Autor: Esteban Morales Domínguez
UNEAC.
A MODO DE
INTRODUCCION
Con el final de
la llamada Guerra Hispano Cubana Norteamericana, no concluyó la
lucha de los cubanos por ocupar un espacio dentro de la nación que
emergía.
Para los negros y
mestizos en particular, se les hacía extraordinariamente difícil
obtener el puesto que muchos se habían ganado combatiendo por la
independencia de Cuba contra el Ejército Colonial Español.
La intervención
norteamericana, a partir de 1898, no solo expulsó al Ejército
Español de la Isla, sino que comenzó un intenso proceso de
restructuración de la vida cubana, dentro del cual, sin dudas, los
no blancos apenas tenían cabida. Él racismo se manifestaba
crudamente, negándoles a los negros y mestizos, las posiciones que
le correspondían dentro de la república que se organizaba.
Según el censo
de 1907, Cuba tenía 2, 048, 980 habitantes. De ellos 274,272 negros
y 334, 695 mulatos. Representando ambos el 29% de la población. A
pesar de todos los esfuerzos realizados para poner requisitos que
limitaran la posibilidad de su participación política, la temprana
aprobación del sufragio universal masculino, permitía que
aproximadamente un 30% de la población no blanca pudiera ejercer el
voto. Por lo que los no blancos devenían en un sector codiciado
por los partidos políticos de la época.1
Sin embargo, las
condiciones bajo las cuales los negros y mestizos debían hacer uso
del derecho que les asistía para votar, no les eran nada favorables.
Lo cual se expresaba, entre otros fenómenos, en que las múltiples
promesas de que eran objeto durante los procesos electorales, por
parte de los líderes de los partidos tradicionales: Liberal y
Conservador, una vez concluidos los comicios, tales promesas se
diluían por lo que los negros y mestizos retornaban al “cuarto de
desahogo”, hasta las próximas elecciones.
Las razones que
explicaban ese comportamiento, tienen sus raíces a partir del lugar
que históricamente les correspondió a negros y mestizos dentro de
la sociedad colonial cubana. Situación que la participación en las
Guerras de Independencia les ayudó a superar bastante, pues una
inmensa masa de ellos, mayoría dentro del Ejercito Libertador,
ganaron prestigio por su valentía, arrojo y sacrificio, que le
hicieron indiscutibles, al finalizar las contiendas por la
independencia. Muchos negros y mestizos disfrutaban de una autoestima
que nadie se atrevía a discutirles abiertamente.
Sin embargo, las
autoridades interventoras norteamericanas no tuvieron en cuenta para
nada tales méritos y al organizar la república, a los negros y
mestizos se les vieron casi al margen de la distribución del poder.
Los norteamericanos, prioritariamente se apoyaron en los generales
blancos (seleccionados), los autonomistas (en su inmensa mayoría
blancos también), en los hombres de negocio españoles que se
quedaron en Cuba y en el Ejército Norteamericano de intervención.
Los negros y mestizos, prácticamente, apenas algunos estaban en
la Guardia Rural que se organizó, el nuevo ejército, la policía,
el cuerpo de marina y de artillería, que finalmente organizó el
entonces presidente, José Miguel Gómez.2Ningún
negro o mestizo tenía una posición importante en el gobierno, el
empresariado y sobre todo en las empresas norteamericanas. Algunos,
muy pocos, había n logrado hacer se dé una posición de clase media
baja, como el caso de Evaristo Estenoz que era contratista de obra.
Cientos de
hombres fogueados en las guerras, con méritos más que suficientes,
cuando lograron ocupar alguna posición lo hacían solo en los
puestos más bajos, de los más miserables salarios y con los
grados más bajos, si es que lograban formar parte de algunos de los
cuerpos militares. En las actividades protocolares, del gobierno o de
los cuerpos armados, ninguno podía participar con sus esposas, al
ser estas negras o mestizas.
El racismo
importado por los interventores yanquis, ligado al ya existente, se
encargó de excluir a los negros de las posiciones de poder y de los
puestos mejor remunerados. En definitiva, su comportamiento hacia los
no blancos, no perseguía más que trasplantar la realidad del
racismo estadounidense a la Isla ocupada.
Una principal
demanda de los negros era que se les diera más puestos de trabajo en
el gobierno.”Según el censo de 1907 había 205 empleados en el
gobierno, de los cuales solo 11 eran negros” (Fermoselle p.83).3
También los
negros alegaban ser discriminados en las fuerzas armadas, donde de
8,238, solo 1,718, o sea el 28% eran negros (ob.p.83). Habiendo sido
mayoría en el Ejercito Libertador, apenas ocupaban espacio dentro
del nuevo ejército y el resto de los cuerpos armados.
Entre la
población de más de 10 años, el 54,9% de los negros eran
analfabetos, mientras los blancos apenas llegaban a un 38%.
(Fermoselle p.83).
Otras cifras
sirven para denotar la baja participación de los negros en
actividades de prestigio social.
Pues el número de profesionales negros también era muy reducido.
Tal y como podemos ver en los datos siguientes:
-
De 1,349 abogados, solo 4 eran negros.
-
De 1,343 médicos, solo 9 negros.
-
Negros había: 40 dentistas, 14 ingenieros, 5 veterinarios y 15 arquitectos.
La inmensa
mayoría de los negros estaban empleados en la agricultura, fábricas
de industrias mecánicas, también ocupando masivamente los servicios
domésticos. Todas actividades de las más bajas remuneraciones.
(Fermoselle, p.83-84)
Junto a ello,
había comenzado, unos años atrás, a llegar a Cuba una inmigración
blanca española, favorecida, que hacia aun más difícil la
situación a los negros y mestizos para encontrar buenos
empleos.4Los
negros antillanos, que venían durante los periodos de zafra, lo
hacían en las peores condiciones salariales, de vivienda y de vida.
Algo así como negros de peor condición, teniendo que volver a sus
países de origen al terminar. Solo muchos años después se les
permitió permanecer en la Isla.
Entre la
frustración acumulada por muchos independentistas al finalizar la
guerra, la amañada y desequilibrada distribución de poder llevada
a cabo por los norteamericanos durante la intervención, la traición
de algunos viejos independentistas y el especialmente
discriminatorio tratamiento dado a la población negra y mestiza, el
ambiente social no careció de enrarecimiento, para que muy pronto
comenzaran a aparecer las primeras señales de un descontento, que
trajo la emergencia de los atisbos de que un movimiento negro
nacionalista se estaba organizando. En diciembre de 1906 afloraban
los rumores de que los negros estaban descontentos con el Partido
Liberal, donde se agrupaba la mayoría de ellos y que formarían un
partido independiente. Estos rumores continuaban a todo lo largo de
1907, a pesar de que el partido Liberal se deshacía en promesas con
los negros para tratar de atraerlos a su lado.
El ambiente
político ponía de manifiesto claramente en qué consistían y donde
residían las inconformidades de los negros y mestizos, las que se
expresaban atraves de varios llamamientos que veían la luz en el
propio año de 1907.
Entre ellos, el 3
de julio de 1907, salió el llamado “Manifiesto al Pueblo de Cuba y
a la Raza de Color” publicado en la ciudad de Santa Clara por
Ricardo Batrell. En el mismo se proclamaba fundar una organización
que permitiera ayudarse mutuamente y trabajar por el progreso de la
raza de color en el orden económico, moral y político.
Ese espíritu de
reclamo de los negros y mestizos obedecía a que los mismos estaban
orgullosos de haber contribuido a la formación de la república que
había emergido. Aunque ello se contradecía sobremanera con el hecho
de no haber visto aun cristalizadas sus aspiraciones.5
Otro manifiesto,
el de Lajas, del 27 de agosto del propio año 1907, “Al Pueblo de
Lajas y a la Raza de Color”, pedía la unidad de los negros para
obtener sus derechos. Al mismo tiempo que expresaba que no volverían
a ser engañados más por lo líderes que prometían y no cumplían.
Este llamamiento ponía dentro del escenario político temporal un
ingrediente ciertamente explosivo: los negros esgrimían el
instrumento de su unidad para alcanzar sus reivindicaciones y lo
hacían también para “evitar continuar siendo engañados por el
liderazgo de los partidos políticos existentes”. Lo cual era
indicativo de un alto grado de conciencia política alcanzado. Ya no
eran los simples esclavos analfabetos, el proceso de la lucha por la
independencia los había convertido en ciudadanos y como tales muchos
reclamaban, Pero de que los negros hayan logrados proclamarse como
ciudadanos a que realmente lo fueran con todos sus derechos iba un
trecho bien largo.
A diferencia del
denominado llamamiento de Camagüey, el de Lajas, pedía la formación
de un “partido independiente de negros”. Si se trataba o no de
una solución políticamente viable, lo cierto es que no parecía
una mera aventura, sino algo que emergía de un nivel de madurez de
la conciencia política alcanzado por un gran grupo de ellos. Que
buscaban una solución radical a las dificultades para lograr su
participación política dentro de la nación. Además, tenían todo
su derecho a reclamarlo de la manera que mejor les pareciera a sus
intereses.
Por lo que, desde
1907, se ponían de manifiesto las contradicciones que darían
motivos al surgimiento de un partido independiente de los negros. Sin
dudas, una idea extremo compleja y hasta peligrosa, pues, aunque no
se quisiera, rompía con los criterios de “fraternidad Racial”,
muy defendidos y que habían caracterizado las relaciones entre
negros y blancos por muchos años.6
La idea de la
llamada “Fraternidad Racial” era muy defendida por los patriotas
cubanos y los líderes de la guerra, Martí y Maceo, sobre todo. Pero
se pondría claramente de manifiesto, que una cosa era defender la
idea, cuando de derrotar a España se trataba y otra era ahora,
cuando después de una intervención norteamericana, se había
adueñado del poder una elite política, que en contubernio con
Estados Unidos, trataba de disfrutar al máximo de las prebendas que
la propia intervención les permitía..No se hubiera tratado de nada
difícil mantener la “fraternidad racial”, si a todos, blancos
y negros, que habían regado su sangre junta en las batallas contra
España, les hubiese tocado, a cada uno, en la riqueza de la
república, una parte proporcional a los meritos que todos había
acumulado en la contienda por la independencia. Pero no había sido
así. Mucho había peleado, pero todos no recibían lo que merecían
y algo aun peor, muchos que no habían derramado ni una gota de
sangre por la república, recibían muchas veces las posiciones y las
riquezas que no se habían ganado. Entre ellos, anexionistas
furibundos, autonomistas, cuatreros millonarios que se lanzaron sobre
la Isla para adquirir tierras y bienes a precios irrisorios, de
patriotas que no disponían de recursos para recuperar sus bienes,
burócratas beneficiados, comerciantes españoles racistas, todos
comenzaban a disfrutar de cuantiosos bienes, mientras que a otros
que, si se habían sacrificado, sobre todo negros y mestizos, no les
tocaba nada en la repartición.
