Dr. Esteban Morales Domínguez
UNEAC
Introducción. -
Hasta
el incidente de la Crisis de Octubre, la invasión de las tropas
mercenarias por Playa Girón, conocida también como la Invasión de
Bahía de Cochinos, había ocupado el lugar cimero de peligro, dentro
de la ya prolongada historia de agresiones de Estados Unidos contra
Cuba.
¿Qué
es entonces lo que hace de la Crisis de Octubre, llamada en el
lenguaje norteamericano como Crisis de los Mísiles, un incidente de
tan dramático significado dentro de la confrontación Cuba- Estados
Unidos?1
Sólo
caracterizando a la Crisis de Octubre dentro del contexto más
general de los incluso tempranos planes de agresión de Estados
Unidos contra Cuba, es que se puede entender la misma. Sin quedar
atrapados dentro del mar de propaganda tergiversadora, dirigida a
invertir los términos entre agresor y agredido, que caracterizan
aun a la divulgación de este enfrentamiento entre ambos países.2
Por
lo general, se ha considerado que las cuestiones más importantes de
responder al analizar la llamada Crisis de los Mísiles son tres:3
¿Por que Jrushov
decidió enviar misiles ofensivos a Cuba?
¿Por que Kennedy
respondió a esta acción en la forma en que lo hizo?
¿Por que Jrushov
decidió capitular ante las presiones norteamericanas y retorno los
misiles a territorio soviético?
Sin
dudas, para preguntar hay que tener un conocimiento a fondo sobre el
asunto acerca del cual se pregunta. Pero el modo de preguntar estará
también influido por la concepción general que se tenga del
acontecimiento sobre el cual se desea investigar. Preguntar no es en
modo alguno una acción inocente, ni se busca simplemente con ello
tampoco solo información desconocida. Más bien, las preguntas, en
este caso, buscan también orientar al lector en la perspectiva de
las concepciones del interrogador.
Por otro lado, no
diríamos que las preguntas más arriba formuladas carecen de
importancia, pero si que no son las únicas importantes, ni ese es el
único modo de formularlas.
Existen otras
preguntas y modos de formulación, que responden a una concepción
más amplia, multilateral y compleja, por lo tanto, más profunda,
sobre lo que fue la llamada Crisis de los Mísiles.
Por
nuestra parte, sin eliminar las preguntas ya hechas, formularíamos
otras, que además de ampliar el espectro de análisis, podrían
también dar respuesta a otro conjunto de aspectos importantes.
Tales
interrogantes adicionales serian a nuestro parecer las siguientes:
¿A que nos estamos
refiriendo cuando hablamos de la Crisis de los Misiles?
¿Decidió Jrushov
por si solo enviar misiles nucleares a Cuba?
¿Eran los mísiles
nucleares en Cuba armas ofensivas?
¿Fue la decisión de
Jrushov de retirar los cohetes nucleares de Cuba solo una
capitulación ante las presiones norteamericanas?
¿Que fue lo que
esencialmente motivo la llamada Crisis de los Misiles?
¿Fue la llamada
Crisis de los Misiles solo una confrontación entre Estados Unidos y
la URSS?
¿Podemos afirmar que
la llamada Crisis de los Misiles fue solucionada?
¿A manera de
hipótesis, habría que comenzar por preguntarnos, si fueron los
misiles nucleares instalados en Cuba los que realmente provocaron la
crisis, o si estos no fueron más que el resultado de la escalada de
una crisis más de fondo que, durante el mes de octubre de 1962,
adopto abruptamente su forma más virulenta y peligrosa?
Crisis
que, por demás, no fue solo ni esencialmente entre la URSS y Estados
Unidos, sino también entre Cuba y Estados Unidos. Poniéndose de
manifiesto, que en el contexto de la llamada Guerra Fría, las
alianzas, sirven de canales de trasmisión, que provocan crisis que
tienden a adoptar un carácter global.
Por
eso, la Crisis adoptó un carácter estratégico para las naciones
involucradas. Solucionándose para Estados Unidos y la URSS, pero no
para Cuba, pues su problema fundamental no estaba esencialmente
involucrado en tal contexto. Por lo que, al dejársele marginada de
las negociaciones de la retirada de los misiles, sus intereses no
fueron considerados. A pesar de que los misiles habían sido
instalados en Cuba y de que la causa esencial que provoco su
instalación (no así su aceptación por parte de Cuba) provino de la
amenaza de invasión por parte de Estados Unidos a la Isla.
Entonces, tales
ultimas interrogantes, tienen que necesariamente ser respondidas,
para lograr una visión integral acerca de ¿qué ocurrió realmente
durante la llamada Crisis de los Misiles o más bien de la Crisis de
Octubre?
Por tanto, no
pretendemos historiar la Crisis, eso ya ha sido hecho ampliamente, ni
seguiremos una secuencia puramente histórica de su acontecer, sino
solo nos concentraremos en algunos aspectos claves que consideramos
más importantes y definitorios del fenómeno estudiado.
ALGUNOS
ANTECEDENTES HISTORICOS DE LA CRISIS DE OCTUBRE.
Dwight
Eisenhower, había apoyado sin límites al dictador Fulgencio
Batista, desde que asumió la presidencia de los Estados Unidos, por
lo cual no estaba en condiciones de entenderse con la Cuba que
emergía en 1959.
