Esteban
Morales Domínguez
Donald
Trump parece un oso herido que agrede, sin embargo eso es pura
mascarada. Es cierto que su política resulta en extremo peligrosa, pero su verdadera peligrosidad no proviene solo directamente de sus
pasos políticos, sino más bien de sus ambiciones. Recordemos la frase del llamado Señorito Malta en aquella famosa
novela brasileña, “Que nadie toque nada, yo solo puedo tocar”.
En
la política de Estados Unidos hacia Cuba nunca han sido apreciadas,
o posibles de apreciar, tantas incoherencias. Trump
no le ha dado marcha atrás a todo lo que se logró avanzar con la
presidencia de Obama y esa fue su primera gran mentira, prometerle a
la extrema derecha cubano americana que lo haría.
Pero
esa extrema derecha no puede siquiera confiar, que Trump sea
heredero de la ambición histórica de los Padres Fundadores de
poseer a Cuba. Políticamente hablando Cuba no le interesa, ni
dirigirla o poseerla como una neocolonia, si acaso para
servirse de ella, como fuente de negocios y de riqueza. Qué Cuba sea
lo que le venga en gana, siempre que él pueda sacarle provecho
económico-financiero.
¿Cuáles
son los verdaderos intereses políticos de Trump con Cuba? Creo que
políticos como tal son muy pocos y no están realmente
sustentados en odios históricos, principios ideológicos ni
intenciones políticas ancestrales, porque Trump no es un político.
Trump primero que todo, es un hombre de negocios. Asunto
este último que nunca va a sacrificar por verdaderos intereses
políticos de clase, ni “intereses patrióticos”,
históricos de controlar a Cuba, más allá de sacar partido para
continuar enriqueciéndose.
Si poderosos intereses económicos lo agreden, se
coligan fuertemente, lo enamoran con bolsas de dinero, con jugosos
negocios, con atractivos beneficios económicos, Trump es capaz de
moverse a cualquier posición. No tiene principios ni
intereses políticos verdaderos, sino ambiciones monetarias y
aspiraciones desbordantes de riqueza. Para el la presidencia no es un cargo político, sino la
combinación de la caja fuerte, es el negocio más grande que ha tenido, un “regalo del
cielo” con el que convertirse en el
hombre más rico y poderoso del mundo. Los demás asuntos que
conlleva el ejercicio de la presidencia, son solo puras
circunstancias dentro de sus acciones, no le interesa preservar la
ética del presidente de la nación, la tira por la borda cada día.
Trump
hará lo que tenga que hacer, pero sin perder la brújula de que lo
más importante que su posición le puede prodigar, es enriquecerse
indetenidamente. De lo contrario ¿cómo podríamos entender la forma en
que Trump ha actuado hasta ahora? Rompiendo reglas de todo tipo,
cuestionando acuerdos, apartándose de todo lo que implique
coordinación internacional, incluido con los históricos aliados de
Estados Unidos, los que han contribuido sobre manera para llevarlo a
la posición de liderazgo que hasta hace poco tuvo. Sin aliados,
Estados Unidos no hubiera llegado a ser lo que ha sido, pero el está
dispuesto a sacrificar esa alianza en pos de su
peculio particular.
Dejemos
el caso de Cuba para el final. Encarguémonos, momentáneamente, de
estos otros asuntos. ¿Qué tanto dicen del hombre con que nos las
tenemos que ver?
Observemos
brevemente el caso de Corea del Norte. En cuanto Trump se enteró, de
que los cohetes nucleares coreanos podían llegar a la Costa Oeste
de los Estados Unidos, se sentó a negociar con Corea del Norte. Con
todo el cinismo, la demagogia y el carácter engañoso de esa
negociación, pues por una parte no le quita a Corea del Norte las
sanciones, tratando de lograr solo la ventaja de que esta última se
desarme.Estados
Unidos insiste en que Corea del Norte se desarme unilateralmente, a
lo que esta última se niega, por la desconfianza a que la posición
norteamericana los ha inducido.
