Autor:
Esteban Morales Domínguez
1870.Nacimiento De V.I Lenin
Vivimos
momentos, que tal vez sean meses, quizás por el resto del año, en
que se nos están juntando asuntos de final de temporada, o tal vez
de comienzos de fin de mundo. En realidad, creo que nunca habían
coincidido tantas desgracias juntas.
Religiosos
dirían que se trata del Armagedón, el juicio final, o que el mundo
se está acabando. Yo en realidad, no soy tan pesimista y más bien
diría, que debemos prepararnos para librar las batallas que sean
necesarias. Porque eso de morir tranquilo, no hace juego con mi
naturaleza de batallador incansable.
Son
varios los asuntos que enfrentamos.
Entre
ellos:
Desde
los primeros meses de su gobierno ya Trump estaba librando una
inquietante guerra contra la ciencia y la verdad, haciendo
preocupante su asalto a las leyes ambientales y laborales, la
imprudente destrucción de los organismos consultivos, recortes
presupuestarios a la investigación científica, ataque a la
producción de vacunas, al sistema de salud y su ignorante negación
de la realidad del cambio climático.
No
es de extrañar, que su incoherente respuesta ante la pandemia del
coronavirus, no sea más que el resultado de una estúpida
desatención a la ciencia y la ausencia de materia gris en su ADN
intelectual.
-
La economía internacional está a punto de explotar, con una crisis que tenemos ideas de cómo será, pero no de cuándo podrá terminar. No se tratará de una simple crisis cíclica más, sino de una crisis económica global, que pondrá en evidencia todas las contradicciones que el movimiento cíclico capitalista ha logrado acumular, mezclándose, además, con todas las crisis parciales de carácter global.
-
La sociedad norteamericana está al borde de una explosión social, con todo el peligro que ello representa.
Esta
explosión será el resultado de la combinación de varios factores:
-las
inconformidades sociales acumuladas
-el
desprestigio de la democracia
-la
agudización de la desigualdad económica y social
-la
agudización del racismo y la discriminación de todo tipo
-el
impacto interno de la pérdida del prestigio internacional
-el
incremento de la conciencia de la crisis medioambiental
-la
desconfianza en la dirección política del país
-la
agudeza del nivel de polarización social
-el
temor a la guerra y a las armas
Ahora
la situación es aún más compleja para la sociedad estadounidense,
durante el periodo 1945-1970 hasta finales delos 80, los Estados
Unidos tuvo una gran influencia en el mundo, este recibía los
impactos de todo la que ocurría en la sociedad norteamericana con
una fuerza descomunal. Sin embargo, la expansión de su influencia
internacional, genero los múltiples vínculos que provocan hoy, que
la sociedad estadounidense reciba también, con mucha fuerza, la
influencia de lo que ocurre en el exterior.
El
mundo siempre estuvo ligado a los Estados Unidos, pero ahora este
último, es inseparable del mundo. Así quedo solucionada la vieja
polémica entre Aislacionismo e Internacionalismo. Lo que se ha
reforzado sobremanera con la entrada en la sociedad de la
información.
-
Los llamados problemas globales no encuentran solución: el hambre, los conflictos regionales, las crisis migratorias, la crisis medioambiental, el desempleo masivo, el analfabetismo mundial, el terrorismo, la guerra por el agua, la guerra por territorios, la crisis energética y petrolera, la carrera armamentista, la crisis comercial, la crisis de la democracia liberal, la batalla por el control del espacio exterior, la crisis de la salud mundial, la crisis financiera, el enfrentamiento social, la crisis del unipolarismo, la sofisticación en el uso ideológico de la mentira por los mecanismos de control del pensamiento por parte de los poderes imperiales.
La
combinación explosiva que se desprende de todo lo enumerado, junto a
una crisis institucional global, que amenaza la paz mundial.
-
La crisis del Coronavirus, que aún no sabemos hasta cuando durara, ni cuáles serán sus consecuencias ultimas. Pues aun y cuando, las curvas de contagio y de letalidad se aplanaran, mañana mismo, el problema acumulado ya, a partir del volumen de contagiados, es colosal, y desgraciadamente ni siquiera se ven todavía perspectivas de salida de la pandemia.
Los
pueblos del mundo, sin embargo, ganan crecientemente conciencia de
las dificultades para la supervivencia y ello se pone de manifiesto
en enfrentamientos contra las políticas de muchos gobiernos, que
pretenden sostener sus regímenes neoliberales; desatando verdaderas
olas de represión, asesinatos, la utilización desmedida de la
fuerza, violación a diario de los principios democráticos y los
derechos humanos, cuando los pueblos pretenden esgrimirlos para
defender sus intereses. Y también en comportamientos políticos
frente a la pandemia, que agravan la situación de las poblaciones
frente a la misma. Destacándose en América latina, países como
Bolivia, Ecuador, Brasil, Chile, y otros, que ignoran los peligros de
la situación que confrontan.