De lo anterior, que
la administración de Eisenhower, después de 1959, diseña una
política que era entonces: “si no pudimos evitar que los
revolucionarios tomaran el poder, al menos podemos evitar que lo
consoliden y finalmente derrocarlos”.
Lo
primero que hizo la mencionada administración estadounidense, fue
dar refugio a los esbirros y criminales de guerra que huyeron desde
Cuba, el primero de enero de 1959, para escapar a la justicia
revolucionaria.4
En realidad, las acciones seguidas por la administración de
Eisenhower dejaron un diseño de política hacia Cuba, que no ha
podido definitivamente ser superado aún. Aún existen quienes desean
esa política.
La Crisis de Octubre
debe de ser valorada más por los antecedentes que llevaron a ella,
que por la crisis misma.
Sin un análisis a
fondo de los acontecimientos de la política de Estados Unidos hacia
Cuba, que provocaron la presencia de los mísiles en Cuba, no es
posible comprender la crisis. Dado que fueron las agresiones
continuadas de Estados Unidos contra Cuba, hasta llegar a la invasión
por Playa Girón, y los peligros que todas estas acciones encerraban,
junto a la convicción después de que Kennedy se cobraría el
fracaso de Girón invadiendo a Cuba en gran escala, lo que provoco
que las tensiones entre ambos países llegaran al extremo.
La dirección de la
revolución, aceptó la instalación de los cohetes, a partir de que
cumplía con un principio ineludible de apoyo internacionalista con
el campo socialista y con la URSS en particular, sobre cuya amistad
no existía la menor duda.
Se
trataba entonces, de que si la URSS, en particular, había estado
siempre dispuesta a ayudar a Cuba en los momentos más críticos y no
se podían esgrimir intereses nacionales estrechos, cuando los que
estaban en juego eran los intereses de seguridad del Campo Socialista
como un todo y por supuesto, vistos en su sentido más estratégico
también, los de la capacidad para defender a Cuba.
Ha
quedado muy esclarecido que la dirección cubana, en realidad, al
aceptar los mísiles nucleares en Cuba, puso en primer lugar lo que
ello significaba de ayuda para mejorar el desequilibrio entre el
poderío nuclear de los países socialistas con el de Estados
Unidos, y nunca la defensa de la Isla como asunto prioritario.5
Entonces,
la decisión de instalar los cohetes nucleares en Cuba no fue solo de
Jrushov, sino el resultado de un acuerdo entre este último y la
dirección cubana. Por medio de un “Convenio de Ayuda Mutua y de
Asistencia Militar”, que aun y cuando no continuó su proceso con
todas las formalidades, quedó como acuerdo explicito entre ambos
países.6
Al mismo tiempo, por
la forma en que Kruschov condujo las cosas al principio, antes de
estallar la crisis, todo parece indicar que el interés primario de
los soviéticos era el de defender a Cuba de una agresión
norteamericana, en primer lugar.
Sin
embargo, lo cierto es que los cohetes en Cuba significaban un factor
disuasivo-defensivo, contra las intenciones de Estados Unidos de
invadir a la Isla. Al mismo tiempo que su cercanía al territorio
estadounidense, representaban un factor equilibrador, disuasivo, o
que al menos, disminuía sensiblemente la asimetría nuclear
existente entre ambas potencias principales contendientes.7
El gobierno
revolucionario llegó a la conclusión de aceptar la instalación de
los cohetes, con posterioridad a una larga trayectoria de agresiones
por parte de Estados Unidos, que mantenían seriamente en peligro la
seguridad nacional cubana. Aunque hay que decir, que de acuerdo a las
concepciones de defensa ya elaboradas para entonces, por parte de la
dirección de la revolución, los mísiles nucleares no se veían
como una necesidad para detener las aspiraciones norteamericanas
de volver a invadir a Cuba.
Pero,
con Kennedy, todo comenzó muy diferente a como terminó. Ya en su
primera conferencia de prensa, el presidente informaba que Estados
Unidos no tenía un plan para reestablecer las relaciones con Cuba.8
En
su mensaje a la nación, Kennedy lanza su proyecto de la llamada
Alianza para el Progreso, declarando que los agentes comunistas
tenían una base en Cuba. Al mismo tiempo que decía: “... nuestra
objeción con Cuba, no es que el pueblo desee una mejor vida. Nuestra
objeción es su dominación para el exterior y la tiranía interna...
con la dominación comunista en este hemisferio nunca podremos
negociar...”9.
Después de la Crisis de Octubre, al parecer Kennedy comenzó a
variar su posición al respecto.
De todos modos, la
llamada Alianza para el Progreso fue un aporte de Kennedy en la
política hacia América Latina, que lo diferenciaba de Eisenhower.
En el curso de comprensión del problema de la revolución cubana.
Otras
acciones hacia Cuba atraían también la atención del presidente,
como cuando el 31 de marzo, continuando la política ya iniciada por
Eisenhower, determina poner en cero la cuota de azúcar cubano en el
mercado norteamericano para el resto del año 1961.
