana, Editorial Yaka, 1961.
(3)En 1986, nos sorprende con su obra, Pedro Serviat” El problema negro en Cuba y su solución definitiva”, que resulto ser un verdadero despliegue de optimismo.
(4)Tomás Fernández Robaina se destaca además, por un extenso trabajo bibliográfico en la Biblioteca Nacional, los cuales han resultado de gran apoyo en el estudio del tema racial en Cuba, el más importante de ellos, su “Bibliografía de temas afrocubanos”, Editado por la Biblioteca Nacional , La Habana, 1985.
Recientemente publico Cuba: personalidades en el debate racial, Editorial Ciencias Sociales, La Habana, 2007.
(5)Estas entrevistas realizadas por Gisela Arandia, son de un valor extraordinario, para tener muy valiosas opiniones sobre el tema, de un grupo de personalidades de la cultura, de las cuales incluso algunas ya han fallecido.
(6)Muchos trabajos, libros e investigaciones realizados, de los cuales hemos mencionado solo algunos, aunque no tratan de manera directa el tema racial, son de consulta obligada para tratar el tema. Se destacan en esta labor, el INIE, La Oficina Nacional de Estadísticas, el Centro de Antropología, El CIPS y el CEDEM, este ultimo de la Universidad de La habana.
(7)En nuestra producción intelectual del campo de las ciencias sociales, existe la tendencia a trabajar con la población como si esta fuera homogénea. Sólo se atiende al género, edades y otros atributos, o variables que no toman para nada en consideración que nuestra población está integrada por blancos, mestizos y negros; no siendo ello un simple problema de más o menos melanina en la piel, o de simples matices y rasgos hereditarios, sino de siglos de historia que subyacen tras el color de la piel de las personas; por lo que cuando no tomamos en consideración el color, nuestras conclusiones quedan sesgadas y echamos por la borda, siglos de historia.. De qué nación podemos estar hablando, al no considerar el color de la piel, si la nación es, en primer lugar, el pueblo que la compone. Ver del autor, Cuba: estadísticas y color. La Jiribilla, febrero del 2009.
(8)Para ampliar sobre esto, ver: de Esteban Morales: Desafíos de la problemática racial en Cuba, Fundación Fernando Ortiz, ENPES, La Habana, noviembre del 2007.Donde es posible observar lo útil que fueron a su autor estas investigaciones y otras como las del INIES, el CIPS, etc.
(9)Ver artículos de estos autores en Revista Temas No. 45 y Catauro. Muy vinculada a la producción de estos autores, no es posible dejar de mencionar a Daniela Hernández con su ensayo: Raza y prejuicio racial en Santa Clara: un reporte de investigación, publicado en la revista América Negra, No.15 de diciembre de 1998, pp. 75-86.
(10)Por cierto, como producto de una situación recientemente ya superada, en Cuba durante mucho tiempo los científicos sociales producían investigaciones que se quedaba engavetadas, como si fuera privilegio sólo de algunos conocer nuestra propia realidad. Resultado de ello, existen cientos de investigaciones, que nunca han sido publicadas. Por lo que casi ante cualquier nueva investigación, lo primero que hay que hacer es sacar de las gavetas aquellas que ya se realizaron. Porque durante muchos años el interés era solo nutrir a la política, como si las ciencias sociales y humanísticas solo trabajaran para ella. Resultando este fenómeno especialmente critico para el caso del tema racial.
Como parte de ese equipo del Centro de Antropología, también laboró, Juan A. Alvarado, con dos resultados publicados: Relaciones raciales en Cuba: notas de investigación, Revista Temas No.7, pp.34-43 y Estereotipos y prejuicios raciales en tres barrios habaneros, Revista América Negra, diciembre 15 de 1988, pp. 89-115.
(11)Zabala también ha publicado en : Pobreza y exclusión social y Discriminación étnico-racial en América Latina y el Caribe, Editores Siglo del Hombre, FLACSO, 2008.
(12)Al mencionar esta labor en el campo de los Estudios Africanos seria un error imperdonable, dejar de considerar la obra del eminente profesor, ya lamentablemente fallecido, Armando Entralgo,.fundador de los Estudios sobre África en la Universidad de La Habana, formador de las generaciones de profesores que se han dedicado a estos temas. De no ser por el profesor Entralgo, los estudios africanos y sobre Medio Oriente, prácticamente estarían ausentes de nuestros planes de estudio,
(13)Ver: Revista Alma Mater , No. 468, octubre del 2008, p. 3 y p. 9.
(14)Ver del autor de este ensayo en: Revista Universidad de La Habana No. 263-264 y la Revista Cuba Socialista No. 46.El autor ha publicado 12 artículos además del libro, con los cuales esta preparando un segundo libro sobre el tema. Acompañado por Miguel Limia, Samuel Fure y Carlos Albizu.
(15)Duharte, en particular, lograría articular sus estudios de la esclavitud con el tema racial, cuando escribió: El fantasma de la esclavitud: prejuicios raciales en Cuba y América Latina”, Bonn Rugenstein, 1997.
(16)Destacamos sus publicaciones: Reflexiones para un discurso de género sobre la historia de la esclavitud femenina en América y José Martí. Apuntes sobre el antirracismo militante”, ambos publicados en La Jiribilla.

(17)Ver: Oscar Zanetti, Isla en: La Historia. La historiografía de Cuba en el siglo XX, Ediciones Unión, La Habana, 2005. pp. 57-58.

viernes, 23 de julio de 2010

Cuba: Ciencia y Racialidad 50 años después (I)

Autor: Dr. C. Esteban Morales Domínguez.


En este trabajo, que consta de varias partes, trataré de caracterizar sintéticamente la producción intelectual cubana sobre el tema racial en los últimos 50 años, refiriéndome específicamente a aquellas producciones científicas, que desde la ciencia, abordan este tema en la Cuba actual, en su connotación relativa a los estereotipos raciales negativos y los prejuicios raciales. Me referiré a obras producidas en Cuba por autores cubanos, aunque mencionaré otras aunque hayan sido producidas fuera de Cuba, ya sea por cubanos o extranjeros.

Son varios los asuntos relativos a la historia del tema racial, insuficientemente abordados o que aun no son comprendidos a profundidad, pero ello deberá irse solucionando, en la medida en que resulte necesario para entender a fondo sus manifestaciones y dinámicas contemporáneas.

