Dr. C. Esteban Morales Dominguez.
UNEAC
Cualquier
reto de nuestra sociedad
que no atendamos en nuestro pensamiento,
se
vuelve contra nosotros.
Las
ciencias sociales y humanísticas cubanas, arrastran ciertos desafíos
que no son exclusivamente nuestros, y otros, que sí parecen tener
sello de ciudadanía.
Algunos
de esos retos tienen que ver con asuntos tales como: las relaciones
entre política y ciencias sociales; las ciencias sociales y la
cultura política, la coyuntura y el largo plazo en el análisis de
las ciencias sociales. A esos asuntos nos referiremos en otros
trabajos, en éste abordaremos lo relativo al vínculo entre las
ciencias sociales y las ciencias naturales, especialmente con las
matemáticas. Así como también dedicaremos algún espacio al
enfoque científico de la educación superior.
Cuántos
de los que ejercen su actividad en el campo de las ciencias sociales
y humanísticas, lo han seleccionado huyéndole a las llamadas
ciencias naturales y exactas, en particular a las Matemáticas. Si se
trata de un profesor, trasmitirá esta herencia a sus alumnos, con la
consiguiente reproducción en los mismos de la separación entre las
ciencias y de otros prejuicios que nos aquejan. No poco de lo que hoy
sufrimos, viene de esos orígenes, así como también de considerar a
las ciencias naturales y exactas, erróneamente, como las ciencias
“duras”, por lo que el resto serían entonces las “blandas “.
Resulta
del todo imposible hacer esa clasificación, nada científica y
bastante peyorativa, por cierto. Pero no creo necesario emplear
tiempo introduciéndonos a fondo en una polémica sobre la validez o
no de esta clasificación, aunque creemos que no es válida.
Sin
embargo, de lo que sí estamos seguros, es de qué ciencias como la
Historia, la Economía Política, la Sicología o la Sociología,
para sólo mencionar algunas de las más representativas y básicas,
son más dificiles que algunas de las ciencias naturales y exactas.
Habiendo sustanciosas razones para decir esto.
Entre
otras importantes razones, porque se trata de ciencias más jóvenes,
cuyo cuerpo de conocimientos se estructuró hace apenas 300 años;
por no disponer éstas de un laboratorio construible de manera
artificial, que les permita comprobar a escalas menores sus
experimentos; por tener un gran vínculo con los problemas relativos
a la conciencia y la subjetividad, así como un vínculo muy
estrecho con la política, y por exigir de una acumulación de
conocimientos, investigaciones y comprobaciones múltiples, antes de
producir un resultado que sea aceptable científicamente y pueda
tener utilidad social.
Por
el contrario, las ciencias naturales y exactas trabajan directamente
con la realidad objetiva. Aunque ésta pueda no ser apreciable a
simple vista. Es posible con relativa facilidad dentro de un
laboratorio, reproducir a escala sus actividades y recopilar una
información que les permita adelantar los posibles resultados de sus
experimentos, antes de que éstos sean llevados a escalas mayores. Es
por eso que estas ciencias reciben el calificativo de exactas. Su
capacidad de pronosticar los resultados a obtener en sus
investigaciones es muy alta, algo muy diferente a lo que ocurre con
las ciencias sociales y humanísticas.
No
quiere decir lo anterior, que las ciencias sociales y humanisticas,
no puedan tambien construir sus laboratorios (planes pilotos) pero se
trataria de una muestra o segmento de la realidad misma y ello
resulta mucho más complejo. Que no es posible continuar
profundizando en el limitado espacio con que ahora contamos.
La
responsabilidad exigida por ambos campos de la ciencia es igual de
grande, pero la connotacion de sus posibles errores, es muy
diferente. No hay dudas de que, si a un ingeniero se le cae un puente
o a un físico nuclear le falla un experimento, se podrían producir
pérdidas, incluso humanas, irreparables. Sin embargo, si un
cientifico social comete errores al asesorar una política, sus
consecuencias negativas no serían tal vez inmediatas, ni tan
evidentes, aunque si es probable que puedan sentirse sus
consecuencias por un periodo de tiempo bastante más prolongado.
La
ciencia en su desarrollo impone retos nuevos de manera continua.
Tanto al campo de las ciencias como totalidad, como a la sociedad.
Por
ejemplo, ahora, el desarrollo de la llamada Nanotecnología, nos
permite conocer que no es lo mismo observar en el macro que al
micromundo. Ahora sabemos que un componente cualquiera de la “Tabla
de Mendeleiev”, puede variar sus propiedades, según se le estudie
en la medida macro o en la nano. Lo cual es un descubrimiento que
tiende ya a revolucionar la ciencia, pero que también resulta un
reto importante a enfrentar, no solo científica, sino también
socialmente. Sobre todo, si tomamos en consideracion lo que eso
representa, entre otros potenciales impactos, para los productores de
materias primas de origen natural.
