Esteban Morales Domìnguez
UNEAC
Sin
dudas, nuestro objetivo político más importante, es que Cuba construya el socialismo
y hacerlo evitando el peligro de volver al capitalismo.
En
ese afán andamos como se dice, pausadamente. Pero a veces en esa huida del
capitalismo nos frenamos demasiado. Este fenómeno es producto de considerar que
el socialismo nada tiene que ver con el capitalismo. Erróneo, el socialismo no
puede emerger, al menos económicamente, sino de una transformación del propio
capitalismo. Siendo su superación, pero no completa aún. Faltaría una fase, que
todos quisiéramos alcanzar, porque sabe a futuro. Y hasta hemos tratado de
hacerlo idealistamente de manera paralela.
Un
ejemplo de ese ir atrás y adelante lo tenemos en el llamado “trabajo por cuenta
propia”. Lo cual, en principio, es un eufemismo. Porque de lo que realmente se está
hablando, es de cómo vamos a manejar la propiedad privada dentro de nuestra
economía, nuestro futuro modelo, sin retornar al capitalismo. Porque trabajo
por cuenta propia no es más que pequeña y mediana empresa privada. Y sobre ello
aún no se ha adoptado la decisión definitiva.
En
julio se suspendió la continuación de las licencias para la actividad cuentapropista
y a pesar de que una viceministra de Trabajo, para tranquilizar, explicó que se
restaurarían en poco tiempo, más de seis meses después, aún estamos esperando.
Se
han suspendido, se dice que temporalmente, 27 categorías y definitivamente cinco.
Yo diría, ¿Por qué? Haciéndolo sin explicación convincente. ¿Que tienen las
categorías que hay que suspenderlas y las otras que hay que eliminar
definitivamente?
Por
supuesto detrás de ese movimiento de las categorías del trabajo por cuenta
propia, hay una concepción de que ellas no benefician las características que
el modelo económico debe tener. Pero no se explica, simplemente se eliminan las
categorías.
¿Con
medidas de ese tipo, ¿cómo pensamos solucionar la astronómica emigración
económica, dentro de una economía que todavía no crece lo suficiente? Que se
propone crecer en el 2018 a un 2%del PIB, meta que parece difícil de alcanzar.
¿Le
vamos a continuar regalando la fuerza de trabajo calificada, que tanto
sacrificio nos ha costado formar, en particular, a Estados Unidos?
Yo
diría que más cerca estaremos del capitalismo con una economía quebrada, que
con una que incluso se acerque peligrosamente a él. ¿Acaso alguien cree, que el
pueblo va aceptar mejor vivir dentro de una economía quebrada, que en una que
se acerque al capitalismo?
Por
eso digo que el asunto es político, aunque sea muy legítimo tratar de construir
nuestro modelo, alejándonos del capitalismo.
En la reciente Asamblea Nacional, Mariano
Murillo habló del asunto, pero solo para decir que ya no se podrían tener dos licencias
para actividad privada. Lo cual no es buena señal. Pues, de hecho, representa
una vuelta atrás, de lo que hasta ahora estaba permitido.
No
se anuncia una decisión definitiva respecto al trabajo por cuenta propia, pero
ya se adelanta una, con la que podemos augurar, que no va a ser la flexibilidad
lo que va a caracterizar la decisión definitiva y completa.
Por
supuesto, esto último no sorprende, porque ya hemos dado varias vueltas a esa
noria y porque muchos pensamos que la medida anunciada, no es solo para
organizar mejor el trabajo por cuenta propia, como se dijo, sino para poner
restricciones, que no sabemos aún cuales serán. Aunque tenemos una señal de lo
que puede ser.
Pero
la cuestión central no es otra, que con la entrada del dinero, lo que es muy difícil de solucionar. ¿Qué
podrá hacer el gobierno, para que la entrada de dinero no se convierta en una
emergencia de propiedad privada por trasmano, Como ya está ocurriendo?
Está
claro; prácticamente todo el dinero, para los negocios que se levantan viene de
Estados Unidos, en particular de La Florida. Cuya fuente son las familias
cubanas emigradas.