¿De qué
fraternidad racial se podía hablar entonces en medio de una
distribución tan desequilibrada de la riqueza?
Pero esa
conciencia política de negros y mestizos, emergía en medio de dos
tendencias: la del llamado “Directorio de la raza de Color “a
nivel nacional; y una segunda que ya buscaba la formación de un
partido político independiente de los negros.
Una tercera
posición, ya dentro del movimiento político de los negros, que
buscaba un levantamiento armado, como resultado, al parecer, del
resentimiento acumulado contra los liberales, los norteamericanos y
de los intereses que deseaban provocar de nuevo una crisis dentro del
país.
Pero los negros
de más baja condición económica, estaban atrapados entre varios
fuegos. Los Directorios de las Razas, fundados en varias regiones,
dirigían sus acciones a los negros descontentos. Por su parte, tanto
el Partido Liberal de José Miguel Gómez como el Conservador,
trataban de atraer el voto de los negros, mientras que otros negros
más radicales preparaban levantamientos para tratar de lograr bajo
presión, lo que no conseguían pacíficamente.
Pero, como bien
expresa Aline Helg, “la concientización de los negros y mulatos
cubanos y su desafío autónomo, incitaron a la elite dominante a
hacer mas explicita la ideología de la supremacía blanca”7.
La idea de construir un partido negro independiente, preocupo
sobremanera a la elite blanca, haciéndola tirar a un lado la idea de
la fraternidad racial, esgrimiendo abiertamente de manera explícita
lo que en su mayoría habían defendido: la de la hegemonía blanca.
Que muchos habían ocultado, sobre todo durante la lucha por la
independencia, solo utilizándola sutilmente.
En 1906, durante
la insurrección liberal, contra Estrada Palma, la violencia emergía
como potencial solución para no pocos.
Las fuerzas
políticas liberales y conservadoras no querían esta última
alternativa, pues la suya era no producir ninguna desviación del
proceso político, que contradijese preservar la formación y
hegemonía de los partidos burgueses. Lógica aspiración de los
sectores de poder, de querer que todas las fuerzas políticas que
emergiesen quedasen agrupadas dentro de una estructura de partidos,
cuyo rejuego político electoral, era el que en definitiva les
permitía mantener su hegemonía. Solo los poderosos tenían derecho
a formar partidos políticos, todos los demás, debían girar en esa
esfera, que era la de conveniencia de la elite de poder.
De todos modos,
alguna claridad existía, sobre cuál era el trasfondo de las
contradicciones políticas del momento. Pues en particular, la
opinión del gobierno norteamericano de la época era que las
revueltas de los negros se debían a que estos no habían recibido
una parte adecuada de los puestos en el gobierno. Cínica
clarividencia de su parte, porque en definitiva sabían, que tal y
como había quedado organizada la estructura política y distribuido
el poder, era lo conveniente para ellos, otra cosa no les era posible
de aceptar. Luego, aunque las contradicciones políticas pudieran
adoptar un rostro racial y así les convenía a la elite
presentarlo, en el trasfondo se trataba de una cuestión de clase.
Entre 1898-1902,
ello había dejado como lastre, la inmensa cantidad de negros y
mestizos, que habiendo combatido, a veces por más de 30 años por la
independencia, finalmente no les había tocado nada en la
distribución del poder de la república.
Razón por la
cual, los intentos de construir un partido negro, ya habían
emergido, desde principios del siglo, después de la llamada Guerrita
de los Liberales en 1906. Por cuanto, aunque muchos negros habían
participado en ella, nunca lograron ver reivindicados sus intereses.
Simplemente, los negros y mestizos fueron utilizados y después no
les tocó nada en la distribución. La elite blanca se lo había
repartido todo, como “botín de piratería”.
Con posterioridad
a la aprobación de la Enmienda Morúa, sin dudas el papel
desempeñado por Estados Unidos, en el derrocamiento de Tomas Estrada
Palma, durante la llamada Guerrita de 1906, es decir, ante la tozudez
de este, su definitiva contribución a descarrilarlo, a favor de los
liberales, quedaría como una señal, que sería interpretada por la
dirección del Partido Independiente de Color, como que Estados
Unidos, en algún momento, los ayudaría a derogar la enmienda.8
Sin dudas, la
actitud asumida por Estados Unidos frente a la incapacidad de Estrada
Palma de negociar ante la insurrección de 1906, nos permite colegir,
que las esperanzas que los miembros del Partido Independiente de
Color pusieron en que el gobierno norteamericano los ayudaría,
presionando a su favor para derogar la Enmienda Morúa, no era algo
festinado ni pura ilusión. Máxime cuando sabemos, que Mr. Magoon,
durante la segunda intervención, había dado su aprobación a la
existencia del Partido.
Por eso, tal vez,
Gregorio Surin lanzó en “Previsión” una proclama, que en
realidad era para estremecer a los patriotas no simpatizantes del
PIC. En la misma se decía: “Si la propuesta de Morúa se convierte
en ley irían a dirimir ese asunto de derecho a Washington, donde
nuestra vida política había sido sancionada por un gobierno fuerte
que no temía a las manifestaciones del sentimiento popular”
(Rolando Rodríguez. República de Corcho, p. 302). En realidad, era
imposible de creer que personas de una inteligencia normal y
golpeadas por la experiencia política de la actuación
norteamericana, se creyesen semejante falacia. Pues esto, además de
una estupidez y una bofetada a la gran masa del pueblo cubano, que no
resistía la Enmienda Platt, era reconocer el derecho de Estados
Unidos a meterse en los asuntos de Cuba. (Para ampliar ver: ob.
Rolando Rodríguez p. 302).
Un reconocimiento
como ese del poder de la Enmienda Platt, no podía tener otro
resultado que restarle prestigio al Partido Independiente de Color,
ante aquellos en los que más debía buscar el apoyo político. Sin
dudas, no era un buen camino para lograr la aceptación que el
Partido necesitaba. Tal situación no contribuyo a que el PIC lograra
sus propósitos, todo lo contrario, siempre le resto fuerzas y apoyo.
LA FUNDACION DEL PIC.
Entre 1878-1889,
se había intentado construir un partido de negros, al frente del
cual estaría Juan Gualberto Gómez, pero la idea no fructificó,
porque Gómez era enemigo de dividir a blancos y negros. Al
contrario, estos debían unirse contra el poder español en Cuba.
La labor que José
Martí le había encomendado: unir a todos los cubanos, blancos,
mestizos y negros, para desplegar la lucha por la independencia, la
cual tenía la máxima prioridad, a ello Gómez dedicó todas sus
fuerzas. Más tarde, en medio de otras circunstancias, ya no
presionado, fundó el llamado “Directorio de la Raza”, pero jamás
fue partidario de que los negros se separaran en un partido
independiente de filiación racial. Por lo que, en medio de las más
complejas condiciones, nunca apoyó al Partido Independiente de
Color.
En 1908, Evaristo
Estenoz y Gregorio Surin, en La Habana, crearon la que llamaron
“Agrupación de los Independientes de Color “, la que más tarde
cambiaria su nombre por Partido Independiente de Color.9
Tal vez, ante el
temor de una posible sublevación, Charles Magoon, entonces
interventor en la Segunda Ocupación norteamericana, legalizó el
Partido. Pretendía, según parece, apaciguar a los negros y mestizos
belicosos, porque sabía de la participación de estos en la Guerra
del 95 y en la insurrección de 1906. A finales de agosto de 1908, la
agrupación comenzó a publicar su órgano oficial, bajo el nombre de
“Previsión”. Este último lanzó campañas que al parecer
causaban el temor de los blancos. Se hablaba de una traición de los
blancos contra los negros.
Visión un tanto
torcida de traición, porque se partía de un análisis de colores y
no de clases. Los blancos independentistas en realidad no
traicionaban a nadie, simplemente, muchos de ellos con poder y
dinero, respondían a la defensa de sus intereses.
Lamentablemente,
aunque no fuese su intención, el PIC, provocaba una división entre
blancos y negros, que asustaba y no era aceptable para muchos cubanos
de ambas “razas”. Cosa que los principales fundadores de la
nación cubana nunca habrían permitido. Incluso el propio Antonio
maceo, el negro más aguerrido y luchador contra la discriminación
racial, la sufría, pero nunca se atrevió a decir ni hacer nada, que
pudiese dar la impresión de que blancos y negros pudiesen convivir
separados.
A pesar de sufrir
no pocas veces la discriminación, Antonio Maceo, era un
inclaudicable defensor de la unidad de todos los cubanos. Lo
principal era hacer la guerra contra España para lograr la
independencia y Maceo ya había vivido las consecuencias que la
división entre los cubanos podía provocar. La república seria otra
cosa. José Martí
la había proclamado “Con todos y
para el bien de todos “.
Cierto, no era
lógico hablar de traición a los negros, aunque realmente, es verdad
que los generales blancos, en su inmensa mayoría, fueron
evidentemente favorecidos por una administración interventora
racista, a la que ayudaron a convertir en polvo la idea de la
república martiana, por la que tantos cubanos, blancos y negros
había muerto.
A muchos
generales de la Guerra de Independencia, hasta Gerardo Machado y
Morales, el último de la lista, que se beneficiaron sobremanera,
les cabe el lamentable honor de haber puesto en práctica el modelo
neocolonial diseñado para Cuba por Estados Unidos.10
Mientras que generales de las tres guerras, como Quintín Banderas,
no recibió más que un miserable puesto de cartero, para finalmente
morir vilmente macheteado.
En 1908, la
agrupación presentó candidatos legislativos en La Habana, pero solo
alcanzó 2,000 votos y ninguno resultó elegido. El mismo Estenoz,
obtuvo solo 95 votos, fallándoles entonces la idea de que debían ir
en lista independiente. (Fermoselle, pp.111-112).
Los
Independientes de Color, no buscaban supremacía de raza, sino que no
hubiera supremacía. Se unían no como negros y mestizos sino como
oprimidos. Tampoco la agrupación era para ellos un fin en sí mismo,
por lo que impedirles unirse era permitir que continuase la
supremacía blanca y la desigualdad. En sus filas se permitían
blancos, habiendo muchos españoles anarquistas entre ellos. Su
programa era nacionalista, con base en la búsqueda de la igualdad
social y racial, pro obrero y pro campesino, favorable a la educación
universal y a una justicia de verdad equitativa. Por lo que es
posible que los ataques de racistas con que les persiguieron siempre,
no fueran más que un modo también de tapar, la animadversión y la
cobardía que les provocaba, a los sectores blancos de poder, el
tener que enfrentarse con un programa que ni cínicamente hubieran
sido capaces de adoptar.
