Esteban Morales Domìnguez
UNEAC
Existe un viejo refrán que dice, “guerra avisada no
mata soldado”.
Hace mucho tiempo que el presidente Obama sabe que
existe un grupo de congresistas de derecha, que quiere darle marcha atrás
a su actual agenda de política hacia Cuba.
Ahora se aprueba por la Cámara de Representantes, un
proyecto de ley, que obstaculizaría varias medidas en la agenda de Obama
para Cuba por el cual no habría dinero para abrir las embajadas, lo cual es
prioritario para el restablecimiento de las relaciones diplomáticas con
Cuba.
También ese proyecto obstaculizaría totalmente los
viajes, por lo que la ampliación que ya está teniendo lugar, junto al proyecto
del ferry, devendrían en sueños irrealizables, así como también toda la estrategia
política del presidente de aplicar un ·poder blando”, para hacer el
“cambio de régimen” en Cuba, se iría al piso y la posibilidad de eliminar
el bloqueo se alejaría, casi hasta perderse, por lo que no valdría la pena
continuar las negociaciones.
Las intenciones de comercio que parecen estarse
abriendo paso se eliminarían, dando lugar a un nuevo a un reforzamiento del
bloqueo, por medio de los mismos mecanismos utilizados hasta ahora y en
síntesis, todo el ambiente de cambio y de potencial avance en las
relaciones que hoy se respira, desaparecerían para dar lugar
nuevamente a un ambiente de tensión entre ambos países.
Por lo pronto las últimas noticias que vienen
del congreso, afectan seriamente el ambiente de irreversibilidad de los
cambios que hasta ahora se respira y aunque no creo posible que un futuro
presidente republicano pudiera dar marcha atrás de manera total al
proceso de cambio en las relaciones entre ambos países, de todos
modos, este pudiera quedar seriamente afectado.
Pero, no tenemos por qué adelantarnos a los
acontecimientos.
Pues aun las medidas aprobadas por la Cámara, deben
pasar por la aprobación del Senado, donde existe un proyecto de ley de signo
contrario, que facilitaría el comercio, el intercambio y los viajes de manera
total, el que cuenta con 37 promotores.
Además, al presidente Obama, no le representaría
ningún costo político, ni para el candidato de su partido, ni para el mismo,
aplicar el veto a cualquier legislación que pretendiese afectar su
estrategia de política.
La actual política de Obama hacia Cuba le ha ganado
demasiada popularidad, lo que le permitiría aplicar el veto que ya
anuncio sin preocupación alguna.
No considero tampoco que la aprobación de la Cámara,
signifique ninguna presión sobre Cuba. Se trata de una pelea interna, que
no representa para nada una variación en la política de “cambio de régimen”,
que está detrás de las medidas que Obama sigue ahora con Cuba. Seria Obama el
que principalmente sufriría las consecuencias; en primer lugar, por no ser
capaz de hacer comprender la derecha republicana, que su actual
estrategia con Cuba, no significa eliminar el objetivo de subvertir el proceso
revolucionario en la Isla.
Solo que los republicanos no quieren siquiera dar a
Cuba la oportunidad de jugar una política, dentro de la cual
tendrían que obrar con mucha inteligencia, para de todos
modos no ser tragada por estados Unidos. Los republicanos prefieren la
“Vía Rápida”, lo que los lleva a defender el “statu quo”, que Obama ha
reconocido que hay que cambiar. Precisamente esto último, es lo que pone en
desventaja a los republicanos, frente a la política más inteligente que Obama
desea seguir con Cuba.
No me parece que esta batalla librada por los que
continúan prefiriendo la vieja política hacia Cuba la vayan a ganar las fuerzas
de la derecha. Existen un conjunto de factores que contradicen esa posibilidad.
Entre ellos:
- Obama no se va a dejar arrebatar la iniciativa en la política hacia Cuba, siendo ésta, prácticamente su único logro en política exterior.
- La política seguida por Obama con Cuba disfruta de popularidad interna y externa.
- Suponiendo que el Senado también aprobara el proyecto de la derecha, Obama no tiene dificultad alguna para aplicar el veto.
- El proyecto tendría aun que vérselas con el que está en el Senado, que se le opone.
- Es posible esperar una reacción de los que se verían perjudicados con el proyecto de la derecha. Entre ellos potenciales inversionistas, interesados en el comercio con Cuba y agricultores. En general un nutrido público que desea el cambio de política hacia Cuba.
- Un proyecto de ley como el que pretende pasar la derecha, no sería positivo para un candidato republicano.
Ya se ha avanzado bastante y el proyecto de política de Obama tiene muchos
adeptos, para que un intento como este de ahora, logre revertirlo. Los cubanos
también lo preferimos, pues aunque peligrosa, es la única variante
de política aceptable, para no perder la oportunidad y luchar por
cambiar la situación, que ha ahogado a Cuba por más de cincuenta años.
Esperemos a ver qué ocurre definitivamente.
Pero no le auguro buenos resultados a la derecha.
La Habana, Junio 12 del 2015
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