Investigación Científica y Racialidad en la Academia Cubana.

Para adentrarnos en el análisis de este tema, debemos tomar en consideración algunos parámetros de partida, como los siguientes:

Cómo ha sido la producción intelectual interna sobre el tema racial en Cuba, y sus relaciones con la producción externa

Qué producción no rebasa el tratamiento del tema como un asunto histórico, limitándose un análisis de la esclavitud o una valoración que no traspasa los límites antropológicos. Ni tampoco valora las consecuencias que este fenómeno ha tenido para la sociedad cubana actual.

Qué producción intelectual se adentra en el tratamiento contemporáneo del tema, sus tropiezos y limitaciones científicas e institucionales.

También deberemos tomar en consideración, que el tratamiento de la racialidad en Cuba., aun hoy tropieza con una serie de obstáculos, para abordarla científicamente, sobre todo en su contemporaneidad.
A nuestro entender algunos problemas principales son los siguientes:

1- Insuficiente apoyo de las instituciones académicas dentro de la educación superior y de su estructura de investigación en general. Aun se encuentran obstáculos dentro de los centros de investigación y de las universidades en general, para que el tema ocupe su espacio en los planes de estudio, o simplemente para que un estudiante que lo desee, reciba apoyo para que pueda hacer su trabajo de diploma en el tema racial. No pocos que han querido defender sus doctorados con estos temas, han tenido dificultades.

2- Insuficiencia de una base estadística elaborada, que permita cruzar variables, sociales, económicas y políticas, por la no consideración de la variable” color de la piel” en nuestras estadísticas económicas y sociales.

3- Cierta tendencia a tratar de facturar la realidad a los investigadores, así como a monopolizar el trabajo de las ciencias sociales, como si éstas sólo trabajasen para la política. Olvidando que trabajan también para la educación, la cultura, el pueblo y hasta para sí mismas.

4- Ausencia casi total de tratamiento del tema racial a nivel de los medios: la prensa y la televisión, sobre todo. Aun encuentra resistencia e ignorancia para su abordaje dentro de los mismos.

5- Ausente tratamiento del tema dentro del sistema nacional de educación, en que apenas se menciona y los factores que deben apoyar el tratamiento requerido por el mismo, en términos de personal, bibliografía y conocimientos, es totalmente insuficiente.

6- Prejuicios socialmente no superados con el tema racial. El que por lo general es asumido solo como algo que provoca división social.

7- Ausencia de este tema, en la agenda de debate de las organizaciones políticas, de masas, sociales y culturales.

Todo ello contribuye a generar un ambiente social, que hace aun del tema, prácticamente, un tabú. Relegándolo a un pequeño conjunto de espacios interesados. Aunque es justo reconocer, que desde bien entrada la década de los años ochenta y primeros años de los noventa, se ha venido avanzando en su tratamiento.


La producción interna sobre el tema racial.

La producción interna sobre el tema ha atravesado por múltiples vicisitudes.
Aunque no murió definitivamente, cuando a la altura de 1962 , idealistamente, se le declaró como resuelto. Encontró refugio en la literatura, la danza, el teatro, la plástica, la escultura, la fotografía y el cine. Manifestaciones que con sus lenguajes específicos, continuaron abordándolo. Observándosele en el contexto de una extraordinaria producción intelectual, dirigida al rescate de las raíces africanas de la cultura cubana y de la identidad cultural en general. Lo cual lleva siempre implícito un fuerte auto reconocimiento del cubano.

Las condiciones impuestas por el enfrentamiento político, durante un largo período, produjeron la priorización de los problemas relativos a la identidad nacional. Sin embargo, el tratamiento de los asuntos de la identidad cultural y del rescate de las raíces africanas, continuaron siendo objeto de atención por una parte importante de nuestra intelectualidad.

Hay que decir, que el tema racial, durante las primeras décadas del siglo XX, había tenido una gran presencia, sobre todo en la prensa. Con una participación importante de periodistas negros como, Rafael Serra, Serafín Portuondo Linares y otros.

Mención especial requiere hacerse de “Ideales de una Raza “, proyecto concebido por Gustavo Urrutia, orientado a continuar la tradición de publicaciones cubanas, dirigidas por intelectuales negros y mestizos, en pro de hacer valer públicamente sus derechos civiles. Lo que se había iniciado en el siglo XIX, y que llegó a su máxima expresión con Juan Gualberto Gómez, en publicaciones como “La Fraternidad”, “la Igualdad “,” “Minerva” y otras.

Los años desde 1910 a 1930, se caracterizaron por un debate importante en la prensa de la época. El que incluso trascendió hacia los momentos de la Constituyente de 1940, lo que fue muy bien aprovechado por lo negros y mestizos para presionar por sus reivindicaciones civiles. Algo que después de muchas promesas, finalmente se perdería en el saco de la burocracia parlamentaria.

Después de haber luchado en tres guerras por la independencia y haber contribuido a la formación de la nación cubana y su cultura, la principal reivindicación de los negros en la Constitución del cuarenta, era que se le incorporara a la nacionalidad cubana; haciendo constar que la república estaba formada por ciudadanos de todas las razas.

Para entonces el insigne intelectual revolucionario Juan Marinello, declaraba:
“Un Estado cubano que se pueda decir democrático sin rubor no puede seguir viviendo esta farsa grotesca de aparecer en nuestra representación como pueblo de blancos cuando no somos tal cosa”

No obstante, los negros y mestizos arribaron a 1959 con cientos de sociedades en todo el país, organizados para encarar el racismo, incluso institucional y una ideología antirracista que los preparaba para las múltiples batallas que aun tenían que librar.

No generaban estas sociedades una producción académica intelectual importante sobre el tema racial, aunque si un batallar continuo por las reivindicaciones sociales, que de un modo u otro encontraba su reflejo en muchos artículos en la prensa de la época.
Durante los años anteriores y posteriores a 1940, fueron importantes las producciones, entre otras, las de Juan Rene Betancourt y Alberto Arredondo. Los negros contaban con ideólogos que nutrían su accionar contra la discriminación.

