Dr.C. Esteban Morales Domínguez.
UNEAC
A MODO DE INTRODUCCION.
Este ensayo tiene como objetivo fundamental
mostrar, desde las ciencias sociales y humanísticas, que se ha hecho
en Cuba respecto al abordaje del tema racial. El presente ensayo,
está en deuda con la excelente recopilación hecha por el cro.
Periodista de Granma, Pedro de la Hoz, en su obra “África en la
Revolución Cubana: nuestra búsqueda de la más plena justicia”,
preparado con el objetivo de ser distribuido en la Conferencia
Internacional sobre Cultura y Desarrollo, celebrada en La Habana, en
el 2005.1
Debemos, no obstante, fijar con claridad el objetivo fundamental que
perseguimos con este ensayo, para evitar exigencias que no se
correspondan con el mismo.
Pues de lo que se trata es de caracterizar sintéticamente la
producción intelectual cubana sobre el tema racial en los últimos
50 años. Entendiendo como tal, no las producciones literarias,
plásticas, cinematográficas, de escultura o danzarías, producidas
por una parte importante de nuestra intelectualidad, dirigidas a
rescatar el impacto de África en nuestra cultura nacional y en
nuestra identidad, sino de aquellas producciones científicas, que
desde las ciencias sociales abordan el tema racial, en la Cuba
actual. En su connotación, relativa a los estereotipos raciales, los
prejuicios raciales, la discriminación y el racismo. Tratándose de
obras producidas en Cuba y por autores cubanos.
Con independencia de que podamos extender un poco el análisis, no
obstante, el compromiso es solo el fijado en los párrafos
precedentes.
Otras obras podrán ser mencionadas, sobre todo aquellas referidas
al tema tal y como lo hemos connotado, incluso, aunque hayan sido
producidas fuera de Cuba, ya sea por cubanos residentes fuera de
la Isla; o por otros investigadores extranjeros.
Esa producción intelectual, para nuestro estudio, queda acotada en
tiempo a lo producido entre 1959 y la actualidad; pudiendo ésta
referirse al período anterior a 1959, aunque priorizaremos aquellas
cuyo marco de análisis es la realidad cubana contemporánea. Que es
precisamente el fenómeno menos abordado en nuestra producción
intelectual sobre el tema.
Lo anterior nos permitirá valorar a profundidad
el tratamiento del tema racial, más que como una cuestión
puramente histórica, como un problema actual de la sociedad cubana,
que es precisamente la necesidad más apremiante que se nos presenta
para trabajar por su solución definitiva.2
Son varios los asuntos relativos a la historia del tema racial,
insuficientemente abordados o que aun no son comprendidos a
profundidad, aunque ello deberá irse solucionando, en la medida en
que resulte necesario para entender a fondo sus manifestaciones y
dinámicas contemporáneas.
Investigación Científica y Racialidad en la
Academia Cubana.
Pensamos que, para adentrarnos en el análisis, debemos tomar en
consideración algunos parámetros de partida, como los siguientes:
-
¿Cómo ha sido la producción intelectual interna sobre el tema racial en Cuba, y sus relaciones con la producción externa?
-
¿Qué producción no rebasa el tratamiento del tema como un asunto histórico? Realizándose un análisis de la esclavitud, que en ella se queda, o una valoración que no traspasa los límites antropológicos. Ni tampoco valora las consecuencias que este fenómeno ha tenido para la sociedad cubana actual.
c- ¿Qué producción intelectual se adentra en el tratamiento
contemporáneo del tema? Sus tropiezos y limitaciones científicas e
institucionales.
También deberemos tomar en consideración, que el tratamiento de la
racialidad en Cuba., aun hoy tropieza con una serie de obstáculos,
para abordarla científicamente, sobre todo en su
contemporaneidad.
A nuestro entender algunos problemas principales son los siguientes:
-
Insuficiente apoyo aun de las instituciones académicas dentro de la educación superior y de la estructura de investigación en general. Aun se encuentran obstáculos dentro de los centros de investigación y de las Universidades en general, para que se entienda que el tema debe ocupar su espacio en los planes de estudio y en la política de investigación.
-
Insuficiencia de una base estadística elaborada, que permita cruzar variables, sociales, económicas y políticas. Con una larga tradición ya de no consideración de la variable” Color de la Piel” en nuestras estadísticas económicas y sociales.
-
Cierta tendencia a tratar de facturar la realidad a los investigadores, así como a monopolizar el trabajo de las Ciencias Sociales, como si éstas sólo trabajasen para la política. Olvidando que las Ciencias Sociales trabajan también para la educación, la cultura, el pueblo y hasta para sí mismas.
-
Ausencia casi total de tratamiento del tema racial a nivel de los medios: la prensa y la televisión, sobre todo. El tema no está en los medios y aun encuentra resistencia e ignorancia para su abordaje dentro de los mismos.
-
Limitada cantidad de especialistas sobre el tema. Sobre todo, para introducirlo en la educación y en los programas de estudio en general.
-
Ausente tratamiento del tema dentro del Sistema Nacional de Educación. Apenas se menciona y los factores que deben apoyar el tratamiento requerido por el mismo, en términos de personal, bibliografía y conocimientos, es totalmente insuficiente.
-
Prejuicios sociales no superados con el tema racial. El que por lo general es asumido solo como algo que provoca división social.
-
El tema racial, aun está ausente de la agenda de debate de las organizaciones políticas, de masas, sociales y culturales.
Todo ello contribuye a generar un ambiente social negativo, que
hace aun del tema, prácticamente, un tabú. Relegándolo a un
pequeño conjunto de espacios interesados. Aunque es justo reconocer,
que desde bien entrada la década de los años 80 y primeros años de
los noventa, se ha venido avanzando lentamente en su tratamiento.
LA PRODUCCION INTERNA SOBRE EL TEMA RACIAL.
La producción interna sobre el tema racial ha atravesado por
múltiples vicisitudes.
Aunque no murió definitivamente, cuando a la
altura de 19623,
idealistamente, se le declaró como un asunto resuelto. Encontró
refugio en la literatura, la danza, el teatro, la plástica, la
escultura, la fotografia y el cine. Manifestaciones de la cultura,
que, con sus lenguajes específicos, continuaron abordándolo.
Observándosele en el contexto de una extraordinaria producción
intelectual, dirigida al rescate de las raíces africanas de la
cultura cubana y de la identidad cultural en general. Lo cual lleva
siempre implicito un fuerte autoreconocimiento del cubano.
Las condiciones impuestas por el enfrentamiento político, durante
un largo período, produjeron la priorización de los problemas
relativos a la identidad nacional. Sin embargo, el tratamiento de los
asuntos de la identidad cultural y del rescate de las raíces
africanas, continuaron siendo objeto de atención por una parte
importante de nuestra intelectualidad.
Hay que decir, que el tema racial, durante las
primeras décadas del siglo XX, había tenido una gran presencia,
sobre todo en la prensa. Con una participación importante de
periodistas negros como, Rafael Serra, Serafín Portuondo Linares y
otros.4
Mención especial requiere hacerse de “Ideales de una Raza “,
proyecto concebido por Gustavo Urrutia, orientado a continuar la
tradición de publicaciones cubanas, dirigidas por intelectuales
negros y mestizos, en pro de hacer valer públicamente sus derechos
civiles. Lo que se había iniciado en el siglo XIX, y que llegó a
su máxima expresión con Juan Gualberto Gómez, en publicaciones
como “La Fraternidad”, “la Igualdad “, “Minerva” y otras.
Los años desde 1910 a 1930, se caracterizaron por
un debate importante en la prensa de la época. El que incluso
trascendió hacia los momentos de la Constituyente de 1940, lo que
fue muy bien aprovechado por los negros y mestizos para presionar por
sus reivindicaciones civiles. Algo que despues de muchas promesas,
finalmente se perdería en el saco de la burocracia parlamentaria.5
Después de haber luchado en tres guerras por la
independencia y haber contribuido a la formación de la nación
cubana y su cultura, la principal reivindicación de los negros en la
Constitución del Cuarenta, era que se les incorporara a la
nacionalidad cubana; haciendo constar que la república estaba
formada por ciudadanos de todas las razas.6
Para entonces el insigne intelectual revolucionario Juan Marinello,
declaraba:
“Un Estado cubano que se pueda decir democrático
sin rubor no puede seguir viviendo esta farsa grotesca de aparecer en
nuestra representación como pueblo de blancos cuando no somos tal
cosa”7
No obstante, los negros y mestizos arribaron a 1959 con cientos de
sociedades en todo el país, organizados para encarar el racismo,
incluso institucional y una ideología antirracista que los preparaba
para las múltiples batallas que aun tenían que librar.
No generaban estas sociedades una producción académica intelectual
importante sobre el tema racial, aunque si un batallar contínuo por
las reivindicaciones sociales, que de un modo u otro encontraba su
reflejo en muchos artículos en la prensa de la época.
Durante los años anteriores y posteriores a 1940,
fueron importantes las producciones, entre otras, las de Juan René
Betancourt y Alberto Arredondo.8
Los negros contaban con ideólogos que nutrían su accionar contra la
discriminación.
