Autor:
Esteban Morales Domínguez
UNEAC
El
proceso de una perspectiva de impeachment contra Donald Trump, lejos
de diluirse, lo que parece es complicarse. Trump parece estar
actuando como el famoso folclórico personaje de Chacumbele, “que
el mismo se mató”.
¿De
qué modo se le complica la situación al presidente?
En
primer lugar, ya son más de uno los denunciantes contra la actuación
de Trump en Ucrania. El que se filtrara por una conversación
telefónica, que Trump había pedido a su homologo Vladimir Zelenski
en julio pasado, que este último investigara al ex vicepresidente
Biden, quien es ahora ni más ni menos, que su principal contrincante
político en la cercana campaña presidencial del 2020.
Trump
insiste denodadamente en varios asuntos que parecen formar parte de
una estrategia para enfrentar el peligro de un juicio político.
-Continúa
insistiendo en que el impeachmente lejos de perjudicarle le
beneficiaria, en la perspectiva de ganar las próximas elecciones.
-Continúa
mintiendo al decir que no presionó al presidente ucraniano. Pero
días antes de la llamada Trump ordenó a sus asesores congelar el
fondo de 400 millones en ayuda militar para Ucrania, lo que genero la
especulación de que retenía el dinero para presionar por
información sobre los Biden. Entonces, el Presidente ha negado la
acusación, pero reconoció que bloqueó la entrega de fondos. ¿Con
que objetivo lo hizo sino fue para presionar por sus intereses con
Ucrania?
-Se
aferra a la idea de que los republicanos que lo siguen continuaran a
su lado, con independencia de lo que pueda ocurrir. Lo cual depende
de cómo su popularidad se vaya afectando.
-Continua
el doble juego de que aun y cuando se descubran sus trampas, tiene el
derecho de actuar como lo hizo. Lo cual tiene que ver con su
comportamiento enfermizo.
-Sigue
tratando de frenar la posibilidad de verse obligado a entregar la
documentación que puede perjudicarle. Aunque no ha podido evitar que
la comisión de la cámara, dominada por los demócratas, continué
entrevistando a los que van llamando a comparecer.
-Aparece
con el argumento de que China también debiera investigar a los
Biden. Repitiendo el mismo argumento que lo tiene en una crítica
situación frente a la perspectiva del juicio político.
-Continúa
insistiendo en conocer la identidad del primer informante. A lo cual
no tiene derecho.
-No
solo presionó en el caso de Ucrania, sino que hizo algo similar con
Australia.
-Les
declara la guerra a los que asisten a las comparecencias con la
comisión de la Cámara, les lanza encima a sus partidarios dentro de
la prensa.
-
Continúan apareciendo evidencias sobre su interés de desprestigiar
la investigación de Müller. Dando orientaciones para continuar su
persecución.
-
Utiliza a su equipo de gobierno para llevar adelante acciones que
tiene serios visos de ilegalidad.
No
obstante, tanto la Casa Blanca como los asesores informales de Trump,
se encuentran divididos sobre cómo manejar la historia, según ocho
personas que hablaron bajo la condición de anonimato. Debido a que
no están autorizados para discutir conversaciones privadas de manera
pública.
Pero
a Trump le preocupa que aun y cuando el Senado, controlado por los
republicanos, le absuelva, como es de esperar hasta ahora, de todos
modos, el Juicio Político devenga en la primera línea de su
obituario político.
Por
su parte, Mitch Mc Connell, líder de la mayoría republicana del
Senado, afirmo que no tendría opción más que permitir que se
proceda con el juicio político de Trump en la cámara alta, si la
cámara baja aprueba el impeachment. Poniendo así fin a las
especulaciones de que McConnell buscaría la manera de evitar el
juicio.
Mientras
los demócratas intentan destituirlo, Trump y sus aliados más
cercanos, creen que pueden presentar al Presidente como un mártir
ante sus seguidores, lo que, según ellos, ofrecería la necesaria
motivación para que sus simpatizantes acudan en masa a las urnas a
votarlo.
Parece
que la estrategia de reelección de Trump, depende de la
participación de sus seguidores más acérrimos, qué no votan más
de lo habitual, más que de convencer a los escépticos en el centro
del espectro político.
