Esteban
Morales Domínguez.
UNEAC
Dentro
de un corto espacio de tiempo, Cuba tendrá que presentar al a
Comisión Correspondiente de la ONU, sus consideraciones sobre el
comportamiento del tema racial dentro de la nación cubana. Contenido
en los asuntos de Derechos Humanos.
Acto
seguido, con todo el derecho que me asiste como ciudadano cubano,
deseo hacer algunas consideraciones acerca del Informe que Cuba ha
puesto a consideración del Organismo Internacional.
Entre
las personas y organismos que se encargan de la elaboración del
Informe mencionado, existe una persistente y casi bochornosa actitud
de negar, que en Cuba persisten el racismo y la discriminación
racial. Considerándolos solo como “vestigios” de discriminación
racial.
Lo
cual, además de ser un error historico-politico, tal actitud se
proyecta como vergonzante, desde una perspectiva científica, al
caracterizar del modo en que se hace el tema racial en la Cuba de
hoy. El Informe presentado, no toma para nada en consideración, todo
lo que se ha avanzado en el tema durante estos años.
No
parece tampoco interesarles, a los autores, los varios libros y
artículos que se han publicado en el país y fuera de Cuba.
Constituyéndose estos en un material de referencias, que, de ser
tomado en consideración, no habría porque mostrar la ignorancia que
se pone de manifiesto en el informe.
El
informe reproduce una inmensa cantidad de datos, que pone claramente
de manifiesto los avances sociales logrados, en términos de los
derechos humanos. Pero los problemas que aun enfrentamos con la
problemática racial, quedan diluidos dentro de los avances evidentes
que presenta nuestra política social.
Al
no colorear las estadísticas, ni las sociales, ni las
socioeconómicas, nos encontramos frente a una masa de información,
que diluye y oculta los problemas y lo peor aún, donde están los
reales avances. Lo que convierte al informe en algo vulnerable.
Obrando
de tal manera, no se salva la obra de la revolución, que es inmensa;
se niega la importancia, que tanto para la ciencia, como para la
política tienen, una valoración seria del tema; se cometen
peligrosos errores y como si fuera poco, se irrespeta a los que
sufren aun los problemas raciales. Informe de tal naturaleza, nos
atreveríamos a asegurar, que crea un legítimo malestar, entre
organizaciones y personas preocupadas por el tema racial, dentro de
la sociedad civil cubana actual.
Pues
tira a una cloaca, sin fondo, las imperfecciones de nuestra sociedad,
en la que aún debemos trabajar mucho, para terminar con esa “lacra”
del racismo y la discriminación racial, que todavía nos agrede,
poniendo en entredicho el Proyecto Social de la Revolución cubana,
de justicia e igualdad para todos.
Porque
no es negando el tema racial como tal, el modo en que podríamos
vencerlo. Sino reconociéndolo y dentro de ello, salvando toda la
obra revolucionaria, que prácticamente hace de Cuba, la nación que
más ha combatido en el mundo por eliminar el racismo y la
discriminación racial. Incluida su presencia militar solidaria en
Africa.
No
hay otra nación que lo haya hecho como Cuba; pero si negamos la
existencia del tema y las insuficiencias sociales que lo alimentan,
entre nosotros, estaremos comprometiendo, no solo el futuro de los
aun discriminados, sino de toda la sociedad cubana. Pues el tema
racial, continúa siendo uno de los más complejos, desafiante y
desatendidos de nuestra realidad social actual.
Veamos
entonces más en detalle las peculiaridades de este informe.
Como
en todos los informes entregados a Naciones Unidas (Examen periódico
Universal del Consejo de Derechos Humanos). Casi no se observa
interés alguno por reconocer que nuestra población es blanca,
mestiza y negra. Lo cual, históricamente hablando, representa una
diferenciación que se ha mantenido de manera secular.
La
masa poblacional cubana es tratada de manera homogénea. Lo cual es
un error de magnitud incalculable. Dado que blancos, mestizos y
negros, no han tenido, históricamente, un punto de partida común:
los blancos llegaron como colonizadores, los negros como esclavos y
los mestizos son el resultado de la paulatina mezcla, principalmente,
de ambos grupos.
Dentro
de tal proceso, el “color negro”, se ha comportado, funcionado
siempre, como una variable de diferenciación social.
Variable,
que casi nunca ha sido tomada en consideración por nuestro aparato
estadístico nacional. Lo que se explica muy bien, cuando un
funcionario de ese aparato, nos llegó a expresar, …que no lograba
entender el porqué de la importancia que nosotros le dábamos al
color, al elaborar las estadísticas sociales y económicas…” Lo
cual es sinónimo de una ignorancia total, de la importancia que la
variable “color de la piel”, tiene dentro de la sociedad cubana.