En 1959, ve la luz el libro de Sixto Gastón
Agüero “Racismo y Mestizaje en Cuba”, tambien aparecen algunas
producciones ya escritas por Juan René Betancourt y Alberto
Arredondo, que analizaban el tema racial desde una perspectiva
teórica y sociológica.9
En el propio año 1959, en el contexto de los planteamientos de Fidel
Castro sobre la discriminación laboral, Ramón Cabrera Torres,
publicaba “Hacia la Rehabilitación Económica del Cubano Negro”.
Pero toda esa producción intelectual orientada hacia el debate
desapareció, en la misma medida en que la Dirección Revolucionaria
asumía la defensa del tema. También desaparecían poco a poco, no
sin resistencia a veces, las sociedades de “Color” y el tema
dejaba de ser un asunto de la lucha política de los negros y
mestizos por sus reivindicaciones sociales, para pasar a ser parte de
la lucha general por la igualdad y la justicia social.
¿Por qué desaparecían, desde los primeros años de la Revolución,
las asociaciones de los negros y mestizos y sin embargo otras, como
las asociaciones de gallegos, asturianos, entre otras, no corrían la
misma suerte y sobreviven hasta hoy algunas de ellas? ¿Operó
entonces el mismo tipo de prejuicio que ha perseguido durante tantos
años a las religiones de origen africano?
En medio de la reinstitucionalización, respecto a estas
asociaciones, que caracterizaron a los primeros años de la
Revolución, las únicas que no lograron sobrevivir, ni se
revitalizaron después fueron las sociedades de negros y mestizos.
Es que, a las mismas, comenzó a considerárseles como una lacra del
pasado, que no tenía sentido mantenerlas, en medio de una
situación en que todos los cubanos pasaban a ser considerados como
iguales. Un indudable avance, comparado con la república, pero
también una trampa, que no dejaba comprender la esencia de la
desigualdad que la nación había heredado.
Todo parece indicar que la velocidad a que tenían lugar los
acontecimientos del cambio revolucionario, confundió a mucha gente,
que creyó que lacras de siglos, como la discriminación racial,
podían desaparecer en cuestión de meses. Sin que fuera ni por asomo
su intención, los discursos del Comandante Fidel Castro, atacando a
la discriminación racial, contribuían a alimentar esa visión
idealista de que todo había terminado, o al menos, de que pronto
terminaría.
Los negros y mestizos, al parecer, ya dejaban de
necesitar que nadie los defendiera, ni defenderse a si mismos, los
defendía la propia institucionalidad revolucionaria. Por lo que se
acogieron a esa nueva institucionalidad, que, al parecer, podría
satisfacer hacia el futuro todas sus aspiraciones. Pero en realidad,
desde la cual, finalmente ha resultado, que aún tienen que luchar
mucho para ocupar el lugar que les corresponde dentro de la sociedad
cubana actual.10
El proceso mencionado, despojó a los negros de sus armas de lucha,
sin aun haber desmontado el mecanismo que los discrimina.
Por lo cual, no sería nada negativo ahora
rescatar parte de esa institucionalidad, que pensamos aun nos hace
falta, sobre todo, en lo relativo a la participación que la prensa
tenía en el debate de los temas alrededor de las cuestiones de la
raza durante la república.11
En ese contexto, el tema racial como tal, dejó de
ser abordado. Tarea que comienza a replegarse y ceder su espacio a
las labores de rescate de las raíces africanas, que comienzan con
fuerza a hacer su aparición, alrededor de los que más tarde
serían los fundadores del Instituto de Etnología y Folclore de la
entonces naciente Academia de Ciencias de Cuba. 12
Personalidades como Argeliers León, su director
fundador, Rogelio Martínez Furé, Alberto Pedro, Rafael López
Valdés, y el entonces aun muy joven, Miguel Barnet.13
La labor de este grupo recuperaria trabajos de
Rómulo Lachatañere, quien había sido un adelantado durante los
años treinta.14
A lo largo de 1961, en doce números, algunos de ellos dobles, se
publicó la Revista Actas del Folklore, que dio cabida, entre otros,
a Isaac Barreal, Rogelio Martínez Furé Alberto Pedro y Rafael
Valdés, entre otros.
Pero a la proclamación del tema racial como un asunto resuelto,
a partir de 1962, le siguió un largo período de silencio, para
retornar a la producción y publicación , en la segunda mitad de
los años ochenta, aunque muy enmarcada estas producciones, por un
retorno al tratamiento de los asuntos relativos a la esclavitud (José
Luciano Franco, Julio Carreras, Carmen Barcia y Eduardo Torres y
otros) sin adentrarse en las consecuencias del fenómeno esclavista
para la sociedad cubana actual.
Tales obras acompañaban brillantemente la tarea de rescate del
componente africano de la cultura cubana, apoyándola desde los
estudios de las ciencias históricas, pero dejaban al margen el
análisis de los problemas de la racialidad en la sociedad cubana
actual, al no continuar con una proyección de las consecuencias de
la esclavitud, que son todavía múltiples, complejas y visibles.
Al mismo tiempo, cientos de obras literarias,
plásticas., danzarías, escultoricas teatrísticas y
cinematográficas, reivindican la herencia africana, obra, que,
recogida por Pedro de la Hoz, que no puede ser calificada menos que
de extraordinaria. Pero esa obra no está enfocada a tratar el tema
racial como tal. No se adentra, a veces, incluso en las causas más
profundas que nos obligan aun hoy a defender el componente africano
de la cultura cubana. Lamentablemente, de manera escasa y sólo
intermitentemente, esta obra, brillantemente realizada y reflejada,
articula con la problemática del racismo y la discriminación en
la actualidad. Se trata de una obra que de por si nutre la lucha
contra el racismo y la discriminación racial, pero lo hace de un
modo, que a veces su propia comprensión no está al alcance de
muchos.15
A pesar de existir obras emblemáticas de la cinematografía
cubana, como “La Última Cena”, de Tomás Gutiérrez Alea, “El
Rancheador”, “Maluala”, y otras, casi sólo en la película “La
Decisión “, o “Playas del Pueblo” de 1960, se abordan de
manera crítica la realidad de las barreras de clase y el racismo,
dentro de la sociedad cubana contemporánea; o en la obra de Sara
Gómez “Guanabacoa, crónica de mi familia”.
Mucho del resto de una larga producción, en que se tratan los
problemas de la esclavitud, y de la sociedad colonial cubana, sin
embargo, ello, con algunas excepciones, se hace con una cierta
desconexión entre el tratamiento de los asuntos relativos a la
herencia africana y el tratamiento de los estereotipos raciales, los
prejuicios y el racismo, dentro de ellas, con esos mismos problemas
presentes en la sociedad cubana de hoy.
ALGUNAS PRODUCIONES POSTERIORES A 1959.
Algunas producciones importantes vieron la luz durante primeros años,
como las de Sixto Gastón Agüero, Racismo y Mestizaje en Cuba.
Editorial Lid, La Habana 1959; José Luciano Franco “Biografía de
Antonio Maceo”, “Afro américa “(1961), La Conspiración de
Aponte (1963), Plácido (1964), La presencia negra en el nuevo mundo
(1968), Esclavitud, Comercio y Trafico negrero (1972), Los palenques
de los Negros Cimarrones (1973), La Diáspora Africana en el Nuevo
Mundo (1975) Comercio Clandestino de Esclavos (1980) y Ensayos sobre
el Caribe (1989).
A mediados de los años sesenta, saldría publicado el Primer Tomo de
la obra de Manuel Moreno Fraginals,” El Ingenio”, que resultó un
ineludible punto de referencia, desde entonces, para el tratamiento
del tema de la esclavitud. La edición definitiva, saldría en tres
volúmenes, que se completarían en 1978.
También la obra de Pedro Deschamp Chapeaux, que obtuvo el Premio
UNEAC de Ensayo en 1970, con El Negro en la Economía Cubana del
Siglo XIX; otras fueron, La protesta de los Negros Lucumies (1966),
Los Batallones de Pardos y Morenos (1976) Una obra temprana de este
historiador sería: “El Negro en el Periodismo Cubano del Siglo
XIX” (1963).
Otro extraordinario investigador, Juan Pérez de La Riva, aportaría
resultados singulares, tales como, Contribución a la Historia de la
gente sin historia (1974), El Barracón y Otros Ensayos (1975) y
¿Cuántos africanos fueron traídos a Cuba (1976).
De este mismo autor es: Los recursos humanos en Cuba al comenzar el
siglo: inmigración, economía y nacionalidad 1889-1906” publicada
en el Anuario No. 1 de Estudios Cubanos, La Habana, Editorial
Ciencias Sociales, 1975.
