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jueves, 28 de enero de 2016

Deciamos que la prepotencia los mata y las malas ideas también (II parte)

ESTEBAN MORALES

UNEAC

La votación del día 27 de octubre del 2015, justifica el título de este artículo. El triunfo de Cuba en Naciones Unidas,  con la resolución sobre el bloqueo,  sirvió para evidenciar aún más   la inmensa derrota sufrida por  Estados Unidos. Ellos  se la  buscaron. Su extraordinaria prepotencia,  los hace totalmente  predecibles.

Barack Obama, que había dado el paso más importante  en la política hacia Cuba durante los últimos más de 50 años,  está  erosionando el legado que ello representaría  para su presidencia. Se está agotando, como se le agotó el Premio Nobel, que se lo otorgaron solo por sus discursos y  que posteriormente no justificó.

Las opciones para tratar de explicar, cómo es que Obama, después de proclamarse como enemigo del bloqueo, vuelve a votar en su favor, no son muchas. Solo un somero recorrido desde el 17 de diciembre nos permitiría entender  cuál es realmente el juego de Obama.

Como hemos dicho en otras ocasiones,  ya desde su último discurso de campaña en el 2008, había expresado  que conversaría con Cuba, pero que no levantaría el bloqueo. Hasta ahora, ha sido consecuente.

Efectivamente, el 20 de enero del 2015, en el Informe sobre el estado de la Unión, conminó al Congreso a discutir el levantamiento del bloqueo, mientras, que al mismo tiempo, estaba  adoptando medidas muy limitadas, como las del 16 de enero de ese año, que apenas arañaban al bloqueo.

Casi al mismo tiempo aprobaba las multas más catastróficas contra la banca internacional, que no tienen precedentes en la historia del bloqueo. Lo cual, en realidad,  no es nada contradictorio con lo que ha expresado respecto a su política hacia Cuba, cuando dijo: “… no es posible hacer las cosas de la misma forma y esperar resultados diferentes “, o cuando  ha expresado claramente, que sus cambios son tácticos y no estratégicos.


El 18 de septiembre, Obama dicta otro grupo de medidas, que tampoco erosionan el bloqueo, sin utilizar a fondo sus prerrogativas ejecutivas, las que debieran estar dirigidas a producir un alivio del  bloqueo,   mientras espera que el congreso lo levante.

¿Qué pretende Obama con ese  accionar?  ¿Por qué ese comportamiento tan contradictorio, que no hace sino erosionar el legado que significa haber adoptado la medida más importante en la política hacia Cuba, que haya tomado presidente norteamericano  alguno en los más de cincuenta años de confrontación entre ambos países? ¿Por qué Obama continúa dejando el bloqueo intacto si ha expresado que su interés es que se levante?

Para mí al menos, está claro.  Obama está jugándole   al  corto y mediano plazo. Quiere,  como bien lo ha dicho,  empoderar a ese sector de la sociedad civil cubana, que considera, debe acompañarlo en el cambio de política hacia Cuba. Continúa jugando a la subversión y al “cambio de régimen” en Cuba, aunque haya declarado lo contrario. Y allá el tonto que le crea otra cosa.

Hay unos cuantos  crédulos, que continúan diciendo  lo mismo que dijo el embajador representante de Estados Unidos en Naciones Unidas recientemente, en que afirmó,  que ante un Obama ha sido  tan  bueno, colaborativo y decente con Cuba, la Isla se aparece con la misma resolución en Naciones Unidas  y espera equivocadamente, que otras cosas ocurran. Acusándola además, de haberse equivocado  al adoptar semejante actitud. Velada amenaza que  no le quita el sueño a  casi nadie en Cuba, porque el Sr.  Doodar hay que decir, que  nos amenazó.

La embajadora de Nicaragua le respondió acertadamente cuando dijo que “…Cuba no se ha equivocado al presentar su resolución, el mundo entero la acompaña”. Y estas últimas  son palabras mayores.

