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martes, 16 de marzo de 2021

MODELANDO EL CONFLICTO CUBA-ESTADOS-UNIDOS A COMIENZOS DEL SIGLO XXI. (La transición)

Esteban Morales Domínguez

UNEAC

Sin dudas, el contexto del 2021, en que pueden desplegarse las relaciones Cuba-Estados Unidos, podría   variar, con posterioridad a las declaraciones del Presidente Biden durante su campaña presidencial del 2020.

En su momento, haber declarado Obama, que la política seguida contra Cuba, en los últimos 55 años, había sido un fracaso y más que ello, que fue Estados Unidos quien había resultado aislado con esa política, resulto suficiente para el comienzo paulatino de un desmontaje del modelo de la ya clásica agresividad seguida contra Cuba.

Entonces, los escenarios de las relaciones cambiaron, las variables fueron adquiriendo un nuevo contenido y las constantes desaparecían, eran sustituidas por otras o se batian en retirada. Tal vez hoy pueda ocurrir algo similar. Aunque todavía no se sabe cuáles serán esas constantes. Ni que variaciones podrán ocurrir en el Modelo de Análisis.

No obstante, es imposible pensar que Obama hizo tales declaraciones desde una posición de derrotismo o haciendo dejación de sus intereses imperiales más íntimos con Cuba.

Su Directiva Presidencial PPD-43,del 14 de octubre del 2016, ya dejaba muy claro, como aun reconociendo la legitimidad del Gobierno Cubano como un interlocutor válido, no ocultaba su interés en lograr influir sobre el ordenamiento político interno cubano, su no renuncia al uso de viejos instrumentos, continuaba la agresión mediática contra Cuba, con radio y TV Martí, prestaba interés en modificar el Tratado de la Base Naval de Guantánamo, mostrando, además, un gran interés en el avance del sector privado. (Ver: Josefina Vidal Ferreiro Análisis de la Directiva Presidencial de Obama, del 14 de octubre del 2016).

Con Biden, su intención de continuar la política de Obama, tampoco significa que todo vaya a ser igual. Ha discurrido muy poco tiempo aun para afirmarlo. Y ya comienzan su aparición algunos asuntos preocupantes.


LOS ESCENARIOS DE LAS RELACIONES CUBA-ESTADOS UNIDOS

Como hemos expresado en varias ocasiones, el conflicto entre ambos Países se ha desenvuelto históricamente, en tres escenarios básicos principales:

  • El escenario Interno de Cuba.

  • El escenario Interno de Estados Unidos.

  • El escenario internacional.


El conflicto, creo, hasta ahora, debe ser analizado tomando en consideración esos tres escenarios y no como un asunto bilateral; aunque tampoco solo dependiente de las relaciones internacionales. Es, en realidad, la combinación dialéctica de todos esos momentos enunciados más arriba.

Hace mucho tiempo que el Conflicto entre Cuba y Estados Unidos ha dejado de ser un asunto solo de entre los países mencionados, un asunto bilateral, para pasar a constituirse una cuestión de interés de muchos países y casi de todas las regiones que conforman las relaciones internacionales.

Una muestra palpable de ello la tenemos en que, dentro de los debates sobre la Resolución Cubana contra el Bloueo, en Naciones Unidas, muchos gobiernos han votado a favor de Cuba y los Estados Unidos se han ido quedando prácticamente solos.


Escenario Interno de Cuba

La capacidad de cualquier país para enfrentar las relaciones internacionales, se mide, en primer lugar, por la combinación de sus fortalezas internas.

Cuba, durante casi 200 años, y en los últimos más de 60, ha tenido que enfrentar la política agresiva de Estados Unidos. Lo ha debido de hacer apoyándose en sus capacidades internas, aunque contando también, paulatinamente, con una creciente solidaridad, que en los últimos 60 años ha crecido, hasta un nivel con el cual nunca antes la Isla había contado como ahora y con un creciente prestigio de su política exterior, como el que nunca había tenido. Todo lo cual ha repercutido fuertemente y de manera creciente, en la capacidad de Cuba para resistir durante todos estos años las agresiones de la política norteamericana.

Una revolución verdadera y la cubana los es, solo puede ser desestabilizada desde adentro. De aquí la importancia de considerar siempre, que todo asunto que afecte la realidad interna del país, en especial de su economía, ofrece las posibilidades básicas para una desestabilización.