Mención especial merece la obra de nuestro Poeta
nacional Nicolás Guillen, porque en especial, dentro de su Poesía,
aunque también en múltiples ensayos y artículos, el tema racial
aparece con particular fuerza.16
Sobre todo, la obra poética de Guillen
caracteriza con precisión y maestría literaria los dilemas de la
discriminación dentro de la república, rescatando, al mismo tiempo,
los problemas de la transculturación, la nacionalidad, los conceptos
relacionados de nación y mestizaje, todo lo cual aparece muy bien
recogido en la obra de la poetisa Nancy Morejón. 17
Todas esta obras mencionadas más arriba, excepto la de Gastón
Agüero, que tiene un carácter más bien teórico, tratando de
caracterizar la situación racial a finales de los años cincuenta,
el resto, constituyen materiales de gran valor historiográfico, en
cuanto a la historia de la esclavitud y para caracterizar el racismo
durante las etapas colonial y republicana, aunque no se adentran
en la problemática racial como tal, sino mas bien en los elementos
que después servirán para explorar en sus causas más profundas.
Durante todo ese período de los años ochenta,
trabajaba en la Biblioteca Nacional, Walterio Carbonell,
revolucionario muy ligado a las luchas estudiantiles contra la
dictadura. Pero Walterio investigaba el tema racial, en el contexto
de una situación en que no se publicaba nada que enfocara los
problemas relativos a la existencia de la discriminación racial en
Cuba. Por lo que sólo en el 2005, vio la luz la segunda edición de
su obra, “Como surgió la cultura cubana”, en la Colección
Escribanía de la Biblioteca nacional José Martí. Obra de gran
importancia para el debate que se está abriendo en estos años.18
PRODUCCION DE LOS AÑOS OCHENTA HASTA LA
ACTUALIDAD.
Desde 1980, por su parte, hasta la fecha, varias
aportes historiográficos son dignos de hacerse notar: Componentes
africanos del etnos cubano de Rafael Lopes Valdés (1985);
Esclavitud y sociedad :Notas y documentos para la historia de la
esclavitud negra en Cuba de Eduardo Torres Cuevas y Eusebio Reyes
(1986); Los que volvieron a África de Rodolfo Sarracino (1988);
también la obra de Julio Carreras, Esclavitud, abolición y racismo
(1989 ; Burguesía esclavista y abolición, de María del Carmen
Barcia ( Premio Casa en el 2004, con la continuidad de este libro);
Los cimarrones en Cuba (1988) y Los palenques en Oriente, de Gabino
de La Rosa (1991),19
El negro en Cuba: 1902- 1958: apuntes para la historia de la lucha
contra la discriminación racial en Cuba, de Tomás Fernández
Robaina (1990)20
; La esclavitud desde la esclavitud, de Gloria García ( 2003 );
Yoruba. Un acercamiento a las raíces (1993) y De la africanía en
Cuba (2007), ambas de Heriberto Feraudy. Otra obra de Descham
Chapeuax e seria Los Cimarrones Urbanos (1983)
También son dignos de mencionar: Componentes étnicos de la nación
cubana, de Jesús Guanche (1996) y Etnicidad y racialidad en la Cuba
actual (1998). Tras las huellas de las civilizaciones negras en
América de Argeliers León (2001), Entre esclavos libres de la Cuba
colonial, de Olga Portuondo Zúñiga (2003), La Masacre de los
Independientes de Color, de Silvio Castro ( 2002), El arte para mí
fue un reto, de Elvira Cervera (2004), La familia y las ciencias
sociales, de Ana Vera (compilación),2003; La familia cubana, de
María E. Benítez (2003), La conquista del espacio cubano de Juan
Pérez de La Riva (2004); Espacios, silencios y los sentidos de la
libertad, Cuba entre 1878 y 1912, de Fernando Martínez, Rebecca
Scott y Orlando F. García (2002), El negro y su representación
social , de Sandra Morales Fundora (2001), Radiografía del Ejercito
Libertador, de Francisco Pérez Guzmán (2005).
A Pie de obra, de Tato Quiñones (1990); Nación y mestizaje en
Guillén, de Nancy Morejón (1982); Los remanentes de las lenguas
bantúes en Cuba, de Gema Valdés Acosta (2002. Transculturación y
africanía, de Jesús Guanche (2002); Retorno a las Raíces, de
Isaac Barreal (2001); Cazadores de esclavos, de Gabino La Rosa y
Mirtha T, González (2004); Los Ganga en Cuba, de Alessandra Basso
Ortiz (2005); Rodando el coco, de Lázara Menéndez (2005);
Conspiraciones y Revueltas, de Gloria García (2003); Nacionalidad
e historia, de Rafael Duharte Jiménez (1991); Esclavitud, familia
y parroquia en Cuba, de Aisnara Perea Díaz y María de los Ángeles
Meriño Fuentes (2006).De María del Carmen barcia, Capas Populares
y Modernidad en Cuba (1878-1930).Mención especial merece la
extraordinaria obra de Rogelio Martínez Fure sobre África, tanto
literaria y poética como la etnográfica, que no cabría en el
estrecho margen de este ensayo.
Finalmente mencionamos una obra de gran importancia referencial como
lo es: Cuba y sus pueblos: censos y mapas de los siglos XVIII y
XIX, de Carlos Venegas Fornias (2002), Desafíos de la problemática
racial en Cuba, de Esteban Morales (2007) y La problemática racial
en Cuba: algunos de sus desafíos (2011).En el 2011 también fueron,
“La relaciones raciales en Cuba” de un colectivo de autores del
Centro de Antropología, “Afrocubanas: historia, pensamiento y
prácticas culturales” Selección de Daisy Rubiera Castillo e Inés
María Martiatu Terry.
Cuba: personalidades en el debate racial, de Tomás
Fernández Robaina (2008); De dónde son los cubanos (2006), de
Graciela Chailloux (Redactora y Coordinadora principal). De Gisela
Arandia ) ; las entrevistas realizadas durante los años 1990 al
2002 a, Pedro Serviat, Eliseo Altunaga, Ignacio Ramonet, Enrique
Sosa, Carlos Rafael Rodríguez, Francisco Pissani, Eusebio Leal,
Regina Duarte, Eduardo Subirats, Nizia Agüero, Pedro Deschamp
Chapeaux ( inéditas ).21
Más recientemente ha visto la luz el libro de Gisela Arandia
Población Afrodescendiente Cubana Actual (2012).En el 2013 sale
publicado el Premio Extraordinario Casa de las Américas, Elogio de
la Altea o las paradojas de la racialidad de Zuleica Romay Guerra.
Además de las obras anteriormente mencionadas,
existen otras, que, aunque no tratan la temática racial como tal, al
abordar el problema de las desigualdades sociales, aportan
fuertemente al tratamiento de la temática. Entre ellas se encuentran
la obra de Mayra Espina “Políticas de Atención a la Pobreza y la
Desigualdad” (CIPS), “Efectos Sociales del reajuste económico:
desigualdad y procesos de complejizarían de la sociedad cubana. De
Luisa Iñiguez y Mariana Ravenet, Territorio y Espacio en las
desigualdades sociales de la provincia ciudad de La Habana. De
Osvaldo Martínez Investigación sobre desarrollo humano y equidad en
Cuba 1999. De José L. Rodríguez y George Carriazo, La erradicación
de la pobreza en Cuba. De Pablo Rodríguez ¿Pobreza, Marginalidad o
exclusión? De Viviana Togores, Cuba: efectos sociales de la crisis y
el ajuste económico de los 90. De María del Carmen Zabala, Familia
y pobreza en Cuba. De Angela Ferriol Acercamiento al estudio de la
Pobreza en Cuba, Ingresos y Desigualdad en la Sociedad Cubana,
también, Reforma Económica y Población en Condiciones de Riesgo
en ciudad de La Habana, para solo mencionar alguna de las más
importantes.22
A partir de los años ochenta, aunque la mayor parte de la producción
sobre el tema, sigue prestando una atención fundamental a los
problemas de la esclavitud, la pobreza y la marginalidad, parte de
las publicaciones logradas durante esos años, tienden a ser más
cercanas a un tratamiento del tema racial, según traspasan el
periodo de la crisis económica (1989-1994) para acercarse a los años
2000. O al menos aportan importantes elementos para el estudio de
temática racial como tal.
Tomas Fernández Robaina, Jesús Guanche, Rafael
López Valdés, Gisela Arandia, con sus entrevistas a personalidades
( estas últimas aun inéditas), Mayra espina con sus trabajos de
pobreza y desigualdad; la investigación realizada por Ángela
Ferriol y Lía Añe (Reforma económica y Población en condiciones
de riesgo) más arriba mencionada; las investigaciones realizadas por
el Centro de Antropología, a las que se suma, la obra compilada
por María del Carmen Zabala, Pobreza, exclusión social y
discriminación étnico-racial en América latina y el Caribe,
resultan ser trabajos de gran valor para el tratamiento del tema
racial en la contemporaneidad.23
Solicito disculpas si se nos quedan algunas contribuciones, pero
haciendo honor a los que quizás no aparezcan en esta lista, hay que
decir que es considerable, sobre todo la cantidad artículos y libros
dedicados al estudio de la esclavitud, la pobreza, la desigualdad, la
marginalidad y sus características en Cuba. Así como a la
formación de nuestra nacionalidad o a temas que en general, se
encuentran en el entorno de los estudios sobre la problemática
racial en Cuba. Aunque, de todos modos, son aún muy pocas las obras
que abordan los problemas del racismo y la discriminación racial
desde la perspectiva de la supervivencia de estos problemas dentro de
la sociedad cubana actual.
