Esteban Morales Domínguez.
UNEAC.
Algo hay que hacer con el
debate actual que se ha desatado, el cual considero que es para bien.
Por fin lo que tantos han tratado de hacer en estos años, comienza
a parir sus frutos, y a que niveles. Parece que al fin la crítica
contra nuestra “mala prensa” se abre paso.
De una Cuba en la que
apenas se escuchaban voces críticas y discordantes, hemos entrado
ya en otra, que nos dice que casi todo se está sometiendo a
crítica. Solo que al parecer el aparato ideológico del Partido
Comunista de Cuba, no figura por ninguna parte. Ya se ha dicho
antes, ¿en qué lugar está el aparato ideológico del partido
cuando se producen acontecimientos como el que acaba de ocurrir en
el reciente Pleno de la UPEC? ¿Han estado allí, y escuchado la
andanada de verdades que se han dicho? Creo que deben haber estado,
pero no han hecho aun nada, ¿harán algo ahora?
Sin dudas una consecuencia
del VII Congreso ha sido el sutil desmembramiento del aparato
ideológico partidario. No se ve un trabajo ideológico como
correspondería a la situación por la que atraviesa el País. Suerte
que el Cro. Primer Secretario rectifico a tiempo, en el propio VII
Congreso, lo que hubiera sido el error más grande que se hubiera
podido cometer, cuando los documentos del Congreso irían al debate
y aprobación del conclave, sin que la militancia en pleno los
conociera y participara en su discusión.
Fueron tantas las críticas
al respecto recibidas, que el propio Primer Secretario en su
discurso, como decimos en buen cubano “cambio de palo pa! rumba”.
Ahora los documentos del
Congreso están siendo discutidos hasta con la masa no militante. Lo
cual da confianza, en que no fue un congreso “embotellado” o
solo de cuadros. Pues sigo pensando que un error como el que se
estuvo a punto de cometer, habría hecho polvo la democracia de
nuestro partido.
Lo que acaba de tener
lugar en el reciente pleno de la UPEC con la UJC del periódico
Granma, es sintomático de que la gente está cansada de la censura
y ya no la acepta, venga de donde venga y cuales quiera que sean las
consecuencias de terminar con ese estado de cosas.
Eso se llama valentía
revolucionaria. No tiene otro nombre.
A cualquiera le puede
parecer que el periódico Granma ha sido la catedral, lo era, pero
sin dudas ya está dejando de serlo. Sus trabajadores más jóvenes,
atraves de su Comité de Base de la UJC, se han rebelado. La
juventud comunista tomo la iniciativa y cuando eso ocurre el futuro
está garantizado.
En otros momentos ya
vividos, por lo que ha hecho la Subdirectora de Granma, miembro del
Comité de Base, el periódico podría haberse quedado sin
militantes. Los de la UJC por que “abrieron fuego” y los
militantes del partido, solo por haber oído la andanada, aunque
no se solidarizaran. Lo cual hubiera significado también, que el
periódico se habría quedado sin militantes del partido, porque
cualquiera con vergüenza no hubiera aceptado semejante cobardía.
Felicidades mil a los
militantes de la UJC de Granma y en particular a la Subdirectora.
Ahora si podemos confiar en que ya no son solo las múltiples
críticas a nuestra prensa, las de Garcés en los Congresos de la
UPEC y las de otros, que se han pasado todos estos años diciendo
que con la prensa que tenemos nos van a “agarrar mansitos”.
Es que ya no tenemos al
monstruo enfrente, sino en el “estomago” y debemos que
digerirlo. Dentro de una guerra cultural que ya comenzó y amenaza
con devolvernos a la época de la Resolución Conjunta y la
Enmienda Platt.
Se cansaron de sufrir, lo
que ha sido casi una enfermedad de nuestra prensa. Epidemia sobre lo
cual se ha hablado varias veces, porque la padecen todas las
provincias. Es que adoptamos un modelo de prensa “estalinista”,
venido de la URSS en particular; lo digo porque lo viví allá, y
más de 40 años después, seguimos igual. ¿Hasta cuándo vamos a
hacerle la guerra a la verdad y a la transparencia en nuestra prensa?
¿Hasta cuándo vamos frenar las iniciativas revolucionarias de
nuestros periodistas? Para que de verdad se puedan sentir
responsables y comprometidos con lo que hacen.
Muy bueno, que la
explosión no viniera de afuera, el “reventón” vino de adentro;
creo que nuestra prensa ha “implosionado”.Me solidarizo con
todos los que han defendido esas ideas que acabo de leer. Y si
cuadros incapaces reaccionaran de una manera agresiva, contra
ellos, no harían más que darle crédito a las palabras del Fidel
en la Universidad de La Habana, en el año 2005, cuando decía
nuestro Máximo Líder: “Nosotros mismos podríamos destruir a la
Revolución”.