Pero también se
manifestaba en el Partido Independiente de Color, cierta dualidad
contradictoria respecto a Estados Unidos.
-Reclamaban la
aprobación dada por Magoon, por lo que de hecho aceptaban la
Enmienda Platt, al considerar que bajo su autoridad debía
devolvérsele el status legal al Partido.
-Apelaron a la autoridad del
Presidente de los Estados Unidos, para lograr su reconocimiento.
-Parecían
reconocer el racismo norteamericano, porque su órgano “Previsión”,
en la práctica, defendía la blandura del racismo yanqui, ante un
racismo más marcado en Cuba.
Sin dudas,
buscaban justicia, apelando a los mecanismos de poder tal y como
estos funcionaban en aquellos momentos, pero lamentablemente las
claves de ese poder no estaban en manos de los cubanos, sino bajo del
control de Estados Unidos.
A pesar de esos
errores, sin embargo, el PIC tenía una postura no solo antirracista,
sino que también se pronunciaba contra el expansionismo yanqui y la
Enmienda Platt, considerando entonces a Guantánamo y Bahía Honda
como dos heridas en el cuerpo de la nación. No obstante, todo parece
indicar, que la obsesión por quitarse de encima a la Enmienda Morúa,
en la práctica, al parecer, los llevó a de su parte, a soslayar un
poco sus propias concepciones patrióticas. Al parecer, la vorágine
de la política del momento los envolvió.
En las elecciones
parciales de 1910, solo tendrían derechos liberales y conservadores.
Para entonces el Partido dejo de llamarse agrupación y adoptó el
nombre de Partido Independiente de Color.
Estenoz, fue
detenido por violar la Ley de Imprenta, acusándolo de ser el autor
de un violento texto aparecido el 30 de enero de 1910. (Ver: Rolando
Rodríguez, La Conspiración de los Iguales, p. 299). El gobierno
confiscó Previsión y Estenoz fue condenado a 120 días de arresto.
Entonces,
aprovechando la ocasión, el Senador Martin Morúa Delgado, en
febrero 10, del propio año, presentó al congreso una Enmienda al
artículo 17 de la Ley Electoral.
Supuestamente,
Morúa, defendía así la unidad de los cubanos, puede, tal vez, que
esa haya sido su intención personal, pero en la práctica no se
trató más que de una trampa para sacar del juego electoral al
Partido Independiente de Color. Comenzando así una larga batalla
político-legal, en la que muchos se vieron envueltos dentro de la
cámara, destacándose entre ellos, Salvador Cisneros Betancourt, al
considerar que “la Enmienda de Morúa traería más problemas de
los que trataba de evitar”, y así fue.11
Pienso que de no
existir la enmienda y de haberse podido evitar lo peligroso que
resultaba un partido de filiación racial, sobre la base de un debate
amplio acerca de la necesidad de dar espacio político real a los
negros y mestizos, para que estos no se viesen obligados a
constituirse en partido independiente, por sentirse presionados, y
excluidos, pues se trataba de solucionar el asunto por la vía de
una imposición como la enmienda, se habría podido avanzar. Pero
para ello se requería la voluntad política de la mayoría blanca y
de los negros. Siendo los blancos, sobre todo, los que tenían el
poder, aunque también los negros, que exigían su mejor
distribución. Sin embargo, creo que la sociedad cubana de entonces
no estaba preparada para un debate de esa naturaleza y todo solo
podía terminar, como termino. En una gran masacre, dentro de la
cual, los negros no cedieron, pero los blancos tampoco. Porque en el
fondo, el asunto no era un problema racial sino de clase: de poder,
donde la cuestión racial era solo el ingrediente que agravaba el
asunto, pero no su esencia.
Pensamos que el
PIC, absolutizo el enfrentamiento a la Enmienda Morúa, y esa batalla
llevó al Partido Independiente de Color a cometer un conjunto de
errores políticos, que le restarían fuerzas para sostener la
totalidad de sus demandas y para focalizar el debate por alcanzarlas
de una manera más amplia y efectiva. Disponiendo de fuerzas para
ello.
Entre tales errores debemos
mencionar los siguientes:
- El primer error
fue olvidar que la batalla del PIC no podía ser solo contra la
Enmienda Morúa, sino una lucha político-social por ganarse a la
masa de negros, mestizos, y hasta de blancos, pobres, sobre todo, que
podían encontrar reflejadas muchas de sus aspiraciones en el
Programa del Partido; por cierto, muy progresista y avanzado para su
época.
-Prestar más
atención al aspecto táctico-organizativo del Partido, para evitar,
lo que de hecho se produjo, la emergencia de iniciativas regionales,
que no pocas veces pusieron en peligro las intenciones pacíficas y
no racistas del partido.
-Haber confiado
de manera idealista, apoyados en la estrategia de 1906 contra Estrada
Palma, de que el gobierno norteamericano defendería en Cuba
reivindicaciones políticas de negros, cuando dentro de su propio
país practicaban el racismo más despiadado y criminal.
-No tomar
suficientemente en cuenta, los factores de peligro presentes en el
ambiente político de la época. Tales como: el interés de algunos
sectores por provocar la intervención norteamericana, el racismo
presente en la vida nacional, el peso de la propaganda racista, que
magnificaba, tergiversaba y sobredimensionaba toda actividad del
partido, como una acción dirigida contra los blancos y sus familias.
- La actitud
paranoica del gobierno norteamericano contra toda actividad que
pudiese afectar sus propiedades en Cuba.
-Los
independientes confiaron en que conversar con José Miguel Gómez les
serviría para adelantar algo en sus aspiraciones de abolir la
Enmienda Morúa. Pero no valoraron suficientemente algunos asuntos
que tendrían consecuencias desastrosas.
Entre ellos:
- Muy
pronto, una vez producido el alzamiento, el Presidente comenzó a
sentir la presión proveniente, directamente, del gobierno de Estados
Unidos, para que protegiera las propiedades y los ciudadanos
norteamericanos. A lo que se aliaban los cónsules ingles y francés.
- Beaupre,
Ministro representante del gobierno norteamericano en Cuba, en
coordinación con el cónsul inglés, francés y otros funcionarios
representantes de los negocios norteamericanos en la isla, se
afanaban continuamente por magnificar el peligro que representaba la
insurrección, e informaban al gobierno estadounidense acerca de las
incapacidades de la administración cubana para proteger las
propiedades norteamericanas. Presionando continuamente por la
intervención.
- Dentro
del Congreso se movían fuerzas dirigidas a poner en manos de José
Miguel Gómez todas las capacidades para terminar la insurrección de
la manera más violenta posible.
- El
Presidente no hizo el menor caso a la realidad de que los insurgentes
rehuían los combates, evitando los enfrentamientos con el ejército.
Todo, lo contrario, al haberse corrido fuertemente el rumor de que
había algún entendimiento con los líderes del partido
Independiente, para que lo que tuviera lugar fuese un simulacro de
enfrentamiento, Gómez, movilizo tropas y armamentos suficientes para
masacrar la insurrección. Por lo que, en el congreso, al triunfar la
idea de la suspensión de garantías y definitivamente aprobarse la
Enmienda Morúa, el General Monteagudo, jefe del ejército, se vio
protegido para actuar con toda violencia y criminalidad, como
efectivamente lo hizo.
ACONTECIMIENTOS
PRELIMINARES DEL ALZAMIENTO ARMADO.
Según se
acercaban los momentos definitorios de la contienda contra la
Enmienda Morúa, la situación política para el PIC se tornaba más
difícil y compleja.
El 3 de marzo de
1910, apareció en “La Lucha” un manifiesto de las Sociedades de
Color, bajo la dirección de Juan Gualberto Gómez, que criticaba a
los Independientes por rígidos e impacientes. No los apoyaba y este
despegue hacia un gran daño al Partido, pues se enajenaban al negro
más importante de la época.
Los liberales se preocupaban, pues
no se acababa de aprobar la enmienda y los miembros del PIC
continuaban organizándose y constituyéndose.
En tal caso, José
Miguel Gómez tampoco quería ceder terreno a los conservadores y
asumiendo un papel de árbitro supremo, que supuestamente estaba por
encima de la disputa, cortejaba a los Independientes y les prometía
interceder para que la Enmienda no quedara aprobada.
Estenoz como
parte de la campaña para evitar la aprobación de la Enmienda atacó
fuertemente a J.M. Gómez, tildándolo de lechero y a Morúa de negro
vendido, llamándole ignorante al coronel Manduley.
El Club Aponte
tuvo una fuerte polémica debido a la pertenencia de algunos de sus
miembros al PIC, a los que expulsó.
Por su parte,
Enrique José varona, se pronunciaba contra el coqueteo con una
organización que se basaba en el color, señalándolos como
irresponsables que comprometían el futuro de la patria.
En el órgano
“Discusión” les aconsejaba no agruparse por la raza y les
sugería aliarse al Partido Conservador.
No eran pocas las
manifestaciones de desaprobación que el PIC recibía continuamente.
De todos los grupos raciales y prácticamente todos los sectores
sociales.
En realidad,
¿cómo explicar que a pesar de la justeza de la causa que el PIC
defendía, las simpatías que debían despertar su programa, la
citica situación de negros y mestizos, en los años inmediatos
posteriores al finalizar la guerra, la simpatía que podía despertar
en los negros tener un partido propio que defendiese sus intereses
como negros, sin embargo, tanta gente de todas las razas y sectores
sociales les fueran opuestos?
Creo que esa
explicación solo puede estar en el accionar del propio partido y en
el contexto social en que este debía desenvolverse. Busquémosla
por esas vía y estoy seguro que hallaremos. Algunas causa ya hemos
adelantado, otras terminaran por aparecer.12
El 22 de abril,
el Ministro norteamericano Jackson le escribió al de Estado Knox,
que se había reunido con Estenoz. Este le había asegurado que su
partido era legítimo, pues lo había reconocido Magoon. Que estaba
integrado por negros y blancos y no tenia que provocar acciones para
derramar sangre o provocar una intervención de estados Unidos.
Pero la opinión
de Knox, era que detrás del PIC había blancos que deseaban crear
una causa de intervención y de posible anexión. Estos eran, según
él, los que querían crear una situación similar a la de 1906 que,
a pesar de su negativa inicial, al final, había tenido que aceptar
la solicitud de Estrada palma de intervenir en la Isla.