Comentario al margen amerita la obra de Elvira Cervera, por las
extraordinarias vivencias que nos relata; así como las dedicadas a
la familia, en las que lamentablemente las familias negras y mestizas
aún están ausentes.
Me pregunto, ¿Se puede hablar de la familia
cubana, sin tomar en consideración el color de la piel?24
Muchas de las obras no referidas como ligadas al tema racial en la
contemporaneidad, salvo excepciones o aspectos muy puntuales, no
abordan el tema racial en el sentido en que nos sería muy necesario.
Lo rodean, topan con él a cada instante, pero no lo abordan de
manera directa, explicita, sistemática y mucho menos
contemporáneamente. Se trata de una producción de gran importancia,
dado que la misma resulta un antecedente obligado y una herramienta
de gran utilidad. Pero no pocas veces, resulta como producir sobre el
tema racial, indirectamente y sin mencionarlo.
Además, se trata de obras logradas por los mismos especialistas cuya
magnifica formación científica, nos podrían acompañar en el
tratamiento investigativo directo contemporáneo de la temática
racial. Pero no pocos prefieren soslayar el tema, antes que correr el
riesgo que aun significaría abordarlo. Otros, no consideran que
valga la pena hablar del tema racial.
No estaríamos cometiendo ningún error, si afirmamos que el contexto
en que muchas de estas obras fueron concebidas, signado por la
imposibilidad de poder hablar de un problema que oficialmente había
sido considerado como resuelto, sin dudas limitó mucho el alcance de
lo que se plasmaba como resultado de las investigaciones realizadas.
La cuestión era muy seria, el contexto social y
político, producía un ambiente de verdadera represión, incluso
política, para los que hablaran del racismo y la discriminación
racial, como fenómenos presentes en la sociedad cubana
contemporánea.25
Tanto en cuanto al tratamiento del tema como de los estudios
colaterales que enriquecen su investigación, se destacan
instituciones y personalidades como las siguientes:
En el Instituto de Antropología del CITMA; los
investigadores Pablo Rodríguez, Rodrigo Espina, Ana Julia García
(ésta última, ya fallecida), que junto a otros colaboradores, han
generado una producción científica extensa, que aun espera para ser
publicada en toda su magnitud. Por lo que resultan esfuerzos
investigativos encomiables, pero sin oportunidad de ser
suficientemente divulgados. Rodríguez y Espina, logran publicar, en
revistas como Temas y Catauro, a modo de artículos, algunos de sus
resultados investigativos más importantes acerca de la temática
racial cubana.26
Investigaciones relativas al prejuicio racial, la discriminación
laboral, la política de cuadros, y otras, forman parte del
quehacer de este Instituto. 27Su
propuesta arroja luz sobre las características del tema en la
sociedad cubana actual, pero apenas están al alcance de otros
investigadores o de la lectura de interesados. Personalmente, en mis
dos libros sobre desafíos de la Problemática Racial en Cuba, he
utilizado muchos de esos resultados.
En el Instituto de Historia de Cuba, no es posible dejar de mencionar
a Ohilda Hevia Lanier con su obra, El Directorio Central de las
Sociedades Negras en Cuba: 1886-1894, publicada por la Editorial
Ciencias Sociales en 1996. Ohilda también tiene artículos
publicados en la Revista de Ciencias Sociales y otras, siendo
considerada como una especialista de estos temas. También Olga
garcia, quien ha dedicado mucho tiempo a los estudios sobre la
esclavitud, con una obra reciente publicada por Ciencias Sociales “La
esclavitud desde la esclavitud”. Considerada también una
especialista sobre el tema.
En la Universidad de La Habana, sobresale la doctora Lazara
Menéndez, con su excelente investigación: “Rodando el Coco”
(Premio de Investigación), también con otros artículos e
investigaciones, destacándose con sus esfuerzos docentes, que se
vinculan fuertemente, al marco de la Universidad, en particular, a la
facultad de Artes y Letras. Como para poner claramente de manifiesto
dentro de la propia Universidad la desconexión existente entre la
formación científica y la formación humanística. Ya no sólo
los economistas, ni los sociólogos ni siquiera los historiadores
reciben estos conocimientos, que tanto les ayudarían a entender
mejor la historia de Cuba, sino que la importancia que tendría
desplegar estos estudios dentro de la vida universitaria, como parte
de la formación cultural de los estudiantes, no se realiza.
En FLACSO (Facultad Latinoamericana de Ciencias
Sociales) desarrolla su labor la profesora- investigadora María del
Carmen Zabala, quien después de saltar múltiples obstáculos,
defendió su doctorado con el tema: “Aproximación al estudio de la
relación entre familia y pobreza, en 1999”. Siendo hasta esos
momentos la única persona que había logrado doctorarse con
un tema sobre la cuestión racial en la Universidad de La habana. 28
.
En el centro de Estudios Demográficos-CEDEM- de la Universidad de La
Habana, sobresalen como especialistas del tema racial, los profesores
Sonia Catasús, Carlos Albizu y Eduardo R. San Marful, con sus
investigaciones sobre Dinámica demográfica de la población por el
color de la piel; investigaciones sobre Mortalidad y fertilidad etc.
Realizando un trabajo muy ligado a la ONE (Oficina Nacional de
Estadísticas) para mejorar los instrumentos
estadístico-demográficos. Logrando, además, introducir la
problemática del color en los estudios demográficos, asunto tan
poco considerado por nuestros estudios estadísticos. De modo que,
las estadísticas socioeconómicas del país, se encuentran
sesgadas a partir de no considerar el color de la piel, como lo
que es, una importante variable de diferenciación social. Por lo
cual, categorías como desempleo, ingresos, calificación laboral,
etc. No están en condiciones de medir realmente el estado y nivel
socioeconómico de la población. Lo que, pone en duda los resultados
de cualquier investigación en la que haya que trabajar con la
población del país.
Por último, en estas consideraciones sobre el
contexto universitario en que se desenvuelve el tema racial. En la
Facultad de Filosofía e Historia, no es posible dejar de mencionar
la labor docente e investigativa de dos profesoras, las Dras. Digna
Castañeda y María del Carmen Maseda.La primera con una extensa
obra docente investigativa en el campo de los Estudios del Caribe y
la segunda en los estudios sobre Africa.La labor de ambas profesoras
ha servido de sostén al tema, durante más de 40 años. 29
Excepto los casos mencionados, ninguna otra de las Instituciones de
las Ciencias Sociales y Humanísticas de la Universidad de La Habana
le presta atención al tema racial Estando prácticamente ausente
de contexto investigativos, como la sociología, la sicología, el
derecho, los estudios socioeconómicos y otros.
El resto de las Universidades del País, se encuentran en peor
situación al respecto. Existiendo, en general, dentro de la
Educación Superior y sus instituciones docentes y de investigación
múltiples prejuicios que no permiten otorgarle al tema el
rango y la atención que debiera tener dentro de la investigación
social universitaria en Cuba.
Junto a todo, es solo muy reciente que el tema de la racialidad
aparece en los Proyectos de Investigación del CITMA, de manera
individualizada y jerarquizada, independizándosele solo
recientemente de los temas de género y desigualdades sociales.
En tal situación, se explica porque el tema, salvo en escasos
lugares de nuestro mundo académico, no ha tenido nunca la
jerarquía que merece, dentro de una sociedad, que jamás habría
podido soslayarlo y no atenderlo como lo ha hecho, por tan largo
tiempo.
Las publicaciones s periódicas principales que se destacan por
dedicar espacio al tema racial en Cuba son: Catauro, Temas, Caminos,
Biblioteca Nacional, Santiago, Estudios del Caribe y el Semanario La
Jiribilla. Esta última, junto al Portal Cubarte, muy activa en la
divulgación del tema en los años recientes. Siendo en las
publicaciones electrónicas donde más espacio han ocupado artículos
sobre el tema racial. Existen revistas como Universidad de La Habana,
Sociales, Casa de las Américas, Revolución y Cultura, y otras que
apenas han publicado pocos artículos (ejemplo Universidad de La
Habana, un articulo de este autor) y otras que nunca han abordado la
temática racial. En el 2012, la revista Universidad de La Habana
dedico su número 273 al tema.
El tema por lo general ha estado ausente de la
prensa periódica y de las revistas periodísticas, como por ejemplo
Bohemia, que casi nunca lo había tratado. El periódico Granma,
que solo dedico espacio a rememorar los discursos del compañero
Fidel en marzo de 1959, en que aborda el tema ampliamente.30
La Revista Alma Mater por su parte,
recientemente publicó sobre el tema, el trabajo de un grupo de
Estudiantes de la Facultad de Periodismo y realizo una entrevista.31
Junto a ello, la Revista Cuba Socialista, también
inauguró el tema, en su nueva generación; con un artículo el
periódico Trabajadores, lo abordo en una ocasión.32
La Revista Santiago y Estudios del Caribe, donde
sobresale Joel James (ya fallecido) con sus excelentes ensayos
históricos. Destacándose este centro por una consecuente labor
investigativa y cultural, dirigida a fortalecer la presencia cubana
en el Caribe y del Caribe en Cuba. Se destacan también, Olga Zúñiga,
Rafael Duharte y Olga Portuondo, con importantes estudios históricos
y aportes `principalmente en las investigaciones de la esclavitud y
otros temas históricos. 33
Se agregan múltiples estudios culturales y literarios en el Centro
de Estudios del Caribe de la Casa de las Américas, donde sobresalen
la profesora Yolanda Wood y la Premio Nacional de Literatura, Nancy
Morejón. Con una encomiable labor de promoción del tema desde la
perspectiva cultural.