Una
de las manifestaciones de las diferencias en los distintos campos de
la ciencia, es que, por ejemplo, un físico con un descubrimiento
importante, puede obtener el grado de doctor a los 25 años; sin
embargo, a un científico social ello le resulta prácticamente
imposible.
Tal
diferencia no puede ser equilibrada solo a partir de la capacidad
individual, sino que tendrá que ser resuelta tomando como base el
desarrollo de las propias ciencias sociales, sus instrumentos de
análisis y la velocidad a la que viaja la información; aspecto en
el cual, con el desarrollo de la informática, se ha avanzado
considerablemente. Todas las ciencias han logrado avanzar mucho en el
campo de la obtención y procesamiento de la información, pero para
las ciencias sociales y humanisticas, dado el carácter de su objeto
de estudio, las ciencias informáticas, han significado una
verdadera revolución en sus posibilidades. Sin que podamos decir
aun, que hayamos alcanzado el potencial de aprovechamiento que estas
ciencias posibilitan.
Por
otra parte, nuestras ciencias sociales enfrentan tambien el reto de
prestar mucha más atención a sus cuerpos científicos básicos,
como la historia y la economía política, entre otras, tomando
ejemplo de las ciencias naturales y exactas, que tienen una
interconexión mucho mayor con sus ciencias básicas; las
matemáticas, la física, la química y la biología. No existe entre
estas últimas y el resto de las ciencias naturales y exactas, la
desconexión con que frecuentemente nos tropezamos dentro de las
ciencias sociales y humanisticas, con sus ciencias basicas, a pesar
de que en éstas el tratamiento holístico, multidisciplinario e
interdisciplinario y transdisciplinario resulta más necesario y
hasta se podría decir que es ineludible.
Es
más, facil encontrar entre nosotros a un “científico social”
que desconozca la Economía Política, e incluso sienta temor de
acercarse al contenido de esta ciencia, que a un “científico
natural” que soslaye a las matemáticas u otras de su campo básico.
Al parecer, esto tiene que ver con que un científico natural no
puede sobrevivir, por ejemplo, sin las Matemáticas; mientras que un
científico social cree que puede arreglárselas sin la Economía
Política. Siendo la Historia la menos posible de soslayaren el campo
de las ciencias sociales y humanísticas.
Quiere
decir, que hay una mayor conciencia de la conexión que existe entre
ciencias básicas y el resto de las ciencias en el campo de las
ciencias naturales y exactas, que la que existe en el de las ciencias
sociales y humanísticas. Lo cual representa un reto de consideración
estratégica, porque descuidar a las ciencias básicas, es como
descuidar la piedra angular del edificio de las ciencias y más que
ello, su necesaria retroalimentación con los procesos dialécticos
de integración y desintegración del conocimiento científico, la
producción y aplicación de la ciencia.
Dice
el filosofo ruso A. Meliujin, que la ciencia avanza vertical y
horizontalmente, en un proceso dialéctico indetenible. No es posible
entonces, avanzar en el conocimiento científico, si no es
retroalimentando continuamente los campos básicos de la ciencia, las
que a su vez reaccionarán produciendo nuevos conocimientos
fundamentales. Además, porque estos campos básicos o llamadas
ciencias basicas, constituyen la piedra angular de la formacion
científica de aquellos que despues, al arrivar a las universidades y
los centros de investigación, se dedicaran al trabajo científico.
Siendo aquí entonces donde broten las deficiencias en la formación
básica, evitando avanzar en el campo concreto de investigacion
seleccionado.
Salta
a la vista, por lo tanto, la importancia de la correlacion entre
investigaciones fundamentales y aplicadas. Cosa ésta que comprenden
muy bien los científicos de las ciencias naturales y exactas, pero
aun insuficientemente los de las ciencias sociales y humanísticas.
Esta
comprensión se complica aún más, debido a que hasta hace poco
tiempo, se cometían con frecuencia, en nuestra politica
cientifica, dos errores básicos: realizar en el campo de las
Ciencias Sociales y Humanisticas, solo investigaciones aplicadas, o
en ocasiones, poner a estas ultimas solo como simples complementos
de las investigaciones a realizar en otros campos de la ciencia;
ignorando que en las ciencias sociales y humanísticas, también se
hace indispensable una adecuada correlación entre las
investigaciones fundamentales y las aplicadas.Y que las ciencias
sociales y humanisticas, pueden complementar los resultados obtenidos
por otras ciencias, solo si ellas mismas participan, desde el
principio, en la concepción y planeamiento de las investigaciones.
Por lo contrario, tienen las ciencias sociales y humanísticas tanta
personalidad como las otras ciencias, para concebir y desarrollar sus
propias investigaciones, basicas o aplicadas.
