Esteban
Morales Domínguez
UNEAC
No pude asistir al Debate
sobre las Ciencias sociales, convocado en la Casa del ALBA, que tanto me
habría gustado, porque tenía programada una conferencia que no debía cambiar.
Me gustó mucho lo que me informó mi querido amigo Valdés Paz. Pero
no pude estar.
Tal vez este sea mi muy
modesto aporte al debate, que considero debe continuar
infinitamente. Y por cuya iniciativa felicito a mi también viejo amigo Bell Lara, de FLACSO.
Quiero hablarles
de algunos asuntos que me habría gustado plantear en la
discusión. Han sido estos un continuo “caballo de batalla” de mis
incursiones en ese campo durante los últimos 30 años, cuando me percaté
de que no valía la pena quedar siempre atrapados por el análisis
coyuntural, que realmente no permitía hacer ciencia. A continuación resumo algunos
de ellos.
1.- Hemos tenido una gran
tendencia de dogmatismo al absolutizar, como si solo el marxismo
fuera la única ciencia, negando los aportes de las ciencias burguesas. Lo
cual es como negar al propio Marx, que muchos admiramos
y al que tanto respeto le debemos. Él se apropió de aquello que le era consustancial a sus
propósitos científicos y en su obra Crítica de la Economía Política, extrajo y evaluó todo lo que le precedió. Su
obra cumbre “El Capital”, es la mejor muestra de ese proceder.
2.- Olvidamos que la
ciencia es ciencia, venga del contexto ideológico de donde venga;
lo demás es dogmatismo, o en el mejor de los casos, ideologización
de la ciencia. También es apología, en la cual no pocos hemos
caído; o en algunos casos, en aportarle bases de justificación
al quehacer de la política. Muchos políticos, aunque no lo
piensen así, frecuentemente son impulsores de ese dogmatismo. La ciencia no se
mide por su procedencia, sino por los objetivos con que se le utiliza.
3.- La ciencia, a su
vez, tiene que ser predictiva. Ciencia que no predice no es ciencia. Y
tratándose de nosotros, predecir es cuestión de vida o muerte. Esto es muy
difícil, siendo lo que llevo tratando de hacer en los últimos 30
años de mi vida; actitud con la que he llegado al menos, a la convicción
de que no vale la pena recrear el conocimiento científico si no sirve para
proyectarte en el futuro No es simple futurología, ni actitud de “Notre
Damus”, sino construir las herramientas que hacen falta para adelantarse a lo
que podría ocurrir, y tenerlo agarrado antes de que ocurra. Para ello no basta
con el análisis de la coyuntura, sino que es necesario, modelar la
realidad, sino también pronosticar su posible comportamiento.
5.- Otro asunto que me
habría gustado discutir, es lo referente a que nuestras ciencias sociales
no avanzan más por su falta de integralidad; que para mí es
lograr la capacidad de apropiarse de los instrumentos de análisis que
se desarrollan en otras ciencias. Ejemplo, muy importante,
las matemáticas. Las ciencias sociales nuestras solo ganarán en integralidad,
cuando sean capaces de apropiarse del instrumental que desarrollan otras
ciencias y ponerlo a su servicio. En lo cual, en particular nuestras ciencias
sociales están muy atrasadas, excepción tal vez de la economía. Es
hacer avanzar la dialéctica como método; que esta deje de ser un
Espíritu Santo que un “Día de Pentecostés” le bajo a Marx, Engels a Lenin y
a nadie más.
6.- Lo anterior nos
lleva al análisis del papel de lo cuantitativo y lo cualitativo en
el trabajo científico. Al papel en particular, de las
Ciencias Matemáticas; a la capacidad de definir variables, constantes y
potenciales ecuaciones de comportamiento. Por eso nuestros análisis de las
relaciones internacionales, complejas relaciones secundarias, son solo
coyunturales, aferrados a un contexto, desde el cual no se pueden salir
ni proyectar. Nuestros análisis en tal campo, se limitan a la acumulación
de noticias y a extraer de ellas, conclusiones. Lo cual plantea la
sustancial diferencia entre el simple analista y un
científico, pues este último siempre está en capacidad de “tirar del hilo de la
historia”; mientras que el otro por lo general, queda solo
atrapado por el momento de ocurrencia de los fenómenos.
7.- Ello tiene que ver con
un mal endémico cubano, que tal vez no solo, ha afectado a nuestras
ciencias. En general los futuros estudiantes seleccionan como campo de
estudio a las ciencias sociales, porque las consideran las más
fáciles, lo cual es un craso error. Lo hacen fundamentalmente, huyéndole a las ciencias
matemáticas, pero también a las ciencias de la información y a otras. Es
otro tremendo error. La ciencia es en última instancia, una sola.
Los demás no son más que planos de análisis de la realidad, el
pensamiento y la naturaleza, que además no son posibles de separar, más que
como un convenio metodológico. Esa separación de las ciencias en
compartimentos estancos, es una de las cosas que más nos ha afectado
a nuestras ciencias sociales y a la preparación educacional y
académica en Cuba. Es la razón por la que tenemos tantos graduados de ciencias
sociales mediocres y mal preparados, que no logran desempeñar un
papel en la investigación de los problemas y que apenas sirven para tratar de
enseñar en escuelas de nivel secundario.