Hoy Cuba se encuentra inmersa en los cambios económicos de una Nueva estrategia, que resulta indispensables para solucionar y realmente estar en condiciones de presentar la imagen de mayor fortaleza que se necesita ahora ante la política de Biden.


Escenario Interno Norteamericano

Desde la segunda mitad de los años setenta, en los que, a Cuba real, por lo general, no se le mencionaba dentro de Estados Unidos, las informaciones sobre la Isla entonces   entraban en la sociedad estadounidense solo por los canales de la derecha y las vías contrarrevolucionarias, hasta hoy, en que se ha producido un cambio sustancial en la situación de Cuba dentro del escenario político interno norteamericano.

A tal punto, que los acontecimientos de los últimos años: intercambio social, religioso, laboral, científico académico, visitas mutuas, etc. Han hecho   que la imagen sobre Cuba en los   Estados Unidos haya variado sustancialmente; al mismo tiempo, que la política norteamericana hacia Cuba ha perdido crecientemente su potencial desestabilizador sobre la Isla, al punto de haber hecho crecer la actitud interna contra el bloqueo y la necesidad del cambio de política hacia Cuba. Hoy, es considerable el nivel alcanzado por la actitud antibloqueo en los Estados Unidos, aun dentro de la propia llamada comunidad cubana, al mismo tiempo que la actitud sobre la necesidad de un cambio de la política de Estados Unidos hacia Cuba.

Todo lo cual fue tomado en cuenta por el Presidente Obama, para llamar al restablecimiento de relaciones el 17 de diciembre del 2014 y al desmontaje del bloqueo en su discurso al “Estado de la Unión” de enero del 2015.

Sin dudas, la situación con que cuenta Biden ahora, podría decirse que es mucho más proclive a la utilización de medidas que le permitan variar de nuevo las relaciones con Cuba.

Se trata de que la resistencia de Cuba jugó un papel fundamental, aunque también los cambios internos, respecto a Cuba en los Estados Unidos, desempeñaron   el suyo de manera creciente.

A la altura de la situación actual, se observa dentro de la realidad política norteamericana respecto a Cuba, la intención de liberar aún más las relaciones migratorias, así como el interés de autorizar los vuelos, las visitas, los intercambios pueblo a pueblo, académicos, volver a las remesas, tal vez disminuir el dinero para la llamada disidencia.

Existiendo algunas iniciativas de congresistas, que se mueven para hacer avanzar las relaciones entre ambos países. Al mismo tiempo, que dos de los cargos principales del gobierno, que tienen que ver con Cuba, están ahora ocupados por personas dispuestas a mejorar las relaciones, ofrece oportunidades como no se conocieron desde la administración de Obama.

Por su parte, la extrema derecha cubanoamericana en el congreso, ya no cuenta con la capacidad suficiente como para frustrar un intento de relaciones menos agresivas con Cuba. Existe un movimiento bastante amplio, desde sectores de la sociedad estadounidense, que claman por mejores relaciones con Cuba y por la eliminación del bloqueo. De modo que si ese movimiento toma fuerza, se podría producir un fuerte ataque al congreso, que pudieran ampliar las mejoras para Cuba, aunque no eliminando el bloqueo, lo que aún resulta bastante difícil.



El Escenario Internacional.

Como fue el escenario internacional que acompaño a Obama y que se puede esperar ahora.

Desde su último discurso de campaña en el 2008, Obama había prometido hacer cambios en su actitud política internacional. Avanzando que “negociaría con amigos y con enemigos”, también con Cuba, aunque manteniendo la actitud de continuar con el bloqueo. Además, manifestó la necesidad de producir la eliminación de las restricciones que G. Bush (hijo) había impuesto a Cuba. Con lo cual cumplió dentro de su primer cuatrimestre de mandato presidencial.

No obstante, durante su primer periodo, hasta llegar a la segunda mitad de su segundo mandato presidencial, pienso que   Obama por razones ideológicas imperiales propias y además presionado por los sectores de derecha, sobre todo republicanos, mantuvo la misma política exterior de su antecesor, agudizando y ampliando los conflictos en los que participaba   a nivel internacional. Situaciones en las que no obtuvo éxitos que justificaran tal política.

