Esteban Morales Domínguez
UNEAC
Casi al concluir su campaña por la
presidencia en el 2008, Barack Obama en un discurso en Miami, declaró que se
sentaría a conversar con amigos y con enemigos, también con Cuba, pero que no
levantaría el bloqueo.
EL 17 de diciembre del 2014, dijo, “… no es posible continuar
haciendo las mismas cosas y esperar resultados diferentes…”.
A pesar de sus múltiples
declaraciones, Obama ha sido consecuente con el discurso de Miami, ya que
varió la táctica pero continuar llevándolo adelante. Lo cual nos hace
suponer, que hasta ahora, Obama considera que el bloqueo continúa
siendo un instrumento idóneo para presionar sobre Cuba.
En un artículo de este autor, escrito a
principios del 2009, nos preguntábamos cuál sería entonces la
política de Obama hacia Cuba y elaboramos la hipótesis, devenida ya en
tesis, de que Obama había dividido el bloqueo en dos.
Por un lado, aplica medidas “dulzonas”
para impactar sobre la sociedad civil cubana, flexibilizando aspectos del
bloqueo, que pudiesen ser bienvenidos; mientras que por la otra, aplica
medidas para presionar sobre el liderazgo político cubano, buscando
obstaculizar aquellas acciones que hoy nos permiten avanzar en la
reestructuración del modelo económico cubano.
Al analizar las más recientes medidas de Obama
“contra el bloqueo”, tomadas sobre la base de sus prerrogativas
presidenciales, nos percatamos de que en realidad, ninguna de ellas son
sustanciales, no erosionan el bloqueo en sus aspectos estratégicos,
ni tampoco representan pasos que permitan al liderazgo
político cubano avanzar en sus objetivos socialistas.
Prestando detenida atención al Documento de
los departamentos del Tesoro y de Comercio,
emitido el 18 de septiembre último, nos percatamos de que nuestra tesis
del 2009, continua vigente. Obama sigue trabajando el bloqueo en dos
direcciones principales: con unas medidas, las migratorias, de autorización de
viajes e infraestructuras para facilitarlos, intercambio académico, trata de
asegurarse que se beneficien aquellos grupos de la sociedad civil cubana
donde presupone se pueden encontrar quienes apoyen el proyecto
subversivo.
No toma medidas para garantizar la libertad de los estadounidenses de
viajar a Cuba como turistas y tampoco adopta medidas para facilitar económicamente el intercambio”
pueblo a pueblo”.
La que ya puede considerarse “vieja disidencia
contrarrevolucionaria” está agotada, no puede acumular más
desprestigio ni mostrar más incapacidad para la acción, por tanto, la política
norteamericana, debe buscar nuevos interlocutores y confían en encontrarlos
dentro de la sociedad civil cubana.
Las medidas adoptadas ahora, que son continuidad
de las lanzadas el 16 de enero, se caracterizan también por su
unilateralidad. No hay nada que el gobierno cubano pueda hacer para vender o
comprar a crédito o para beneficiarse del turismo estadounidense, por lo que no
puede reaccionar desde dentro de Cuba, para complementar con medidas
propias las tomadas por Estados Unidos. Solo debe poner en práctica las que ese
país le permite.
En cuanto a los aspectos económicos, no
se modifican en términos sustanciales, las prohibiciones existentes en el
uso del dólar, el acceso a créditos, las relaciones con bancos estadounidenses,
las inversiones en Cuba de ciudadanos o entidades de ese país, la limitación
en los gastos que pueden realizar en Cuba los visitantes provenientes de
Estados Unidos. La eliminación de esas prohibiciones, beneficiarían a la
economía cubana. La ampliación del monto
de las remesas, si bien benefician a algunos cubanos, no tiene efectos sobre un
grupo considerable de ellos, que son los que más las necesitan.
Por lo cual, puede afirmarse que este último
paquete de medidas mantiene limitaciones claves y no enfrentan lo
esencial del bloqueo.
Pero, adicionalmente, Josefina Vidal Ferreiro,
explicó que existen limitaciones que evitan la aplicación de las regulaciones
aprobadas por Washington y que impiden
su correcta y adecuada implementación.
Según explicaba la funcionaria cubana: “Las
medidas están enfocadas a sectores específicos y no en beneficio de toda la
sociedad cubana y con un evidente objetivo político”.
Los propios funcionarios norteamericanos
declararon, en particular Penney Prizker, que: “las últimas medidas estaban
diseñadas para apoyar al sector privado emergente en Cuba y colocarnos
más cerca del alcanzar los históricos objetivos de política del presidente
Obama” Sin dudas, son honestos y sinceros, hasta la brutalidad.
¿Qué más necesitamos para probarnos a
nosotros mismos, que Obama no ha cedido un ápice en su intención de
subvertir a Cuba? A pesar de que declaró que no es ese su objetivo.
¿Qué más necesitamos para saber, que Obama
continúa con la misma estrategia que según el autor había afirmado,
elaboró a partir del 2009?
No hace falta más nada, para confirmar que
Obama, divide el bloqueo en dos, para utilizarlo como un instrumento destinado
a lo que ha llamado “empoderar”,
a los sectores que le acompañarían en su empeño de subvertir el régimen
cubano y al mismo tiempo que
limita lo más posible, las capacidades
del liderazgo político cubano, de avanzar en la construcción de un socialismo próspero y sostenible.
Próximamente tendrán lugar acontecimientos
importantes, que tendrán su impacto en la política de Estados Unidos hacia
Cuba. Raúl Castro visitará Naciones Unidas y coincidirá con el papa
Francisco; por lo que resulta imposible no imaginar, que los tres: Raúl,
Francisco y Obama conversaran. Como antecedente, recientemente se produjo
recientemente una conversación telefónica entre Raúl Castro y Barack Obama en
la que “…con relación a las regulaciones anunciadas el 18 de septiembre por los
departamentos del Tesoro y Comercio, que complementan las puestas en vigor el
16 de enero, el presidente Raúl Castro recalcó la necesidad de profundizar su
alcance y de eliminar definitivamente la política de bloqueo en beneficio de
ambos pueblos.” (Granma, sábado 19 de septiembre del 2015, p. 1).
Junto a este justo reclamo de
Cuba, es posible esperar, que el Sumo Pontífice, no partidario de jugar a
las “medias verdades”, también conmine a Obama a terminar el bloqueo que
aún se ejerce contra Cuba.
La Habana, Septiembre 19 del 2015
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