LAS REVOLUCIONES ENGENDRAN SUS PROPIOS
ENEMIGOS.
Autor. Esteban
Morales.
UNEAC.
En Cuba no existió una
burguesía nacional como tal. Tampoco la contrarrevolución ha sido cubana .Esto
lo hemos explicado extensamente en dos
artículos recientemente publicados.
La supuesta
contrarrevolución cubana no ha sido legítima, entre otras cosas, porque no
tiene su sustento dentro de un proceso histórico interno propio, que haya
verdaderamente enfrentado a una clase desplazada, tratando de retornar el poder,
de manera organizada, con programa propio, discurso político y seguidores
organizados de manera coherente, frente a los que le arrebataron el poder. Su
último acto político fue suicidarse, al
aliarse a una dictadura sangrienta, momento,
en que perdió la última
oportunidad de ser una verdadera clase
burguesa nacional.
El enfrentamiento político en Cuba, ha sido más
bien entre el pueblo liderado por una revolución legitima,
salida de las propias entrañas
históricas de la nación cubana y una
contrarrevolución, que incapacitada de
ser ella misma, terminó siendo una simple mercenaria aliada de quien siempre detentó el verdadero poder en Cuba: Estados Unidos. El gobierno de ese país apoyó a la dictadura
bastitana hasta sus últimas consecuencias
y ha sustentado hasta hoy, a la contrarrevolución; organizándola,
liderándola, financiándola y prodigándole los soportes que le han permitido sobrevivir.
Pero las verdaderas
revoluciones no pueden quedarse en la fase de la toma el poder político, como
tampoco en la de su consolidación. Tienen que seguir adelante si desean sobrevivir Y para lograrlo, sea
legítima o no, la contrarrevolución que la combate, tiene necesariamente que enfrentar
una dialéctica muy compleja; revolución-contrarrevolución,
que proviene del devenir histórico del país que engendró la revolución y su desarrollo.
Las revoluciones se
desarrollan, en medio de un cúmulo de contradicciones, errores, avances y
retrocesos, que no puede eludir, si no quiere morir de inactividad o enfrentar la
realidad del suicidio. Pues una revolución también puede suicidarse. Recordemos
la experiencia de Granada y el movimiento revolucionario “Nueva Joya”, liderado
por Maurice Bishop.
Cuba en particular, ha
llevado adelante una revolución, rodeada de dificultades, enfrentando al
enemigo imperialista más poderoso, a la sistemática agresividad
contrarrevolucionaria armada, a una invasión militar, y se ha visto envuelta
en un
potencial conflicto nuclear. Ha atravesando además, múltiples
encrucijadas; entre ellas, la de haber tenido que reorientar su economía en dos
ocasiones.
Cuba, ante sus
aspiraciones de independencia y soberanía, enfrentó al enemigo externo e interno,
sobrepasó exitosamente la etapa de la llamada Guerra Fría, logró importantes avances
en el orden social y político; pero ahora se encuentra ante una nueva
encrucijada, la de lograr consolidar un
modelo económico propio que la ayude a sobrevivir y continuar desarrollándose,
dentro de un mundo sumamente complejo y plagado de retos.
Los desafíos de esta etapa son diferentes entre otras
razones por las siguientes:
-
El mundo
atraviesa una crisis estructural que afecta toda la dinámica cíclica mundial,
cuyos efectos no tienen límites categoriales de la actividad económica,
afectando el comercio, la inversión, las monedas etc. y que tampoco tiene
límites geográficos, porque afecta a todas las regiones del planeta.
-
Las
principales potencias imperialistas, se encuentran dentro de una loca carrera
por recomponer el mundo a idea y semejanza de sus intereses, para lo cual están
dispuestas incluso, a la utilización de sus arsenales nucleares.
-
La
correlación de fuerzas políticas y económicas también va cambiando, generando capacidades de respuesta,
que hasta hace muy poco no resultaban preocupantes a los imperialistas.