Todo
lo cual quiere decir, que los llamados cubanoamericanos, a través de sus
familiares en Cuba, están haciendo negocios dentro de la economía cubana.
Paulatinamente apropiándose de una parte de ella. Además, comprando casas,
carros, viviendas de recreo, etc.
He
aquí el nudo de un asunto, cuya solución yo al menos la veo prácticamente imposible.
Porque el dinero tiene muchas vías para llegar, tanto oficiales como
extraoficiales, lo que es algo casi imposible de detener.
Por
eso considero, que seguiremos esperando por la restauración del trabajo por
cuenta propia. No siete años, como la primera vez, sino un tiempo menos largo, pero
que es impredecible.
Parece
tratarse de una paradoja. Porque, ¿Acaso ya no habíamos aceptado, hace tiempo, la
posibilidad de que los cubanoamericanos invirtieran en Cuba? Lo que ocurre es
que pensamos solamente en la vía de proyectos de inversión oficiales. Pero lo
están haciendo ahora de un modo que parece no gustar. O que se piensa no
conviene, porque no se le puede controlar.
El
trabajo por cuenta propia, dentro de la economía cubana, ya ha probado su
afectividad para absorber empleos, que han debido ser eliminados del sector
estatal. El estado no solo puede eliminar empleos improductivos, burocracia, sino
que, además, ahorrar gastos de administración, reparación, estímulos y otros,
que asume el privado.
Un
ejemplo claro del beneficio que representa el trabajo privado lo tenemos en las
licencias de habitaciones familiares para el turismo.
Ello
ahorra recursos y permite tener una holgura habitacional, que el turismo no
podría generar de manera inmediata. Por supuesto, además, el que construir una
habitación para el turismo es más costoso que tomarla de un privado, que, por
demás, debe pagar impuestos al estado, los que han tendido a subir.
La
cifra de empleos en el sector privado se elevó de 250,000 a 567,000, hasta el
primer semestre del 2017. ¿De dónde se hubieran podido sacar esos empleos en el
sector estatal?
Es
decir, que como quiera que lo miremos, en el turismo o para otras actividades,
el cuentapropismo genera empleos, que el estado no tiene posibilidades de
generar. Algo que hasta ahora no se había aprovechado y que es muy inteligente
hacer.
Pues
se trata de poner los recursos privados, que ya existen, a trabajar para el
desarrollo de la economía socialista. Sería tonto pensar que en la construcción
de la economía socialista no es posible utilizar la propiedad privada o personal.
Otro
problema importante que se debe enfrentar, es acabar de liberar la posibilidad
de que fuerza de trabajo profesional altamente calificada, permitiéndole
también que ejerza la actividad privada, con las correspondientes licencias,
requisitos empresariales y pagando los impuestos que se les fijen.
Me
pregunto, ¿Por qué no se pueden permitir firmas de contadores, economistas, abogados,
ingenieros, arquitectos y otros, que realicen su trabajo por contratas con las
empresas privadas? Incluso, con empresas estatales. ¿Por qué tenemos que traer
trabajadores extranjeros para que construyan nuestros hoteles y no le damos esa
posibilidad, previamente organizada, a trabajadores cubanos, que pudieran tener
sus empresas propias en Cuba para hacerlo?
Esa
fuerza calificada es la que más está tomando el camino de la emigración y no se
tiene como detenerlos. Porque el empleo estatal no les ofrece el estímulo
necesario para quedarse en Cuba.
Muchos
jóvenes se gradúan de las más disimiles especialidades, ya con la idea de emigrar.
La salida de estos resulta una fuerte carga negativa, que al pasar del tiempo
se pudiera revertir su efecto en magnitud apreciable.
Hay
que abrirse a un tipo de empleo transnacional, dentro del cual, muchos
profesionales trabajarían fuera de Cuba, ayudarían a sus familias, e incluso
por temporadas podrían venir a trabajar a Cuba. Esos se calificarían más aun de
los que el país los prepara y esa calificación no está excluido que en algún
momento la puedan emplear en Cuba.