Pero
como se dice “el tiro le salió por la culata”, porque los
coreanos del norte aprovecharon la coyuntura, de esa paz increíble
y precaria, para acercarse a Corea del Sur. Lo están haciendo de
un modo en que ha emergido un nivel de confianza entre las dos
coreas, que lo que si tiende es a desarmar el contexto en que siempre
Estados Unidos logro controlar la situación en la península coreana
y al mismo tiempo, sitúa la unificación de las dos Coreas, más
cercana que nunca.
Si
no se ha avanzado más entre las dos Coreas, es porque Estados Unidos
tiende a introducir elementos de desconfianza en la negociación, dé
lo cual Corea del Sur no tiene culpa alguna.
En
América Latina, persiguiendo las riquezas y el petróleo venezolano,
hostiga a Venezuela, amenazando incluso con invadirla. Pero a
diferencia del consenso logrado para votar a Cuba de la OEA, ahora
no obtiene acuerdos para tales acciones, a pesar de la actitud connivente del Presidente de ese organismo regional.
Con
Cuba, todo tenía un sentido más político, pues la isla había
quebrado la cadena del llamado Sistema Interamericano y como si fuera
poco, se había aliado con la URSS y el resto de los Países
Socialistas. Lo cual abrió un camino, que ahora es seguido por otros
países latinoamericanos, sin que Estados Unidos pueda hacer otra
cosa que criticar a China y a Rusia, por acercarse a su “histórico
traspatio” lo que no ha le ha dado resultado ni lo hará en un contexto que no
le resulta favorable. Tanto Rusia como China ofrecen buenas
oportunidades de negocio y no pocos países del hemisferio las
aprovechan.
Ahora
Trump ha logrado mantener movilizada a la derecha en países como
Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Honduras, y otros; pero
choca con un movimiento de masas, que precariza la posición de sus
aliados subalternos en el hemisferio, cuyas izquierdas no se dejan
engañar. Por ello Trump no cuenta con un consenso, como Estados
Unidos siempre tuvo históricamente en América, con la siempre molesta
excepción de Cuba. De aquí su odio, ya casi ancestral contra la
Revolución cubana, que Trump heredó aunque no por conciencia, sino
por conveniencia.
Las
guerras en el Medio Oriente fracasaron. Irak, Afganistán y Libia
produjeron astronómicas ganancias, como resultado de los altos
gastos militares, la droga, el petróleo apropiado y el territorio
controlado. Pero fueron procesos destructores, que aún no logran
reconstruir esas naciones y donde el terrorismo hace zafras con la
población indefensa. Raro es el dia en que los pueblos de esas
naciones, no tienen que sufrir las garras del terrorismo, que estados
Unidos engendro y ahora no sabe cómo va a controlar.
Ahora
con Siria, están a punto de fracasar. Hacen ver
que luchan contra el terrorismo, cuando lo que hacen es apoyarlo. Tratan de impedir la completa liberación de Siria, desalojar a
su Presidente y controlar el territorio dentro de un área que le es
estratégica, intenciones en las que chocan con las posiciones de
Rusia. Se
retiran del Acuerdo Nuclear con Irán, encontrando la oposición de
los aliados, que no desean verse complicados nuevamente dentro de un
área geográfica, donde la intromisión ha resultado un verdadero
fracaso y en la que participaron, para apoyar a Estados Unidos, sin
extraer mucho a cambio.
Es cierto que todos esos fueron errores de la política exterior de
Obama, pero Trump no puede hacer nada ahora para remediar la
situación. Más
bien lo que hace es complicar todo, cuando traslada su embajada a
Jerusalén y continúa manteniendo su apoyo a Israel en las
atrocidades que comete en la Franja de Gaza, el desahucio de sus
viviendas y otras tropelías contra los palestinos, en lo que tampoco cuenta
con el apoyo de sus aliados.