En realidad, la
entrevista con Jackson fue un error del PIC, pues ya la proclama de
Surin, mencionada más arriba, había servido para levantar la
sospecha de que el PIC buscaba la temida injerencia de Estados
Unidos. Lo cual contribuía a enajenarle las simpatías del elemento
más patriótico del país. Pues realmente imaginar que Estados
Unidos seria fuente de justicia para los negros en Cuba, era algo
ciertamente descabellado. ¿Cómo era posible imaginar que el
Gobierno norteamericano apoyara negros en su neo colonia, si
prácticamente los masacraba en su propio país? Es una respuesta que
no vale la pena encontrar. Sin embargo, el PIC, insistió en
semejante asunto hasta el cansancio.
La noche del 22 y
23 hasta el 25 de abril de 1910, fueron arrestados 59 de los
principales dirigentes del PIC.
Para representar
al líder se constituyó como defensor el General Freyre de Andrade,
dirigente del Partido Conservador. La jugada era clara, se trataba de
atraer al PIC al control de los conservadores.
Además, la
prensa reforzaba la idea de que el PIC era el plan de algunos blancos
y extranjeros para buscar el derrocamiento del gobierno del gobierno
y provocar la intervención de Estados Unidos, algo similar a lo que
había tenido lugar en 1906.
La tensión era
tal que el Consejo Nacional de Veteranos publico el 23 de abril en
“El Veterano” el manifiesto, “ni blancos ni negros solo
cubanos”, donde se acusaba a los Independientes de color de
encabezar una campaña racista encaminada a destruir la república
cubana. Por lo que entonces, el PIC, tampoco podía contar con los
veteranos. Una fuerza que poseía arrastre y prestigio suficiente
para haber llevado adelante la causa que se proponían.
Se creaba así
una atmosfera que hizo que las Sociedades de Color de La Habana,
condenaran la agitación de los independientes de color.”
Previsión” se vio obligado a declarar que no buscaban la
intervención ni se proponían el levantamiento armado. El periódico
trataba de salir en defensa del partido en medio de la situación tan
desfavorable que se les creaba. Pero el desequilibrio entre lo que
un solo periódico del partido podía hacer en su defensa y el
resto de la prensa de derecha, era muy grande.13
El 29 de abril de
1910 fallece Morúa Delgado y el 2 de mayo, sin dudas influenciadas
por el acontecimiento, la Enmienda es aprobada con 42 votos contra
20. Pasando a conocérsele como la Ley Morúa. A partir de entonces,
la batalla contra la Enmienda, prácticamente concentro todos los
esfuerzos del PIC. Lo cual tenía su lógica, era la enmienda la que
impedía que el Partido actuase electoralmente.
El 20 de junio
del propio 1910, diez de los detenidos del PIC decidieron acatar la
Enmienda y declararon disuelto el PIC. A pesar de haber sido
excarcelados 57 disidentes, Estenoz continuaba encerrado y expreso
que el partido seguiría luchando.
Los que
permanecieron en prisión tomaron la decisión de que o la Enmienda
Morúa era derogada, o por la fuerza la echarían abajo. Es decir, a
pesar de la traición, Estenoz seguiría adelante, dando una muestra
de audacia, valentía y apego a la causa que defendía.
Finalmente,
Estenoz es liberado (con el dinero del Partido Conservador) y en
octubre se encarga de hacer público de que el PIC continuaba, pues
su disolución en la cárcel no había sido reconocida por una parte
importante de sus miembros y que el mismo continuaba siendo el jefe
del Partido.
Pero, en el mismo
octubre de 1910, Isidoro Santos Carrera y Zamora Francisco Caballero
(Miembros del Comité Ejecutivo Provincial del PIC en Oriente),
dirigen una carta al Presidente de Estados Unidos, reclamando la
legalidad del PIC que había hecho Magoon y lamentablemente, en la
misiva, califican de visionaria a la Enmienda Platt. Sin lugar a
dudas, una carta como esa, al Presidente norteamericano, halagando
la Enmienda Platt, le restaba aún más prestigio al Partido,
haciéndolo quedar como antipatriótico.14
A la misiva
mencionada, le siguió una “guatacona carta “a José Miguel
Gómez, de fecha 18 de octubre, pidiéndole aplazar las elecciones.
En realidad,
todas estas reclamaciones carecían de valor, pues Estenoz, se había
reunido e invocado el dictamen, dado por Magoon, de beneplácito con
el PIC, lo cual se había basado en la Enmienda Platt, pues bajo su
jurisdicción era que había tenido lugar la Intervención de 1906.
Como algo,
nuevamente lamentable, en sus reclamaciones, llamaban a Magoon
ilustre ciudadano, cuando todos sabían de su falta de prestigio en
los Estados Unidos y de sus vínculos corruptos en Cuba.
En las
solicitudes del PIC se ponía claramente de manifiesto la mentalidad
de subordinación existente en casi todos los políticos cubanos de
la época. Aunque los del PIC en su inmensa mayoría eran negros y
mestizos, por lo que entonces, ¿que tenían que hacer estos últimos
pidiéndole clemencia al Presidente de la nación más racista del
hemisferio? De ello salió el desaire esperado, donde el
Presidente de Estados Unidos, decía que no consideraba oportuno
formular sugerencias al gobierno cubano.
Otros de los
desvaríos políticos del PIC, se expresaba en que, junto a los
disidentes de la cárcel, otros también se expresaban de acuerdo en
votar por el Partido Conservador, criticando a los liberales por
haberlos encarcelado.
Estenoz trabajaba
arduamente para reanimar el PIC. Que en 1912 tendría como tareas, no
apoyar a ningún candidato y derogar la Enmienda Morúa. A la sazón,
Fernando Freyre de Andrade y Armando André, habían presentado un
proyecto de Ley para derogar la Enmienda Morúa, pero aun después de
mucho debate no se logró nada concreto en la dirección defendida,
entre otros, por el propio Andrade, Lino Dou y Campos Marquetti. 15
Como un notable
error de cálculo, el PIC, no prestaba atención suficiente al
contexto político en que tendría que moverse su pronunciamiento
de levantamiento armado. Entre otros, seria grande la alarma que se
crearía, que traería el recuerdo de las rebeliones de esclavo y en
particular del “miedo al negro” que la Revolución de Haití
había provocado y que todavía permanecía en la conciencia de
muchos blancos y negros también.
EL CAMINO HACIA
LEVANTAMIENTO ARMADO.
En enero de 1912,
fue presentado un recurso de inconstitucionalidad contra la Enmienda
Morúa. Pero fue declarado sin lugar. Con lo cual, así se esfumo la
última esperanza del Partido Independiente de Color.
Perdida las
esperanzas de anular la acción de la Enmienda Morúa, los
Independientes de Color, continuaron trabajando en las direcciones
siguientes:
-Acentuaron el
trabajo en función de preparar la protesta armada. Termino que ya de
por si no quedaba muy claro cuál era su significado, su posible
comprensión, aceptación ni sus límites. Pero se hablaba en el de
protesta y de armas.
-Estenoz programó
una visita a Washington para insistir en reclamar la aprobación dada
por Magoon.
-A mediados de
febrero una comisión encabezada por Estenoz se entrevisto con el
Presidente Gómez. Aquí el Presidente hizo algunas promesas de
ayuda, pero reclamo que borraran el término “color” de la
denominación del Partido. Esto último parecía ser lo que más
preocupaba y molestaba a las elites blancas de los partidos
tradicionales. Aunque también a no pocos negros.
-Estenoz
finalmente lanzo un ultimátum a Gómez: si la Enmienda Morúa no se
derogaba antes del 22 de abril de 1912, los negros lucharían por
preservar su honor. Acto seguido, Estenoz, en reivindicación,
publico una circular amenazando al gobierno con desatar una ola de
protestas y una manifestación masiva en Oriente. En realidad, se
trataba de un peligroso ultimátum, que no tomaba para nada en cuenta
las condiciones bajo las cuales el Partido lo realizaba. (Rolando
Rodríguez, pp. 321-323)
El ministro
Beaupre, inmediatamente, informo al Secretario de Estado
norteamericano, sobre la visita de Estenoz al presidente Gómez.
Diciendo que Estenoz había declarado a la prensa que su partido era
todopoderoso y que ningún partido podría ganar sin su ayuda.
(Rolando Rodríguez p. 323)16
De modo que
Beaupre, informaba que el PIC pretendía lograr sus objetivos por
tres vías:
-Presionando a
José Miguel Gómez y al Congreso.
-Por la vía de
la intervención de Estados Unidos.
-Por una negociación con las armas
en la mano.
Los negros
siempre habían sido columna vertebral de los levantamientos armados
en Cuba, pero bajo el mayoritario liderazgo de los blancos, nunca
solos. Por lo que la prensa, tornando aun más tensa la situación,
insistía, en que el PIC recibía ayuda de Haití y de Jamaica.
Elemento este último que fue extensamente manipulado.
Por otro lado, la
situación del PIC se tornaba aun más complicada y peligrosa, al
continuar insistiendo en apostar a que una decisión de Estados
Unidos les beneficiaria. Política que los alejaba cada vez más de
las simpatías populares de que necesitaban mucho, tanto de parte
de los negros como de los blancos.
El 21 de marzo,
Estenoz, enviaba un cable al Presidente Taft, en el que pedía
protección y acusaba al gobierno de no ofrecer garantías a su
partido. Esta acción fue realizada también por decenas de miembros
del PIC, por medio de Beaupre para hacerlo llegar a Taft. (Rolando
Rodríguez, la Conspiración de los Iguales. p. 326).17
A pesar de los
atropellos de que eran objeto, ofensas y hasta prisión, ello no
justificaba insistir en su confusión por parte de los militantes del
PIC. Pues mientras veteranos y patriotas solicitaban a Estados Unidos
no intervenir en Cuba y salvar la república (maltrecha, pero
república al fin) los independientes solicitaban se les aplicase el
articulo III de la Enmienda Platt, con tal de salvar su partido. Sin
dudas, se trataba de un egoísmo que lindaba con la falta de
patriotismo.
La prensa utilizo
los documentos emitidos por el PIC para atacarlos por doblegarse a
Washington, considerado como reprobable ante la conciencia nacional.
Aunque esta misma prensa no se cansaba de adular a Washington. En
realidad, el patriotismo de la inmensa mayoría de esta prensa cavia
en el bolsillo pequeño de cualquiera. Pero con mucha frecuencia la
demagogia y el cinismo no pagan entrada, se cuelan por los resquicios
más insospechados. Esa misma prensa que exacerbaba el sentimiento
racista contra los independientes, los acusaba de antipatrióticos.