No concluyendo   con éxitos la guerra en Irak, ni en Afganistán, no saco provechos reales de la invasión a Libia, salvo asesinar a Kadafi, empantanándose en su política en el hemisferio, dentro de un momento de cambios en que habría necesitado haber estado más cerca de las transformaciones que se habían venido produciendo en esos años.

La política de Obama no priorizo su “histórico traspatio” desde el principio y cuando se viro para él, había perdido un considerable espacio que ya habían ganado procesos de cambios en países claves del hemisferio.

La Clinton, en ausencia de Obama, manejo el golpe de estado en Honduras, pero el mismo al final, también había resultado en un fracaso para la política norteamericana. Ello no quiere decir que pudiéramos entonces hablar de un terreno definitivamente perdido para Estados Unidos en el hemisferio, aunque se enfrentaba a un proceso de recuperación   de cara al cual tendría que hacer aún no pocas concesiones y sufrir algunos fracasos.

Para Cuba, todo ello había repercutido en la aparición de un escenario político hemisférico e internacional, dentro del cual  Obama se vio obligado, ante la protesta de los líderes latinoamericanos y caribeños,   a  aceptar la presencia de Cuba  en la VII Cumbre de Panamá, dar marcha atrás a la declaración contra Venezuela, al haberla señalado erróneamente,  como un peligro inminente para la seguridad nacional de Estados Unidos, viéndose  obligado además  a compartir el escenario de la Cumbre en condiciones que no le fueron  muy favorables. Allí haría avanzar sus intenciones de cambiar la política hacia Cuba, reuniéndose con Raúl Castro.

Ese escenario político hemisférico e internacional, beneficiaba a Cuba, como nunca antes y Estados Unidos se vio obligado a buscar nuevas formas para tratar de controlar la situación. Por su parte, la derecha hemisférica se movio contando con el apoyo de Estados Unidos, aunque no tan fuerte, viéndose obligada a tratar de quebrar las respuestas de los pueblos del hemisferio, que no estaban dispuestos a retornar a   los viejos cánones neocoloniales de la política norteamericana.

Al concluir Obama, la administración Trump, se encontraba con una América Latina convulsionada por los retrocesos en Argentina, Brasil y Venezuela, en los que las fuerzas de derecha se batian tratando de dar macha atrás a los cambios políticos que habían tenido lugar. Sin embargo, en los tres países mencionados las masas luchaban y resistían los embates del neoliberalismo con un nivel de combatividad y organización del que antes no disponían.

Hoy Cuba, vuelve a enfrentar una situación   bastante diferente, que en general le favorece, tanto a nivel internacional como frente a la política de Estados Unidos. Aunque también asediada de cómo se solucione la actual situación en Venezuela. Sobre la que particularmente Biden no ha hecho ninguna buena promesa.

América Latina y el Caribe vuelven a sufrir los golpes del intento neoliberal, pero con fuerzas y capacidades políticas que no están resultando fáciles de derrotar. Porque las masas sociales muestran una capacidad de movilización que antes no habían tenido. Bolivia gano la batalla del golpe de estado contra Evo, Argentina derroto la variante neoliberal, Ecuador se desmorona, Brasil también y los conflictos en Haití, Chile, Colombia, Peru, la posición de México, Nicaragua, Venezuela y la propia Cuba, forman un escenario no favorable a una política agresiva por parte de Estados Unidos. Trump no pudo recuperar para si el hemisferio y ahora Biden se enfrenta también con la competencia económica que le hacen China y Rusia.

El mundo al que Biden debe enfrentarse es más complejo. Presiones al policentrismo, al multipolarismo, contradicciones con sus aliados, que Trump agudizo, sobre todo en Europa. Un Medio Oriente dentro del cual los Estados Unidos no puede irse ni quedarse. Una Africa que no logran dominar por los avances del terrorismo, la competencia de Rusia y China, una América Latina y el Caribe que se niegan a seguir colaborando con una política agresiva contra Cuba. Y que buscan alternativas en las relaciones con Rusia y China. De modo que no es precisamente el conflicto con Cuba su primera prioridad. Aunque pudieran tomarla para dar señales de buena voluntad en el hemisferio.