Turquía
también tiende a variar su situación de relaciones con Estados
Unidos y se acerca a Rusia en el conflicto sirio, lo cual no es del
agrado Trump. Aunque no puede hacer mucho para cambiar la situación, pues Rusia resulta ser un “hueso muy duro de roer”, sobre todo cuando esta aliada militarmente con China y
realizan maniobras conjuntas, qué asustan a Estados Unidos, por la
capacidad de armamentos que están exhibiendo y desplegando.
El
retiro de Estados Unidos del convenio con Irán tiende a cambiar su
situación en el área. Sobre todo cuándo en su retirada, no cuenta
con el apoyo de los aliados, que continúan dentro del convenio y
critican a Trump, acusándolo de irresponsable. Luego
entonces, Trump esta solo frente a sus ambiciones en el Medio
Oriente, no cuenta con el apoyo de los aliados frente a ninguno de
los conflictos a que se ve enfrentado.
No
obstante, la complicación mayor de Trump es con Europa, de la cual
se aparta mientras esta tiende a acercarse a sus históricos
enemigos, China y Rusia. Estas últimas naciones hacen un juego
político inteligente, que resta ventajas a Estados Unidos en su
área de intereses, así como también dentro del viejo continente en
general. Tal
vez sea este el error más desastroso de Trump, pues dispersa
sus posibilidades dentro de un contexto político general, que
Estados Unidos no está en posición de controlar.
Europa
siempre jugo un papel muy importante dentro de la política
norteamericana, que este no tiene con que sustituirlo. Sin sus
aliados europeos, Estados Unidos sufre una fuerte erosión de su
anterior imperio, pues Europa ya no está dispuesta a acompañarlo en
sus aventuras y tiende a buscar otras alternativas para sostener su
politica mundial.
Sin
embargo, hay sectores que lo siguen, pero no creo que todos los
sectores de poder dentro de Estados Unidos, compartan la politica de
Trump. Muchos critican la soledad en que el país se ve metido, sobre
todo ése capital que tiene su base en el comercio internacional y
que no ve con agrado la guerra comercial en que Trump los ha metido. Como reconocen algunos premios nobeles de economía;
Krugman, Ztiglizt y otros, no confían que la situación de la
economía norteamericana sea realmente sólida y auguran una crisis
económica que está por llegar.
Respecto
a Cuba Estados Unidos continuamente pierde espacios. De los
ámbitos anteriores de una política exterior hacia la Isla, donde
contaba con aliados suficientes para presionarla, el alejamiento
europeo de Estados Unidos, genera en Europa una posición respecto a
Cuba, en la que la Isla cuenta ahora con ventajas de las que nunca
pudo disfrutar.
Esa
dispersión de intereses se observa muy claramente, ante todo cuando
en Naciones Unidas, solo son Israel y alguna que otra isla del
Pacifico votan contra la Resolución de Cuba en contra
del bloqueo. Por ello Estados Unidos se ve solo para continuar
justificando, la que siempre fue la piedra angular de su política
contra Cuba: el bloqueo. Esto no significa que el bloqueo por
ello vaya a desaparecer, pero el golpe es fuerte y no deja de tener su
significado histórico y moral en contra Estados Unidos y un
evidente beneficio para Cuba.
Particularmente
en Europa, especialmente en la España de Aznar, la llamada “Posición
Común” mantenía a Cuba dentro de un hostigamiento feroz y
continuo. Tal posición desapareció y Cuba ha logrado iniciar
negociaciones con la UE y España, lo que la liberan de las viejas
presiones político-económicas y la acercan a un proceso de
negociaciones que le resulta favorable. Estados Unidos ya no
puede contar con Europa, ni con la UE, para presionar sobre Cuba.
Excepto
con Israel, ya Estados Unidos no cuenta con el voto de nadie para
presionar a Cuba con el bloqueo. Casi todos los países del mundo se
acercan a Cuba, por lo que Estados Unidos se queda solo, cuando más
necesitaría poder justificar el retroceso que quiere darle a la
política hacia Cuba. A nivel internacional, Trump no
puede ya hacer nada contra Cuba.