La derrota de Obama en Naciones Unidas no tiene precedentes. Es tan fuerte que tiene ya  y continuará teniendo consecuencias desastrosas para la política exterior  de Estados Unidos,   sobre todo en el hemisferio. Si Obama hace eso con Cuba, ¿Qué pueden esperar los demás, que aguardan por un mejor trato político por parte de Estados Unidos.

Es evidente, que aunque Obama conminó al Congreso norteamericano a levantar el bloqueo, no cuenta con la valentía suficiente para enfrentársele y ha preferido asumir el descrédito internacional, histórico ya,  antes que enfrentarse al órgano legislativo norteamericano.

Lo cual, sin dudas,  afecta seriamente la confianza de Estados Unidos a nivel internacional. Obama no debe olvidar como se vio  incrementada  su popularidad cuando dio el paso del 17 de diciembre con Cuba, por lo cual debiera ser un poco más consecuente.

¿Dónde nos  quedan  entonces las  esperanzas  de que en  verdad Obama se enfrente al congreso  para levantar el bloqueo a Cuba? Hasta hora podíamos tener alguna confianza de que eso ocurriera o al menos utilizaría sus prerrogativas ejecutivas para aliviarnos de  sus presiones, pero con los más recientes pasos  dados, con las medidas del 18 de septiembre y  su actitud ante la resolución de Cuba en Naciones Unidas,  las esperanzas casi “ se han ido a pique “.

El representante de Estados Unidos ante Naciones Unidas,  dijo que se podían esperar hacia finales de años, medidas que beneficiarían a ambos países. Veamos qué es lo que quiso decir  con eso, pues la confianza se está agotando.

¿Cómo interpretar que ya el Ministro cubano dijo  que el bloqueo “…está  en plena y completa aplicación”. Y si  Raúl Castro, a su vez ya  le había dicho,   que no habrá normalización de relaciones con bloqueo. ¿Hasta  cuándo piensa  Obama que Cuba va  a esperar para continuar confiando en la seriedad de la  negociación con Estados Unidos? Obama debe saber que no estamos para perder el tiempo. Y esto no es una amenaza, sino una advertencia.

Como ya dijimos en otro artículo, no es que creamos que todo puede ocurrir de la noche a la mañana,  pero si debe ser  lo suficientemente rápido, estable y concreto, como  para que  Cuba  logre imaginar que de verdad está ocurriendo. Sobre todo si sabemos que Obama cuenta con los instrumentos  suficientes para que  las cosas cambien.

Además, existen otras fuerzas, que parece Obama no está tomando  muy  en consideración y son   aquellas que continúan presionando  y realizando acciones para que se levante el bloqueo, se abra el turismo norteamericano y puedan venir los capitales norteamericanos y cubanoamericanos.

Obama seguro sabe que no es Cuba la que tiene sobre sí esas presiones. La Isla continúa buscando alternativas para la superación de sus dificultades económicas y no  está esperando por Estados Unidos, porque de sabe que de ese país, nunca ha podido esperar nada. Se continúan,  firmando  convenios con Rusia, negociando  con los Emiratos, negociando  con China y  ampliando  las  relaciones con Europa y otros países.

La Habana, Octubre del 2015


La prepotencia los mata y las malas ideas también




Esteban Morales Domínguez

UNEAC

Lamento que mis últimos artículos estén dándome  la razón. Con toda sinceridad lo digo,  porque tenía esperanzas y aún conservo algunas. Porque considero que el presidente Obama es un hombre suficientemente inteligente y con los hombres  así, casi  siempre es posible entenderse. 

¿Con que mensaje venia la secretaria de  Comercio?,  ya era posible suponerlo. Lo dijo, cuando al comentar las medidas del 18 de septiembre expresó  que “…las últimas regulaciones estaban diseñadas para apoyar al  sector privado emergente en Cuba y colocarnos más cerca de alcanzar los históricos objetivos de política del presidente Obama”.

