ESTEBAN MORALES
UNEAC.
No, ahora las cosas serán más difíciles. Porque es como algo anhelado, que se
espera incansablemente, pero que cuando llega siempre nos agarra por sorpresa.
Y para la sorpresa en política, no hay otra cosa que respirar profundo y ese es
el espacio de tiempo único de que se dispone para decidir qué hacer. Porque
correr el peligro del error, será siempre preferible al de la quietud. Con
la desventaja adicional de la asimetría de Cuba frente a Estados Unidos, a lo
cual ya nos hemos referido en varias oportunidades.
Ya dije que no solo Estados Unidos siguió una política fracasada que los
aisló. Cuba también ha tenido también sus políticas fracasadas y ha sufrido
sus aislamientos. La encrucijada del momento, no es solo para Estados Unidos,
lo es también para Cuba.
Existen entonces dos planos de lo que está ocurriendo hoy en las relaciones
entre Cuba y Estados Unidos, que son perfectamente diferenciables y que
plantean sus correspondientes retos.
El primero de los retos, es que lo que ahora ocurre con Estados Unidos lo
hemos esperado y mas que ello, lo hemos reclamado hasta el cansancio.
El segundo, es que hay diferencias entre como el pueblo cubano puede apreciar
lo que está ocurriendo y como lo aprecian sus gobernantes.
En ese espacio entre formas de apreciación de los acontecimientos, es donde
está el peligro principal. Porque se trata de la dinámica política que plantea
Estados Unidos y sus correspondientes respuestas por parte de la Direccion del País.
No es posible olvidar que nuestro pueblo ha sufrido mucho los desaciertos de
algunas de nuestras políticas, la mentalidad de plaza sitiada, el auto bloqueo,
los errores económicos en particular, las escaseces, las incertidumbres, el
desasosiego, la miseria, la inseguridad de la vida diaria.
Es verdad que el triunfo revolucionario trajo, en relativo poco tiempo, muchas
cosas positivas para el pueblo cubano, trajo independencia, soberanía, de las
que la Isla no había podido gozar nunca, pero también lo es que han pasado
más de 50 años y hace mas de 20 ya, que no se ha podido continuar avanzando
materialmente, al ritmo en que lo veníamos haciendo y la gente se ha sentido el
peso de las dificultades que han hecho emigrar a no pocos, no ver
satisfechas sus necesidades diarias a muchos, desesperanzas para no pocos,
perdidas de los niveles de igualad alcanzados para muchos, etc.
Luego entonces, ante lo que la política norteamericana está ofreciendo ahora,
que requiere ciertas reacciones de nuestra dirigencia, hay que estar muy
alertas, porque no se trata de simples dadivas, sino, no pocas, veces de un
intercambio de dignidad por bienes materiales, tratándose de una relación
mercantil, que en el fondo también tiene como objetivo directo buscar que el
gobierno haga el papel de malo. Por lo que hay que contar con aquellos que
estarían conscientemente dispuestos a simplemente coger lo que le dan, sin
siquiera pensar en lo que deberían entregar a cambio. Otros que ingenuamente
aceptarían todo, mientras que solo unos pocos estarían conscientes del
intercambio que les están proponiendo. Una parte de estos últimos forman parte
del liderazgo político. Representando a los que tendrían que poner el freno a lo
no conveniente para el país, la nación y su soberanía. Por lo que la pelea no
será fácil. Porque en la situación que está atravesando Cuba hoy, no son pocos
los que estarían dispuestos a cambiarlo todo por salir de las dificultades y
mejorar su nivel material de vida. A la caza de esa masa, posiblemente
desesperada, estarían los que ya saltaron ideológicamente el muro; o los que
en definitiva, siempre han existido, formando parte integral de nuestro
ambiente político. Tratándose entonces de aquellos cubanos, que miran hacia
Cuba o desde ella como simple plataforma para aproximarse lo más posible al modo
de vida norteamericano. Me refiero a los anexionistas de siempre, fruto de una
contradicción política, o de una cultura política, que siempre ha existido,
entre los que han luchado por hacer de Cuba una patria libre, independiente y
soberana, frente a los que han deseado siempre vivir bajo la sombrilla de
Estados Unidos. Esa es la gran contradicción histórica que se mantiene, que
ahora se exacerba y que Obama desea alimentar y aprovechar. Sin que podamos
dejar de reconocer, que esos ahora son más, que hace 30 años atrás, y que no
todos se han ido para Estados Unidos buscando “la tierra prometida”. Muchos
permanecen entre nosotros, mientras en sueños, cada noche, reman hacia La
Península de la Florida. Se trata de un potencial migratorio que no cesa y que
diariamente escapa de Cuba, tratando de satisfacer aspiraciones que en Cuba no
logra solucionar.