Un
aspecto específico dentro del cual se pone de manifiesto con
especial agudeza los fenómenos arriba mencionados, es en el de las
insuficientes relaciones existentes aun entre las ciencias
matemáticas y las ciencias sociales y humanísticas; lo que es una
de las razones por las cuales , por ejemplo, la modelación política
, la linguística matemática y otras disciplinas, en las que las
ciencias sociales y humanisticas utilizan, hace ya mucho tiempo a
las ciencias matemáticas, presentan tan poco desarrollo en nuestro
pais.
Ello
tiene no poca relación, con los prejuicios que se desarrollaron en
los ex paises socialistas, la URSS en particular, donde las
aplicaciones matemáticas a las ciencias sociales, durante mucho
tiempo, no gozaron de “simpatía”; particularmente, la Modelación
Económico-Matemática, que se consideraba un mero intento por
introducir el análisis marginal burgués neoclásico en el campo de
la economía. Similar prejuicio existía con la Sociología, que fue
considerada durante mucho tiempo, como una simple respuesta al
Materialismo Histórico. Estas situaciones, por suerte, ya han sido
superadas en nuestro país, pues trajeron como resultado, entre
otros, un modo de abordar los problemas sociales en Cuba, a partir de
modelos de análisis del llamado Comunismo Científico, con muy poca
o ninguna relación con nuestras realidades concretas. (.1)
No
puede olvidarse que el socialismo es concreto, por su propia
naturaleza, por lo que no admite el traslado de modelos analíticos,
que nada tienen que ver con la sociedad específica que se desea
construir en nuestro país. Por otra parte, durante mucho tiempo en
Cuba, no fuimos partidarios de investigar fenómenos de nuestra
realidad que, según criterios prevalecientes, no tenían cabida en
nuestra sociedad, tales como: prostitución, racismo, etc. La crisis
económica de finales de los ochenta y principios de los años
noventa, contribuyó mucho a esclarecer estos criterios.
De
modo que las Ciencias Matemática, en particular, tienen hoy en Cuba
una amplia utilización, pero sólo en ciencias como la Economía,
la Sociología, la Psicología la Demografía y la Geografía, entre
otras. Mientras que, en la Historia, las Ciencias Jurídicas, la
Filosofía y las Relaciones Políticas Internacionales, apenas se
aplican.
Entonces,
se hace necesario, por lo tanto, valorar el desarrollo de las
ciencias sociales y humanísticas hoy en Cuba, no sólo por sus
resultados, sino también por el desarrollo de sus capacidades para
apropiarse instrumentalmente de los adelantos científico-técnicos
que se hayan obtenido en otros campos de la ciencia, poniéndolos al
servicio de la investigación de la sociedad cubana. En particular
también, por su capacidad para utilizar a las Ciencias Matemáticas
como instrumentos de prolongación de las capacidades analíticas de
las ciencias sociales y humanísticas. En este campo es mucho lo que
debemos aprender aún en las llamadas ciencias sociales burguesas,
amén del carácter a veces un poco árido y superficial que adoptan
en las mismas sus aplicaciones matemáticas.
Ese
criterio que tienen los físicos --aunque no son los únicos-- de que
todos los análisis deben terminar en un número, en una cantidad,
puede ser muy válido para esa ciencia, e incluso, para el resto de
las ciencias naturales y exactas, pero no necesariamente para las
ciencias sociales y humanisticas, en las que las matemáticas,
presentan todavía un muy limitado campo de aplicación, al menos en
nuestro país.
Decía
ese genio mundial, que respondía al nombre de Albert Einstein, que,
“... no todo lo que cuenta puede ser cuantificado, ni todo lo
cuantificable cuenta...”; aunque es cierto que la cantidad es lo
que cuestiona y transforma la calidad, trocándola a veces en su
contrario y por eso la cuantificación es tan importante. Pero, sin
embargo, ello no quiere decir, que esa sola (cuantificar) sea la
función de las Matemáticas, ya que ellas tienen que ver sólo con
la cantidad y pueden jugar un papel fundamental como instrumento de
análisis de las ciencias sociales y humanisticas. Las ciencias
matemáticas ofrecen una capacidad analógica, que no puede ser
despreciada por las ciencias sociales y humanisticas.
No
basta con utilizar a las Matemáticas como simples “pinceles”
de pura ilustración cuantitativa, sino que, sobre la base del
conocimiento a fondo del objeto de investigación y con una
formación matemática adecuada ser así, le es posible al
investigador detectar aquellos algoritmos, conexiones, isomorfísmos
e interrelaciones, biunívocas o no, dentro del objeto de estudio,
que le permiten determinar en qué momentos o planos del análisis
esta ciencia puede desempeñar un papel importante como instrumento
de prolongación de las capacidades analíticas de las ciencias
sociales y humanísticas.