Su histórico mesianismo y la  prepotencia los  lleva a pensar que los demás somos  tontos. Están tan acostumbrados a  manipular a los otros y que les salga bien, que llegan a veces a desplegar una diplomacia tonta. Por eso su mayor reto será continuar negociando con Cuba de manera equilibrada y en igualdad de condiciones. Con respeto de su soberanía e independencia ¿Lo lograrán?

Por eso el gobierno cubano ha vuelto a dejar claro que no habrá reciprocidad en las negociaciones con los Estados Unidos hasta que el  bloqueo no “vuele en pedazos”.

En medio de esta situación Cuba tiene el derecho a comprobar  si realmente el gobierno norteamericano y Obama en particular, va a cumplir las promesas que ha hecho. Porque fueron las administraciones norteamericanas las que impusieron a Cuba el bloqueo  y lo han mantenido hasta hoy, como ya dije, dividiéndolo en dos partes y   tal vez queriéndolo utilizar  como un instrumento de presión para que la Isla haga concesiones en las negociaciones.  Ya se está viendo lo que he dicho. De lo contrario, ¿qué es lo que están haciendo cuando se aparecen con medidas como las del 16 de  enero y ahora con las del 18 de septiembre? Pidiéndonos que las aceptemos y que estemos contentos, porque Obama está atacando al bloqueo? Cuando en realidad,  las medidas que hasta ahora ha tomado ni  siquiera  arañan al bloqueo. Observándose en ellas además, la clara intención de empoderar a aquellos sectores de la sociedad cubana, que ellos  piensan que son los que podrían acompañarles en el “cambio político interno” en  Cuba.

Más  claro ni el agua. Obama lo dijo desde el primer día, “…no podemos continúan usando las  mismas formas de hacer política y esperar que haya resultados diferentes”. ¿De qué se trata entonces?  De aquello  que vino a hacer la Sra. secretaria de Comercio, cambiar las formas de hacer política. “meter el dedo para ver si ya tenemos la carne blanda”.

No es poco lo que Cuba se está jugando en estas negociaciones. Se está jugando la soberanía y la independencia. Por  eso,  desde la directora de la Zona Especial de Desarrollo de Mariel, la directora general de Mercadotecnia del ministerio de Turismo, hasta el Presidente de la Cámara de Comercio, todos tienen el mismo discurso, corroborando las del Ministerio de Relaciones Exteriores.  Lo que se puede   sintetizar  en que  no habrá negociaciones ante las medidas emitidas,  hasta que no se levante el bloqueo.

Como si fuera poco, la secretaria de Comercio vino cuando aún está vigente la prohibición de promover las exportaciones norteamericanas hacia Cuba, por lo que los posibles progresos sobre comercio tampoco eran esperables.

El Sr. John Kavulich, quien está al frente del US-Cuba Trade and Economic Council, dijo que el viaje de la  secretaria a Cuba, fue prematuro y debió haber esperado a que el gobierno cubano respondiera a las regulaciones implementadas  por Obama recientemente. Creo que el Sr. Kavulich está equivocado;  Cuba sí respondió a las medidas del 18 de septiembre, pues salió un artículo bastante crítico  en el periódico Granma, solo un día después de emitidas las medidas, (“EE.UU. amplia algunas modificaciones  al bloqueo pero mantiene los principales obstáculos”, Granma 19 de septiembre del 2015, p. 3).

Si las consideraciones críticas que se hacen en ese artículo, no son  la posición del gobierno cubano, ¿de quiénes  son? Al Sr. Kavulich se le debe haber olvidado,  que el  periódico Granma es el órgano oficial del Partido Comunista de Cuba, que publica las opiniones oficiales del gobierno cubano, pero además, el Sr. Kavulich puede apelar a la WEB,  a los blog cubanos,  que no pocas veces se adelantan  a la prensa oficial,  porque no tienen que solicitar permiso para publicar nada, lo que le permitiría  sintonizar con bastante rapidez,  con lo que se está discutiendo en determinados  momentos.

Si el Sr, Kavulich quiere decirle a la Secretaria, que se adelantó,  es su asunto. Pero podía o no haberse adelantado y  yo auguro que iba a ocurrir lo mismo que ha ocurrido. Irse con las manos vacías.

