Autor.
Esteban Morales Domínguez.
El
nivel de peligrosidad y ensañamiento con que la administración de
Donald Trump arremete contra Cuba, ha generado una escalada de
ataques continuos por parte de la política de Estados Unidos, que no
se detiene. Como tampoco la capacidad que Cuba ha adquirido para
defenderse frente a la política norteamericana.
Ahora con un nuevo gobierno
cubano, una agresiva política tanto interna como externa, que está
caracterizando a los movimientos políticos de la Isla, para revertir
sus dificultades internas, principalmente económicas y una activa e
inteligente política exterior, que desplaza a Cuba por el mundo,
buscando amigos, aliados y socios que colaboren en la solución de
sus tareas estratégicas.
Situación
que, no obstante, tiende a recordarnos los peores momentos de la
confrontación en los años sesenta. Solo que 60 años después, Cuba
ya no es la que era en tales años, ni Estados Unidos tiene las
fuerzas y ventajas, con que contaba para entonces agredir a Cuba.
Ni
la Isla es la de la Revolución que apenas comenzaba. Ni Estados
Unidos es la potencia imperial hegemónica, que entonces era. Todo lo
cual se observa, tanto en las características de los momentos que
está viviendo Estados Unidos, interna e internacionalmente, como en
las situaciones que caracterizan la actual dinámica de Cuba.
-Cuando
aún antes del triunfo de la Revolución, en que la política de
Eisenhower hacia Cuba, ya se montó entonces en la agresividad, la
infiltración de las fuerzas revolucionarias, el posible asesinato de
sus líderes y la escalada del bloqueo, para tratar de frustrar el
triunfo político revolucionario y aplastarlo; pues la revolución
emergía pujante, organizada y consciente históricamente de ¿qué
le esperaba frente a Estados Unidos?
Desde
el principio, Cuba respondió golpe por golpe y apenas cuando Estados
Unidos casi no se percató de lo que en realidad ocurría, ya era
demasiado tarde para detenernos o darnos marcha atrás. Generando
entonces la llamada Operación Petar Pan, una de las acciones más
criminales que ha podido sufrir la familia en país alguno
-Kennedy
heredo la agresiva política de Eisenhower y agudizo el ataque.
Organizando la contrarrevolución, que nunca fue cubana, armándola,
financiándola e invadiendo a la isla. Levándolo todo a un plano de
agresividad, que genero la conocida como Crisis de Octubre. En
realidad, probando fuerzas hasta un grado dentro del cual, la guerra
nuclear estuvo a punto de producirse.
Pero
en 1963 Kennedy, poco antes de ser asesinado, ya buscaba algún modo
de entenderse con Cuba, tal vez para variar la táctica. Por qué sin
dudas, se había percatado de que como trataba de aplastar a Cuba no
daría resultado y en parte ello le costó la vida. Porque la
contrarrevolución era entonces demasiado fuerte y nunca lo
perdonaría tratar de encontrar algún modo de acercamiento, que no
fuera por medio de llenarle los bolsillos a la mafia cubanoamericana.
-Las
administraciones que siguieron, excepto en alguna medida W. Clinton y
Barack Obama, sobre todo, siguieron la agresividad a la vieja usanza
y no abandonaron la guerra contra Cuba. Pero el segundo llegaba a la
conclusión, dentro de un contexto relativamente nuevo, caracterizado
por los contactos académicos y políticos entre ambos países, de
que había que buscar una nueva política para entenderse con Cuba.
La revolución había
derrotado a la contrarrevolución y no había ya más alternativa que
tratar de variar los métodos. Fue Obama el que llego a la
conclusión, de que había que tratar de entenderse con Cuba de un
modo “más inteligente” y por eso trabajo para cambiar la
política fracasada. Por lo que diciembre del 2017, marcaría un
punto de inflexión en la política de Estados Unidos hacia Cuba y en
las relaciones entre ambos países.
-Sin
embargo, las fuerzas, que habían hecho de la contrarrevolución un
gran negocio, no quedaron conformes nunca y con la llegada de Donald
Trump a la presidencia, este último les prometió retomar la vieja
política. Por supuesto, de manera mucho más agresiva cómo es
posible observarla ahora. Tal y como eran los deseos de los que,
desde la mafia anticubana, siempre habían hecho el papel de
segundones, liderando la política anticubana. Por ello, no es
difícil explicarnos, porque la política que ahora sigue Trump, se
comporta como algo que pretende, de manera definitiva, cumplir los
objetivos que nunca ninguna administración ha logrado llevar
adelante.