Pero
Kennedy no sólo siguió las acciones de política diseñadas por su
antecesor, como ya expresamos, sino que incluso puso también su
intelecto personal a trabajar, como cuando Arthur Schlesinger, bajo
su más cercana supervisión, redactó el llamado “Libro Blanco”,
en el que Cuba era situada como satélite de la URSS, como
revolución traicionada, y se le proclamaba un peligro presente para
el hemisferio.10
Casi a mediados de
abril de 1961, aun había mucha polémica con relación a cuánto más
lejos se debía llegar en la ayuda a los cubanos
contrarrevolucionarios para derrocar a Fidel Castro.
Este último plan
(Girón) le generó muchas preocupaciones y ocupó mucho tiempo de la
actividad del presidente. Pero no se puede decir que se opusiese a
tal acción o que la considerase incompatible con la política que
deseaba seguir con Cuba.
Las
dudas de Kennedy, a pesar de su declaración de apoyo a los llamados
“luchadores por la libertad”, se pusieron claramente de
manifiesto después, cuando en medio de la derrota de la brigada
mercenaria, no autorizó la utilización directa de las fuerzas
armadas norteamericanas. Hasta ese punto, en tal momento, llegó su
comprometimiento con la heredada invasión contrarrevolucionaria
hacia Cuba.11
El fracaso de
Girón y el peligro de invasión a Cuba.
Si
el plan de Girón había sido asumido por el presidente como una
herencia, ahora la derrota se convertía en una humillación
personal, de la cual debía desquitarse.
El
desastre de Girón explica, por qué la decisión de Kennedy de
invadir a Cuba, pero ahora con el ejército norteamericano, nos lleva
directamente al fenómeno del contexto en que se desata la Crisis de
Octubre. Dado que, con posterioridad a Girón, la administración de
Kennedy diseñaría un sistema de medidas y acciones agresivas
contra Cuba y comenzaría aceleradamente los preparativos para una
invasión de la Isla en gran escala.
En
términos de política, ya Kennedy no arrastraba ningún compromiso
de la administración anterior. A partir de ahora seguiría su
“propia política”, aunque, en definitiva, esta última, no
representaba ningún cambio esencial en relación con la anterior.
Pero al menos, sería una política de su “entero gusto y
responsabilidad”.
Kennedy,
actuando en consonancia con lo ocurrido en Girón, encargaba al
general Maxwell Taylor encabezar una comisión que estudiara a fondo
las causas de la derrota, y al Secretario Asistente de Defensa para
asuntos de Seguridad Internacional, Paúl H. Nitze, presidir una
Fuerza de Tarea, integrada por representantes de los departamentos de
Estado, Defensa, Justicia, USIA y la CIA, con la misión de
recomendar la política a seguir de inmediato con Cuba.
A partir de entonces,
además, Kennedy se propuso reconsiderar la participación de las
fuerzas armadas norteamericanas en las actividades contra Cuba. De
tal modo que, sólo diez días después de finalizada la invasión de
Girón, el Presidente, junto a McNamara y el almirante Burke,
revisaban un plan de contingencia para el despliegue de las tropas
estadounidenses en Cuba.
La dirección cubana,
en particular el Comandante en Jefe Fidel Castro, por su parte,
siempre estuvo convencido, sobre todo después de Girón, de una
acción como la que se programaba por Kennedy era totalmente
posible.
Por
su parte, el presidente, se reunía con un grupo de exiliados
cubanos, encabezado de nuevo por José Miro Cardona, entonces
presidente del denominado Consejo Revolucionario Cubano, el mismo
que se había quedado esperando para desembarcar en Cuba como
gobierno en armas cuando Girón.12
En
cuanto a la participación de los cubanos en las operaciones contra
Cuba, se produjo un cambio importante a mediados del año 1961, que
ampliaba esa participación, dándole a la misma un carácter más
institucionalizado.
Cuba,
por su parte, continuaba incrementando sus relaciones con los
Países Socialistas, en especial con la URSS, lo cual hacia tiempo
era una preocupación permanente de Estados Unidos.13
La
respuesta no se hizo esperar, McGeorge Bundy, el 5 de octubre de
1962, presentó el Memorando “100 de Acción de Seguridad
Nacional”, titulado “Plan de Emergencia para Cuba”, mediante el
cual se orientó al Departamento de Estado, “... valorar las vías
de acción potencial abiertas a Estados Unidos si Castro debía ser
suprimido de la escena cubana”.14
Estados Unidos, con
suficientes razones ya para invadir a Cuba, provocadas por la derrota
de Girón, sumaba a estas, la capacidad que Cuba adquiría para su
defensa.
Junto a los
preparativos que ya realizaba, la administración Kennedy desplegó
una campaña de hostigamiento contra Cuba, tanto en la OEA como
apoyándose en algunos gobiernos latinoamericanos, dirigida a lograr
su total aislamiento y evitar a toda costa que hubiera voces
disidentes en el hemisferio, cuando la Isla fuese finalmente
invadida.