El Centro de Estudios de la Cultura Cubana Juan Marinello, del cual
hemos mencionado aquí algunos de sus trabajos y que despliega una
encomiable labor de investigación y publicación sobre temas que
enriquecen la cultura nacional, acerca de lo cual nos es muy grato
mencionar, Catauro de seres míticos y legendarios en Cuba, de Manuel
Rivero Glean y Gerardo Chávez Spinola (2005). Obra esta última de
gran valor cultural y práctico. O, para agregar un ejemplo más,
investigaciones como la de Carmen V. Montejo Arrechea (lamenta
blemente fallecida): Sociedades negras en Cuba 1878-1960, excelente
investigación de obligada consulta para quienes pretendan trabajar
el tema. También debemos mencionar la obra del joven investigador
Pedro Cubas, con su Estudios sobre Ideales de una Raza
No hemos pretendido recoger todas las obras publicadas por los
autores mencionados, sino solo algunas de las más representativas
y fundamentalmente bajo la forma de libros.
Dentro de las Fundaciones, se destaca la Fundación Fernando Ortiz,
que está dedicada a los estudios antropológicos, culturales,
sociológicos y etnológicos, resultando, como fundación, la que
más cerca se desenvuelve del tratamiento de la temática racial en
la sociedad cubana actual. Publicando continuamente en su excelente
revista Catauro, estudios sobre la racialidad contemporánea y
promoviendo libros y artículos que ayuden a comprenderla, tales
como: Retorno a las raíces de Isaac Barreal, Capas populares y
modernidad, de Carmen Barcia y otros. Fue la Fundación Ortíz, la
promotora del primer libro que aborda la problemática racial cubana
en la contemporaneidad, desde 1960, titulado:” Desafíos de la
problemática racial en Cuba”, del autor de este ensayo.
Muy vinculada a la Casa de África, trabajó la
excelente investigadora, ya fallecida, Leyda Oquendo,
promoviendo actividades, un programa radial, publicando y
participando en el trabajo de investigación sobre cimarronaje.34
El reconocido historiador Oscar Zanetti, en
libro reciente dice “...el problema racial, y en particular, la
condición social del negro a lo largo de la historia cubana es un
tema al que no faltan cultivadores en estas décadas, pero se pone
el acento en el lado antropológico del asunto, de lo cual resultan
buenos ejemplos las obras de Enrique Sosa y Rafael López Valdés
“.35Se
podrían mencionar muchas más, pero para ejemplificar es suficiente.
Idea que comparto en su totalidad. Entre los que no abordan la
contemporaneidad del tema racial, solo lo abordan con un acento
antropológico, o se quedan en el siglo XIX, siendo aún muy poco lo
que se ha producido que aborde el tema como un problema de la
sociedad cubana de los días que corren.
ALGO DE LA PRODUCCION EXTERNA SOBRE LA RACIALIDAD EN CUBA.
Somos muy pocos en Cuba aun, los que nos adentramos en la
contemporaneidad del tema racial. Mientras que una buena parte de
la producción fuera de la Isla, sí aborda ampliamente la actualidad
cubana, de manera directa o con un sentido de búsqueda critica para
abordar esa actualidad.
De modo que las investigaciones, ya publicadas, más amplias, que se
han hecho sobre la problemática racial dentro de la sociedad cubana
actual, tal y como ha quedado definida en la introducción de este
ensayo, muy pocas han sido realizadas por académicos e
intelectuales cubanos, que vivan en la Isla. Lo cual es evidente y
sería suficiente como para demostrar lo lejos que estamos los
académicos cubanos de haber tratado el tema racial referido a la
contemporaneidad cubana, como si lo han tratado otros académicos
fuera de Cuba, particularmente en los Estados Unidos.
Mientras que, en Cuba, a lo largo de todo un periodo que abarca desde
principios de los años sesenta, hasta comienzos de la segunda mitad
de los ochenta, no se abordaba el tema, por considerarlo como un
asunto resuelto, en los Estados Unidos, había ya una muy larga
experiencia en su tratamiento. Además, en casi todas las
universidades norteamericanas existen los estudios etnoraciales, con
una extensa bibliografía publicada, y una prolífica experiencia
científica, especialmente metodológica, en el abordaje de la
temática mencionada.
De modo, que, al producirse el conocido proceso de acercamiento de
muchos negros norteamericanos a Cuba, progresistas y de izquierda, lo
primero que salto a la vista, fueron algunos problemas principales:
-En Cuba no se hablaba del tema racial, observándose cierto temor al
abordarlo.
- Estos visitantes no se encontraban siquiera, que la población
estudiantil, particularmente universitaria, estuviese clasificada por
el color de la piel. Cómo se evidencio en una visita del Congresista
Charles Rangel a la Universidad de la Habana.
-Los negros norteamericanos que visitaban Cuba, se percataban con
facilidad de la poca representación de negros y mestizos en muchos
de nuestros ámbitos sociales, económicos, culturales y políticos.
-No encontraban una producción científica y ni siquiera literaria,
suficiente, que abordara el tema con amplitud y contemporaneidad.
-En múltiples conversaciones celebradas con ellos, discutían como
era que Cuba se encontraba tan al margen del tratamiento del tema.
Estas conversaciones, se celebraban a nivel académico, pero no pocas
veces al más alto nivel político.
- Se percataban del racismo existente en Cuba, por supuesto y lo
sobredimensionaban, a partir de sus apreciaciones, influidas por la
realidad norteamericana.
- En cuanto comenzaron algunos contactos académicos sobre el tema,
se observaron tres posiciones fundamentales, como contenido de esos
contactos:
- los que realmente venían a estudiar con interés académico la
realidad del tema racial en Cuba, lo cual se expresaba en la
intención de comprender, ante todo, sus antecedentes históricos,
diferenciándolos de sus peculiaridades en estados Unidos;
- los que trataban de imponer a ultranza un conjunto de principios
metodológicos para el estudio del tema en Cuba, basándose en la
experiencia norteamericana;
-y los peores, aquellos que trataban de convertir
el estudio del tema en un instrumento político para la subversión
interna36
En Cuba no estábamos preparados para lo que debíamos enfrentar y a
pesar de lo que hemos avanzado, aun no lo estamos totalmente, por las
razones siguientes:
-El tema racial no forma parte de la educación a ningún nivel del
sistema. Aun hoy en la escuela cubana no se menciona el color, y lo
que no entra a la escuela, no pasa a la cultura.
-Solo muy recientemente el tema racial ha entrado en nuestras
proyecciones de investigación y política científica.
-El tema no tiene espacio en la educación superior. Por tanto, no
existe mecanismo de retroalimentación, que nos pueda garantizar la
relación indispensable que debe existir entre educación, ciencia,
cultura y medios masivos. Que es lo que genera la conciencia racial,
de la que aun carecemos en Cuba, para abordar el tema políticamente
y lograr generalizar su tratamiento desde el punto de vista
científico.
Entonces, no es difícil observar las desventajas aun existentes en
nuestra producción intelectual sobre el tema.
Por tanto, no se trata solamente de que el tema no sea abordado en la
educación superior, sino que el asunto es más complejo y debe ser
visto en sistema. Pues con la educación no es suficiente.
Como antecedente temprano, de la producción externa sobre el tema,
está la obra de la cubana residente en los Estados Unidos, Lourdes
Casals (ya fallecida), Race relation in contemporary Cuba, Minority
Rigths Group, report No. 7, 1979, pp. 11-27.
Cuando Lourdes Casals
producía esta obra, aun en Cuba era arriesgarse a ser acusado de
racista y de divisionista, escribir algo sobre la contemporaneidad
del tema racial en Cuba. Por tanto, el libro de Lourdes Casals,
apenas tuvo repercussion ni gozo de la atención interna que merecía
dentro de la intelectualidad cubana.
Más tarde, Isabel castellanos y Jorge Castellanos, cubanos
residentes en Miami, publicarían la obra en cuatro volúmenes,
“Cultura afrocubana “, editorial Universal, USA, 1990-1994.Un
intelectual haitiano, residente en Cuba durante muchos años, René
Depestre, publicaría, Lettre de Cuba, en la Revista Presence
Africaine No. 5 pp. 42-105.
Pero los resultados más recientes han sido los de
Carlos Moore: Fidel Castro, los negros y África y “Pichón “; el
de Jorge de La Fuente, con su libro: Una nación para todos; de Mark.
Sawyer, su obra: Racial politics in post-revolutionary Cuba. Y los
libros, que abarcan otros períodos, como los de Rebecca Scott, Aline
Helg, así como los trabajos de Ada Ferrer, Laurence Glasco y
otros.37Algunos
de corte histórico, pero todos enfocados hacia un conocimiento e
interpretación de la realidad contemporánea del tema racial en
Cuba.