Por
lo general, casi ninguno se marcha de Cuba por motivos políticos, aunque si disgustados,
por no poder satisfacer sus necesidades dentro del país. Y hay que aprovechar
la idiosincrasia del cubano, que no emigra para no regresar más, sino que
mantiene el vínculo con el país y la familia, lo cual en futuro cercano puede
ser muy útil.
Lo
contrario es seguir dejando que se vayan, sin adoptar ninguna estrategia que
permita, en alguna medida, revertir la situación.
Existe
un fenómeno de quietismo burocrático con la fuerza laboral, que puede terminar
en que, en futuro no lejano, mucho de lo que se quiera construir o producir en
Cuba, lo vamos a tener que hacer con fuerza de trabajo extranjera. Cuando Cuba
cuenta con una clase trabajadora, que es de las más calificadas en este
hemisferio.
Ese
fenómeno nos está complicando las cosas de tal manera, que, por no actuar
dentro de la modernidad exigida, por el miedo a perder una parte, lo vayamos a
perder todo.
Yo
sé, que se aspira a que la economía crezca sostenidamente, para poder absorber
esa fuerza calificada, pero eso no está al “doblar de la esquina” y se
sacrifica lo que tanto ha venido
costando al país crear.
En
cuanto el asunto tan importante del mercado agropecuario, que fue donde primero
apareció con fuerza el cuentapropismo, si no se logra resolver el problema de
los precios, no vamos a tener éxito. Lo que además es una cuestión de gran
sensibilidad para la masa de la población, pues se trata del asunto de la alimentación.
En
la agricultura, no se ha logrado sacarle todo el provecho a la pequeña y
mediana propiedad privada, aunque tampoco a la estatal. Porque en este mercado
se opera aun con muchas deficiencias; dejando
perder cosechas, pagando al campesino privado precios muy bajos y a veces
demorando mucho los pagos, apretando en las facilidades de transportación, manejando
muy esquemáticamente el acopio y tratando con muchos prejuicios y burocracia al
campesino privado. A lo cual el Cro. Presidente tuvo que referirse no hace
mucho tiempo.
También
se deja acumular mucho dinero, en manos del campesino, que no tiene
posibilidades de su utilización para mejorar el equipamiento de las labores
productivas.
Aunque limitado, un mercado estatal para la
venta de tractores y maquinarias al campesinado, que cuenta con dinero para comprarlos,
nos sería muy útil. Porque al mismo tiempo que disminuimos la acumulación de
efectivo, que en algún momento presionara inflacionariamente, dotamos al
campesino de una mayor capacidad de producción que estimularía su aumento.
En
cuanto al mercado estatal, alimentario e industrial en general, este es un asunto,
particularmente respecto a los precios, en que se ha retrocedido. Hace algunos
años, cuando se programaba incrementar el precio de alguna mercancía, se le
informaba al pueblo.
Hoy,
los precios se incrementan sin que se les informe a nadie lo que constituye un tema económico que
provoca inconformidades y del cual la población se queja continuamente.
El
famoso 240% de gravamen a los precios de los shoppings, parece haberse “ido a
bolina” y actualmente los precios en ese
mercado superan esa proporción. Productos de primera necesidad, como el aceite,
las salsas de tomate, el arroz, el jabón, el chocolate, la leche, varían sus
precios al alza.
Se
critica el que los precios del agro mercado no bajan, pero no se critica el
alto precio de productos de primera necesidad en los mercados estatales en
divisas. Se trata de un verdadero festival de altos precios, al que el
ciudadano común se enfrenta sin posibilidad alguna de reclamación. Habiéndose
hablado mucho de la “protección al consumidor”, pero sin que se le pueda
observar en la realidad diaria.
Varios
economistas, al observar los precios del mercado en divisas, han manifestado
algo, que a mí como economista también, me parece totalmente lógico.
¿No sería mejor bajar los precios de aquellos
productos de alta demanda y que son necesidades ineludibles en el diario
consumo? Ello provocaría el incremento
de su rotación. Los ciudadanos podrían comprar mayores cantidades y en realidad
el mercado en divisas no perdería mucho. Creo que hay que estar en disposición
de sacrificar algo del 240%, con tal de mejorar la situación de la gente. Se
trataría de una ganancia política, que es la más importante.