Lo que manifiesta claramente, el porqué de la casi nula importancia
que se le concede al color de la piel en nuestras producciones
estadísticas nacionales.
Es
que, dentro de cualquier sector poblacional, formado por los tres
grupos raciales, siempre habrá de considerarse, que entre ellos los
negros y mestizos, en ese orden, serán casi siempre los menos
favorecidos: en términos de vivienda, salarios, ingresos,
condiciones de vida, etc.
A
pesar de toda la lucha revolucionaria por la igualdad, hasta los
mismos bordes del igualitarismo, en Cuba, aún, ser blanco, mestizo o
negro, no es lo mismo. Y parece haber un cierto interés, de algunas
personas, por ocultar las diferencias. O simplemente, no tomarlas en
consideración.
En
lo que, a nuestro aparato estadístico nacional, referido, se
destaca, por no prestar atención a la elaboración de información,
en la que el color de la piel, aparezca como una variable de
consideración.
Entonces,
¿A cuál sociedad nos estamos refiriendo? Si un atributo tan
importante de nuestra población, no es tomado en consideración.
Razón por lo cual, hemos insistido, varias veces, en la necesidad de
construir “separatas estadísticas”, donde el color de la piel,
sirva de variable básica, para comparar estado de la vivienda,
salario, profesiones, nivel de vida, Nivel de ingreso, acceso a
diferentes ventajas sociales, etc. ¿Resulta importante o no, saber
cuál es el comportamiento de los grupos raciales, frente a todos
estos asuntos mencionados? ¿Por qué no nos interesa saber cuál es
el color del desempleo? ¿Qué grupos raciales ocupan las mejores o
peores viviendas? ¿Resulta esto último importante o no.?
No
todos los cubanos, llegaron de manera igual, a integrar la masa
poblacional del país y ese ha sido un proceso, que tiende a
diferenciarlos, frente a casi todos los fenómenos sociales. Por lo
que, cualquier investigación social, que no tome en consideración
la variable “color de la piel”, sus resultados resultaran
sesgados. No dirían nada, socialmente hablando.
Un
claro ejemplo actual, se pone de manifiesto en el proceso de
recepción de las remesas. Los negros emigraron tarde, hacia los
Estados Unidos. Cuando comenzaron a hacerlo, en los ochenta, lo
hicieron sin apoyo, sin los mejores niveles educacionales, cuando ya
Estados Unidos no era el país de las oportunidades, por lo que no
lograron los mejores empleos, ni las mejores condiciones sociales de
vida; además, bajo el estigma de “marielitos”, constituyendo hoy
no más de un 15 % de la población cubana emigrada a Estados Unidos,
que no cuenta con las condiciones mejores, para enviar remesas y
paquetes a sus familiares en Cuba.
El
Informe que se nos presenta es exhaustivo en cuanto a las ventajas
sociales de qué disfrutan todos los cubanos. En esto último no se
expresa discriminación alguna. Todos tienen igual acceso a la mejor
salud, la educación, etc. Nadie en Cuba es discriminado por el
color, cuando necesita del médico, la atención escolar, incluso
hacer un doctorado.
Pero
caemos en una “trampa”, que nos resulta ineludible, cuando no
clasificamos a nuestra población por el color de la piel. Es que el
carácter “incoloro” de nuestras estadísticas, nos incapacita
para hacer un análisis realmente profundo del proceso de
distribución de los beneficios sociales. La política social ha
obrado siempre contra la pobreza, pero no ha tomado en consideración
el color. Y resulta, que aún este último, es importante. Aunque no
lo deseemos.
Sin
dudas, dentro de una masa poblacional, como la cubana, donde el color
de la piel, ha representado siempre ser una “variable de
diferenciación social”, caemos en dos errores básicos, que
lastran todo el análisis social y económico que podamos hacer.
Primer
error:
La
nación es el pueblo que la compone. Y si Cuba, cómo tantos otros
países en nuestro hemisferio, encierra diferencias en cuanto al
color de la piel. Cuándo dejamos de lado tal clasificación, estamos
cayendo en el error de desconocer más de 500 años de historia, qué
resultado del Régimen colonial esclavista primero y la
neocolonización, después, acarrearon diferencias sustanciales, de
las cuales no se habla, directamente; entre ellas:
distribución
de la riqueza, posición ante el empleo, nivel de vida, acceso a los
beneficios sociales, niveles de ingreso, una posición que los ha
lastrado durante siglos, para a pesar, de las ventajas, sociales que
el estado distribuye, continuar presentando diferencias importantes,
entre las oportunidades potenciales que nuestro estado provee y la
capacidad social para alcanzarlas.