8.- En resumen, hay que
modelar, porque en definitiva, lo más importante que puede hacer la ciencia,
en cualquier campo del conocimiento, es aportar algoritmos, leyes,
métodos de comprensión de la realidad. Es lo único que nos permitiría
ser predictivos, cuando nos movemos en el campo de las ciencias
sociales, en las que el factor subjetivo tiene tanta importancia. Ese factor
subjetivo es difícil de aprehender, pero desempeña un papel vital en estas
ciencias. Las ciencias sociales en realidad son las más difíciles, por el papel
del factor subjetivo en ellas, porque su laboratorio es la propia
sociedad y porque este último solo puede ser construido a escala y de manera
artificial, para lo cual hacen falta la selección de muestra, la
estadística matemática y otros métodos y eso las hace más complejas,
difíciles y además, nuevas.
9.- Lo último a lo que me
quiero referir es a la relación “incestuosa” de las ciencias sociales con la
política y de los científicos sociales con los políticos. Aspecto que
tanto nos ha abrumado y retrasado en estos años, ha provocado tantas
equivocaciones y ha traído aparejado tanto sufrimiento. Recordemos el caso del Departamento de
Filosofía y la desaparición del Departamento-escuela de Sociología. Ambos
de la Universidad de La Habana. O la historia del “cubanólogo con carnet”,
cuando fueron desmembrados los centros de estudios de América
y de Europa, lo que sin dudas provocó un retraso de más de diez años en el
desarrollo de nuestras ciencias sociales.[1]
10.- Hay
políticos creen que pueden
ordenar o pedir a los científicos su opinión
para justificar las políticas y desechar esas opiniones y criticarlos o en el
peor caso, sancionarlos, cuando no les gustan sus conclusiones porque no sirven
para esos fines, o los contradicen, manteniéndolo en una gaveta todo el
tiempo que deseen, olvidándose que la producción de la ciencia es también
y en primer lugar, para la sociedad. Ese control de las ciencias sociales, es heredado
de los ex países socialistas y nos ha hecho mucho daño. Porque en
realidad la ciencia solo produce de verdad para hacer avanzar la política,
la economía y la sociedad, cuando lo
hace dentro de un ambiente de confianza, libertad y democracia.
11.- Esa relación
incestuosa tiene que terminar. Eso de que la ciencia sirve solo si
soluciona algún problema práctico tiene que acabar. Las ciencias
Sociales tienen que trabajar también para sí mismas. Prestándole
atención solo a las investigaciones para la práctica social, no pueden
desarrollarse. ¿Y las investigaciones fundamentales dónde quedan? Esto ha
terminado entendiéndose bastante para el resto de las ciencias, pero en
las ciencias sociales, aún es un problema, sin resolver, que
compromete su desarrollo.
12.- Tal vez se piensa por
algunos, que manteniendo un férreo control sobre la producción científica de
las ciencias sociales es como más se avanza. Lo cual es un absurdo. Si el
científico social no tiene la libertad de producir y está siempre acosado
por el miedo de decir algo que no sea del agrado de algunos
políticos o que contradiga la política, sus resultados no
servirán para nada.
Observo cierta superación de
los problemas planteados, pero aun a niveles insuficientes. Un ejemplo de
lo cual es nuestra propia prensa, en la que la crítica está
bastante ausente y no aprovecha para nada, el amplio y
atractivo caudal de análisis crítico que posee
nuestra intelectualidad revolucionaria, de la que apenas publica artículos, desaprovechando
también un extraordinario potencial para su propio mejoramiento
y para ampliar el interés de nuestra población por ella.
Creo que solo para
discutir estas últimas cosas, valdría la pena volver a convocar la reunión y
cientos de reuniones más. Porque me parece que son vitales, si queremos
que nuestras ciencias sociales avancen.
Adjunto relación de algunos
trabajos míos relacionados con las ciencias sociales.
Habana, Junio 13 del
2015
----
[1] Lo de los 10
años, viene de haber comprobado en nuestra experiencia del CESEU, que solo
después de ese periodo de preparación, es que un investigador adquiere la
experiencia necesaria para comenzar a producir intelectualmente. ( Nota
del Autor )
Bibliografía
del Autor:
- Un modelo para el análisis del conflicto Cuba
-Estados Unidos en los umbrales del siglo XXI.
- Algunos
desafíos de las Ciencias Sociales cubanas. Página Moncada: http://moncadalectores.blogspot.com/2011/09/algunos-desafios-de-las-ciencias.html
- Ciencia y
Política: un dúo complejo .Revista de la Sociedad económica de Amigos del
País No.27
- Un modelo
para el análisis de la problemática racial cubana contemporánea. Revista
Catauro No. 6. Fundación Fernando Ortiz, 2002.
- Un Modelo
para el análisis del proceso electoral presidencial en los Estados Unidos.
Revista Cuaderno de Trabajo No.5.CESEU, Universidad de La Habana.
[1] Lo de los
10 años, viene de haber comprobado en nuestra experiencia del CESEU, que solo
después de ese periodo de preparación, es que un investigador adquiere la experiencia
necesaria para comenzar a producir intelectualmente. ( Nota del Autor )
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