Ahora circunscribe sus ataques a ligarla con Venezuela;
presionar con los llamados “ataques sónicos”, dificultando los
movimientos migratorios y de viajes entre ambos países; además
presionando, para que nadie pueda escapar de las medidas en contra
de negociar con Cuba, o qué esta última no pueda utilizar el dólar
en sus transacciones internacionales.
Desplegando
una criminal campaña propagandística, para evitar que el turismo
llegue a Cuba, mientras mantiene unas precarias relaciones
diplomáticas a nivel de embajada, que aún no se ha atrevido a
quitar. Algo que ya pudieran hacer, porque salvo atender al personal
norteamericano que viaja a Cuba y mantener una “atalaya de
espionaje” y subversión en la Isla, la embajada no cumple función
práctica alguna.
Dentro
de Estados Unidos. Excepto por una parte exigua de la extrema derecha
cubano-americana, no hay apoyo al bloqueo, existiendo un soporte
bastante amplio (más del 70% de la sociedad norteamericana), que
desea relaciones normales con Cuba.
Trump
mantiene el compromiso con la extrema derecha para una política
hostil hacia Cuba, pero paulatinamente tanto dentro de la sociedad
norteamericana como de la propia comunidad cubana e
internacionalmente, se ha venido creando una masa crítica de
opinión, que apoya la eliminación del bloqueo y de partidarios de
una nueva política hacia Cuba. Sobre todo dé hombres de negocio,
que observan en Cuba crecientemente, un conjunto de oportunidades
al margen de las cuales no desean quedarse. Dado que el bloqueo les
afecta más, en la misma medida en que en Cuba halla nuevos socios,
mercados, áreas de inversión y de colaboración, mientras ellos se
van quedando excluidos de esas oportunidades.
Hace
mucho tiempo ya se demostró, que el bloqueo afecta también a los
hombres de negocios en Estados Unidos, así como a la sociedad
norteamericana en general, pero tal situación tiende a ser cada vez
más crítica. Por ello aunque Trump prometió desde el principio de su mandato
desmontar la política de Obama hacia Cuba, cada día se ve mas imposibilitado
de hacerlo y permite pasos de acercamiento, que hacen
crecientemente contradictoria e incoherente la politica declarada. Mientras complica las relaciones migratorias, se ve
obligado a incrementar los vuelos, los cruceros y últimamente hasta
aceptar la fundación de una Empresa Mixta Cubano-americana para la
producción de vacunas medicas contra el cáncer.
Trump,
no puede paralizar el intercambio académico ni los cursos para
estudiantes norteamericanos en Cuba, que continúen las visitas de
hombres de negocios, religiosos, formas de turismo, el comercio
agrícola, Congresistas, etc. Desde Cuba resulta engorroso obtener
las visas para viajar a estados Unidos, pero, desde allá crecen las
visitas de cubanos y norteamericanos. Es
como si el bloqueo, sin esperar por una decisión congresional,
pudiese de manera inevitable estar yéndose en disolvencia lenta,
como dicen los cineastas.
Mientras más se incrementen las presiones de los sectores de
negocios, que han comenzado a empujar casi masivamente, más será
así. La propia actitud incoherente de Trump produce esas
situaciones.
En
la reciente visita de nuestro Presidente Miguel Díaz Cannel a
Naciones Unidas, los múltiples contactos evidencian esa tendencia,
que no parece detenerse sino crecer y evidencia ser una
conciencia que va presionando de manera creciente sobre la necesidad
de cambiar la política hacia Cuba. Hombres
de negocios, artistas, cubanos-americanos, religiosos, personalidades
de la agricultura norteamericana, la ciencia, congresistas, amigos de
Cuba en general, han asumido una fuerte actitud movilizadora contra
el bloqueo y la negativa política hacia Cuba.