Situación
en la que cargan con la peor parte las mujeres y los jóvenes, así
como los ancianos, que se ven obligados a enfrentar los mayores
peligros de contagiarse, e incluso morir.
La
democracia liberal inaugurada por el capitalismo, ya no conviene a
los intereses imperiales, produciéndose una tendencia creciente al
fascismo, como forma de defensa de los intereses del capitalismo. Ya
esto último ocurrió a mediados del siglo XX y el precio que pago la
humanidad fue demasiado alto.
Sin
dudas, la pandemia lo ha puesto aún más claro de manifiesto, se
está produciendo de manera creciente, un desmoronamiento del modelo
capitalista, inaugurado con posterioridad a la Segunda Guerra
Mundial; que ya no resiste el ataque de las fuerzas políticas que se
le oponen. Fuerzas que no son solo proletarias, sino también
principalmente, de las clases medias, que han comenzado a sufrir de
manera creciente los embates del neoliberalismo; último recurso del
imperialismo, para sostener su poder.
Se
produce paulatinamente, una nueva realidad, en que se manifiesta cómo
nunca antes, que el imperialismo no es solo enemigo del proletariado,
sino de todas las clases trabajadoras y de la sociedad en general. La
oligarquía financiera ha concentrado su poder de tal modo y nivel,
que sus intereses se han hecho agresivamente opuestos a los de toda
la sociedad. Pueden encontrarse, dentro de los propios capitalistas,
muchos miembros de la propia clase burguesa, que experimentan el
peligro de a dónde puede llevarlos la política imperial.
Es
que la explotación capitalista, como explotación imperial, se ha
agudizado a tal extremo, que aun las propias clases medias y las
clases trabajadoras en general, no pueden menospreciar la realidad de
que sus aliados pueden estar aun dentro de aquellos que se han
beneficiado de la política del imperialismo. Habiéndose producido
un cambio cualitativo en la estructura de clases, que permite
potenciales alianzas, que antes resultaban inconcebibles.
Es
que la Revolución Cientifico-Tecnica, en su nivel de desarrollo
actual, engendra riquezas que no provienen, como tal, de la sola
explotación del trabajo, sino de un desarrollo de la ciencia y la
técnica, que no están directamente ligados a la producción de la
plusvalía relativa y extraordinaria. Tal y como esta se generaba
bajo las condiciones del capitalismo de libre competencia.
Digamos,
el monopolio de un Bill Gates y sus ganancias, no provienen de una
simple ventaja tecnológica circunstancial, momentánea, sino del
descubrimiento científico y su aplicación.
Produciendo
plusvalía, pero generándose al mismo tiempo, formas de conciencia
que difieren de la que siempre genero la producción de plusvalía.
Engendra unas clases medias, a las que no les interesa la simple
explotación, porque no se nutren de ella como clases. Sino de una
actividad laboral, que ya de por si la sitúa en un plano social
superior. Sin que experimenten a veces la conciencia de ser
explotados, ni de que su nivel de vida dependa de la explotación de
su trabajo. Pues experimentan un nivel de realización laboral, que
es muy superior al que lograba el proletario en el siglo XIX.
Además
ahora, a ciertas masas de trabajadores, su nivel de calificación le
permite al mismo tiempo, laborar también, al margen de su empleo en
la fábrica, como un trabajador independiente. Ya no es un simple
trabajador atado a la máquina, sin otra posibilidad de realización,
sino que posee una preparación técnica que le permite un nivel de
independencia laboral, que le puede aportar beneficios monetarios,
más allá de su salario.
Esas
clases medias, engendradas por el alto nivel científico-técnico
alcanzado por la producción, se genera en ellas una conciencia, que
le posibilita ser aliada de la clase trabajadora en general, sobre
todo, cuando ello le permite percatarse de la peligrosidad de una
política imperial, que le puede llevar a poner en peligro su
supervivencia.
Es
que la conciencia de clase no sale de la nada, sino que brota del
lugar que ocupa el individuo en el sistema de producción y si ese
sistema es transformado por la revolución científico-técnica, la
conciencia de clase también se transforma.
Pero
existen además, las llamadas clases subalternas; clases no
obreras, no trabajadores como tal, que por su nivel de realización
capitalista, medianos capitalistas, burócratas subalternos,
empleados al servicio del capital, gobiernos regionales, incluso
militares, miembros de los cuerpos represivos y otros, que se
benefician del capitalismo, pero que no siempre están dispuestos a
seguir las políticas imperiales, sobre todo, cuando estas engendran
un grado de peligrosidad, que solo se justifica para aquellos que
ocupan las cúspides del poder imperial. Políticas que resultan, no
pocas veces inaceptables, para los de más bajo rango, que están
dispuestos a seguir tales políticas, siempre que no pongan en
peligro sus intereses y más modestas aspiraciones.
