Esteban Morales Domínguez
UNEAC
A
principios  del 2009, iniciada la
administración de Barack Obama, hablábamos de su estrategia de política hacia
Cuba. Algunos creían que era solo más de lo mismo, yo no.
Acorde  con 
nuestra hipótesis, decíamos que 
el nuevo presidente de los Estados Unidos  había dividido el bloqueo en dos.
Mientras
 todo lo que del bloqueo tenia  directa relación con la sociedad civil, con el
hombre y la mujer de a pie en Cuba, Obama trataba de flexibilizarlo, tal y como
comenzó a hacer  durante el primer
semestre del 2009, al abolir las medidas restrictivas que Bush (hijo) había
impuesto a Cuba,  sobre remesas,
paquetes, visados, etc.  Todo lo que del
bloqueo tenía relación directa   con la conducción política y la administración
del país, es decir, con el gobierno, Obama presionaba hasta lo indecible.
Destacándose las medidas de sanción financiera impuestas a varias instituciones
bancarias,   como la de 8,000 millones de dólares al Banco
Paribas francés,  por haber tenido
relaciones con Cuba. Desde la prohibición del bloqueo de utilizar el dólar en
las transacciones económicas de Cuba, no habían   existido medidas financieras tan
brutales  contra nuestro País.
Obama
fue  extremadamente consecuente con el
bloqueo, en cuanto a todas aquellas sanciones que implicaban poner al gobierno
cubano en la situación más difícil, en medio de la  crisis económica que está viviendo  el país y  que la sitúan en la posición  más compleja para sufrir la brutal agresividad
  de la política norteamericana
Pudiéndose
decir, que Obama fue consecuente en explotar las medidas del bloqueo para
agredir a Cuba, hasta que finalmente, en medio de las negociaciones con Cuba, comprobó
que se trataba de una política que ya no daba más. Que toda la política de
aislamiento seguida por más de cincuenta años no había dado resultados. Por
eso, el 17 de diciembre último, en la práctica, calificó la política seguida
hasta entonces como fracasada.
 Pero, ¿qué ha variado de la política de Obama
hacia Cuba, la estrategia, la táctica? Yo aprecio, que en realidad, esencialmente,
ninguna de las dos.
 Diría que ni la estrategia ni la táctica de la
política norteamericana hacia Cuba han variado.
1-     
La estrategia de Obama continúa siendo la misma,  subvertir a Cuba, trayéndola nuevamente  a la “sombrilla”  de la política norteamericana.
2-     
El bloqueo se mantiene, bajo la promesa de una futura
negociación con el congreso de los Estados Unidos, que lo eliminaría. Ese
proceso llevara tiempo.
3-     
 Obama continúa
utilizando el bloqueo como un mecanismo de presión contra Cuba, ahora con  una “zanahoria de nuevo tipo”, en la misma
medida en que este se mantendrá, teniendo como objetivo  central apreciar el comportamiento que tendrá
Cuba en el resto de  la agenda de  negociaciones. Aliviando ese espacio de tiempo
con medidas de prerrogativa  presidencial,
 como lo son admitir el uso de tarjetas
de crédito, ampliar las remesas a 2,000 dólares trimestrales, permitir cierto
comercio, ampliar las categorías de viajes sin licencia, permitir la importación
de ciertas tecnologías, colaborar económicamente con la propiedad privada en
Cuba;  permitir ciertas líneas de
comercio  de  exportación, etc. Cuba entonces, podrá sentir
que todas esas medidas presidenciales irán suavizando el dogal del bloqueo,
hasta que este sea eliminado por el congreso. He ahí porque decimos que
este  funcionara junto a una   especie de una “zanahoria de nuevo  tipo”
No 
es tampoco  difícil observar,  que Obama tomará un conjunto de medidas
económicas dirigidas a  romper lo que él
llama la dependencia que  la sociedad
civil  tiene, del estado cubano.
El punto clave en que la política
actual de Estados Unidos será diferente  a  la
política anterior. Obama   negociará con el gobierno cubano, utilizando
una amplísima agresividad diplomática, que ya se comienza a ver,  dirigida a un restablecimiento de las relaciones
diplomáticas, de modo que esto le   permita 
estar lo más cerca posible del proceso de transformaciones  que la Isla está viviendo, dirigiendo sus  acciones  a arrebatar de manos del liderazgo cubano la
conducción de  los cambios que Cuba está
obligada a realizar  y   orientando estos últimos  hacia los intereses de Estados Unidos.