Pero, en medio de
esta situación, llego la artimaña de José Miguel Gómez. Sabiendo
este último que Estenoz se entrevistaría con Knox, el 5 de abril,
lo convoco a una reunión a Palacio, donde le prometió que la
circular prohibiendo los mítines seria cancelada y hasta que
también, la Enmienda Morúa seria derogada.
El gobierno
trataba de hacerle creer así a Estenoz, que estados Unidos le
demandaba cesar sus actividades, comentándoles que habían recibido
cartas de Washington, procedentes del Presidente Taft. (Rolando
Rodríguez p. 329).
Para tratar de
captarlo, Gómez llamo a Ivonnet a palacio. Quien llego a la reunión
con las aspiraciones del partido y rechazo su cambio de nombre. Así
como con la decisión de apoyar al candidato presidencial que más
ventajas les diera.18
Ivonnet declaró entonces, que regresaba a Oriente si haber logrado
que el gobierno derogara la Enmienda Morúa.
El mismo día 14
de abril, Gerardo Machado, derogo la circular que prohibía los
mítines al PIC. Se dice entonces, que, en reciprocidad, el PIC quito
lo del color.
El PIC comprendía
que tendrían que lograr rápido derogar la Enmienda Morúa. De lo
contrario quedarían marginados del proceso electoral. Entonces se
estudiaron varias opciones. Las más importantes:
-Cambiar el
nombre del partido y darles cargos a blancos. Pero entonces habría
que reinscribirlo y eso significaba abandonar la batalla.
-Disolver el
partido, lo cual significaba retirarse de la contienda.
-Organizar una
protesta armada, peligrosa, que llevara a la ocupación, como en
1906, obligando al gobierno a derogar la Enmienda Morúa. (Silvio
castro. p. 129).
A partir de
entonces comenzaron procesos que llevaron al desenlace fatal. Cuando
en realidad, la primera alternativa, habría ayudado a convertir al
partido en un movimiento popular. Con un programa atractivo, que
podría desplazar a los otros partidos y atraer a los negros de
renombre, como lo eran Juan Gualberto Gómez, Silverio Sánchez y
otros.
El 12 de mayo de
1912, se reunió el ejecutivo nacional con la presencia de Estenoz y
la participación amplia del resto, 13 en total, en la calle Virtudes
No. 95 (Ver: Silvio Castro.p.90).
Durante la
reunión, el debate se centro en ir a la Protesta Armada o cambiar el
nombre del Partido y seguir la lucha dentro de la legalidad. También
se consideraba necesario conocer la opinión de José Miguel Gómez
sobre la derogación de la Enmienda Morúa y sobre los obstáculos
que les oponía Gerardo Machado, Ministro de Gobernación, para la
lucha legal. (Ver: Portuondo Linares. P. 148).
Se consultó en
clave con los comités del partido sobre las opciones. Una abrumadora
mayoría de las juntas voto por tomar las armas. (Portuondo Linares
p. 147).
Por su parte,
Ivonnet, presentaba el proyecto de los Independientes de la manera
siguiente:
Confiaba en que
se haría una asamblea para cambiar el nombre del partido y decidir a
quién apoyar como presidente. Se irían al campo las fuerzas
comprometidas para alzarse. No habría enfrentamientos de sangre. A
los 8 días se derogaría la Enmienda Morúa y después apoyarían la
reelección de Gómez.
Después de la ya
mencionada reunión entre Gómez e Ivonnet, la prensa hablaba de un
pacto entre ambos. En realidad, el Presidente había tenido un
dialogo con el PIC y les había prometido derogar la Enmienda Morúa.
Pero, el 26 de
mayo, en una entrevista de Ivonnet y Estenoz con el periodista
Bacardi, para “El Cubano Libre, “Santiago de Cuba, cuando ya los
Independientes se habían ido al monte, rechazaron que se hubiera
establecido ninguna combinación con el presidente Gómez. Explicando
que le habían dado a entender a este ultimo que si no satisfacían
sus demandas se verían obligados a adoptar una actitud violenta.
(Rolando Rodriguez.p.332).
Se especulaba
mucho sobre un posible arreglo entre el PIC y Gómez, pero ello es
muy difícil de admitir debido a su peligrosidad. Esto tampoco está
probado.
De todos modos,
Gómez, por su parte, para negar que hubiera habido algún pacto,
tenía que hacer todo lo posible por manifestar su voluntad de
aplastar la insurrección. A lo cual se sumaban otros asuntos, tales
como:
-
Las fuertes presiones en el congreso para que no se pudiera derogar la Enmienda Morúa.
-
Las intrigas del Ministro Beuapre, continuamente sobredimensionando todos los peligros, para justificar la ocupación y una posterior anexión.
3.El peligro real
de que el PIC había aplicado la variante más peligrosa de rebelión:
la llamada Protesta Armada.
4.La actitud
cínica del gobierno norteamericano, que nunca mostro la intención
de reiterar la aprobación que Magoon le había dado al PIC.
La tesis de un
supuesto acuerdo entre Gómez y el PIC para el alzamiento, es
totalmente cuestionable. Pero que el Presidente hizo promesas de
derogar la Enmienda Morúa, es cierto que las hizo. Por lo que tan
cercana las elecciones e incumplida la promesa de Gómez, ello llevo
más a los independientes por el camino de la violencia.
No era su
intención derrocar al gobierno, pero la variante seleccionada para
lograr sus objetivos era la más peligrosa de todas. Al mismo tiempo,
debiendo buscar apoyo en los negros, pero también en los oprimidos
en general, no lo lograron, siquiera, parece, que lo hayan intentado
con la mayor fuerza y lo que hicieron fue moverse dentro de las
estructuras del poder interno, el gobierno de Estados Unidos y se
olvidaron del pueblo, perdiendo todo el carácter social y
movilizador que pudo haber desplegado su movimiento.
Por su parte, el
gobierno norteamericano, al producirse el alzamiento, apoyo la
masacre a realizar por el Ejército Nacional y los voluntarios, bajo
el mando del General Monteagudo.
Sin dudas,
aquellos negros, orgullosos de su papel en la Guerra de
Independencia, no comprendían que los enemigos ahora no eran los
mismos, ni ellos tampoco eran los mismos, para quienes se les
enfrentaban entonces como negros armados contra los blancos en el
poder Ahora se enfrentaban negros que reclamaban lo que les
pertenecía de la república que habían ayudado a conquistar y
blancos que se enorgullecían de tener el apoyo de quienes le habían
ayudado a adueñarse de la república.
EL LEVANTAMIENTO ARMADO.
Fue en Oriente
donde se focalizo el conflicto. Lógico, si al observar el censo se
ve que de los 609,000 negros y mestizos que se decía entonces había
en Cuba, en Oriente habían 195,000, concentrándose la mayoría en
la franja sur de la provincia. (Rolando Rodríguez, p. 336). Donde
también estaban los lideres más importantes del partido.
Al mismo tiempo,
se prestaba atención a la composición racial de la zona donde,
según el censo de 1907: El caney tenía 53% mestizo, Alto Songo
71,8% y San Luis 68,9%.
El 17 de mayo, en
el parque Crombet, de Santiago de Cuba, se llevo a cabo una
concentración, en la que Estenoz, se dice, lanzo una amenaza: “Si
la Enmienda Morúa no era derogada pronto su partido arruinaría a
Cuba” ( Rolando Rodríguez, p. 337 ).19
Se cuenta, que al
día siguiente del mitin, Estenoz se presento en la herrería de
Buenaventura Parada y le dijo “ Es preciso nos vayamos al campo,
todas las provincias están preparadas ya para el movimiento y el
partido comprometido para alzarse…no habría derramamiento de
sangre, las tropas no nos encontraran y si acaso nos encontráramos,
sostendremos un pequeño fuego del que nada ha de resultar , a los 8
días se derogara la Enmienda Morúa y después hemos de apoyar la
reelección del general Gómez ( La Lucha, 1 de agosto de 1912 ).20
Según, Silvio
castro, de este pasaje sale el plazo de 8 días y el apoyo a Gómez
es de donde se extrae, la supuesta complicidad del Presidente con el
alzamiento. (Silvio Castro, p. 163). Después Parada, que había
referido este asunto, cambia su versión de la conversación, narrada
en condiciones muy especiales, estaba preso, pero, de todos modos, no
se puede inferir de lo dicho que haya habido una confabulación
expresa entre Gómez y el PIC.
En realidad, la
situación política era muy tensa, pero la versión de Estenoz sobre
lo que él consideraba que sería el alzamiento resultaba increíble.
Pues era una verdadera locura imaginar que con las armas en la mano y
en medio del ambiente de desaprobación general que sufrían los
independientes, todo terminaría tan fácil y rápido.21
Se dice que el alzamiento comenzó
el 19 de mayo, en casa de Ivonnet.
Ya el 17 de mayo,
el Regimiento No. 2 del Ejército nacional, informaba de una
escaramuza entre ellos y 4 hombres.
El 18 hubo
alzados del PIC en Sagua La Grande y Cruces y el rumor de alzamientos
de negros se esparcía por momentos.
Mientras
comenzaba el alzamiento en Oriente, Freyre de Andrade en La Habana,
el 19 de mayo, luchaba por introducir un cambio en el orden del día
del congreso para tratar de derogar la Enmienda Morúa. Su
insistencia fue continua, pero frente a sus esfuerzos, legisladores
negros como Campos Marquetti y Costa Rondón, no dieron el apoyo que
se esperaba.
Freyre de Andrade
diría: “…Mis defensas a las reformas no son de la raza de color,
sino de las libertades del país…la esclavitud negra en Cuba ha
costado también sangre de la raza blanca.” (Portuondo Linares p.
143).
Se pensaba
entonces que, el levantamiento armado, promover el debate en el
congreso y la intervención de Estados Unidos, podrían traer la
derogación de la Enmienda Morúa y así, supuestamente podría
terminar todo. Pero no se logro nada en el congreso, el levantamiento
devendría en una masacre y los yanquis no harían nada para reiterar
la política seguida por Magoon de aprobar sus derechos al
PIC.Generandose de tal modo una encerrona de la cual fue imposible
salir.
Estenoz, por su
parte, tenía una visión irreal de la situación, pues era necesario
explotar al máximo el contenido social del movimiento de los
independientes, aunque lo consideraran eminentemente político.
Pero, de todos
modos, el PIC, estaba condenado. Porque si los negros triunfaban en
sus empeños políticos, liberales y conservadores sentirían el
temor a esta nueva fuerza, al convertirse en una fuerza para sí.
Ello, en realidad no era imposible, pero los líderes del PIC, con
sus errores, situaron tal posibilidad a una distancia inalcanzable.