En 1959, ve la luz el libro de Sixto Gastón Agüero “Racismo y mestizaje en Cuba”, también aparecen algunas producciones ya escritas por Juan Rene Betancourt y Alberto Arredondo, que analizaban el tema racial desde una perspectiva teórica y sociológica.

En el propio año 1959, en el contexto de los planteamientos de Fidel Castro sobre la discriminación laboral, Ramón Cabrera Torres, publicaba “Hacia la rehabilitación económica del cubano negro”.

Pero toda esa producción intelectual orientada hacia el debate desapareció, en la misma medida en que la Dirección Revolucionaria asumía la defensa del tema .También desaparecían poco a poco, no sin resistencia a veces, las “sociedades de color” y el tema dejaba de ser un asunto de la lucha política de los negros y mestizos por sus reivindicaciones sociales, para pasar a ser parte de la lucha general por la igualdad y la justicia social.

¿Por qué desaparecían, desde los primeros años de la Revolución, las asociaciones de los negros y mestizos y sin embargo otras, como las asociaciones de gallegos, asturianos, entre otras, no corrían la misma suerte y sobreviven hasta hoy algunas de ellas? ¿ Operó entonces el mismo tipo de prejuicio que ha perseguido durante tantos años a las religiones de origen africano?

En medio de la desintitucionalización, respecto a estas asociaciones, que caracterizaron a los primeros años de la Revolución, las únicas que no lograron sobrevivir, ni se revitalizaron después fueron las sociedades de negros y mestizos. Es que a las mismas, comenzó a considerárseles como una lacra del pasado, que no tenía sentido mantenerlas, en medio de una situación en que todos los cubanos pasaban a ser considerados como iguales. Un indudable avance, comparado con la republica, pero también una trampa, que no dejaba comprender la esencia de la desigualdad que la nación había heredado.

Todo parece indicar que la velocidad a que tenían lugar los acontecimientos del cambio revolucionario, confundió a mucha gente, que creyó que lacras de siglos, como la discriminación racial, podían desaparecer en cuestión de meses. Sin que fuera ni por asomo su intención, los discursos del Co. Fidel Castro, atacando a la discriminación racial, contribuían a alimentar esa visión idealista de que todo había terminado o al menos, de que pronto terminaría.

Los negros y mestizos, al parecer, no necesitaban ya que nadie los defendiera, ni defenderse a si mismos, los defendía la propia institucionalidad revolucionaria. Por lo que se acogieron a esa nueva institucionalidad, que al parecer, podría satisfacer hacia el futuro todas sus aspiraciones. Pero en realidad, desde la cual, finalmente ha resultado, que aún tienen que luchar mucho para ocupar el lugar que les corresponde dentro de la sociedad cubana actual. El proceso mencionado, despojó a los negros de sus armas de lucha, sin aun haber desmontado el mecanismo que los discrimina.

Por lo cual, no sería nada negativo rescatar parte de esa institucionalidad, que pensamos aun nos hace falta, y sobre todo, en lo relativo a la participación que la prensa tenía en el debate de los temas alrededor de la racialidad durante la república.

En ese contexto, el tema racial como tal dejó de ser abordado. Tarea que comienza a replegarse y ceder su espacio a las labores de rescate de las raíces africanas, que comienza con fuerza a hacer su aparición, alrededor de los que más tarde serían los fundadores del Instituto de Etnología y Folclore de la entonces naciente Academia de Ciencias de Cuba.

Personalidades como Argeliers León, su director fundador, Rogelio Martínez Furé, Alberto Pedro, Rafael López Valdes, y el entonces aun muy joven, Miguel Barnet.
La labor de este grupo recuperaría trabajos de Rómulo Lachatañere, quien había sido un adelantado durante los años treinta.

A lo largo de 1961, en doce números, algunos de ellos dobles, se publicó la Revista Actas del Folklore, que dio cabida, entre otros, a Isaac Barreal, Rogelio Martínez Furé Alberto Pedro y Rafael Valdés, entre otros.

Pero a la proclamación del tema racial como un asunto resuelto, a partir de 1962, le siguió un largo período de silencio, para retomar a la producción y publicación , en la segunda mitad de los años ochenta, aunque muy enmarcada estas producciones, por un retorno al tratamiento de los asuntos relativos a la esclavitud (José Luciano Franco, Julio Carreras, Carmen Barcia y Eduardo Torres.y otros) sin adentrarse en las consecuencias del fenómeno esclavista para la sociedad cubana actual.

Tales obras acompañaban brillantemente la tarea de rescate del componente africano de la cultura cubana, apoyándola desde los estudios de las ciencias históricas, pero dejaban al margen el análisis de los problemas de la racialidad en la sociedad cubana actual, al no continuar con una proyección de las consecuencias de la esclavitud, que son todavia múltiples y complejas.

Al mismo tiempo, cientos de obras literarias, plásticas., danzarias, escultóricas teatrísticas y cinematográficas, reivindican la herencia africana, obra, que recogida por Pedro de la Hoz, no puede ser calificada menos que de extraordinaria. Pero esa obra no está enfocada a tratar el tema racial como tal. No se adentra, a veces, incluso en las causas más profundas que nos obligan aun hoy a defender el componente africano de la cultura cubana. Lamentablemente, de manera escasa y sólo intermitentemente, esta obra, brillantemente realizada y reflejada, articula con la problemática del racismo y la discriminación en la actualidad. Se trata de una obra que de por si nutre la lucha contra el racismo y la discriminación racial, pero lo hace de un modo, que a veces su propia comprensión no está al alcance de muchos.

A pesar de existir obras emblemáticas de la cinematografía cubana, como “La Última Cena”, de Tomás Gutiérrez Alea, “El Rancheador”, “Maluala”, y otras, casi sólo en la película “La Decisión “, o “Playas del Pueblo” de 1960, se abordan de manera crítica la realidad de las barreras de clase y el racismo, dentro de la sociedad cubana contemporánea; o en la obra de Sara Gómez “Guanabacoa, crónica de mi familia”. Mucho del resto de una larga producción, en que se tratan los problemas de la esclavitud, y de la sociedad colonial cubana, sin embargo, ello, con algunas excepciones, se hace con una cierta desconexión entre el tratamiento de los asuntos relativos a la herencia africana, y el tratamiento de los estereotipos raciales negativos, los prejuicios y el racismo, dentro de ellas, con esos mismos problemas presentes en la sociedad Cubana de hoy.

