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jueves, 17 de octubre de 2019

DONALD TRUM: ¿EN LA PERSPECTIVA DE UN JUICIO POLITICO?

Esteban Morales Domínguez
UNEAC

Los vientos del Impeachment (juicio político) soplan una vez más, ahora por cuarta ocasión en la política interna norteamericana. Se trata del presidente Donald Trump, que parece haber colmado copa de la de la líder de la Cámara de Representantes Nancy Pelosi. Antes de Donald Trump, que ahora se asoma peligrosamente a ser enjuiciado, otros tres Presidentes han afrontado el proceso de juicio político.
Andrew Johnson (1865-1869).
Richard Nixon (1969-1974).
William Clinton (1993-2001).
Ninguno de los tres resultó destituido. Johnson y Clinton salieron absueltos y solo Nixon perdió la presidencia, renunciando antes de ser enjuiciado, por el conocido Escandalo Watergate.
Donald Trump se ha convertido así en el cuarto presidente en la historia de Estados Unidos, que afronta la amenaza de Juicio Político, después de que el líder de la mayoría de la Cámara de Representante Nancy Pelosi, anunciara que abrirán una investigación de impeachment contra él, por haber presionado a Ucrania. Con más de tres años en el poder, Trump podría tener que “rendir cuentas “tras conocerse que bloqueó fondos de asistencia a ucrania y que habría coaccionado a su Presidente Vladimir Zelenski en julio pasado, para que investigue a Joe Biden y su hijo por supuesta corrupción.
La transcripción de la conversación entre Trump y el Presidente Ucraniano, muestra que el primero pidió varias veces a Kiev que investigara a Biden, ex vicepresidente de Obama y ahora aspirante a la candidatura demócrata en las elecciones presidenciales del 2020. Esta transcripción aparece como muy manipulada con la intención de la Casa Blanca de ocultarla y variar los verdaderos términos en que tuvo lugar la entrevista. Según un miembro de la CIA que denuncio esta situación.
Para que prospere el primer paso del Juicio Político, se debe contar con 218 votos, la mayoría simple de la Cámara de Representantes, que está controlada por los demócratas. Aunque sería finalmente en el Senado, dominado por los conservadores, donde tendría lugar el juicio político en sí, que deberá tomar la decisión o no de destituir al Presidente con la aprobación de al menos dos tercios de sus integrantes, es decir 67 votos.
Se trata de una situación, en la que los demócratas, pueden lograr llegar al juicio político, pero que es muy difícil lo ganen. Depende mucho de cómo las cosas se le vayan complicando a Trump, en medio de sus intentos nada ortodoxos, de quitarse de encima el ser enjuiciado. En lo que hasta ahora el mandatario no parece exhibir mucha habilidad, amén de que van saliendo cosas de la actuación del Presidente, que pueden complicarle aún más el escenario político, incluso entre sus propios partidarios.
Trump ha adoptado dos actitudes básicas: minimizar los motivos de la investigación en su contra y tomar como un asunto a su favor, que los demócratas quieran llevarlo al impeachment. O sea, Trump ve este proceso último, como una ventaja en las próximas elecciones presidenciales del 2020, al haber realizado mucha propaganda alrededor de que se trata de un acoso y una persecución a la que los demócratas lo han venido sometiendo. Por lo que ha dicho que someterlo a juicio político sería positivo para su posible reelección, al presentarlo como una víctima de la persecución demócrata.
Los republicanos, por su parte, parece han aprendido a caminar sobre la cuerda floja política durante la turbulenta presidencia de Trump. No obstante puede que los republicanos estén a punto de poner a prueba su lealtad al presidente Trump. De hacerse continua la acumulación de evidencias incriminatorias de que Trump presiono al Presidente Ucraniano, para investigar a un posible rival o hasta ahora el rival más importante en las elecciones presidenciales próximas, algunos republicanos en busca de su reelección al congreso, podrían verse forzados a entrar en un doloroso encuadre político.
Es que darle las espaldas a Trump, implica correr el riesgo de poner en peligro su presidencia y enfurecer a sus leales partidarios. Dado que las encuestas más recientes muestran que Trump tiene el apoyo de 8 de cada 10 republicanos, por lo que cualquier legislador del Partido Republicano que lo abandonase podría tener que enfrentar un desafío en las elecciones primarias, que no sería nada fácil lograr sortear.
Pero si la evidencia contra Trump es suficientemente incriminatoria, apoyarlo podría poner en riesgo el apoyo de los votantes moderados para la elección general en noviembre del próximo año. Aunque la mayoría de los legisladores republicanos representan áreas seguras para el partido, aquellos de distritos y estados que no tienen tendencias políticas definidas, no podrían darse el lujo de irritar a los votantes.