Después
del anuncio de la Pelosi, los partidarios de Trump desplegaron varios
tuits atacando a los demócratas, incluido un video que concluía con
un mensaje para los seguidores del Presidente que decía “Mientras
el único objetivo de los demócratas es luchar contra Trump, el
Presidente Trump lucha por usted”. La cual es una jugada de engaño
propagandística.
Que
Donald Trump quiere que lo sometan al juicio político es un
argumento que viene sosteniéndose desde hace tiempo. Ben Domenech,
editor del sitio The Federalist, ha dicho que “…el juicio
político no sería un tropiezo para el Presidente, porque Trump está
ansioso por dar la pelea”.
Pero
reforzando el argumento, el Sr. Domenech dice” …si un presidente
escapa indemne de una investigación por conspiración con un
gobierno extranjero y justo el día después del testimonio de Robert
Müller presiona por teléfono a un gobierno extranjero para que lo
ayude en su campaña presidencial: ¿acaso parece preocuparle a ese
presidente la posibilidad de ser sometido a un juicio político? Yo
diría que no”.
En
mi opinión personal, parece haber, como se dice, “gato encerrado”,
detrás de esa insistencia en que a Trump le beneficiaría ser objeto
del juicio político. No puede ser otra cosa, que a Trump se le va
complicando bastante su posición frente al juicio político. No
obstante, sigamos viendo los argumentos que se dan para considerar
que a Trump le beneficiaria este proceso.
Según
se argumenta, existen cuatro aspectos positivos que resultarían del
mismo para la presidencia de Trump.
Primero.
Si
los demócratas lo someten a juicio político harán algo impopular
en lugar de algo popular.
Es
que hasta ahora los sondeos muestran la impopularidad de un juicio
político. Pero pueden esos sondeos modificarse con el desarrollo de
las noticias qué lleguen de Ucrania o de otras evidencias que están
apareciendo de la actuación de Trump.
Segundo.
Se
dice que Trump se siente feliz de hacer públicos sus abusos de poder
frente a la corrupción blanda de sus oponentes.
Pero Trump es el más
corrupto, de manera mucho más ostensible.
Tercero.
El
juicio político le daría a Trump una última oportunidad de
consolidar su influencia sobre los posibles sucesores republicanos.
Cuarto.
Porque
es el circo la parte de la política que Trump mas disfruta.
Pero, en realidad, ninguno de
tales argumentos justifica suficientemente el supuesto interés de
Trump por ser sometido a juicio político. Sobre todo, porque ya ha
pasado un mes desde que la Pelosi decidió iniciar las
investigaciones para el mismo y la situación de Trump, lejos de
mejorar se le ha venido complicando.
A
pesar de que Trump ha negado fervientemente que el no presiono al
Presidente ucraniano y este haber negado que había sido presionado;
al publicarse la transcripción de la conversación entre ambos del
25 de julio último, esta muestra claramente que el presidente Trump
pidió varias veces a Zelesnki que investigara al vice Joe Biden. Si
a ello le agregamos que se ha demostrado que Trump freno la entrega
de los fondos prometidos a Ucrania, esperando la conversación con el
Presidente ucraniano, queda muy claro que si hubo presión. Ello fue
precisamente lo que motivo que Nancy Pelosi abriera la investigación
de juicio político, a lo cual no se había decidido. ¿Por qué lo
hizo en ese momento, si no fue precisamente porque estaba ya
convencida de que existían razones suficientes?
La
Casa Blanca trato de justificar la situación diciendo que la
trascripción no era textual y que está basada en notas y recuerdos
de funcionarios del gobierno de Estados Unidos. Esto cayó de cabeza
ante las declaraciones del primer, aún desconocido, informante que
se reunió con la comisión de la Cámara.
Además,
hoy el documento revelado muestra que Trump le dijo a su homologo que
trabajara con el Fiscal General de los Estados Unidos, para
investigar la conducta del precandidato presidencial demócrata y de
acuerdo con lo publicado por el diario Washington Post, el presidente
Trump incluso ofreció reunirse con el Presidente ucraniano.
“Me
gustaría que el Fiscal los llamara y me gustaría que llegaran al
fondo”, dijo Trump al Presidente de Ucrania.