Razones por las  cuales, 
ha programado su actual agenda política con Cuba, de modo que se logren  los resultados esperados siguientes:
1-     
 Mantener a Cuba  luchando denodadamente por lograr el
levantamiento del bloqueo, pero en medio de un escenario político nuevo, dentro
del cual la Isla no está habituada a combatir. 
2-     
Transcurridos más de cincuenta años de revolución y habiendo
padecido el pueblo cubano  todas la
dificultades por la que Cuba ha atravesado, ¿a quiénes les va a parecer mal que
Estados Unidos, adopte medidas para mejorar la economía cubana, ofrezca mayores
oportunidades a los ciudadanos, otorgue facilidades concretas para mejorar el
nivel de vida de la gente, y se obligue al gobierno cubano a conceder más
libertades y democracia?
3-     
¿Qué cubano se opondría recibir más remesas, tener una
relación fluida con sus familiares en Estados Unidos, obtener más facilidades
de visas, recibir más turistas norteamericanos, intercambiar más con la
sociedad norteamericana y  tener más
oportunidades para relacionarse económicamente con Estados Unidos?
4-     
¿Quiénes se opondrían a tener internet y  facilidades para adquirir   equipamiento  que los pusiese a la altura del desarrollo
actual  de la tecnología de la
información?
5-     
¿Quienes se opondrían a recibir apoyo a los cuentapropistas,
ayuda al propietario privado, recibir 
facilidades para importar y exportar hacia Estados Unidos?
Obama ofrece muchas facilidades,  que no dejan 
de levantar sospechas  y temores
acerca de cuáles son sus verdaderas intenciones;  pero ni de temores ni  con sospechas la gente solucionará sus
problemas.
Los que se opusiesen a una política
como esa podrían quedar como tontos.
Entonces, el centro de la estrategia
contra Cuba permanece; el bloqueo y   la
táctica no ha variado, continúa siendo la misma que a principios  del 2009, aunque más ampliada y reforzada
para  mantener  a la sociedad civil cubana en el centro de la
estrategia de subversión de Estados Unidos.
Así y todo, Cuba deberá negociar
seriamente y con sinceridad con Estados Unidos, aprovechando todas  las oportunidades que nunca ha tenido de
normalizar sus relaciones  con ese país.
Aun frente a todos los retos que encierra ese proceso, si Cuba lograra sus
propósitos, tendría mucho más posibilidades de salir adelante, que si Estados
Unidos se decidiera a mantener lo que ya es posible considerar como  la vieja política.
La lucha que ahora comienza será
larga y difícil, llena de retos internos y de  exigencias políticas, como nunca antes, que no
se podrán  solucionar fácilmente. Mucho
menos,  como ha ocurrido recientemente, dejando
de darle  prioridad en el noticiero nacional
a las recientes medidas de Obama, mencionándolas solo someramente  al final de la emisión. 
Cuando nos permitimos esto último, no
estamos más que haciendo el ridículo. ¿Hasta cuándo vamos a continuar  con  esas “bufonadas” de nuestro aparato
informativo? Pues todo el mundo sabe,  que ante medidas  de Estados Unidos, como esas, de manera
inmediata están entrando al país  miles
de llamadas desde Miami;  los  que tienen internet  explayan la noticia con rapidez  por medio del correo electrónico, se recibe la
información  por TELESUR y se capta  de las  emisoras internacionales, que entran en Cuba,  como “Pedro por su casa “. Con lo cual lo
único que se hace es erosionar la credibilidad del gobierno, algo que resulta  tan peligroso en medio de la situación que hemos
comenzado a vivir  desde el 17 de
diciembre del 2014. Es por tanto el manejo de 
la información, uno de los retos más importantes que enfrentamos.
No podemos seguir dándonos  el lujo de continuar arrastrando  un conjunto de deficiencias a las que en múltiples
ocasiones se  ha  referido  mucha gente  ya ampliamente. Bastante se ha  alertado sobre algunos problemas que debemos
solucionar.
Yo diría que el tiempo  se nos ha agotado. Ahora,  en todo caso, 
lo que antes era solo un frente de batalla  interno, se nos ha convertido en dos. La lucha
contra nuestras propias limitaciones y deficiencias, junto a  los desafíos 
de  tener a Estados Unidos dentro.
16 de enero del 2015.
 
