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Este Blog está dedicado a mi padre, a su obra de vida, a sus ideas, pero por sobre todas las cosas a su constancia. Al académico, padre y abuelo.
Se agradecen los comentarios inteligentes, que aporten al debate intelectual, que complementen o contrasten los artículos publicados, desde una óptica de respeto por las ideas, incluso aquellas que no se comparten.

jueves, 26 de abril de 2018

NO ES OCIOSO HABLAR DE CONTINUIDAD PERO LO PRIORITARIO AHORA ES HABLAR DE CAMBIOS

Esteban Morales Domínguez
Venimos observando un conjunto de discursos que se concentran demasiado en la continuidad de la revolución. Por supuesto, que hablar de la revolución como un proceso de continuidad es relativamente fácil. Por eso, en discursos grandes y pequeños así principalmente se les enfoca.
Porque es cierto, que “contra viento y marea” la revolución cubana ha sobrevivido, e incluso garantizado su continuidad.
Pero también esa continuidad está enfrentando una nueva época de peligros. Por razones que tienen que ver con la propia necesidad de tener que garantizar esa continuidad ganada. Pues nos encontramos dentro de una nueva encrucijada, caracterizada por los momentos siguientes:
-Estamos abocados a un cambio del liderazgo político histórico de la revolución. Que ya no puede esperar más.
-En medio del proceso de aplicación de un nuevo modelo económico. Que garantice la sostenibilidad y el desarrollo.
-Con un conjunto de problemas económicos y políticos por solucionar: relacionados con el proceso de las inversiones, los cambios monetarios y las tasas, el trabajo por cuenta propia, la agricultura, los precios, el mercado al por mayor, la fuerza de trabajo calificada y su utilización en el trabajo por cuenta propia, la empresa estatal, etc.
-Todo en medio de un nuevo periodo de enfrentamiento con la política de Estados Unidos.
Dentro del tales procesos se han cometido errores, que deberán ser rectificados. Dar pasos que aún no se han dado. Pasos que al darlos se han gestionada mal. Situaciones que apenas han sido enfrentadas, como los cambios constitucionales, la legislación económica, el papel del monopolio del comercio exterior, etc. Entrando todos en el legado dejado por Fidel de “cambiar todo lo que deba ser cambiado”.
Pero, en demasiados discursos, que enfocan o tratan de enfocar el momento actual que vive la revolución cubana, se soslaya no pocas veces el reto principal: los cambios a realizar.
Particularmente en nuestra economía, aun no damos la nota. Pues no crecemos sistemáticamente, ni aun garantizamos el desarrollo. Pues nuestro Principal encargado del asunto, se nos presenta con enfoques que hablan más de continuidad que de cambios; e incluso, hasta de marchas y contramarchas. O movimientos que han resultado ser demasiado lentos.
Aún estamos tratando de hallar el lugar que va a tener la propiedad privada dentro del proceso de construcción socialista, más enfocado este hacia la “aplicación del nuevo modelo económico”, que como un proceso de transición socialista como tal. Error, que brota de no ver el momento actual como el de una integral transición hacia el socialismo; por lo que emergen contradicciones que no se tratan como ya la teoría de la transición al socialismo las enfoco hace muchos años.
Querer entonces enfocar el momento actual como un simple momento de aplicación de un nuevo modelo económico y no ver ello como el periodo de un proceso integral de tránsito hacia la sociedad socialista, nos saca del verdadero marco teórico conceptual del momento que estamos viviendo y nos hace dar marchas y contramarchas, temerosas e incoherente. Tal y como hemos hecho con el trabajo por cuenta propia, las cooperativas, los  procesos inversionistas, la política agrícola, la contratación de la fuerza de trabajo, el acopio, la contratación de la fuerza de trabajo y la independencia de la empresa estatal, entre otros; cuyo trasfondo conceptual es que concretamente no sabemos aún, cuál será el papel de la propiedad privada dentro de tal proceso.