Es
necesario señalar, que al menos en noviembre de 1961, la
administración acelera los preparativos de la que sería la
operación subversiva más grande puesta en marcha contra Cuba. El
día 30, se oficializaba por el presidente Kennedy el Grupo
Especial Ampliado (SAG), dentro del Consejo de Seguridad Nacional,
presidido por el general Maxwell Taylor y el Fiscal General Robert
Kennedy, dando lugar al nacimiento oficial, aunque mantenida hasta
muy reciente en secreto, a la llamada Operación Mangosta.15
Los
planes de invasión de Estados Unidos, una vez diseñada la
Operación Mangosta, tuvieron un brazo desestabilizador y de
“ablandamiento”, hasta que pudiera llegarse al momento de la
invasión en gran escala con el ejército norteamericano, contenida
ella misma como ultimo paso dentro del propio Plan Mangosta.16
“Coincidentemente
con lo que ocurría en Uruguay, el 31 de enero de 1962 en
Washington, John F. Kennedy sostuvo un almuerzo privado con el editor
del periódico Isvestia y yerno de Nikita S. Jruschov, Alexei
Adzhubei. A quien el mandatario norteamericano manifestó que la
coexistencia soviética- norteamericana estaba comprometida, por el
hecho de que la influencia de la URSS en Cuba había alterado el
balance de fuerzas entre el Este y el Oeste. Además, Kennedy le
recordó a su invitado, la no interferencia de Estados Unidos en
1956, cuando se produjo la intervención soviética en Hungría. La
alusión era una clara prueba de que Estados Unidos trataba de
justificar por todos los medios su futura intervención en Cuba, al
sugerir a la URSS, que los norteamericanos habían comprendido la
actuación del gobierno soviético en los sucesos de Hungría.” 17
Kennedy
continuaba así el juego iniciado en las conversaciones de Viena
(junio de 1961), por medio del cual, tratando a Jruschov como
representante de una gran potencia, quería hacerle ver que esos
intereses estaban por encima de los de las naciones pequeñas.
Lamentablemente este juego funcionó finalmente en la negociación,
entre ambos, en la Crisis de octubre.18
Hay
que decir, que al parecer en la práctica, Kennedy introdujo a
Jruschov, dentro de una concepción de enfrentamiento Este-Oeste, que
hizo finalmente al líder soviético reaccionar, pensando sólo en
la solución, dentro de la cual la URSS estaba comprometida
estratégicamente y haciéndolo soslayar el compromiso que tenía
con Cuba.19
Por
lo cual, es posible llegar a la conclusión de que fue un error
estratégico de la Dirección Soviética, de Jruschov en particular,
dejar a Cuba al margen del núcleo duro de la negociación, que no
fue otro que el momento de la decisión por Jrushov de retirar los
mísiles nucleares de Cuba. De no haber sido así, la presencia de
Cuba habría servido a la URSS para fortalecer su lugar, situándola
frente a Estados Unidos en una posición más equilibrada y
principista, además de que no se hubieran producido contradicciones
que situaban a Cuba y a la URSS en una posición de debilidad ante
Estados Unidos.
¿Pero estaba
interesado Jruschov en que los mísiles nucleares en Cuba sirviesen
para algo más que arrancar a Kennedy una simple promesa de no
invadirla? ¿Estaba dispuesto Jruschov a que la capacidad disuasiva
de los mísiles nucleares pudiese ser utilizada por Cuba, para
obtener resultados más de fondo en una negociación con Estados
Unidos?, Evidentemente, parece que no.
Entonces,
la comúnmente llamada en los Estados Unidos, Crisis de los Mísiles
no fue, como ya históricamente se ha pretendido hacer ver, un
momento en que, a partir solamente de la presencia de los cohetes
nucleares en Cuba, se puso el mundo al borde de la Tercera Guerra
Mundial, sino más que eso, fue el momento en que Estados Unidos
tuvo que enfrentarse con las consecuencias acumuladas de todos sus
actos de agresión contra Cuba. 20
En
realidad, durante la crisis, sobre todo, una vez descubiertos los
cohetes, hubo dos asuntos claves que no pueden ser pasados por alto,
por la importancia que ambos tienen en el desenvolvimiento posterior
de la crisis y su conclusión, si tal se puede llamar a lo que
finalmente ocurrió.
Primero,
el hecho de que la instalación de los cohetes nucleares fuese
realizada en secreto y que ello haya incluido engañar varias veces a
Kennedy, por parte de la dirección soviética, le dio una apreciable
ventaja moral, política y estratégica a la parte norteamericana,
pues al descubrir los mísiles, pudo disponer de tiempo suficiente
para diseñar y planear acciones de respuesta. Mientras que, a la
URSS y Cuba, sólo sospechando el descubrimiento, únicamente les
quedaba esperar. Además, el engaño le permitió a Kennedy invertir
los términos de la confrontación, pudiendo presentarse como el
agredido, cuando realmente siempre fue el agresor.21Las
consecuencias de este error, fueron desastrosas también para la
imagen internacional de la URSS.
Segundo,
cuando en la carta de Jruschov a Kennedy del 26 de octubre, el
primero comunica su disposición a retirar de Cuba todas las armas
que Estados Unidos considerase como “ofensivas”. Esta
declaración, además de ser un repliegue moral imperdonable e
incosteable, porque los soviéticos por todas las vías se habían
cansado de decir que las armas instaladas en Cuba no tenían carácter
ofensivo, y así era, también resultó ser una trampa sin fondo a la
hora de la negociación. Puesto que Kennedy, aferrándose de tal
afirmación de Jruschov, condujo las negociaciones de la retirada de
las armas a su antojo...22
Por todo lo anterior,
la posición de la URSS, fue siempre muy débil, a partir del 26 de
octubre y particularmente durante las negociaciones, hasta que
finalmente, todo el proceso, quedó dependiente de la voluntad de
Estados Unidos de no invadir a Cuba en gran escala.