La
abstracción es y será aún, el método por excelencia de las
ciencias sociales y humanísticas, pero auxiliándose de las Ciencias
Matemáticas, es posible descubrir conexiones dentro de los fenómenos
estudiados, que nos pueden aportar mucho para lograr resultados, que
solo un análisis cualitativo puro no aportaría. Se trata de la
relación entre lo cuantitativo y lo cualitativo, que se expresa aquí
con particular fuerza.
El
comportamiento de la relación entre cantidad y calidad, en las
ciencias sociales y humanísticas, está determinado por el campo
específico de su aplicación. El potencial cuantitativo no
absolutizado del análisis deviene en un instrumento que sirve para
descubrir nuevas cualidades. Se trata de la ley de la transformación
de la cantidad en calidad y viceversa, o llamada ley de los cambios
cualitativos y cuantitativos.
Las
propias leyes matemáticas toman sus expresiones particulares en el
campo de las ciencias sociales y humanísticas. Ningún instrumento
lo es por sí mismo, sino por el campo de su aplicación; es el campo
concreto de aplicación, lo que hace del instrumento lo que es, y así
se comportan las Matemáticas dentro de las ciencias sociales y
humanisticas.
No
hace mucho discutiamos con los físicos en nuestra Universidad sobre
estos problemas y se ponía de manifiesto la limitación, de que para
ellos el análisis matemático significa que todo debe terminar en
una cantidad, en un número.
Algunos
matematicos y físicos, con los que hemos hablado, comprenden esto
bien, pero otros tienden a pensar que las leyes matemáticas y sus
principios, por ser “simplemente” universales, no pueden sufrir
ninguna modificación en sus formas de expresión. Es cierto que se
trata de principios universales, pero esa universalidad es sumamente
compleja, teniendo variados campos específicos de manifestación.
Pero, además, porque dialécticamente la cantidad se niega
reafirmándose y se reafirma negándose, pues el universo es uno,
pero extraordinariamente diverso al mismo tiempo.
En
cuanto a la morfología, las ciencias matemáticas, cuando son
aplicadas a otros campos del conocimiento, tan diferente al de las
ciencias naturales y exactas, como lo son los del campo de las
ciencias sociales y humanísticas, estas producen fenómenos, formas
de manifestacion de sus leyes y de sus principios generales, que, en
el campo de las ciencias naturales y exactas, a veces, no tendrían
sentido. Pues se trata de formas de expresión, cuyo significado solo
podría hallárselo un científico del campo concreto de
investigación en que están siendo aplicadas.
No
es algo posible de discutir a fondo, en el breve espacio de este
artículo, pero defendemos la tesis, de que las ciencias sociales y
humanisticas en Cuba, tienen mucho que decir aún en el campo de la
aplicación de las Ciencias Matemáticas a sus objetos de
investigacion; que van, desde el hecho que las relaciones económicas
no están situadas exclusivamente en el primer cuadrante del eje de
coordenadas, hasta el que una variable --dependiente e independiente
al mismo tiempo-- puede reaccionar sobre sí misma, lo que visto de
manera puramente matemática podria parecer un absurdo, pero que,
por ejemplo, en el campo de la Modelacion Politica, tendria total
sentido.
Pueden
surgir aportes a las propias Ciencias Matemáticas, cuando éstas
son aplicadas a los fenómenos sociales.Lo cual no hace sino poner de
manifiesto, que en definitiva, la ciencia es una sola --y diversa al
mismo tiempo--, por cuanto todo el resultado de la ciencia va a
dar al mismo lugar; el hombre, su entorno natural y social y el
campo de su subjetividad, reafirmando que si el universo es uno
solo, la ciencia también lo es; pues las ciencias particulares y
sus multiples interpenetraciones, no son mas que planos del
conocimiento de la realidad y de la subjetividad que siempre le
acompañan.
Son
muchos los retos que aún enfrentamos, pero con lo dicho hasta aquí,
creo que se hace necesario reaccionar sobre los currículos de
nuestros procesos de formación académica, para comenzar a
resolverlos.
Por
último, existe un asunto al cual deberemos prestar atención
detenida. Se trata de la formación universitaria, la que no puede
ser enfocada, prioritariamente, sobre la base de una formación para
el empleo, sino el de una formación educacional para la ciencia. Es
la ciencia la que debe ser el centro de la formación educacional y
no el empleo. Siendo lo único que nos salvaría de estar siempre en
condiciones de responder a una dinámica, donde la técnica,
cambiando continuamente, nos exige estar siempre preparados para
asimilar continuamente la dinámica del desarrollo tecnológico.
Julio
17 del 2017.
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