[1] Este ensayo está en deuda con la excelente recopilación hecha por Pedro de la Hoz, en su libro África en la revolución cubana. Se trata de una recopilación, que permite tener una visión casi completa, acerca de casi   todo lo que nuestro país ha hecho en los marcos del rescate de las raíces africanas de la cultura cubana y la identidad cultural.

[2] Cuando hablamos de racialidad, nos estamos refiriendo a toda una problemática que incluye a los ingredientes humanos que conforman a la población cubana; es decir: blancos, negros, mestizos y chinos que forman la base fundamental de la nacionalidad cubana, así como a otros grupos, antillanos, otros europeos etc. que también formaron parte de nuestra población. En este ensayo, nos referimos solo a los negros, blancos y mestizos. A eso se limita el concepto de racialidad aquí utilizado.

 [3] En las instituciones universitarias del Sistema de Educación Superior cubano, las estadísticas son muy deficientes y no recogen la composición racial de los profesores y del alumnado. Por lo cual una investigación sobre racialidad dentro de la propia Educación Superior es bien difícil.

[4] Coincidentemente, en 1962, José Felipe Carneado publica el articulo “La Discriminación Racial en Cuba no Volverá”, Revista Cuba Socialista, 25, enero de 1962, pp. 54-67.Todas las condiciones se coaligaban para que el tema desapareciera de la palestra.

[5] Serafín Portuondo Linares, es el mismo que escribió “Los Independientes de Color “. Editora Caminos, La Habana, 2002.Esa presencia de muchos periodistas girando en   torno al tema racial, está muy bien recogido en el libro de Aline Helg, “Lo que Nos Corresponde, La Lucha de los Negros y Mulatos por la Igualdad en Cuba 1886-1912”, Editorial Imagen Contemporánea, La Habana, 2000.

[6] Durante la constituyente se habían tomado medidas para mejorar también la situación laboral de los negros. Pero finalmente todo quedo en mera letra.

[7] Para ampliar ver: Tomas Fernández Robaina, “Cuba: personalidades en el debate racial”, Editorial Ciencias Sociales, La Habana, 2007, pp. 129-130.

[8] Tomado de Tomas Fernández Robaina, ob. P. 129.

[9] Durante el periodo previo a 1959, resulta importante mencionar la obra de este intelectual, que se concretó en parte en producciones como: Doctrina Negra; la única teoría certera contra la discriminación racial en Cuba; Mi opinión y mi raza; El negro ciudadano del futuro; Prejuicio: ensayo polémico. Alberto Arredondo, “El negro en Cuba”, Editorial Alfa, La Habana, 1939.Una de las últimas producciones de Betancourt sería “Castro and The Cuban Negro. La Crisis.”, mayo 1961.  En 1953, veria la luz el libro “Los independientes de color” de Serafín Portuondo Linares.

[10] Sixto Gastón Agüero “Racismo y Mestizaje en Cuba “, Editorial Lid, La Habana, 1959. Un antecedente de esta obra lo fue el libro de David Grillo “El Problema del Negro Cubano” de 1953.Juan Rene Betancourt, “El Negro ciudadano del Futuro”, Cárdenas y Compañía, La Habana, 1960.

[11] Esa tendencia a que sea la institucionalidad y el gobierno los que luchen por el pueblo, ha traído cierta quietud y acomodamiento, ante la realidad de que son los dolientes directos, los primeros que deben organizarse para luchar por sus reivindicaciones. Por lo que con esa actitud, se está olvidando que la Revolución, en primer lugar, somos nosotros mismos.

[12] Ya esta lucha había tenido a un gladiador incansable, Don Fernando Ortiz, que para entonces todavía   continuaba su obra.

[13] Miguel Barnet, años después,  sería el autor de una obra emblemática de la cultura cubana, “Cimarron”, que posiblemente sea la obra cubana más veces editada en el mundo y en casi  todas las lenguas.

[14] Para ampliar Ver: Pedro de la Hoz, “África en la Revolución Cubana”, Editorial Letras Cubanas, 2005, La Habana, p.41.  Lachatañere tiene un excelente artículo en  Actas del Folklore titulado “ Nota sobre la Formación de la Población Afrocubana “, Fundación Fernando Ortiz, 2005.p. 107

[15] El trabajo realizado por  Pedro de la Hoz, en realidad no tiene antecedentes y está bastante completo.

domingo, 11 de julio de 2010

EL MISTERIO DE LA SANTISIMA TRINIDAD: CORRUPCION, BUROCRATISMO, CONTRARREVOLUCION.

De: Dr.C. Esteban Miguel Morales Domínguez.
Cuba.

Escenario de Enfrentamiento

Ningún proceso revolucionario verdadero y el cubano lo es, puede ser liquidado desde afuera, hay que metérsele a fondo para lograrlo. Las fuerzas llamadas a consumar esa tarea deben entonces brotar desde adentro .A la URSS, en lo fundamental, no la venció el imperialismo, más bien, hizo implosión.

En el período 1986-1994, la política norteamericana, cambia de foco e insiste con particular agudeza en que se generen ciertas condiciones negativas al interior de Cuba. George Bush no lo hacía de manera inteligente, cuando imponía restricciones que provocaban el rechazo no solo del gobierno cubano, sino también de la mayoría de su población y ayudaba a unir más al pueblo de Cuba con su gobierno.

Bush cometió varios errores en su política hacia la Isla, no sólo por su discurso demasiado agresivo y estridente, sino especialmente porque puso en práctica medidas que afectaban directa y visiblemente al ciudadano cubano, enajenándose así, a potenciales aliados dentro de la sociedad civil de la Isla y liquidando la posibilidad de crear una plataforma común de intereses de las familias cubanas de ambos lados del Estrecho de La Florida.