Tratándose
de una política, que totalmente a la inversa de la que supuestamente
quería seguir Obama, debe ser definitiva. Púes se trata de acabar
con Cuba. Acusándola de todo lo que ocurre en el hemisferio. Cuba es
así responsable de lo que ocurre en Venezuela, en Nicaragua
y
aun, después del golpe de estado contra Evo Morales, responsable
también de lo que ocurre en Bolivia. Cualquier acontecimiento que la
administración de Trump interprete como negativo a sus intereses,
Cuba debe cargar con las culpas.
Razón
por la cual, ahora la política de la administración Trump hacia
Cuba se caracteriza por los derroteros siguientes:
-Prioritariamente,
dar marcha atrás a todo lo que se logró adelantar con la política
de Obama. Limitando las relaciones migratorias y consulares,
complicándolas máximo.
-Debe
ser una política que no detenga en sus continuos ataques contra
Cuba, desplegando una escalada agresiva en la que todos los días se
“aprietan las tuercas” del bloqueo.
-Debe atacar, cómo ya lo
hace, sobre los asuntos claves de la economía cubana: obstaculizando
las relaciones comerciales, de inversión, monetarias, colaboración,
obtención de tecnología, etc.
-Obstaculizar
la entrada de petróleo a Cuba. Sancionando a todas las naves que
viajan a la Isla con tal objetivo.
-Atacar
sobre los aspectos monetarios de la economía. Imposibilitando a Cuba
la utilización del dólar. Y el intercambio de este último con
otras monedas internacionales.
-Atacar
sobre el turismo: suspendiendo los vuelos a provincia. Limitándolos
solo a La Habana. Dificultando las visas turísticas. La
reunificación familiar, las visitas a Cuba y de esta a Estados
Unidos.
-Suspender
al máximo los contactos científicos e intercambios académicos
entre ambos países. Lo que no logra en su totalidad.
-Eliminar
los cruceros de líneas estadounidenses y todos los posibles.
Evitando las escalas en Cuba.
-Limitar
continuamente las remesas y el envío de paquetes a Cuba. Acciones
que apuntan a ser llevadas a su mínima expresión, o total
eliminación.
-Aplicar
al máximo el título III de la Helms -Burton, para obstruir el
proceso inversionista extranjero en Cuba.
-Obstaculizar
las relaciones de Cuba con la banca internacional. Manteniendo las
multas de las operaciones que se vinculan con Cuba.
-Obstaculizar
las relaciones de seguros.
-Establecer
límites mínimos de gastos para los norteamericanos que logran
viajar a Cuba.
-Bloquear
el uso de las tarjetas de crédito.
Pero
tales medidas no solo van directamente a la afectación de la
economía cubana, también se diseñan continuamente otras de tipo
político, para afianzar las presiones sobre Cuba.
-Se
trata además de adoptar medidas de tipo político que obstaculicen
las relaciones diplomáticas, reduciendo la actividad de la embajada
a su mínima expresión. Asignándole una actividad exclusivamente
subversiva, para apoyar la contrarrevolución interna que pretenden
mantener activa.
-Desplegar
una política de presiones contra sus propios aliados, de modo que
obstaculicen a Cuba ampliar sus relaciones con otras partes del
mundo.
-Trump
está tratando de obstaculizar las relaciones de Cuba con la Unión
Europea (UE), lo cual no consigue de manera total. Pues esta última,
en los años más recientes, despliega un proceso de acercamiento que
ya obstaculiza el grado de supeditación que tuvo con el liderazgo de
Aznar, con su “Posición Común” contra Cuba. Tal posición ha
volado hecha pedazos y ahora muchos miembros de la UE buscan la
manera de entenderse con Cuba.
-Estados
Unidos además ya no tiene, a pesar de haber puesto en práctica el
Titulo III de la Helms Burton, el grado de control que tenía sobre
la política hacia Cuba dentro de sus aliados. Esa acción está
teniendo que vérselas con varios inversores de todo el mundo que no
han abandonado su intención de invertir en Cuba.
-Trump
despliega una feroz campaña contra la actividad de los médicos
cubanos en el mundo. Acto seguido al golpe en Bolivia logró
sacarlos, también de Brasil, Ecuador, etc. Forcejeando de manera
continua, dando facilidades migratorias para que los médicos
deserten. Lo que si no logra es afectar el prestigio que la medicina
cubana, en su actividad solidaria, ha sembrado en muchas partes del
hemisferio y en el mundo.
