Esteban Morales
UNEAC
El Sumo Pontífice Francisco, durante su visita a Cuba, no se reunió
con las diferentes denominaciones
religiosas no católicas. En particular con los cultos sincréticos, provenientes
de las religiones africanas, aunque tampoco con el resto.
Sin dudas, evitaba así algo sobre
lo cual al parecer, aún no ha decidido una política, que es el i acercamiento a las religiones africanas en Cuba. Por tanto
optó por no reunirse con ninguna, en lo cual resultó ser más elegante que los dos anteriores papas que nos visitaron.
Cuba
no es un país católico. Estos
últimos son minoría en la Isla y son pocos, comparados, sobre todo, con
los creyentes de las denominaciones africanas. El pueblo cubano ni siquiera
es religioso, aunque sí es creyente.
Tampoco las denominaciones cristianas en
general, constituyen mayoría frente a las religiones afrocubanas que han sufrido durante largo
tiempo la discriminación religiosa, fenómeno del cual, por suerte nos vamos
alejando.
No hace tanto tiempo aun, para celebrar una
llamada “fiesta de santo”, había que declarar
a la policía la procedencia de
los animales y no se podían llevar niños para que participaran de ellas.
Aunque todos los ciudadanos podían
entrar libremente en una iglesia de
cualquier denominación, no podían participar en ceremonias de la santería.
Dicen algunos, aunque no lo creo, que al tratarse de “fiesta de negros” se estaba discriminando racialmente a estos. Cosa
que parece absurda, porque las religiones
de procedencia africana las practican
masivamente gente de todos los colores. Pero en fin, al practicar el prejuicio contra
ellas, damos lugar a ese tipo de opinión, que aún existe. Además, me pregunto ¿Po qué tipo un padre no
puede hacer a un hijo partícipe de sus creencias? Sin dudas, estamos ante un
problema de no respeto a los derechos
civiles, religiosos y humanos de los ciudadanos, cuando permitimos acciones
como esas.
En nuestras creencias religiosas está presente
con tal fuerza el sincretismo religioso, que se puede ser de todo al mismo
tiempo, sin que ello genere ningún conflicto
de conciencia. De aquí que en nuestro país opere una libertad de creencias, con
la cual es casi imposible encontrarse en los Estados Unidos. Allá cada cual se
refugia en su religión. Y si usted es adventista del séptimo día, lo es por
filosofía y por culto y no se liga con otras denominaciones religiosas. Las
creencias africanas apenas son
populares; tal vez, salvo donde hay
muchos cubanos, como en Miami, New
Jersey, etc.
En Cuba, sin embargo, hay gente que se bautiza según el ritual
católico, adora a Santa Bárbara, San Lázaro, la Caridad del Cobre, La Virgen de
Regla y la vez es masón, babalao,
espiritista, santero, abacuá, palero. Es casi imposible casi encontrar tal mezcla en otros lugares.
Verdadera libertad de conciencia religiosa, en la que en el fondo esta Dios.
Entonces, una religión minoritaria como la
católica, se está perdiendo de tener más fieles, porque, al menos en Cuba,
discrimina a todas esas creencias. Es cierto que un cura no pregunta a nadie de
que denominación religiosa es cuando va a entrar a la iglesia católica, ni lo
excluye de sus actividades. Pero institucionalmente no comparten con ellos.
Se trata de un asunto que no tiene solución y que lo más que puede
hacer la iglesia católica es
adaptarse a las formas de religiosidad
predominantes en nuestro país.
El Papa Francisco, ofreció una gran señal
de ecumenismo, cuando en la llamada Zona Cero
en Nueva York, compartió, una
oración colectiva por el derrumbe
de las torres gemelas, con todas las denominaciones religiosas. ¿Será que
el Santo padre Francisco es víctima del mismo prejuicio? Y
está dispuesto a compartir con otras religiones
dentro de un ecumenismo realista
que acerque al Vaticano a todas las demás religiones.
El ecumenismo es algo que el mundo necesita mucho, dado que
estamos obligados a unir fuerzas, vengan de donde vengan, para lograr
conjurar todos los peligros que se
ciernen sobre la humanidad.
Entonces, no debemos perder las esperanzas de que nuestra iglesia católica
cubana, siguiendo el ejemplo, dado por el Sumo Pontífice en Nueva york, se
acerque a las denominaciones africanas y demás denominaciones religiosas, para compartir una oración, sin que para ello, sea necesario
un incidente tan doloroso y lamentable
como el de las Torres Gemelas.
La Habana, 30 de septiembre de 2015
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