Como
resultado de todo ello, los salarios medios, casi siempre están por debajo de
las posibilidades de consumo de alimentos y otros productos.
Con
esa dinámica de los precios, ¿cuánto tendría que ser el salario, para que un cubano
común pueda llegar a final del mes, solo alimentándose? Los productos que se
distribuyen por la llamada libreta de abastecimiento, no garantizan por su
cantidad y diversidad, las necesidades alimenticias de la población.
Es
por ello que, aunque se ha hablado de eliminarla, la opinión más generalizada
es contraria, en razón de que una parte importante de nuestra población, la de
más bajo poder adquisitivo, aún tiene un apoyo en esta, ya que le permite adquirir,
aunque un limitado grupo de productos, pero a precios extraordinariamente
bajos.
Los productos
de primera necesidad mencionados, pueden ser adquiridos en venta libre también,
pero a precios que no están muchas veces al alcance del ciudadano de salarios
bajos o medios. Pues la tasa de cambio entre el cup y el cuc (25pesos 1 cuc) no
ha variado.
.
Por
cuanto la misma, lo cual no es un secreto para nadie, no depende ya de una
cuestión propiamente monetaria, sino esencialmente, del nivel de productividad que
alcance la economía.
Ese
mecanismo que resultó exitoso para salir de la crisis del 1989-1994, ahora ha
devenido en una traba para el desarrollo y la medición de la eficiencia económica.
No solo por la existencia de la doble moneda, más que ello la existencia de
diferentes tasas de cambio.
Dentro
de esta situación, para satisfacer las necesidades diarias, los que mejor la atraviesan
son las personas que reciben remesas de sus familiares en el exterior, o
trabajan vinculados a la economía del dólar. El resto, que son la mayoría,
deben sobrevivir en condiciones más difíciles.
Además,
en este asunto de las remesas hay que trazar una pauta diferencial, según estemos
hablando de personas blancas, negras o mestizas.
Por
razones de las características con que se produjo el flujo migratorio de Cuba,
en los últimos casi sesenta años, la inmensa mayoría de las personas negras o
mestizas que emigraron lo hicieron por lo general a partir, o con posterioridad
a los años 80. Por lo que llegaron tarde a los Estados Unidos, principal
destino de la emigración cubana; cuando ya el país no estaba en sus mejores
momentos y, además, sin apoyo familiar. Por lo cual no tienen los mejores
empleos y sus ingresos no son suficientes para enviar remesas y paquetes a sus
familiares en Cuba.
Esto último lo hemos podido comprobar, cuando
en decenas de veces, tomando el vuelo de Miami para retornar a Cuba, en una
fila de no menos de 200 personas, apenas era posible encontrar de 3 a 4
familias no blancas que viajaban a la Isla.
Aproximadamente un 85% de la población
emigrada de Cuba en los estados Unidos es blanca. Concentrándose en estas el
envío de remesas y paquetes a la Isla.
Por
lo que el dinero que entra en Cuba, de Estados Unidos, que es la mayor remesa,
es de personas blancas.
No
obstante, entre los impuestos que el estado cobra a las remesas y el movimiento
que se hace con las mismas, como resultado de encargos laborales, pagos de
servicios, etc. Se produce una involuntaria redistribución, en la que muchas
personas tienen contacto indirecto con las remesas.
Ejemplo,
una de esas personas que reciben las remesas necesita hacer cosas en su casa,
pintar, arreglar el carro y de otros servicios, por lo que ello produce un
movimiento indirecto de la remesa hacia otros grupos de la población, que
regularmente no la recibirían. Al resto puede llegarles por medio de algunos
servicios sociales gratuitos, en términos de salud, educación, seguridad social,
etc.
Sin embargo, una buena parte de los
ciudadanos, sobreviven esperando porque la situación mejore. Aunque la educación
y la salud, son gratuitas. El transporte
colectivo o en ómnibus, son increíblemente baratos, las medicinas tienen
precios irrisorios, aunque de ello hace ya mucho tiempo que es así y se espera
por un cambio que haga avanzar más el nivel de vida de la mayoría de la gente
en otros aspectos.