Declaró el senador Mitch McDonnell “… muy pocas cosas animan a las bases de ambos partidos políticos, como una discusión sobre un juicio político”. El intento de un juicio político podría ayudar a los candidatos republicanos de estados con tendencias republicanas, pero los republicanos de estados predominantemente demócratas “deberán moverse con el cuidado de averiguar cómo vadear esas aguas”. Los republicanos han dicho que hay muchas preguntas sin responder sobre las acciones de Trump antes de que el juicio político se convierta en una amenaza verdadera para su presidencia.
La cantidad que no parece oponerse al juicio político va creciendo peligrosamente para Trump y los republicanos intentan encontrar un lugar donde aterrizar para mantener su credibilidad y lealtad a Trump; pero en algún momento tendrán que elegir. Hasta ahora en comentarios de la prensa, la mayoría de los republicanos no han mostrado señales de vacilar y dijeron que la publicación de la transcripción no les preocupaba. Dijeron además, que se trataba de la narrativa usada por los demócratas mientras Trump luchaba contra preguntas sobre la colusión con Rusia en el 2016. Lo cual para los republicanos, no hace sino confirmar que los demócratas están obsesionados con deshacerse de Trump y que el intento juicio político es parte de esa obsesión.
Sin embargo, el exlíder de la mayoría del Senado Trent Lott, un republicano veterano en intentos de juicio político contra Nixon y Clinton, dijo que el proceso puede ser peligroso para ambos partidos. Se refiere a que se debe recordar que los republicanos fueron castigados en las urnas, durante su infructuoso intento de destituir a Clinton en la década del noventa. Pero que los republicanos también deben tener cuidado, si llegan a la conclusión de que deben apoyar la destitución de Trump. Todo lo cual, no es más que expresión de la crisis en que se encuentra el sistema de partidos en los Estados Unidos.
Habrá que tomar en consideración los instintos básicos y la forma de actuar de Trump, para lograr comprensión de la forma caótica en que la Casa Blanca ha respondido al intento de impeachment. Sin dudas hasta ahora, no parece haber una estrategia colectiva coherente que esté dando respuesta al movimiento realizado por los demócratas. Todo parece desenvolverse en medio en medio del caos, la improvisación y errores que podrían lejos de ayudar a Trump a salir de la situación en que se encuentra, más bien acabar perjudicándolo.
La salida de la crisis política, la mayor de la presidencia actual, no es tal, caracterizándose por la falta de rumbo, situación ante la cual “Trump está siendo más Trump que nunca”. Eso es lo que puede ayudar a sacarlo del juego político. Algunos especialistas, como el Profesor de Política en American University Chris Edelson, considera que Trump no tiene ningún tipo de estrategia frente al juicio político.
Edelson considera que Trump “…es un mafioso, sé cree que es el jefe de la mafia, es un abusón y un autoritario y cuenta con que los republicanos lo apoyaran sin importar lo que pase”. Lo cual estaría por ver. Una prueba de ello, es la conversación telefónica entre Nancy Pelosi y Trump, filtrada a los medios de comunicación.
Trump le decía a Pelosi “… Oye, ¿tú crees que podríamos hacer algo con esa denuncia del informante? ¿Podríamos resolverlo de alguna forma? La respuesta de Pelosi fue tajante.” Si, podrías decirle a tu gente que obedezca la ley”.
Esa forma de resolverlo puede ser en el modo de actuar de Trump, hasta tratar de hacer la barbaridad de sobornar a la Pelosi. En realidad, aquí con Pelosi y más adelante en otras situaciones, Trump emplea a fondo siempre sus métodos y lenguaje mafioso. Eso es lo que podría matarlo políticamente.
El lenguaje de la distopia domina a Trump. Este dice que no lo hizo, pero luego afirma que, en caso de haberlo hecho, no habría pasado nada. Es el lenguaje del doble pensar. Entonces en la posibilidad o no del impeachment contra el presidente Trump, apenas nos encontramos en los comienzos de la confrontación. No hay nada seguro hasta ahora de ninguna de las partes.
Los demócratas enfrentan lo impopular que puede ser su decisión de juzgar a Trump, mientras que este último enfrenta la posibilidad de que el escenario se le complique al punto de perder el apoyo republicano con que cuenta hasta ahora. Todo esto transcurre en la complejidad electoral, por lo que no hay nada decidido hasta ahora en la compleja batalla por someter a Trump al impeachmente.
3 de octubre del 2019.