Otros errores
adicionales de Jrushov, fueron los siguientes:
-
Comunicar a Estados Unidos dentro del proceso negociador de la retirada de los mísiles, que todos los pasos que daba lo hacían de común acuerdo con Cuba.Lo cual no era cierto.
-
Tratar de comprometer a Cuba con dejarse inspeccionar el territorio en el proceso de retirada de los cohetes, lo cual fue un desconocimiento de la soberanía cubana.
-
Desconocer a Cuba durante el proceso negociador, aunque tratando de incorporarla después, sin ninguna efectividad práctica.
-
Comprometer la seguridad nacional de Cuba, aceptando una promesa de Estados Unidos de no invadir la Isla, lo que en el contexto del conflicto Cuba- Estados Unidos tenía un valor muy relativo y casi nulo.
-
Negociar la retirada de los cohetes de Cuba por los de Turquía. Lo cual no tenía relación alguna con la situación e inmiscuía a Cuba dentro de un proceso ajeno y fuera de su alcance. Además de no haber informado a Cuba de este paso. Convirtiéndola en una moneda de cambio.
Jruschov
engañó a Kennedy, pero a Cuba también, al negociar a espaldas de
esta y ocultarle información, que si manejaba con la parte
norteamericana.23
Entonces,
en la práctica a pesar de todo lo que la URSS y en particular
Jrushov había hecho de positivo para Cuba hasta entonces e hizo
después, sin embargo, durante la Crisis de octubre dio pasos
estratégicamente erróneos e inconsultos, que comprometieron
seriamente la seguridad nacional cubana y el prestigio de la
Revolución. Dando al traste además, con la única y real
oportunidad que Cuba hubiera tenido de influir seriamente en el
curso de sus relaciones futuras con Estados Unidos.24
Por lo cual, la
solución de la crisis, lo fue solo para Estados Unidos y la URSS,
pues ambos se limitaron a negociar desde su lógica de gran potencia.
Para Cuba no hubo solución, tratándose solo de una oportunidad
perdida.
En
realidad, Kennedy no se comprometió a nada formalmente, o a nada a
lo que no pudiese comprometerse con ventajas. Todo quedó en palabras
y en letras de correspondencia.
La promesa de no
invadir a Cuba, resulto aun más relativa, pues Estados Unidos
continúo hostigándola, invadiéndola en pequeña escala y
sometiéndola continuamente a todo tipo de agresiones.
Estados Unidos,
durante estos más de 40 años, no ha invadido a Cuba en gran escala,
no porque le importe el acuerdo de 1962, sino porque el costo
político, e incluso militar que ello tendría le sería
prácticamente impagable.
Sin
embargo, un daño importante que infringió Jruschov a Cuba es que,
cuando el Primer Ministro Soviético negocio con Estados Unidos
retirar los cohetes, sin consultar a Cuba, no hizo más que reafirmar
a Kennedy en su tesis, ya esgrimida en el “Libro Blanco”, de que
supuestamente la Isla no era sino un satélite de la URSS. Tal
“confirmación de hipótesis”, tuvo consecuencias duraderas y
muy negativas para Cuba, aunque también para la política
exterior norteamericana.25
Sólo
la posición valiente e intransigente de la dirección cubana, de no
dejarse inspeccionar, exigir los Cinco Puntos, accionar contra los
vuelos rasantes e impedir a toda costa dejarse coaccionar, junto a
la actitud valiente y decidida del pueblo, fue lo que salvó el
prestigio de la Revolución frente a tales acontecimientos.26
Sin duda, la
actuación de Jruschov afectó su prestigio personal y el de la URSS
en Cuba, así como ante el resto del mundo. También afectó
seriamente las relaciones entre ambos países. Lo cual, tuvo un
momento crítico especial, cuando el Comandante en Jefe Fidel Castro,
en su visita, a la URSS recién concluida la crisis entre abril y
mayo de 1963, casualmente descubrió que Jruschov había negociado
con Kennedy, a espaldas de la dirección cubana, el cambio de los
cohetes de Cuba por los de Turquía.
CONSIDERACIONES
FINALES.
Como
resultado de todo lo explicado, Estados Unidos mayoreo en la crisis,
especialmente durante la negociación, imponiendo sus imágenes,
percepciones y valoraciones, y convirtiendo todo el proceso final en
una escalada de exigencias y concesiones que la Dirección Soviética
siempre acepto. Cuba por su parte, dio los únicos ejemplos de
fortaleza y autodeterminación, al afrontar el derribo del U-2, no
permitir los sobrevuelos al alcance de sus baterías antiaéreas, no
dejarse inspeccionar, plantear sus exigencias por medio de los cinco
puntos y denunciar en Naciones Unidas el carácter agresivo y
manipulador de la política norteamericana.
Septiembre 8 del
2017.