En su artículo, más adelante, el Sr. Kavulich dice:

“En septiembre, los departamentos de Tesoro y Comercio autorizaron que organizaciones religiosas y educativas, así como compañías de telecomunicaciones o de viajes, entre otras, pudieran abrir oficinas y cuentas bancarias en la isla. También eliminaron otras trabas para que ferries, cruceros y aerolíneas establezcan servicios regulares en Cuba”.

Más adelante se queja de que el Gobierno Cubano no ha reaccionado a tales medidas, que según el Sr. Kavulich no debilitaría sus posiciones y sería positivo para la economía de la Isla, pues una mayor presencia de compañías estadounidenses ayudaría también a establecer mayor credibilidad ante acreedores internacionales”.

Esas declaraciones del Sr. Kavulich son la expresión más clara de que no entiende  casi nada, de lo que está ocurriendo en las relaciones entre ambos países en estos momentos.

Respetamos la  apreciación personal del Sr. Kavulich  de  que las medidas no debilitarían las posiciones cubanas. Pero no creo tenga la razón en ello, pues ¿por qué el Gobierno Cubano tendría que aceptar tan limitadas medidas, unilaterales  que  solo  empoderan  a una parte de la población cubana? ¿Por qué el Gobierno cubano tendría que aceptarle a Obama que no ponga en práctica sus prerrogativas ejecutivas para aliviar  el bloqueo que Cuba continua sufriendo, si cuenta con la capacidad para hacerlo?

Además, Cuba hasta ahora, nunca ha disfrutado de la credibilidad que le daría  ante los acreedores internacionales la presencia de las compañías estadounidenses, ¿Por qué tendría que cambiar esa credibilidad ahora haciéndole la concesión a Obama de aceptar medidas que   le benefician de manera tan insuficiente?

Cuba no va a aceptar medidas de Estados Unidos que no vayan directamente dirigidas a erosionar el bloqueo. De eso es de lo que se trata. No aceptará medidas que solo ponen “curitas de mercuro cromo”,  que no sirven para aliviar en nada un bloqueo que ya dura más  de 55 años.  Obama tiene sobradas prerrogativas ejecutivas,  que le dan la posibilidad de aparecerse con algo más  serio que las  recientes medidas del 18 de septiembre.

Lo voy a decir de otra manera: Mientras Obama no tome medidas que realmente erosionen erosionando seriamente el bloque y lo haga por demás, de forma acelerada, Cuba no va a prestar atención,  ni reaccionar ante medidas tan limitadas, unilaterales, y dirigidas solo a aquellos sectores que Obama quiere empoderar y que supuestamente son los que les ayudarían en su plan de  subversión política. Y ese es el caso delas medidas de enero y del 18 de septiembre del 2015.

Obama, le da ”la vuelta a la noria” y no  ha sido  capaz siquiera de acabar de quitar la leoninas  normas que han regido el comercio sui generis  entre ambos países. ¿Puede Obama, tener buenas intenciones, cuando ni siquiera es capaz de eliminar la condición de que las mercancías que Cuba importe de Estados Unidos deben ser pagadas  al contado y antes de que los barcos que las transportan salgan de los puertos de ese país  y  que esos barcos no pueden ser cubanos  y adicionalmente, la Isla   no puede vender nada a los Estados Unidos?

No creo que el Sr. Kavulich, sea tan iluso,  como  para no poder explicarse por qué Cuba ha disminuido ese comercio  y  probablemente  lo continuará disminuyendo hasta hacerlo cero, virándose hacia otros mercados, que aunque no son tan cercanos, son más lógicos en sus comercio exterior.

Si como él declara,  Cuba está utilizando la  baja y tal vez  la eliminación de ese  comercio como un mecanismo de presión, no contra los empresarios  en realidad, sino, contra el gobierno norteamericano,  para que se exija al Congreso la eliminación del bloqueo, no el embargo (borre el eufemismo), está en su pleno derecho de hacerlo. ¿O es que no podemos ni  defendernos? Pues como dijo Igarza “…no es que no queramos comprarle a Estados Unidos, es que las medidas impuestas nos afectan demasiado”.