Tales producciones, por lo general, representan aportes, que nosotros
en Cuba, si los hemos producido, al menos, no los hemos podido dar a
conocer, dado el sentido limitado y tan esporádico de nuestras
publicaciones sobre el tema, en cuanto a la actualidad del mismo se
refiere. Solo hacia la segunda mitad de los años ochenta, es que
comienza una producción importante, aunque todavía, como ya hemos
visto, mas referido al siglo XIX y principios del XX, solo, hacia
comienzos de los 2000, refiriéndose a la realidad contemporánea del
tema.
Casi todos son autores con producciones
importantes sobre la realidad cubana actual, en cuyo estudio, los
que vivimos en Cuba, debiéramos alcanzar cierta supremacía,
porque además, 38esos
investigadores se nutren, en medida muy importante, de las fuentes
bibliográficas y documentales cubanas que se encuentran en la Isla.
Teniendo que reconocer, que son muchos más los
esfuerzos investigativos realizados por los académicos cubanos en
Cuba, que los que han encontrado el beneficio de su plasmación
en las publicaciones.39
La obra de todos los autores externos mencionados, lo primero que
hacen es reconocer la existencia de la discriminación y el racismo
en Cuba. Yo diría, lo más importante, además de ser algo que en
Cuba demoramos mucho en reconocer y que habíamos negado, sobre todo
el discurso oficial, durante un largo periodo. Por lo que es posible
encontrarse con análisis objetivos y mesurados, valiosos
documentalmente, como los que realiza en su libro Alejandro de la
Fuente; pero también análisis críticos, racistas del peor corte,
como los que realiza Carlos Moore en su libro Fidel Castro, los
Negros y África.
Ambos análisis pudieran ser reconocidos casi como los dos extremos,
de lo que se ha publicado fuera Cuba, referido a la contemporaneidad
del tema racial en la Isla.
El análisis que realiza Carlos Moore en su obra
Pichón, aunque es autobiográfico, y no es necesario dudar que esa
haya sido su experiencia personal, pretende dentro de ello, extraer
situaciones que no son generalizables, mucho menos para un
periodo como los momentos actuales, en que ya la situación de los
antillanos en Cuba, es mas de asimilación que de discriminación. Lo
que ocurre con la producción de Carlos Moore se explica, dado las
fuentes de donde ha extraído sus financiamientos (CIA, USAID ), sus
conexiones con Holden Roberto (mercenario africano del FNLA ) y sus
tareas dirigidas a manejar el tema racial en Cuba como instrumento de
la política de subversión del proceso revolucionario en la Isla.40
El resto de las obras, como las de Ada Ferrer, Aline Helg y Rebecca
Scott, para señalar tres ejemplos importantes, resultan ser
verdaderos aportes historiográficos, de gran valor para el estudio
de la esclavitud y de los problemas relativos a la república, e
incluso la contemporaneidad del tema. Tratándose de investigaciones,
que provienen de un proceso de producción intelectual, que se
comenzó a hacer mucho antes de que en Cuba comenzáramos el abordaje
del tema racial, desde la contemporaneidad.
Tratándose del libro de Mark Q. Sawyer, “Racial
Politics in Post-revolutionary Cuba”, en la isla, nosotros nunca
hemos abordado los asuntos relativos a la política racial,
pudiéndose encontrar un análisis crítico referido a la no
utilización de la variable color de la piel.41
Todo ello, es indicativo de nuestra desventaja actual, dentro de la
cual, podemos, como muchos lo hacen, compartir el tratamiento
investigativo de nuestras realidades con colegas de afuera, pero lo
que no podríamos nunca seria soslayar la necesidad de abordar
nuestros propios problemas sobre la cuestión racial en particular.
En realidad, debiéramos tratar de estar en condiciones de no tener
que ceder a nadie los abordajes investigativos de temas que son
nuestros y que deberían ser abordados por nosotros. No debiéramos
permitir que nadie nos cuente nuestra propia historia, o nos explique
nuestra realidad. Pues alguien dijo en una ocasión, que “quien
controla el pasado, domina en el presente “, y yo además
agregaría, “nos puede diseñar el futuro a nuestras espaldas”.
Por lo que no deben existir zonas de la realidad cubana, sobre las
cuales nuestra intelectualidad no esté en condiciones de aportar
un discurso científico propio. Y particularmente, en lo que al tema
racial se refiere, en la contemporaneidad, estamos muy atrasados.
Existen varios centros, en los Estados Unidos, en
que Cuba, y el tema racial nunca ha sido parte de sus prioridades;
sin embargo, ahora proliferan muchos grupos interesados en esta
temática. Sobre todo, estimulados, porque se trata de un tema para
el cual parece haber dinero.42
Por su parte, provenientes principalmente de
Miami, se están publicando artículos, por personas prácticamente
desconocidas, más con objetivos políticos y de supervivencia
económica de sus autores, que por aportar al tema. Artículos hechos
más para tratar de desacreditar a Cuba, que otra cosa; de muy baja
calidad científica y nada académicos. Por lo que se trata de una
producción meramente propagandística, que no aporta absolutamente
nada al tratamiento del tema racial, desde ninguna perspectiva, ni
para Cuba ni para los Estados Unidos. Prueba de ello es, que ningún
académico de los que tratan el tema racial seriamente, se refiere
nunca a esa producción.43
Como si no fuera suficiente ya nuestra desventaja, ampliando lo antes
expresado, se observa un desequilibrio importante, casi abismal,
entre la divulgación de esa obra de rescate cultural, artístico
literario y cinematográfico, etc. Y la aún terriblemente
limitada atención que ha tenido la divulgación de los trabajos
desde las ciencias sociales, referidos a la contemporaneidad del tema
racial. Aunque ello ha respondido también a los prejuicios, ya muy
lentamente, en fase de superación, que provoca el tema racial visto
desde la contemporaneidad. Y al atraso sufrido por el tratamiento
del tema, como resultado de su largo período de silencio,
marginación y represión. A lo que se agrega también, la poca
producción. Resultado de lo cual, no podemos decir todavía que
tengamos un discurso científico interno, alternativo sobre el
tema, que nos ilustre a nosotros mismos y sobre todo, que nos
preserve de las interpretaciones, mal intencionadas o no, que puedan
llegarnos del propio patio y del exterior.
ALGUNAS CONSIDERACIONES FINALES.
Al hacer un balance general sobre, el tratamiento del tema racial
durante los últimos cincuenta años, en términos de su
contemporaneidad, es posible observar, que sólo recientemente
comienza a ser abordado como algo especifico y como un asunto de la
sociedad cubana actual, ya que anteriormente, apenas había sido
tratado, y quienes hoy lo abordamos, aun corremos el riesgo de no ser
comprendidos.
No obstante, en los últimos años, se observa que la producción y
el debate sobre el tema racial se amplia, pudiendo apreciarse también
una modesta divulgación del mismo.
Pero venimos de muy atrás en la atención del
tema; su silenciamiento por más de cuarenta años, su
insuficiciente estudio desde la actualidad, la desconexión aun
presente entre el estudio del fenómeno de la esclavitud y sus
consecuencias para la sociedad cubana contemporánea, el prejuicio
de tratarlo a veces solo como un tema que induce a la división
social, así como la poca atención brindada a la variable color de
la piel , como una variable de diferenciación social en la Cuba
actual, han producido un atraso en el abordaje del tema, tanto
metodológico como teórico y político, que sólo en los últimos
años comienza a ser superado, aunque todavía muy lentamente.44
Sobre todo, la ausencia de un debate académico y político
articulado, la casi ausente conexión del tema con la prensa y la
producción bibliográfica, han generado un fenómeno de
disfuncionalidad cultural, que resulta vital solucionar, para lograr
la dinámica ascendente del tema en la sociedad cubana actual, de
modo que contribuya a la búsqueda de una cultura general e
integral, la más amplia justicia social y la verdadera democracia.
La ciencia tiene que encontrar modelos de análisis y estamos muy
lejos aún de haberlos logrado en el tratamiento científico del tema
racial, proyectado hacia la contemporaneidad.
Un elemento sustantivo e ineludible en el análisis
de la problemática racial cubana, resulta ser la necesidad del
estudio a fondo de las peculiaridades de la colonización, la
esclavitud en Cuba y sus consecuencias. Mucho se ha avanzado en este
aspecto, pero aun lo articulamos poco con las características con
que se presenta el fenómeno de la racialidad en la Cuba
contemporánea.45Por
lo general tales estudios se quedan en el siglo XIX, o avanzaron
aun muy poco dentro del siglo XX y ahora en el XXI.
Después de que Arango y Parreño primero José A. Saco, no
lograron que se excluyera al negro de la sociedad cubana, ni
tampoco pudieron hacerlo desaparecer, y sometiendo a la población
a un proceso de blanqueamiento, o devolviéndolos a África. La
dificultad mayor que se le presenta al negro y al no blanco en
general hoy, es la de cómo lograr vivir mejor dentro de una sociedad
que ha generado durante siglos, la cultura y los mecanismos de su
exclusión.
