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jueves, 18 de enero de 2018

LA JUSTIFICACION DE TRUMP


Esteban Morales Domínguez
UNEAC

No se ha logrado comprobar que La Isla tenga nada que ver con los llamados “ataques acústicos”.
Según declaraciones del Senador Jeff Flake, hechas recientemente en La Habana. Por tanto, como
ya hemos expresado, no tiene fuerza de justificación para adoptar la actitud que Trump ha tomado
con Cuba. Por tanto, partiendo de una lógica aceptable, la actitud actual del Sr. Presidente hacia
La Isla hay que encontrarla en otros terrenos de la política de la administración actual.

Trump, sin dudas, no comparte como opción de política hacia Cuba, la seguida por Obama.
Siempre le pareció y declaro que Estados Unidos debería de lograr un intercambio más ventajoso
con Cuba. Aunque no hemos logrado conocer a fondo todavía en qué consistiría esa ventaja.
Por otro lado, lo que mejor asoma como justificación en la actitud asumida por Trump con Cuba,
es el cierto compromiso que selló en su discurso de Miami, con la extrema derecha cubanoamericana,
en particular con el senador Marco Rubio.

Casualmente este lidera ese sector mencionado, pero al mismo tiempo, es miembro de la Comisión
Senatorial que debe juzgar a Trump por el fenómeno de la llamada colusión con Rusia, contra la
Clinton, en las elecciones presidenciales del 2016. ¿Qué otra justificación tiene el presidente?
Pensar que con Cuba no podría hacer buenos negocios, es algo difícil de creer. Trump es, ante todo,
un hombre de negocios y ya lo puso muy de manifiesto cuando mando a explorar en Cuba la
posibilidad de montar uno de sus casinos. Trump, como hombre de negocios al fin, no siendo
un político, ni sabiendo nada de política, es de suponer que sus posibles compromisos ideológicos,
que todo el mundo los tiene, sean muy débiles e inestables. Los compromisos ideológicos de
Trump son solo con ganar dinero.

A diferencia de otros presidentes, respecto a los cuales es posible imaginar que a su alrededor
hubiese un asesor o algunos asesores importantes que no fueran partidarios de una fluida relación
con Cuba. Para el caso de Trump desconocemos que esa sea la situación. Además, no creo que
con Trump pueda haber alguien que le haga cambiar una idea. Trump, al menos dentro de su
equipo, no recibió ningún consejo de cómo comportarse con Cuba.

Creo que la decisión adoptada ha sido absolutamente individual. Cómo lo han sido todas sus
decisiones hasta ahora, personales e inconsultas. Hasta las más ilógicas y descabelladas.

Entonces creo que la política seguida con Cuba, hasta ahora,  presenta las características siguientes:
  • Se trata de una decisión totalmente personal de Trump, que puede variarla en cualquier
momento, tan inconsultamente como la tomo.
  • La decisión no responde a que no vea a Cuba como una potencial buena oportunidad para
hacer negocios.
  • La decisión es coyuntural, no responde a ideas de largo plazo a seguir con Cuba. Sino a una
circunstancia que le presiona dentro de un relativo corto plazo.
  • Ha sido una política, hasta ahora, poco coherente y sistemática respecto a las intenciones
que expreso en su discurso de Miami.
  • Es una política en que se observa la incoherencia, que le implica el sacrificio de saber que
no está ganando nada con Cuba, sino perdiendo. Por eso no se ha empleado a fondo.


Entonces, ¿cuál es la razón fundamental que impulsa la política actual de Trump hacia Cuba?
Sin dudas, al menos para mí, que trata de cumplir con el compromiso de pagar por adelantado a
Marco Rubio, el favor que este le puede hacer defendiéndolo dentro de la Comisión Senatorial
mencionada. Algo que no cubre un largo plazo de tiempo. Que solo representa un beneficio
para escapar del juicio político. Y que no tiene relación alguna con la política hacia Cuba.
Que de manera inmediata lo que representa es el costo de moverse en contrasentido de los
posibles negocios que Cuba le podría generar, no solo a él, sino también a su sequito de amigos,
hombres millonarios y de negocios al igual que él.
Como ya hemos expresado, en artículo anterior, se trata de una política ahistórica, ilegitima, que
no se fundamenta en lo que Cuba ha logrado, avanzar internacionalmente, ni en la influencia que
la Isla ha ganado dentro de la sociedad norteamericana; aunque si justificada en el corto plazo.
Por una razón política, que es la más importante para Trump en medio de la situación por la que
atraviesa actualmente: evitarse el juicio político.

Enero 7 del 2018.

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