Por eso los funcionarios cubanos reaccionaron a la visita de la secretaria, señalando que “casi todas las medidas que se han flexibilizado se dirigen al sector privado”. En tal aspecto Cuba no está en desacuerdo e inclusive ha aceptado más vuelos chárter,  pero lo que no aceptará nunca,  es que tales operaciones omitan los canales establecidos en su economía, para hacerle concesiones a Estados Unidos.

Una funcionaria cubana señaló que  “en enero, la administración de Obama dictó regulaciones que autorizan determinadas exportaciones a los trabajadores por cuenta propia en Cuba. Sin embargo, cualquier exportación a la Isla solo puede ser procesada a través de empresas estatales, lo cual ha impedido en la práctica el impacto de esa medida”.

Estas circunstancias no serán modificadas en el futuro inmediato, según indicó la funcionaria, quien agregó que “en cuanto a las telecomunicaciones, ETECSA tiene exclusividad en ese sector y revertir esto, sería alterar lo que hoy tenemos aprobado para realizar concesiones a los Estados Unidos”.

En contraposición a eso agregó, que “mientras,   empresas de otros países,  continúan haciendo negocios con ETECSA, sin temor a la competencia de compañías estadounidenses”.

Cuba continuará manejando esas alternativas de negociación  que impiden que Estados Unidos crea la Isla no tiene otras alternativas de comercio. Es Estados Unidos, quien sigue en la misma actitud y  pone trabas que evitan que los hombres de negocios estadounidenses se acerquen a Cuba. ¿Hasta cuándo tendrán estos que esperar, sacrificando sus intereses económicos, por los intereses políticos de Obama?

Pues Cuba no tiene nada que la obligue a la aceptación de medidas que no  vayan  en la dirección de sus intereses. Ha esperado más de cincuenta años para negociar sus relaciones con Estados Unidos, pero no  va a aceptar presiones, con tal de lograr buenas relaciones con el vecino del norte. No lo hizo, en las peores circunstancias,  ¿Por qué tendría que hacerlo ahora?

No van a lograr asustar a Cuba con argumentos tales como que los negocios no van a estar esperando; que Obama ha tomado mucho riesgo político; que las compañías se van a cansar de visitar a Cuba,  teniendo muchos otros mercados o  que a Obama le queda poco en el cargo.

Esos argumentos pueden servir  para presionar a Obama, no a Cuba. Es él  el que está  sufriendo las presiones del capital para venir a Cuba;  la competencia por el mercado cubano con los capitales de otros países y del capital  cubanoamericano que no quiere quedarse al margen de las  oportunidades en la Isla.

Por su parte, Ted Piccone, investigador principal de Brookings Institution y experimentado observador de las relaciones EEUU-Cuba, comparó las negociaciones entre ambos países a “una danza de elefantes”. Dice este Señor:

“Estados Unidos finalmente se está moviendo hacia la pista de baile, de un modo bastante ágil, para estimular el progreso hacia un aterrizaje suave en Cuba”, observó. El gobierno de Castro, por otra parte, actúa como el “bailador tímido, y se está moviendo muy lentamente para no poner en peligro su posición en casa, mientras también continúa cortejando a otros candidatos extranjeros”

El Sr. Piccone debiera estar de este lado del Estrecho de La Florida, para comprobar que Obama esa agilidad no es real, sino solo aparente, engañosa. No se está moviendo ni siquiera lenta y firmemente. Pues si en realidad quisiera moverse rápido adoptaría medidas más inteligentes, aceptables por parte de Cuba, y que erosionen el bloqueo.  Lo que se observa es que Obama adopta medidas muy limitadas, unilaterales y  llenas de una carga política que Cuba no puede aceptar.

Es verdad que Cuba se está moviendo tímidamente, pero ello responde al peligro que conllevan las medidas de Obama, que no ofrecen confianza y no se le ven los beneficios reales a corto plazo  para Cuba, vista como un todo, no como Obama quiere verla.