Todo
lo cual, resulta muy importante al analizar el fenómeno de las
potenciales alianzas políticas, en la lucha contra el imperialismo.
Es
que, al mismo tiempo, no son solo los cambios provocados por la
revolución científico-técnica, los que engendran las
modificaciones en la conciencia de clase. Sino que también tiene en
ello una gran influencia, la propia política del imperialismo, la
que en su afán de defender los intereses imperiales, generan
acciones que no escatiman en instrumentos, ni métodos, para llevar a
vías de hechos sus intenciones. Tratándose de políticas que con
mucha frecuencia apelan a métodos militares, engendrando guerras
regionales y confrontaciones armadas en general, que mantienen al
mundo siempre al borde de una conflagración mundial.
Entonces,
lo que más puede asustar de la política imperial, incluso a
aquellos, que bajo determinadas circunstancias les sirven como
aliados, es que tal política pueda llevar a la guerra. Hasta ese
nivel no están dispuestos muchos a llegar, deviniendo ello en causa
de potenciales alianzas, aun con aquellos que no comparten la
existencia del capitalismo como sistema.
Entonces,
la propia agresividad del imperialismo, sobre todo, mientras más
esta se exacerba, es causa del desmoronamiento del sistema como
fenómeno político. Porque ello permite a las fuerzas progresistas
hallar, dentro de las propias fuerzas imperialistas, aliados para la
propia contención imperial.
Entonces
al imperialismo hay que combatirlo sobre la base de una estrategia de
lucha, que encuentre dentro de sus propios límites de clase, parte
de las fuerzas políticas con que hay que derrotarlo. Sobre la base
de entender a profundidad, que es dentro del propio imperialismo, que
están las fuerzas llamadas a destruirlo.
Ya
Carlos Marx había demostrado científicamente, que el capitalismo
lleva dentro de sí, los gérmenes de su destrucción. Mientras que
V.I. Lenin demostró, que el imperialismo, no es más que el propio
capitalismo, en la fase superior y ultima de su desarrollo.
Apenas
ha comenzado el siglo XXI y no es difícil observar, que el
imperialismo ha desarrollado a tal nivel de agudeza un conjunto de
contradicciones, que o lo destruimos, o el destruirá al mundo,
llevándonos a la guerra nuclear, de la que nadie podría salvarse.
24
de abril del 2020.
Muy bueno su análisis, pero el Capitalismo a pesar de sus terrbles males no consigue generar esa conciencia necesaria en los plueblos porque el sistema deforma al ser humano convirtiéndolo en un ser individualista, consumista, sin conciencia, además de contar con un sistema represivo como en Colombia y medios de comunicación que tergiversan la realidad, sin contar el bajo nivel de educación de los mas pobres, sino como se explica que prefieran a Trump, que a Bernie Sanders, o que voten por Bolsonaro o la derecha en Uruguay, luego de tantos años con el FA. Es algo tan absurdo como complejo. De ahí que partidos y gobiernos de izquierda tienen que demostrar su pureza y su superioridad en todo lo bueno, para que los pueblos los apoyen sin ninguna duda.
ResponderEliminarExcelente artículo...
ResponderEliminarEl capitalismo ha experimentado -y seguirá experimentando - estadios cíclicos de crisis, que se expresarán,cada vez, más amenazantes para su propio desempeño..., y para toda la humanidad.... Siempre será el mayor peligro que enfrenta ésta... ...Pero percibo que aún le quedan muchísimos años de existencia...Su desaparición será lenta, diríamos inquietantemente gradual en el tiempo....No se avisoran, por ahora, signos que indiquen lo contrario...Sólo, si las fuerzas de izquierda lograran la concientización y organización,necesarias, para
ResponderEliminaremprender esta colosal y necesaria misión histórica, se pudiera cambiar esta realidad "insostenible"...Pero estas predichas fuerzas,en cada lugar,adolecen de la unidad y el emprendimiento, requeridos,para poder consolidarse en la lucha, y vencer a nivel local, regional y mundial....
Los partidos de tendencia izquierdista,están carentes de liderazgo real...Existe lucha por el poder entre ellos...Lo que lo hace muy vulnerables...
Por otra parte, los indicadores de eficiencia y productividad que han mostrado,históricamente, las economías no capitalistas -con excepción de China, por sus excepcionales características geográficas, demográficas, culturales y políticas- se convierten en referentes indeseados...., a sabiendas de que es el capitalismo, en su fase imperial, quien obstaculiza el desempeño de las economías cuyos gobiernos no son de su agrado ..
La lucha por una nueva configuración geopolítica global actual, nos pone en una situación bastante delicada, más si se tiene en cuenta el desenfrenado deterioro ético-moral que prevalece en los ámbitos de la política y la economía y que pueden ser -ya- de consecuencias irreversibles...., si fuerzas supremas, en breve tiempo,no lo impiden....
Gracias...!!!