En
esa maniobra participó también Rudy Giuliani, quien se ha alzado
como el principal portavoz de Trump en esta crisis, porque la Oficina
de Comunicaciones de la Casa Blanca no ha podido estructurar una
estrategia y actualmente tiene una relación inconsistente con el
Presidente. De tal modo, que los muy estúpidos enviaron su
estrategia a los demócratas.
La
apoteosis de todo este desmadre se produjo, cuando la Casa Blanca
envió a los demócratas un correo electrónico en el que delineaba
su estrategia sobre como los republicanos debían contestar a
preguntas sobre la polémica situación entre Trump y el presidente
ucraniano Zelenski.
En
el mencionado correo, titulado “Lo que necesitas saber”, la casa
Blanca aconsejaba a los legisladores republicanos usar la palabra
“mito “para describir la conversación entre los dos líderes y
pedía culpar a los demócratas de “provocar frenesí mediático de
falsas acusaciones”. Por
si fuera poco, luego la Casa Blanca envió otro mensaje a los
demócratas para pedirles que, por favor, le devolvieran su
estrategia.
La
falta de coherencia y el nerviosismo que esto indica en las acciones
defensivas de los republicano, no tiene paralelo. Reafirmándose no
solo una falta de estrategia, además, la ausencia de habilidad para
llevarla adelante. Al parecer Trump no se percata que con su accionar
en este caso, está haciendo lo mismo por lo que estaba acusado en la
comisión Müller.
¿O
cuál es la diferencia entre haberse vinculado a Rusia para aplastar
a la Clinton y ahora coordinar con el Presidente ucraniano, para que
le quite del camino a Joe Biden?
Puede
ser esto muy peligroso para Trump, aunque con el agravante de que en
lo ocurrido en el caso de Ucrania está muy simple y claro cuál ha
sido su participación. Mientras que, en el caso de la colusión con
Rusia, en medio de lo complejo y tumultuoso del problema, al parecer,
si no fue cobardía de su parte, es verdad que Müller no pudo hallar
suficientes evidencias como para condenarlo.
Pero
ahora, a medida que avanzan las investigaciones se conocen nuevos
detalles del incidente de la llamada y emergen nuevas informaciones
que involucran a otros personajes del equipo del Presidente.
Trump
también había pedido durante el contacto con Ucrania, que el
Presidente ucraniano coordinase con su asesor Giuliani y el
procurador William Bar. Por lo que entonces ambos son parte de la
investigación del Impeachment. Revelándose además, que el
secretario de estado Mike Pompeo participo en la llamada con el
Presidente ucraniano.
Pero,
como casi siempre ocurre en este tipo de asuntos, empiezan a brotar
más revelaciones del tipo anunciado.
Trump
también había presionado al ministro de Australia Scott Morrison,
en una llamada telefónica, para que brindara asistencia al
procurador general Barr, quien está realizando una indagación para
descalificar la investigación encabezada por el Fiscal especial
Robert Müller contra el Presidente y su equipo, según informo el
New York Times, por lo que esta acción también es carga para el
juicio político. Por si fuera poco, el Washington Post revelo que el
procurador Barr ha sostenido reuniones privadas con oficiales de
inteligencia de otros países, para dañar las conclusiones de la
investigación de Müller sobre la interferencia rusa. Agregando,
¿otro error de seguridad nacional de Trump?
Una
semana después de anunciarse el proceso formal de impeachment,
múltiples nuevas encuestas registraron un incremento significativo
entre quienes favorecen proceder contra Trumpn, lo que puede ser
indicativo de que la marea se vira contra el Presidente. Una fuerte
evidencia de las dificultades de Trump, es que el Senador demócrata
Chris Murphy, que había sido reacio a respaldar la pesquisa, apuntó
que “la sociedad del momento requiere que todos hablemos para
preservar el compromiso de nuestra nación con el Estado de derecho”.
Varios
legisladores demócratas, antes contrarios al inicio del proceso,
comienzan a mostrarse más abiertos a ese paso tras los informes
sobre la conversación telefónica que sostuvo el Presidente con su
par de Ucrania. Un extraordinario impacto tuvo el discurso del
legislador Afroamericano John Lewis, que hace medio siglo acompañó
al reverendo Luther King cuando pronuncio su famoso discurso,” Yo
tengo un sueño”, en la marcha a Washington en 1963.