1
Este acontecimiento es conocido también como Crisis del Caribe,
nombre que le dieron los soviéticos. Este último más bien
responde a la actitud de hacer la proyección externa de un
conflicto que, aunque devino global, involucraba a tres naciones
principalmente, Cuba, Estados Unidos y la URSS. (Nota del Autor).
2
La película” Trece Días”, bajo la dirección del famoso actor
Kevin Costner, a pesar de ser un film pacifista y de no mostrar
intención alguna de agredir a Cuba, sin embargo, queda atrapado
dentro de esa visión superficial de mostrar a Estados Unidos como
la victima y a Cuba y la URSS como simples agresores, que pusieron
en peligro al pacifico pueblo norteamericano y al mundo. (Nota del
Autor.
3
Ver: Mark L. Haas. University of Virginia,
Prospect Theory and The Cuban Missile Crisis, International Studies
Quarterly –2001- International Studies Association, Blackwell
Publisher, USA, pag. 243.
4
No es casual que la primera confrontación entre ambos gobiernos,
precisamente se haya producido entre las acciones legales cubanas
dirigidas a juzgar a los criminales de la dictadura, ante el pueblo
que reclamaba justicia y los intentos del gobierno norteamericano
por desacreditar los juicios de los Tribunales Revolucionarios,
tratando de presentar su ejecutoria legal como simples acciones
vengativas. Nunca se habían preocupado de detener la mano criminal
de la dictadura batistiana y entonces reclamaban clemencia para los
esbirros criminales de guerra. (Nota del Autor).
5
Ver: Acta de la Reunión del Comité Central del PCC, los días 25 y
26 de enero de 1968, La Habana, Cuba, pp. 38-49.
6
Ver: Draft Agreement between Cuba and the Soviet Union on Military
Cooperation and Mutual Defense, Agust 1962. The Cuban Missile Crisis
1962, A National Security Archive Documents Reader.The New Press,
New York, USA. 1998, pp. 64-66.
7
Ver: Acta de la Reunión del Comité Central del Partido Comunista
de Cuba. 25 de enero de 1968, sesión de la noche, La Habana, 1968,
pp. 38- 40.
8
Por lo general, se ha impuesto casi como una regla, que en los
momentos de las contiendas por la presidencia, aunque Cuba no sea un
tema de la campaña misma, las diferentes fuerzas políticas
interesadas se mueven planteando sus alternativas y obligando al
aspirante a referirse al tema. (Nota del Autor).
9
La Alianza para el Progreso, fue un elemento diferenciador
importante de la política de Kennedy hacia América Latina, con
relación a la política seguida por Eisenhower.Así como también
una comprensión más inteligente, no solo de cómo atacar a Cuba,
sino también de cómo evitar más Cubas hacia el futuro. (Nota del
Autor).
10
Especialmente esta consideración de Kennedy de “Cuba como
satélite de la URSS”, sobrevivió durante mucho tiempo, haciendo
un daño invaluable a la política exterior norteamericana para
tener una apreciación clara del verdadero papel de Cuba en la arena
internacional. A partir de ello, Estados Unidos en realidad nunca
entendió la política exterior cubana y por eso siempre se ha
estrellado contra ella. (Nota del Autor).
11
Tenemos la impresión de que para apoyar un plan que le había
venido como herencia ya era suficiente. Kennedy quería desarrollar
su propia política, no diferente de la anterior, pero bajo sus
propias reglas y principios. (Nota del Autor).
12
Ver: Tomas Diez. Cronología... Ob...
13
En
septiembre era firmado un segundo convenio con la URSS, por medio
del cual Cuba recibía suministro de armamento convencional por un
monto de 149 millones 500,000 dólares. De esta cifra, Cuba tendría
que abonar 67 millones 550,000 dólares y para saldar el resto de la
cuenta, se daban diez años a un interés del 2% anual. La URSS,
reafirmaba así su disposición de ayudar a la Isla, cuando esta más
lo necesitaba. Tal y como ya había tenido lugar, en los momentos
más críticos de principios de los años de 1960 y 1961
14
Ob. Cronología, Tomas Diez...
15
Ver: document 4. Minutes of First Operation Mongoose meeting with
Attorney general Robert Kennedy, December 1, 1961, Ob. National
Arcive...Washington Dc, Selection of Giron, p.20.
Ver:
The White House, “Eyes Only For The
President”, Richard N. Goodwin,
Giron Selection, Washington DC, ob.
National Archives...
16
Acerca de este denominado Plan Mangosta, se puede ver más en
detalle. Ob. The
Cuban Missile Crisis...pp. 20- 63.
17
Ver Cronología sobre La Crisis de Octubre, Tomas Diez, Instituto de
Historia.
18
Ver. Memorandum of Conversation, Vienna Meeting Betwen the President
and Cairman Kruscchev, The Cuban Missile Crisis, 1962. Ob.
Pp. 9 – 14.
19
A. Mikoyan llego a la Habana el 2 de noviembre de 1962, en visita
oficial, para analizar con la dirección cubana los asuntos de la
Crisis de octubre. Ver: Cronología de la Crisis de octubre,
Conferencia 30 Aniversario, 1992, p. 100.