Sabiendo todo eso, nuestro liderazgo político debiera estar muy consciente de
que la pelea no es fácil, no bastando con reconocer que nuestro pueblo es
revolucionario y antiimperialista. No, ya muchos en Cuba no son ninguna de las
dos cosas, hace rato cambiaron su rumbo político. Y en ello consiste el
precio que estos años de lucha desigual nos han hecho pagar. La masa
revolucionaria, dispuesta al sacrificio por salvar la patria, ha disminuido.
Por lo que al gobierno cubano se le presentan dos grandes problemas:
- Hacer todo los esfuerzos imaginables porque el país avance. Único modo en
que la cuenta política puede permanecer a nuestro favor.
- Tratar con mucha inteligencia y pragmatismo lo que el gobierno de Estados
Unidos nos está proponiendo. Para no hacer el papel de malos, aunque tampoco el
de tontos. En el cual no nos percatemos de las potencialidades que tenemos para
sacar el mayor provecho de la situación, sacrificando lo menos posible
nuestra independencia y soberanía. Las cuales, aunque ya muchos no lo
entiendan, es lo que nos ha permitido llegar hasta aquí .Y aun tener los que
muchos pueblos en el mundo no tienen: independencia, soberanía, capacidad de
llevar al país hacia donde más nos convenga a todos los que aun luchamos por Cuba.
No es casual que Obama insista en decir, que quiere seguir la misma estrategia
que ya diseño a principios del 2009, empoderar a la sociedad civil cubana, con
la intención de que cada vez dependa menos del gobierno. Siendo ahora la única
diferencia sustancial, que negocia con este ultimo. Así se lo hace saber a la
derecha, para tranquilizarlos y que lo acompañen en su agenda sobre Cuba.
Aunque yo creo que esa es la ideología de Obama, que lo mantiene convencido y
que aunque haya tenido que ceder, reconociendo el fracaso de la política,
piensa firmemente, que puedo lograr los mismos objetivos solo ajustando un
poco los métodos.
Por lo que solo, de nuevo, la firmeza de Cuba, será lo que puede hacerlo
retroceder, ante el fracaso no solo de la política, que ya reconoció, sino
también el de la negociación que ahora trata de impulsar.
Obama, en la práctica, ha cambiado el paradigma, ya parece no ver a Cuba como
un peligro para la seguridad nacional de Estados Unidos, sino como una sociedad
en transición a la que pudiera orientar hacia dónde ir. Pero sin embargo, las
presiones políticas son las mismas. Cuba debe marchar hacia la democracia
liberal, respetar las libertades civiles y los derechos humanos que no respeta.
Lo que en realidad es presionar a Cuba para que cambie su régimen político.
¿Donde entonces esta el cambio de política?
El cambio real consiste en reforzar su influencia sobre la sociedad civil
cubana, para quitarle al liderazgo político cubano la capacidad de orientar los
cambios que Cuba tiene que hacer para sobrevivir como proyecto político socialista.
Febrero 17 del 2015.
nota
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