Esteban Morales Domínguez
UNEAC
Desde el preciso instante, en que hemos definido el momento actual de la economía cubana, como el de la “aplicación del Nuevo Modelo Económico”, ya estamos cayendo dentro de un momento conceptual y también práctico económico que considero, no se corresponde con la realidad económica actual que vive el país.
Hablamos del Nuevo Modelo Económico y de Socialismo, pero me parece a veces observar cierta desconexión entre ambos. Aunque ambos en nuestra realidad no podrían estar desconectados.
Puedo estar equivocado, pero creo que el momento actual hay que definirlo como el del “Tránsito hacia el Socialismo”. Y esto último es lo único que nos puede permitir conocer qué es lo que está ocurriendo con la economía. Así como conceptual y prácticamente, donde estamos. En qué momento nos encontramos, del camino que supuestamente queremos seguir y sobre todo ¿hacia dónde vamos?
Pienso no es incorrecto priorizar la aplicación del Nuevo Modelo Económico, pero siempre que entendamos, que tal proceso no es más que un subconjunto del más amplio, que es el del “Tránsito hacia el Socialismo”. Lo cual nos permitiría ganar más claridad en cuáles son las soluciones de los problemas que yo creo estamos enfrentando con nuestra política económica.
Han estado proliferando los pasos y contrapasos, los adelantes y atrás, las marchas y contramarchas, de una de política económica que no acaba de ponernos en el camino del crecimiento, ni de encontrar las claves de cómo superar algunos problemas que tenemos. De lo contario, cómo explicar que se estén cometiendo lo que considero son errores, prácticos y teóricos.
Nos asombra y preocupa sobremanera, que estemos escuchando decir a nuestros dirigentes de la economía, que se concederá solo una licencia para ejercer el trabajo por cuenta propia. Y entonces ante esa medida me pregunto ¿Queremos trabajo por cuenta propia, o no? Pero más que eso, ¿llegaremos a la pequeña y mediana empresa o no?
En realidad, creo no es difícil de responder la pregunta. Porqué si ni al trabajo por cuenta propia queremos aun “aflojarle las riendas”, ¿cómo vamos a imaginar que algún día tendremos pequeña y mediana empresa? Si hemos comenzado por atacar el primer escalón de un proceso como ese.
Ahora resulta, que hemos abierto un “suigeneris mercado al por mayor”, donde solo pueden comprar las Cooperativas no Agropecuarias, y con unas regulaciones que se parecen mucho a las de una libreta de abastecimiento. Pero, ¿Acaso es posible imaginar que los cuentapropistas no van a comprar en ese mercado? La viceministra anunció que no se puede ampliar el mercado abierto por falta de recursos para abastecerlo. Eso es bueno, porque abrir el otro mercado parece ser solo una cuestión de recursos, Pero, ¿Nuestra viceministra no sabe que la escasez es la madre del mercado negro y que este a su vez, es el padre de la corrupción? Creo que será esta otra forma en que la corrupción se reforzará. Mientras no abramos el otro mercado.
Que los cuentapropistas no podrán comprar, se parece mucho a la ilusión de creer que estos últimos no van a poder tener más que una licencia, o que no tendrán ningún contacto con el mercado al por mayor que ahora se crea. Lo cual, todo junto, se parece mucho a querer solucionar problemas económicos con medidas administrativas. En lo que ya hemos caído no pocas veces. Solo que ahora se le agrega cierta posible “sordera”, o tal vez la presunción de no querer escuchar.
No quiero decir que tenga la razón, pero lo cierto es que nuestro PIB no crece, sus proyecciones son dudosas, ni tampoco vemos que avanzamos lo que necesitamos. Más bien, creo que retrocedemos. Porque se observaba la intención de adoptar un conjunto de medidas, con las que parecía que avanzaríamos. Pues por lo menos, nadie había dicho antes, que el trabajo por cuenta propia se abriría con una sola licencia; ni que el mercado mayorista seria solo para las cooperativas no agropecuarias o que aún no tendríamos un mercado al por mayor completo, sino una abierto y otro en espera. Por lo que ahora, respecto a estas dos medidas, sin dudas, hemos retrocedido.
Pero tampoco imaginamos que íbamos a seguir gastando tanto dinero en importar alimentos, sin darlo a la agricultura para producir. Tampoco que seguiríamos chocando con la ineficiencia de Acopio.
También creímos que los precios del mercado agropecuario bajarían y que los del shopping, al menos no subirían, como lo hacen continuamente.
Pensábamos que se había entendido ya, que no podemos seguir permitiendo que la fuerza joven y calificada se nos vaya. Que podíamos liberar a esa fuerza calificada para que busque empleo en el sector privado o el turismo, o funde sus propias empresas, no trabajar simplemente como meseros, choferes, maleteros, sino haciendo otras actividades, un poco más dignas de los recursos que nos hemos gastado en ella. Y no seguir, como hasta ahora, regalándosela a la emigración.
A pesar de los intentos de algunos por montar consultorías legales y económicas, las que, además, podrían también beneficiar a la empresa estatal. Pero, si traemos fuerza de trabajo del exterior, para construir nuestros hoteles, teniéndolas en Cuba, ¿a dónde iremos a parar?