¿Dónde
están entonces, actualmente, los “cuellos de botella” de la vida de nuestra
gente? Principalmente en la alimentación y en algunos productos de primera necesidad,
por lo general: ropas y principalmente calzado.
Estos
últimos no bajan de precio, todo lo contrario. Y no aparece una realidad económica
fuerte, para hacer que bajen.
No
obstante, esas cuentas que se hacen de que el cubano medio tiene que vivir con
20 dólares al mes, es un cálculo erróneo. Pues se parte de la base de que el
salario lo es todo para el cubano, en términos de su ingreso, lo cual no es
real. El cubano recibe muchas cosas que no dependen de su salario y que no pocas
veces están por encima del mismo.
En
cualquier país de nuestro hemisferio el, ciudadano común, por lo general, tiene
que cargar con costos de vida muy pesados. La educación, la salud y la
seguridad personal, les resultan particularmente muy costosos; mientras que el
cubano de la Isla manda sus hijos a la escuela sin costo alguno y los puede
atender en un hospital, para cualquier emergencia, sin tener que pagar un
centavo, incluido a veces las medicinas que recibe. Adquiriéndolas a muy bajos
precios si las compra en la farmacia de la calle. La seguridad personal y
familiar no representan un alto costo en Cuba.
Particularmente
la educación de los hijos y la seguridad, son cosas que presionan fuertemente
sobre las familias en Estados Unidos. Es muy común ahorrar durante muchos años,
para que los niños puedan ir a la universidad.
Preguntaba
a un amigo, ¿Por qué tú pagas 2,000dolares mensuales de alquiler, pudiendo
vivir en una casa más barata?
Y me
decía; es cierto, pero al vivir en este barrio, mis hijos tienen acceso a escuelas
de entre 9 y 10 puntos de calificación, lo cual es una gran ventaja para su
formación. Podría pagar menos alquiler, pero tendría que vivir en una zona
donde las escuelas califican solo entre 4 y 6 puntos. Además, serian barrios de
alta promiscuidad, asediados por la droga y la delincuencia; lo cual no
representaría ninguna ventaja para mi vida, ni para la de ellos. Púes de pagar
menos alquiler, nos obligaría a vivir en una zona que es mucho menos favorable
para su formación y protección.
En
lo cual también puede estar la lejanía y facilidad de transporte, calidad de
los supermercados, los servicios médicos, etc.
Eso
puede ocurrir en cualquier país, pero en Cuba, en asuntos básico como educación
y salud, ocurre mucho menos.
Además,
en las familias, la preocupación por la salud es muy fuerte, pues los niños se
enferman mucho y ello requiere pagar seguros y a veces gastos elevados en
medicina. No siendo estas para el cubano común preocupaciones centrales de la
vida.
Un
complemento de la vida, del que por lo regular se habla poco, es el acceso a la
cultura.
En
Cuba, por lo general, la actividad cultural es abundante, continua, de gran
calidad y extraordinariamente barata. Recibe una atención institucional,
fuertemente enraizada en el quehacer y pensamiento de las instituciones
culturales y los intelectuales.
Se
puede ver una buena película, en un cine decente, disfrutar de un buen
concierto y de una función de ballet, a costos muy módicos. Los museos y
galerías brindan exposiciones de gran calidad, por lo general, sin costo alguno.
La actividad cultural y artística está en los barrios, en las comunidades, las
Casas de Cultura, etc.
Hablando
de cultura, en su sentido más amplio, Cuba es un país con un grado medio de
escolaridad de 9 grados, no tiene analfabetos, posee un 10% de graduados universitarios.
Lo cual forma un entorno que nos permite hablar de una sociedad con un alto
nivel de instrucción y de un desarrollo cultural impresionante.
Pero
un factor, del cual también se habla muy poco a veces y que resulta ser una
preocupación central del ciudadano, lo es la seguridad personal. Problemas con
los robos, asaltos, drogas, secuestros, asedio sexual a mujeres, niños, etc. Lo
cual en Cuba es bastante limitado y perseguido. No siendo determinante del
ambiente social. Que se caracteriza más bien por las buenas relaciones, la
solidaridad entre los ciudadanos y el buen trato.