Fue muy lamentable la
situación que atravesó Mikoyan tratando de convencer a la
Dirección Cubana de que Jrushov tenía razón. Durante las
conversaciones, incluso, se hablo de que los IL-28 se quedarían en
Cuba, pero 48 horas después ya Mikoyan informaba que también
debían ser devueltos a la URSS. Solo su ética personal, la amistad
con los cubanos y el trato respetuoso recibido le ayudaron en tan
amargos momentos. Mikoyan había sido opuesto a que el despliegue de
los cohetes se hiciese en secreto. Parece que el deseo de Jrushov de
sorprender a Estados Unidos, cuando los cohetes fueran operacionales
y de no crearle dificultades a Kennedy durante la campaña, aunque
también su tozudez, deben haberlo impulsado a mantener el secreto.
(Nota del Autor). Para ampliar Ver: Document 60: Ob. The
Cuban Missile Crisis...pp. 257-258.
20
No pocas veces, muchos europeos y asiáticos con que hemos hablado,
se asombran de que las cosas de este lado del mundo sean bastante
diferentes. El hemisferio occidental es el traspatio de Estados
Unidos, lo continúa siendo, y la revolución cubana ha aportado las
pruebas más fehacientes de que ello es así. Sufriendo un proceso
de agresiones que ya dura mas de 40 años. Solamente a partir de la
intolerancia norteamericana de no aceptar regímenes políticos de
izquierda, en su histórica área de influencia. (Nota del Autor).
21
Cuba insistió en varias ocasiones, sobre todo, en la
inconsistencia moral y estratégica de instalar los cohetes en
secreto, pero después de varios intentos no logro convencer a
Jruschov y finalmente acepto dejar el asunto en manos de la
dirección soviética. Las consecuencias de instalar los cohetes en
secreto fueron desastrosas, atreviéndonos a asegurar que
posiblemente sea el momento más peligroso atravesado por Cuba en su
confrontación con Estados. Ver Acta de las Reuniones del Comité
Central del PCC, de enero 25 y 26 de 1968, La Habana Cuba, pp. 55
–62. Una expresión muy clara de las ventajas de Kennedy puede
verse en el discurso del 22 de octubre. Ver:
Document 29: “Radio – TV Address of the President to the Nation
from the White House”. Ob. The Cuban Missile Crisis ... pp.
160-164.
Ver
también: The Noviembre Extensión...
Ob. p. 244-245. Jrushov se puso así mismo una trampa, al decir que
las armas que estaban en Cuba no eran ofensivas. No lo eran
realmente, porque su objetivo no era atacar a Estados Unidos, sino
la defensa de Cuba.Pero con ello Jrushov de hecho estaba negando que
hubiese cohetes nucleares en Cuba, lo cual no debió haber sido
nunca ocultado a Kennedy. Si los cohetes nucleares hubiesen sido
instalados públicamente, Cuba y la URSS hubieran podido haber
defendido su presencia en la Isla. De un modo abierto y con arreglo
a las mismas leyes internacionales que permitieron a Estados Unidos
instalar cohetes nucleares en Italia y Turquía. Entonces, Jrushov
se enredó así mismo, permitiéndole a Kennedy no tener que
enfrentar la realidad de que Cuba tenía derecho, para defenderse, a
instalar las armas que estimase conveniente y en alianza con
quien quisiese, aunque estas armas fuesen mísiles nucleares y
estuviesen situadas a 90 millas del territorio de Estados Unidos.
Si los cohetes hubiesen
sido instalados públicamente, de todos modos, Kennedy habría
protestado, esgrimiendo la Doctrina Monroe u otras razones, porque
su prepotencia nunca le hubiera permitido tener que convivir con los
cohetes nucleares en Cuba. Entonces, Jrushov habría tenido que
portarse muy firme, porque las fuertes amenazas por parte de
Estados Unidos vendrían- dado la supremacía estratégica de que
disfrutaban- pero, sin embargo, hubiera podido ser una pelea más
pareja, e incluso ganable, dentro de la lógica de una acción
protegida por el derecho internacional. Como resultado de todo
ello, no fue que Kennedy haya ganado la confrontación, sino que
Jrushov la perdió, al haberse dejado llevar este por una lógica
política que no podía ser la suya. Jrushov jugo con la lógica
del adversario, al negociar como gran potencia y desconocer al
aliado pequeño, incluso haciendo caso omiso a sus consejos, por eso
perdió. Jrushov era el líder de un país socialista poderoso, y
nunca debió haber actuado con la lógica de los imperialistas.
Ese fue, en nuestra opinión, el error estratégico más importante
cometido por Jrushov y la lección más importante que nos queda
para una situación similar.
Lo
cierto es que, desde el principio, la lógica con que Cuba hubiera
actuado fue correcta: no instalar los cohetes en secreto y hacerlo
de modo legal, por medio de un convenio que cumplía con las reglas
del derecho internacional, actuar con ética y sin engaño, no
entrar en el juego de caracterizar las armas, negociar siempre en
el contexto del acuerdo y tomando en consideración el sistema de
intereses en juego. Todo lo contrario de lo que hizo Jrushov. Lo
cual nos permite concluir, que si Cuba hubiera estado en el lugar de
la URSS, o lo que es más lógico imaginar, si Jrushov hubiese
prestado atención los consejos de Fidel castro, otro hubiera
podido ser el resultado de la Crisis de Octubre. (Nota del
Autor.Para ampliar ver: Ob. Conferencia Tripartita... 11 de enero de
1992.