En realidad, no es posible imaginar otra causa de todas estas dificultades, que no sea, que, en principio, al confundir el momento en que económicamente estamos, no logramos tener claridad en cuál es el lugar de los diferentes sectores socioeconómicos dentro de nuestra economía. Y lo que es más grave aún, no sabemos el lugar que le vamos a dar a la propiedad privada, en medio de ese proceso. Viéndola solo casi como un enemigo que nos va a empujar hacia el capitalismo
Por eso la reacción es la de cortarle el impulso al trabajo por cuenta propia; que mostró claramente su efectividad para dar empleos, cuando el estado no podía hacerlo.
Y de ahí dimana todo lo demás. No podemos dejar que se conviertan los cuentapropistas, en lo que de hecho son, en empresas, pequeñas y medianas; no podemos permitir que el ahorro interno se convierta en actividad de inversión nacional y a estas, no podemos liberarles siquiera un poquito del monopolio del comercio exterior. Hasta la empresa estatal socialista, en medio de esas confusiones, también coge su “pescozón”. Y no termina de concretársele su papel salvador. Porqué creo que no tenemos claro cuáles son las libertades y holguras que deben tener. Porqué no las tenemos claras para los demás sectores de la economía. Y creo, que aquí está todo el “nudo gordiano” que no hemos podido cortar. Y para agravar la situación, no hemos acabado de solucionar las diferentes tasas de cambio existentes. En lo que 11 años después de haber proclamado como indispensable su solución, no hemos ni siquiera comenzado.
Pero creo, el problema central es que no se quiere dejar a la propiedad privada jugar el papel que, de hecho teóricamente, ya tiene asignado. Donde queda muy claro, que el tránsito hacia el socialismo, marca el comienzo de la desaparición de la propiedad privada, pero no su eliminación definitiva ni inmediata. Donde aún es muy necesaria, yo diría indispensable, para que la propiedad estatal se concentre en el desarrollo de la gran propiedad socialista. ¿O es que vamos a entretener a la gran empresa socialista en el pequeño comercio, la mediana y pequeña empresa, todas dirigidas a la satisfacción de necesidades sociales de pequeño porte, mientras que el estado no puede dedicarse a desplegar las potencialidades de la gran empresa socialista?
No es que no sean buenas personas las que están aplicando esas medidas; tal vez no sean muy buenos economistas, porque aún no han logrado aprender que “la economía no cree en lágrimas”. Pero malas personas no son.
Además, pienso creen que nos están salvando, aunque en la práctica lo que nos pueden estár hundiendo. Porque de hecho nos empujan al capitalismo de la peor clase. Al capitalismo corrupto, merca chiflero, que viola las reglas, que trae al capital sin control. Que nos hace sufrir todas sus consecuencias negativas, sin lograr aprovechar ninguna de sus ventajas. No olvidemos que el capitalismo que se nos tiene asignado no es el de Suecia.
Pues todas esas medidas de política económica, adoptadas con el temor y las incoherencias a que los impulsa una realidad que no logran dominar, nos pueden traer siempre consecuencias políticas, que son más graves, que aquellas de las que quisiéramos escapar.
Sin dudas, parece haber ignorancia o sordera, tal vez ambas, aunque sí es visible que se trata de un aferramiento ideológico irracional, entre los que dirigen nuestra política económica, por no haberse percatado aun de los errores que están cometiendo, a pesar de que economistas brillantes del país y de afuera, les están llamando la atención de que no van por un camino correcto y proponen no pocas soluciones para salir de la situación.
Pero más que todos esos economistas, que también pudieran estar equivocados, es la realidad económica del país, en primer lugar, la que les está diciendo que no crecemos ni avanzamos lo suficiente. Y que cada dia acumulamos más problemas. Con las consecuencias políticas negativas que ya tienen sobre la población cubana. Problemas, que no son difíciles de observar cómo se continúan acumulando.
Marzo 22 del 2018
Espero no me censure. Ninguna nacion puede darse el lujo de acumular tantos y tan graves problemas economicos y sociales sin terminar estallando. Hasta en los comentarios de Cubadebate, que suelo visitar, se nota la frustracion y el desencanto.
ResponderEliminar?Hacia donde van? Hacia algo semejante a lo que ocurre en estos meses en Nicaragua.
Saludos.
Termine de leer recientemente ?por que fracasan los paises? de Daron Acemoglu y James A Robinson....
ResponderEliminarMi conclusion:
Fracasan por lo que se hace, exactamente, en la isla de Cuba.
En otro bestseller, La Economia de la Manipulacion, publicado en 2 015, en ingles por Princenton University, aunque los premios Nobels, Akerlof y Shiller especialistas de en economia conductual, intentan contradecir los postulados basicos de Adam Smith enfatizando en las manipulaciones y el enganno, ademas de concentracion de la roqueza y las llamadas externalidades, no logran refutar del todo al genial britanico.
Sustituir la economia de mercado por un sistema de planificacion central los tiene atrapados en un callejon sin salida.
Saludos.