Autor:
Esteban Morales Domínguez
UNEAC
Recientemente leí un artículo
en Facebook, de Lion Santisteban y otros Autores, plagado de errores
al tratar el problema racial en los Estados Unidos. Hay errores,
aunque también intencionalidades.
Su
error principal consiste en no considerar al racismo, como un
fenómeno estructural dentro de la sociedad norteamericana.
Su tesis principal es: que los negros debemos ser aconsejados
a depender de nuestros esfuerzos y ello es más que suficiente para
lograr el triunfo. El consejo no es malo, pero sí bastante perverso
e ingenuo.
Mencionaban
entonces un largo listado de artistas negros de la música y el cine,
que habían ascendido por su esfuerzo, con independencia de su color
de la piel. Cosa que es cierta, pero que nada tiene que ver con la
existencia y el funcionamiento del racismo en los Estados Unidos.
El
error esencial de sus formulaciones, más bien neoliberales, para
endulzar a la sociedad norteamericana, consiste en olvidarse de que
el racismo en los Estados Unidos es un fenómeno estructural. Es
decir, forma parte y funciona como elemento integrante dentro del
sistema de relaciones capitalistas de la sociedad norteamericana.
El
ejemplo de los que logran cruzar las dificultades para alcanzar el
éxito, dentro de esa sociedad, no niega la existencia del racismo ni
de la discriminación racial; todo lo contrario, los reafirman. Por
ley de los contrarios. Por
lo que situar y tomar como ejemplo a los que han llegado a triunfar,
no es más que una forma de endulzamiento de la realidad, que es
mucho más compleja y contradictoria de lo que los autores asumen.
El
racismo no nació del capitalismo, vino de la mano de la sociedad
colonial esclavista, aunque al capitalismo le brinda un servicio
inestimable. Adueñándose de el para sostener su régimen de
explotación, al convertir el color de la piel, en una variable de
diferenciación social. Acción más sofisticada y difícil de
superar que la esclavitud.
En
la sociedad colonial el esclavo podía obtener su libertad; en el
capitalismo no. Pues se encuentra sometido a una estructura social en
la que su lugar esta predeterminado, liberándose de ella solo por
excepción.
Los
argumentos esgrimidos, resultan además la tergiversación de una
larga historia, en la que el negro norteamericano comenzó siendo
esclavo y pago un alto precio por participar en la vida económica y
más tarde en la política, para lograr ejercer el voto. Sobre todo,
la mujer negra. Ello no hizo más que darle formas de participación
social, pero sin liberarlo de las ataduras sociales que su condición
de negro implica. Es decir, sin liberarlo de los prejuicios al color
de la piel, la discriminación y el racismo.
El
racismo es un fenómeno estructural de la sociedad norteamericana. Es
parte integra de la institucionalidad de esa sociedad y solo con la
terminación del capitalismo podrán crearse las condiciones, para
comenzar a eliminarlo de la vida social del país. Pues tampoco
desaparece automáticamente al desaparecer el capitalismo, dado que
permanece en la cultura heredada.
Cuba
con una revolución radical y más de 50 años de lucha por su
eliminación, no ha logrado terminar con el racismo, ni la
discriminación racial. Funcionando como un paradigma para la
comprensión de que, con el fin del capitalismo, solo comienza el
periodo histórico para crear las condiciones que posibiliten de
eliminar el racismo.
Cierto
que el negro norteamericano nos aventaja en que posee por lo general
una gran conciencia racial, pero no nos aventaja en como Cuba ha ido
paulatinamente, creando las condiciones para eliminar el racismo.
Ahora con una conciencia social más avanzada en cuanto a la
necesidad de su eliminación y una conciencia, en parte importante de
su dirección política, de que la tarea de eliminar el racismo y la
discriminación racial, se debe llevar adelante. Contándose ya con
una Resolución Gubernamental, como instrumento para formular una
estrategia de lucha contra el racismo y la discriminación racial.
Luego
se equivocan los autores del artículo cuando nos aconsejan. Púes no
se trata de un asunto individual sino de toda la sociedad. No se
trata de que la sociedad les permita o facilite a unos individuos
llegar. No se trata de que algunos por su esfuerzo lleguen. Tampoco
de que algunos pasen las barreras para ser tratados como iguales,
sino de que todos puedan alcanzar la igualdad y la justicia.
Ni
siquiera estadísticamente es válido el análisis de los autores.
En
la sociedad norteamericana, los negros ocupan el penúltimo escalón
en la pirámide demográfico-social. Por encima solo de los pueblos
originarios y de los esquimales, que ocupan los últimos escalones.
Por lo que, ni habiendo alcanzado el éxito, un negro en los estados
Unidos, llega al nivel de consideración que esa sociedad solo
reserva al blanco.
Los
datos estadísticos muestran claramente las diferencias para los
negros, en términos de desempleo, acceso a la salud, acceso a la
justicia, etc. No se trata de que un negro pueda o no económicamente
y hasta socialmente, llegar a vivir como un blanco. No, es que la
estructura social ha quedado diseñada para darle un lugar como
negro.
Lo
demás es una circunstancia o una casualidad de la vida. El negro no
llega a conseguir nunca la posición del blanco dentro de la sociedad
capitalista norteamericana y cuando lo logra, se trata de una
circunstancia excepcional, que no hace más que confirmar la regla.
La regla es que el negro esté por debajo y los años más recientes
la han confirmado.
Por
eso el artículo de marras, no es más que un intento neoliberal, de
quitarle, de limpiar al capitalismo de las lacras del racismo.
31
de mayo del 2020.
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