LAS VARIABLES DEL CONFLICTO CON ESTADOS UNIDOS

Al caracterizarlas, partimos de las mismas con las que siempre hemos venido trabajando y que son las siguientes:


PC= Perspectiva del Conflicto. Que es la única variable dependiente.


Dsi= Dinámica de la situación interna cubana.


Kc = Correlación Congresional en la Política hacia Cuba.


Le= Perspectivas de Formación de un Lobby Económico.


Ac-= Apoyo de la Extrema Derecha Cubanoamericana a la Política contra Cuba.


M= Migración en las relaciones con Cuba.


Am= Agresividad Mediática Contra Cuba.


Ptb= Estado de la Transnacionalización del Bloqueo.


Rtb= Resistencia Internacional de Cuba al Proceso de Transnacionalización del Bloqueo.


Ni = Proceso de Negociación en la Búsqueda de un Consenso Internacional de Política para Subvertir a Cuba.


Ea = Efecto Administración.


Modelo del Conflicto:


PC= f (Dsi, Kc, Le, Ac, M, Am, Ptb, Rtb, Ni, Ea).


Este se comporta ahora, no como el que caracteriza las relaciones entre ambos países. Sino más bien con el carácter transicional de una administración a otra.

¿Cuál son las características que adoptan las variables, saliendo de la administración Trump, hacia la administración de Biden? Pues realmente lo que caracteriza la situación actual es ser de transición.

A diferencia de lo que lleva implícito el Modelo para el análisis de la confrontación, en las nuevas condiciones de ahora, el modelo deberá contener otros aspectos, que tienen directa relación con la situación en que se encontraba el conflicto histórico con posterioridad al 17 de diciembre. En que se restablecieron las relaciones entre ambos países. Pasando por la administración Trump que retorno a la agresividad y ahora la de Biden, que ha prometido retornar a la política de Obama.



Esos aspectos transicionales podrían ser los siguientes:

  1. La importancia que adopta la variable “Efecto Administración”. Como resultado de que nadie había logrado aún poner la situación del histórico enfrentamiento entre ambos países dentro de una etapa de negociación, como lo hicieron los presidentes B. Obama y R. Castro.

Ahora podría repetirse el escenario con Biden.

  1. A diferencia de lo ocurrido durante la administración de James Carter, en que se partió de negociar “Asuntos”, Obama propuso “Cambiar las Relaciones”, para después ir a la mesa de negociación. Hasta ahora, Biden no ha propuesto algo similar, pero pudiera hacerlo.

  1. Cada” variable” entonces puede adoptar la forma de un asunto a negociar.

  1. En medio de la situación actual se pudiera producir un cambio de las constantes.




Las constantes.


Las constantes cambian o se enfrentan a la necesidad de variar, lo cual puede platearnos un nivel del conflicto antes desconocido.


¿Cuáles eran esas constantes?

  1. Para aceptar la negociación, Estados Unidos siempre planteaba la necesidad de que Cuba diera señales positivas desde la perspectiva norteamericana. No parece que Biden vaya a proponer ninguna condicionante de ese tipo.

  1. Las administraciones norteamericanas consideraron siempre que Cuba estaría dispuesta a dejar de lado sus compromisos internacionales con tal de tener buenas relaciones con Estados Unidos. Tampoco ahora parece se producirá algo parecido. Aunque se hayan dado vueltas dos asuntos que no podemos desconocer: Venezuela y los llamados ataques sónicos.

  1. Estados Unidos siempre hizo todo lo posible por violar y negar la soberanía cubana. Nunca reconociéndola como un interlocutor viable. No parece haber nada de esto ahora, suponiendo que Biden siga la politica de Obama.

  1. Siempre que Cuba ha tenido algo que ofrecer de vital interés   a negociar con Estados Unidos, se ha roto el bloqueo ideológico y se ha ido a la mesa de negociaciones. Ya esto fue probado con Obama sin condicionamientos de ningún tipo.

  1. La extrema derecha siempre ha estado a la caza de cualquier movimiento que haya indicado un cambio de política con Cuba para obstaculizarlo. Esto ahora puede producirse con fuerza, aunque con menores posibilidades y quedaría esperar cual sería la actitud de Biden al respecto.