Por eso hablamos de un trabajo por cuenta propia que se estará obligado a ejercer con una sola licencia; que no se puede acumular capital y riqueza; que hacemos reducciones puramente administrativas de las categorías del cuentapropismo; que hay que desaparecer a los carretilleros; y que los profesionales no pueden ejercer el trabajo por cuenta propia, a pesar de que se nos van del país los mejores y en cantidades demasiado altas.
Por lo que, si ese es el marco económico-conceptual del discurso del cambio, será el oportunismo político el que lo defienda. Trayendo como consecuencia de que no habrá ningún dirigente político que se atreva a defender otra cosa que modifique ese discurso.
Temprano en la mañana del día 8 de febrero del año en curso, Marcela Heredia de TELESUR, le preguntaba a Suzely Morfa, primera secretaria de la UJC Nacional, sobre algunos aspectos importantes de la realidad cubana, el proceso electoral, etc. Y la joven dirigente no menciono la palabra cambio ni en una sola ocasión. Solo hablo de continuidad. Siendo asombroso observar como decenas de dirigentes, fundamentalmente jóvenes, hablan de continuidad y las palabras de Fidel en su concepto de revolución,” Cambiar todo lo que deba ser cambiado”, brilla por su ausencia en los discursos. Incluso dirigentes de alto nivel del gobierno y del partido, hablan mucho de continuidad y casi nunca mencionan la necesidad de los cambios.
Pero el asunto es aún más grave, porque no se trata simplemente de que sean nuestros dirigentes económicos los que enfoquen el asunto de esa manera; sino que en el Documento de la Conceptualización, el fenómeno está planteado en términos de evitar la acumulación de riqueza y de capital. Esta así, conceptualmente planteado por un documento rector del partido y del estado. ¿Por lo que cuantos nos vamos atrever a decir que esa conceptualización hay que cambiarla?
¿Cuántos nos vamos a atrever a decir, que sin acumular riqueza y capital no pueden existir crecimiento económico y desarrollo? Que el problema no está en acumular riqueza y capital, sino en lograr distribuir sus resultados en beneficio de toda la sociedad. Única forma de superar el sentido bipolar del desarrollo del capitalismo.
Pero hasta ahora, dentro de esa conceptualización, creo que mal interpretada, está la mentalidad de nuestros dirigentes económicos, que se lo trasmiten al resto de la dirección del país.
Luego entonces, ¿Qué dirigentes vamos a heredar, en términos de las necesidades de cambios? En términos de mentalidades enfocadas al cambio. Sabiendo, además, que aún existe tanta gente opuestas a los cambios.
De no superar la situación antes descrita, que no es simplemente conceptual, sino además práctica, no haremos los cambios a los que Fidel nos ha conminado, por lo que nuestra sociedad quedara estancada, en medio de una transición que no podremos superar para llegar al socialismo.
Por eso, el único modo de evaluar el cambio generacional del liderazgo político, será necesariamente observar y exigir continuamente, en qué medida, la nueva dirección, sustituta de la Dirección Histórica de la revolución, será capaz de emprender y desplegar los cambios que garanticen la continuidad de la revolución en las nuevas condiciones históricas que ahora se nos presentan.
La Habana, 6 de marzo del 2018.