Creo con toda honestidad,
que lo ocurrido en nuestra prensa, hasta ahora, no es
responsabilidad de los periodistas, ni siquiera a veces de los
periódicos, sino del aparato supraestructural que los dirige y que
tiene que acabar de “volar en pedazos”. Pues no es posible
continuar haciendo lo mismo durante más de 40 años, con la misma
gente y pensar que los problemas se van a resolver. Las deformaciones
en nuestra prensa, solo se solucionan quitando a los que la
deformaron.
La incapacidad mostrada
para dirigir nuestra prensa está más que demostrada. Hace falta que
la máxima dirección del Partido acabe de reestructurar ese aparato
y que ponga gente nueva, preparadas, capaces, las que deberián
salir de los propios periodistas, que son muchos, con deseos de
trabajar y de sentirse libres para defender al País. Pues a nadie se
le ocurriría que un economista o un ingeniero puede hacer un
trasplante de riñón, o que cualquiera que nunca ha sido
periodista, ni ha escrito un artículo casi en toda su vida, pueda
dirigir la prensa, a veces, al más alto nivel. Pues durante años
solo se les ha visto regañar, censurar, “dar vistos buenos o
malos”, criticar, hasta quitar militancias, por un articulo o una
conferencia que no les gusto, pero nunca, de verdad, dirigir un
periódico.
Ya se han hecho varios
congresos de periodistas, decenas de reuniones, pero nunca se había
producido un fenómeno tan estimulante como el que recientemente ha
tenido lugar en este último Pleno de la UPEC. Que yo diría no ha
sido solo un pleno de periodistas, sino un ejemplo, una guía
metodológica de cómo hay que actuar para barrer con todo lo
que amenaza la supervivencia de la Revolución Cubana.
No obstante, hay que
decir, que mientras este debate apenas ha comenzado al nivel de
profundidad que ahora tiene lugar; hay otros que ya lo hacen de
manera continua, sistemática hace mucho tiempo, como los de La
revista Temas, Espacio Laical, Dialogar Dialogar, y otros, que se han
referido al problema de la prensa, sin que esta ultima haya “recogido
el guante”, lo cual la sitúa en vidente desventaja. Púes no es
posible que nuestra prensa este al margen de lo que se discute y
menos sobre ella, en otros espacios.
La prensa tiene que
debatir, responder a las criticas, confrontar, etc.es decir, formar
parte de un debate, que al producirse dentro de la sociedad civil
cubana, afecta el contenido y contexto de su trabajo informativo y
cultural. La prensa no puede informar objetivamente y con calidad,
sino está al tanto del debate mencionado, participa y lo refleja
en su trabajo diario. De lo contrario, una parte de la sociedad, que
no está en esos debates, deja de informarse de asuntos, que en
definitiva, le afectan e interesan.
La prensa para cumplir sus
objetivos, debe tener aliados, pudiendo obtenerlos de ese mismo
contacto con los centros de debate, el mundo académico y cultural en
general. Lo cual le permite aumentar la calidad de su trabajo
informativo, aprovechando las potencialidades existentes en la
intelectualidad, académica, científica y cultural.
Intelectualidad
revolucionaría y prensa, deben conformar una alianza estratégica
que esté en condiciones de dar respuesta inteligente, informada y
especializada, incluso, a los asuntos que afectan al trabajo
político ideológico. Una prensa que no intercambia con la
intelectualidad, siendo ella misma un trabajo intelectual, no
participa de sus actividades y no intercambia continuamente con
estos últimos, no está en condiciones de reflejar la vida del país,
ni tampoco retroalimentar y nutrirse ella misma de lo que va
ocurriendo.
Los intelectuales mismos
deben tener un mayor espacio dentro del trabajo periodístico,
aportando elementos que pone en mejores condiciones a la prensa, para
reflejar la vida de un país, cada vez más culto, preparado y
exigente. Respecto del cual, la prensa no puede nunca rezagarse.
La prensa tiene que ser
continuamente la centrifuga en la que se preparen, proyecten y desde
donde se lancen todos los acontecimientos nacionales e
internacionales. Nadie esta tan obligado a ser un buen investigador,
como aquel que desea ser un mejor periodista.
Julio 4 del 2016.
Magnífico artículo profesor.
ResponderEliminarFelicidades.
Mendaro Gregory
mendaro.gregory@gmail.com