Porque, en particular, el alzamiento, podría provocar la
intervención norteamericana y con ella la ocupación de la
república, lo cual preocupaba tanto a negros como a blancos, que
habían luchado por ella. (Rolando Rodríguez. p. 340).
Las dos razas
habían luchado por la república y aunque esta última, un poco
maltrecha, resultaría que un segmento de la población, por muy
justa que fuera su causa, iba a provocar el fin de los esfuerzos de
30 años. Aunque los negros con sus reivindicaciones ¿adónde irían
a parar?
Por su parte,
Theodore Roosevelt había dicho: “…si una de estas islas que
libertamos no es capaz de gobernarse a sí misma, entonces debemos
nosotros gobernar hasta que llegue esa condición” (Rolando
Rodríguez. p. 341).
Para dar a
entender nexos con el anexionismo, por parte del PIC, incluso, se
llegó a afirmar por la prensa que Estenoz, se había reunido Con
Steinhart, con el fin de recabar dinero para su causa. 22
En realidad, no
se puede decir que hubiese intenciones anexionistas por parte del
PIC, pero su aceptación de ser apoyados contra la Enmienda Morúa,
recuperarando la autorización dada por Magoon, los hacía
sospechosos y manipulables dentro del tema. De todos modos, Estenoz,
justificaba sus contactos con Steinhart diciendo que era para
conseguir el apoyo de estados Unidos a sus derechos. Pero sin duda,
el PIC se movía dentro de un terreno muy resbaladizo que podía
acarrearles serios problemas.
Estenoz y los
dirigentes de su partido, no median justamente la correlación
existente entre sus propósitos de lograr la legalidad del partido,
destruyendo la Enmienda Morúa u obteniendo la legalización de su
organización y los medios para conseguirlo. Sin al parecer
percatarse de cómo se perjudicaban con los métodos que utilizaban
para conseguir lo que pretendían.23
El presidente
Gómez, por su parte, ya iniciado el levantamiento armado,
aprovechaba muy bien las desventajas del PIC, a quien la prensa
atacaba despiadadamente, los veteranos no lo apoyaban y sufrían la
no aceptación de los negros y mestizos más prominentes. La
desventaja era evidente para el PIC, a pesar de tendrían hombres
peleando en las zonas principalmente en Oriente Sur, pero en los
pueblos y ciudades y en general sufrían una persecución despiadada.
La, “declaración
de guerra” de hecho se produce cuándo, el 22 de mayo de 1912,
Ivonnet cursa una carta al presidente Gómez en que le decía “El
PIC ha empuñado las armas para protestar de los errores cometidos
contra el expresado partido…a mi mando tengo 4,000 independientes
de color y que no son todos los independientes ni son todos negros,
pues también hay blancos” (Rolando Rodríguez p. 344).
A partir de
entonces, aunque el alzamiento había comenzado antes, empezaron a
moverse las tropas del gobierno. Ya antes, el 21 de mayo, los
veteranos negros y blancos, comenzaron su apoyo al gobierno. Ni uno
solo de los grandes patriotas como, Juan Gualberto Gómez, Rabí,
Cebreco, Pedro Díaz y otros, respaldo a los Independientes. El PIC
había dividido no solo a los cubanos, sino también a los negros y
desde el primer día ya perdía la batalla con la prensa y la opinión
pública. (Rolando Rodríguez p. 345).
No obstante, un
individuo como Armando André, enemigo de los Independientes, decía:
“Por lo pronto hasta ahora, por lo menos no puede decirse…que sea
un levantamiento racista…ni la sublevación va contra los blancos,
por más que este es un plano muy inclinado y fácil de recorrer.”
(Rolando Rodríguez p. 346).
Ya el día 21 de
mayo, el ministro Bauprés, que no esperaba más que una mínima
confirmación de sus deseos o la inventaba, telegrafió a Washington
que el movimiento negro se había difundido y era alarmante.
Intentando trasmitir la inquietud para provocar la ocupación
norteamericana.
Durante todo el
tiempo que duro el levantamiento y aun cuando ya se reconocía que
había concluido, este señor, Bauprés, antes mencionado, estuvo
sobredimensionando los peligros, combates, saqueos etc. Para mantener
activa a la flota norteamericana contra Cuba. Combinando todo ello,
con la amañada apreciación de que el gobierno de Gómez no estaba
en condiciones de sofocar el levantamiento. También insinuando que
otros financiaban el movimiento de los independientes. Ello
desempeño un papel fundamental en la disposición del Presidente por
acometer con fiereza contra los alzados y brindarle al general
Monteagudo todos los recursos y garantías, para convertir las
acciones militares del gobierno en una verdadera carnicería.
(Rolando Rodríguez p. 348).
La prensa
exacerbaba el problema, viendo alzados y acciones violentas por todas
partes. El miedo, la mala intención de otros y el manejo político
de unos cuantos, deslizaba el ambiente por las sendas mas
tenebrosas. Aunque no todos se dejaban llevar por la situación
creada y los rumores que la sobredimensionaban. Sobre todo, en los
primeros días, veteranos de Pinar del Rio, reclamaban la posibilidad
de una amnistía que le propiciara a los alzados regresar al orden.
Pero, lamentablemente, Emilio Núñez, al frente del Consejo
nacional de Veteranos, elimino toda intención de posible negociación
con los alzados e impulso las acciones necesarias a nivel nacional,
para que “…traer a los independientes a la legalidad fuera
considerado como algo incompatible con la dignidad nacional”.
(Aline Helg: ob.cit. p.296; Rolando Rodríguez, ob. cit. pp.
349-350).
Por su parte,
Gerardo Machado, alentaba al general negro Agustín Cebreco, líder
liberal y representante a la cámara, a emprender una acción
mediadora entre el gobierno y los alzados que los trajera al orden.
El gobierno negó esta gestión, pero los dirigentes blancos de
importantes clubes de Santiago de Cuba, como San Carlos y Unión,
protestaron drásticamente. (Rolando Rodríguez p. 350. Meriño p.
98).
“En la actitud
que tomo finalmente el gobierno de reprimir el alzamiento sin
parlamentar, tuvo que ver mucho el rechazo con la conducta asumida
por el cónsul estadounidense (Holaday) en Santiago de Cuba. (Rolando
Rodríguez. p. 350-351.Meriño p. 28).
El idealismo, más
bien inocente, desplegado por los líderes de los independientes, se
había confirmado en que, durante la primera semana, el alzamiento,
como habían planeado, no fue violento y solo se trataba de una
demostración de fuerza para presionar al gobierno y al presidente
Gómez. Los independientes se reunían y gritaban “abajo la ley
Morúa, viva Gómez”. (Rolando Rodríguez p. 349) (Aline Helg.ob.
cit. p.270). Era evidente que los independientes, estaban lejos de
concebir quienes podrían ser sus verdugos. Pues se trataba de una
consigna que encerraba en si misma la cierta confusión con que
los independientes se alzaron Creyendo que todo podía ser un
simulacro para presionar a Gómez a levantar la Enmienda Morúa y
después apoyarlo en su carrera hacia la presidencia. Pasado los días
nada de eso tuvo lugar y lo que ocurrió fue una despiadada y
sangrienta persecución, que incluso no se circunscribía a las zonas
rurales.
Aunque se trataba
de hombre armados, se selecciono la peor alternativa para reducirlos
a la orden. Matarlos, donde la posibilidad de la obediencia pierde
todo sentido. Había otras variantes posibles de utilizar, pero se
trataba de negros en rebeldía, cimarrones, con los que nunca se
había tenido ningún tipo de contemplaciones. Negros armados,
amenazando al gobierno, a los blancos, supuestamente a sus familias y
a las propiedades norteamericanas; alterando la tranquilidad racial.
Era bastante más de lo que la elite blanca y la mentalidad racista
predominante podían soportar. Aunque, para la mayoría, se podía
tratar de ciudadanos con derecho a votar y hasta de antiguos
compañeros de armas de las guerras por la independencia contra
España.
“De la amenaza
de destrucción no hay dudas. El mismo 20 de mayo, Estenoz le había
escrito al administrador del central Soledad, de propiedad
estadounidense…y le describió su movimiento como una guerra por
los derechos conculcados a la mitad del pueblo de Cuba. Si el
administrador no le suministraba a los independientes de color 25
rifles y municiones, en los próximos días, sabotearían las
plantaciones y el central. “(Rolando Rodríguez, p. 352). Aunque se
tratara de una pantomima, resultaba algo sumamente peligroso,
amenazar las propiedades norteamericanas de esa manera. Además, por
negros en rebeldía y casi desarmados.
Pero, además,
todos los días finales de mayo, Beaupre y el secretario Knox, se la
pasaron intrigando en varias direcciones.
-
De qué manera ponían en situación comprometida al gobierno de Gómez, hablando de sus incapacidades para reprimir el alzamiento y proteger las propiedades norteamericanas.
-
Mantener a Gómez bajo la presión del gobierno norteamericano era casi su tarea más importante.
-
Como lograban que los barcos norteamericanos vinieran y desembarcaran tropas.
-
Como sobredimensionaban el alzamiento y los peligros que el mismo representaban para los intereses norteamericanos en la Isla.
-
Manipular continuamente que el presidente Gómez, que, según ellos, estaba comprometido con los independientes y que de ello provenía su poco interés por no atacarlos fuertemente.
-
El secretario Knox hacia causa común con Beaupre y ambos empujaban a Gómez hacia la más drástica solución.24
Por otra parte,
la experiencia de 1906 pesaba doblemente. Para los Independientes,
porque fue el momento en que Magoon, representando al gobierno
norteamericano, había aprobado la existencia del PIC. Para Gómez,
porque había sido el momento en que Estados Unidos en lugar de
apoyar a Estrada Palma, ante la tozudez de este último, les había
facilitado el terreno a los liberales. Solo que ahora las cosas eran
más complicadas; para los independientes, sobre todo, porque a pesar
de que iban solo contra la Enmienda Morúa y únicamente presionaban
al gobierno en esa dirección, se trataba de negros, a los cuales la
prensa, casi de manera total, les tergiversaba su movimiento,
convirtiéndolo todo en una guerra racial. Lo cual no gozaba de
simpatía alguna. Ni entre los liberales, los conservadores e incluso
ni entre una buena parte de los negros y mestizos.
Las cosas se
complicaron aun mas para Gómez, cuando Menocal, de manera
oportunista, trataba de hacer ver que el presidente era un flojo y
ofrecía entonces 3,000 hombres para ahogar cuanto antes la
insurrección. (Portuondo Linares. p.192)
Por su parte,
Washington, siguiendo la idea del Secretario de marina Wintrop, dio
instrucciones a Beaupre de comunicar al gobierno de Gómez, que
estaba haciendo movimientos militares, y que si Gómez no lograba
proteger vidas y propiedades, sus tropas desembarcarían. De manera
que la presión llegaba a su máximo.