Obama trata de invertir la ecuación, utilizando el bloqueo como un puñal de doble filo, dividiéndolo en dos partes y moviendo cada una de ellas simultáneamente, en sentidos completamente opuestos; una parte en dirección a su eliminación y otra, a su agudización. La tesis de que Obama había “partido en dos” el bloqueo, esgrimida por mí, desde principios del año 2009, se confirma cada vez más y puede decirse, por lo tanto, que cada parte del bloqueo se mueve actualmente en sentidos opuestos. Es decir, que continúa, como sus predecesores, utilizando el bloqueo como instrumento de presión, pero diferencia a sus receptores y esgrime sus herramientas, según a quienes vayan dirigidas las acciones

La parte del bloqueo, que afecta directamente al ciudadano común y la que éstos perciben más fácil y rápidamente , Obama la ha suavizado, levantando las restricciones a las remesas y los viajes, aumentando los vuelos entre ambos países, ampliando los puertos de salida y entrada, incrementando el contenido y el valor de los paquetes que pueden ser enviados a Cuba desde Estados Unidos, rompiendo con la restricción en la denominación de “familia” que había impuesto Bush, aumentando el gasto autorizado a los cubanos americanos que viajan a Cuba y además, facilitándole a los cubanos residentes en la Isla, el pago de los servicios de Internet y telefonía celular por los familiares residentes en Estados Unidos.

La otra parte del bloqueo, que es menos visible al ciudadano común, porque su afectación es indirecta, a través de múltiples mediaciones y con la que tiene que cargar el gobierno cubano, sus medidas se mantienen y recrudecen; continúan las presiones sobre las empresas que comercian con Cuba, las multas a los bancos, la persecución a los que viajan sin licencias a Cuba, las condiciones de compras al contado con pago en efectivo y antes de que las mercancías lleguen a Cuba, prohibición de créditos, las restricciones de viaje a los ciudadanos norteamericanos, así como también la llamada lista negra, en la que se incluye a los barcos que han tocado puertos cubanos, a no tocar puertos norteamericanos pasados 180 días, más otras medidas que harían excesivo este listado. Mientras, Obama continúa manteniendo los condicionamientos políticos para una mejora de las relaciones entre ambos países.

Sin embargo, Obama también mantiene las conversaciones en la Base naval de Guantánamo, negocia con Cuba la posible colaboración médica en Haití, conversa sobre migración, negocia el correo, y “juega al zorro”, dejando sobre la mesa otros posibles temas de conversación. Como dijo en la campaña, está conversando con Cuba, aunque hasta ahora, sólo sobre asuntos puntuales, mientras hace silencio frente a múltiples proposiciones cubanas, que pudieran ser sometidos a negociación.

Esas diferencias entre el trato dispensado al ciudadano común y el trato al gobierno, no busca sino, entre otras cosas, enfrentarlos a ambos .Es decir, tratar de que cuando el gobierno, más conciente y vigilante de algunos peligros, se oponga a alguna de las medidas, se genere descontento en la población. Esta nueva táctica no es fácil de contrarrestar, porque Obama utiliza “el garrote y la zanahoria” de manera inteligente, como nadie lo había hecho hasta ahora.

Obama esta jugando con la realidad de que la conciencia revolucionaria, o simplemente patriótico-ciudadana, no es la misma para todos los cubanos. Unos, los más conscientes, saben que el bloqueo va en contra de nuestra soberanía, nuestra dignidad, identidad e independencia; pero también existen otros, a los que eso no les importa mucho o casi nada. Por tanto, las medidas mercantilistas, no debemos simplemente descalificarlas como inútiles en la partición en dos del bloqueo que está haciendo Obama, porque ésta tiene un potencial impacto moral negativo en parte de nuestra población , entre la que cuenta con adeptos, especialmente entre aquellos que no hacen la menor valoración política y que a veces, aun siendo revolucionarios, simplemente, son ingenuos respecto a lo que esas medidas significan para el país.

Nuestro pueblo, incluso, nuestra masa revolucionaria, es hoy mas heterogénea que nunca y Obama sabe que la verdadera contrarrevolución hay que construirla a partir de un pueblo ansioso, cansado, inconforme, cercado por necesidades a las que no haya solución inmediata. Por eso su mano flexible

El escenario en que Cuba debe enfrentar ahora la política norteamericana esta cambiando, sin que podamos precisar con exactitud a que velocidad lo está haciendo, aunque sabemos, que Obama es persistente y trata de mantener las simpatías con que se recibió por gran parte del pueblo cubano, su elección, mediante la adopción de medidas que embellecen su imagen y argumentando, cínicamente, que es el gobierno cubano el que no quiere el acercamiento con Estados Unidos.

La Secretaria de Estado Hilary Clinton, por su parte, ha llegado a decir, recientemente, que los “hermanos Castro” no quieren que Estados Unidos levante el bloqueo, porque pierden su plataforma política de control interno.

Entonces, la política de Obama, podemos decir, que ahora se despliega en cuatro frentes fundamentales:
- Se apoya fuertemente, como instrumento fundamental, en tratar de subvertir la situación interna. Basándose en una toma objetiva de las dificultades reales que Cuba tiene hoy.
- Sigue instando a sus aliados al acompañamiento de la política norteamericana en las presiones internacionales sobre Cuba.
- Continúa manteniendo a Cuba en todas las listas: terrorismo, derechos humanos, país no democrático, narcotráfico, maltrato y prostitucion infantil, etc.
- Trata de promover interlocutores viables, que le permitan liderar desde las sombras un potencial dialogo con Cuba.
Asunto este último al que pienso es necesario prestar una atención especial en los últimos tiempos.
Cuba tiene hoy incomparablemente muchos más amigos a nivel internacional, que hace veinte años atrás. Además, cuenta ahora con una situación favorable en su entorno internacional, político, económico e ideológico inmediato, como no la había tenido en los últimos cincuenta años. Pero como sabemos, las fuerzas de cualquier país para enfrentar los retos, no surgen a partir de tener muchos defensores en el exterior, sino a partir de sus fortalezas internas. El entorno internacional puede contribuir mucho a potenciar las capacidades del país pero, en última instancia, aun esas mismas capacidades, vistas de conjunto, dependen de la dinámica de la situación interna.

Los enemigos siempre han estado atentos a la búsqueda o aprovechamiento de un contexto, en el que Cuba esté ofreciendo oportunidades para desestabilizarla internamente. Es que nuestros adversarios, ahora más inteligentes, no operan con simples mentiras, ni tampoco con tontas sobredimensiones de nuestra realidades negativas, sino con nuestras dificultades internas reales y con los espacios que a veces los revolucionarios cubanos dejamos en blanco, en temas de nuestra realidad, a los cuales no siempre les prestamos la atención que merecen.