Lewis
decía, “No podemos retrasarnos. No debemos esperar. Ahora es el
momento de actuar. Nunca encontraremos la verdad a menos que usemos
el poder otorgado por la cámara de representantes. El futuro de
nuestra democracia está en juego.”
A
Lewis lo cubre un manto de autoridad que, si algún demócrata estaba
indeciso, su discurso despejo cualquier duda.
Murphy
por su parte, pidió a la cámara de mayoría demócrata, tomar
medidas para garantizar que la mencionada queja se presente al
Congreso en su totalidad, y realizar una indagación sobre el alcance
de las demandas al Gobierno ucraniano.
Donald
Trump como Nixon, tiene su equipo de secuaces. Los de Nixon, HR
Hadelman secretario de la Casa Blanca y John Mitchell secretario de
Justicia, terminaron en la cárcel. Mike Pompeo, Rudy Giuliani y
Barr, puede que ya estén separando el turno, porque los tres tienen
un grado de involucramiento en el incidente de Ucrania y otros, qué
es difícil salven la cabeza. Su suerte está demasiado unida a la de
Trump.
En
particular Pompeo, había atormentado a la exsecretaria de estado
Hilary Clinton por el incidente de Benghazi. Ahora está tratando de
evitar que el Congreso exija a la administración Trump rendir
cuentas por retener información. Ha perfeccionado el arte de
mantener contento al Presidente y sus objetivos políticos más altos
significan también complacer a la base de Trump. No olvidar que
Pompeo estuvo en la llamada telefónica entre Trump y el presidente
de Ucrania.
Por
su parte Rudolph Giuliami, el denominado héroe del 11 de septiembre,
es supuestamente el abogado personal de Trump, pero sus incesantes
“éxitos de noticia “por cable no son de ningún manual de corte.
Rudy Giuliani hizo una cruzada abierta para que Ucrania investigue al
hijo de Joe Biden y se reunió con un funcionario del Gobierno de
Kiev en España. De modo que los críticos se han preguntado si sus
trabajos independientes sobre Ucrania no han llevado a su presidente
a un lugar peligroso.
Giuliani
negó haber pedido a Ucrania que investigara a Biden. Antes de
reconocer que lo hizo.
Lindsey
Graham es ahora el compañero de Golf de Trump y su defensor más
vigoroso. Antes fue discípulo del difunto senador John McCain, que
despreciaba a Trump, por lo que en su defensa de Trump, tiene a
quienes lo tildan de hipócrita. Graham sabe que su papel
probablemente significa que se librara de un rival ferviente pro
Trump, el próximo año en su estado de origen.
Por
su parte, Mike Pence, el vicepresidente, ama a Trump. Este último lo
envió a reunirse con el presidente ucraniano Vladimir Zelenski el 1
de septiembre. Pence dijo que discutieron la ayuda de Estados Unidos,
pero no a Joe Biden, lo cual difiere de lo dicho por Trump y de lo
finalmente aceptado por Pompeo. Pence como Pompeo, sueña con cosas
superiores y codicia a los votantes de Trump, pero está en un lugar
intrigante. Sí por alguna razón el Comandante en Jefe tiene que
irse, él gran cargo pasaría a sus manos.
El
momento actual del proceso de Juicio político está en la
comparecencia de los testigos ante la Comisión de la Cámara.
El asesor de Trump sobre Ucrania, Alexander Windman, el
principal experto en Ucrania testifica en contra del. Dijo que hubo
un “quid proquo” persistentemente negado por la Casa Blanca.
Alexander
Windman (1975) nació en Ucrania. A la muerte de su madre, el padre,
un judío ucraniano, lo llevo con sus hermanos a Nueva York en
diciembre de 1979. En
1988 se graduó de la Universidad Estatal de Nueva York, más tarde
recibió maestría en la Universidad de Harvard en Estudios de Rusia,
Europa del Este y Asia Central.
Después
se unió al Ejército de Estados Unidos, convirtiéndose en un
oficial de carrera. Sirvió en Corea del Sur y en Alemania. Veterano
de Irak, recibió la medalla Corazón Purpura. Lo ascendieron a mayor
en el 2008 y en el 2015 a Teniente coronel. Como oficial
especializado en Eurasia, sirvió en las embajadas de Estados Unidos
en Kiev, Ucrania y Moscú. Al regresar a Washington DC, era un
oficial de asuntos políticos-militares rusos que trabajaba para el
presidente del Estado Mayor Conjunto. En julio del 2018 se le designo
para trabajar en el Consejo de Seguridad nacional como experto en
Ucrania. Asistió como invitado al acto inaugural del nuevo
presidente de Ucrania Vladimyr Zelenski.