Cuarta Sesión... pp.7-27.
23
Aun existe intercambio de documentación entre Kennedy y Jruschov,
no desclasificada, que nos puede deparar sorpresas respecto a muchos
asuntos manejados por Jruschov con Kennedy que no fueron informados
a Cuba. (Nota del Autor).
24
Es para nosotros evidente, que ni Jrushov ni los estrategas de la
política soviética, dominaban los pormenores políticos y
prácticos del enfrentamiento entre Cuba y Estados Unidos. Ellos, al
parecer, vieron el marco y la conexión estratégica de un conflicto
en el Caribe, con la confrontación nuclear, pero perdieron el
contenido esencial de cual debía ser la solución verdadera e
integral del problema y el modo de negociarlo. O tal vez, también,
para instalar los cohetes esgrimieron la razón verdadera, pero a la
hora de negociar tomaron el camino equivocado. A nuestro entender,
porque la razón esgrimida para instalar los cohetes en Cuba (su
defensa) no era la verdadera para Jrushov, sino la de equilibrar el
poderío nuclear norteamericano. Luego cabe aquí la pregunta
¿Entendió realmente Jrushov, la conexión estratégica y además
global, que existía entre la instalación de los cohetes en Cuba y
la confrontación entre Cuba y Estados Unidos? Evidentemente no. Si
la hubiera entendido, habría podido tomar en consideración que la
lógica a seguir en la negociación debió haber sido otra. Pensamos
que Jrushov definitivamente no entendió la connotación
estratégico-global que tomaban Cuba y su confrontación con
Estados Unidos, al instalar los cohetes nucleares en la Isla. Pues
debió haber sido sin desconocer a Cuba, como Jrushov tendría que
haber negociado con Estados Unidos. Al no hacerlo, le permitió a
Estados Unidos poder echar a un lado las verdaderas razones (contra
Estados Unidos) de por qué los cohetes estaban en Cuba.
Permitiéndoles además negociar, por las razones que no eran
defendibles para Estados Unidos, aunque sí las deseables (sacar los
cohetes de Cuba). Porque tanto Cuba como la URSS tenían todo el
derecho a que los cohetes estuviesen en cuba .Ello, junto al marco
político-ideológico internacional, contario a Cuba y a la URSS,
que se creo con la instalación de los cohetes en secreto, asunto
que Kennedy manejo muy inteligentemente, fueron suficientes para
que Estados Unidos, siendo el agresor, pudiese presentarse como
el agredido y vender al mundo la idea de que la verdadera causa de
la crisis y del peligro de exterminio nuclear era la presencia de
las llamadas “ armas ofensivas” en Cuba. La permanencia de los
cohetes era lo que hubiera permitido defender a Cuba, al mismo
tiempo que mejorar la correlación estratégica con estados Unidos,
lo cual no se lograba negociando como lo hizo Jrushov, sino
exactamente a la inversa. Olvidándose de Turquía y esgrimiendo
fuertemente las razones de la presencia de los cohetes en Cuba. Por
lo cual podemos decir, que jruschov fue víctima de sus propios
errores y no fue tampoco capaz de hacer uso de todas las
posibilidades que tuvo a su favor para negociar con Kennedy. (Nota
del Autor)
25
Ver. Actas de la Reunión del Comité Central del PCC, 25-26 de
enero de 1968, sesión del 26 de enero, La Habana, Cuba, pp. 1-17.
Lo esencial de la política no desapareció entonces ni ahora,
formando aun parte del debate, si la agresividad debe o no
mantenerse, como componente esencial de la política hacia Cuba.
(Nota del Autor.
26
Ver cartas de Jruschov del 27 al 28 de octubre de 1962. Cronología
dela Crisis de Octubre. Reunión Tripartita de 1992, pp. 82-88.
Al hablar de los cinco
puntos, nos referimos a las exigencias que Cuba consideraba se
debían hacer a Estados Unidos, durante la negociación para la
retirada de los armamentos estratégicos instalados en la Isla.
Tales exigencias fueron las siguientes.
Primero. Cese del
bloqueo económico y de todas las medidas de presión comercial y
económica que ejercen los Estados Unidos en todas partes del mundo
contra Cuba.
Segundo. Cese de
todas las actividades subversivas, lanzamientos y desembarcos de
armas y explosivos por aire y mar, organización de invasiones
mercenarias, filtración de espías y sabotajes, acciones todas que
se llevan a cabo desde el territorio de los Estados Unidos y de
algunos países cómplices.
Tercero. Cese de
los ataques piratas que se llevan a cabo desde bases existentes en
Estados Unidos y en Puerto Rico.
Cuarto. Cese de
todas las violaciones del espacio aéreo y naval por aviones y
navíos de guerra norteamericanos.
Quinto. Retirada
de la Base Naval de Guantánamo y devolución del territorio ocupado
por Estados Unidos.
Ver. Peligros y
Principios. La Crisis de Octubre desde Cuba. Editora Verde Olivo
MINFAR, La Habana, 1992, p. 170
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