Un
fenómeno social en el cual Cuba es un verdadero ejemplo, lo constituye la
defensa civil. Al tratarse la isla de un País frecuentemente asediado por
fenómenos meteorológicos, el estado presta una gran atención a los ciudadanos y
sus bienes. De modo que no pocas delegaciones extranjeras, han venido a estudiar
el sistema cubano de la Defensa Civil.
Además,
es proverbial la ayuda que recibe el ciudadano cubano que ve caerse su casa o
sufre otras afectaciones materiales, como resultado de esos fenómenos
meteorológicos. Para lo cual existe todo un sistema elaborado y fuertemente
atendido.
Recientemente
azoto a la Isla, el huracán Irma, produciendo serias afectaciones. Entré ellas:
-10
muertos.
-Afecto
12 provincias.
-179,000
viviendas.
-Pérdidas
materiales por 13 millones 185,000 pesos.
Ay
que decir, que prácticamente durante los eventos meteorológicos casi nunca hay pérdidas de vidas humanas.
El
pueblo se vuelca masivamente a la recuperación, con la ayuda de las Fuerzas
Armadas.
En
esta ocasión, durante el proceso recuperativo se realizaron verdaderas hazañas
y se puso de manifiesto la solidaridad entre las provincias del País y entre
todo el pueblo.
En
solo 20 días se restableció la electricidad, en 62 días las afectaciones del
turismo; se preservaron la educación y la salud.
Se
contó para los afectados con los, bienes de consumo y de primera necesidad,
materiales de construcción, etc.
Hacia
Cuba, por parte de muchos países amigos, se contó con gran solidaridad, en
correspondencia con la histórica actitud de la Isla. Que siempre ha brindado su
ayuda a otras naciones en medio de tales eventos.
Observándose
que, en tales situaciones antes descritas, múltiples, es posible entender, las razones,
de cómo siendo Cuba aun una nación pobre y subdesarrollada, no obstante, sus
ciudadanos experimentan una gran seguridad en la vida personal y familiar. Que
la prodiga el estado para varios planos de la vida social: educación, salud,
cultura, protección civil, atención de la mujer el anciano y el niño.
No
obstante, en lo referido a los ancianos, se debe hacer un esfuerzo mayor, para
crear condiciones de vida más adecuadas a una población que envejece. Quedando
mucho por hacer aún, para facilitar la movilidad de los ancianos en la ciudad; creando
más facilidades en la transportación, asilos con mejor atención, evitar con
fuerza el vagabundeo; y tal vez, ofrecer algunas facilidades para la adquisición
por los ancianos de productos de primera necesidad a más bajos precios, etc. Pero,
sobre todo, promover con más fuerza dentro de la educación, el respeto hacia
las personas mayores.
Entrando
en un asunto más bien teórico –ideológico yo me preguntaría, ¿de dónde sale la
idea de que construir el socialismo significa la eliminación total de la
propiedad privada?
Pienso
que esa viene de una desviación teorico-politica, que tiene que ver con nuestra
vieja idea de la “construcción paralela” donde al construir el socialismo vemos
a este como si se tratara de, al mismo tiempo, de avanzar hacia el comunismo.
Cuando el socialismo es aún una primera etapa en la que todavía es imposible
eliminar la propiedad privada. Teniendo que trabajar no pocas veces con los
instrumentos mellados del capitalismo.
Claro
que la tendencia teórica antes apuntada, de apresurar el proceso de
construcción, está muy relacionada con el peligro que para Cuba ha significado,
estar tan cerca de Estados Unidos. Por lo que hay que llegar rápidamente a un
nivel de construcción social que evite la reversión.
No
permitir que el capitalismo retorne como dominante está bien. Pero creer que
construir el socialismo es hacer tabla rasa del capitalismo, es puro idealismo
o desviación izquierdista.
La
propiedad privada y cooperativa son necesarias en el socialismo. Por lo que cuando lleguemos a la conclusión teórico-práctica
de que podemos utilizar una serie de mecanismos de la economía de mercado y aun
estaremos muy lejos del capitalismo, resolveremos entonces nuestro problema
principal con la economía, que no es principalmente económico, sino político.