No
obstante, el interés de Trump por destruir a Cuba, son varios los
obstáculos con que tropieza en el camino de cumplir sus objetivos.
De entre los cuales creo que los más importantes son los siguientes:
-Su
actual política hacia Cuba no disfruta de la popularidad que en su
momento tuvo la de Obama. Pues esta última fue el resultado de un
proceso de maduración, en que el escenario interno de Cuba, cambio
en los Estados Unidos, generando el fracaso de la vieja política.
No
hay solidez histórica en la política de Trump hacia Cuba, solo
circunstancias que, de desparecer, pueden volver a producir un
cambio.
-Trump
despliega sus ataques de forma continua y con mucha fuerza, pero
afecta de manera indiscriminada a mucha gente que no obtienen una
ganancia concreta con tal política.
-Los
que se benefician de la actual política de Trump hacia Cuba, son los
que siempre han hecho de ella un gran negocio, afectando muchos
intereses familiares y personales dentro de la comunidad cubana.
-Trump
con su actuación se ha puesto al borde del Juicio Político, o al
parecer, en medio de un escenario que le puede afectar seriamente su
reelección a la presidencia. Ambas alternativas están presentes hoy
en el ambiente político interno. Sin que podamos definir cuál
podría ser el resultado final.
-Su
política exterior y en el Medio Oriente en particular ha sido
errática y de la cual está tratando de salir, reduciendo tropas,
negociando con los Talibanes y buscando ciertos arreglos políticos,
que no logra consolidar. De modo especial, la negociación que
pretende llevar adelante con los talibanes le está produciendo
sorpresas desagradables y no esperadas.
-En
el hemisferio, Trump, está promoviendo los golpes de estado de nuevo
tipo, con el apoyo de algunos aliados regionales que lo siguen y la
actitud incondicional del Sr. Almagro como presidente de la OEA. En
medio de una situación en que esta última organización no puede
resultar más desprestigiada. Por lo que todo lo que logra con tal
política, sufre la amenaza de ser revertido.
Es
que las masas de los pueblos latinoamericanos y caribeños, cansadas
ya de la política neoliberal, se están moviendo como nunca. Por lo
que el hemisferio ha devenido casi en algo incontrolable para Trump.
-Sigue
moviendo los procesos de desestabilización en Haití, R. Dominicana,
Dominica, Honduras, y otros, tratando de complicar los posibles
avances hacia la integración de las naciones caribeñas.
-La
actitud de Trump ante la problemática del medio ambiente es en
extremo peligrosa. Pues no acepta la gravedad del problema, en lo que
tiene en contra casi al mundo en su totalidad.
-La
guerra comercial con China y su ataque a la OMC ponen al comercio
mundial en condiciones nunca antes conocidas. Posiciones de
Estados Unidos que aquí se coaligan para fermento de posibles
guerras.
-Finalmente,
desde el punto de vista militar, otro conflicto como el que Estados
Unidos tiene con Corea del Norte, alimenta también perspectivas de
guerra en el área chino japonesa y de Corea del Sur, donde Estados
Unidos no cesa con sus provocaciones.
El
año que se avecina será decisivo en la confrontación entre Trump y
las fuerzas progresistas en el mundo. Púes son muchos los conflictos
que enfrenta el Presidente y ninguno parece apuntar hacia reales
soluciones.
Nunca
el mundo había estado tan preocupado por las consecuencias que se
pueden generar de una presidencia como la de Donald Trump. Es que
nunca una presidencia norteamericana había generado tantos peligros
para el hemisferio americano y el mundo.
No
obstante, Cuba debe luchar fuertemente, prestando una atención
especial a su situación interna, en particular a la de su economía.
Pues la política norteamericana hace mucho tiempo ya viró su foco
hacia la realidad interna de la Isla y una situación económica como
la que se nos presenta hoy, no resulta nada cómoda para dar
respuesta a la agresiva política de Trump.
No
nos descuidemos ni por un instante, pues Trump, arrecia sus ataques
con la esperanza de que nuestra situación interna, particularmente
económica, no es el mejor escenario para resistir los embates de su
política. Por lo que estamos obligados a tomar todas las medidas que
muevan nuestras fuerzas productivas hacia un crecimiento económico
eficiente y rápido. Pues lo contrario no nos permitiría resistir.
Diciembre
15 del 2019.