Pero, precisamente ahora también, la dinámica interna del país, especialmente económica y financiera, no nos ayuda, para potenciar esa situación favorable que se nos presenta en el orden externo, y a terminar de dar el salto hacia la sostenibilidad, que ya no es sólo económica ni militar, sino también política. Nuestra situación no parece ser nada cómoda, mas bien, es bastante difícil, sobre todo la financiera.

La situación política que Cuba atraviesa hoy, tiene su origen en problemas internos y no se debe ni a la disidencia contrarrevolucionaria, ni a los ataque mediáticos externos, cuyos impactos negativos no son suficientes para desestabilizarnos. Sino a nuestras propias dificultades y deficiencias, ligadas fundamentalmente, al deterioro de la economía, al descontrol, a las ilegalidades, al mercado negro y a la corrupción, sin que aun hayamos logrado concretar las soluciones en gran escala que necesitamos para revertir la situación.

Todo ello, ha tornado la dinámica social actual como más difícil que la vivida durante el llamado periodo especial, en que la crisis, aunque profunda, estaba circunscrita al marco económico. Ahora sin embargo, se observa un deterioro de la situación social y política como nunca antes se había visto. Evidencia de esto es que, en mi opinión, el último Primero de Mayo ha sido el peor de toda la historia revolucionaria, ya que la asistencia al desfile fue muy inferior a la acostumbrada, muchas personas retornaban de la Plaza de la Revolución, antes de que comenzara el desfile y se observaron grandes claros en la marcha, así como bloques poco compactos y algo inédito, como carteles que manifestaban consignas, que aunque no eran contrarrevolucionarias, no habían sido orientadas por nuestra CTC.

Pienso que la clave de todos nuestros problemas está en que nuestra economía manifiesta una incongruencia muy seria, entre la actividad laboral, el nivel de los salarios que se reciben y los precios de los productos, a veces inaccesibles, lo que provoca un insuficiente nivel de satisfacción de las necesidades apremiantes de la vida cotidiana, para una gran masa de la población y que se refleja en todo el resto de las relaciones sociales y la convivencia diaria.

Sería ingenuo siquiera imaginar que esas realidades negativas las observamos sólo los cubanos de adentro. Nuestros enemigos de adentro y de afuera también las observan y más que observarlas, las registran continuamente, tratando siempre de tergiversarlas y magnificarlas.

Sólo que ahora esa observación la hacen de modo más inteligente, con elementos de modernización y tecnología, gran sentido de urgencia oportunista y una administración norteamericana que incrementa su apoyo descarado a la llamada disidencia, la abastece financieramente y tratan de crearles un ambiente político interno favorable a sus intenciones.

Cuba ha mostrado, más de una vez, su capacidad para elevarse sobre cualquier situación, por difícil que ésta haya sido y para desacreditar cualquier campaña que se haga contra ella. Pero la razón no basta, tampoco la buena voluntad, ni los discursos, hay que hacerse acompañar de la fuerza y esa fuerza sólo está en que el pueblo sienta, como sólida realidad de todos los días, que mientras combate contra la ideología enemiga y contra nuestras propias insuficiencias, los problemas que le aquejan, en su vida cotidiana, también se van resolviendo. De lo contrario, ese pueblo no estaría en las mejores condiciones para ningún tipo de enfrentamiento político.

Es necesario tomar en consideración, que nuestro pueblo no es ya una fuerza revolucionaria compacta y homogénea, como la de los primeros años de la Revolución. Lo cual se expresa, sobre todo, en disímiles grados de consolidación de la relación entre conciencia social y conciencia individual, entre lo colectivo y lo personal. Asunto este sobre el cual volveremos mas adelante.

Es hora ya, de que nuestro Gobierno acabe de poner en práctica las medidas que se están analizando y que la población comience a sentir que la relativa quietud, que ha caracterizado nuestra situación, en los últimos mas de tres años, va dando paso al movimiento. Que comenzamos a salir de la inercia, que en definitiva, es más dañina políticamente que la “premura”. Porque el pueblo ha admitido siempre mejor la rectificación de errores que la carencia de acciones para cambiar una situación.

Es que a pesar de lo complejo de la situación y de lo peligroso que puede ser apresurarse, la población no entiende por qué, en medio de una situación tan crítica, ya no hayan sido tomadas las medidas necesarias para revertirla. Tan confusa situación ha dado lugar a especulaciones de la población, especialmente a aquellas que atribuyen la falta de medidas al hecho de que dentro de la máxima dirección del país existen contradicciones sobre qué hacer. Ello y no la prudencia es la explicación que la gente encuentra de que ya no se este actuando como se espera.

Raúl ha llamado en varias ocasiones a no apresurarse, llegando a decir que la impaciencia es producto del desconocimiento sobre lo compleja que es la situación. Esta es una afirmación que considero políticamente desafortunada, porque tiende a dar la impresión de que no hay conciencia en el gobierno de las privaciones que sufre la población y porque el propio Cro. Raúl, por ejemplo, en el discurso del VIII Congreso de la UJC, habló de la inmensa gravedad de problemas, que amenazan con tragarse a la Revolución. Fue en este discurso, que hizo referencia al dramático asunto del millón de trabajadores sobrantes.

Ese es el contexto en el que la corrupción agrava las cosas, al agregar, sobre las dificultades ya existentes, una imagen de que a partir de las posiciones que ostentan algunos por sus cargos, en la estructura estatal y de gobierno, se roba, malversa y se vive por encima de las posibilidades. En cada barrio se sabe quienes son los corruptos, quienes tienen privilegios inadmisibles, quienes viven por encima de sus sueldos, quienes no padecen lo que de común esta padeciendo la gente del pueblo.

Corrupción y Contrarrevolución

La corrupción mina la confianza del pueblo en los dirigentes, en las instituciones y crea el ambiente moral que permite a la contrarrevolución avanzar. Constituye el mayor peligro interno que tenemos actualmente porque provoca un deterioro moral y político- ideológico, que produce o va generando, dentro de la población, la desconfianza en los dirigentes, facilita el terreno, el ambiente moral y político, para que la contrarrevolución avance.