De manera que
entonces, envió además de los anunciados buques, 700 hombres, 5,000
fusiles y 1 millón de proyectiles. Poniendo en alerta a todos sus
hombres en el Caribe sobre el 25 de mayo, de lo que Bauprés informo
a Sanguily. 25
El 25 de mayo de
1912, José M. Gómez, no aceptaba la intervención, tildándola de
indeseable para la independencia y por demás, no acordada entre
ambos gobiernos. Pidiéndole al presidente de Estados Unidos, que
diera marcha atrás, pues Cuba estaba solucionando el asunto del
alzamiento, limpiando de occidente a oriente. Lo contario
desprestigiaría al pueblo de Cuba y a su gobierno.26
Por fin, el 3 de
unió de 1912, Gómez propuso al congreso suspender las garantías.
Pues el General Monteagudo había solicitado al Presidente que
suspendiera las garantías, como algo que se necesitaba para proceder
contra los negros que adoptaban una actitud pacífica. Era el toque
de “a degüello”, que necesitaba Monteagudo para desatar la
masacre. Sin contemplaciones de ningún tipo, el ejército y los
voluntarios, se lanzaron +contra los independientes, pero también
contra los negros en general, asesinando incluso a negros miembros
del cuerpo de voluntarios y hasta del ejército, simplemente por ser
negros.
LA MASACRE.
Hasta última hora emergieron
posibles alternativas de negociación con los Independientes. Freyre
de Andrade en la cámara, Kholy, Ducasse, algunos sectores de
Veteranos en el
interior del país, los intentos de Marquetti en la cámara, y otras
iniciativas, incluso de personalidades individuales. Pero en
definitiva se impuso la densidad agresiva que el contexto histórico
imponía, integrado por un conjunto de factores que solo servían
para frustrar el posible camino de las soluciones, que no habría
podido ser otro, que los líderes del Partido Independiente de Color
comprendieran que no tenían fuerzas para salir triunfantes de
aquella situación. No tratándose de una concesión deshonrosa en
medio de la lucha, sino de una retirada a tiempo ante lo que de
manera evidente terminaría de manera desastrosa, sobre todo para los
independientes.
El racismo
persistente en la prensa, los arrastraba hacia presentarlos
finalmente como metidos dentro de una supuesta guerra de negros
contra blancos; del Gobierno norteamericano era inútil esperar que
cediera a sus demandas; la prensa, en su casi totalidad los
acogotaba sobredimensionando y exagerando cuanta acción llevaban a
cabo; no hay que olvidar que se trataba de negros en rebeldía,
armados, exigiendo que les permitieran escapar del mecanismo
partidario modelado por los blancos, por demás poderosos, muchos de
ellos racistas y anexionistas furibundos, con un gobierno nacional
que temblaba ante las exigencias de Estados Unidos; sin el apoyo de
muchos de los de su raza, particularmente de los más prominentes.
Por lo que todo hacia recordar las rebeliones de esclavos, el “miedo
al negro” y los supuestos intentos de fundar una república
negra, de lo cual el propio Antonio Maceo había sido acusado en su
tiempo. 27
Toda la situación
se deslizaba velozmente hacia la solución más violenta.
Entre las
exageraciones de la prensa sobre las acciones de los
independientes, las intrigas del ministro Beaupre, el miedo de los
blancos, los errores estratégicos y tácticos de los independientes,
la esclerótica actuación del congreso cubano, el racismo acumulado,
las presiones de Estados Unidos y el peligro de intervención
norteamericana, todo se correlaciono para legitimar la matanza de los
negros.
Si un dato de
este proceso aun es desconocido, es cuantos negros fueron asesinados
y masacrados, dentro de una contienda, que no podría ser
calificada como una guerra, porque en realidad, tanto el numero,
como el armamento y la capacidad militar de que disponían los
Independientes de Color, no nos permite decir, que haya habido como
tal una guerra, ni siquiera que hayan existido verdaderas batallas,
sino casi solo pequeños combates, escaramuzas y una ardua, brutal
y sangrienta persecución, contra individuos que apenas podían
defenderse, mucho menos atacar.
Más allá de su
posición política, que no compartimos, lo cierto es que al parecer
Morúa tenía claridad en como terminaría el intento de los
independientes de color. Más allá de su derechismo, su
intelectualismo, su incoherente carrera política y de que su
enmienda respondía a una concepción partidista de derecha, para
sacar del juego al partido Independiente de color; lo cierto es que
detrás de sus posiciones podía vislumbrarse, que intuía, por
estar dentro de la derecha, lo que podía ocurrirles a esos negros
que se habían propuesto desafiar el poder blanco, cambiando las
reglas de la política, dentro de una sociedad racista, al nivel en
que lo era la nación cubana a principios de siglo XX, por demás ,
bajo el control de Estados Unidos, el país más racista del universo
conocido.
No era difícil
vender la idea de que lo que el Partido Independiente de Color había
iniciado era un movimiento racista para destruir la independencia
nacional. Muy mal administrada y sobre todo peor distribuida, pero
defendida a sangre y fuego, sobre todo, por los que se beneficiaban
de ella. Pues se consideraba que los negros habían violado los
frágiles límites de la democracia racial cubana.
Aunque la derrota
y la masacre de los Independientes fue ante todo el resultado de la
represión blanca, que la lidero, utilizando incluso a los propios
negros, ello fue facilitado también por el limitado apoyo que el PIC
tenía entre los negros. Entre los cuales muchos habían incluso
condenado la creación de un partido constituido por negros, aunque
hubiese entre ellos algunos blancos.
El sentimiento
extendido entre los blancos, era aplastar el levantamiento y no hacer
concesiones de ningún tipo a los negros alzados.
Por otro lado,
no es posible presentar una foto en que se pudieran ver marines
ahorcando negros, pero la marina norteamericana movió
amenazadoramente los barcos de guerra y desembarcaron tropas,
dando así todo el apoyo logístico necesario al Ejercito Nacional y
a los voluntarios, para que estos se pudieran concentrar en la
tarea de descabezar y aplastar sangrientamente la rebelión.28
El 27 de mayo de
1912, el presidente Gómez envió a Oriente al General José de Jesús
Monteagudo con 1,200 hombres. Iba acompañado por el Coronel José
Martí Zayas-Bazán (el hijo de José Martí y de Carmen Zayas Bazán)
como jefe de Estado Mayor; los tenientes coroneles José M. Guerrero
y José Pereda Álvarez; los comandantes Lisandro Torriente y
Rigoberto Fernández; y los capitanes Antonio Torres, Andrés R.
Campiña y Federico Patterson.29
La carnicería
llevada a cabo por el General Monteagudo se extendió hasta el mes de
agosto, tratándose de un verdadero paseo militar. Los sublevados, en
su mayoría desarmados, fueron masacrados por la artillería y
cayeron sobre ellos miles de hombres de la Guardia Rural, el Ejército
y los voluntarios, bien entrenados y perfectamente armados. La
desproporción en los enfrentamientos se hizo evidente, cuando se
sabe, que todas las fuerzas oficiales no tuvieron ni 10 bajas y solo
aproximadamente una treintena de heridos. Mientras que entre los
independientes, todos hablan de no menos de 3,000 muertos entre las
escaramuzas, la persecución y los asesinatos.30El
propio general Monteagudo declaraba, en cables enviados al presidente
Gómez, que en Oriente, lo que estaban haciendo era una verdadera
carnicería.
Al mismo tiempo,
se desplegaba la represión en las ciudades y poblados, donde se
perseguía a los negros, no solo a los Independientes. En la ciudad
de La Habana, en los municipios de Regla y Marianao, fue donde la
represión se hizo más notable. Persecuciones, detenciones
arbitrarias, no solo de miembros del partido, sino también de
ciudadanos negros comunes que no tenían vínculos con el alzamiento.
Asesinatos, linchamientos incluso (en el municipio de Regla).
Ya en medio de la
represión más brutal, el 4 de junio, el congreso se reunió y le
concedió al presidente Gómez suspender las garantías, en la
provincia oriental. Sin conceder al Presidente la potestad de
extenderla a otras regiones. Aunque, en definitiva, Monteagudo no
necesitaba más, porque el foco de la rebelión era precisamente
Oriente Sur. Podía tranquilamente continuar la carnicería.
¡Poco antes, el
3 de junio (bastante tarde, por cierto) en medio de los debates entre
las más relevantes personalidades negras sobre el camino a seguir,
en busca de una salida para detener la guerra, encabezado por Juan
Gualberto Gómez, Lino D! o u, el general Cebreco y el senador
Nicolás Guillen, estos habían lanzado un manifiesto en que
condenaban a los alzados que habían provocado una situación tan
grave para el país. Tal llamamiento dirigido a “Nuestro Pueblo “,
negaba que hubiera problemas raciales en Cuba.31
Es opinión
nuestra, que se trataba de una posición, que además de tardía, no
iba al centro del problema: la necesidad de detener la masacre, que
ya se desplegaba contra los negros y no solo contra los miembros de
Partido Independiente de Color. Además, negar que hubiera un
problema racial en Cuba, parecía casi infantil. ¿Porque entonces un
amplio sector de negros y mestizos habían generado una solución
tan dramática, para poder tratar de ver satisfechas sus legítimas
aspiraciones?
No solo estas
personalidades antes mencionadas se opusieron a la existencia del
Partido Independiente de Color y a su protesta armada, en lo cual
podían tener toda la razón, porque en medio de la situación
existente era una verdadera temeridad y una locura pensar que una
experiencia como esa pudiera tener éxito. Pero que en medio ya de la
más brutal masacre y represión contra los negros y el asesinato de
sus líderes, Estenoz e Ivonnet, se apareciesen con un llamamiento
como “A Nuestro Pueblo “, en lugar de oponerse fieramente y con
todas las armas políticas a su disposición, al horrendo crimen que
estaba teniendo lugar, era, en definitiva, casi como una actitud
cómplice ante lo que ocurría y dejar que todo terminase como
termino. Como una masacre de negros y mestizos, muchos inocentes, que
ha quedado como una imborrable mancha en nuestra historia
republicana. Por demás, celebrada con un fastuoso banquete en el
Parque Central,
Sin dudas los
líderes del PIC se equivocaron, cayendo dentro de una turbulencia
política que nunca llegaron a dominar y de la que nunca lograron
salir. No parecen haber sido muy aconsejados, por los que podían ver
políticamente más lejos que ellos. Que lo único que hicieron fue
criticar su variante de lucha y dejarlos solos. Cometieron errores
tácticos y estratégicos, pero seleccionaron su variante de lucha,
la llevaron adelante con dignidad, valentía y murieron por ella. No
traicionaron los ideales por los que antes había luchado en las
Guerras de Independencia, aunque provocaron cierto retraso y casi
una nueva ocupación y afectaron la igualdad racial con su acción.
