Esteban Morales
UNEAC
Raúl Castro se entrevistará con el
presidente Barack Obama. No conocemos la agenda de la conversación, pero es
posible imaginarla. Incluso, habíamos pronosticado, en
TELESUR, que tal encuentro era posible se produjera.
Además, ¿Qué sentido tendría este encuentro,
entre ambos Presidentes, si Obama no va a tranquilizar al
Presidente de Cuba, respecto a las demandas que este acaba de
hacer en la ONU?
Raúl Castro, acaba de ser muy claro en
su discurso durante la sesión de la asamblea general de
la ONU por su setenta aniversario. No
habrá normalización de relaciones entre Cuba y Estados Unidos, hasta que
no se cumplan los requisitos siguientes:
·
Poner fin al bloqueo económico, comercial y
financiero a Cuba.
·
Devolución del territorio ilegalmente ocupado a
Cuba por la Base Naval de Guantánamo.
·
Cese de las trasmisiones radiales y televisivas.
·
Cese de los programas de subversión y
desestabilización contra la Isla.
·
Se compense a nuestro pueblo por los daños humanos y
económicos ue aún sufre.
Mientras persista esa situación, declaró
Raúl, continuaremos presentando el proyecto de resolución titulado
“Necesidad de poner fin al bloqueo económico, comercial y financiero
impuesto por Estados Unidos de América contra Cuba”. Más claro, ni el agua
cristalina.
El presidente Raúl, ratifica así, lo ya
declarado en la VII reunión de la Cumbre de las Américas, de la cual se
obtuvo, finalmente, que Estados Unidos sacara a Cuba de la
lista de países que promueven el terrorismo. Acción que fue seguida por el establecimiento de las embajadas en La
Habana y Washington, que dio lugar al comienzo de las relaciones diplomáticas
oficiales entre ambos países.
Según se infiere de las demandas ahora
anunciadas en la ONU, el Presidente cubano no concibe el inicio de un
proceso de normalización de las relaciones entre Cuba y Estados Unidos, si
tales requisitos no son cumplidos. Además, ello se puede decir sin preocupación
alguna, porque Cuba ha esperado más de 50 años y debe luchar porque
el cambio en las relaciones con Estados Unidos, sea realmente radical.
Claro, que no es posible hacerse
ilusiones de que todas esas demandas serán cumplidas simultáneamente
y en un plazo inmediato, dentro de un solo día (si Obama lo quiere hacer,
es mejor), pero, si con un ritmo de cumplimiento, dentro del cual Cuba
pueda observar en el corto plazo, que las cosas avanzan por
un buen y expedito camino.
Tal posición planteada por el Presidente
Raúl, garantiza a Cuba que los asuntos de las
relaciones avancen, como también parece que el Presidente Obama quisiera.
Pero, hasta ahora hay que tomar
previsiones, porque:
·
durante su mandato, Obama adoptó medidas financieras
de bloqueo, que no tienen precedentes dentro de esa política criminal.
·
Obama no ha utilizado a fondo sus prerrogativas
ejecutivas para aliviar el bloqueo a Cuba, mientras se cumple su deseo de
que el Congreso lo levante.
·
Obama no ha hecho el más mínimo cambio
en las reglas del comercio establecido con Cuba.
Sin dudas, Cuba quiere además preservarse de
que la política de subversión continúe. Por eso la Isla reclama, de
manera directa el cese de aquellas medidas que apoyan el trabajo subversivo
contra la isla, incluyendo los programas que con ese propósito fueron
financiados para este año 2015, con 30 millones de dólares, así como el
condicionamiento de los cambios al
otorgamiento de concesiones sobre derechos humanos en Cuba.
Cuba, se tiene que preservar de
las contradicciones e incongruencias que aún se observan en la política
de Obama, que son:
·
Financiar a la subversión con 30 millones de dólares
·
Insistir en el asunto de los derechos humanos en
Cuba.
·
Adoptar medidas financieras contra la Banca que ha
colaborado con Cuba.
·
Adoptar medidas ejecutivas, que como ya criticamos
en anterior artículo, no representan sino una posición de unilateralidad.
No benefician realmente el proyecto económico cubano, ya que pretenden apoyar,
o como dice el propio Obama, “empoderar”,
a aquellos sectores, de la sociedad cubana que pueden acompañar a
Estados Unidos en los cambios políticos que pretenden introducir en
Cuba; así como arrebatar de manos del liderazgo político
cubano, la conducción de los cambios que Cuba está obligada a hacer,
particularmente en su economía, para avanzar con su proyecto socialista.
Realmente hay que anularle a Obama las
herramientas de que aun dispone para mantener su estrategia, mientras , hace
solo cambios tácticos en la política hacia Cuba o como declaró claramente solo
“cambiar las formas de hacer política”.
Por eso reiteramos que la guerra que ahora
libramos con Estados Unidos es esencialmente cultural. Porque esta
tiene como objetivo preparar las condiciones para que Cuba acepte derroteros
que van en contra de su proyecto como sociedad, mayoritariamente apoyado.
La Habana, Septiembre 29 del 2015
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