El beneficio monetario, el amiguismo, la corruptela, el favoritismo, el nepotismo, la vida fácil, son factores que conducen a las concesiones políticas inconvenientes, es decir, contrarrevolucionarias. Por medio del funcionario corrupto, el enemigo puede penetrar al gobierno y al estado e incluso, al Partido.

La corrupción, forja un ambiente, que en nuestro caso, ya en parte existe, aunque no sin retroceso (algunos la consideran generalizada, yo no) dentro del cual, el individuo pierde valores, poniéndolo en condiciones de aceptar aquellas variantes de comportamiento que sustentan de manera prioritaria, la comodidad, el privilegio no ganado, y el beneficio personal. Otro es el daño que hace que muchos revolucionarios se sientan incapaces de cambiar la situación y entonces, bajan la guardia. Adoptando la posición de “no buscarse problemas, no coger lucha “.

La corrupción es una enfermedad social, altamente contagiosa, que nadie ha resuelto hasta ahora, por lo que debemos evitar que esta se propague, como irremediablemente ha ocurrido en otros lugares. Es necesario reconocer que la lucha contra la corrupción es parte de la lucha de clases dentro de la revolución, (porque son en ultima instancia los corruptos los que se benefician y los obreros y trabajadores los que se perjudican, aunque ellos también participen) el asunto no se va a resolver.

Pero los verdaderos corruptos no son los que venden leche en polvo, ni siquiera los que venden bienes duraderos a las mismas puertas de los supermercados, sino los que desde sus cargos en el gobierno y en el estado, controlan y abren los almacenes.

Son esos, los que debemos remover de los cargos estatales, pues son los que de verdad manejan los recursos del estado y las posiciones cómodas, que a veces les facilitan a sus amigos. ¿O de donde salen los colchones, televisores, aires acondicionados y otros productos duraderos, que se vocean y venden a las mismas puertas de las Shoppings?, ¿de donde salen esos productos, duraderos¿ Se trata del propio funcionario estatal corrompiendo hacia abajo. Porque nadie importa esos productos, ni compra la leche en polvo en el exterior, ni disfruta del poder como ellos, de abrirles los almacenes a los delincuentes.

Está demostrado que la disidencia no tiene arraigo en el pueblo, que es en general revolucionario y antiimperialista o antiyanki al menos. Pero ese mismo pueblo, que la disidencia no logra mover ahora, si se ve afectado por un ambiente de corrupción, desconfianza en la dirección del país e inmoralidades en el manejo de sus recursos (porque los recursos son del pueblo, y eso no es solo discurso) en medio de un ambiente de crisis económica, no superado, se desmoraliza y aflojan su resistencia en el combate político a la disidencia, la cual se aprovecharía muy bien de ello dentro de ese tipo de ambiente social. Por eso, como fundamento en mi artículo, digo que, sin considerar no importante a la disidencia, es ahora la corrupción la verdadera contrarrevolución.

Son los revolucionarios los primeros preocupados con esto. Luego entonces, ¿Quien favorece de manera más directa e inmediata a la contrarrevolución? La disidencia o la corrupción?
Fidel dijo, que nosotros mismo podíamos destruir a la revolución. ¿Por que lo dijo, por qué hizo una declaración tan dramática que no se había hecho nunca? ¿Estaría pensando en la corrupción también? ¿Cuales son esas fuerzas que están dentro de nosotros mismos y que pudieran acabar con la Revolución? Creo que debemos haber pensado en eso. Fidel habló de revolucionarios destruyendo a la Revolución, es decir, que dentro de la propia Revolución podía estar la fuerza que la destruiría. ¿Se puede vivir tranquilo con esa premonición, de quien nos conoce mejor que nosotros mismos?

Mi artículo, La corrupción ¿ La verdadera contrarrevolución? no pretendía desviar la atención de la cuestión de la disidencia, ni de la campaña mediática contra Cuba, sino que simplemente no le otorgaba a esos asuntos la primera prioridad, y centraba su interés en lo que considero lo fundamental ahora: la corrupción y la política de Obama hacia Cuba, que se dan la mano en algún punto, que aun no identificamos plenamente, pero que nos inclinamos a pensar que esta en alimentar la corrupción y seguirle creando un ambiente de silencio para que avance. ¿No nos parece sintomático, que la corrupción no ocupe un lugar destacado entre las críticas de Estados Unidos contra Cuba? No se le menciona.

Algunos consideran que de la corrupción no se debe hablar, que hay que ocultarla, porque nos afea la cara y porque el enemigo puede utilizarla como argumento contra la revolución y entonces apoyan que no se brinde información necesaria a los que sufren el problema. Escogen el erróneo trillo de" taparle la bola a la gente". Eso es pura paranoia, el enemigo más inteligente, y ahora lo son, no se apoya en simples mentiras, sino en la sobredimension de nuestros problemas reales y en las páginas que nosotros dejamos en blanco. En los temas de nuestra realidad que regalamos, para que después nos vengan de rebote. Los temas no se regalan, dejándolos que se conviertan en instrumentos de una diplomacia agresiva contra nosotros, o permitiendo que otros hagan su historia, dándoles la posibilidad de que te digan como o es el presente y te diseñen el futuro.

Siempre será mejor, reconocer nuestros males y deficiencias nosotros mismos, porque es el silencio sobre ellas lo que más daño nos puede hacer. Aunque los enemigos puedan tomar nuestras palabras para tergiversarlas y sacar provecho de ellas, eso no es lo más importante. Dejarle nuestros temas al enemigo, es quedar como tontos y de eso el enemigo si se aprovecha muy bien y toma ventaja.

Raúl dijo: “No vamos a dejar de escuchar la opinión honesta de cada cual, que tan útil y necesaria resulta, por la algarabía que se arma, a veces bastante ridícula, cada vez que un ciudadano de nuestro país dice algo a lo que esos mismos promotores del espectáculo no harían el menor caso, si lo escucharan en otro lugar del planeta “(Raúl Castro Ruz, Y a trabajar duro… citado por Carlos Alzugaray, Revista Temas, No. 60, p. 44).



¿COMO COMBATIR A LA CORRUPCION?