Es que el componente racista que subyace en nuestra cultura, no
responde sólo a mecanismos generados desde la esclavitud, sino
también a los producidos por una mentalidad criolla blanca, racista,
que siguió viendo en el negro un ser inferior, aunque éste dejase
de ser esclavo. Mentalidad que se ha trasladado de generación en
generación y que aun sobrevive en no pocos de nosotros.
Es que en toda América y en Cuba en
particular, la esclavitud tomó color, y frente a esa realidad, no
hay mimetismo posible.46
Es que el racismo es un sistema, y como tal opera. Si sólo
eliminamos una pieza, las demás se ajustan para cumplir la función
de la pieza que falta. Se trata de un mecanismo regenerable. Esto
quiere decir, que para que el no blanco o el negro no sean
discriminados, hay que operar con todas las palancas del sistema al
mismo tiempo.
Hay que operar con la conciencia de la identidad racial y con la
educación. Es que la discriminación racial que se ejerce, lleva
implícito el mecanismo, de una conciencia arraigada en las elites
dominantes, de que el racismo puede ser utilizado como un instrumento
de poder. Por lo cual, los estereotipos raciales negativos pueden
seguir alimentándose dentro de un contexto social de más altos
niveles de educación y de cultura. Por lo cual, sólo con la
educación no basta, porque podemos estar generando” racistas
cultos”, que serian peores.
Por eso en la república, que era más
desarrollada, educacional y culturalmente, que la colonia, los
estereotipos raciales los prejuicios raciales, la discriminación
racial y el racismo, no cedieron espacio. Es que estos últimos no
provienen simplemente de la ignorancia, ni de la incultura, sino de
un contexto social en el que la discriminación racial y todos sus
atributos complementarios, son utilizados como instrumentos de
dominación y control social, de elitismo y de explotación, contra
aquellas personas a las que siempre se les mantiene en un plano de
desventaja económica, política, social y cultural. Porque detrás
de todo ello están siempre también los intereses de clase.47
Por eso la educación es clave para terminar con el racismo, pero no
suficiente, pues hace falta educar también en la dirección de dotar
a todos de una conciencia de que el problema racial existe. Es decir,
hay que prodigar una educación antirracista y
antidiscriminatoria.
Hemos avanzado, se va abriendo paso lentamente
un debate, se trabaja fuertemente. Pero hasta que el problema no sea
un asunto y una preocupación de toda la sociedad cubana y debatido
por toda ella, no lo vamos a resolver.48
Porque el racismo en la Cuba actual, no es un simple problema de
colores, ni de grupos, sino de toda la sociedad cubana. Una
disfuncionalidad de la sociedad cubana que tiene que ser combatida
con todas las fuerzas para extirparla del cuerpo social. Lo cual
puede ser una tarea en extremo larga aun, pero lo más importante es
que enrumbemos por ese camino.
Sin dudas, la existencia de una comisión, organizada por las más
alta dirección, bajo la conducción de la Biblioteca Nacional de
Cuba, llamada “Grupo de Reflexión Sobre la Racialidad en Cuba”,
y la Comisión de lucha contra el racismo y la discriminación racial
de la UNEAC, donde se están abordando seria y extensamente los
problemas de la racialidad en la Cuba de hoy, junto a otras
Instituciones que las apoyan , harán posible avanzar por el
camino de las soluciones.
Septiembre 14 del 2017.
1
Se trata de una recopilación ciclópea, donde prácticamente, no
queda fuera nada importante, que nos impida tener una visión,
bastante completa, acerca de casi todo lo que nuestro país ha
hecho en los marcos del rescate de las raíces africanas de la
cultura cubana y de la identidad cultural.
Cuando hablamos de
racialidad, nos estamos refiriendo a toda una problemática que
incluye a los ingredientes humanos que conforman a la población
cubana; es decir: blancos, negros, mestizos y chinos que forman la
base fundamental de la nacionalidad cubana, así como a otros
grupos, antillanos, europeos etc. que también formaron parte de
nuestra población. En este ensayo, nos referimos solo a los negros,
blancos y mestizos. A eso se limita el concepto de racialidad aquí
utilizado.
2
No despreciamos la historiografía, al
contrario, la consideramos vital a la hora que caracterizar los
fenómenos contemporáneos, pero no es nuestro interés hacer
historia.
3
La II Declaración de la Habana proclamo el tema como resuelto.
Coincidentemente, en 1962, José Felipe Carneado publica el articulo
“La Discriminación Racial en Cuba no Volverá”, Revista Cuba
Socialista, 25, enero de 1962, pp. 54-67. Todas las condiciones se
coaligaban para que el tema desapareciera de la palestra.
4
Serafín Portuondo Linares, es el mismo que escribió “Los
Independientes de Color “. Editorla Caminos, La Habana, 2002.Esa
presencia de muchos periodistas girando en torno al tema racial,
está muy bien recogido en el libro de Aline Helg, “Lo que Nos
Corresponde, La Lucha de los Negros y Mulatos por la Igualdad en
Cuba 1886-1912”, Editorial Imagen Contemporánea, La Habana, 2000.
5
Durante la constituyente se habían promovido medidas para mejorar
tambien la situación laboral de los negros. Pero finalmente todo
quedo en mera letra.
6
Para ampliar ver: Tomas Fernández Robaina, “Cuba: personalidades
en el debate racial”, Editorial Ciencias Sociales, La Habana,
2007, pp. 129-130.
7
Tomado de Tomas Fernández Robaina, ob. P. 129.
8
Durante el periodo previo a 1959, resulta importante mencionar la
obra de este intelectual, que se concretó en parte en producciones
como: Doctrina Negra; la única teoría certera contra la
discriminación racial en Cuba; Mi opinión y mi raza; El negro
ciudadano del futuro; Prejuicio: ensayo polémico. Alberto
Arredondo, “El negro en Cuba”, Editorial Alfa, La Habana,
1939.Una de las últimas producciones de Betancourt sería “Castro
and The Cuban Negro. La Crisis.”, mayo 1961. En 1953, vería la
luz el libro “Los independientes de color” de Serafin Portuondo
Linares.
9
Sixto Gastón Agüero “Racismo y Mestizaje en Cuba “, Editorial
Lid, La Habana, 1959. Un antecedente de esta obra lo fue el libro de
David Grillo “El Problema del Negro Cubano” de 1953.Juan René
Betancourt, “El Negro ciudadano del Futuro”, Cárdenas y
Compañía, La Habana, 1960.
10
Esa tendencia a que sea la institucionalidad y el gobierno los que
luchen por el pueblo, ha traído cierta quietud y acomodamiento,
ante la realidad de que son los dolientes directos, los primeros que
deben organizarse para luchar por sus reivindicaciones. Por lo que,
con esa actitud, se está olvidando que la Revolución, en primer
lugar, somos nosotros mismos.
11
Vivimos un periodo del debate racial en
que resulta muy necesario que se participe desde la prensa.
12
Ya esta lucha había tenido a un gladiador incansable, Don Fernando
Ortiz, que para entonces todavía continuaba su obra.
13
Miguel Barnet, años después, sería el autor de una obra
emblemática de la cultura cubana, “Cimarrón”, que posiblemente
sea la obra cubana más veces editada en el mundo y en casi todas
las lenguas.
14
Para ampliar Ver: Pedro de la Hoz, “África en la Revolución
Cubana”, Editorial Letras Cubanas, 2005, La Habana, p.41.
Lachatañere tiene un excelente artículo en Actas del Folklore
titulado “Nota sobre la Formación de la Población Afrocubana “,
Fundación Fernando Ortíz, 2005.p. 107
15
El trabajo realizado por Pedro de la Hoz, en realidad no tiene
antecedentes y está bastante completo.
16
Ejemplo de ello son, para mencionar solo algunos, Nación y
Mestizaje, en casa de las Américas, No. 6, mayo agosto de 1966 y
Racismo y Revolución en Granma, 18 de diciembre de 1966.
18
A Walterio Carbonell, con la intención de publicar sus
investigaciones, le tocó vivir la fatídica época, en que hablar
de un problema como presente, que se le había dado como resuelto,
se hacía imposible. Como antecedente de su libro, Walterio había
publicado en 1961, Critica. Cómo surgió la Cultura Nacional, La
Habana, Editorial Yaka, 1961.
19
En 1986, nos sorprende con su obra, Pedro Serviat” El problema
negro en Cuba y su solución definitiva”, que resultó ser un
verdadero despliegue de optimismo.
20
Tomás Fernández Robaina se destaca, además, por un extenso
trabajo bibliográfico en la Biblioteca Nacional, los cuales han
resultado de gran apoyo en el estudio del tema racial en Cuba, el
más importante de ellos, su “Bibliografía de temas afrocubanos”,
Editado por la Biblioteca Nacional, La Habana, 1985.
21
Estas entrevistas realizadas por Gisela Arandia, son de un valor
extraordinario, para tener muy interesantes opiniones sobre el tema,
de un grupo de personalidades de la cultura, de las cuales incluso
algunas ya han fallecido, dejándonos un apreciable legado. (Nota
del Autor)
22
Muchos trabajos, libros e investigaciones realizados, de los cuales
hemos mencionado solo algunos, aunque no tratan de manera directa el
tema racial, son de consulta obligada para tratar el tema. Se
destacan en esta labor, el INIE, La Oficina Nacional de
Estadísticas, el Centro de Antropología, El CIPS y el CEDEM, este
último de la Universidad de La habana.