Aun
nos quedaría la encrucijada de que el capitalismo ha resuelto el crecimiento,
pero no ha podido hacer que la distribución social sea equitativa. Por lo que crecerá,
como dijo Carlos Marx, siempre concentrando la riqueza en un polo y la pobreza
en el otro; que es lo que principalmente estamos obligados a evitar.
Tratándose
de un miedo al capitalismo que nos paraliza para enfrentar que del trabajo
privado no podemos prescindir, ni de la inversión privada extranjera o nacional
tampoco tampoco. Y ojalá comprendamos que, de la inversión del cubano, con
posibilidades de hacerlo, tampoco. Lo cual no significa renunciar al socialismo,
sino ir hacia el por un camino real y no ideal. Tratándose de lograr un
equilibrio entre ambas formas de propiedad que permita al estado concentrarse
en la gran propiedad social socialista. Que es la que debe ser dominante, para
que de verdad estemos construyendo el socialismo.
Las
encrucijadas anteriores creo que son resultado de que el
modelo económico, que hasta hace poco se estaba tratando solo de rectificar, no
había sido exitoso y nos hemos demorado un poco en comprenderlo. Creo que
debimos haber comenzado a cambiarlo desde el periodo de la crisis 1989/1994.
El propio
presidente Raúl Castro, ha tenido que criticar algunas actitudes frente a la lentitud
con que tratamos la necesidad urgente que tenemos de las inversiones extranjeras.
Luego
estamos ante un dilema: o son esos últimos los que continúan guiando nuestro
destino, sin preocuparse mucho de lo que Raúl dice: o el pueblo les tendrá que pasar
por encima.
En
este sentido señalado, la situación ha llegado a un punto en que ya se hace
insostenible, no solo económicamente sino también políticamente.
Varios
nudos gordianos son los que hay que cortar para salir hacia las soluciones
económicas definitivas y el crecimiento.
Entre
ellas:
-Hay
que acelerar lo más posible el proceso inversionista.
-Hay
que romper el nudo de no considerar que los cubanos que tengan recursos también
debieran convertirse en inversionistas.
¿Por
qué tendríamos que compartir nuestra economía con el capital extranjero y no
otorgarle ese beneficio a un cierto capital nacional?
-Asoma
el temor ante el crecimiento del trabajo por cuenta propia, al considerar que
la mayoría de las inversiones que se hacen en restoranes, cafeterías,
reparaciones para rentar casas y apartamentos, comprar de casa, carros, etc.,
el dinero proviene del exterior. Por lo que no es posible soslayar que se está
formando una clase media en Cuba cuyo bienestar proviene de sus familiares en
el exterior, en especial de Estados Unidos.
-
hay que tomar en consideración, que a muchas personas cuya jubilación no les
alcanza para vivir, poseen capacidad y aún tienen edad para emplearse de manera
útil, mejorar su situación y la de su familia, sin representar una carga para
el estado.
-hay
que ampliar las categorías en que es posible realizar el trabajo por cuenta
propia. Llevándolo a la utilización de otras profesiones, como las consultorías
económicas, jurídicas, asesoría científica al trabajo privado, etc.
-hay
que solucionar y con un grado de urgencia importante, el asunto de la dualidad
monetaria y el particular, como lo más importante, lo relativo a la tasa de
cambio.
-Hay
que evitar por todos los medios el conjunto de problemas que afectan la
confianza de la gente en que la economía cubana puede ir adelante. Entre ellos
se encuentran algunos asuntos, tales como:
- El
secretismo que afecta la información económica y otras decisiones políticas que
se adoptan.
-Las
incoherencias que se presentan con el trabajo por cuenta propia. Ahora
reduciendo las licencias a una por tenedor
-Las
múltiples prohibiciones económicas que no se justifican.
Solo
así saldremos del cierto atolladero en que nos encontramos, que no es solo económico,
sino también político. Pues no se trata solo de huir del capitalismo.
Enero
17 del 2017.
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