Hay una danza de elefantes, es cierto, pero también es cierto que se incrementa el impulso interno y externo  de cambiar la política hacia Cuba, aunque Obama no está actuando en correspondencia con ello. Que abra las inversiones estadounidenses, a ver qué pasa.  Que no continúe tratando de mover la “pacotilla de la pequeña y mediana propiedad privada” y que se decida finalmente   a poner a Cuba realmente ante el reto de recibir al capital estadounidense ¿Por qué no lo hace?

No lo hace porque  sabe que Cuba no le tiene miedo al capital estadounidense,   porque sabe que no creemos que todo el que venga de Estados Unidos, va a venir bajo la sobrilla de  su proyecto subversivo. Porque sabe que eso sería lo que en realidad  beneficiaría a la economía cubana. No lo hace porque Obama quiere entretenernos con medidas de medio corte, que son las que realmente contribuirían a llevar adelante su proyecto subversivo, mientras que por otra parte, impide que la economía cubana vaya adelante. 

Obama, como el elefante más pesado, pudiera imponerle un ritmo a las negociaciones que ahora no tienen, porque ha seleccionado mal las medidas. Si de verdad adoptara  medidas en las que se viera  el interés por erosionar el bloqueo, que tuvieran un efecto rápido y no unilaterales, sino mutuamente ventajosas, como decimos en Cuba, “otro gallo cantaría”. Y  lo que más  puede hacernos dudar de cuáles son  las verdaderas   intenciones del Presidente,  es que Obama cuenta con las prerrogativas necesarias, para hacer las cosas de otra manera y no lo hace.

Que su Santidad Francisco  me perdone, pero Obama parece venir con el mismo engaño de la “Resolución Conjunta”, “La Enmienda Platt”, “La Política de la Fruta Madura”. Y tal cosa a los cubanos, nos recuerda mucho la historia de finales del siglo XIX, en que perdimos la independencia,  después de haber luchado  por ella más de treinta años,  y tuvimos entonces que luchar sesenta años más para recuperarla en 1959. Ahora no estamos dispuestos a perder nuestra independencia, ni la soberanía, pésele a quien le pese y cuéstele a quien le cueste.

La Habana, Octubre 11 del 2015


Guerra avisada...



 Esteban Morales Domìnguez
 UNEAC 

Existe un viejo refrán que dice, “guerra avisada no mata soldado”.

Hace mucho tiempo que el presidente Obama sabe que existe un grupo de congresistas de derecha, que quiere darle marcha atrás  a su actual agenda de política hacia Cuba. 
Ahora se aprueba por la Cámara de Representantes, un proyecto de ley, que obstaculizaría varias medidas en la agenda de Obama  para Cuba por el cual no habría dinero para abrir las embajadas, lo cual es prioritario para el restablecimiento de las relaciones diplomáticas con Cuba. 

También ese proyecto obstaculizaría totalmente los viajes, por lo que la ampliación que ya está teniendo lugar, junto al proyecto del ferry, devendrían en sueños irrealizables, así como también toda la estrategia política del presidente de aplicar un ·poder blando”, para  hacer el “cambio de régimen” en  Cuba, se iría al piso y la posibilidad de eliminar el bloqueo se alejaría, casi hasta perderse, por lo que no valdría la pena continuar las negociaciones. 

Las intenciones de comercio que parecen estarse abriendo paso se eliminarían, dando lugar a un nuevo a un reforzamiento del bloqueo, por medio de los mismos mecanismos utilizados hasta ahora y en síntesis, todo el ambiente de cambio y de potencial  avance en las relaciones que hoy se respira,  desaparecerían  para dar lugar nuevamente a un ambiente de tensión entre ambos países. 
Por lo pronto  las últimas noticias que vienen del congreso, afectan seriamente  el ambiente de irreversibilidad de los cambios que hasta ahora se respira y aunque no creo posible que un futuro presidente republicano pudiera dar marcha atrás de manera total  al proceso de cambio en las relaciones entre ambos países, de todos modos,   este  pudiera quedar seriamente afectado. 
Pero, no tenemos por qué adelantarnos a  los acontecimientos. 