  2. Siempre que se llegó a determinados acuerdos puntuales, pero el ambiente general de las relaciones se mantenía negativo, tales asuntos sufrían o no permanecían. Obama dejo las condiciones preparadas para que esto no ocurriera. Incluso, la negociación se realizó en bloque.


Tales constantes quedaron rotas o en situación crítica de supervivencia, desde el 17 de diciembre del 2014, en que Obama acepto o planteo lo siguiente:

  1. Acepto que las negociaciones debían ser en igualdad de condiciones y respetando la soberanía e independencia de Cuba.

  1. No se pedían señales de ningún tipo por parte de Cuba.

  1. Fue Estados Unidos quien tomo la iniciativa de cambiar la política.

  1. Fue estados Unidos quien tomo la iniciativa para dar los pasos y comenzar las negociaciones.


Todo ello hace que las constantes, que obstaculizaban cualquier proceso de negociación, perdieran vigencia.


La llamada extrema derecha cubano-americana ha perdido capacidad, no solo para continuar influyendo en la política hacia Cuba, sino también para cambiar los derroteros de un proyecto de acercamiento entre ambos países, si este se presentara por Biden. No parece tampoco que tenga esa fuerza para llevar de nuevo a la administración de Biden a moverse hacia una política agresiva nuevamente. Aunque todavía es una incógnita como reaccionaria Biden ante presiones de tal naturaleza.


COMO EVOLUCIONAN LAS VARIABLES EN EL CONTEXTO ACTUAL

Las variables del modelo no han cambiado, desde que fue diseñado hacia los años 1997-98. Fue recibiendo agregados, hasta tener las 10 variables con que ahora lo presentamos.

Por supuesto, el modelo, metodológicamente, admite más variables, pero las que contiene son el resultado de un alto nivel de abstracción, por lo cual al descomponerlas podrían perder fortaleza y efectividad como instrumentos analíticos para captar la esencia de las contradicciones que explican el enfrentamiento Cuba-Estados Unidos y sus perspectivas. Pues no se trata de hacer la historia del conflicto, ni tampoco un análisis sociológico del mismo. Sino solo captar la dinámica de su esencia y su potencial proyección.

No obstante, las variables tienden a evolucionar en el nuevo contexto que se va generando con el cambio potencial de política planteado por Biden. Entrando en proceso de transición.

Veamos algunos aspectos de esta evolución de las variables.


Dinámica de la Situación Interna Cubana (Dsi)

En medio de una situación en la que Cuba está en proceso de aplicación del modelo económico propio y sustentable, el cambio de política de Estados Unidos en general favorece ese proceso, aunque también encierra   sus retos. Dado que el interés de Estados Unidos puede ser tratar de introducirse dentro de la dinámica cubana, para controlar el proceso y arrebatarle al liderazgo político la conducción de los cambios. 

Se trata de una compleja situación a enfrentar, ante cambios de política por parte de Estados Unidos, que no tienen significación estratégica sino solo tácticas. Por lo que no es dable pensar que Estados Unidos no continúe en su intención de volver a controlar a Cuba por otros métodos. Por lo que, aunque la administración de Biden no retorne a la agresividad, de todos modos, Cuba debe prepararse para enfrentar una situación en la que la guerra cultural continuara siendo el escenario dominante. Sobre todo, ante la presencia de enemigos internos, cuyos intereses coinciden con los de Estados Unidos.


Dinámica de la Correlación Congresional en la Política hacia Cuba (Ki)

Esta se ha comenzado a caracterizar por la pérdida de efectividad de la extrema derecha cubanoamericana en el congreso. Así como por la intención del Presidente Biden por avanzar en las relaciones. Se va produciendo un creciente debate entre los que quieren hacer avanzar el cambio de política, levantando el bloqueo   y los que se aferran a la intención de retroceder. Paulatinamente se está produciendo una situación dentro del congreso, que parece estar apuntando a un escenario que podría favorecer la eliminación del bloqueo. Dado la composición actual del Congreso y la existencia de cuadros del gobierno en posiciones clave, interesados en mejorar las relaciones con Cuba. Situación que parece estarse reforzando dentro de la administración de Biden, cuando se dan iniciativas para ampliar los vuelos, mantener las visitas, levantar las restricciones a las remesas, restaurar el intercambio comercial, restaurar la embajada, volver a los intercambios académicos y liberar la posibilidad de que los norteamericanos viajen a Cuba.


