UNEAC.
El propio Presidente Obama, ha reconocido las asimetrías entre Cuba y Estados
Unidos cuando tomo la iniciativa de abrir las negociaciones para el
restablecimiento y normalización de las relaciones diplomáticas y no podía
ser de otro modo, pues fue Estados Unidos quien rompió relaciones con Cuba, en
enero de 1961.
Era lógico además, que diera los primeros pasos; no era Cuba la que debía poner
fin a una política agresiva hacia los Estados Unidos, sino todo lo contrario.
Luego, las cosas han comenzado, como debieron hacerlo. Obama actuó como le
correspondía, para que se abriera un nuevo momento histórico entre los dos países.
Otras diferencias importantes se habían acumulado durante estos más de 50 años.
- Fue Estados Unidos, quien después de múltiples intentos por evitar el
triunfo de la revolución cubana de 1959, no estaba capacitado para convivir con
ella y abrió una política dirigida primero a evitar su consolidación y a
destruirla inmediatamente después.
- Fue Estados Unidos quien recibió a los criminales de guerra y esbirros de la
dictadura.
- Fue Estados Unidos quien impuso el bloqueo a Cuba y lo ha mantenido por más de
54 años.
- Fue Estados Unidos el que apoyó, financió y organizó acciones terroristas que
provocaron a Cuba miles de muertos, heridos e incapacitados.
- Fue Estados Unidos quien creó las bandas contrarrevolucionarias en el
Escambray, que hacia 1963 tuvieron presencia en todas las provincias del país.
- Fue Estados Unidos quien organizó, financió y apoyó militarmente la invasión
mercenaria por Playa Girón.
- Fue Estados Unidos quien desarrolló una campaña política dirigida a aislar a
Cuba en el hemisferio.
- Fue Estados Unidos quien ejecutó contra Cuba la llamada Operación Mangosta.
- Fue el peligro de una segunda invasión a Cuba, con el ejército
norteamericano, quien creó las condiciones para que la Isla permitiese la
presencia de los cohetes nucleares soviéticos en 1962.
Ninguna de esas acciones de Estados Unidos quedará borrada, hasta que una o
varias administraciones norteamericanas hayan compensado a Cuba por todos los
daños y pérdidas humanas provocadas por sus acciones agresivas, criminales y
unilaterales. Cuba no tiene cuentas pendientes con Estados Unidos, ellos sí.
De haber buena voluntad en la solución de las diferencias, se puede negociar
con asimetrías, cediendo en algunas cosas para ayudar a la normalización, pero
nunca cediendo soberanía.
Se puede además identificar la colaboración en muchas aéreas de beneficio mutuo,
que ya muchos ciudadanos cubanos y norteamericanos han identificado durante
largos años.
Pero en las negociaciones existen aun muchos asuntos complejos que producirán
verdaderos “encontronazos “. La administración de Obama insiste en presionar a
Cuba con la supuesta violación de los derechos humanos, la falta de libertades
civiles y la ausencia de democracia. Existe un fuerte compromiso de la
administración con la llamada disidencia cubana de presionar al gobierno cubano
para llevarlo a hacer concesiones en términos de cambios en el régimen político
que produzcan un cambio de poder. No hay más que ver como la Subsecretaria
Jacobson responde a las preguntas sobre el particular. Lo hace como si tuviera
la seguridad de que el gobierno cubano no tiene más alternativa que plegarse
a las exigencias en ese campo.
Por eso, otro aspecto complicado que auguro para la negociación, será cuando
la derecha republicana y la disidencia, se percaten de que la Sra. Jacobson
no ha logrado llevar adelante las intenciones del cambio de régimen. Se
exacerbará la percepción de traición contra la administración de Obama y
aumentarán las contradicciones entre los partidarios de la agenda del
presidente y los que la rechazan.
En realidad, Cuba esta dispuesta a negociar con Estados Unidos esos temas, pero
siempre que este ponga los suyos también sobre la mesa de negociaciones. Es
absurdo pensar que se van a cambiar las medidas tendentes a rectificar una
política, que Obama reconoció como fracasada por concesiones que afectan la
soberanía de Cuba. No es mediante las mismas recetas que va a obtenerse de
Cuba algo a cambio. Sería como diría el poeta el “pasado en copa nueva “.
Ese es el reto más grande que tiene Estados Unidos en la negociacion que ha
iniciado y no puede pensar que logren negociar imponiendo algo a Cuba. Se
trata no solo de un reto de la negociación, sino de toda la diplomacia
norteamericana, no habituada a negociar en igualdad de condiciones.
Si Cuba no pudiera convivir con Estados Unidos, aunque Obama mantuviese la misma
estrategia, no podrían existir las relaciones internacionales, pues ellas son
un perenne campo de batalla diplomática, sobre todo cuando se trata de la
convivencia pacífica entre una potencia imperial y un país del tercer mundo.
Cuba, por otra parte, tiene que a prender a convivir con Estados Unidos a pesar
de las asimetrías y las contradicciones, dado que ese es el único modo de
convivir pacíficamente en el mundo actual.
¿Que debiera aceptar Estados Unidos, su administración y Obama en particular?
- Que está sacrificando mucho de su política hemisférica si no acepta que la
negociación con Cuba debe hacerse en igualdad de condiciones y respetando la
soberanía de la Isla.
- Que la extrema derecha norteamericana y la disidencia cubana, no están
respetando los verdaderos intereses de Estados Unidos; no solo de la política
norteamericana hacia Cuba, sino de toda la política exterior estadounidense.
- Que existen sectores políticos en Estados Unidos, que están dispuestos a
sacrificar la nación con tal de mantener sus privilegios.
Luego Obama y el que venga detrás, deberá entender de una vez, que la batalla
que hoy se libra en el campo de la política exterior, no es en esencia
externa, sino interna, por la supervivencia de la nación y por salvar su
condición de imperio que ya entró en su etapa histórica de desaparición.
Febrero 5 del 2015.
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