Pues aun las medidas aprobadas por la Cámara, deben pasar por la aprobación del Senado, donde existe un proyecto de ley de signo contrario, que facilitaría el comercio, el intercambio y los viajes de manera total, el  que cuenta con 37 promotores. 
Además, al presidente Obama, no le representaría ningún costo político, ni para el candidato de su partido, ni para el mismo, aplicar el veto a cualquier legislación que pretendiese afectar su  estrategia de política. 

La actual política de Obama hacia Cuba le ha ganado demasiada popularidad, lo que le permitiría  aplicar el veto que ya anuncio sin preocupación alguna.  

No considero tampoco que la aprobación de la Cámara, signifique  ninguna presión sobre Cuba. Se trata de una pelea interna, que no representa para nada una variación  en la política de “cambio de régimen”, que está detrás de las medidas que Obama sigue ahora con Cuba. Seria Obama el que principalmente sufriría las consecuencias; en primer lugar, por no ser capaz de hacer comprender  la derecha republicana, que su actual estrategia con Cuba, no significa eliminar el objetivo de subvertir el proceso revolucionario  en la Isla. 

Solo que los republicanos no quieren siquiera dar a Cuba la oportunidad de jugar  una política, dentro de la cual tendrían  que obrar con mucha inteligencia,  para de todos modos  no ser tragada por estados Unidos. Los republicanos prefieren la “Vía Rápida”, lo que los lleva a defender el “statu quo”, que Obama ha reconocido que hay que cambiar. Precisamente esto último, es lo que pone en desventaja a los republicanos, frente a la política más inteligente que Obama desea seguir con Cuba. 

No me parece que esta batalla librada por los que  continúan prefiriendo la vieja política hacia Cuba la vayan a ganar las fuerzas de la derecha. Existen un conjunto de factores que contradicen esa posibilidad. Entre ellos:
  • Obama no se va a dejar arrebatar la iniciativa en la política hacia Cuba, siendo ésta, prácticamente su único logro en política exterior.  
  • La política seguida por  Obama con Cuba disfruta de popularidad interna y externa. 
  • Suponiendo que el Senado también aprobara  el proyecto de la derecha, Obama no tiene dificultad alguna para  aplicar el veto. 
  • El proyecto tendría aun que vérselas con el que está en el Senado, que se le opone. 
  • Es posible esperar una reacción de los que se verían perjudicados con el proyecto de la derecha. Entre ellos potenciales inversionistas, interesados en el comercio con Cuba y agricultores. En general un nutrido público que desea el cambio de política hacia Cuba. 
  • Un proyecto de ley como el que pretende pasar la derecha,  no sería   positivo para un candidato republicano. 
Ya se ha avanzado bastante y  el proyecto de política de Obama tiene muchos adeptos, para que un intento como este de ahora, logre revertirlo. Los cubanos también  lo preferimos,  pues aunque peligrosa, es la única variante de  política aceptable,  para no perder la oportunidad y luchar por cambiar la situación, que ha ahogado a Cuba por más de cincuenta años.
Esperemos a ver  qué ocurre definitivamente. Pero no le auguro buenos resultados a la derecha.

La Habana, Junio 12 del 2015



El Santo Padre Francisco y el espíritu ecuménico en Cuba




Esteban Morales
UNEAC

El Sumo Pontífice Francisco,  durante su visita a Cuba,   no se reunió  con las  diferentes denominaciones religiosas no católicas. En particular con los cultos sincréticos, provenientes de las religiones africanas,  aunque  tampoco con el resto.

Sin dudas, evitaba así  algo sobre  lo cual  al parecer,  aún no ha decidido una política, que es el i  acercamiento a  las religiones africanas en Cuba. Por tanto optó por no reunirse con ninguna, en lo cual resultó ser  más elegante que los  dos anteriores papas que  nos visitaron.