A
pesar de su impresionante hoja de servicio, fue cuestionado por los
republicanos partidarios de Trump, cuando fue citado a declarar ante
la Cámara el 29 de octubre como parte de la investigación de juicio
político contra el presidente Trump. De tal modo se convertía en el
primer funcionario de la Casa Blanca en testificar sobre la ya famosa
llamada telefónica del 25 de julio del 2019, entre Trump y Zelenki.
Según
declara Windman, haber oído esa conversación en la Sala de
situación de la Casa Blanca lo consideró tan perjudicial para los
intereses estadounidenses, que se lo comunicó a un superior. Lo hizo
dos veces-escribió en su declaración- por “sentido del deber”.
Siendo el punto crítico de esta historia que su testimonio confirma,
una vez más, la existencia de un “quid pro quo” negado por la
Casa Blanca.
Al
ser ucraniano de origen y haber declarado de modo que no beneficia a
Trump, de manera inmediata parte de la prensa le cayó encima.
Mientras que otros los defendieron, considerando
los ataques como una verdadera vergüenza. Lo cual es cierto.
Kurt
Volker, ya se había convertido en un personaje central en la
investigación de la Cámara de Representantes. Testifico durante
casi 10 horas. Volker se veía franco y abierto y respondió a todas
las preguntas, según se señaló.
Volker les dijo a los investigadores que le advirtió a
Giuliani que no se apoyara en la información proveniente de Yuri
Lutsenko, ex procurador general de Ucrania. Lutsenko presuntamente
había estado en contacto con Giuliani, según se señaló.
Aunque
los demócratas tiendan a desear un proceso rápido, la duración es
una incógnita también. La propia Pelosi, que anunció un proceso
expeditivo, admitió que llevara tiempo, pues la Casa Blanca se está
resistiendo a proporcionar los documentos o testigos que reclame la
Cámara de Representantes, demorando meses los tramites. Aunque
acelerar el proceso de impeachment daría combustible a Trump para
hablar de “cacería de brujas”.
Se
lanzó desde la cámara un verdadero ultimátum: o la Casa Blanca
envía toda la información requerida para aclarar el caso de
Ucrania, o se emitirá una citación con toda la obligación de
entregarlos. Si el presidente Donald Trump y el secretario de estado
Mike Pompeo han obstruido u obstaculizan la investigación, esto se
considerará una prueba de delito de obstrucción. Por lo que Shiff
no oculta algo que es más que una sospecha: acaso la Casa Blanca y
otros funcionarios de la administración actuaron para ocultar e
incluso destruir datos e información, para evitar que el Congreso y
la opinión pública se den cuenta.
“En
realidad, han sido enviados muchos requerimientos, durante mucho
tiempo, …” informo Cummings. “La lista de lo que el personal
del Presidente debe producir es muy larga…” En primer lugar, todo
lo relacionado con las dos llamadas telefónicas en abril y julio
entre Trump y el presidente ucraniano.
Además,
grabaciones, transcripciones, notas, más notas y más
documentación. Pero también una lista completa de todos los
miembros del personal presidencial y administrativo involucrados de
varias maneras en las dos llamadas telefónicas entre ellos Pompeo,
quien desde Roma admitió que estuvo presente en la llamada.
Nuevamente se le pide a la casa Blanca que entregue todo el material
relacionado con las llamadas telefónicas y con otros líderes
extranjeros con los que Trump posiblemente haya abordado los mismos
temas que con Zelenski.
Finalmente,
los miembros del Congreso quieren saber todo sobre la decisión de
retirar temporalmente los 391 millones de dólares de ayuda a Kiev
antes de la notoria entrevista entre Trump y Zelenski.
Ya
paso el informe sobre el impechament aprobado por la Camara al
Senado.
¿Cómo
podrá salir Trump de semejante encerrona?
Esto
no ha terminado. Ha comenzado la etapa definitiva.
Noviembre
1 del 2019.