ESTEBAN MORALES.
UNEAC
A pesar de mantener el bloqueo, se podían tener ciertas esperanzas, porque Obama despego innovador en la política hacia Cuba. Hoy se encuentra estancado, en lo que parece quiere que sea un callejón sin salida.
El presidente no logra captar la diferencia entre el caso de Allan Gross y el problema de los Cinco. Por lo cual construye fantasmas, con lo que visto objetivamente en sus diferencias podría solucionarse sin que ello represente un p eligro para la seguridad nacional de Estados Unidos, ni para su prestigio. Pero Obama está apreciando la imagen del problema Grooss-Los 5, atraves de un espejo cóncavo, que le hace ver todo exactamente al revés de cómo es.
Allan Gross es un error de Estados Unidos, que hasta este ultimo y su familia reconocen .Por eso responsabilizan a Obama con su salida de Cuba. Los Cinco también es un error de Estados Unidos, pero no de Obama sino de la Justicia norteamericana. Cuando Obama tomo el mando ya otros le habían creado el problema. El problema de Gross se lo creo el mismo. Manteniendo a si un doble error, el que le regalaron y el que el mismo se busco. Pero no aprecia la diferencia y se enclaustra en la falsa apreciación de que darle la libertad a los 5 sería una debilidad que afectaría la seguridad nacional de Estados Unidos.
Obama tiene que comprender, que es Cuba la que nunca podría parecer débil ante Estados Unidos. Porque entonces si pondría en peligro su seguridad nacional. Cuba no debate con Estados Unidos, sobre otros que pueden estar presos como resultado de haber trabajado para Cuba. Pero insiste en el caso de los Cinco, ¿por qué? Simplemente porque Cuba sabe muy bien que los Cinco no estaban realizando ninguna actividad en la que peligrara la seguridad nacional norteamericana. Y eso, yo creo que Obama debe saberlo también. Y si lo sabe, está cometiendo un gran error. Sobre todo, cuando es tan evidente, que el trato dado a los Cinco y sobre todo las condenas, constituyen una mancha para la justicia norteamericana. ¿O será que lo mantienen engañado sobre el caso de los Cinco? Sino es un engaño, entonces Obama no tiene razón en que liberar a los Cinco representa un peligro para la seguridad nacional de Estados Unidos. Y sin embargo, si es una oportunidad de liberar a Allan Gross y al mismo tiempo quitarse de encima un problema que está afectando crecientemente el prestigio de Estados Unidos y el de Obama en particular, que se ha tomado el asunto como una prioridad de política.
Como ya he dicho, no se trata de un asunto fácil, pero Obama equivoca y al mismo tiempo, sobredimensiona el “dolor de cabeza”, pues este último no proviene de liberar a los Cinco sino de que, como ya dije también, Obama tome una decisión con el caso de Allan Gross cuando ya no haya remedio. Cuando ya sea demasiado tarde. Pues este señor es un hombre de más de sesenta años, con los achaques propios de la vejez y llevando a cuestas, ya por tres años, la carga emocional de estar alejado de su familia.
No señor Presidente, no va a representar ningún peligro, ni siquiera un “dolor de cabeza” liberar a los cinco y entregarle a Allan Gross sano y salvo a su familia. Lo que si va a ser un gran dolor de cabeza para usted es si toma la decisión correcta cuando ya sea tarde. ¿Con que argumento político Ud. se justificaría ante la familia de Gross si eso ocurre?
Por eso Cuba insiste en negociar el caso, sobre una base humanitaria y equilibrada para ambos. Porque estoy seguro que Cuba quiere que esa historia termine bien, sin triunfalismos de ninguna de las dos partes, ni con supuestas ventajas políticas. Porque se está hablando de personas que tienen familias, que sufren, unos por la injusticia de condenas que no merecían, ya por 15 años y el otro, por la incapacidad de un Presidente para comprender que no sacrifica nada, al contrario gana, si actua con inteligencia sensatez y objetividad.
Además, no olvide Ud. Sr. Presidente, que ha convertido el caso de Allan Gross en una prioridad de su política con Cuba. Siendo así, entonces se trata de algo para pensar a profundidad, como solucionarlo y no para complicarlo. Sin olvidar tampoco que Ud., trazó una estrategia de política, que ahora se encuentra estancada en los vericuetos de un problema que responsablemente le digo, no sería tan difícil de resolver.
Recientemente, parecen haber actitudes de ambos lados, que pueden significar la esperanza de terminar de entenderse. Veremos.
Abril 22 del 2013.
Con el mayor de los respetos; pobre, muy pobre articulo….parece la composición un de pionero de 5 grado. Textos así no le favorecen estimado profesor.
ResponderEliminarArsenio.
Sr. Morales, no hay presión en el Presidente Obama de negociar la liberación de Alan Gross para los cinco espías cubanos. ¿De dónde viene la presión que usted cree existe? Continúa usted expresando una creencia que la política cubana es importante a Obama. No es asi. Las relaciones con Cuba son una prioridad baja. Usted no comprende la política exterior norteamericana actual, ni lo que hace.
ResponderEliminarLos aliados de EEUU en América Latina continúan disfrutando de excelentes relaciones con EEUU. Comercio con EEUU de la región creció 4,2% el año pasado. Los detractores de EEUU, como los países del ALBA, se opondrán a cualquier movimiento por EEUU bajo todas las circunstancias. La UE y Asia tienen los propios problemas. El único rechazo de la política de EEUU hacia Cuba es el voto de Naciones Unidas una vez cada año contra el embargo. Este voto es de consecuencia pequeña a la política de EEUU. Norteamericanos no creen que distribuir equipo inocuo que proporcione acceso a Internet debe ser un crimen. Si Gross se muere en Cuba, Castro será culpado, no Obama. No hay impasse porque no hay presión.
ResponderEliminarCuba puede ejercer la presión en Obama por las acciones siguientes:
ResponderEliminar1.La liberación unilateral de Gross.
2.Ponga una fecha para elecciones multipartidos abierto y transparente.
3.Permita una prensa independiente.
4.Liberar a todos los presos políticos.
5.Reconozca los derechos de expresión libre de la comunidad disidente.
Obama sería forzado a responder apropiadamente.