A
Trump, junto a la campaña del peligro de hacer turismo en Cuba, le
van quedando solamente las presiones que ejerce, para que los que
vienen a Cuba no se hospeden en aquellos hoteles, ni consuman
servicios, que están administrados por empresas de las Fuerzas
Armadas cubanas. Muy
importante también resulto la reunión con ejecutivos de Google, donde estos mostraron su interés en hacer avanzar internet en Cuba y firmaron
cuatro cartas de intención.
Particularmente
emotiva estuvo la masiva reunión en la Catedral de Harlem, en la que
cubanos, hispanos y afroamericanos, llenaron la inmensa sala,
mostrando su solidaridad con la causa cubana y también venezolana. Tanto
por los discursos como por los contactos múltiples que sostuvo el
Presidente Díaz Canel, la visita resulto un éxito total, que ha
fortalecido la presencia de Cuba en Estados Unidos, haciendo avanzar
sólidamente la actitud contra el bloqueo y las posiciones de rechazo
a la actual política hacia Cuba.
Hasta
ahora, salvo el “pataleo injustificado de los ataques sónicos”,
las presiones para dificultar el intercambio migratorio y las
intenciones de impedir a toda costa la utilización del dólar”, no
se observa nada nuevo que la administración pueda hacer para
detener esa tendencia. Que adiciona solidos elementos internos en la
oposición a la política de Estados Unidos hacia Cuba, que también
ya encuentra la más fuerte oposición a nivel internacional.
A
finales de octubre cuando sea de nuevo presentada por Cuba, la
Resolución contra el Bloqueo, tendremos una muestra más de que
Estados Unidos va a tener que lidiar con una posición internacional,
que peor para su politica hacia Cuba no podrá ser. Aunque
no auguro que Estados Unidos se abstenga, cómo lo hizo Obama en la
pasada Asamblea.
Trump
además, está demasiado presionado por lo que pueda ocurrir en
noviembre y parece no querer dificultades para lograr la supremacía
en el congreso. Esto es sumamente importante para su estabilidad
en la presidencia y para eludir el juicio político que puede
estársele acercando, de aquí el carácter electorero de su reciente
discurso en ONU, al cual ya nos hemos referido con anterioridad.
Sin embrago como ya hemos expresado en múltiples ocasiones, la
variable fundamental de esta confrontación política que aun
discurre, está en Cuba y no en los Estados Unidos. Es en Cuba donde
se decide esa confrontación. Es el congreso norteamericano el que
debe decidir levantar el bloqueo, pero no es en modo alguno
despreciable, lo que Cuba puede hacer para aproximar ese momento.
Es
Cuba la que desde su realidad interna, está obligada a impulsar
los factores positivos, que deben dar al traste con la agresividad de
la política norteamericana. Por
tal razón, avanzar en la aplicación del nuevo modelo económico,
corrigiendo todos los inconvenientes que aparezcan, es lo que en
definitiva, impulsara el cambio de la política norteamericana hacia
Cuba.
Por
tales razones, Cuba debe responder a los retos necesarios para
impulsar su crecimiento económico, muy débil todavía y que aun
choca con un conjunto de obstáculos que deberán ser vencidos y que
se concretan dentro de un conjunto de problemas de su politica
económica, que deben ser solucionados.
Entre
ellos:
-
Es
necesario que la propiedad privada y el mercado, acaben de ocupar el
lugar que les corresponde dentro de la aplicación del Nuevo Modelo
Económico.
-
Es
necesario terminar de dar al trabajo por cuenta propia, a la pequeña y
mediana empresa, la función que les corresponde, flexibilizando el
pesado “andamiaje burocrático” con que ha aparecido la
restructuración de esas actividades y que obstaculizan,
desestimulando la inversión en este campo.
-
Es
necesario acabar de decidir que el ahorro interno pueda adoptar la
forma de inversión privada, la que aun inexplicablemente no
aparece. Tal ahorro existe, está en manos de péquenos y medianos
agricultores, trabajadores, cooperativistas, artistas,
intelectuales, deportistas de alta remuneración, etc. ¿Por qué
esos no pueden también ser inversionistas? Mientras, sin embargo,
ampliamos continuamente las facilidades al inversionista extranjero.