Segundo
error:
Si
el color de la piel, ha sido, históricamente, una variable de
diferenciación social. No tomarla en consideración, asumiendo a
nuestra población como homogénea, ello significa, que se pierde la
oportunidad, de caracterizar realmente, que, a pesar de las
diferencias, blancos, negros y mestizos, avanzan socialmente, sobre
todo, la población negra, a pesar de las desventajas históricas que
aún arrastra.
Por
lo que se pierde la oportunidad, de calificar de modo real, como en
medio de las diferencias que introduce el color, el estado cubano, ha
hecho avanzar también a los negros, qué son los que más han
sufrido la desventaja histórica que les ha traído el color.
Perdiéndose
la oportunidad de presentar y poner en evidencia que lo más
importante de nuestros avances sociales, no es solo que todos los
cubanos avanzan, sino que, como más importante, para todos aquellos,
para los cuales el color ha representado una desventaja histórica
(negros en primer lugar y mestizos) también avanzan, marcando un
paso de ascenso, a pesar de ser los más atrasados y desfavorecidos
dentro de la población cubana.
Por
lo cual, el prejuicio que se pone de manifiesto, al no considerar el
color de la piel, lejos de beneficiar el análisis, lo que hace es
ocultar realmente el estado de avance en la política social. Todo lo
cual obedece, a prejuicios frente al color. Siendo esta también una
sutil manifestación de racismo.
Pues,
sin dudas, las estadísticas ponen de manifiesto esos avances
sociales, pero su manejo operacional, los nublan y le restan
efectividad de presentación, al no considerar que tales avances, se
producen, aun en medio de una realidad, que sigue presentando al
color de la piel como una variable de diferenciación social, todavía
no superada. Púes se trata de una realidad heredada del
colonialismo, que no solo no puede ser superada de manera inmediata,
sino que nos amenaza continuamente, con reproducirse.
Es
que 500 años de colonialismo y neocolonialismo, no pueden ser
superados en menos de 60 años de revolución, por muy radical, que
esta haya podido ser.
¿A
quiénes pretendemos engañar, cuando en Cuba, el racismo y la
discriminación racial, continúan existiendo, no como se habla en el
informe, de “vestigios”, sino como lo que son, fenómenos,
heredados, pero que aún, las imperfecciones de nuestro modelo social
son capaces de reproducir?
El
racismo y la discriminación racial, que aún nos agreden, no son
simples vestigios, heredados, sino realidades presentes, que todavía
no hemos logrado superar y que se retroalimentan de las
imperfecciones, e insuficiencias en su tratamiento, que aún la
sociedad cubana reproduce. (De lo contrario, leamos el Discurso del
Cro. Raúl Castro, 19 de abril del 2018, en la Clausura de la
Asamblea Nacional del Poder Popular).
PALABRAS
FINALES.
Los
prejuicios que encierra no colorear nuestras estadísticas sociales y
socioeconómicas. Trae implícitos peligros políticos para la
conducción de la sociedad cubana. No puede haber sector poblacional
que no sea reconocido, considerado y tomado en cuenta. Pues ese es el
contenido de nuestra nación.
No
se puede dirigir una nación, sino tenemos claridad en cuál es la
masa poblacional que la compone. Y aunque no nos agrade, o nos cause
molestias, tomar esas diferencias en consideración, es cuestión de
vida o muerte para la supervivencia del proyecto social cubano.
Máxime,
cuando existen quienes, asumen los problemas que aún padecemos en la
cuestión racial, con la intención malsana y contrarrevolucionaria
de dividirnos.
Tomando
como base: Informe nacional presentado con arreglo al párrafo 5 del
anexo
De
la resolución 16-21del Consejo de Derechos Humanos.
30
Periodo de Sesiones ,7-
Gracias hermano por mantener esa lucha incansable, con escaso apoyo como son las causas Justas, pero sabiendo no solo que la razon esta de tu parte sino que los reaccionarios, los que pretender ser ciegos a realidades innegables, reconoceran en daño que le hacen dentro y fuera al pais.
ResponderEliminarPor esta simple obsecacion, Cuba no cuenta como podia con el poderoso poder adquisitivo de mas de 950 mil millones de dolares de la comunidad afroamericana, lo que oblige a la direccion economica del pais a ir en busca de inversiones o dadivas a Europa o Asia.
No Podemos cejar en estas denuncias por nuestro derechos y por hacer una patria mas justa