23
Ver: María del Carmen Zabala Arguelles,
Pobreza. Exclusión social y discriminación étnico-racial en
América Latina y el Caribe, Ediciones CLACSO, editorial Siglo de
Hombres, Bogotá, 2008.
24
En nuestra producción intelectual del campo de las ciencias
sociales, existe la tendencia a trabajar con la población como si
esta fuera homogénea. Sólo se atiende al género, edades y otros
atributos, o variables que no toman para nada en consideración que
nuestra población está integrada por blancos, mestizos y negros;
no siendo ello un simple problema de más o menos melanina en la
piel, o de simples matices y rasgos hereditarios, sino de siglos
de historia, que subyacen tras el color de la piel de las personas;
por lo que cuando no tomamos en consideración el color, nuestras
conclusiones quedan sesgadas y echamos por la borda, siglos de
historia. De qué nación podemos estar hablando, al no considerar
el color de la piel, si por nación debemos entender, en primer
lugar, el pueblo que la compone. Ver del autor, Cuba: Estadísticas
y color. La Jiribilla, febrero del 2009.
25
Para ampliar sobre esto, ver: de Esteban Morales: Desafíos de la
problemática racial en Cuba, Fundación Fernando Ortíz, ENPES, La
Habana, noviembre del 2007.Donde es posible observar lo útil que
fueron a su autor estas investigaciones y otras como las del INIES,
el CIPS, etc.
26
Ver artículos de estos autores en Revista Temas No. 45 y Catauro.
Muy vinculada a la producción de estos autores, no es posible dejar
de mencionar a Daniela Hernández con su ensayo: Raza y prejuicio
racial en Santa Clara: un reporte de investigación, publicado en la
revista América Negra, No.15 de diciembre de 1998, pp. 75-86.
27
Por cierto, como producto de una situación recientemente ya
superada, en Cuba durante mucho tiempo los científicos sociales
producían investigaciones que se quedaba engavetadas, como si fuera
privilegio sólo de algunos conocer nuestra propia realidad.
Resultado de ello, existen cientos de investigaciones, que nunca
han sido publicadas. Por lo que casi ante cualquier nueva
investigación, lo primero que hay que hacer es sacar de las gavetas
aquellas que ya se realizaron. Porque durante muchos años el
interés era solo nutrir a la política, como si las ciencias
sociales y humanísticas solo trabajaran para ella. Resultando este
fenómeno especialmente crítico para el caso del tema racial.
Como parte de ese equipo
del Centro de Antropología, también laboró, Juan A. Alvarado, con
dos resultados publicados: Relaciones raciales en Cuba: notas de
investigación, Revista Temas No.7, pp.34-43 y Estereotipos y
prejuicios raciales en tres barrios habaneros, Revista América
Negra, diciembre 15 de 1988, pp. 89-115.
28
Zabala también ha publicado en: Pobreza y exclusión social y
Discriminación étnico-racial en América Latina y el Caribe,
Editores Siglo del Hombre, FLACSO, 2008.
29
Al mencionar esta labor en el campo de los Estudios Africanos sería
un error imperdonable, dejar de considerar la obra del eminente
profesor ya lamentablemente fallecido, Armando Entralgo.
Fundador de los Estudios sobre Africa en la Universidad de La
Habana, formador de generaciones de profesores que se han
dedicado a estos temas. De no ser por el profesor Entralgo, Los
estudios africanos y sobre Medio Oriente, prácticamente estarían
ausentes de nuestros planes de estudio. (Nota del Autor).
30
Solo en diciembre del 2009, el periódico
Trabajadores, por primera vez publico una entrevista el 14 de
diciembre de ese año y recientemente en junio del 2010, la
Revista Bohemia publico una Mesa Redonda sobre el tema: Ver.:
Revista Bohemia, No. 12, junio 4 del 2010. pp.29-36.
31
Ver: Revista Alma Mater, No. 468, octubre del 2008, p. 3 y p. 9.
32
Ver del autor de este ensayo en: Revista Universidad de La Habana
No. 263-264 y la Revista Cuba Socialista. 46.El autor ha publicado
12 artículos además del libro, con los cuales está preparando un
segundo libro sobre el tema. Acompañado por Miguel Limia, Samuel
Fure y Carlos Albizu.
33
Duharte, en particular, lograría articular sus estudios de la
esclavitud con el tema racial, cuando escribió: El fantasma de la
esclavitud: prejuicios raciales en Cuba y América Latina”, Bonn
Rugenstein, 1997.
34
Destacamos sus publicaciones: Reflexiones para un discurso de género
sobre la historia de la esclavitud Femenina en América y José
Martí. Apuntes sobre el antirracismo militante”, ambos publicados
en La Jiribilla.
35
Ver: Oscar Santi, Isla en: La Historia. La historiografía de Cuba
en el siglo XX, Ediciones Unión, La Habana, 2005. pp. 57-58.
37
Varios de los autores mencionados aparecen en Historia Social No.22,
Valencia, España, 1995. También en América Negra, Revista de la
Pontificia Universidad Javeriana, de Colombia, No. 15, diciembre
de 1998.En el caso de Rebecca Scott, se trata de su libro: La
Emancipacion de los esclavos en Cuba. La transición al trabajo
libre 1860-1899, y de Aline Helg: Lo que nos corresponde en la lucha
de los negros y mulatos por la igualdad en Cuba 1866-1912. Dentro de
las obras mencionadas, se destacan por su sentido negativamente
crítico los libros de Carlos Moore, plagados de generalizaciones a
partir de sus experiencias personales, como lo es su más reciente
obra Pichón, con una fuerte tonalidad de racismo en sus
aseveraciones y llenos de críticas contra el gobierno cubano.
38,
Ejemplo típico lo constituye
la producción investigativa del Instituto de Antropología del
CITMA, que una parte sustancial de ella espera por ser publicada.
39
No existe hoy en Cuba una presencia sobre el tema racial en la
prensa, como si existió durante los años 20 y 30. No es difícil
recordar, que múltiples investigaciones realizadas sobre el tema
por el Centro de Antropología, referidas a la contemporaneidad del
tema, quedaron engavetadas.
40
Para ampliar sobre este asunto ver:
Boletín Desde la Ceiba, “Estamos con Cuba”, Declaración de
los activistas, intelectuales y artistas afro norteamericanos en
solidaridad permanente con la revolución cubana, ¿Quién es
Carlos Moore? La habana, marzo 14 del 2011.
41
Asunto solo mencionado con amplitud en la
obra de Esteban Morales. Aunque no un análisis como tal de la
política racial, sino más bien de las fallas cometidas al
aplicar la política social, sin tomar en consideración el color de
la piel.
42
Los centros que de manera clásica han estudiado Cuba, como El
Programa Cuba de la John Hopkins University, el Centro de Estudios
Cubanos de la Universidad de La Florida, etc., nunca se interesaron
por el tema racial. Entonces este ha pasado a ser atendido por
algunos grupos interesados en captar el dinero de la USIA y de la
propaganda contra Cuba.
43
Esos son los casos de algunos artículos aparecidos recientemente,
haciendo oportunismo a partir de la elección de Barak Obama como
presidente.
En particular Carlos
Moore ha nucleado a un conjunto de personas, que lanzaron contra
Cuba, en diciembre del 2009, un documento agresivo y racista, que
cimentaba sus planteamientos sobre la misma base en que se apoya la
crítica contrarrevolucionaria contra Cuba.
44
Aun el tema pernocta en ambientes enclaustrados y entre personas, a
veces muy pocas instituciones, interesadas en el mismo. No existe
un debate público sobre el tema racial en la Cuba de hoy. Muchos
además lo ignoran, o no desean escuchar nada al respecto, o
lo atacan cínicamente como algo que nos viene de fuera. Un
intelectual nuestro, del cual me reservo el nombre, llego a decir,
que ese era un tema que lo habían traído de Estados Unidos, los
negros que viajaban a ese país, para fastidiar con el internamente
en Cuba.
45
Uno de los peligros, que apenas hemos comenzado a superar, es el
de que alguien desde fuera, apoyándose en nuestro poco vuelo aun en
el tratamiento del tema racial en la contemporaneidad, trate de
imponernos parámetros y principios teóricos y metodológicos para
abordarlo. Paradójicamente tal peligro no viene de nuestros
enemigos, sino incluso de una parte de la intelectualidad
norteamericana que es aliada o simpatizante de nuestra causa.
46
Ver nuestro ensayo, Cuba: color de la piel, nacion, identidad y
cultura. ¿Un desafío contemporáneo? Publicado en el Libro V del
Concurso Internacional” Pensar a Contracorriente “o en el
Portal Cubarte.
47
Para ampliar al respecto ver del Autor: Cuba Socialista No. 46, pp.
43-45
48
Una visión más completa de como vemos los asuntos a solucionar,
pueden verse del Autor, “Desafíos de la Problemática racial en
Cuba”. Revista Temas No. 56.
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