Cuba  no es un país católico. Estos  últimos son minoría en la Isla y son pocos, comparados, sobre todo, con los creyentes de las denominaciones africanas. El pueblo cubano ni siquiera es  religioso, aunque sí es creyente. Tampoco  las denominaciones cristianas en general, constituyen mayoría frente a las religiones  afrocubanas que han sufrido durante largo tiempo la discriminación religiosa, fenómeno del cual, por suerte nos vamos alejando.

No hace tanto tiempo aun, para celebrar una llamada “fiesta de santo”, había que declarar  a la policía la  procedencia de los animales y no se podían llevar niños para que participaran de ellas.

Aunque todos los ciudadanos podían entrar  libremente en una iglesia de cualquier denominación, no podían participar en ceremonias de la santería. Dicen algunos, aunque no lo creo, que al tratarse de “fiesta de negros” se  estaba discriminando racialmente a estos. Cosa que parece  absurda, porque las religiones de procedencia  africana las practican masivamente gente de todos los colores.  Pero en fin, al practicar el prejuicio contra ellas, damos lugar a ese tipo de opinión, que aún existe.  Además, me pregunto ¿Po qué tipo un padre no puede hacer a un hijo partícipe de sus creencias? Sin dudas, estamos ante un problema de no respeto a los  derechos civiles, religiosos y humanos de los ciudadanos, cuando permitimos  acciones  como esas.

En nuestras creencias religiosas está presente con tal fuerza el sincretismo religioso, que se puede ser de todo al mismo tiempo, sin que ello genere  ningún conflicto de conciencia. De aquí que en nuestro país opere una libertad de creencias, con la cual es casi imposible encontrarse en los Estados Unidos. Allá cada cual se refugia en su religión. Y si usted es adventista del séptimo día, lo es por filosofía y por culto y no se liga con otras denominaciones religiosas. Las creencias africanas  apenas son populares;  tal vez, salvo donde hay muchos cubanos,  como en Miami, New Jersey, etc.

En Cuba, sin embargo,  hay gente que se bautiza según el ritual católico, adora a Santa Bárbara, San Lázaro, la Caridad del Cobre, La Virgen de Regla y la vez es masón,  babalao, espiritista, santero, abacuá, palero. Es casi imposible casi  encontrar tal mezcla en otros lugares. Verdadera  libertad de  conciencia religiosa,  en la que en el fondo esta Dios. 

Entonces, una religión minoritaria como la católica, se está perdiendo de tener más fieles, porque, al menos en Cuba, discrimina a todas esas creencias. Es cierto que un cura no pregunta a nadie de que denominación religiosa es cuando va a entrar a la iglesia católica, ni lo excluye de sus actividades. Pero institucionalmente no comparten con ellos.

Se trata de un asunto  que no tiene solución y que lo más que puede hacer la  iglesia católica es adaptarse  a las formas de religiosidad predominantes  en nuestro país.

El Papa Francisco, ofreció una gran señal de ecumenismo, cuando en la llamada Zona Cero  en Nueva York, compartió, una  oración colectiva  por el derrumbe de las torres gemelas, con todas las denominaciones religiosas. ¿Será que el  Santo padre  Francisco es víctima del mismo prejuicio? Y está dispuesto a compartir con otras religiones  dentro de un ecumenismo realista  que acerque   al  Vaticano a todas las demás religiones.

El ecumenismo es  algo que el mundo necesita mucho, dado  que   estamos obligados  a unir  fuerzas, vengan de donde vengan, para lograr conjurar todos  los peligros que se ciernen sobre la humanidad.
Entonces, no debemos perder  las esperanzas de que nuestra iglesia católica cubana, siguiendo el ejemplo, dado por el Sumo Pontífice en Nueva york, se acerque a las denominaciones africanas y demás denominaciones religiosas,  para compartir una oración,  sin que para ello, sea  necesario  un incidente tan doloroso y lamentable  como el de las  Torres Gemelas.


La Habana, 30 de septiembre de 2015