NINGUN PAIS PUEDE DESARROLLARSE EMPUJANDO A SU GENTE HACIA LA IGUALDAD DE LA POBREZA

Esteban Morales Domínguez
UNEAC

Las palabras recientes de nuestro Ministro Murillo son altamente preocupantes.
Ya en mi artículo “Huir del capitalismo”, explicaba que el problema no es evitar la acumulación de riqueza y de capital. Ambas cosas son necesarias para que una economía pueda crecer.
Es que el capitalismo acumula la riqueza en un polo y la pobreza en el otro. Luego el problema no es producir acumulación de riqueza y capital, sino ser capaz de distribuirlos de tal modo que a cada cual le toque una parte alícuota, que le permita vivir decentemente.
Ningún país ha crecido nunca ni se ha desarrollado, persiguiendo la riqueza, en lugar de combatir a la pobreza. Ningún país ha crecido nunca ni se ha desarrollado evitando la acumulación de riqueza y de capital.
En Cuba insistimos continuamente en evitar la acumulación de riqueza y de capital. Se sabe por qué. No queremos de nuevo al capitalismo entre nosotros, pero no es esa la forma de evitarlo.
¿Cuál es la fórmula para lograr crecer económicamente sin acumular riqueza y capital? Eso es pura ideologización de la economía. Creyendo idealistamente que así vamos a evitar el capitalismo. Así lo estamos acercando a una velocidad que pasma. Porque si de algo se aprovecha el capitalismo es de la incoherencia económica y los temores.
El Cro. Murillo también dice que los problemas detectados con el cuentapropismo se solucionan dándole a cada cuentapropista el derecho a tener una sola licencia. ¿De donde han extraído esa irreal idea?
Se sabe que mucha gente no se va a conformar con una sola licencia para ejercer como cuentapropia y por tanto buscará la segunda y la tercera también. Será la licencia del hermano, del primo, del cuñado y el resultado va a ser que la gente le “tirará una trompetilla” a la medida. Desprestigiando al gobierno.
Porque no se pueden establecer reglas, que, de antemano, sabemos que la gente las va a esquivar. No la van a cumplir. Y volveremos a darle vueltas a la noria, como hemos hecho con otras cosas, dentro de la economía. Dígase Acorex, Acopio, los precios del mercado agropecuario, las inspecciones para evitar la corrupción, los salarios estatales, las limitaciones impuestas al trabajo calificado para ejercer el cuentapropismo; vías todas por las cuales la economía está perdiendo efectividad, así como una parte importante de su fuerza de trabajo calificada.
Además, está demostrado hace rato ya, que problemas económicos, no se solucionan con medidas administrativas. Baste recordar lo que nos ocurrió con el dólar. Cuando por el cambio ilegal de dólares, por poco convertimos a Cuba en una gran cárcel.
La Viceministra del Trabajo anuncio que las medidas para arreglar las distorsiones del trabajo por cuenta propia, no demorarían mucho. Para tratar de tranquilizar a la gente. Pero ya llevamos más de nueve meses y aun no se aclara que vamos a hacer.
En cuanto a los alimentos, continuamos importando cuantiosas cifras y aun no acabamos de entender que parte de esos recursos pudiéramos entregarlos a los campesinos para producir lo que necesitamos. No, en eso estamos trabados también. Y la única solución que hemos encontrado, es continuar importando alimentos. Prácticamente sin tener con que hacerlo.
O acaso no se sabe que no hay medicinas, porque no tenemos dinero para importar las materias primas para producirlas.
Además, continuamos buscando la inversión extranjera desesperadamente. Pero no se nos ha ocurrido, utilizar el nivel de ahorro interno que existe, para invertirlo nacionalmente. Por qué la alternativa es clara; o utilizamos un poco de capital nacional o el capital extranjero se hará señor de la economía cubana. Incrementando nuestra incapacidad para la reexportación de la ganancia que produce ese capital.
Aun no se ha visto la primera medida que anuncio la unificación monetaria y el tratamiento de las diferentes tasas de cambio. Esperamos que se cumpla la promesa de que este año comenzaremos a solucionar el problema. Aunque desde el 2006 estamos intentándolo.
Los que dirigen nuestra economía por supuesto no son tontos. Se percatan perfectamente de los problemas, aún más allá de cierta “sordera”, que puede a veces afectarle, porque no escuchan mucho lo que decenas de economistas muy calificados discuten a su alrededor.
De todos modos, están atrapados por algunos dogmas de los que no logran escapar. Que ponen a la ideología por encima de la economía. Y que se expresan claramente en esas ideas insólitas de querer evitar la acumulación de riqueza y de capital, o de pensar que el trabajo por cuenta propia podría funcionar con una sola licencia para cada cuentapropista.
Cuando en el fondo sabemos, que el meollo de nuestros problemas esta, en que no acabamos de descubrir la fórmula de cómo utilizar la propiedad privada en los marcos del nuevo modelo económico. Huimos de la propiedad privada, lo cual no sería el caso, pero no se trata de huir de ella, sino de encontrarle su lugar, en nuestra economía, que lo tiene y resulta inevitable.
Por eso continuamos dándole vueltas a la pequeña y mediana empresa; seguimos trabados con las cooperativas y no acabamos de generar la verdadera independencia que debe tener la empresa estatal.
Nuestra economía está trabada en algunas fórmulas que la política económica quisiera seguir, pero que la vida está diciendo que no funcionan. Qué debemos ser menos temerosos, idealistas y más radicales. Pues el tiempo pasa y la variable política se agota.

Marzo 5 del 2018.