Me atrevería modestamente a sugerir, que hay que declararle la guerra campal a la corrupción, con todas las fuerzas revolucionarias organizadas, discutiendo y actuando. Crear una situación en que los corruptos sepan que no van a tener cuartel, que cualquiera los puede denunciar y que los tribunales van a funcionar rápido y que le darán cuenta al pueblo de su actuación diaria. Que las denuncias pueden ser anónimas, aunque ello se pueda prestar para dirimir cuestiones personales .No importa, más adelante eso se arregla.

No debemos temerle a que se afecte la unidad, ¿que unidad? Si en definitiva, la corrupcion es un parteaguas clasista, los que queden de su lado, son enemigos del socialismo y de los trabajadores. La unidad con ese tipo de gente, aunque algunos simulen y se digan revolucionarios, no es posible. Por muy cerca que estén al lado de la revolución, por mucho que se esfuercen en parecer revolucionarios, los corruptos están del lado enemigo, no pertenecen a nuestras filas .No se puede en eso, perder el espíritu de clase. Porque cuando se pierde el espíritu de clase se pierde todo.

En realidad, por otro lado, no tiene mucho sentido hablar de corrupción si aunque sea no mencionamos al burocratismo. Ese mal que es su hermano gemelo y que tiende a darle cobertura. Según dice el Cro. Jorge G. Barata y yo lo comparto, siempre que se le pregunte a la burocracia ¿como combatir la corrupción? Dirá que con más controles, papeles, modelos e inspecciones. Esos no son más que simples instrumentos de trabajo, pero no la esencia del problema que se afronta con la corrupción
.
La corrupción no es un problema administrativo, ni solo de modelos o controles, la corrupción es, en primer lugar, un problema político y como tal, en principio, se le debe atacar. No es el aparato burocrático, por muy eficiente que pueda parecer, el que primero nos va a defender de la corrupción, sino la acción directa del Partido. No es el aparato burocrático, porque en ningún lugar ha logrado acabar con la corrupción. Nosotros tenemos algo mas poderoso, el Partido.

Pero todo el Partido; si se les exige a las organizaciones de base del Partido circunscribirse solo a su radio de acción, los niveles superiores reciben una información, que sumada, es total, pero los núcleos no, lo que les impide proyectarse con un sentido global del problema. Además, impide que las organizaciones de base del Partido se proyecten críticamente hacia arriba, lo cual es también muy importante en términos del control de la actividad de los órganos superiores por los de la base.

Lo más importante del Partido, es su militancia, no los órganos de dirección a ningún nivel. Esa deformación costó muy caro en la URSS. Al final, no pocos directores de conglomerados industriales, aparecieron como propietarios privados de lo mismo que dirigían y no pocos dirigentes del Partido pasaron a formar parte de los nuevos ricos. La militancia, encerrada como un “rebaño” dentro de sus núcleos, no pudieron hacer nada para impedirlo. ¿Acaso pensamos que a nosotros en Cuba no podría ocurrirnos lo mismo?

Por eso pienso que el Partido tiene que hacer un pronunciamiento sobre la corrupción, abierto, fuerte, agresivo, amplio, transparente, que ponga a temblar a los corruptos donde quiera que estén, que les eche el pueblo encima y declare cosas, tales como: “no habrá intocables”, “no habrá perdón con los que atenten contra los bienes del pueblo”, “el castigo será fuerte y ejemplar”. En China los fusilan de manera casi inmediata, ¿porque no? En Cuba, después de fusilar a un Héroe de la República, lo cual fue un verdadero trauma político y lo continúa siendo, ¿A quién no es posible fusilar, o ponerlo en la cárcel de por vida?

Que tal pronunciamiento pueda dar señales al enemigo de lo grave que es el problema de la corrupción, no debe detenernos; porque no es el enemigo el que va a venir a resolverla, somos los revolucionarios cubanos.

Cuando lo del narcotráfico no se tuvo esa consideración, el que la divulgación de ese proceso podría darle armas al enemigo y se discutió todo; los juicios fueron públicos.
El enemigo, todo lo contrario, quisiera que los verdaderos revolucionarios no se percatasen de lo grave que es ese problema y cualquier problema. En realidad, el enemigo debe saber que en Cuba conocemos a fondo la gravedad del asunto y que estamos actuando con todas las fuerzas en su contra. Como hicimos cuando lo del narcotráfico, repito. Lo cual quedo exhaustivamente reflejado en materiales escritos.

Y para eso, además de tener el Partido y las organizaciones, contamos también con un ejército de intelectuales revolucionarios y preparados, a los que debemos siempre mantener lo más informados posible, para que estén en condiciones de reaccionar a tiempo y de manera eficiente.

Pero si ante un artículo, como “Corrupción: ¿la verdadera contrarrevolución?, lo que se hace es someter al autor a un proceso de sanción y separarlo de las filas del Partido, sin tener en cuenta su historial de sostenida e incondicional fidelidad a la Revolución por más de 50 años, buscando con ello, al parecer, dar un escarmiento, se hace daño al Partido y al país. Porque se trasmite un mensaje a la intelectualidad revolucionaria, a la masa partidaria y a la izquierda en general, de que el Partido va a ser implacable con quien considere que se equivocó, aunque haya sido de buena fe y que es preferible quedarse callado, practicando el oportunismo y haciéndole el juego a lo mal hecho. Lo cual, en mi modesta opinión, no tiene nada que ver con lo que debe ser el espíritu crítico, que debe primar en un Partido como el nuestro, ni lo que la situación interna actual requiere.

Es que de manera lamentable, entre nosotros, parece predominar la idea de que el único objetivo de un debate es convencer a los ciudadanos, sea cual sea su posición, de que el curso de acción trazado por las instancias superiores, en un determinado momento, es el único verdaderamente revolucionario, por lo que toda critica o disidencia surge de la confusión ideológica, la ingenuidad, o peor, de actitudes antirrevolucionarias.

Pensamos, que lo que hay es que acabar de enrumbar el camino de los cambios necesarios; terminar de quitarnos de encima los lastres burocráticos y los esquematismos que nos frenan, darle, como hemos dicho, la guerra sin cuartel a la corrupción, terminar de poner a la economía en el carril del crecimiento y veremos entonces, que ni dos Obama al mismo tiempo y toda la derecha contrarrevolucionaria, van a poder con la Cuba que hizo esta Revolución.



Julio 10 del 2010.