Proceso de Formación de un Lobby Económico (Le)

Se trata de un proceso que avanza, en la perspectiva de eliminación de los obstáculos para el intercambio económico, restaurar las tarjetas de créditos, el incremento de las visitas de hombres de negocios a Cuba, incluso norteamericanos. El interés de Europa, China y Rusia por hacer negocios con Cuba. El apoyo que algunos gobiernos, como Francia y Alemania, les dan a las perspectivas de negociar con Cuba. Todo lo cual contribuye al crecimiento del interés en los estados Unidos por negociar con La isla, para no quedarse al margen de sus potenciales cambios económicos. Sobre todo, con la perspectiva del crecimiento del turismo en Cuba, la flexibilidad de las regulaciones para viajar a la Isla y la posibilidad cercana de que se levante la prohibición de que los norteamericanos viajen a Cuba para hacer turismo.

En realidad, durante los meses recientes, se mueven iniciativas concretas de inversión, posibilidad de liberar los créditos para el comercio con Cuba, acercamientos de colaboración a varios sectores de la economía cubana, colaboración científica, administración conjunta de capacidades turísticas, etc.


Apoyo de la Extrema Derecha Cubanoamericana en la Política contra Cuba (Ac)

Este proceso viene cambiando en la misma medida en que la derecha pierde fuerza y adeptos. Congresistas se mueven más bien en la dirección de mejorar las relaciones, y los congresistas cubanoamericanos pierden efectividad para atraer al resto de los miembros del congreso hacia sus posiciones.

El debate dentro de la comunidad cubana favorece el cambio de política y la eliminación del bloqueo y la administración, con Biden al frente, se opone a mantener la vieja política. Además, Cuba ofrece oportunidades crecientes al capital extranjero, despertando el interés de competir contra el capital europeo, asiático y ruso.

Tanto la derecha en los Estados Unidos, como la llamada disidencia en Cuba, han perdido la capacidad de dar marcha atrás a la política. Aunque permanecen intentos por dificultar que la nueva presidencia mejore las relaciones con Cuba.

La extrema derecha cubanoamericana ha perdido la iniciativa en el congreso y la han tomado un grupo de congresistas que continúan tratando de hacer avanzar la política a punto de ser inaugurada por Biden.


Proceso de Transnacionalización del Bloqueo (Tb)

La Transnacionalización del bloqueo ha perdido efectividad, en la misma medida en que Estados Unidos ya no amenaza a sus aliados por venir a negociar con Cuba. Es su interés eliminar el bloqueo y sus propios capitales comienzan a presionar crecientemente por negociar con Cuba. Casi ningún país apoya el bloqueo a nivel internacional y Cuba va ofreciendo oportunidades crecientes a la inversión extranjera. Lo cual presiona sobre el capital norteamericano, que siente se va adueñando del ambiente económico internacional una flexibilidad negociadora con Cuba, por parte de su propio gobierno, de la cual ellos internamente aun no disfrutan.

En la votación de Naciones Unidas, Estados Unidos se abstuvo de negarse a aprobar la resolución presentada por Cuba, asumiendo una actitud más acorde con las posiciones de Obama. En la última, Trump perdió la batalla. Por lo que las presiones transnacionales del bloqueo definitivamente han implosionado. Dado que se trata de una política en la que ya prácticamente ninguno de los aliados principales sigue a Estados Unidos.Abriendose un periodo de negociaciones con Cuba. El intento internacional de Estados Unidos, por aplicar La Helms –Burton ha fracasado. E internamente no parece avanzar.


Resistencia Internacional al Proceso de Transnacionalización del Bloqueo (Rtb).

Cuba ha logrado con su resistencia, quebrar a nivel internacional la política de bloqueo.

Solo falta eliminar la Ley Helms-Burton, que en definitiva fue la que genero la agudización del enfrentamiento contra el bloqueo a nivel internacional. Y provoco la respuesta de Estados Unidos, proponiendo a sus aliados la negociación, de no aplicarles el capítulo III de la ley, si estos lo acompañaban en las presiones de política contra Cuba.

Siendo ese el momento histórico en que el bloqueo adquirió su más criminal y agudo significado de aplicación transnacional.