-
El mundo lejos de acercarse, profundiza su
diferenciación, haciendo mucho más compleja su dinámica. La llamada
globalización no ha homogeneizado, todo lo contrario, ha producido dinámicas
que diferencian, como nunca antes, a las regiones que lo componen: entre otras¸
Europa inmersa en una crisis estructural de la que no encuentra salida. América Latina y el
Caribe en un proceso de avance hacia su segunda independencia, que no enfrenta
los obstáculos antes imaginables.
En particular Cuba, a
más de cincuenta años de haber triunfado
la revolución, enfrenta nuevos retos. Algunos provenientes de su propio
desarrollo y otros, de los errores que todo proceso revolucionario comete.[1]
-El
lastre de fracasos que han dejado sus marcas en la población.
-La
situación de un modelo económico propio aun no consolidado.
- Una
visión más heterogénea de las vías por la que el país debe salir de la
situación en que se encuentra, lo que genera un debate interno
que requiere ser bien
canalizado.
-Un cierto nivel de desacuerdo con las política
gubernamentales, que no constituyen actitudes antigobierno, sino ejercicio del
simple derecho de cada ciudadano a pensar qué es lo mejor para él y su familia.
-Ciertos
niveles de discrepancia política que no debe ser interpretados como contrarrevolución, porque generaría un
contexto negativo para los cambios.
Dentro
de una situación como la que ahora vive el país, se necesita más que
nunca de todas las fuerzas políticas que puedan acompañar los cambios en las
direcciones más convenientes. Hay que abrir espacio a la discusión de las
discrepancias y el disenso, porque la contrarrevolución no se nutre de ellas, sino de aquellas actitudes que
la demonizan y de las acciones para reprimirlas.[2]
Sin discrepancias no puede haber democracia. A
lo más que se puede llegar es a un régimen de ordeno y mando, donde todo viene
de arriba, donde cualquier discrepancia es interpretada como contrarrevolución.
Generando una situación en la que el ciudadano se siente desprotegido, excluido
y toma el camino que puede parecerle más
beneficioso, pero que no tiene que ser necesariamente
el más adecuado para sí mismo y para el
país.
Junto a ello, la política de Estados Unidos,
despliega un proceso de acercamiento a la sociedad civil por todas las vías
posible. Entre otras.
-Flexibiliza
los vínculos migratorios.
-Facilita
las remesas, paquetes y el intercambio familiar en general.
-Amplia
los vuelos.
-Elimina
las restricciones de gastos de las visitas familiares.
-Dispone
de veinte millones de dólares anuales para financiar la actividad subversiva en
Cuba.
-Muestra
un fuerte activismo de atención a todos los llamados grupos disidentes.
La administración
Obama, trabaja en Cuba, en los Estados Unidos y con los aliados, para articular
su estrategia de “cambio de régimen”.
Como resultado de todo ello, la política
interna cubana, debe jugar un “equilibrio de cuerda floja”, teniendo en cuenta
que cualquier incidente interno o intento de generarlo, que afecte la convivencia ciudadana, la confianza de la
población en las medidas políticas que se adoptan, y sobre todo, la confianza
en el liderazgo político, lleva “agua al molino” del estado negativo, que se
desea generar en el país.
La contrarrevolución sabe que los métodos
violentos están excluidos y que su uso
puede resultar fuertemente contrarrestado por la propia población, por lo que
ahora más que nunca, apelan a otros mecanismos, como el soborno, el sobredimensionamiento de las dificultades, el
subterfugio discursivo, el aprovechamiento de las lógicas
discrepancias de un proceso de cambios tan complejo, como el que se vive, para convertirlas en actitudes contrarrevolucionarias.[3]
Julio
28 del 2012.
[1] No tomamos en
consideración, un conjunto de aspectos
teóricos, que harían muy largo este ensayo.
[2] Estados Unidos está más
atento que nunca a este asunto .En su intención permanente de apoyar un cambio
de régimen en Cuba.
[3] En medio de todas las criticas que el Cro. Raúl Castro
le ha realizado a nuestra prensa nacional, incidentes como el que tuvo lugar
con la periodista Thalía González, en la tienda de divisas de L y Línea, levantan molestias y sospechas
en la población, sobre si de verdad estamos protegidos contra tales
arbitrariedades, a pesar de las críticas
formuladas por el Cro. Presidente.