-
Es
necesario acabar de decidir cuáles son las prerrogativas con que
debe contar la empresa estatal socialista, ahogada todavía por una
planificación excesivamente centralizada.
-
Hace
falta romper el nudo de la confusión que aun hace de la empresa
estatal un elemento excesivamente controlado por el estado, que le
resta capacidad de cumplir con su papel de verdadera propiedad
social.
-
La
propiedad estatal no es propiedad social, pues el estado actúa con
ella como si fuera su verdadero dueño rector, obstaculizando, no
pocas veces, su verdadera función social y económica.
-
La
empresa estatal socialista no lo será verdaderamente, hasta que no
sean los trabajadores quienes la dirijan y no un burócrata estatal,
nombrado desde arriba.
Pues si deseamos lograr, el
tan insoslayable verdadero sentido de pertenencia en los
trabajadores, tiene que ser un cuadro elegido por los propios
trabajadores el que debe dirigir la empresa. Deben ser los
trabajadores quienes elijan su dirección y carguen con toda la
responsabilidad de hacerla producir, distribuir la ganancia, cumplir
con lo que la sociedad les exige producir, utilizar los recursos, los
salarios, los estímulos etc. Sí la empresa no funciona de ese modo,
deviene en un organismo parasito, recostado al estado y al resto de
los trabajadores; haciéndola incapaz de lograr que el mayor estimulo
de los que trabajan en ella sea incrementar la producción, para que
de ello dependan sus salarios y bienestar. Si esto no tiene lugar, la
empresa ineficiente vive a costa de las demás, del subsidio estatal
y de lo que otros trabajadores crean, lo que empuja a la economía
hacia la pobreza, el despilfarro, el desestimulo, la corrupción y no
hacia la creación de riqueza.
-
Debe
lograrse un equilibrio adecuado entre el inversor extranjero, que
goza muchas veces de prerrogativas que se van por encima de las de
la empresa propiedad de la sociedad. Una empresa extrajera o mixta,
no debe disfrutar de más ventajas que una empresa estatal, dirigida
por los trabajadores.
-
Es
necesario proyectar una estrategia que permita eliminar o reducir a
su mínima expresión, la fuerza de trabajo calificada que abandona
el país, por no lograr satisfacer sus necesidades en la economía
nacional. ¿Cuál es la razón de que esa fuerza de trabajo
altamente calificada a veces, no pueda organizarse en empresas de
capital nacional, consultorías legales, contratistas, consultorías
económicas? Trabajar por contrata al mismo tiempo, con la empresa
estatal y la privada.
-
El
foco de nuestra actividad económica debe ser incrementar
continuamente la riqueza, distribuyéndola alícuotamente entre los
que participan en su creación. No es la creación de riqueza lo que
debemos evitar, sino la pobreza.
11-Mientras no exista un
mercado al por mayor, todos sabemos que los recursos para la
producción privada, salen más de los almacenes estatales que de un
comercio licito, lo cual alimenta continuamente la corrupción. Son
esas insuficiencias de la politica económica, la ineficacia
productiva y la falta de control, lo que más alimenta la corrupción.
-
Hay
que terminar de afrontar los riesgos de la unificación monetaria.
Porqué considero que el peor riesgo está en demorarla.
Mientras nuestra economía no
funcione de manera adecuada, organizada y con eficiencia, ese será
nuestro “talón de Aquiles “en el enfrentamiento que estamos
librando con Estados Unidos.
Es que el principal estímulo
y aceptación a la negociación de nuestras diferencias con Estados
Unidos, provendrá de la fortaleza interna en nuestra sociedad, para
mostrar que no hay modo de vencernos. Porque están perdiendo
ventajas políticas, económicas, de negocios, colaboraciones
ventajosas y sobre todo, prestigio internacional, ante el fracaso de
una politica agresiva, que en casi 60 años no ha logrado ni lograra
sus propósitos.
Octubre 4 del 2018.