Hoy, con la administración de Biden, no parece haber interés en retornar a esa política, aunque la Ley Helms-Burton continua vigente. Y todavía no ha sido eliminada la sanción contra Cuba, consistente en haberla devuelto a la demagógica y espuria lista de países que no colaboran en la lucha contra el terrorismo.


Proceso de Negociación en la Búsqueda de un Consenso Internacional de Política para Subvertir a Cuba (N)

Esta variable ha perdido efectividad. Ya no hay nada que negociar. Estados Unidos no presiona sobre sus aliados para que lo acompañen en la política agresiva contra Cuba. Aun y cuando todavía el bloqueo no ha sido levantado, lo cual debe definitivamente ocurrir en el congreso norteamericano. No obstante, Biden posee las suficientes prerrogativas ejecutivas, como para convertir a la Ley Helms-Burton en una verdadero cascaron político. Contribuyendo así al   alivio de las   presiones económicas sobre Cuba, mientras el bloqueo no sea levantado.

Con la administración de Biden, más parce asomar una tendencia a la eliminación tales presiones.

Lo cual depende mucho de cómo le salgan las cosas a Biden, tratando de solucionar las dificultades internas que tiene.

Fue Estados Unidos quien presiono incansablemente sobre sus aliados, para que agredieran a Cuba y se convirtieran en alabarderos de su politica hacia la Isla.

Pero hoy los aliados de Estados Unidos tienen más problemas y dificultades de las que preocuparse. No pocos están convencidos ya de lo importante que les resulta independizarse de la politica norteamericana. Y algunos, hasta piensan en correr con los asuntos de su propia seguridad. Incluso desarrollando su capacidad defensiva.

Los aliados no volverán a ser los mismos de antes en las obediencias. Por lo que Biden no debe pensar que el retorno de los aliados será como hasta ahora. Temiendo por su seguridad y riéndoles siempre la gracia a la politica exterior de Estados Unidos. Ya los conflictos en el Medio Oriente les aportaron amargas experiencias.

Con Cuba la situación en Europa, viene cambiando hace ya algún tiempo. No pocos acercamientos se van produciendo. Mucho del capital europeo está convencido de que Estados Unidos lo que deseaba era preservar a Cuba para sí. Entonces Biden deberá hacer sus ajustes para que los aliados vuelvan a creer en los estados Unidos. Y Cuba se beneficiará de esa nueva relación entre Estados Unidos y sus aliados.


Efecto Administración (Ea)

Obama, como nadie, nunca antes, comenzó   a imprimir su sello en la política hacia Cuba. Objetivo principal de esta variable. Biden, por su parte ha dicho que es partidario de la misma política seguida por Obama.

Biden no es un hombre de principios como Obama. Es un zorro viejo en politica y no se va a dejar llevar por ideas, sino por potenciales resultados.

Ninguna administración en los últimos 60 años había impactado tanto en la política hacia Cuba. Obama marco un momento histórico nuevo en la política norteamericana hacia Cuba. Que todo parece indicar la actual administración de Biden se propone continuar, aun y cuando todavía no haya realizado acciones específicas de cuál será su política hacia Cuba. Más alla de las declaraciones que conocemos.

Por eso, aunque se muestran avances, estos aún son tenues y deberemos mantenernos alertas, hasta tener precisadas cuales serán las características de la política de Biden hacia nuestro país.

Es demasiado complejo el mundo que Biden debe enfrentar, para pensar que tendremos una alta prioridad en su politica.

La agresividad extrema, la mentira y el simplismo caracterizaron la politica de Trump hacia Cuba. Se le podía ver venir con relativa facilidad. Solo debíamos cuidarnos. Porque las tiraba una tras otra y de manera continua.

Con Biden, aunque nos pueda beneficiar, la relación no va a ser tan sencilla. Pues está presente la sombra de la Directiva Presidencial de Obama, ya caracterizada más arriba. Por lo que deberemos estar muy alertas con lo que hará. Y cuidarnos también de las sorpresas. Tampoco esperar solo lo positivo y estar siempre preparados para responder. Asi como tampoco descartar lo peor. Dado que la Directiva Presidencial de Obama, que supuestamente sea la que sirva ahora de guía a Biden en su actual política hacia Cuba, fue muy engañosa y contradictoria.


La Habana, marzo 4 del 2021.


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