Se vieron envueltos en una situación, donde el arrojo y la valentía
no eran suficientes. Hacía falta suspicacia política, experiencia,
manejo de la situación tan compleja del momento y sobre todo poder,
del cual carecían. Pero murieron por una causa justa, la de la
igualdad racial, causa que merece un lugar de honor. Al ser
desacertados en los métodos, en la práctica, sin una correcta
estrategia, casi sin percatarse de ello, actuaron en contra de la
causa que debían defender.
Septiembre 13 del 2017.
1
En principio se trató de hacer valer un conjunto
de requisitos para tener derecho a votar. Entre ellos: ser hombre,
21 años, nativos o españoles., residentes al menos 30 días, saber
leer y escribir, propiedad por 250 oro americano y haber servido en
el Ejercito Libertador con prioridad a julio 18 de 1898.Ver: US:
Bureau of the Census, Censo de la República de Cuba, bajo la
administración provisional de los Estados Unidos: 1907, Washington,
D.C, Bureau of the Census, 1908.
2
La Intervención Norteamericana remodelo al
Ejercito Libertador, sobre la base de licenciarlo primero y después
variar totalmente las reglas para formar parte del Ejército
nacional y la Guardia Rural. Muy pocos negros y mestizos formaban
parte de estos cuerpos, con grados muy bajos por lo general,
siguiendo las posiciones políticas que les exigía la
administración nacional de turno.
3
Rafael Fermoselle, Política y Color en Cuba. La
guerrita de 1912.Editorial Colibrí, tomado de Ediciones Géminis,
Montevideo, Uruguay, 1974.p. 83.
4
Ver: María del Carmen Barcia. “Un Modelo de
Emigración Favorecida: traslado masivo de españoles a Cuba,
1880-1930”. Revista catauro, No.4, 2001, pp. 36-59.
5
La autoestima de los negros y mestizos era muy
alta en esa etapa. Muchos habían combatido por la independencia,
alcanzando altos grados dentro del Ejercito Libertador.
Particularmente en la región oriental, había muchos negros con
grados de general, alcanzados a fuerza de valentía y coraje dentro
de las guerras de independencia.
6
Se trata de una idea que era defendida por
muchos, tanto negros como blancos, pero que no pocas veces era
violada y otras servía como cobertura política para que los negros
aceptasen una posición subordinada. No obstante, sobre esa base
José Martí, había construido la unidad que los había llevado a
todos, negros y blancos, a la lucha por la independencia. Pero Martí
ya no estaba, ni Maceo, ni muchos de los que tenían la capacidad de
exigir su cumplimiento; mientras que otros se habían apropiado de
la república, dejando a los negros y mestizos al margen de la
distribución del poder.
7
Aline Helg, Lo que nos corresponde: la lucha de
los negros y mulatos por la igualdad en Cuba, Imagen Contemporánea,
La Habana, 2000, p. 21.
8
Había en ello algo más de fondo, que impediría
que Estados Unidos actuara en favor del PIC. Pero aun era temprano
para descubrirlo.
9
En momentos tan tempranos del siglo XX nunca se
había logrado fundar un partido de negros o por filiación racial,
en toda América. En Brasil en 1931, Uruguay (1938-1944). En Cuba es
fundado el 7 de agosto de 1908.El 20 de septiembre del propio año
celebro su primera reunión al aire libre en el Parque Cristo de La
Habana. Ver: Rafael Fermoselle, Política y Color en Cuba: la
guerrita de 1912. Editorial Colibrí, Montevideo, Uruguay.p.110.
10
No se puede decir, que los presidentes
republicanos hayan sido simples alabarderos del Gobierno
norteamericano. Sus contradicciones había de manera frecuente entre
las intenciones de Estados Unidos de llevárselo todo y de los
señores del patio por defender sus intereses personales. A veces
daban la impresión de estar defendiendo los intereses nacionales,
tratando de exhibir algunas cuotas de patriotismo, que en el fondo
no era más que la intención de tomar la parte del pastel que les
correspondía. O tratar de no desprestigiarse a tal punto que
pusiera en peligro sus intereses.
11
En política valen las intenciones, pero las
practicas resultantes de ella, son las que finalmente se imponen.
Además, la personalidad política de Morúa, signada por su
derechismo y total oposición a la existencia de un partido de los
negros, que rompiera con la estructura partidista tradicional, era
mucho más indicativo de que se trataba de una maniobra para sacar
del juego al PIC.
12
No hay dudas de que la causa que se defiende
puede ser muy justa, pero mas allá de los errores tácticos y
estratégicos que se puedan cometer, el contexto en que la causa se
trata de llevar adelante, aparece como determinante. A veces es
posible influir sobre las condiciones objetivas o crearlas, pero a
veces estas son negativas y terminan imponiéndose. Creo que las
condiciones objetivas nunca les fueron propicias y el Partido
careció de fuerzas, táctica y estrategia para crearlas. A pesar de
una justeza de la causa que pudo arrastrar a mucha gente, para
lograr sino un triunfo total, si un conjunto de reivindicaciones
importantes. (Nota del Autor)
13
Ver: Aline Helg, cit. ob, pp.217-260.
14
Ver: “De Francisco Caballero y Isidoro Santos
Carrero a Taft”,18de octubre de 1910, NA-RS, microcopy
488.rollo.5.
15
Se trata de un largo debate, imposible de
introducir en el breve espacio de este ensayo, pero que puede ser
leído en el libro de Rolando Rodríguez La República de Corcho,
capitulo XVI al XVIII, Editorial Ciencias Sociales, La habana, 2010,
pp. 287-370.
16
Diario de la marina, 17 de febrero de 1912.
17
De Beaupre a Knox”,13 de marzo de 1912, NA-RS,
microcopy 488, rollo 6.
18
Gómez al parecer no quería la reelección, pero
si el caos que había dentro del Partido Liberal continuaba y sus
amigos le reiteraban su confianza, tendría que aceptar.
Esta conversación entre Ivonnet y Gómez, fue
muchas veces manipulada en el sentido de que de ella había salido
un acuerdo entre el Presidente y el PIC, de que ambos manejarían
el levantamiento armado como un simulacro de rebelión, pues Gómez,
días después de comenzar el alzamiento derogaría la Enmienda
Morúa. Ver: Rolando Rodríguez, La república de Corcho. p.348.
19
Otra versión indica que el mitin fue el 18 y no
el 17. Que estuvo Estenoz y que había dicho que, si en 24 horas no
era derogada la Enmienda Morúa, correría la sangre. Otra versión
dice que el mitin se celebró el 16 y el 17 en la tarde tomaron el
tren de Guantánamo. (Rolando Rodríguez, p. 338).
20
En realidad, todo se decía con tal precisión y
seguridad, que parecía haber un acuerdo, que aseguraba que todo
sería como se estaba diciendo. Pero ¿de dónde salía ese plan?
si se decía también que no había tal acuerdo.
21
¿Creyendo en que y bajo cuales consideraciones e
información en su poder, Estenoz hizo estas afirmaciones? Resulta
imposible imaginar que Estenoz creyera que todo resultaría tan
fácil. Se trata de una incógnita que no se ha podido solucionara.
Lo único que lo explicaría, es que de verdad se hubiese producido
una coordinación con José M Gómez, pero de ello no hay veracidad
ninguna, a no ser una expresión del hijo de Ivonnet de que Gómez
lo había traicionado”. (Nota del Autor)
22
La Ultima Hora, 23 de mayo de 1912.
23
Esta era una deficiencia de todos los políticos
de la época, pero se trataba de algo de lo que los independientes
se tenían que cuidar más que nadie. Pues por ser negros siempre
estaban bajo el ojo crítico de la prensa reaccionaria.
24
Hay que decir que la preocupación de Estados
Unidos por el alzamiento respondía también a que un triunfo de los
Independientes de Color en Cuba podía resultar un mal ejemplo para
los negros norteamericanos, sobre todo del sur. Pues se sabe que, en
el 95, participaron en las filas del Quinto Cuerpo yanqui alrededor
de 3,000 negros norteamericanos, creándose muchos vínculos con los
negros cubanos del Ejercito Libertador, que publicaciones negras en
Estados Unidos dieron a conocer, por lo que el general Chárter
pidió la evacuación inmediata de esa tropa (Ver. Eliades Acosta,
Los Colores Secretos del Imperio. Ediciones Mercie, La Habana, 2002.
25
Ver: “De Wintthrop a Knox”, 25 de mayo de
1912, NA-RS, microcopy 488, rollo 6.
26
Anuario Estadístico Cubano: La República…ed. cit., pp.355-356.
27
Los extremos de la prensa llegaban hasta inventar horrendas
mentiras como el caso de El Caney, donde supuestamente una maestra
blanca, Concepción Ureña, había sido violada por siete negros,
los que a dentelladas la habían dejado moribunda. Poco después, la
propia maestra desmentía la patraña. La Discusión 26 de mayo de
1912.
28Ver:
Silvio castro. Ob. cit, p.106, El 26 de mayo, fue
acantonada una tropa de 50 marines en el poblado de carrera larga,
cerca de Bayate, dispuesta a participar en lo que fuera necesario.
29
Ver: Silvio castro: ob.cit, p. 100. De ello prácticamente no se
habla, pero lamentablemente el José Martí Zayas –Bazán, no era
otro que el hijo de nuestro Apóstol José Martí. Quien, como
coronel del Ejército Nacional, participo en la matanza de los
negros del doce. Lamentables paradojas de la historia.
José de Jesús Monteagudo, general de Cuarto Cuerpo, fue senador
después de la matanza de los independientes y muere a los 53 años,
el 14 de diciembre de 1914, en el balneario de Amaro en Santa Clara.
ob. Silvio castro, p. 99.
30
Ver Silvio Castro.ob.cit. p.88.
31
Ya estaban asesinando a mansalva a los negros y
estas ilustres personalidades comenzaban por atacarlos, y como si
fuera poco, negaban que hubiera un problema racial en Cuba.
Conminando a los independientes e inocentemente pedir no confundir a
los rebeldes con la inmensa mayoría de los negros y no pronunciar
palabras ni esbozar un gesto que diera pábulo o recelo a la
discordia entre los cubanos. Se equivocaron, era demasiado tarde
para eso. ¿De qué fraternidad racial se podía hablar entonces, en
medio de aquella matanza de negros? (Ver: Aline Helg ob. p,289)
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